Las lágrimas nublan mi vista, ¿Cómo es que pasó esto?, ¿Cómo tuvo el poder para derrumbarme tan rápido?, ¿Cómo es posible no poder odiarlo?

Son un sin fin de preguntas que ruedan por mi cabeza, y es extremadamente difícil porque aquella canción aún resuena en mis oídos y lo único que quiero es echarme a llorar hasta caer rendida.

Mi mente te sigue pensando, me siento prisionera en las redes del dolor, ¿cómo escapar de esto?, es como no poder huir de lo que te hace daño.

¿Por qué lo hizo?, necesito algo que me ayude a entender.

¿Habrá disfrutado haberme traicionado?, apuesto que sí, pero ¿qué hice mal?, me encargué de ser perfecta para él, le demostré lo mucho que le amaba, pero se encargó perfectamente de mandar eso al carajo.

Aun así, a pesar de todo, el amor que le tengo me impide míralo con resentimiento. Son un estrago de emociones la que me recorren al recordar mi ingenuidad al esperar sus disculpas, aquellas que nunca llegaron.

Mis ojos arden y mi pecho está tan apretado que siento que en cualquier momento se romperá en miles de pedacitos. Me lástima que, aunque supieras como estoy, podría vivir con eso.

¿Por qué siento que no puedo vivir sin ti?, cómo si no hubiera luz al final del túnel.

No creo que tengas corazón, pero si lo tienes deseo que nunca te lastimen como tú me lastimaste a mí. La vida está llena de sorpresas, tú de verdad supiste como impresionarme.

¿Puede existir algo peor que esto?, espero y no porque creo no poder soportar más.

Tus brazos intentaron consolarme, lo sé, tal vez por lastima, pero fue inútil, el daño ya estaba hecho y nada podría curar mi corazón hecho pedazos.

Fue tonto pensar que eras diferente e inventarme esa fantasía del príncipe azul, tu único defecto fue no alentarme del peligro que corría a tu lado, pero... ¿Qué sentido habría tenido?, supongo que ninguno.

Diría que me das asco, que eres lo peor que me pudo pasar en la vida, pero estaría mintiendo. Aunque quisiera decirte lo que pienso de ti en estos momentos, prefiero dejar en el aire la duda.

Necesito aferrarme a los buenos recuerdos, como el de nuestro primer beso en aquel hermoso lugar, fue perfecto. Siempre tomé tu mano porque me sentía segura, los latidos de tu corazón me decían que todo era real; tus ojos, esos bellos ojos me cegaron por completo; tu sonrisa me daba vida, me alentaste a hacer cosas que no me creía capaz de hacer; me enseñaste a confiar en mí; la primera vez que me dijiste bebé, me sentí feliz y afortunada.

Esperé un poema que nunca llegó, decidí hacer uno, pero no creo que importe ya. Los golpes de la vida te tiran a un precipicio y no hay nadie para salvarte, te encuentras solo al borde del dolor que espera para invadirte; así estoy ahora, muero en mi cama, o por lo menos así se siente, como si ya nada tuviera sentido.

Sé que parece un melodrama adolescente, pero es porque sí lo es. Tengo el corazón roto y aunque desearía que nada de esto fuera real, que todo sea una pesadilla y que al despertar te vea y todo sea tan perfecto como siempre lo fue, es imposible.

Cierro mis ojos con fuerza esperando poder despertar de esta pesadilla, pero el dolor, la decepción y la frustración me dejan en claro que todo es completamente real y, por desgracia, no lo puedo hacer nada para cambiarlo.

<<Te engañe con alguien más>>

Esas malditas palabras no dejan de atormentarme.

Lágrima tras lágrima cae y no lo puedo controlar, mi corazón está hecho añicos, —Se fuerte, no merece tus lágrimas — me repito en un intento de autoayuda, pero es inevitable, no puedo parar. Cuando alguien que amas te provoca un daño muy grande, es difícil seguir como si nada, sobre todo cuando es tu primer amor. Detesto no tener una respuesta, al parecer ver tu lado lindo, tierno, gentil y supuestamente sincero, no sirvió de nada, porque terminaste traicionándome de la manera más cruel.

Dicen que tener el corazón roto significa que amaste de verdad, pero ¿por qué tiene que dolor demasiado?