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La alarma interrumpe mis sueños, me es difícil abrir los ojos, pero ¿a quién no?, fue una larga noche, una noche que me dejo sin aliento, derrame muchas lágrimas y todo por él y su egoísmo. Me levanto con pesar y tomo una ducha, el agua es tan clara y pura que no puedo evitar contemplarla y sentirme relajada y en paz.
Busco algo que ponerme, mi outfit son prendas negras, todas hacen juego, me veo en el espejo una vez más, noto que mis ojos siguen algo hinchados, por suerte el usar lentes hace que se note menos; para finalizar cepillo mi cabello dejándolo suelto y con el flequillo cubriendo una parte de mi cara.
Al bajar veo que mis padres y hermanos están desayunando, al verme entrar al comedor sus caras reflejan una especie de asombro.
— ¿Quién murió? —cuestiona mi hermana en un tono sarcástico y burlón.
— Nadie —digo cortante, aunque hasta cierto punto mi corazón murió y yo junto con él, estoy muerta en vida.
— Entonces ¿a qué se debe ese atuendo? —cuestiona — ¿Qué tu no odias estar vestida de negro? —añade, siento mis ojos cristalizarse por lo que tomo mis cosas y salgo azotando la puerta.
—¡Cuidado! —oigo decir a mi mamá con la voz dulce que la caracteriza.
¡Cuidado!
Si tan solo alguien me hubiera dicho que me cuidara de lo doloroso que es enamorarse, si tan solo me hubieran dicho que nada era como se veía en cuentos de hadas, si tan solo no hubiera sido tan ingenua, si tan solo no hubiera creado una fantasía que en un solo segundo se volvió cenizas me hubiera ahorrado todo esto.
En toda película de romance dicen que a pesar de todo lo malo el amor es la salvación de las personas, es la esperanza para muchos. Muestran que después de un mal momento tu ser amado llegará a curar todo y terminará con un beso que hace que todo se solucione o que llegara el príncipe azul a salvarte. Ahora que lo veo desde otra perspectiva pienso que solo son mentiras adornadas con miel, enamorarse no es como todos dicen, enamorarse es sufrimiento.
El mundo te rompe y todo lo que en el habita te destruye, ¿Así o más dura puede ser la realidad?, la sola idea de entrar a clases causa en mí molestia, no quiero encontrarlo, pero sé que es muy imposible no verlo, estamos en el mismo salón, mi único consuelo es saber que Lydia estará ahí ayudándome a no caer con la ayuda de Alina y Natalia.
Al entrar logro ver a Nat que al parecer está besándose con ¿su novio?, no recuerdo que nos haya platicado que está en una relación, los veo hablando, así que considero que es buena idea ir a saludar y ver al chico que es afortunado de estar con alguien tan especial como Nat.
— Hol.... —no termino de saludar al darme cuenta de que aquel chico es Eithan, ellos me ven, en el rostro de Nat solo hay una sonrisa y Eithan tiene la expresión de alguien que está viendo a un fantasma.
— Emma, yo... yo...
— Él y yo estamos saliendo —suelta Natalia triunfante, mi mundo está absolutamente hecho pedazos, mi amiga de la infancia está con el chico del que me enamore perdidamente, parece un drama, pero de verdad me siento acabada.
— Nat, acordamos que....
— Déjame hablar con ella —ordena sin quitarme la mirada de encima, él simplemente se retira.
— ¿Qué?, pero tú eres mi.... —digo con dificultad, mis ojos comienzan a arder, la decepción está haciendo su trabajo.
— Emma...
— ¡Cállate! —chillo con pesar.
— ¡Él es mío! —aclara con fuerza, parece disfrutarlo ─ Siempre lo fue y si, te engañó conmigo —ríe triunfante, como si buscará acabarme con sus palabras.
— No sigas ─imploro con un hilo de voz.
— No sabes lo mucho que detestaba cuando nos contabas lo importante que era para ti, los celos me invadían por completo, pero busque la forma de que él fuera mío y ahora está conmigo ─está feliz con cada una de sus palabras, lo puedo ver con claridad.
— Por favor, tú eres mi amiga...
— Tú nunca le importaste, solo fuiste un juego para él, no sabes lo mucho que nos divertíamos al ver cómo te tragabas cada palabra dulce que te decía y NO, estas equivocada ─me señala con crueldad ─ ¡NUNCA FUIMOS AMIGAS, SIMPLEMENTE TE CONVERTISTE EN MI DIVERSIÓN! ─confiesa con un volumen de voz bastante elevado, de verdad quiere que lo escuche con claridad. En mis vagos intentos para no llorar termino desplomándome, se comienzan a oír sollozos y las lágrimas no tardan en aparecer.
Sin pensarlo salgo corriendo y me dirijo a aquel lugar que me trae tantos recuerdos, recuerdos bellos, pero que duelen. Aquel lugar que fue testigo del amor que para mí desgracia siento por él y también es testigo de cómo me empecé a romper con su confesión.
Es un lugar con árboles grandes, ahí se puede ver el exterior de los muros que rodean la escuela, hay una bajada empinada y pasto algo grande, unos arbustos marcan el límite, decido sentarme en la pequeña banca que adorna el lugar, cualquiera en mi lugar hubiera puesto en su lugar a Natalia, pero yo no pude, simplemente salí huyendo de otro golpe doloroso.
Mi novio, ahora ex, me engaño con mi amiga, una amiga que era como mi hermana
— Ambos se merecen uno al otro ─ me digo molesta y dolida, me encojo, trato de mirar el paisaje, aunque de mis ojos se desbordan los torrentes del dolor, poco a poco los sollozos se transforman en un llanto que da aviso de que mis fuerzas han desaparecido.
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