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Parte/2



Camilla quedo embarazada a los ocho meses de casados, los padres del joven matrimonio se pusieron felices, para las dos familias este iba a ser su primer nieto.

—Pues como ve don Leopoldo con la novedad de que los muchachos ya nos van hacer abuelos.

—Pues si pues, ya me dio la noticia mijo y pues ya le dije que si es varoncito se va a llamar como yo.

—¿Pero qué paso don Leopoldo! el muchachito se va a llamar como yo.

—Mire don Juan Manuel, pa no pelearnos que le parece si cuando nazca el varoncito lo dejamos a la suerte y hechemos la moneda al aire y el que gané será el nombre que lleve el muchachito.

Los jóvenes no tuvieron objeción en la decisión de sus padres, hay que recordar que en esos años había mucho respeto entre los padres e hijos, el 24 de febrero de 1914 nació un precioso niño, lo llamaron Juan Manuel ya que el padre de Camilla ganó la apuesta.

Todo marchaba bien en su matrimonio, cuando el pequeño Juan Manuel tenía un año Camilla volvió a quedar preñada el ocho de abril de 1916 nació una preciosa niña la cual llevó el nombre de Evangelina en honor a una vieja tía que había pertenecido a la aristocracia, para acortar el nombre le empezaron a decir la pequeña Eva. Cuando todo marchaba  viento en popa en la vida del matrimonio,  una desgracia vino a nublar la tranquilidad. 

Un buen día en que Paulo regresaba de uno de sus tantos  viajes que hacía para llevar su mercancía a otras localidades, él venia conduciendo tranquilamente admirando la belleza del estrecho camino, en esa época del año, el campo lucía como un cuadro de Velazques, el famoso paisajista mexicano, todo el panorama lucia verde y el trino de los pájaros inundaban sus oídos,  cuando le faltaban solo unos cuantos kilómetros para llegar a su hogar, de pronto le salió un hombre de la nada, él hábilmente  esquivo el vehículo para no arrollarlo, pero en su intentó por evitar la desgracia terminó saliendo del camino y el camión de carga  terminó estrellándose en un árbol, Paulo perdió la vida al instante.

Cuando llegó la noticia al pueblo, hubo mucha conmoción, no lo podían creer un muchacho tan joven con una linda esposa y dos niños pequeños, "muerto"—. Camilla estaba tranquilamente preparando los alimentos, quería que la comida estuviera lista para recibir a su esposo, de pronto unos fuertes toquidos a su puerta la sacaron de su tarea, fue presurosa a atender a la persona que esperaba tras la puerta.

—¡Doña juventina!  ¿que se le ofrece?

La mujer soltando el llanto la abrazo al mismo tiempo que exclamaba.

—¡Ay mija, ay mija que tragedia, te acompaño en tu pena!

—¡Pero doña Juventina, de que pena habla!

—¡Cómo que de que hablo pos de Paulo, todavía no sabes que se mató!

Camilla lanzó un grito desgarrador, dijo unas cuantas palabras ininteligibles y cayo desmayada, en esos momentos llegaron sus padres.

—¡Camilla, Camilla! ¿qué le pasó?

—Pos no se, yo solo de di el pésame por la muerte de Paulito y pues cayó supita, dígame en que le puedo ayudar. 

 —En nada doña Juventina, mi mujer y yo nos hacemos cargo.

—Esta bien don Juan Manuel, nos vemos el el velorio. 

Abigail la madre de Camilla le dio a oler cebolla y la joven poco a poco recobró el conocimiento, de inmediato recordó la fatal noticia que le había dado doña Juventina. 

—¡PADRE, MADRE!  ¿ES CIERTO QUE PAULO SE MATÓ?

 —Hija, hija tienes que ser fuerte.

—¿Entonces si es cierto que Paulo se mató?

Sus padres no contestaron, solo se limitaron a abrazar a su hija que lloraba desconsoladamente no fue necesario que dijeran una sola palabra Camilla comprendió que la noticia era verdadera a don Leopoldo tambien le llego la noticia de la muerte de su hijo.

—Don Anselmo que lo trae por aquí, pero pásele no se quede parado en la puerta.

—Pos perdóneme don Leopoldo, pero no le traigo buenas noticias, se trata de Paulo.

—¿QUE PASA CON MI HIJO? HABLE DE UNA VEZ, NO SE QUEDE PASMADO.

—Paulo se mató en el camino, aquí cerquita ya casi pa llegar.

 —QUE ME ESTA DICIENDO DON ANSELMO,  QUE MIJO ESTA MUERTO REPITAMELO  POR VIDA SUYA.

—Lo que esta oyendo don Leopoldo no tengo porque mentirle es un asunto tan delicado  y menos tratándose de su hijo.

—Esta bueno dispense me, pero usted comprenderá se trata de mi muchacho.

—No tenga pendiente don Leopoldo, lo comprendo muy bien, no olvide que yo pase por lo mismo hace tiempo.

 —Si lo recuerdo bien como si fuera ayer, ¿Sabe donde quedo mi hijo?

—Si don Leopoldo, quedo en la brecha del camino, ahí nomas pasando el pasó chico, pero ya la autoridad recogió el cuerpo esta en el descanso del panteón.

—Gracias don Anselmo voy a darle la noticia ami mujer para enseguida ir a arreglar todo pa el velorio de mijo. 

—Estoy a sus órdenes pa lo que se ofrezca. 

—Gracias lo voy a tener muy en cuenta, vaya con Dios don Anselmo.

—Don Leopoldo fue en busca de su mujer, esta le salió al encuentro.

—¿Qué pasa Leopoldo, con quien estabas discutiendo.

El hombre abrazo a su mujer, ya no pudo contener el llanto.

—Mujer, mujer—¿Que pasa viejo me estas asustando?

 —Es Paulo, nuestro hijo esta muerto.

Gracias a que el hombre la tenía fuertemente abrazada no cayó al suelo ya que en cuanto oyó la noticia se le aflojo todo el cuerpo, después de unos segundos la mujer empezó a llorar descontroladamente, al oír el llanto de su madre sus hijas corrieron a ver que le sucedía. 

—¡Padre !¿que le pasa a nuestra madre?

—Ay que ella les diga atiéndenla, yo tengo muchas cosas que hacer.

Sin decir más don Leopoldo salio de la casa y se dirigió a identificar a su hijo, porque si no veía el cuerpo de no iba a creer lo de su fallecimiento, cuando llegó al lugar donde se encontraba el cuerpo ya había varios amigos y familiares entre ellos Juan Manuel, para ponerse a las ordenes de su consuegro, este los saludo con una inclinación de cabeza, todos los presentes despejaron el camino para dar paso al señor. Poco después salio el hombre con los ojos enrojecidos todos respetaron su dolor. 

Don Leopoldo, se encargo de todos los tramites, unas horas después llegó a su casa con el cuerpo de su hijo, Camilla estuvo de acuerdo en todo a lo que al velorio de su esposo se tratará, ella era simplemente una espectadora, todo los eventos pasaron como una película a cámara lenta. 

 Cuando paso el funeral y el novenario, a don Leopoldo,  se le metió una idea en la cabeza que no lo dejaba en paz y no pasó mucho tiempo para llevar a cabo sus intenciones, un buen día llegó a la casa de Camilla cuando está abrió la puerta apareció don Leopoldo con la cara distorsionada por la desesperación le ordenó a su nuera.  

—Quiero que me entregues a tu hijo, yo lo voy a educar cómo si fuera Paulo, Dios me arrebato a un hijo, pero me dejo a otro al pequeño Juan Manuel. El lunes a primera hora vamos a ir al juzgado para que me otorgues los derechos del niño y aprovechamos para registrarlo nuevamente, se va a llamar como su padre, Paulo Albarrán Gutiérrez— diciendo esto salió de la casa—, Camilla no dijo ni una palabra, él no le dio oportunidad de hacerlo cuando le paso la sorpresa, salió rápidamente de su casa  y fue en busca de su su padre este revisaba unas tareas de sus alumnos.

—¡Padre, padre mio!

—¿Qué pasa? ¿Acaso le ha pasado algo a mis nietos?

—Don Leopoldo se volvió loco, me quiere quitar a Juan Manuel

—Cómo que te lo quiere quitar  ¿Qué pasó para que llegues a esa conclusión?

—Él me lo dijo, dice que lo va a registrar a su nombre, que yo me quede con Eva

—Pero ese hombre se volvió loco o que, dale tiempo el dolor lo hace actuar de esa manera, no acepta la pérdida de su hijo, ya veras que se le pasará pronto.

—Pero papá, me dijo que el lunes vamos a ir al registro civil a que le ceda los derechos del niño y va a provechar para registrarlo como su hijo, con el nombre de Paulo

—Cálmate hija voy a hablar con él.

—Se lo suplico padre, hágalo entrar en razón.

Don Juan Manuel llegó a la casa de don Leopoldo, lo encontró cabizbajo viendo la fotografía de su hijo.

—Pásele don Juan Manuel  ¿que lo trae por esta su casa?

—Bueno don Leopoldo, Camilla me contó lo que ustedes platicaron.

—Así, que bueno que usted esté de acuerdo, usted nos puede acompañar como testigo.

—Precisamente de eso le quiero hablar, no me parece buena idea eso que usted quiere hacer con mi nieto.

—¿Por qué no? Camilla es una mujer joven, ella pronto va a encontrar a otro hombre que se case con ella, puede tener más hijos, yo no tengo más varones el único que tenía esta muerto, yo creo que usted en mi lugar haría  lo mismo.

—¿Por que no lo piensa un poco más, usted esta actuando llevado por el dolor  y, por lo que veo, usted quiere es reemplazar a su hijo con mi nieto, pero eso no va a ser posible, el niño tiene a su madre, ninguna ley le va a autorizar eso.

—Usted no entiende, con dinero se puede todo y si no es por las buenas va a ser por las malas, pero el niño va a ser mío, ya lo va a ver el lunes.

Don Juan Manuel al ver que con su consuegro no iba a arreglar nada se fue directamente con su tío Nicanor, él lo veía como a un padre ya que el suyo había fallecido cuando él era muy pequeño.

—Pásale muchacho ¿Qué tienes te ves muy agitado?

—Ay tío creo que don Leopoldo se volvió loco, ahora resulta que le quiere quitar su hijo a Camilla

—A ver, a ver, barajeamela mas despacio cómo está eso de que don Leopoldo quiere quitarle a Camilla a su hijo.

 Dice que quiere educar a Juan Manuel como a su propio hijo, y que lo va a registrar con el nombre de Paulo.

—Yo ya hable con él, pero no entiende razones,  dice que con dinero todo se puede

—Pues en eso, si que  no le falta razón, ya ves cómo está la ley de podrida los ricos con su dinero hacen que la ley caiga a su favor, para pelear al chamaquito van a necesitar mucho dinero, aquí no queda más que se vayan de aquí.

Pero tío, yo no tengo dinero, sólo cuento con la casa y quién me la va a comprar con tanta premura.

—Cálmate hijo, de que haya quién compre la casa si hay, pero te van a querer dar una bicoca, así es como los ricos abusan de la necesidad de los pobres, pero mira tengo otra solución, yo tengo un dinerito ahorrado, no es mucho, pero te puede servir para los primeros gastos, si quieres podemos ir con doña Catalina la prestamista algo te va a prestar por la casa y con el dinero que te voy a facilitar te puedes ir con tu familia lejos del alcance de don Leopoldo al menos mientras se le pasa la ventolera. (locura).

—Pero si empeño la casa, la puedo perder, ya ve que esos prestamistas le facilitan el dinero a uno, pero con intereses altísimos.

—Mira hijo, no tengas pendiente, si tú quieres, rentamos la casa y con eso vas pagando la deuda  y los intereses, yo te voy ayudando con dinero para que no la pierdas.

—Gracias tío, no esperaba menos de usted. 



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