Ese día fue largo, lleno de gente, pero lo bueno fue que Juan Manuel, la estaba pasando bien, de la casa de mis padres, pasamos a la de mi tío el señor cura, donde mis tías, habían preparado una deliciosa cena y nos deleitaron con su hermosa voz y sus instrumentos musicales. Juan Manuel se despidió de todas las personas de mano de una en una, enseguida me ordeno.

—Empaca tu maleta para dos semanas, mañana salimos de viaje de luna de miel, vamos a la ciudad de México y al puerto de Acapulco, paso por ti alrededor de las siete de la mañana.

—Está bien, te espero mañana

—Y usted señorita—¿Cuándo va a regresar a la ciudad de México? —le preguntó a Micaela.

—Mañana mismo, pronto tengo una obra de teatro y tengo ensayo todos los días.

—Si usted gusta puede regresar con nosotros, el auto es grande cabemos perfectamente.

—¡No, no señor, no quiero hacer mal tercio!

—No diga necedades,  mañana paso por las dos ¿de acuerdo?

Así era Juan Manuel, no pedía ordenaba—Micaela  me dijo.

—No me lo tomes a mal, pero me dio escalofrió cuando tu marido me clavo la vista, sabe Dios como te vaya ir con ese hombre, creo que mejor hubieras escogido a José Juan tiene una mirada más dulce.

—Ay como eres, no me des tantos ánimos.

—Es mejor que te andes con cuidado, ese hombre está acostumbrado a que lo obedezcan sin chistar.

No dije nada, pero si recordé que desde un principio me dio órdenes, no pidió nada.

—¡Quiero que sea mi novia! en vez de— ¿Quiere ser mi novia?

—¡Vas a ser mi esposa!— en vez de—¿Quieres ser mi esposa?

Recordé su mirada y caí en la cuenta que Micaela tenía razón, su mirada era dura, en cambio la mirada de Juan Manuel era dulce y tierna, ya era la esposa de Juan Manuel y nunca había tenido una palabra de amor hacia mí, ¿Acaso me equivoque en casarme con este hombre?—Si así era, ya era demasiado tarde, Micaela me ayudo hacer la maleta.

—No se te olvide empacar tu traje de baño.

—¿Mi traje de baño?  no tengo traje de baño, ni ropa de playa.

—Y ahora qué vas a hacer, ni modo que vayas a la playa con esta ropa o te bañes en el mar en traje de Eva con tu hoja de parra tapando tu cosita, ja, ja, ja, te vas a asar, con tanto calor que hace por allá—¿Qué no te dijo tu marido que iban a ir a la playa para que te hubieras preparado?

—Pues no, de eso no platicamos, ni siquiera sabía que íbamos a viajar.

—No te digo bien, pues que clase de noviazgo fue ese, cada vez me da más mala espina esto, aquí hay gato encerrado.

—!Cuál gato encerrado ni que nada! y no tengo traje de baño porque nunca he ido al mar, no lo conozco y mira que siempre he querido ir, uno de mis deseos es conocerlo.

—Pues ahora lo vas a conocer, pero no te preocupes, cuando me dejen en mi casa te voy a regalar un traje de baño y ropa de playa.

—¡Pero cómo crees, te la acepto prestada, pero regalada no!

—Ay mujer no te pongas en ese plan, a mi, ropa es lo que me sobra, gracias a Dios me va bien en mi trabajo  y recuerda que tú eres mi hermanita que todo compartíamos.

—Gracia amiga— nos dimos un caluroso abrazo.

—Bueno, bueno vamos hacer la maleta para irnos a dormir, mañana tenemos que madrugar. 

Al día siguiente nos levantamos muy temprano, nos bañamos y nos alistamos para salir a la ciudad de México—Micaela me dijo.

—Te llevas un abrigo, en la ciudad de México hace mucho frío no es como aquí que hace un clima maravilloso.

Estuvimos listas para cuando llegó Juan Manuel.

Llego puntualmente a las siete de la mañana, en su flamante automóvil último modelo.

Nos ayudó a subir las maletas a la cajuela del coche, nos despedimos de la familia y partimos, yo me senté a su lado, Micaela en el asiento trasero, yo iba muy emocionada, prácticamente era mi primer viaje fuera del área metropolitana.

Veía fascinada el paisaje Micaela por más que le quiso sacar platica a Juan Manuel no lo consiguió él contestaba con monosílabos y nada más, Micaela perdió la paciencia y no insistió más, las dos nos fuimos platicando de cosas irrelevantes.

Juan Manuel se fue directamente a la ciudad de México, cuando llegamos al estado de Michoacán pasamos por los sembradíos de fresa, se veían muy hermoso, había cientos de trabajadores recogiendo la cosecha, también pasamos por la ciudad de Morelia lucia preciosa allí nos detuvimos a comer en un restaurante muy pintoresco.

En total duramos doce horas, en esos años las carreteras no estaban en muy buenas condiciones como ahora, ni existía la carretera de cuota que es muy rápida en la actualidad, en esos tiempos las carreteras tenían algunos tramos de terrecerías y algunos otros cubiertos de chapopote, era cuando se avanzaba más, todavía no se usaba el pavimento de concreto, es por eso que los viajes duraban más tiempo.

Eran las siete de la noche cuando mis ojos se quedaron deslumbrados por la magnitud de la ciudad, era mucho más grande que la ciudad de Guadalajara, miles de luces alumbraban toda la metrópoli , nos fuimos directamente a la casa de Micaela para dejarla en su domicilio. Cuando llegamos, nos invitó a pasar.

—Pasen por favor para que estiren las piernas, ¿Les ofrezco un café o té? si ustedes gustan se pueden hospedar aquí en su pobre casa, tengo una recamara para huéspedes.

—No, no, de ninguna manera le agradecemos su amabilidad pero ya tenemos una reservación en el hotel Roma y nos retiramos pues estamos muy cansados del viaje, dijo rápidamente Juan Manuel.

—¡Si claro y más usted, que manejo todo el tiempo! le contesto Micaela

—Bueno, si me permite, le voy a traer una ropa a Baudelia no tardo.

—¿Qué ropa? —Preguntó Juan Manuel.

—Bueno, cómo ella no tiene ropa de playa, yo le voy a facilitar alguna.

—De ninguna manera, si ella no trae ropa yo se la compro, de todos maneras, gracias por su ofrecimiento, nos pasamos a retirar.

—Que les vaya bien, que se diviertan.

Micaela

Qué barbaridad Juan Manuel,  me dio escalofrío del modo en que me miró cuando le ofrecí la ropa a Baudelia, espero que mi amiga no se haya equivocado en su decisión de casarse con ese hombre, sigo pensando que no es sincero no se que se trae entre manos, lo que si se, es que no quiere a mi pobre amiga estoy segura de eso. 

Fin de la segunda parte.

Mañana, empieza la tercera parte de este relato, 

Gracias a todas las personas que siguen esta historia,

algunas personas me vienen siguiendo desde el blog de en femenino, 

Para esas personas les doy un agradecimiento especial, por su fidelidad,

También quiero agradecer, sus comentarios,   Gracias a Dios y a ustedes, nunca he recibido un comentario negativo.

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