Baudelia se sentía en las nubes al lado del hombre, ella esperaba que le preguntara donde vivía, pero él se dirigió directamente a su casa - ella se preguntó

— ¿Cómo supo donde vivo?

Cuando llegaron el bajo del coche, le abrió la puerta le dio la mano para ayudarla a bajar y le dijo.

—Puedes llamar a tu madre por favor.

—¡A mi mamá! ¿para qué?

—¡¡Por favor llámala, necesito hablar con ella!!

—Esta bien enseguida venimos.

Baudelia entró a la casa busco a su madre.—Mamá, mamá, ¿donde está?

—Aquí estoy ¿por que gritas?

—Mamá el señor Juan Manuel quiere hablar con usted.

—¡Conmigo¡ ¿Don Juan Manuel está aquí?

—Si, mamá, ándele vamos que esta esperando. 

—Vamos a ver que quiere.

—Señora es un placer conocerla , soy Juan Manuel Lombardi y si su señor esposo y usted me lo permiten quiero pedir su permiso para ser su novio, quiero que me conozca  un poco más, porque yo a ella tengo tiempo de conocerla, por mi trabajo en la capital, no había podido entablar una amistad con ella, pero las cosas han cambiado ya que mi trabajo me permite vivir en la ciudad, mis intenciones son contraer matrimonio.

—Valentina estaba gratamente sorprendida un hombre tan educado, guapo y con dinero, novio de su hija, que más podía pedir una madre para su hija.

—Tiene mi permiso señor.

—Usted cree, conveniente que hable con su esposo.

—No, no hay necesidad, él es un hombre muy ocupado yo me encargo de ponerlo al tanto

—Bien señora, otra cosa más, todos los días voy a traer a su hija en mi carro y si no hay otra cosa que aclarar me despido

—Está bien señor, que le vaya muy bien, mucho gusto en conocerlo, me saluda a su madre la señora Camilla.

—El placer fue mía señora, yo le doy sus saludos a mi madre de su parte, buenas noches.

Cuando Juan Manuel, se alejó en su coche, Valentina le dijo a su hija llena de contento. 

—¡¡Pero mira nada más, que muchacho tan educado, te sacaste la lotería, mira que habiendo escogido una mujer de su mismo nivel, te escogió a ti, tienes que darle gracias a Dios!!

—Si mamá, tengo que oír misa y comulgar, para darle gracias a Dios.

—¡Mira tu papá ya está cerrando la tienda vamos a cenar!

—¡Como que vi un coche muy elegante parado—, ¿era aquí o al otro lado?

—Era aquí Nacho, vino un joven a pedir permiso para ser novio de Baudelia.

—¿Cómo está eso?

—¡Cómo te digo Nacho, el joven hablo conmigo para pedirme permiso, quiso hablar contigo, pero le dije que estabas muy ocupado.

—¿Y quién es, lo conocemos, es del pueblo? No vaya a hacer uno de esos que vienen de la ciudad no más a burlarse de las muchachas ingenuas.

—No Nacho, él no es de esos, es el hermano de la patrona de Baudelia, bueno de una de ellas, un joven muy educado, yo conozco a su mamá, viven allá por las trojes y pues si das tu permiso ya habrá tiempo para que lo conozcas.

—Siendo así esta bueno, que venga a platicar.

—El señor Juan Manuel va a traer a Baudelia del trabajo en su coche, para que no te extrañe si la ves bajar del coche.

—Pero no te quedes platicando en el coche, platica por la ventana de tu pieza. Y mucho cuidado, nada de disfiguros, te tienes que dar a respetar.

—Si papá cómo usted diga.

—Bueno vamos a cenar que ya es noche.

Esa noche Baudelia no pudo dormir de la emoción, ella ingenuamente pensaba que Juan Manuel, había quedado igual de enamorado desde el primer día que se vieron en el matrimonio de su hermana Eva—cuando al siguiente día llegó al trabajo inmediatamente le contó a Luisa

—Luisa ya somos novios , el señor Juan Manuel y yo.

—Ya, cuéntamelo todo.

—Pues no hay mucho que contar, primero me pregunto que había pensado, le dije que si quería ser su novia, me llevó a la casa en su coche, le pidió permiso a mi mamá y eso es todo.

—¿No te dio ni un beso?

—Ay cómo crees, es muy respetuoso

—Pues que no te respete tanto, si no cómo vas a saber que tal besa, que tal si no te gusta cómo saben sus besos.

—Ay ya cállate cómo eres,  eso es pecado.

—Pues yo soy muy pecadora, yo cuando conozco a un muchacho primero le digo que me dé un beso y luego le digo que sí o que no, a veces están muy guapos pero son muy mensos.

—Ya cállate por favor.

—Ja, ja, ja, lo que pasa es que eres muy santurrona— vamos a trabajar

Cuando las chicas salieron de trabajar ya estaba  esperando Juan Manuel para llevar a Baudelia  a su casa, todo el trayecto no cruzaron palabra alguna, cuando llegaron la ayudo a bajar del coche.

—Por favor pasa a tu casa, no me puedo  quedar, porque tengo mucho trabajo.

Paso un mes de noviazgo, si a eso se le podía llamar así, lo único que hacían era un trayecto del trabajo a su casa, y se despedía.

Juan Manuel

Ya nos hicimos novios, ella no tiene iniciativa para nada, algunas veces saco algún tema y simplemente me dice no sé, o cómo quieras, mejor opto por no hablar con ella, así es mejor,  no quiero que se forjen lazos amorosos de mi hacia ella.

Baudelia

—Siento que cada día que pasa, me enamoro más de Juan Manuel, él me respeta bastante, ni siquiera hace por tomarme de la mano, dice mi mamá que es porque es muy respetuoso, que él no es como los muchachitos modernos, pero yo quisiera que fuera como José Juan, todavía recuerdo el beso que me robo. Juan Manuel me dijo que tiene algo muy importante que hablar conmigo y con mis padres ¿Qué será?—Cuando llegamos a mi casa me dijo.

—¿Les dijiste a tus padres que necesito hablar con ellos?

—Si, ya nos deben de estar esperando por nosotros.

 En ese momento se paró otro carro y bajaron dos señores muy elegantes, Juan Manuel los saludo y enseguida me los presento.

—El doctor Octavio mi mejor amigo, casi mi hermano.

—Mucho gusto señorita.

Mi tío Mateo hermano de mi madre

—Mucho gusto señores.

—Avisa a tus padres que estamos aquí—me ordenó Juan Manuel

—Si, con permiso

Papá, Mamá ya llegamos.

Mi padre al ver a los hombres dijo intrigado.

—Pos Baudelia me dijo que usted quería hablar con mi mujer y conmigo, pero nunca mencionó que iba venir acompañado, pero no se queden parados pasen a su pobre casa—, mi madre se apresuro a decir.

—Pasen, pasen por favor, están en su casa, tomen asiento

—Gracias señora, son ustedes muy amables—Dijo Octavio algo turbado—mi padre fue al grano

—Y díganme pa que somos buenos.

—Señor mi nombre es Mateo, soy tío de Juan Manuel y con mucho respeto vengo en representación de mi hermana Camilla, madre de Juan Manuel, para pedir la mano de su hija aquí presente la señorita Baudelia.

Baudelia se quedó estupefacta, nunca se imagino que Juan Manuel, fuera a pedir su mano, sin siquiera mencionárselo primero a ella, su padre exclamo.

—¡¡Pero como esta eso, si ellos apenas se están conociendo!!

—Pues sí señor, pero comprenda que mi sobrino ya no es un jovencito, además ellos ya tienen tiempo de conocerse, por asuntos de trabajo mi sobrino ya no puede esperar más, él está muy convencido de sus sentimientos hacia su hija y cree que su hija los corresponde.

Ignacio recordó que él también le urgía casarse y sonrió en sus adentros— bueno, pues de mi parte si doy mi consentimiento, pero hay que preguntarle a la novia

—¿Tú que dices mija?—  ¿Te quieres casar con el señor?