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Eithan
Emma y yo nos hemos puesto de acuerdo, ella le dijo a mi prima que irá conmigo, fingimos darle una sorpresa y mi parte es llevar a Idali, no me preocupo porque sé que cuando se trata de ella todo pasa a segundo plano.
—Ya estoy aquí, ¿estás bien?
—Si, ¿por qué lo dices? —cuestiona con falsa sorpresa.
—No mientas, estás mal, es por Meli ¿verdad? —este me mira cabizbajo, sabe lo imposible que es engañarme y fingir que todo está bien.
—Si, la extraño, quiero recuperarla, tenía la esperanza de que evitaría que esto se acabara, pero no fue así...
—¿Y por qué no has hablado en ella?
—Porque no creo que le importe, es tan feliz con ese tipo, a él si lo quiere —replica en un tono triste.
—No creo que sea así.
—¿Acaso sabes algo que yo no? —cuestiona confundido.
—Si, hablé con Emma —sonrío al recordar todo —Tuve una cita con ella.
—Y ¿qué te dijo? —me mira con cierta esperanza.
—Que Melissa no está bien, la ve triste, siente que deben arreglar las cosas, pero mi prima no cede.
Por favor que esto funcione.
—Además, Emma y yo iremos a su casa, le tenemos una sorpresa —lo miro sonriente —Quiero que me acompañes.
—¿Lo dices enserio?
—Si, ¿sabes? —pienso un poco como si estuviese teniendo una idea —Podrías hablar con ella.
—Eso quiero, pero no sé —se dirige a la cocina y me pasa una manzana —¿Es correcto?, ¿crees que si me quiera ahí?
Este hombre es un caos.
—Primo, es mejor intentarlo que sentarse y no hacer nada, recuerda que el que no arriesga no gana —replico con paciencia —Además estaré ahí —lo miro para convencerlo —Emma y yo podríamos dejarlos solos y ustedes intentar arreglar las cosas, deben olvidar el pasado y vivir lo que realmente importa, el presente.
—Tienes toda la razón —dice levantándose del sillón.
—Así se habla.
*
Emma
Todo ha salido como ambos queríamos, Eithan pasó por mí, ambos necesitamos asegurarnos de que ese par hable.
—Mi primo dice que ya está a punto de llegar —me mira con complicidad.
—Meli no ha contestado —hago una mueca, espero que no se le haya olvidado.
—Ya llegó —ambos nos ocultamos, estamos a una distancia moderada, pero no queremos que nos vean o sospechen.
—¿Crees que funcione? —cuestiono un poco desanimada, ambos queremos que tanto Meli como Idali resuelvan todo.
—Espero que...
No sigue porque Meli ya ha dejado claro que no quiere ver a Idali, le ha cerrado la puerta en la cara. Ambos nos miramos con cierta frustración, Idali parece rendirse, pero lo que sigue me sorprende, sé que dice algo, debe ser algo convincente porque ella lo deja pasar.
—¿Ya deberíamos enviarles el mensaje? —Eithan me mira dudoso.
—Deberíamos esperar un poco más —busca algo y saca una bolsa —Traje esto —saca el contenido de la bolsa, sé que es noche, pero esto me emociona.
—¿Aún lo recuerdas?
—Claro, incluso traje algunos dulces —me mira divertido.
—Podemos esperar —lo miro con cierta diversión, me extiende el bote de helado sabor menta junto con una cuchara.
—Rayos —golpea su frente.
—¿Qué ocurre? —él empieza a reír.
—Olvide la otra cuchara —lo miro divertida, claro, no todo puede salir bien.
—Podemos compartir esta —digo de forma natural.
—También traje esto.
—No te creo —la sujeto, él la extiende y nos cubre —Eith, sólo tú y yo comemos helado y nos abrigamos con tu cobija.
—Lo sé, somos un caso.
—Definitivamente es muy calientita —me arropo más con ella.
—¿Crees que se den cuenta de nuestro plan? —inquiere comiendo del helado.
—Espero que no —rio un poco —¿De verdad nos hemos acabado un bote de helado? —él suelta una carcajada.
—Serán dos —lo miro con sorpresa, esto es demasiado, pero me encanta —Eres el mejor —beso su mejilla, él me dedica una sonrisa.
—¿Sabías que eres muy tierna cuando comes dulces? —susurra, vuelvo la mirada a él.
—Lo siento por existir —dramatizo un poco.
—Te has acabado un bote de helado —responde con más drama.
—Esta pansa no se llena sola —digo señalando una pequeña lonjita.
—¿Pero no me has visto a mí?, estoy gordo —dice con pesar.
—Claro, y luego tú —lo golpeo sin fuerza.
—Es cierto —admite.
—Eithan, estás muy flaco —rio divertida, él niega con la cabeza.
—Extrañaba estos momentos —suelta.
—Lo sé, yo también —le dedico una sonrisa —¿Deberíamos enviar ahora el mensaje?
—Si, el resto ya se verá.
Emma
Hola de nuevo
Te debo una disculpa
No podré ir, se me complico algo
Ambos enviamos el mismo mensaje, sólo que yo a Meli y él a su primo. Eithan me lleva a casa.
—Cruza los dedos para que funcione —digo dándole una cucharada de helado, que él conduzca le deja imposibilitadas las manos.
—Mira, ya hicimos algo, el resto le toca a ellos —sus palabras son ciertas, es como cuando Meli nos encerró y bueno, ahora él y yo estamos metidos en esto y pasando un rato agradable.
—Tienes razón.
—Emma.
—¿Sí?
—Eres un gran cupido —lo observo, está sonriendo, justo como en los viejos tiempos.
—Pero tú tampoco te quedas atrás —el ríe más, su risa me contagia, llegamos a casa, él me abre y me acompaña a la puerta.
—Dulces sueños —dice acortando la distancia entre ambos.
—Dulces sueños —respondo acercándome un poco más a él —Gracias por el helado y los dulces —él sonríe y como si volviéramos el tiempo atrás vuelve a acortar la distancia entre ambos, nuestros rostros están a tan solo milímetros de chocar, él levanta su mano y sin previo aviso me despeina con cariño.
Ambos reímos, niego con la cabeza, pero él no deja de mirarme.
—Te quiero —susurra.
—Y yo a ti —está más que claro que ambos podemos regresar a esos tiempos donde ambos dejábamos todo en segundo plano, momentos donde sólo éramos él y yo, me lanzo sobre él y lo abrazo con fuerza, él rodea mi cintura con sus brazos y posa su cabeza rozando mi cuello, nos volvemos a mirar el uno al otro, me acerco más para darle un beso en la mejilla, pero el beso cambia de rumbo a sus labios, siento arder mis mejillas y me separo de él.
—Adiós —decimos al unísono.
Entro a casa, que intentemos ayudar a Idali y Meli me pone a pensar que también nos acerca más y es extraño, extraño porque es como si no hubiéramos estado lejos por mucho tiempo, de nuevo nuestra cercanía cede al momento, nos dejamos atrapar por el calor de nuestro afecto, dejamos de lado todo y reavivamos aquello que se apoderó de nosotros cuando nos conocimos.
Melissa
Este día definitivamente ha sido de lo más aburrido y espantoso, ¿por qué no me lo quito de la cabeza?, aceptar su decisión fue una de las cosas más difíciles que he tenido que respetar, pero él no se queda atrás, odio esto.
Escucho que alguien toca el timbre, genial, ¿quién quiere molestar?, no es tarde, pero prácticamente estoy sola y no tengo ánimos de recibir a alguien, decido abrir la puerta, no estoy en la mejor de las condiciones, digo, a la mayoría de las personas les molesta salir en pijama y despeinadas, a mí me viene dando lo mismo.
—Hol... —no puede decir nada porque ya le he azotado la puerta en la cara, verlo es una gran sorpresa, el nerviosismo decide apoderarse de mí, pero decido mostrarle lo enojada que estoy, ¿qué hace aquí?, alguien vuelve a tocar el timbre, aunque siento que es Idali.
—Lárgate —exijo e intento volver a cerrarle la puerta en la cara, pero este se adelanta y pone su pie para evitarlo —¿Qué es lo que quieres?
—Tranquila, Emma y Eithan dijeron que vendrían —dice apenado, claro, me golpeo mentalmente, olvide que hoy me dirían algo, pero no esperaba que él apareciera también.
Ambos permanecemos en silencio, él parece nervioso, puedo decir que está debatiéndose algo, pero no sé qué es con exactitud.
—¿Seguro que vendrían hoy? —inquiero con bastante frialdad.
—Si, incluso me lo confirmaron por mensaje.
—¿Quieres una galleta? —cuestiono, él asiente, esto de los modales no es totalmente lo mío, al menos no cuando estoy enfadada con esa persona, nuestros teléfonos suenan, ambos los miramos, claro, esto debe ser su venganza.
—Eithan no vendrá —hace una mueca, ni él se lo esperaba.
—Emma me acaba de cancelar también —suspiro, me acerco a la puerta y la abro —Creo que deberías irte.
—No —lo dice con fuerza y decisión, él se acerca a mi —Quiero arreglar las cosas —él busca mirarme, pero yo aparto la mirada.
—¿Arreglarlas?
—Si, ya sé que no estás bien —suspira —Además estoy seguro de que no amas a Ricardo —era obvio que sacaría ese tema, aunque no sabe que todo es una farsa que yo misma invente.
—Estoy mejor que nunca —miento —Además, ¿para qué quieres arreglar algo si ya estás muy bien con Karen? —su rostro muestra confusión, no entiendo por qué, pero baja la guardia y cierro la puerta antes de que me responda.
Idali
—No es verdad, estoy mejor que nunca —miente, la conozco y es imposible que lo diga enserio —Además, para que quieres arreglar algo si ya estás muy bien con Karen —añade.
¿Karen?
Tardo un poco en reaccionar y cuando quiero decir algo ella me cierra la puerta en la cara, no lo dudo ni dos veces y voy a casa de Karen, quiero una explicación, por suerte no queda muy lejos de donde vive Meli, haberla visto en pijama y despeinada, le da un aire muy adorable, a veces ella puede ser tan fría, pero muestra mucha ternura, simplemente me encanta, es mi musa, es mi todo.
—Hola ratoncito —saluda con una voz chillona, ahora sé porque no me gusta.
—Hola.
—¿Qué tienes? —inquiere con preocupación.
—¿Acaso le dijiste algo a Melissa?, ¿por qué dijo que estoy bien contigo? —cuestiono molesto.
—Ratoncito, no le dije nada a esa chica —niega molesta y poniendo los ojos en blanco.
—¡No mientas!, dame una explicación —exijo, su rostro queda pálido, no me gusta comportarme como un patán, pero si no fuera importante no lo exigiría.
—Tranquilo.
—Pues habla —ella me mira apenada y asustada, levante la voz y no es normal que me ponga así.
—Melissa fue a buscarte el día que estaba ahí —me mira dolida y al mismo tiempo molesta.
—¿Por qué no me di cuenta?
—Pues estabas en el baño y abrí, ella no dijo nada y se marchó —explica —¿Iras con ella?
—Tengo que arreglarlo —suspiro —Ella es la chica que amo.
—Idali —que me diga así es raro, pero agradezco que quería dejar atrás el apodo cursi —Si necesitas que hable con ella lo haré.
—¿Lo dices en serio?
—Si, no pienso actuar como alguien que no acepta que perdió —besa mi mejilla —Lucha por ella.
Regreso a casa de Meli, ahora todo tiene sentido, pensó lo peor al verla, pero no la culpo, Karen es la chica que Meli no soporta, sólo espero que ella me escuche.
Melissa
Después de todo no le importo como pensé, eso debí suponerlo desde un principio, vuelven a llamar a la puerta, es posible que sea Emma o Eithan, dudo que sea él, aunque mis padres son algo distraídos, tanto que de seguro olvidaron sus llaves, me paro de mi comodidad para abrir la puerta.
—Antes de que se te ocurra volver a cerrarme la puerta me vas a escuchar —sus palabras son demandantes, tanto que me quedo muda y sólo asiento.
Melissa, reacciona.
—Escucha, si piensas que entre Karen y yo hay algo, estas equivocada —suspira —Ese día fue a visitarme, he estado mal, sin ti no soy el mismo, pero preferí alejarme de ti —ahora centra su mirada en mí, es algo que no quiero porque eso me puede debilitar —Amor, no sabes lo mucho que me duele ver que no demuestres interés en mí, que tu orgullo te gane y que me ignores, pero sobre todo, me dio más coraje que llevaras a tu amigo y estuvieras demasiado cariñosa con él —explica de un forma tan sincera, pero triste a la vez, mi voz no logra salir, mi sistema de defensa está siendo atacado, pero no hago nada para defenderme —También me aleje porque me causabas daño, me causa daño el saber que nunca serás mía, que nunca me mostrarás lo que sientes, no sabes cuánto daño me causa el pensar que un día te aburrirás de mí y me alejarás —cada palabra es peor que la anterior, ya no puedo, simplemente ya no, mi defensa ya se ha dañado y las lágrimas salieron, sus palabras me lastimaron...
—Lo siento —consigo decir con un hilo de voz —Idali —suspiro, aunque suena más como un sollozo —No me gusta demostrar mis sentimientos porque es como dar paso para ser lastimada... tengo miedo de encariñarme porque si esa persona se va me será imposible superar su partida, pero como consecuencia hago que las personas se alejen de mí, hay cosas que me siguen lastimando y me es difícil de superar, no muestro lo que siento porque es como demostrar debilidad —comienzo a decir, aunque eso no evita que más lágrimas salgan —Pero estoy segura de algo y es que por nada del mundo me aburriré de ti, tú has hecho que cambie mi opinión acerca del amor —termino de decir y me derrumbo.
No puedo creer que yo, Melissa, he decidido confiar en él, ser débil con él, pero sé que no me arrepiento, siento como si me hubieran quitado un gran peso de encima, él escucha y sin darme cuenta, sus brazos me rodean.
—Te amo, te amo, te amo —dice entre lágrimas.
Lo observo, cada detalle de él, si rostro que impone autoridad, pero sus acciones son tan dulces y sinceras, le doy un beso en la mejilla, me encuentro en los brazos de un gran chico, un chico que me ha hecho cambiar parte de mi forma de pensar, que no me crítica por como soy, sino que ama mi forma de ser, a veces peleamos por tonterías, pero al hablar solucionamos todo, eso debimos hacer desde un principio, hablar, pudimos evitar todo lo demás si tan sólo hubiéramos sido sinceros, pero ya no debo lamentar lo que pudo o no pasar, esto es el aquí y el ahora; y ahora estoy más segura de lo que siento por él, el chico que me ha ayudado a cambiar y volver a creer en algo tan bello como el amor.
—Amor, me tengo que ir —no sé cuánto tiempo hemos estado así, puedo jurar que empezaba a dormirme en él.
—Te vas con cuidado —digo con voz ronca por el llanto, él besa mi cabello y se marcha, decido irme a dormir, esto parece un sueño, un bello sueño del que no quiero despertar.
Idali
Despierto con algo de sueño, pero lleno de energía por lo que he decidido hacer, al salir me pongo una playera negra, un pantalón de mezclilla y unos tenis de bota, voy en busca de mi primo, anoche se quedó en mi casa, la verdad se lo pedí, él es muy amigo de Meli por lo que me puede ayudar para lo que tengo planeado...
—De verdad necesito de tu ayuda —digo emocionado.
—¿Para qué?
—Quiero pedirle a Meli que sea mi novia —él me mira con sorpresa
—Primo, ¿hablas en serio?
—Si —afirmo con una gran sonrisa.
—Que bueno, ya te habías tardado —suelta burlón.
—Entonces ¿me vas a ayudar o no?
—Claro, debo hacer una llamada primero —dice muy animado —Hola Emma, oye necesito que vengas con Lydia y Alina —dice con una sonrisa, ¿o está feliz por lo que tengo planeado o es porque está hablando con Emma? —Okay, aquí te espero —ahora me mira —Listo, ya solicité la ayuda necesaria.
No sé exactamente cuánto esperamos, pero es obvio que él ya quiere ver a Emma, mueve mucho los pies y mira su teléfono todo el tiempo.
—Yo abro —se ofrece.
Es divertido ver como se pone cuando está con Emma, es una pena porque Dylan está muy enamorado de ella, a ambos los aprecio, pero en este caso no sé a quién apoyar.
—Eithan, ¿ya nos vas a decir para que nos hablaste?, me dejaste con una gran duda —suelta Emma en un tono molesto.
—Lo siento, pero yo no soy el que les va a decir —capto algo, se miran con complicidad, es obvio que estos dos se traen algo entre manos, cuando ambos se observan, los demás pasamos a segundo plano.
—¿Entonces quién nos dirá joven?
—Yo —digo con orgullo, es obvio que no me notaron.
—Ah, hola Idali —las demás chicas llegan y están igual que Emma, necesitan respuestas.
—Miren mi primo les pidió que vinieran porque quiero pedirle a Melissa que sea mi novia —explico, aunque antes de acabar de decirlo ellas se emocionan demasiado.
—¿Qué tienes planeado? —cuestiona la chica de cabello pintado.
—Quiero hacerle un hermoso cartel y comprar una que otra cosa —la verdad estoy muy nervioso
—Cuenta con nosotras —dicen las tres al unisón, comenzamos a trabajar, aunque lo que es mi primo y Emma son un desastre trabajando juntos, la mayor parte del tiempo han estado jugando.
—Ya estense quietos —ordena Lydia, a la que minutos atrás nombre "la chica de cabello pintado", mejor que nadie sé que su orden es en vano.
—Emma, esto no va a salir bien —replica Alina.
—No, es culpa de Eithan que a fuerzas quiere hacerme cosquillas —reprocha molesta y con inocencia.
—Niña —la llama mi primo intentando hacerle cosquillas, aunque cuando está a nada de hacerle cosquillas Emma comienza a retorcerse.
—Joven, ya, estate quieto —pide ella, pero este hace caso omiso.
—Eithan, puedes ir por esto —le doy una lista, él no puede negarse.
—Al fin, ya empezaba a querer patearlos —suelta Lydia aliviada en cuanto se va mi primo.
—Nos seas exagerada —replica Emma.
—Y dices que el destino no los quiere juntos —Alina ríe con malicia.
—Ali, ya hablamos de eso —reprocha Emma, genial, ahora hablan de lo que puede pasar entre ese par de tortolitos.
—Pienso que Alina tiene razón —ahora me mira a mí, parece sorprendida y al mismo tiempo apenada.
—¿Por qué dices eso?
—Porque se ven tan lindos juntos, eres diferente con él, no me mal intérpretes, hasta yo estoy en un dilema, porque tus dos pretendientes son muy importantes para mí, uno es mi primo y otro es mi mejor amigo —mis palabras hacen que su rostro pase de una gran sonrisa a una mirada llena de pena y tristeza.
—Te entiendo, Eithan es mi primer amor, es el chico que me ayudo a crear una bella historia a pesar de lo malo, él es muy grandioso, pero...
—¿Pero? —cuestionamos todos, claro, olvide a sus amigas.
—Pero Dylan se ha empezado a ganar mi cariño y sí, quizás he empezado a verlo de otra forma —suspira con cierta molestia y frustración —Intente huir de eso, pero no es fácil, ambos son importantes para mí, tengo miedo de perder a cualquiera de los dos por la decisión que tome —confiesa en un tono de preocupación, no la culpo, sé que ambos son asombrosos, pero no puede juntarlos.
—Idali, aquí esta lo que me pediste —escuchamos a Eithan, bueno, por la expresión de Emma este tema debía quedar para otro día.
—¿Puedo pasar a tu baño? —asiento, le indico donde está.
No había tenido la oportunidad de ponerme en su lugar, el tema la pone mal, la pobre ya ha de cargar con un enorme dilema, incluso puedo decir que estos dos la tienen confundida y eso lastima mucho, es todo un desgaste no saber qué quieres o si haces lo correcto.
—Idali, ¿Cómo quedó? —cuestiona Alina.
—Me encanta, es perfecto, de verdad espero que le guste —admiro lo hermoso que quedó el cartel.
—¿Estás bien? —la voz de Eithan nos hace poner toda nuestra atención en él y Emma.
—Si, creo que me voy a enfermar —él no se ve convencido y el resto estamos igual, parece que lloro, mejor dicho, lo más seguro es que lloro, todos cambiamos de tema.
Después de un largo trabajo terminamos y cada uno se va a su casa, sólo espero que todo salga bien, quiero estar con ella, no tengo duda de que Melissa es la chica que quiero a mi lado, ella es muy importante para mí, la amo tanto.
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