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Parte / 26



Mi amigo al ver la fotografía de Baudelia con Juan Manuel el día de su boda, me pregunto. sorprendido.

—¿De dónde conoces a este hombre?

—¿Cuál hombre?

—¡Este el que esta con la jovencita! 

—¡Ah, pues como estás viendo, es el esposo de mi mejor amiga Baudelia— ¿Acaso lo conoces?

—¡Claro que lo conozco, es el esposo de Judith, la mejor amiga de mi hermana Bertha!

—No, No debes estar confundido—, ¡Cómo que el esposo de la amiga de tu hermana, no ves que este que este hombre que esta aquí en la fotografía es el esposo de mi amiga.

Los otros amigos pusieron atención a la plática y comentaron— a caray un hombre bígamo, a ver tu Rogelio suelta la sopa.

Yo conocí a Juan Manuel hace más o menos diez años, obviamente yo era un adolescente, mi hermana Bertha y Judith, se conocieron en la universidad, donde las dos daban clases, Judith de antropología y mi hermana de física, sus padres de Judith también son antropólogos, son alemanes, los amigos más allegados llaman a Judith de cariño con el mote de alemanita. Un buen día llego del brazo de Juan Manuel presentándolo como su esposo, ellos tiene dos hijas, aunque no estoy seguro si la hija mayor lo sea, él era muy joven para tener una hija de esa edad, pero la menor de seguro que si es—. Algo muy grave paso entre ellos, pues de buenas a primeras Judith desapareció, con sus hijas, Juan Manuel y mi hermana la buscaron y la siguen buscando, pero hasta la fecha no se sabe nada de ellas, hace poco más de dos años, llego Juan Manuel, a visitar a mi hermana para preguntarle si sabía algo de Judith y lo escuche decirle lo siguiente.

—Tengo que confesarte algo, te lo voy a decir yo, antes que te enteres por terceras personas.

—De que se trata.

—Me voy a casar.

—¡¡¿Pero cómo es eso que te vas a casar!!  ¿Y Judith?

—Tu sabes cuanto la amo a ella y a mis hijas, es por eso que estoy en un conflicto, tú sabes cuánto he luchado por escalar en mi trabajo y ahora tengo la oportunidad de lograr mi objetivo, sólo una cosa me impide que lo logre.

—¿Y qué es lo que te lo impide?

—Para lograr mi objetivo tengo que estar casado, y no lo estoy, tú sabes cómo he buscado a Judith y,  hasta ahora no sabemos nada de ella.

—Pero si por alguna casualidad la encontraras— ¿Qué va a pasar?

—Eso ya lo tengo previsto, cuando la encuentre inmediatamente me voy a divorciar de mi mujer.

—Me imagino que ella esta de acuerdo.

—No, no claro que no, es una chica inocente, ella no pertenece a nuestro círculo social, Fernando Ontiveros, ¿lo recuerdas?

—Si, lo recuerdo muy bien el abogado tiene fama de corrupto.

—Si, gracias a que es corrupto me ayudó a salir del problema, me hizo un acuerdo en donde dice que mi esposa esta de acuerdo en nuestra separación, cuando ella firme el acta de matrimonio por lo civil, le daré a firmar el acuerdo, después de todo va a salir ganando la suma de dinero que va a recibir en cuanto firme el divorcio no es nada despreciable.

—Piensa bien lo que vas a hacer, pobre mujer solo la vas a utilizar.

—Así es la vida, a veces se gana, a veces se pierde.

—Y al parecer el muy canalla si se casó con esa encantadora chiquilla—Susurro mi amigo.

Al oír eso estalle en cólera—. ¡¡¡Hijo de puta, así es de que el muy desgraciado utilizo a mi amiga y ella que en verdad está enamorada de ese desgraciado, yo lo sabía, sabía muy bien que no la quería, pero ella se enamoró desde el primer día que se lo topo, pero yo le voy a quitar la venda de los ojos a mi hermanita.

de mis ojos salió un llanto incontrolable, todos mis amigos se apresuraron a consolarme,  es por eso que en la primera oportunidad que tuve corrí a ver a mi amiga, a desenmascarar al desgraciado, nadie me va impedir decirle la verdad a Baudelia.

Cuando las dos amigas se reunieron se saludaron efusivamente, se pusieron al corriente de sus vidas, Baudelia, omitió las golpizas de las que fue objeto por parte de Juan Manuel solo se concretó a contar lo bonito.

—Me da gusto, que la estés pasando tan bien, pero tu mirada me dice que no eres tan feliz como me pretendes hacer creer.

—No sé porque me dices eso ¿Cuántos días vas a estar en la ciudad?

—Me voy el domingo,

—¿Tan pronto?

—Si tan sólo son dos días, me escape pero tengo bastante trabajo gracias a Dios—¿Pero dónde está el niño? muero de ganas por conocer a mi sobrino.

—Vamos a la recamara sirve que le doy de comer ya es hora.

—Vengase mi niño, que lo quiere conocer su tía—te presento a mi hijo

—Pero que niño tan precioso, ¡Mira Baudelia tiene los ojos verdes! —¿Qué re chulo estas condenado, es la misma estampa de su padre.

—No tanto, el niño tiene mi color tambien el poco pelito que tiene es negro además Juan Manuel no tiene los ojos verdes, pero dice mi mamá que cuando este más grandecito le van a cambiar.

—Mira bien al niño, tiene el mismo corte de cara, la nariz es igualita y su boquita con esos labios carnocitos, me late que este niño va a dar unos besos de miedo—tengo que reconocerlo ya sabes que ese hombre no es mi santo de mi devoción, pero no hay duda que el niño se parece a él.

—Cómo eres, el no te hace nada, no se porque le tienes tanta tirria. (coraje). El sábado cumplo la cuarentena. ¿Te gustaría ser su madrina de presentación?

—Me encantaría, pero...?

—¿Pero qué? yo quiero que seas su madrina. 

—No quiero encontrarme con Juan Manuel.

—Pero qué te pasa con él —¿Qué tienes en su contra?

—Nada, pero ya sabes, así como él no me cae bien, yo tampoco le caigo bien a él

—Pero que dices mujer, no veas monos con tranchete, (cuando ven una cosa que no es), son figuraciones tuyas. Pero descuida Juan Manuel no va asistir al evento, él va a salir de viaje, va a ir a Zacatecas el fin de semana, tiene unos asuntos de negocios con su tía Gabriela, llega el domingo por la noche, la presentación es el sábado.

—Bueno siendo así, acepto—por ahora no le voy a decir lo que se de Juan Manuel, no le voy a amargar la celebración a mi ahijado, además a Baudelia se le puede secar la leche, ya habrá otra oportunidad de decirle lo que descubrí

—¿Y cómo se va a llamar?

—Juan Manuel  y yo acordamos que el niño se va a llamar, Juan Ignacio, Juan por él y Ignacio por mi padre.

—Rima bien el nombre, Juan Ignacio— ¿Te dio trabajo convencer a tu marido de ponerle el nombre de tu padre?

—No, fue su idea el respeta mucho a mi padre.

—Esté regalo es para mí ahijado.

-Que hermosa ropita, no te hubieras molestado,

—No, es nada mujer es sólo un detallito, le vamos a poner este trajecito el sábado, para que vaya muy guapo a su presentación.

—¿Micaela te vas a quedar a dormir verdad?

- Claro mujer, estos dos días, son para nosotras, hay mucho más que platicar, quien quite y nos despierte una serenata del guapetón de tu otro Juan, ja, ja, ja.

—Ja, ja, ja no te digo bien que ocurrente eres, ese muchacho ya se ha de haber casado ya no lo he vuelto a ver desde ese día.

Fue muy reconfortarle el encuentro con Mica, tambien invite a mis amigas del taller, al principio se negaron, pero cuando les dije que Juan Manuel no iba a estar presente aceptaron encantadas.  al día siguiente llevamos a la criaturita a presentar al templo, mis tías como siempre organizaron una pequeña celebración, yo me sentí my contenta con mi grupo de amigas, ese era mi ambiente no el que me imponía mi marido. El domingo despedí a mi querida amiga, obligándola a prometerme que tenía que venir al bautizo de mi hijo, ella no prometió nada.

Esa misma noche paso por nosotros Juan Manuel, para regresar a nuestro hogar mi hijo y yo, cuando llegamos a la casa me lleve una gran desilusión al ver la recamara de mi hijo completamente amueblada y decorada, estaba muy hermosa, pero yo soñaba con el momento de escoger los muebles y decorarla a mi gusto, Juan Manuel me volvía hacer a un lado, le iba a reclamar cuando escuche unos pasos acercarse a la habitación, eran la señora Camilla y Eva. preguntando.

─¿Se puede?

─Me sorprendió mucho su visita ya que en todo lo que teníamos de casados nunca se habían dignado a visitarnos, Juan Manuel contesto por mí.

─claro que sí, pasen.

Yo pensé, pero si ya están pasadas.

─Vinimos a conocer a mi sobrinito, dijo Eva, Juan Manuel me quito al niño de los brazos y se lo dio a la señora Camilla diciéndole.

─Madre te presento a tu nieto 

Ella lo abrazo amorosamente, el niño abrió sus pequeños ojos, los ojos de la señora se llenaron de agua susurrándole a la criatura.

─Eres igualito a tu abuelo, que en gloria este.

─Unos minutos más tarde fue el turno de Eva de tomar en sus brazos a mi hijo

─Que hermoso eres mi pequeño─¡Ya viste Nana el niño tiene los ojos verdes! ─enseguida se dirigió a mí diciéndome.

─Espero que no te haya molestado que me tomara la libertad de decorar la recamara del bebito.

Quise replicar, pero la dura mirada de Juan Manuel, me contuvo solo atine a decir.

─No, claro que no está muy hermosa muchas gracias, no tenias que haberte molestado.

─No fue molestia, al contrario lo hice con mucho cariño, aún sin conocer al hijo de mi hermano ya sentía quererlo.

Yo estaba muy desconcertada, Juan Manuel llamaba madre a la señora Camilla, Eva le decía Nana, según Raquel, los padres de mi marido y Eva eran los padres de Octavio, pero entonces ¿a qué abuelo se parecía mi hijo. Juan Manuel y Eva llevaban el apellido Lombardi, mientras el de Octavio,  era Ramos o Romero no recuerdo bien, Todo en esa familia era un misterio, quizá la futura madrina de mi hijo Patricia, me ayude a develar el misterio. 





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