Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

___☆_44_☆___

—Hace mucho que quería hacer esto —dice separándose un poco de mí, no consigo decir nada, intento darle la cara, pero sigo sorprendida e incapaz de articular una palabra.

Me apoyo en su pecho, por alguna razón me siento torpe e insegura de enfrentarlo, no creí que esto era lo que quería hacer, me perdí en mis pensamientos, pero ahora estoy un poco avergonzada y más confundida. Lo abrazo, no quiero verlo, él trata de hacerme verlo, pero me aferro a él, parece rendirse y me acerca más a él poniendo su rostro cerca de mi cuello, su respiración roza mi piel obligándome a separarme de él.

—Deberíamos ponernos a hacer nuestra tarea —digo un poco nerviosa, decido sentarme y tomar agua, él no dice nada y no me hace platica alguna. Tomo mi cuaderno para poder hacer un boceto y pasar bien los países a la pelotita de unicel, aunque es casi imposible, mis manos me tiemblan y su presencia hace que de verdad me sienta torpe e insegura.

—¿Por qué me miras tanto? —pregunto cubriendo mis mejillas al sentir su mirada en mí.

—¿Debería haber una razón para mirarte? —inquiere elevando una de sus cejas.

—No lo sé, tú dime.

—Me traes mucha paz.

—¿Estabas estresado? —pregunto y sin querer suelto una carcajada.

—No, pero estoy pensando en muchas cosas.

—Concéntrate en tu trabajo —ordeno negando con la cabeza al ver el poco avance en su prototipo.

—Saldrá muy bien —dice orgulloso —Emma.

—¿Si Dylan?

—Tienes algo —ahora si me ver bien a la cara.

—¿Algo de qué?

—Aquí —se acerca y pasa su dedo por mi mejilla, aunque se aleja huyendo —Es mi venganza Spanky —no sé en qué momento embarró pintura en su dedo, pero me levanto amenazándolo con la pintura verde.

—Bueno, prepárate para mi venganza —amenazo intentando acercarme a él.

—Ey, no, eso no era parte del trato —responde con falsa sorpresa.

—No Dyl, aquí no se aplica eso —le dedico una sonrisa maliciosa y amenazo acercarme con un pincel.

—Pequeña, me van a regañar si manchas está cara.

—Ash, eso se escuchó muy patético para tratarse de ti —le lanzo un poco de pintura, aunque termino ensuciando el piso, es una suerte que aquí no haya una alfombra —El baño está muy cerca —digo al ver que cierra su ojo.

—No tengo problema —dice y ahora toma otro botecillo de pintura.

—No es justo —digo al interpretar sus intenciones.

—Emma, me rindo.

—Por favor, no caeré en eso y lo sabes —digo alejándome más, mi escape es subir o meterme al baño, pero a este hombre le encanta echar a perder mis planes, me sujeta de la mano y mancha mi rostro, yo hago lo mismo.

—Tendremos que comprar más pintura —dice incapaz de poder ver.

—Y las pagarás de nuevo —advierto.

—Creí que querrías pagarlas.

—Para nada, tú eres responsable de que se desperdiciaran.

—¿De verdad?

—Si —decido entrar al baño y lavar mi rostro, aún tengo un poco de color rojo en mis mejillas, llevo mis dedos a mis labios, fue un beso, no sentí repulsión, lo recibí desconcertada y todo mi ser está desorientado.

Cubro mi cara llena de frustración, no está bien esto, no está bien darme cuenta de que, si estoy confundida, claro, bien ilusa creí que ya tenía mi respuesta, pero no contaba con esto. No me quiero engañar, pero cada vez que estoy a punto de llegar a mi verdad, ellos parecen sacarme de mi transe de reflexión.

—Emma, ¿estás bien?

—Si Dylan —tomo un papel para limpiar las gotitas —Puedes pasar —le digo y escapo, subo a ponerme un poco de crema y por una toalla para que se seque —Aquí te dejo una toalla para tu cara.


Mamá

Amor, salí por las cosas para mañana y estoy con Jackie

Te preparas algo de comer, ya no hay muchas cosas, pero puedes preparar un huevito

Emma

Si mamá, no te preocupes


—Gracias —dice recibiéndola, voy por un trapeador para limpiar el piso, por suerte la pintura se quita rápido —Te serví más agua.

—Si, gracias —le dedico una sonrisa —¿Tienes hambre?

—Si, supongo que tú también, ¿Me equivoco?

—No te equivocas.

—¿Preparamos algo?

—¿Tú cocinas? —pregunto desconcertada.

—Si y me han dicho que cocino muy bien.

—Pues ya somos dos —suelto una risita —Te invito a mi humilde lugar de preparaciones —digo señalando la cocina, no sé lo que tengamos, pero algo debe haber para poder tener algo en el estómago.

—Veo que podemos hacer un espagueti.

—¿Crees que sea una buena combinación con rollos de huevo? —inquiero observando lo que tenemos, mi mamá tenía razón en ir por algunas cosas, tanto para la casa como para mi fiesta.

—Probemos, yo haré el espagueti.

—Perfecto —le dedico una sonrisa, recuerdo que la receta original es con pimientos, pero solo veo chile verde, jitomate y cebolla; en mi mente está versión no está tan mal.

—¿Qué haces? —pregunta reprimiendo una risa.

—Mi versión de unos rollos de huevo al estilo de unos huevos a la mexicana —digo con orgullo —¿Hay algo mal en eso?

—No, pero es divertido que hayas puesto cara de duda —suelta una pequeña risa —No te enfades, pero esto parece algo interesante.

—Lo siento, pero sigo pensando en si es una buena mezcla.

—Tranquila, ya te dije, probemos, tendremos una buena experiencia.

—Es cierto, además degustaré de lo que prepares.

—Y yo de tu adaptación —ríe —No te vayas a cortar.

—No me eches la sal —me quejo.

—Yo solo te esto diciendo que tengas cuidado —me dedica una sonrisa —Eres admirable.

—Gracias —respondo, sigo en lo mío picar el jitomate y el chile es fácil, pero la cebolla me causa conflicto por el detalle de que me irrita los ojos.

—¿Te puedo ayudar?

—¿Qué no prepararás el espagueti?

—Si, pero estoy esperando a que tenga la consistencia que deseo —volteo y le dedico una mirada a la cacerola, luego a él.

—Huele rico.

—Emma, tú amas comerlo antes de que lo preparen —ríe un poco.

—Si, eso lo sé —digo avergonzada, aparto la mirada de él y sigo con lo mío —Auch.

—¿Te cortaste?

—No —miento quitando de su campo visual mi mano.

—Mentirosa, muéstrame tu mano.

—Ash, es tú culpa.

—¿La mía? ¿Por qué?

—Porque tu tentaste la posibilidad de que me cortara.

—Ven —me pide, yo me niego, pero se acerca a mí y toma mi mano —¿Tienes un botiquín?

—Está en el baño —de milagro no he llorado, siento que el dedo me arde, él se acerca y vuelve a tomar mi mano, se concentra en mi dedo, pone un poco de espray, es el que mamá usa cuando nos lastimamos, lo que amo es que este no arde, Dylan pone un curita y besa mi dedo.

—Sana, sana colita de rana, si no sanas hoy sanarás mañana o quizás pasado mañana —canta conteniendo una risa, yo no me contengo y suelto una verdadera carcajada que sin querer viene acompañada de pequeñas lágrimas.

—Creí que era la única persona que sabía esa canción.

—Ya ves que no, mi mamá la aprendió de la tuya —ríe un poco —Creí que ibas a llorar.

—Imposible con eso.

—Tu risa sí que es algo que no ha cambiado en ti —dice limpiando las lágrimas que salieron.

—¿De verdad?

—Si —de nuevo se acerca a mí, ahora ya sé cuáles son sus intenciones, mi problema es que no sé si quiero ceder a otro beso, me gusto, sí, pero no sé si quiera que se repita.

—Dylan, creo que ya está lista la pasta —digo dedicándole una sonrisa.

—Cierto, se me olvido —responde apenado y se dirige a su área, me enfoco en seguir con lo mío, al cabo de unos minutos sino es que media o una hora ya tenemos en la mesa todo servido.

—A comer se ha dicho —dice sirviéndonos pasta, yo tomo un rollo de huevo y él hace lo mismo —Si muero Zac sabe que eres con quien me fui.

—Tonto, no está envenenado, la que realmente se siente preocupada soy yo.

—Jaja, ¿por qué?

—¿Quién me garantiza que no hiciste un hechizo o hasta fuiste capaz de envenenarla?

—Bueno, ambos corremos peligro —dice soltando una carcajada.

—Buen provecho, espero no sea mi última comida.

—Lo mismo digo —hago una reverencia y meto a mi boca el espagueti que realmente quedó delicioso, la combinación con el rollo de huevo si es algo extraña, pero no sabe mal.

—Dale mis felicitaciones al chef —digo divertida.

—Lo mismo digo —no sé porque, pero ambos vemos a nuestro falso mesero.

—Dígame señorita, ¿suele venir mucho a este lugar?

—Si, amo lo que hacen cada día —me incorporo como su fuera una profesional —Son muy serios y casi nunca repiten sus preparaciones, aman innovar.

—Vaya, ahora comienzo a querer venir más seguido.

—Es una gran idea, además, tus bolsillos nos quedaran vacíos.

—Mi economía lo agradece —ambos reímos.

—Estoy segura de que engordarás si no haces ejercicio.

—Emma, esta panza debe llenarse, soy del club de los puerquitos adorables —explica.

—Claro, yo soy de esos animalitos que no hacen mucho, pero igual están en forma.

—Si como no —me dedica una mirada de pies a cabeza —Emma, seamos sinceros, tú mientes.

—No miento y te lo pueden comprobar.

—¿Quienes?

—Las chicas, Eithan, mis papás, Nina, Adam, Thomas...

—Ya entendí —bebe un poco de agua —Eres una persona sedentaria.

—Así es, aunque empiezo a considerar ejercitar más mi cuerpo.

—Eso no está mal, ayuda a tener una gran salud.

—Algo de eso he escuchado.

—¿Quieres un poco de música?

—Por supuesto, aunque no se vale cantar porque no quiero que el restaurante tenga muertos por cantar.

—Harás que me ría y me salga el espagueti por la nariz.

—Jaja, ¿eso es posible?

—Claro, te mostraría, pero es asqueroso y da mala fama con las chicas.

—Hombre, quien te acepte de verdad se llevará la lotería —digo al recordar lo que me dijo la señora.

—Pero el problema verdadero es si quien amo me escogerá.

—Algo me dice que tendrás una respuesta rápida.

—¿Me dirás ahora?

—No, primero debo hacer algo, todo debe estar resuelto en su totalidad.

—¿Qué harás?

—Saldar mis deudas y quitarme cargas del pasado —digo jugando con el espagueti.

—¿Hablas de Eithan o de mí?

—No lo sé, quizás ambos.

—Mujer, tú sí que sabes dejar intriga.

—Lo sé, es algo que adoro.

—¿Emocionada por tu cumpleaños?

—Me emociona ver a mis papás.

—Creí que ya les decías abuelos —yo niego ante eso.

—Imposible, siempre serán mis papás.

—Entonces no me he perdido de mucho.

—No que yo sepa —le dedico una sonrisa, él sonríe y acaricia mi cabello despeinándolo.

—Sigues teniendo la personalidad que más me encanta de ti.

—¿Has recordado en todos los sentidos estos años?

—Si, obvio que hay cosas que si cambiaron, pero no son tan notorias.

—Miren nada más a estos dos —la voz de Nina hace que me sobresalte.

—Hola —la saludo conteniendo mi tos, pase en seco mi alimento.

—Siéntate hermanita —dice conteniendo la risa.

—¿Gustas algo de comer? —pregunta Dylan.

—Claro, menos el rollo de huevo, yo me haré algo distinto —entra a la cocina y luego regresa.

—¿Adam no ha llegado?

—No que yo sepa, mamá dijo que llegaría tarde.

—Lo sé, pensó que ya estaba aquí —suelta una risa —Olvido que hoy salgo a las cuatro.

—¿Son ya las cuatro? —pregunta Dylan.

—Y cuarto —le dice Nina.

—Lo siento, me tengo que ir, quede de verme con Zac a esa hora, tiene entrenamiento —dice levantándose de golpe, lleva el plato, cubiertos y vaso al fregadero —Adiós pequeña, nos vemos mañana —añade y se despide dándome un beso cerca de los labios.

—Con cuidado —digo sorprendida.

—Espero que no te maten —suelta Nina divertida.

—Bye Nina —se despide de ella y se marcha.

—¿Qué hacía aquí?

—En teoría tarea, pero terminó mal —respondo divertida.

—Cuéntame —pide muy interesada.

—¿Vas a comer?

—No, ya comí algo con Sebas.

—Entonces ayúdame a lavar los trastes —pido haciendo un puchero.

—Está bien, solo porque el chisme se va a poner bueno —niego ante su cometario.

—Te pasas —nos dirigimos a la cocina y preparamos los trastes, le cuento todo con detalle y ella me mira con sorpresa.

—¿Cómo que se besaron? —pregunta Nina lavando los trastes.

—Si, no sé cómo rayos ocurrió, pero...

—Te gusto pequeña traviesa —suelta divertida.

—Eso es lo peor, si me gusto, no sentí lo mismo que cuando me lo robo y... —suspiro frustrada —Ya no sé —me lamento.

—¿Cuándo saldarás tus deudas?

—Le mandé un mensaje a Eithan y acepto que sea mañana, quiero aprovechar el puente para poder darme valor de verlo a la cara de nuevo.

—Si te besa se llevará los gérmenes de Dylan.

—¡Nina!

—Es la verdad y no me puedes regañar por decirla.

—Ya lo sé, aquí entre nos —digo bajando la voz, claro, como si alguien me fuera a escuchar —Mi mejor beso fue y ha sido con Eithan.

—Y lo será toda tu vida —responde con obviedad, yo me encojo de hombros porque es cierto, ese beso es casi inolvidable, tendría que tener problemas de memoria para no recordar el beso que nos dimos un acto lleno de amor y miedo, la pena y dolor de dar un adiós y el arrepentimiento de hablar y dejarle todo al destino.

—Siempre será mi primer amor —digo en un susurro.


*


—¿Lista? —me pregunto mentalmente, estoy nerviosa, quede de verme con Eithan después de clases, es hora de saldar mi deuda, hay decisiones que estoy a punto de tomar, quiero hacer esto antes de actuar y aceptar las consecuencias, es cruel, pero necesito estar bien conmigo misma.

Ayer fue un día bastante interesante y el día que más dudas me surgieron, por ello requiero hacer esto. Para poder darle la llave de mi corazón a alguien más requiero de decirle adiós a todo lo que me ate al pasado, me alisto, juego con el dije que me obsequió Eithan, estoy bastante nerviosa, pero no quiero escapar de lo que es necesario.

—¿Nina me dijo que deseas que te lleve? —cuestiona Adam con cierto interés.

—Si, necesito llegar pronto para que pueda calmar mis nervios —admito.

—Ay, pequeña, ¿vas a pedirle a Eithan que regresen? —cuestiona divertido y poniendo una gran sonrisa.

—No, voy a pagar mi deuda.

—¿Cuál deuda?

—El poema que acorde escribirle y todo por nuestro juego...


Flashback

Nos quedamos sin tema de conversación he decidido proponer el famoso ¿Verdad o reto?, todo por mi aburrimiento.

— ¿Por qué no jugar con mi ahora novio? —me pregunto, aunque me siento nerviosa, no sé qué preguntar, tengo tanto miedo de preguntar tonterías, sé que es un juego, pero me encuentro con la persona que más me pone nerviosa, además me siento tan patética por no saber cómo apodar a mi novio, es loco, sé que no es necesario, pero esto de las relaciones es demasiado nuevo para mí.

Él ya tiene mi apodo MI BEBÉ ♡, cuando vi mi apodo estaba bastante emocionada y nerviosa, Eithan es el chico más tierno que podría existir, el tono de mensaje me interrumpe de mis pensamientos.

Eithan

¿Verdad o reto?

Emma

Verdad

Eithan

¿Por qué no te gustan los perros?

Emma

No es que no me gusten, es sólo que tuve una mala experiencia y me dan miedo

Eithan

Ah ya

Emma

¿Verdad o Reto?

Eithan

Reto

Emma

Te reto a que me hagas una carta o poema

Posdata: No se vale de otros autores ni ver paginas tiene que salir de tu corazón

Eithan

Va, pero tú también

Emma

Ok... pero mañana nos tenemos que dar el poema o carta a las 3:00 p.m

Fin de Flashback


El final de esa historia es triste, su carta o poema nunca llegó y yo tampoco la envié, después de eso todo comenzó a cambiar, ambos nos alejamos más, mis miedos me obligaron a dejarlo y bueno, el resto ya se sabe.

—¡Tú puedes! —me anima Adam.

—Gracias, pero aún no sé porque me siento tan así.

—Hey, esto es necesario, no te arrepientas, nos vemos en casa —se despide de mi con ternura, espero en donde quede de verme con Eithan, decidí entregarle la carta en el parque, sólo que esta vez, esta vez sería en mi lugar especial, ¿por qué?, porque así lo imagine.


Eithan

Me aterra reunirme con ella, temo que me diga algo malo, aunque también anhelo que me escoja, pero lo cierto es que son oportunidades que aprovecho para conquistarla, está ocasión decidí traerle sus chocolates favoritos con una pequeña nota.

Busco a mi bebé, es extraño, esta vez me citó en el lugar donde tuvimos la cita, este lugar es verdaderamente hermoso, ella se encuentra observando el bello paisaje, no puedo evitar tomarle una foto a Emma, me acerco despacio y en silencio, la abrazo por la espalda, ella se sobresalta, pero al verme se muestra "molesta".

—¿Por qué haces eso? —inquiere conteniendo una risa.

—No puedes enojarte conmigo —respondo divertido.

—¿Ah no?

—No —le aseguro mostrándole la caja de chocolates, ella se pone rojita y sé que ahora está nerviosa.

—No tenías que hacerl...

—Lo hago con mucho gusto —admito divertido al ver su expresión.

—Eith...

—No aceptaré un no por respues...

—Gracias —responde interrumpiéndome.

—No es nada —ella apunta su mirada a la nota en la que decidí poner:

"La vida se vuelve dulce con ver tu hermosa sonrisa"

Sus ojitos le brillan, es tan adorable y bueno opto por tomarle otra foto, aunque ella lo nota.

—Bórrala —pide.

—No.

—Por favor —vuelve a pedir —¿Por qué eres así?

—Te ves muy bonita —respondo mostrándole la foto.

—Eithan —gruñe.

—Ay, bebé —digo divertido, me pierdo al ver que trae el dije que le di hace tiempo — ¿Lo traes?

—Si, después de todo es especial, tú me lo obsequiaste —responde algo nerviosa y lo sé porque comienza a jugar con su cabello.

—Definitivamente fue una buena elección —le dedico una sonrisa.

—También te traje algo.

—¿Ah sí?, me pregunto qué será —saca un sobre morado y me lo entrega.

—No es necesario que lo abras ahora.

—Pero si yo quiero...

—No, no podría —responde, realmente le asusta el resultado.

—Emma, no me voy a enojar —respondo divertido.


Narrador

—Emma, no me voy a enojar —responde Eithan divertido, lo piensa y decide hablar —Léelo.

—Pero ¿qué? —cuestiona Emma asustada.

—Quiero que lo leas —pide este.

—No —responde seria, aunque está asustada por las palabras que contiene su deuda.

—Por favor —pide el chico poniendo sus mejores ojos de cachorrito e intentando hacer un puchero.

—No, no me hagas...

—Por favor bebé.

—Sólo si dejas de decirme así —pide retante, Eithan la conoce, ella puede decir las cosas, pero no las cumple como tal.

—Te escucho —Emma suspira, molesta toma el papel y comienza con la lectura...

Eithan...

Solo espero que al leer esto no te confundas, lo hago para liberarme, lo cierto es que está es la deuda más grande de los días que fuimos novios, es raro ¿no?, decirlo tan formal, aunque ambos sabemos que la primera carta era más formal, ¿la recuerdas?, "La razón de porque te quiero".

Emma suspira, es tan difícil decirlo en voz alta, aunque por otro lado Eithan se siente asustado.

Prometimos enviarnos algo, me ha tomado tiempo, pero creo que al fin está listo, después de todo, esto te corresponde, perdón que estén algunas cosas que quizás parezcan equivocadas, y perdón por estar sonando tan nerviosa, pero me conoces y sabes que me aterra hacer algunas cosas, esta es la más grande, después de todo, tú eres la razón de este intento de poema, un poema que hice con mucho cariño, pero que al no ser perfecto tuvo que ser modificado y quizás no te guste o no lo sé.

Bueno anexando eso, ahora siguen las palabras que escribí el día que prometimos enviarnos una carta o poema, está claro que decidí hacer ambas.

—Continua —pide el chico emocionado.

—Prefiero que leas el poema solo —responde con nostalgia.

—Por favor be...

—Bien, ya entendí —suspira —Creo que te hablan —Eithan voltea y sin dudarlo Emma sale corriendo no sin antes dejarle la carta, aunque siente unos brazos rodearla.

—¿Enserio creíste que podrías escapar? —cuestiona agitado .

—Al menos lo intente —responde con cansancio.

—Por eso te a...

—Lo sé, lo sé, me aprecias —responde intentando sonar engreída.

—No, yo no...

—No quieras decirlo, lo entiendo —antes de que pueda decir más se desata una gran tormenta, Emma se encuentra empapada, Eithan se quita su chamarra para protegerlos, el agua golpea su cuerpo, se escucha un gran trueno, Emma grita asustada...

—Descuida, todo estará bien —responde Eithan tratando de reconfortarla, le habla como si fuese una niña pequeña, aunque ella se sentía así.


Eithan

Esperamos a que pase la tormenta, ella mantiene la vista en un punto inexistente, sin que lo note me dedico a leer la carta...

Hola amor, perdona si suena cursi, es poco tiempo para escribir algo, lo cierto es que estoy nerviosa y aterrada, temo no ser la novia perfecta, muchas dudas me tienen atada de manos.

Te amo, perdona si suelo ser distante contigo, temo que se acabe tu paciencia, me has dicho que no me sientes así, pero yo aún me siento extraña, eres mi primera relación y eres tan dulce que tengo miedo de hacer algo mal, sé que ambos queremos que en esta relación existan la confianza, la sinceridad, la comunicación y el respeto, bueno... bebé, te amo mucho, es raro todo, desearía seguir diciendo cómo me siento, pero esta carta tiene un fin y es un intento de poema para ti...


No necesito un príncipe azul,

no necesito una media naranja,

no necesito que seas atractivo,

no necesito tus riquezas,

no necesito a alguien perfecto.

Te quiero a ti:
con tus virtudes y defectos,
con tus aciertos y desaciertos,
con la luz en tu mirada,
con la calidez de tu cercanía.
con la dulzura de tu voz,
con tu espíritu de lucha,
con tu alma soñadora,
con cada una de tus facetas.

No quiero que seas un ideal,
sólo pido tenerte,
cerca o lejos,
aún en la tormenta
aún si huimos
quiero tenerte a ti.


Bueno, como dije al principio esto tiene unos arreglos, digamos que tiene que ver con algo que llamo, "eventos recientes" y bueno... está lo que veo en ti, lo que sentía y me transmitías cada vez que me veías y bueno, una de las razones por la que todo acabo...

Te quiere, Emma


¿Dolió?, demasiado, es increíble que no pudiera hacer algo para ella, pero sé que ella busca terminar con deudas del pasado para poder enfocarse en el presente.

—Emma —me oigo decir, ella me mira a modo de respuesta —Lo siento...

—Descuida, no fuiste el único que tuvo la culpa —responde dedicándome una sonrisa.

—Pero no hay razón que justifique el hecho de que te engañe —suspiro —Nadie debe buscar motivos para engañar a la persona que ama.

—Eith... debo confesar que es cierto, pero ambos fuimos incapaces de actuar con madurez, nada lo justifica —suspira, en un acto seguido toma mi mano —Pero lamentarnos no nos hará regresar al pasado y cambiarlo, sólo debemos continuar y aprender, es todo —no respondo, sé que tiene razón.

—Tienes razón, no lo cambia, pero eso no evita que me sienta mal por haberte lastimado —la voz se me quiebra, pero me permito que ella me vea débil y roto.

—Y ya paso, no te odio por eso...

—Lo sé, pero me cuesta perdonarme, estuve a punto de perder al amor de mi vida...

—Shh —me susurra acariciando mi mejilla, toma los chocolates y me extiende para que tome uno —. Sigo aquí, como dicen, el pasado ya paso, el futuro es incierto, pero estamos en nuestro hermoso presente.

—Emma, ¿por qué me sigue costando?

—¿Qué?

—Perdonarme, no puedo dejar de pensar en lo mal que me porte —suspira, se recarga en mí, yo recuesto mi cabeza, toma mi mano, ella logra darme calma, come uno de los chocolates y hace una mueca que viene acompañada de una gran inhalación.

—No lo sé, supongo que muchas veces es fácil perdonar a los demás, pero uno mismo pesa, la misma culpa te hace sentir alguien que no merece lo mejor, quizá y sientas que hay algo mal contigo... cuando realmente eres humano y es normal cometer errores.

—De hecho, así me siento —admito entrelazando mis manos con las de ella —. ¿De verdad merezco tu perdón?

—Si, lo mereces porque vales más que tus errores —me dedica una sonrisa.

—De verdad, gracias por ser quien eres —le devuelvo la sonrisa —. No solo eres linda, también eres alguien admirable que merece lo mejor.

—Tú también mereces cosas buenas, mereces ser feliz.

—Soy feliz ahora que he confirmado que contigo todo está bien, que no te perdí.

No dice más, ambos nos quedamos en silencio, cuando la lluvia se calma la llevo a su casa, ella ha estado jugando con el vidrio empañado, he decidido poner música, el silencio se invade por...

—Eith, es tu canción favorita —celebra orgullosa, parece que no lo ha olvidado y eso es tierno.

—Si, pero si no me equivoco también es la tuya.

—Una de tantas —ríe, aprovecho que nos detenemos para acariciar su mejilla.

—Sin ti, soy una triste canción... —ella me sonríe, no habla, no responde, solo me observa con esos bellos ojos que brillan cuando nuestras miradas se mezclan.

—Me tengo que ir —dice minutos después.

—No quiero que te vayas —confieso haciendo un puchero.

—Ni yo quiero irme, pero debe ser así —ríe un poco —Nos vemos entrando del puente.

—Hasta el martes ¿no?

—Así es Eith —nos despedimos con ese característico beso en la mejilla seguido de un abrazo, me voy a casa, abrazo la carta a mí, aún quiero aferrarme a la poca esperanza que me queda en que regresemos y recreemos una bella historia.  

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro