Anoche te vi en el espejo, tu  cuerpo mostraba las marcas del tiempo, flácido y lleno de celulitis, reconozco que no me gusto verte así, tu pelo había perdido su brillo, estabas más palida de lo normal, ¡Por Dios!—Debiste operarte, tus caderas llenas de grasa me hicieron recordar a un cerdo. —¿Que ves?

—No se ¿Porque me enamore de ti?

Ella levanto una ceja.

—Porque soy distinta. Bueno, eso me dijiste la otra noche.

—Hace décadas lo dije, me embrujaste antes, ahora siento que tengo sexo con una cerda.

—¡Oye!—¿Porque dices eso?

—Porque es la verdad, hubiera preferido una Kardashian.

—¡Idiota!—¿Otra vez llegaste borracho?

—¡No!—Ayer ví una chica igual que tu, la confundí sabes. Creí que tú seguirías así de reluciente. ¡Debiste hacerte la lipo!¡Gorda!

—Y tu debiste operarte ese pene, que por cierto no hace nada.

—¡Perra!—Al menos te metí tres hijos, entonces si sirvió.

—jajajaja, no tanto, tus hijos salieron más inútiles que su padre.

—No se te olvide que tú eres su madre.

—Si, pero las cosas cambiaron. Reconozco que me enamore de ti, y también pienso que me embrujaste. Pareces un maldito buñuelo.

—¿Algún día pensaste en divorciarte de mi?

—Lo pienso siempre. Pero cuando quiero hacerlo, no puedo. Mis hijos ya son grandes, con exitosas carreras, y claro. Debí entender desde el principio que un hijo no garantiza que te cuide en la vejez, ahora entiendo porque nos internaron. Incluso a nuestros hijos no los conocemos.

—Pero, te vas a divorciar de mi?

—Incluso si quisiera, ya no me atrevo.

—¿Y eso porque, loca?

—Porque eres el único que me queda.

Los hoyuelos se pronunciaron en su sonrisa, maldita sea, me gustaba verla así. Imaginé nuestro pasado, y volví a verme en aquel espejo. Solo que me hacía falta algo...mire a mi alrededor, y entendí ...que me faltaba ella.

Su velorio se celebró, hace 20 años, no fui, sentí felicidad cuando se murió, mis hijos estaban igual. Supongo que ninguno de nosotros entendimos que esto no solo era un milagro, sino también un gran error, porque drásticamente empecé a perder a todos, incluyendo a mis nietos, hasta que lo supe. Yo cause todo esto. Y lo entendí tarde.

—¡Usted va a morir pronto!—lo escuché y mis ojos se nublaron.

—Yerba mala nunca muere. —se reía. Al final, tenía razón.

—Le recordamos que debe de venir cada mes, por chequeos. Es importante que cuide de su salud. Los 3 meses son cruciales.

Me atreví a observar el culo, de la enfermera, maldita juventud. De la nada murmuré. ¿Tiene novio? Dejo de teclear en el computador.

—¡No!—su voz suave y nervioso me miró

—Una chica tan linda y está sola. Me gustaría ofrecerte mis 3 meses de verano. Al menos podrás adquirir experiencia a mi lado—responde orgulloso

—¿Que tipo de experiencia debo de adquirir de usted?—levanto una ceja.

—A que todo se consigue con ayuda

—No pienso lo mismo señor

—¿Y porque dices eso?

—Porque incluso con un padre vivo, no me ayudó en mi puta vida.  Y sabe que es lo peor, después de la muerte de mi madre, el se olvidó de sus hijos. Y va por la vida, dañando matrimonios y metiendo su pene en cualquier vagina. Y lo más importante de hoy, es que debo ser yo quien diagnóstique a mi propio padre. El cuál lo tengo frente a mi, hechando me los mejores piropos y me sorprende el tipo de hombre al cual lo admiraba tanto.

—¿Camila?—pregunto

—No, ella ya está muerta. Soy Tania.

—¿Eres la mayor o la menor?

—Menor de 15 hermanos.

—¿Tantos hermanos tienes?

—Mi madre tuvo 5 hijos con usted. Y usted tiene otras 10 hijos con otras mujeres.

—¡Discúlpame !—No sabía que eras de mi sangre.

—Igual si lo fuera, nada cambiaría.

Espere que me abrazara, se disculpara con nosotras, ningún acto de fe lo ví en sus ojos. Resigne humillada, aún después de lo que vivimos, había olvidado los fragmentos más importantes.

—¡Papá!—Era la primera vez que lo reconocí como familia. Quizás fue por lastima, o porque en el fondo de mi corazón, deseaba que estuviera muerto.

—¡¿Señora?!

—¡Dentro de unos meses no lo asistiré! Estoy esperando un hijo, no es seguro que esté—. Mierda, le mentí, ni siquiera me gustaban los hombres.

—¡Tranquila! Felicidades por tu bebé.

Él salió del consultorio, me sentí inconforme con sus resultados, así que pedí unos días después para volver a realizarlos. En el fondo, me enojé cuando percibí que él estaba bien, los exámenes no habían sido alterados. Únicamente las pruebas habían sido alteradas.

—¡¿No me voy a morir?! —gritó de la emoción.

—No. Usted tiene más vidas que un gato.

—El que vive, es partícipe de varios sueños. —Me abrazó.

—Le recomiendo hacerse varios exámenes y seguir las instrucciones de su doctor, también tome sus medicamentos.

—¡Hija!

—¿Qué?

—En serio, estoy muy a gusto con tu atención. ¡Te voy a recomendar!

—Gracias, señor Padilla.

—Por favor, la invito a un café.

—Tengo más pacientes después de usted.

—¿Cuándo puede?

—El domingo —sollozó.

—Listo, ese día la recojo, señorita.

Caminé molesta por los pasillos, escuchando cómo hablaba de mí. Ni siquiera él se atrevía a reconocer su error. Mientras tanto, yo distinguía que me usaba como un mero instrumento comercial.

—¡Volviste! —exclamó un enfermero al verme.

—Sí, estuve retirada por mucho tiempo.

—Es muy tarde, pero me enteré que dejaste la carrera de arquitectura.

—No era lo mío, además nunca me fue bien con las matemáticas.

—¿Qué? Siempre sacabas mejor nota que yo, los profesores siempre te elogiaron.

—El machismo acabó conmigo. Si la gente supiera el dolor que se siente al ser excluida de una carrera donde ves más hombres que mujeres, entenderían por qué la ingeniería parece hecha para ellos.

—Pero hay mujeres que logran acabar su carrera.

—Claro, pero luego llegas al mundo laboral y te enfrentas con el constante machismo, la exclusión, el maltrato y la sobrecarga laboral, solo por no tener lo que ellos tienen. Es por esa razón que preferí cambiar de rumbo, no porque me rendí, sino porque decidí cuidarme de todos esos hombres que dicen respetar a sus madres, y son los primeros en desear que estén muertas, sin recordar que en la foto familiar, hay más de una mujer incluida, cada una con su historia, su fuerza y su valor incalculable.

Continuará...