Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

___☆_7_☆___

 — Emma, despierta ─murmura alguien con delicadeza.

— Cinco minutos más por favor ─pido, aunque mi voz se escucha algo ronca.

— Despierta ya –ordena sin levantar la voz, como puedo abro mis ojos — La mamá de Meli nos espera para que bajemos a desayudar —comenta Ali, noto que soy la única que falta una vez que logro abrir los ojos.

—¿Qué hora es? — cuestiono tallando mis ojos.

— Son las once – dice divertida — Baja ya.

— Bien, ya voy —respondo inocente, con mucho trabajo me alisto y bajo para reunirme con las chicas.

— Buenos días — saludo a las chicas y a los papás de Meli.

— Buenos días —responden todos al unísono.

— Entonces todas no veremos aquí para ir a la fiesta —confirma Lydia lo acordado.

— Si, así llegaremos juntas — celebra Meli, al parecer está muy entusiasmada — Emma tienes que ir —insiste de nuevo.

— No lo sé, sólo no me esperen por favor — pido desaminada.

— Bien, pero no te saldrás con la tuya —advierte Meli con mucha seriedad.

— No la presionen —ordena Lydia y me dedica una sonrisa.

El resto del desayuno se pierde entre risas y platicas muy raras, subimos a la habitación de Meli, recogemos nuestras cosas y ordenamos el lugar, al terminar esperamos a que nos recojan.

— Melissa, llego el hermano de Emma —oímos decir a la señora Bianca.

— Si mamá.

— Bueno chicas, me encanto haber convivido con ustedes —digo un poco ansiosa — Recuerden lo que les dije —añado con una sonrisa falsa, lo cierto es que definitivamente no quiero ir a la fiesta, pero ellas insisten en que vaya.

— Está bien —admiten todas, aunque sé que es más falso que nada, me despido de todas y bajo para encontrarme con mi hermano, agradezco a los padres de Meli y me marcho.

— Hola Adam.

— Hola pequeña —saluda con una sonrisa.

—¿Y Nina? — cuestiono algo confundida, ya que ellos siempre suelen estar juntos.

— Salió con Thomas.

— Ah ya —digo despreocupada, realmente tiene mucho que no lo vemos— ¿Me compras un helado? —cuestiono con ternura.

— No.

— Esta bien —respondo desanimada, en un acto seguido hago una cara de niña chiquita, esa carita a la que ningún hermano mayor se resiste.

— No hagas eso —pide aparentando estar enojado, aunque yo sigo poniendo mi expresión más tierna — Bien te lo compraré —acepta rendido.

Sabía que funcionaria.

Mi hermano abre la puerta del copiloto como todo un caballero, una vez que ambos estamos en el auto nos dirigimos a nuestro destino.

— Oye...

—¿Qué pasa pequeña? —cuestiona con un tono curioso, su tono de voz es grueso, pero al mismo tiempo posee una esencia que lo hace mantener un equilibrio perfecto.

— Nada —me limito a decir.

¿Cómo le pido a mi hermano un consejo?, regularmente es más fácil pedírselo a Nina, pero ahora está con su novio y así no se puede.

Quiero ir, pero al mismo tiempo me siento sin ánimos, es como si temiera algo, rápidamente llegamos a nuestra heladería favorita.

— Pide rápido porque tengo que hacer unas cosas —ordena con un tono de diversión en su voz.

— ¡Uy que serio! —expreso burlona — ¿No tienes tiempo para tu hermanita menor? — cuestiono fingiendo pesar en mi voz.

— No es eso —confiesa apenado — Es solo que tengo que salir con...

— ¿Con una chica?

— Si —acepta un poco apenado, lo conozco, hablar de eso tiende a incomodarlo porque su hermana pequeña es un poquito celosa, aunque soy así porque no quiero que lastimen a mi hermano favorito.

— Eso explica muchas cosas —sonrió si despegar la mirada de él, ambos pedimos nuestro helado, el mío es de fresas con crema y el de mi hermano es de limón.

— Gracias Adam—digo concentrada en mi helado.

— De nada — responde con una sonrisa, al llegar a casa saludo a mis papás, hablamos sobre la fiesta y ellos acceden; me dirijo a mi cuarto para hacer la poca tarea que tengo pendiente y me distraigo con mi playlist favorito.

*

— Tienes que ir —me dice del otro lado del teléfono.

— Sofi, ya te he dicho que no —suspiro hasta del tema — ¿Para qué ir a esa fiesta? —reprocho.

— Para conocer nuevas personas, además ese chico ¿cómo dices que se llama?...

— Dylan —respondo.

— Si, Dylan te invito y no te negarás ¿o sí? —inquiere curiosa y entusiasmada a la vez.

— Si, me negaré y no me convencerás —afirmo con terquedad.

— Emma, irás no me importa lo que digas, irás, conocerás chicos y podrás demostrarle a Eithan que puedes vivir sin él o si no te las verás conmigo —su tono de voz se intensifica y sé que es hablando enserio...

— Bien iré —digo frustrada al darme cuenta de que mi prima logro lo que tanto quería.

— Perfecto —celebra satisfecha — Además el vestido que compraste es perfecto, así Eithan verá de todo lo que se perdió —añade con malicia.

— ¡Sofía!

— ¡Emma!

— Me sorprende que seamos primas —replico fingiendo estar enojada con ella.

— A mí también me sorprende —mira a la cámara como si de verdad estuviéramos frente a frente — No puedo creer que tengo una prima que no puede intentar ser mala ni por un segundo —expresa evitando reír.

— Nadie escoge a su familia —replico dedicándole una sonrisa.

— Te amo tontita.

— Y yo a ti loquita —respondo divertida, de verdad que la extraño.

Sofi es una de las pocas personas que logran hacerme sonreír cuando lo que quiero es tirarme en la cama y llorar hasta no poder más, si, somos prima, ella y Nina son un caos juntas, ambas logran levantarme el ánimo con todo lo que se les venga a la mente, aunque siento que Sofi es la más loquita de las tres, ella posee una personalidad alegre y bastante ocurrente, siempre se ha encargado de verme feliz y me aconseja cuando no estoy en mis mejores momentos. Es una pena que vivamos algo lejos, desde lo que ocurrió con Eithan ha buscado la forma de que no me caiga en mi propia miseria siendo simplemente ella.

Sin más remedio me baño, busco el vestido que compre y busco mis zapatillas negras; me maquillo con algo de sombra, rímele y un poco de labial y doy el toque final con mi perfume favorito.

— ¡Wow, luces muy hermosa! —dice abriendo la boca lo más que puede, cosa que me hace reír.

— ¿Lo dices enserio? —cuestiono divertida.

— Por supuesto, pero ya vete para que tu novio no se sienta mal y termine por irse—ordena divertida, no me queda más remedio que terminar la videollamada e irme.

*

Dylan

Me arreglo lo mejor que puedo, los nervios no me dejan pensar en cómo arreglarme, eso nunca había sido un problema, pero mi mente no paraba de pensar en ella.

¿Vendrá o no vendrá? 

La fiesta comienza a tomar forma, mis amigos y yo somos de los primeros en aparecer, ser de los más conocidos por Lucas y Zac es lo que nos obliga a tener todo preparado, grupos de amigos y algunas parejas entran, pero ninguna señal de Emma, entre más avanza el tiempo mis ánimos se han decaído.

— Oye viejo —me llama Zac dándome un codazo — Tranquilo ya vendrá — añade buscando calmarme.

—¿Estás seguro?

— Si y si no llega aquí tienes para escoger —responde señalando a las chicas que se encuentran en la pista de baile, Zac me mira como si no tuviera remedio y se marcha con una cerveza en la mano.

Sin duda Zac nunca cambiara.

A lo lejos puedo ver que las amigas de Emma entran por la puerta principal, mis ojos buscan encontrarla, pero por desgracia ella no viene con ellas, sin pensarlo me dirijo a ellas.

— Hola chicas —saludo elevando el volumen de mi voz, ya que es imposible hablar con alguien.

— Hola —saludan todas al unísono.

— Amm lo siento, pero tengo que preguntar — digo nervioso — ¿Vendrá Emma?

— La verdad no sabemos, aunque lo más seguro es que no venga, se sentía mal como para venir a un evento de tal magnitud — responde la chica a la que Zac le pidió su número.

— Bueno gracias, espero y se diviertan —digo desanimado, ellas me dedican una sonrisa y se marchan,

¿Cómo puedo ser tan tonto? 

Era obvio que ella no iba a venir.

Sé que ella me advirtió que era poco probable que asistiera, pero quise creer que podría aparecer.

Me dirijo a la barra donde están sirviendo las bebidas y tomo asiento, pongo las manos en mi cara y suspiro frustrado, bueno, supongo que ahora tengo que ambientarme a la fiesta ¿qué más puedo hacer?, me levanto y me dirijo a la pista de baile, miro una vez más a la puerta, flaqueo un poco, algo me obliga a regresar la mirada a la entrada, logro ver a Emma, se ve muy linda con ese vestido, está tratando de esquivar a todas las personas que parecen aplastarla, sin pensarlo dos veces me dirijo a su encuentro.

*

Emma

Entro al lugar, me es difícil encontrar a mis amigas, no es como que tenga deseos de estar aquí, pero gracias a Sophi me encuentro en este lugar, perdida sin rumbo alguno y con el único objetivo de encontrar a mis amigas, debe sonar dramático, pero está es la primera fiesta a la que vengo.

— ¡Hey Emma, por aquí! ­—escucho una voz que me parece conocida a lo lejos, busca al dueño de aquella voz, aunque igual y me pude haber equivocado, es difícil distinguir el sonido en este lugar; mi mirada se encuentra con la de Dylan, parece luchar contra toda la multitud que hay en este lugar.

— Amm, hola, Dylan —saludo con un poco de dificultad por el ruido que rodea el lugar.

— Creí que no vendrías —confiesa con un toque de nerviosismo en su voz.

— Pues ya ves, aquí estoy —suspiro un poco incómoda con la conversación.

— Te ves muy linda —confiesa dedicándome una mirada tierna.

— Gracias —respondo seria — Tu también te ves bien —reconozco después de mirarlo un poco.

— Gracias.

Ese silencio incómodo se manifiesta entre ambos, observo a las parejas que se encuentran en la pista y a algunos chicos y chicas sin parejas; es sorprendente ver cómo disfrutan y se mueven al ritmo de la música, sé que la música nos puede transportar a mundos completamente diferentes, al igual que los libros nos transmite sentimientos desde la melodía más tranquila hasta la más movida, observar a aquellos cuerpos moverse y simplemente entrar en sintonía es perfecto...

—¿Quieres bailar? —cuestiona Dylan dedicándome una sonrisa y extendiendo su mano, esa acción me causa un poco de gracia, ya que regularmente la veo en escenas románticas.

— Amm si, aunque debo decirte que no soy buena bailando —reconozco apenada.

— No te preocupes, solo déjate llevar por la música —sugiere, por suerte hay una canción rápida, observo a mi alrededor y para ser sincera no parece que exista una estructura que seguir, así que sigo el consejo de Dylan y simplemente me dejo llevar por la música.

— ¿Segura que no sabes bailar? —inquiere burlón.

— Segura —confirmo cortante y con la voz agitada.

Cuando pienso que ya ha terminado la canción para poder escapar de mi acompañante, una melodía tranquila que es apropiada para parejas comienza a esparcirse en el lugar, Dylan y yo nos quedamos estáticos, no sé qué hacer, me siento muy incómoda, volteo en busca de mi escape perfecto, aunque mi atención ahora se enfoca en Eithan y Natalia bailando.

Mi corazón queda pulverizado al ver aquella escena, siento como mis ojos empiezan a humedecerse, pero mis pensamientos se ven interrumpidos por Dylan, este me toma de la mano, me acerca a él con delicadeza, pone su mano en mi cintura, como si fuese un impulso con mis manos rodeo su cuello, ambos nos dejamos llevar por la canción, pero yo no me atrevo a mirarlo, no puedo ver a nadie a la cara, no quiero romperme aquí.

Mientras más avanza la canción, más es la necesidad de llorar, no sé lo que dice, pero por alguna razón me remueve cada parte de mi ser, eso es peor, sé que Dylan no merece esto, él no merece que yo piense en alguien que de verdad amo; la canción termina y me separo de él.

¿Por qué no puedo seguir con mi vida como él?, miro la escena de unos segundos atrás, de verdad duele hasta el alma verlo con alguien más, es un error quedarme viendo aquello, nuestras miradas se cruzan, una conexión se mantiene ahí, sus ojos reflejan pena y los míos se sienten pesados, él aparta su mirada de mí y yo...yo necesito huir de aquí...

— ¿Estás bien? —indaga Dylan preocupado.

— Lo siento, fue un error haber venido aquí —me disculpo con un nudo en la garganta y sin dudarlo salgo corriendo del lugar, corro lo más rápido que puedo.

¿Por qué me mira así?, ¿Qué pasa por su mente?, esas preguntas me atormentan por la razón más simple, esa conexión que sentí al verlo es la misma que sentí cuando lo conocí, aquella que fue culpable de meses hermosos, gracias a ese bello vínculo estoy sufriendo como una completa y gran tonta.

Me detengo cuando considero estar lejos del lugar, caigo al piso para tomar aire, pero me es imposible porque mis fuerzas me han abandonado, de nuevo me encuentro en un mar de llanto, alguien toma mi hombro, me sobresalto asustada, pero al ver de quien se trata me permito estar en sus brazos, sin dudarlo me escondo en su pecho y lloro sin poder parar, no puedo controlar este dolor en el pecho, de verdad me siento fatal, simplemente ya no puedo más.

— Tranquila todo va a estar bien —susurra en un tono cálido y protector, yo sigo sumergida en mi llanto, se supone que esto no debe doler tanto, se supone que esto ya debió pasar y ser superado...

— Lo siento, de verdad lo siento —digo entre lágrimas.

— No tienes que pedir perdón de nada —murmura con dulzura, como si supiera qué debe hacer acaricia mi cabeza de una forma muy tierna.

— Es que... de verdad lo intente... quise ser fuerte —balbuceo entre sollozos — Ya no puedo... decidí dejarme morir... Dylan... trate de salvar lo que me volvía especial, pero una parte de mí ya no tiene deseos de seguir adelante...

— Shh, tranquila —susurra con ternura, su voz no es totalmente grave, bueno, al menos es una voz dulce y sincera — ¿Qué ocurrió? —pregunta como si le estuviera hablando a una niña, sé que apenas y lo conozco, pero necesito desahogarme con alguien, tomo aire y comienzo a contar:

—Todo comenzó hace un año, conocí a Eithan en la escuela, sinceramente no conocía a nadie más que a Natalia, mi en ese entonces mejor amiga. Eithan comenzó a acercarse a mí, nos volvimos muy buenos amigos, yo empecé a sentir algo por él, todos pensaban que éramos novios, pensar en eso me volvía muy feliz, aunque yo negaba mis sentimientos por él y él también lo hacía, todos mis días los volvió especiales, jugábamos, nos tomábamos de la mano, hablábamos de cualquier cosa, aunque él era quien iniciaba los temas de conversación y hacia hasta lo posible para que yo iniciara los temas de conversación. Un día nos hicieron la prueba de las pupilas dilatadas —suspiro recordando ese día.

Flashback

Las fiestas patrias parecen ser un buen momento para juntar dinero, los chicos de último año han organizado una quermés, justo un día antes del puente, toda la decoración es hermosa, aunque yo no tengo deseos de estar aquí, Lydia y Alina me convencen de ir para ver lo que nos ofrecen nuestros jóvenes vendedores.

Se nos explicó que esto se realiza con el objetivo de reunir dinero para la graduación, parece que nosotros pasaremos por lo mismo, así que debemos apoyar. Pambazos, elotes, enchiladas, palomitas y más cosas hay para comer, por más que me quiero dar ánimos para comprar algo.

Regreso en un rato, voy con Jess —dice Alina animada.

Si, no te preocupes —responde Lydia, ambas damos una vuelta, lo que más adoro de mi escuela es ver sus áreas verdes, pasamos por un lugar con muchos árboles, se ve hermoso, pero es más hermoso cuando comienza a amanecer.

Emma ¿Quieres venir conmigo?

¿A dónde?

Voy con Leslie —responde con una sonrisa, Leslie es su mejor amiga, se conocen de toda la vida, Leslie me agrada mucho, aunque casi no hablo con ella.

— No gracias, mejor voy al salón, estoy cansada —expreso, sinceramente necesito ir al salón, aunque sé que me puedo poner nostálgica, pero voy a correr el riesgo, ojalá y Eithan este en el salón, aunque es poco probable, ya que a él no le gusta estar encerrado mucho tiempo.

Me dirijo al salón, están algunos de mis compañeros, me siento en el lugar de Eithan y me recargo en la pared, ¡Dios!, como extraño a Diego, me hace mucha falta, mis ojos comienzan a cristalizarse, antes de que salgan más lágrimas tomo mi teléfono y leo un libro, saco mis audífonos y disfruto de encerrarme en mi mundo.

Alguien toca mi hombro, reacciono, por lo que veo me quede muy entretenida en el libro, me quito los audífonos y poso mi mirada en él.

Perdón, estaba leyendo —me disculpo apenada.

Si, es lo que vi —ríe divertido.

Si, ¿qué pasa? cuestiono.

¿Dónde está tu novio? indaga, no me quita la mirada de encima, cosa que me incómoda aún más que la pregunta sobre "mi novio".

¿Cuál yo no... ah te refieres a Eithan? —respondo molesta y harta del tema.

Si, ese mismo —afirma con una sonrisa y en un tono que se me hace irritable.

No sé, además ya te he dicho que él y yo no somos nada —recrimino con cara de pocos amigos.

Si claro —vacila con un porte un tanto egocéntrico y se va de nuevo a su lugar, una vez que toma asiento su mirada se pierde en su teléfono, él es de tes clara, su cabello es rizado y castaño claro; tiene un cuerpo bien formado, aunque a mi parecer no es alguien que se me haga guapo. Zellen es alguien agradable, su personalidad es de alguien muy seguro de sí.

Eithan —lo llamo con una sonrisa, entra en el momento perfecto Zellen te estaba buscando —informo divertida, sé que solo preguntaba por él para molestarme.

Zellen —lo llama — Dice Emma que me buscabas —añade con curiosidad.

No —responde y se dispone a seguir jugando.

Que tonto.

Ah, bueno —dice Eithan confundido y se dirige a mi encuentro.

¿Ya te cansaste de estar afuera? cuestiono sarcástica.

No, solo que ya me aburrí —expresa haciendo una especie de puchero que lo hace ver tierno, sonrió al ver esa expresión y antes de que lo note le indico que tome asiento ¿Y qué hacías?

Estaba leyendo y escuchando música —respondo provocando que mi amigo ría ante mi respuesta.

Y ¿no te cansas de estar en el salón?

No, la verdad es que me aburrí así que decidí venirme al salón comento, obviamente sin decirle que estuve a nada de llorar porque extraño a mis amigos.

Y decidiste hacer algo más aburrido —ironiza haciendo una expresión que indica que está confundido.

Leer no es aburrido —reprocho indignada.

Si lo es afirma seguro de sus palabras.

Claro que no, es como una ventana a mundos diferentes expongo molesta, aunque mi voz no ayuda mucho, ya que parece que es la voz de una niña haciendo berrinche Eres un grosero.

No es cierto dice pareciendo estar arrepentido de sus palabras Emma perdón suplica con esa cara tan tierna y sus ojos, esos hermosos ojos llenos de vida, pero lo sigo ignorando cosa de la que me arrepiento al sentir sus manos juguetonas sobre mí.

No Eith...pido entre risas Ya déjame ordeno con dificultad Ya...Eith....está bien...te per...dono busco la forma de que me suelte, así que no dudo en abrazarlo.

Te quiero.

Yo te quiero más confieso dedicándole una sonrisa que ahora si es sincera.

No, yo más

—No yo más

— Que no, yo más

No yo te quiero un infinito más que tú —debato desafiante.

Pues yo te quiero un punto más que tú se defiende triunfante.

Sólo porque te quiero te voy a dejar ganar, pero yo te quiero más revelo mirándolo a los ojos, él me abraza y nos tomamos de la mano. Estar entre sus brazos me hace sentir protegida, aunque parte de mi se pone nerviosa al tenerlo tan cerca.

Emma me llama Zellen manteniendo la vista en su teléfono.

Mande respondo sin soltar la mano de Eithan.

Ven pide con una mirada misteriosa.

¿Para qué? —cuestiono intrigada.

Tú sólo ven.

Ash, está bien me levanto y voy a su lugar ¿Qué pasa?

Ya en serio—me mira con diversión — ¿Te gusta Eithan? pregunta sin despegar la mirada de su teléfono.

No, no me gusta respondo nerviosa, aunque no parece notarlo.

No mientas, mírame a los ojos ordena.

¿Para qué?

Tu solo mírame a los ojos y dime si te gusta Eithan pide sin vacilar.

No me gusta Eithan miento con una sonrisa triunfante, aunque estuve a nada de delatarme con mi risa.

Carajo, esto no va a salir bien Emma.

Mentirosa revela en un tono burlón.

No...no es cierto, ¿Por qué lo dices? —titubeo un poco.

Porque se te dilataron las pupilas —sonríe como su hubiese demostrado que es un gran detector de mentiras.

¿Y eso que? —reclamo en un tono hostil.

No sé si lo sabes suspira Pero las pupilas se dilatan porque estas mintiendo, porque ves algo o a alguien que te gusta o soló por qué piensas en esa persona —explica sin poder dejarme con algún punto que me permita negarlo.

—Ya veo, pero no...Eithan no me gusta.

Dime y prometo que no diré nada pide con un toque de convicción

Entiende que no me gusta Eithan —alego indignada y voy con Eith.

¿Qué te dijo? cuestiona curioso.

Nada, sólo saber lo mismo de siempre expreso frustrada por el tema, es desgastante y cobarde no decir tus sentimientos, pero yo no soy el tipo de chica en el que Eith se pueda fijar.

Hmm

Eithan lo llama Zellen.

Eithan acude a su llamado, por lo que opte por espiarlos sentándome en el lugar de Eith y fingiendo estar en mí teléfono, la expresión de Eith se ve igual que la mía, de momento nuestras miradas se cruzan, así que tomo mi teléfono y comienzo a leer.

¿Ya te torturó como a mí? —cuestiono sarcástica.

Amm si —dice aún desconcertado, pero con la mirada pérdida.

¿Qué tienes? —cuestiono preocupada.

Nada, solo me puse a pensar en algo que me dijo Zellen confiesa serio y en un acto seguido toma mi mano.

¿Qué te dijo?

Algo, sólo que no se si es verdad —expresa mirando nuestras manos entrelazadas.

Eithan, sólo dilo pido en un tono más comprensivo.

Es que... me dijo que ... me dijo que yo te gusto —titubea un poco con la confesión, Si me gustas, pero tú nunca te fijarías en una chica como yo — digo para mis adentros. Zellen cruzó el límite, sí, soy muy cobarde por no admitirlo, pero no es tan fácil como parece.

¿Qué? —me sobresalto  ¿Cómo crees eso, Eithan... no es verdad, yo te quiero como un amigo? —puntualizo.

Emma, eres una cobarde, este era el momento perfecto de decirle tus sentimientos 

No, es sólo que él me dijo eso y pues por eso me puse así confiesa en un tono que no puedo entender.

¿Creíste en él y no en lo que ya he dicho hasta el cansancio? —reprocho ofendida.

No...sólo que... perdón pide en un tono triste, pero ¿por qué?

Perdón, sólo que no me gusta que digan cosas que no son ciertas —pido apenada al ver su expresión.

No te preocupes dice con ternura, lo abrazo y él me toma de la mano, adoro eso, es lindo estar cerca de él, aunque se me pongan los nervios de punta Eithan es un gran amigo, aunque interiormente sé que no sólo lo veo como un amigo.

Fin del flashback

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro