___☆_13_☆___
Despierto con una sensación agradable, me siento feliz, recordar lo de ayer me hace sentir bien, una sonrisa tonta se forma en mi rostro al recordar que Dylan vino y me dio un beso en la frente, un beso así tiene un toque especial y que él me lo haya dado de alguna forma se siente hermoso.
Hago mi rutina matutina, es tedioso buscar algo para llevar todos los días, llega un punto en el que tomo lo primero que veo y está es una de esas ocasiones.
No veo a papá o mamá, así que preparo mi desayuno, aunque por todo lo que comí ayer sólo como fresas con yogurt, al terminar cepillo mis dientes y me encaminó para ir a la escuela, el camino está tranquilo y voy a buen tiempo, agradezco que no haga mucho frío, al llegar veo a Meli en su teléfono, enseño mi credencial y me encaminó a donde se encuentra.
—Hola niña —saludo y ella despega la vista de su teléfono.
—Hola, ¿qué tal la cita con Dylan? —cuestiona, esta chica nunca se está con rodeos.
—Al rato les cuento.
—Pues ya que —dice con disgusto.
—Vamos a dejar nuestras cosas —sugiero al darme cuenta de que aún tiene su mochila.
—Parece que alguien tiene un admirador —dice burlona y al mismo tiempo sorprendida.
—No es para mí —digo despreocupada.
—Obviamente es para ti porque está en tu lugar y tiene tu nombre —puntualiza con obviedad — Ahora lee la carta —ordena, tomo el chocolate, saco el papel que se encuentra en el sobre y la leo.
Hola pequeña...
Me gustaría decirte que a pesar de ser poco tiempo el que llevo conociéndote... me ha encantado darme cuenta de lo especial que eres, Emma realmente eres una chica excepcional, tú sonrisa es demasiado linda, adoro ver qué a pesar de las adversidades sigues luchando y no te dejas vencer, eres alguien que realmente merece cosas buenas, tu alma de niña es muy tierna, la vida está llena de pruebas y muy pocos logran pasarlas, el miedo es el mayor enemigo de todos, sé que eres una chica que muy difícilmente llega a odiar a alguien, lo sé porque pudiste haberme corrido, pero sin embargo me diste la oportunidad de estar contigo un hermoso momento.
Sólo espero que me des la oportunidad de conocerte más, quiero conocerte a fondo, sé que puede ser difícil porque después de todo lo que has pasado posiblemente no estés segura de confiar en alguien de nuevo, realmente me gustaría ser tu amigo... hay algo en ti que me causa curiosidad y quiero conocer todas tus facetas, sueno muy tonto diciendo esto, pero es lo que sale de mi corazón, perdón si no es entendible todo, pero lo cierto es que no sé cómo expresarlo.
Perdón por lo que hice, pero no me arrepiento de haberlo hecho, espero y me des la oportunidad de conocerte más y si se puede seguir haciendo cosas maravillosas.
Atte. DFV
—¿Y bien? — interrumpe mi amiga con mucha curiosidad.
—Es de Dylan, quiere que le dé la oportunidad de conocerme y...
—Hola chicas —saluda Alina, al parecer viene muy feliz.
—Hola Ali — respondemos Meli y yo al unísono.
— ¿Qué es eso? —cuestiona mirando la carta.
—Es la carta de amor del pretendiente de Emma —se apresura a decir Meli.
— ¿Pretendiente? —cuestiona confundida
—Es de Dylan —confieso, él es el único que me robó un beso y con el que he salido y pasado una tarde agradable.
—Ah ya.
—Buenos días, chicos, tomen sus asientos —dice la maestra y por lo que veo no tuvo tiempo de maquillarse, lo que implica que nos dará clase y se estará maquillando
—¿Puedo pasar? —cuestiona Lydia algo agitada, la maestra asiente con la cabeza y mi amiga pasa, la clase sigue su curso, aunque no me puedo concentrar totalmente por la nota de Dylan, en un abrir y cerrar de ojos se termina la clase.
—Chicos, la profa de Metodología no va a venir —dice la jefa de grupo, la mayoría de nuestros compañeros salen, nosotras nos quedamos aquí.
—Ya cuéntanos cómo te fue con Dylan —pide Meli insistente.
—Bien —acepto rendida y comienzo a contarles todo, recordar eso me causa escalofríos y felicidad a la vez, pero ¿por qué?, ay no, ya voy a comenzar con mis problemas y cuestiones existenciales, ahora entiendo porque no quería hablar de eso.
—¿Te beso? —cuestiona Lydia sorprendida.
—Baja la voz —pido al notar la presencia de Eithan — Si y yo lo aleje —añado apenada y les cuento lo de ayer.
—Tuvo que estar muy arrepentido como para ir a tu casa y comprar todo lo que pediste —comenta Ali, aunque no sé si le gusta la idea o tiene algún presentimiento.
—Eso no es lo peor, me dejo una carta en la que me pide conocerme más y si se puede conquistarme —añado frustrada, no negaré que me agradaría ser su amiga, pero me siento muy confundida, pedí que olvidáramos el beso, pero ¿cómo se supone deba actuar si no olvido ese detalle?, no porque me haya gustado, sino porque sería incómodo.
—Ay Emma, tu vida parece un libro —ríe Ali, no puedo reprocharlo porque de cierta forma tiene razón.
—¿Podemos salir? —pido un poco desanimada por mis lagunas mentales, ellas aceptan, vamos a las mesas que están afuera de cafetería.
—¡Ay no!, ¿Por qué? —dice Lydia alterada.
—¿Y ahora qué pasa? —cuestiono sin comprender su reacción.
—Ahí viene Zac —dice tratando de calmarse, aunque lo cierto es que este chico la pone de nervios.
—Hola Lydia — saluda a mi amiga, la cual se encuentra demasiado roja y su cabello rosa no le ayuda mucho, el menta le aburrió y ahora opto por algo más intenso.
—Hola —saluda con la poca voz que le queda.
—¿Podemos hablar? —cuestiona serio.
—Amm si — responde nerviosa, algo me dice que hablaran del beso, Lydia se para y se va con Zac.
—Estoy aburrida —dice Meli en un tono aniñado — ¿Jugamos verdad o reto?
—Si — me apresure a decir.
—Pero te tienes que aguantar con las preguntas o los retos —ordena, yo no veo nada de malo, mi amiga es muy buena y no la creo capaz de ponerme retos tan feos.
—Si, si no te preocupes —respondo despreocupada
—Bien, me parece perfecto —aplaude con entusiasmo — Empecemos.
—Ali, ¿verdad o reto? —inquiere un poco perspicaz.
—Verdad —responde un poco nerviosa.
— ¿Le has mentido a alguien para no herir sus sentimientos?
—Amm no que yo recuerde —responde Ali.
—Bien Emma, ¿verdad o reto?
—Verdad —respondo nerviosa.
— ¿Qué harías si Eithan te vuelve a pedir que seas su novia?
— ¿Qué haría? —me pregunto, mi mente divaga un poco en busca de la respuesta, pero lo cierto es que no encuentro una razón.
—Amm, no lo sé —confieso, está más que claro que es algo que no va a pasar, pero... ¡Dios!, probablemente me sentiría feliz, pero no creo que pueda volver a confiar en él.
—Meli, ¿verdad o reto? —cuestiona Ali, eso logra sacarme de mis pensamientos.
—Verdad.
— ¿Alguna vez te han engañado o has sido infiel?
—Me han engañado —responde — Ali, ¿verdad o reto? —pregunta, aunque puedo notar que es un tema que no la pone cómoda por como cambio el tema.
—Reto.
—Tienes que darle un beso a tu crush —ordena divertida.
—Pero qué tal si no vino o si...
—Pues tienes hasta mañana y si no lo cumples te pondremos otro reto más fuerte —la interrumpe y vaya que disfruta hacer esto —Emma, ¿verdad o reto? —ahora tengo miedo, pero es bueno arriesgarme.
—Reto.
—Tienes que ir con Eithan y quitarle su teléfono —dice.
¡Carajo!, tengo que enfrentarme a él.
— Es una broma, ¿verdad? —cuestiono un poco nerviosa.
—Si, yo te advertí...
—Está bien —me oigo decir – Pero ustedes vendrán conmigo al salón —añado y nos encaminamos a buscar a Eithan, por suerte está adentro haciendo un trabajo, típico de él —¿Tengo que hacerlo?
—Si.
No digo más, me acerco a su lugar, mi corazón se acelera con cada paso, me aterra, no he hablado con él desde ese día, y hacerlo ahora no es algo que estuviese en mis planes, pero por habladora debo cumplir el reto.
— Hola —lo saludo, cosa que lo deja sorprendido.
—Hola —responde dedicándome una sonrisa.
— ¿Haciendo tarea? — cuestiono posando mi mirada en su cuaderno lleno de muchos garabatos.
—Jeje, sí.
— ¿Por qué no me sorprende?
—No tengo idea —responde alegre, parece tonto, pero volvemos a hablar como antes.
—Lo siento —susurro apenada y le quito su teléfono, corro como nunca, él me persigue, aunque este momento me causa felicidad y sirve como un motor para seguir adelante.
—No, Emma devuélvemelo —ordena, aunque no le ha avisado a su voz que debe hacerlo con más seriedad.
—No —respondo divertida y sigo corriendo, no soy muy atlética que digamos, pero esto es necesario.
¿Dónde habrá un lugar en el que no pueda entrar?, mi corazón late tan rápido que siento que se saldrá de mi pecho, es como si fuera una persecución, me detengo para visualizar el área, mi instinto de alerta se activa a ver que Eithan está a nada de alcanzarme.
¡Maldición!, él corre más rápido que yo, me apresuro y ...
Perfecto
Sin pensarlo dos veces me dirijo al baño de chicas, ¿cómo es que no lo pensé antes?, al entrar me detengo, me siento demasiado sofocada.
—Emma sal de ahí —pide, ¿cómo es que él no se escucha sofocado?
—No.
—Bueno, no podrás desbloquearlo —dice quitado de la pena, lo cierto es que eso no me importa, pero le sigo el juego y digo:
—No me importa, puedo desbloquearlo yo sola —después de tanto tiempo, esto es perfecto, de verdad no quiero que acabe este momento, sé que debe hacer su tarea, pero mi moral es vencida por mis deseos de seguir hablando con él.
—Melissa, ¿puedes quitarle mi teléfono a Emma? —pide un poco desesperado.
—No le hagas caso Meli —ordeno aún cansada.
—Por favor —pide Eithan suplicante.
—No —se niega mi amiga.
— ¿Tú Alina? —se dirige a ella, aunque ya sé su respuesta.
—No —se apresura a decir, él va a donde ellas se encuentran y bien inocente salgo de mi escondite para dirigirme al otro baño, lo cual tiene éxito.
—Emma ya sal de ahí —pide, pero no voy a acceder, me asomo y aprovecho su distracción, corro a paso veloz y entro al salón, él toma mi mochila, decidida escondo su teléfono en mi blusa y me apresuro a quitarle la mochila.
—Dámela —ordeno.
—Dame mi teléfono —replica tratando de negociar, lo miro y...
—No —suelto, él baja la guardia y le quito mi mochila, me la pongo para evitar que me la quite y corro hacía el estacionamiento, me encamino para subir las escaleras, de momento siento unos brazos que rodean mi mochila, pero a pesar de eso tiene contacto con mi espalda, cosa que me pone nerviosa.
—Eithan, suéltame, me voy a caer —pido atemorizada y como puedo subo las escaleras con éxito.
—Suéltala —dice una chica, busco descubrir de quien se trata, no quiero meterlo en problemas, aunque logro identificar que es la amiga de Eithan, siento que el peso incrementa, ella también lo abraza, mis pies no lo van a soportar, de momento Luz comenzó a hacernos girar una, dos, es mucho para mí, cada vuelta que van dando me entorpece, sólo a mí se me ocurre llegar a este punto, de un momento a otro pierdo el control y caigo de rodillas, me arden demasiado las rodillas.
— Carajo, ¿Por qué con Eithan ahí? —pienso molesta conmigo misma.
Escucho las risas de Eithan y Luz, puedo fingir que me divierto, pero lo cierto es que me duele mucho...y no, no. no Meli y Ali viene para acá.
— ¿Estás bien? —cuestiona Ali preocupada.
—Si, sólo deja que se me pase el dolor —respondo con la voz quebrada, tengo que retener las lágrimas, Eithan trata de ayudarme, pero me niego y me levanto sola, el pantalón ocasiona que arda más, creo que si me lastime.
— ¿Quieres que te llevemos a enfermería? —cuestiona Meli.
—No lo sé —pienso un poco las cosas — Mejor voy a ver si me lastime mucho —tomo la poca dignidad que me queda, le doy su teléfono a Eithan, abrazo a Ali, sólo necesito despejar el ruido, levanto un poco la mirada y...
¿Es en serio?
Si
Vida, sé que amas ver como mi vida es un drama, pero esto es pasarse.
— Emma, ¿estás bien? —cuestiona Dylan preocupado.
No, pero esto es mucho y no tenías que venir.
—Creo que sí —miento — ¿Podemos ir al baño? —pido dirigiéndome a mis amigas, ellas acceden.
Para mi grandiosa suerte, Dylan y Eithan me siguen, entro al baño y después de bajarme el pantalón reviso mis hermosas rodillas, genial, mis rodillas están raspadas y ensangrentadas, dejo que salgan las pocas lagrimas que había retenido y salgo del baño.
— ¿Estas bien? —cuestionan al unísono.
—Creo que debo ir a enfermería —confieso, Meli y Eithan se quedan, mientras me dirijo a lo que será una de mis cosas menos favoritas, Lydia se ha caído en ciertas ocasiones y ver como la curan no es bonito, al entrar paso solo con Ali.
—Hola chicas, ¿en qué puedo ayudarles? —cuestiona la enfermera con una sonrisa amigable.
—Me caí y me lastimé las rodillas —suelto de repente, debí decir algo como un Hola, pero no, sólo dije lo que me paso.
— ¿Puedes bajarte el pantalón? —hago lo que me pide — Siéntate, ¿dónde te caíste? —añade buscando lo que sea que me va a poner.
—Por el estacionamiento —respondo un poco avergonzada.
—Ya veo —dice aplicando lo que parece ser agua oxigenada en una gasa, luego limpia mis rodillas y...
—Arde mucho —me quejo, aunque eso no es lo peor, lo pero son mis ojos que han empezado a cristalizarse.
—Lo sé, pero si tienes la lastimada algo profunda —dice despreocupada, toma más agua, pero esta tiene jabón, sea lo que sea, arde, pero eso me pasa por juguetona, la enfermera toma una gasa y la pone en la herida, seguido de esto la sella con cinta impermeable y para terminar venda mi rodilla.
—Listo, ya puedes pararte y subirte el pantalón —indica y guarda los materiales.
—Gracias —respondo dirigiéndome a la salida una vez que tomo mi cordura.
—De nada, pero ten más cuidado —pide dedicándome una sonrisa, le devuelvo la sonrisa y salgo de ahí.
—¿Y bien? —cuestiona Dylan.
—Me limpiaron con agua oxigenada y la vendaron —respondo.
—Eso es bueno —lo noto serio, pero le resto importancia cuando veo que Zac se acerca.
—Dylan necesito que hablemos —dice casi suplicante.
—Claro —acepta —Luego te veo —me dedica una mirada, puff, este hombre me llega a estresar, algo me dice que vio esa escena con Eithan, voy al salón con Ali, ya que Meli parece estar platicando a gusto con Eithan.
— ¿Dónde estaban? —cuestiona Lydia, su semblante es muy extraño, pero sé que luego nos contará lo que paso con su nuevo amorcito.
—En enfermería —respondemos al unísono.
— ¿Qué paso?
—Me caí —bajo la mirada, sé que viene un regaño de mi hermosa amiga que a veces parece mi mamá.
— ¿Cómo que...? ¿Pues qué estabas haciendo? —se altera un poco, así que le contamos todo con lujo de detalle, aunque no sé qué es peor, que Eithan me haya visto así o que Dylan viniera en mi auxilio.
—Te pasas, pero para la otra sigue jugando —advierte, en definitiva, esto es un regaño.
—Ya sé, no lo vuelvo a hacer —digo inocente, las clases siguen su curso, yo solo quiero salir, necesito estar en mi casa, el dolor de rodillas es demasiado.
La última clase es historia, escucho la explicación de la maestra, aunque me distraigo con las palabras que formula mi mente.
Encerrada en una nube de tormentos,
el deseo de sentir tu mirada,
el poder ser dueña de tus pensamientos,
volver a sentir la calidez de tus besos,
contemplar aquellos ojos que me hechizaron.
Si de amor muriera, tú cargarías la culpa,
el silencio se vuelve el escondite de tus pensamientos,
tus acciones confunden a mi corazón,
dejarte ir es lo que más deseo,
pero me pesa tenerte lejos.
No poder tomar tu mano es un castigo,
sentirte a mi lado es todo un consuelo,
vivimos una historia que está en puntos suspensivos,
debo acabar con el sentimiento que se ha formado.
La brisa me recuerda tu dulce aroma,
el eco en mi cabeza anuncia tu dulce voz,
deseo volver dormir a tu lado,
tomar tu mano y no soltarla de nuevo,
recostarme en tu cálido hombro.
Volver a unir nuestros labios,
guardar nuestros recuerdos,
aprender de nuestros errores...
y un día poder ser plenamente felices.
—Chicos ya pueden irse —dice la maestra al ver la hora, salimos y me despedí de las chicas... cada paso era una tortura, pero me lo busqué. Al llegar a mi casa aún no había nadie así que subí a mi cuarto
*
Abro los ojos con pesadez.
—Grandioso Emma, te quedaste dormida.
Miro mi teléfono, son las cinco de la tarde, despejo un poco mi mente y hago mi tarea, algo interrumpe mi concentración en los ejercicios.
Dylan
Hola
¿Cómo sigues?
Emma
Hola, ya mejor
Dylan
Que bien
¿Y qué haces?
Emma
Tarea ¿Y tú?
Dylan
Juego con Zac
Emma
Que bien, espero y ganes
Dylan
Gracias, de hecho, gane
La siguiente partida te la dedicaré por tu apoyo
Emma
Gracias, aunque no es nada
Oye...
Dylan
¿Sí?
Emma
Respecto a tu carta, el motivo de esto es para decirte que he pensado mucho en lo que me dijiste y ... sinceramente yo no siento algo mayor por ti, la verdad es que considero que es muy poco tiempo para empezar a sentir algo, creo que el tiempo decidirá todo, por el momento realmente está bien que seamos amigos
Dylan
Sabes entiendo que es poco tiempo...la verdad sabía que pasaría algo así, sólo te pido que me des una oportunidad para conquistarte y conocerte más
Emma
Como dije se lo dejaré al tiempo, pero es tu decisión, aunque lo cierto es que no quiero que pase algo malo, sólo quiero ser sincera contigo, no puedo garantizar nada
Dylan
Entiendo y acepto el riesgo
Dulces sueños, descansa pequeña
Emma
Gracias igualmente
— ¿Cómo te fue? —cuestiona Nina.
—Bien, aunque me caí.
—Te pasas —ríe ante mi torpeza.
—No es gracioso, es muy vergonzoso —replico molesta.
— ¿Por qué? —cuestiona divertida y le cuento todo.
—Jajaja, te pasas y todo por andar de loca —dice entre risas.
—No fue por andar de loca, solo estaba jugando —me defiendo.
—Si claro, lo que tú digas —dice dirigiéndose a la cocina.
—No se puede hablar bien contigo.
—Pero no tienes con quien más hablar —demanda.
— ¿Dónde están mis papás? —pregunto con el objetivo de cambiar el tema.
—Se fueron con los papás de tu novio desde ayer.
— ¿Mi novio?
—Los papás de Dylan.
—Ah, él no es mi novio —replico, para evitar el tema subo a mi cuarto y busco una película, necesito distraerme un poco, aunque me sorprendo cuando mi teléfono comienza a vibrar.
📱
— Hola —saludo a la persona que se encuentra del otro lado del teléfono.
—Hola, ¿ya te olvidaste de los viejos amigos? —cuestiona entristecido.
—Obvio no, Diego, ya te extrañaba —respondo al reconocer la voz de mi mejor amigo.
—Emma, pensé que ya te habías olvidado de mi —suelta con pesar.
— ¿Cómo podría olvidarme de mi mejor amigo?
—Cabe la posibilidad.
—Lo sé, pero eres muy importante para mí y nunca te olvidaría.
—Si, lo sé Emma... —suspira, lo que me hace pensar que eso le causa felicidad —¿Y cómo estás?
—Bien, aunque por traviesa me caí —respondo divertida.
— ¿Pero estás bien? —pregunta preocupado.
—Si, nada que no se cure rápido.
—Eso espero, te tengo una noticia —dice con un tono intrigante.
— ¿Qué pasó?
—Probablemente te vaya a visitar este fin de semana —confiesa con alegría.
— ¿Enserio?
—Si, por fin nos veremos.
—No te creo —suelto un gritito de emoción — Después de casi un año —añado, ver a mi mejor amigo es lo mejor que me puede pasar, él se fue por el trabajo de su papá, es muy raro cuando se presenta la oportunidad para vernos, muero por verlo, él es demasiado importante para mí.
—¿Emma?, ¿Sigues ahí?
—Si, lo siento —respondo apenada.
—Bueno, yo te aviso donde y a qué hora nos veremos.
—Okay, ya quiero que llegue este fin de semana —respondo emocionada.
—Yo también Emma —responde, puedo escuchar que suelta una pequeña risa.
—Lo sé.
—Bueno te dejo, mañana tienes que ir a la escuela.
—Malo, solo porque tú ya saliste de vacaciones.
—Si muy malo —responde burlón, si tan sólo lo tuviera de frente ya le hubiera mostrado la legua y él hubiera apretado mis cachetes.
—Pero aun así te quiero mucho.
—Yo también Em.
—Lo sé, descansa.
—Tú también —respondo y cuelgo.
📱
Bajo por algo para comer y me lavo los dientes, me preparo para ir a la cama, lo cierto es que pensar en la idea de que vendrá mi mejor amigo me pone muy feliz, recordar lo que pasó hoy es hasta cierto punto raro, ver su cara de preocupación, me hizo ver que aún le importo y eso me hace sentir bien, pensar que quizás no soy poca cosa para él me reconforta demasiado, de lo único que estoy segura es que esto valió la pena, porque me divertí mucho, puede que el destino no sea tan cruel como parece.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro