🏁 16. Calentá que entrás 🏁
P1. Ha Seung-Hee
P2. Enzo Moretti
P3. Andrés Herrera
P4. Kira Russo
P5...
El circuito callejero de Mónaco se caracteriza por su estrechez, limitando la posibilidad de sobrepasar a otros pilotos. En resumidas cuentas, quien obtenía la pole, ganaba la carrera.
Aquella carrera estaba destinada a ser el triunfo de Ha Seung-Hee...
En cuanto las luces rojas se apagaron, Seung-Hee tomó la delantera, acelerando todo lo posible para crear una brecha, pero antes de frenar para tomar la primera curva, Enzo Moretti trató de hacerse lugar para adelantarse.
Era imposible.
Inevitablemente, rozó con el monoplaza de Seung-Hee, aunque eso no le importaba. Estaba entre sus cálculos.
Lo que quizás no estaba entre sus planes, fue el momento en que tras el contacto que provocó que el auto de Seung-Hee comenzara a hacer trompos en la pista, él no pudiera ser lo suficientemente rápido para evitarlo. Casi como un acto de karma, Seung-Hee chocó contra él, estrellándolo contra la barrera de protección del circuito.
Andrés Herrera iba detrás atento al desastre, pero por mucho que intentara disminuir su velocidad y evitar el accidente, uno de los neumáticos de sus rivales salió por la pista, golpeando su alerón frontal.
Bandera roja.
«¿Qué mierda acaba de pasar?», pensó Kira en sus adentros, a la más baja velocidad, atenta a la llegada del coche de seguridad y las grúas.
—Kira, ve a boxes. —Escuchó en la radio la voz de Hale, su nuevo ingeniero desde la carrera en Austria, aunque estaba más bien en tiempo de prueba, pero Kira sentía que podía trabajar bien con él, y Lía estaba de acuerdo.
—Entendido —respondió ella, yendo detrás de Andrés con sumo cuidado. El coche de Strazieri seguía funcionando, solo tenían que cambiar el alerón.
Sabía que en momentos así, cualquier estrategia que tuvieran las escuderías se iba a la mierda y la gran mayoría de pilotos entraban a cambiar sus llantas mientras la grúa se encargaba de sacar los coches destrozados.
—¿Seung-Hee está bien? —inquirió preocupada mientras seguía en los pits. Quizás su compañero ya había salido del auto y estaba en camino al paddock.
—Afirmativo, ambos pilotos están bien.
No era como si le importara lo que sucediera con Enzo Moretti, pero aceptaba la respuesta.
Vio a Seung-Hee entrar a la zona del paddock pero no hacia su propio garaje, sino al de Strazieri, en dirección al piloto que se veía frustrado por haber perdido su oportunidad, pero guardando altivez, sin concederle ni una mirada a las cámaras que estaban a punto de presenciar cuando su rival lo empujó con los brazos.
—¿Qué fue eso? ¿¡Estás mal de la cabeza!? ¿¡Por qué carajos lo hiciste!?
Retrocediendo un paso para evitar su toque como si le asqueara, Enzo Moretti le respondió mirándolo por encima del hombro.
—¿De qué estás hablando? Tenía la oportunidad de adelantar, e incluso con sus riesgos la tomé.
—¡Me tiraste tu coche en plena curva! —espetó Seung-Hee.
—¿Crees que es personal? —respondió Enzo con ironía, afilando más esa expresión que solo incrementaba las ganas de su rival de poder golpearlo—. Jungkook, o como sea que te llames, en este deporte solo están los veinte mejores del mundo, ¿sí? Si no tienes ganas de competir por la victoria, entonces no tienes mucho que hacer aquí. El campeonato no lo vas a ganar llorando...
—¡Seung-Hee, basta ya! regresa a tu garaje ahora mismo y deja de hacer escándalos —reclamó Fran, su ingeniero.
Impotencia. Todo ese instante se resolvía a esa sensación asqueante que hacía que la vergüenza se apoderara de su cuerpo poco a poco, dejándole saber que el daño ya estaba hecho. Ya había perdido el control.
Volteó enseguida hacia Fran, obedeciéndolo.
—¿La Federación está investigando?
—Están en eso.
Enzo Moretti chasqueó su lengua, llamando la atención de Seung-Hee aunque este se negase a mirarlo de vuelta.
—Primero se vuelve loco contra su equipo y ahora contra el resto de pilotos...
La grúa terminó su trabajo y con la pista limpia, estaba por reiniciarse la carrera.
—Russo, tienes que arrancar en el mismo lugar de la parrilla. Tienes que darlo todo —anunció Hale para darle la orden de salida.
—¡Espera! ¿Qué?
Claro. Seung-Hee estaba fuera, y aunque especialmente Alfoso no lo admitiría, en ella contaba la ilusión de mantener una posición decente para el equipo.
—¡Tampoco te sientas muy presionada!, pero ya sabes... —respondió Hale luego de escucharla nerviosa.
—Sí, ya sé... —murmuró ansiosa. Quería saber cómo estaba su compañero, pero tenía una carrera entera que competir.
«Okay, Kira, calentá que entrás...».
Se posicionó nuevamente en el P4 de la parrilla, esperando el reinicio del Gran Premio.
El leve rugido de los 18 motores restantes a la espera no era suficiente para superponerse a los latidos de su corazón. Solo mantenía sus manos aferradas al volante, y el deseo de poder empezar ya lo que mejor podía hacer.
Semáforos apagados... ¡fuera!
Trató de mantener su distancia con Andrés Herrera, quien llevaba la delantera. Le parecía que iba más lento de lo usual, lo cual le hacía pensar que quizás su auto aún tenía fallas luego del cambio del alerón, o que lo hacía a propósito para impedirle realizar adelantos.
Después de todo, ambos cargaban con la misma responsabilidad.
Continuó a su ritmo varias vueltas, podía aceptar el segundo lugar en el podio como la elección más razonable para ella y su equipo.
Gracias a la ayuda de Hale, sabía que detrás de ella, el resto de jugadores trataban de llevar una carrera tranquila, ya habían tenido suficiente drama en el inicio.
En la vigésima vuelta, tras terminar de cruzar el túnel, casi rozó con el auto de Herrera, tratando de maniobrar a tiempo para impedirlo.
Casi podía sentir que se le salía el corazón, y sus manos seguían aferradas al volante como si fueran una extensión de su cuerpo.
—¡Dile a Herrera que lo siento mucho! Al salir del túnel la luz del sol me cegó un poco. No volverá a pasar —exclamó asustada, sin ser capaz de respirar.
—A la orden, concéntrate, Russo.
Kira soltó un suspiro y continuó a cinco segundos por detrás del piloto de Strazieri, lejos de poder aprovechar la única zona de DRS que tenía el circuito.
No obstante, había algo que continuaba notando conforme avanzaban las vueltas. Tenía una oportunidad, estaba al menos, un 90% segura de ello.
¿Y si terminaba cagándola y haciendo un desastre peor que el de Moretti?
No podría soportarlo. Si alguien aún se contenía de juzgar lo que el piloto italiano había hecho, no dudaría ni un segundo antes de lanzarse contra ella.
Pero tampoco podía adelantarse a lo que sucedería más allá de la carrera que estaba en juego.
«¿Qué haría Seung-Hee?», y sabía bien que a pesar de los riesgos, él haría lo mismo si encontrase dicha oportunidad.
Tomó aire profundo, exhaló, y sorbió un poquito de agua de la reserva conectada a su casco.
Empezó a acelerar, acercándose primero con milésimas y luego un par de segundos.
A Andrés le costaba tomar las curvas, pero no parecía tener intención alguna de ceder su victoria.
A medida que se acercaban a la curva del Casino, comprobó una vez más que dejaba mayor abertura de espacio, y con una precisión milimétrica, se lanzó al interior de la curva, realizando el adelanto.
No era momento de relajarse en lo mínimo. A diferencia de Herrera, tomaría tanta velocidad como fuera posible para crear una mayor brecha.
Sentía su respiración irse con cada curva cerrada que tomaba y ganaba más terreno, y mantenía apretados sus labios, queriendo contenerse de soltar cualquier señal que demostrara que sentía una enorme presión.
Gracias a Hale escuchó que Oliver Jensen también encontró la misma debilidad en Andrés Herrera para realizar un adelanto, por lo que iba detrás de ella, pero bastante lejos de poder alcanzarla.
Aun así, no quería confiarse. No iba a permitirse relajarse hasta terminar la carrera.
Quizás era tanta la presión, que no se había dado cuenta de lo obvio hasta que terminó la vuelta 75 y quedaban solo tres más.
Si seguía aquel ritmo, ganaría la carrera. No cualquier carrera, sino el Gran Premio de Mónaco.
¿Acaso lo estaba soñando? No había otra manera porque, ¿en qué mundo Seung-Hee y Moretti perderían su oportunidad y contra todo pronóstico, ella tomaría la delantera?
Tragó saliva con dificultad. Quizás acababa de incrementar su ansiedad, pero faltaba muy poco para conseguirlo, y había dejado muy atrás a su competencia.
En la vuelta final no estaba segura de qué iba más rápido, si ella entre frenos para tomar cada sinuosa curva, o su corazón, que creía que se le saldría en cualquier momento y ganaría la carrera por ella.
Y además, sentía sus ojos humedecerse, pero no era sudor.
Solo al cruzar la línea de meta y ver la bandera a cuadros, supo que no podía ser más real.
—¡Felicidades, Kira! —exclamó Hale—. ¡Eres ganadora, has ganado el Gran Premio de Mónaco!
Soltó una risa pequeña que no supo cómo explicar. ¿Era felicidad o incredulidad?
Y para entonces, las lágrimas eran imposibles de detener, pero tenía que colocar el auto en la posición ganadora.
Al salir de su monoplaza, se quitó el casco y su máscara, y limpió sus ojos sin dejar de sonreír, y el resto de cosas le parecieron demasiado extrañas, como si estuviera desconectada de la realidad. No supo en qué momento se había rehidratado y dado sus declaraciones a la prensa o qué pudo haber dicho.
No recordaba cuándo fue que sujetó la mano de la realeza de Mónaco y recibió el trofeo en manos de su princesa.
Escuchar el himno nacional argentino y cantarlo se le hacía muy familiar, pero sabía que aquella ocasión era una en un millón.
Quizás estaba tan distraída porque cada vez que miraba al público, no podía evitar notar que estaba el equipo entero de Oliver y de Andrés celebrando, pero de Thunderbolt no encontraba casi a nadie, y temía que pudiera ser porque a Seung-Hee le había sucedido algo malo.
Solo encontraba a la única persona que sabía que estaría con ella, con la misma sonrisa y mirada de ilusión que siempre le guardaba solo a ella, y quería creer que solo por eso, todo estaba más que bien.
Al terminar todo, sabía que no habría nada de malo si corría a abrazarla con todas sus fuerzas, si era parte de su equipo. Se aferró con intensidad, deseando que si fuera posible, Lía pudiera cargarla, aunque era más probable que ambas terminaran en el suelo.
—¿Qué pasó? ¿Dónde está el resto? —Tuvo que gritar debido a todo el ruido de la celebración. Seguro alguna cámara lo grabaría y no tardarían en preguntarse lo mismo en las redes, pero no le importaba.
Ella había hecho su parte con su equipo, ¿por qué no podían comportarse como tal? ¿Por qué en un momento tan especial se sentía tan sola?
Lía quería acunar su rostro en sus manos, y besar todos los rastros de lágrimas en sus mejillas, pero sabía que no podía. Tampoco quería mirarla con lástima o pronunciar algo que hiciera quedar mal a su equipo.
—Se quedaron con Seung-Hee y a examinar los daños de su monoplaza. No te preocupes, él está bien —dijo a su oído, y sintió a la piloto abrazarla con mayor fuerza, como si quisiera contenerse de romper en llanto—. Oye, eres la mejor. Ese adelanto fue demasiado increíble, cuando lleguemos al hotel creo que lo veré un par de veces más...
Kira quiso reír, y limpió una vez más su rostro.
Ir al hotel sonaba como la mejor idea después de tanto. O quizás, volver a ese yate en Puerto Hércules...
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Perdón por demorarme tanto, juro que hago lo que puedo pero lo hago con mucho amor 😔 Y bueno, todavía falta una sorpresa más de Mónaco...
Antes de que se acabe el mes, quería mostrarles el dibujito que comisioné de nuestras niñas en el pride 🥹💞💞💞
ME MUERO con lo hermosas y adorables que son 🥹🥹🥹
¡Gracias por leer, trataré de no demorar tanto! 💞
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