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Parte/4



Terminamos de comer y dimos otro recorrido, descubro que mi marido es una persona muy importante y conocido, en los lugares que hemos ido nos encontramos personas elegantes y distinguidas que lo saludan con respeto, entramos a una tienda muy elegante, "El puerto de Liverpool" le encargo a una joven mujer que nos enseñara ropa de playa, esta desapareció volviendo poco después con vestidos,  trajes de baño, sandalias, toallas, en una palabra todo lo que iba a necesitar, Juan Manuel escogio por mí, pasamos por una mercería muy grande "El Refugio" me encanto había muchas telas, hilos, botones, adornos, Juan Manuel me especifico. 

—Vamos camina, metete en la cabeza que ya no eres costurera, yo seguí caminando a su lado, después de todo había tanto que ver en esa gran ciudad. Fuimos a cenar, regresamos al hotel,  paso lo mismo  de la noche anterior, Juan Manuel me dejo en el cuarto, y salió ¿A dónde?  sólo él lo sabía.

Juan Manuel

Anoche cuando salí del bar me dirigí a la habitación, Baudelia ya estaba dormida lo cual facilito las cosas, por más esfuerzo que hice para besarla no pude, no sé qué me pasa con ella, palpe su cuerpo en la oscuridad de la habitación, un cuerpo firme pero yo no estaba en posición de admirar cuerpos, jale su ropa interior y concluí lo que tenía que hacer, no puedo negar que sentí placer al poseer ese cuerpo tan joven y más placer sentí cuando imagine que con la que estaba copulando era a mi querida Judith, me contuve en no gritar su nombre, como que recuerdo que mi mujer se quejaba, sería de placer, no no lo creo, vi sangre en la sábana, creo que me sobrepasé, no importa lo hecho, hecho esta. La lleve a conocer el centro de la ciudad, pero por más esfuerzos que hago por pasar un rato agradable, simplemente no se puede, su intelecto cultural es muy bajo, por no decir nulo, trato de conversar con ella, le pregunto sus impresiones, sobre lo que vamos visitando pero... 

—!!Mira Baudelia este es el majestuoso, edificio del palacio de bellas artes!!— ¿Qué te parece?—solo se concreta a responder.

—Está bonito—No se, yo creo que si, no sabia, no entiendo.

—Cada día me arrepiento mas de haberme casado con ella, no sé cuánto tiempo voy a soportar esta farsa. Tienes que aparecer Judith cuanto antes o me voy a volver loco. 

Baudelia.

Esta noche volvió a llegar tomado Juan Manuel, volvió a tomar mi cuerpo, algo cambio el dolor en mi parte intima ya no es tan doloroso como la noche de ayer, seguimos saliendo para visitar los lugares más significativos de la ciudad, en los días posteriores, fuimos al museo de la ciudad, a Xochimilco, ese lugar me gusto mucho esta lleno de flores por donde mires, subimos a una trajinera y comimos muy rico, fuimos al parque de Chapultepec, está muy hermoso, sobre todo el Castillo—Juan Manuel me dijo.

—Mañana es el último día que estamos en la ciudad, vamos a ir a la Villa de Guadalupe, si vienes a la ciudad y no visitas el santuario de la Virgen es como si no la hubieses visitado, no solo los creyentes como tu y tu familia si no tambien las personas que conocen de arte.

Esa noticia fue como si me adivinara el pensamiento, no me atrevía a pedirle  que me llevará, me daba miedo su reacción, mis tías y mi mamá me pidieron encarecidamente.

—Hija por favor no dejes de ir a visitar a la Virgen de Guadalupe, le tienes que dar las gracias por ese marido que te mando del cielo.

Al siguiente día, fuimos visitar a la virgen, al salir del santuario, fuimos a comprar los recuerdos para mi familia, Juan Manuel  escogió un rosario de plata muy bonito para mi tío el señor cura, yo escogí unas estampitas de la virgen de Guadalupe bendecidas para mis tías y mis padres que me dijeron que eran réplicas de la original. Juan Manuel me dijo

—Mañana temprano salimos a Cuernavaca.

—Está bien, cómo tú digas.

Esa noche cuando llegamos al cuarto de hotel, nuestras maletas estaban listas, en el closet solo quedaba la ropa que íbamos a usar al día siguiente, me imagino que Juan Manuel dio la orden, mi marido hizo lo mismo de las noches anteriores, me dejo en la habitación y el salió como lo hacía desde que llegamos al hotel, me dio curiosidad y abrí una de las maletas, la ropa estaba limpia, planchada y muy bien acomodada, me quedé sorprendida de la eficiencia del personal. 

Juan Manuel

Hoy fui a ver a Madam Ane, nos sentamos en una mesa lejos del bullicio ella me increpo.

—Quiero que me aclares cómo es que terminaste casado con esa señorita, tú y Judith hacían una pareja muy linda, estaban muy enamorados, juraría que era una unión para toda la vida.

—Yo también, Madam pero el destino intervino...

—El destino o una persona ¿Acaso dejaste a Judith por esta mujer? Está muy jovencita y bonita, no me cabe la menor duda que eso haya pasado, ustedes los hombre maduros, nunca me imaginé que le hicieras eso a mi querida amiga.

—Madam, no se haga historias en su cabecita, le voy aclarar todo.

Le conté todo la intervención de mi madre y Eva, la presión en el trabajo que fue lo que me empujo a hacer esa barbaridad, y termine diciendo.

—Por favor Madam, si usted sabe donde se encuentran mi mujer y mis hijas, dígamelo por favor

—No hijo, no sé nada, ustedes dos simplemente desaparecieron, ni a ella ni a ti los había vuelto a ver hasta el día que viniste a cenar con tu mujer, pero si quieres un concejo gratis, olvida a Judith y se feliz con tu nueva esposa.

—Eso nunca y por favor si usted llega a saber algo aunque sea lo más mínimo, hágamelo saber se lo suplico, mire le voy a dar esta tarjeta con el número de teléfono de mi oficina llámeme por favor.

—Está bien muchacho, veo cuanto sufres la ausencia de Judith y de las niñas, pero no tienes derecho a hacer sufrir a esta jovencita, no es bueno casarse sin sentir amor, siempre se acaba dañando a terceras personas.

—Lo sé, estoy dispuesto a pagar el castigo que me mande Dios por esto que estoy haciendo, pero por favor téngame al tanto si llega a saber algo de Judith,— Ya me retiro Madam gracias por escucharme. 

—Que Dios te bendiga muchacho

Nada, ella, no sabe nada de Judith, lleve a Baudelia a todas las partes donde solíamos ir con la firme esperanza de encontrarla, pero es cómo si se la hubiese tragado la tierra, oh mi amor porque huiste de mí. Antes de ir al hotel tengo otro asunto que arreglar.

Narradora

Micaela acaba de llegar de su ensayo, se está poniendo zapatos cómodos, está a punto de quitarse su ropa de vestir, para ponerse su ropa de dormir para estar cómoda y leer un nuevo guion de una radio novela en la que va actuar. En ese momento tocan la puerta y se apresura abrir, se encuentra con Juan Manuel.

—Hola Señor Juan Manuel, ¿no viene Baudelia con usted? Pero pase por favor ¿dígame le paso algo a Baudelia?

—No, no, y perdone la hora, y no voy a pasar, sé que estas no son horas de visitas y, mucho menos sin avisar, además lo que le tengo que decir, no va a llevar mucho tiempo, por lo tanto se lo puedo decir aquí mismo.

—Pues si no quiere pasar, dígame en que le puedo servir.

—Nada más quiero pedirle que corte su amistad con Baudelia.

—¡Pero que me está usted pidiendo acaso se volvió loco!  Cómo me está usted pidiendo eso, Baudelia y yo somos como hermanas, y sépalo de una vez, no voy a dejar la amistad de tantos años nada más porque a usted se le pegue la gana, ¡Me escucho Bien!

—Mire actricilla de quinta, no se lo estoy pidiendo, se lo estoy exigiendo, no la quiero cerca de Baudelia, o será ella la que pague las consecuencias, ella ya no pertenece al mismo círculo social, y su amistad le hace mucho daño para su nueva posición ¡lo Entendió Bien¡ No la quiero cerca de mi mujer, y si insiste en su amistad con ella, yo mismo me encargaré de que nadie la contrate, me ¡Escucho Bien¡

—!Óigalo bien, si, me voy alejar, pero no porque usted me lo está pidiendo, lo voy hacer por ella, usted no me la pega que se casó con ella, porque está muy enamorado, algo está detrás de su repentino amor y, yo lo voy a descubrir, imbécil!

Juan Manuel ya no la escucho, subió a su coche y se alejó de la casa, mientras Micaela impotente y llena de miedo por su amiga cerraba la puerta y pensaba.

—Qué miedo me da ese hombre, esa mirada que lo traspasa a uno, lo que tiene de guapo lo tiene de malvado, mira que prohibirme la amista de Baudelia, nosotros que somos como hermanas, ya veré que pretexto le pongo para no visitarla cuando tenga que ir a Guadalajara, Dios la ampare, pero tarde o temprano voy a descubrir que hay detrás de este matrimonio, que llevo a este imbécil a casarse con mi hermanita; él no la quiere, a leguas se ve eso, que disque la respetaba mucho, nadie me quita de la cabeza que este imbécil es joto. (Homosexual), y nada más se casó con mi amiga para tapar las apariencias, pero yo lo voy a averiguar, quieres guerra hijo de la chingad, pues guerra vas a tener.

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