Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

___☆_22_☆___


—Hola —saluda Dylan despertándome de mi bello sueño.

—Hola —respondo adormilada.

—Lamento despertarte, vine para despedirme, voy a salir con Idali.

—Bien, luego nos vemos —me doy la vuelta, aunque él no se ha ido, me abrazaba y posaba sus labios en mi frente.

—Te quiero —susurra con ternura.

Hasta que recupero conciencia de mí y me siento totalmente despierta bajo a comer algo.

—Al parecer alguien decidió despertar —suelta Meli burlona.

—Si, realmente me sentía cansada —confieso.

—¿Qué no piensan saludarse? —inquiere con malicia, me ruborizo al darme cuenta de la presencia de Eithan.

—Hola —nos saludamos al unísono, al parecer ellos están empezando a desayunar, le hago compañía.

—¿Dónde están todos? —cuestiono.

—Tus hermanos fueron a dar un paseo al igual que Dylan.

—Si, de hecho, se fue a despedir de mi —sus caras me dicen que no lo pensé, hago una mueca al darme cuenta.

—Que bonito —dice con cierta seriedad, seguimos comiendo y después vemos una película.


Melissa

No puedo concentrarme con la dichosa película porque tengo el plan perfecto para darles un empujoncito a ese par, la mejor parte es que solo estamos los tres, una vez que acaba la película me incorporo para ejecutar el plan.

—Juguemos Jenga —sugiero, ellos no se pueden negar, ambos acceden.

Comencemos.

—Emma, ¿me acompañas por el juego? —la conozco, aceptará con tal de no estar a solas con él.

—Sip —entramos a mi cuarto, sé que Emma no es muy alta y mi primo sí, así que es la excusa perfecta.

—Voy por mi primo, es más alto que yo y así aprovechamos para jugar aquí.

—Primooo, te necesito —lo llamo fingiendo preocupación.

—¿Qué pasa prima? —cuestiona un poco alarmado.

—Necesito que alcances el juego, Emma y yo no somos lo suficientemente altas y está muy arriba —pido, él accede,

Tan pronto como lo planee, llega la oportunidad perfecta, él está concentrado en alcanzar el dichoso juego y Emma observa sus acciones, para mí que ella teme que mi primo se caiga. Mi oportunidad llega ante su comportamiento predecible, en su descuido los dejo encerrados.

—Melissa, esto debe ser una broma, no es gracioso —suelta Emma en un tono molesto.

—No, ustedes dos se quedarán ahí, hasta que yo crea que debo dejarlos salir —demando divertida, después de escuchar lo mucho que Emma se queja me marcho para ver una película.


Emma

Escucho que alguien cierrala puerta, claro, ¿cómo no lo pensé antes?, Melissa nos dejó encerrados, intento abrir la puerta, aunque sé lo inútil que es.

—Melissa, esto debe ser una broma, no es gracioso.

—No, ustedes dos se quedarán ahí, hasta que yo crea que debo dejarlos salir —no me importa lo que diga, sigo pidiendo que nos deje salir, pero es absurdo.

—En inútil que le sigas pidiendo que te abra, igual no cederá —dice Eithan.

—¿Y ahora? —cuestiono nerviosa.

—No lo sé, quedarnos a esperar quizás —dice algo serio.

—Carajo, no traigo mi teléfono ¿y tú?

—No tengo señal y ya casi se le acaba la batería —confiesa apenado.

Genial, hasta en eso tuvo suerte.

—Juguemos Jenga —sugiere, termina de bajar el juego.

La torre se ha deformado, llegamos al momento más tenso, ambos nos hemos convertido en dos rivales con el objetivo de no perder la batalla.

—La vas a tirar.

—Cállate —pido molesta, no quiero tirarla.

—Solamente digo la verdad —suelta una carcajada, que me mire me pone nerviosa, con suerte logro sacar la pieza —¿Qué tendrá el ganador?

—Hmm, no lo sé —piensa —¿Te parece si lo dejamos como regalo sorpresa?

—Acepto —le dedico una sonrisa maliciosa y al mismo tiempo nerviosa.

—Bien —se incorpora para sacar una pieza, su cabello se interpone entre sus ojos, siento su derrota, la torre se mueve, él detiene su jugada, pero aún en la adversidad lo logra, saca la pieza y me mira triunfante.

Mi turno, el panorama no me favorece, aunque por suerte los nervios se han alejado de mí, tengo una pieza segura, la saco y tan pronto como sale cae la torre, Eithan ríe, su risa es tan sonora que termino contagiada, ambos reímos, parecemos dos locos, de verdad que ya se alejó el ambiente tenso de la situación.

—Creo que has ganado —consigo decir.

—Perfecto —mantiene la mirada en mi —Quiero que me respondas una pregunta.

—¿Sólo una?

—Puede que no, pero no sería justo.

—Dime tu pregunta —él piensa en algo.

—¿De verdad estás hecha un completo desastre por mi culpa? —pregunta de golpe, su vos suena triste, obvio que se refiere a mi escrito.

—Yo... no... es sólo que...

—Emma, no tengas miedo de decirlo —me dice como si le estuviera hablando a una niña pequeña, tomo un respiro, no puedo creer que sea verdad esto.

—Si —confieso, su mirada decaída me obliga a seguir —No lo tomes a mal, es tan complicado de decir, pero aún sigo sintiendo algo por ti —Eithan me mira con sorpresa, supongo que no se lo esperaba.

—Yo, yo no sé qué decir.

Sólo di que sientes lo mismo.

—¿Por qué a pesar de todo lo que te hice me sigues amando? —lo miro sorprendida, esa pregunta es igual de sorpresiva que la primera.

—Yo... —titubeo un poco, abriré mi corazón de nuevo, de verdad deseo que no lo pisotee porque no creo soportarlo —Cuando nos conocimos me enamore de tus virtudes y también de tus defectos, sé que no serías perfecto —rio un poco —Ni yo soy perfecta, pero tú viste en mi cosas maravillosas, así que yo me quedé con lo bello que tuvimos, si, me heriste, pero ese error no pudo acabar con cada uno de los momentos donde irradiaba tu persona, esos momentos donde me conquistabas con tu autenticidad, momentos donde ambos éramos felices y lo demostrábamos.

—Emma...

—Perderte dolió como no tienes idea, pero sabía que mientras tú fueras feliz, yo podría soportar el dolor —nuestras miradas se encuentran —Nunca te odie, no creo poder hacerlo porque el amor que te tengo está más vivo que cualquier fractura, amo tu persona, cada parte de ti, por muy perfecta o imperfecta que está pueda ser.

De nuevo nos sumergimos en un silencio azotador, no lo culpo, nadie espera una respuesta así, ni siquiera yo pensaba decir eso, pero sabía que la razón no debía responder, esa respuesta le pertenece a mi corazón, sé que es un órgano vital, pero cuando lo nombro me refiero a mi alma, lo que me hace ser yo, Emma, la razón me puede hacer decir cosas que las personas deberían escuchar, pero mi alma se muestra sincera y diferente ante lo que me hirió.

—¿Cómo fue que terminamos?

Suelto una risa, no es burlona, desde luego que no, la respuesta es obvia, aunque parece que él se autopreguntó.

—Porque estábamos mejor como amigos que como novios —respondo con obviedad, él niega con la cabeza y se acerca más a mí.

—No te engañes Emma, ambos sabemos porque acordamos terminar —suspira —La diferencia es que tú tomaste la iniciativa, mientras yo seguía confundido.

—Yo no soportaba nuestro distanciamiento, era horrible no saber lo qué pensabas, así que tome una decisión cobarde —observo su expresión, es agotada, parece que se cuestiona muchas cosas y al mismo tiempo sufre por cada pensamiento que pasa por su mente —¿Por qué lo aceptaste?

—No lo sé —me mira con pena —Supongo que ya no quería seguir con ese juego, sabía el daño que te causaba, pero seguí haciéndolo.

—¿Engañarme? —él asiente —¿Por qué lo hiciste?, ¿Por qué me engañaste con ella?

Mi pregunta suena tan seca y llena de reproche que desconozco la magnitud de mis palabras, ¿De verdad quiero escucharlo?, ¿De verdad me quiero herir con lo que tenga que decir?, pero lo más importante, ¿Tendrá el valor de decirme?

—Yo —mi atención se centra en él, ¿De verdad lo hará?, Responderá mi pregunta? —No lo sé —suspira, aparto mi mirada de él, no sé qué pensar, ni en qué momento esto ha dado otro giro.

—Ya veo —digo con desilusión, de nuevo nos quedamos en seco, el habla se fue, él tiene un debate mental, al menos eso parece por su ceño fruncido.

—¿Te arrepientes?

—¿De haber estado contigo?

—Si.

—Creo que mi respuesta a tu primera pregunta debió darte una idea —respondo divertida.

—Emma, yo...

—Descuida, sé que nunca me amaste —mencionarlo duele, es como si me hubieran clavado algo en el corazón.

—Pero ¿qué?

—Natalia me dijo todo el día que supe que ella y tu tenían algo.

—¿Qué te dijo? —inquiere con curiosidad, su mirada muestra pesar y arrepentimiento.

—Dijo que —suspiro, debo recordarlo, aunque es imposible olvidar sus palabras —Dijo que nunca te importe, que solo fui un juego para ti, que se divertían al ver cómo me tragaba cada palabra dulce que me decías.

—Emma, tú nunca fuiste un juego para mí —parece que su voz va a quebrarse en cualquier momento —Siempre te quise y por eso me alejé —suspira —Ya no podía permitirme el lujo de volver a lastimarte —verlo me sorprende, lágrimas salen de su rostro, odio verlo mal, sin dudarlo lo abrazo y él lo recibe.

Nos fundimos en una calidez que extrañaba, había olvidado lo bien que es estar a su lado, sentir su respiración golpear mi rostro, tener su presencia, su dulce aroma, sollozos invaden la habitación, mis pensamientos me atormentan.

¿En qué piensas?

¿Por qué te duele?

¿Me dices la verdad o me tratas de engañar de nuevo?

Eithan, ¿qué sientes por mí?

¿Qué soy para ti?

—Lo siento —no sé por qué pido perdón, pero lo hago, eso lo hace reaccionar.

—No, yo lamento que ella te haya dicho esas cosas, es mi culpa, porque ella estaba celosa de ti —dice con arrepentimiento.

—¿Celosa? ¿Por qué?

—Porque ella notaba lo mucho que me dolía tenerte lejos —explica, no sé qué es, pero mi corazón late muy fuerte, es como si me hubiera emocionado de oír eso.

—Eso es imposible —suelto una risa nerviosa.

¿Le dolía tenerme lejos?

—No, no es imposible —suspira —Pensaba recuperarte, pero tengo miedo de lastimarte, de ser quien te vuelva a romper el corazón, por eso decidí renunciar a ti —su voz se quiebra con eso último y mi voz me abandona.

Miro a la nada, trato de asimilar sus palabras, pero no logro entender, es más, no creo que esto sea real, temo que mi cerebro me esté jugando una broma y que al despertar él y yo sigamos siendo unos completos desconocidos, una expareja que prefiere alejarse.

—Eithan —no consigo formular frase alguna, medito lo que diré, medito mi sorpresa, mi realidad —Intenté odiarte —admito —Pero entre más lo intentaba, más me daba cuenta de lo mucho que significas para mí —ambos nos miramos, sus ojos aún tienen ese brillo que me atrapó la primera vez que lo conocí, aunque ahora parecen tristes y solitarios.

Si no lo haces te vas a arrepentir

Piensa en Dylan

Mi mente me bombardea con muchas ideas, me siento atrapada por él, por el momento.

Estupendo.

Él no habla, es como si estuviéramos embrujados en nuestras miradas, en un abrir y cerrar de ojos la humedad de nuestros labios vuelve a fundirse en un beso, a pasos lentos nos endulzamos con nuestras respiraciones, me toma tan de sorpresa que no consigo pensar, sólo lo tengo a él, a mi lado, alma con alma, corazón con corazón, unidos por las llamas de los fragmentos de nuestro amor.

Nuestras manos se entrelazan, sus labios siguen siendo como los recordaba, cálidos, dulces, tan sinceros. Me prohíbo pensar, si es un sueño no pienso arruinarlo con mis dudas, estoy pérdida en el chico que se convirtió en mi primer amor, el pasado desaparece en esos minutos, todo lo malo comienza a desvanecerse, puede que no todo este perdido, cada latido es por él, esto debe ser falso, pero sé que no es así, cada cosa que ha pasado es real y es ahí cuando me doy cuenta de algo que no pensé, pero que igual llega de golpe y me hace reaccionar...

¿Qué sientes por Dylan?

Esa pregunta me obliga a arruinar el momento, nuestras miradas se separan, ambos nos miramos, él parece confundido, yo ya estoy confundida, el corazón me ciega y la razón me obliga a regresar al presente, un presente que se dañó con un pasado, no lo culpo, no lo odio, él es una persona con defectos, es humano y está sumergido en muchas incógnitas, no sabe qué quiere, ni cómo lograr enmendar sus errores. Sin embargo, ahora hay alguien más, alguien que se ha ganado un lugar en mi corazón, que me ha apoyado y ha sido sincero.

Lo compruebo, estoy confundida por ambos chicos. 

—Lo siento —es lo primero que decimos después de separarnos.

—Es que...

—Es por Dylan, ¿cierto? —inquiere, parece dolerle la pregunta.

—No lo sé, estoy muy confundida —confieso.

—Creo que...

—No digas que fue un error —pido con voz quebrada.

—No, eso nunca —ríe con algo de ironía —Ustedes se ven bien juntos.

—No te negaré que él siente algo por mí, pero...

—¿Pero?

Él no es tú.

—No lo sé.

—Emma —me llama.

—¿Sí?

—No sé si decirte, puede oírse raro —explica haciendo una mueca.

—Dudo que sea algo malo.

—¿Quieres volver a ser mi novia? —su pregunta me deja helada, el brillo en sus ojos me deja peor de desorientada.

¿Lo dice de verdad?

Di que sí.

No, ¿qué?

—Eithan yo...

—No tienes que responder ahora, puedes pensarlo, me mata no estar a tu lado, sólo quiero una nueva oportunidad.

—Me sorprendiste —es lo único que digo.

—Descuida, entiendo —me dedica una sonrisa, sonríe de nuevo.

—Ya pueden salir tortolitos —suelta Meli entre risas, no puedo odiarla, lo que acaba de pasar me gustó, pero no fue la forma.

Le dedico una sonrisa a Eithan y me encamino a la puerta, él toma mi mano y me regresa haciendo que nuestros labios se volvieran a unir, Meli suelta un chillido, ¿qué si me sentía feliz?, no sé cómo descifrar lo que siento ahora, sólo estoy segura de que feliz se queda corto con lo que pasa por mi ser, una vez que nos separamos me dirijo a mi habitación.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro