Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11: Una Navidad diferente.

¡No tenía nada que hacer! Era Nochebuena y su mejor plan, una cena tranquila con Ino y su sobrino, pero... aún eran las tres de la tarde y seguía metido en su cuarto. No quería moverse de la cama, no encontraba un motivo para hacerlo. Ni siquiera su padre le había llamado para felicitarle las fiestas, pero claro... estaría ocupado con su madrastra arreglando y preparando todo para esa noche en familia.

Cuando el timbre de la casa sonó, se sorprendió. No esperaba a nadie y poca gente sabía dónde vivía. Quizá era su representante pero... miró el escritorio de su cuarto al fondo, observando la cantidad de papeles y hojas que debía aprenderse para el nuevo papel en la serie que haría con Naruto, no podía ahora aceptar otro trabajo.

Se apresuró en ir a la puerta. Apenas había pegado ojo y pese a sus ojeras, sabía que no podía ser la prensa, jamás había desvelado la ubicación de su casa y vivía demasiado apartado de todo como para que quisieran venir a molestarle. Al abrir, la sonrisa de Naruto fue lo primero que vio, seguido por unas bolsas de regalo que alzaba frente a él.

- Feliz navidad.

- ¿Qué diablos...? – preguntó, pero él le apartó y entró por su casa -. ¿Naruto? ¿Qué estás haciendo aquí?

- Venir a pasar la navidad contigo. ¿No está claro eso?

- Naruto, ¿pensabas asaltar mi casa mientras estaba fuera?

- Claro que no. Sé que tu viaje se canceló.

- ¿Cómo diablos sabes...?

Pensó en su representante pero no, ni siquiera a él se lo había dicho. No habló con nadie sobre ese tema y entonces... cayó. El día que fueron a firmar los papeles para el contrato de la serie. Seguramente el muy idiota le vio o escuchó lo que no debería haber oído.

- Naruto... sal de mi casa, no estoy de humor para...

- No pienso irme. ¿Crees que voy a dejar que pases unas navidades solo?

- No estoy solo.

Esa afirmación sorprendió a su compañero por unos segundos, pero enseguida se echó a reír creyendo que era una broma o una excusa para que se marchara.

- Sí, claro. He pensado que cocinaré algo, bueno... tú cocinarás algo que se te da mejor y yo haré la repostería. Tengo la receta de un kurisumasu kēki que...

- ¿Quieres envenenarme? – preguntó Sasuke confuso, había visto los almuerzos de Naruto. Si era algo preparado por él... podría significar la muerte, necesitaba un cartel de peligro y si no, comía ramen instantáneo -. ¿Tan mal compañero he sido?

- Cállate, idiota, voy en serio con esto.

- Naruto, de lo que viste o creíste ver aquella noche...

- No creí ver nada, Sasuke, te vi claramente y no dejaré que pases la navidad solo.

- Es cierto que tengo compañía, espero que la receta sea para tres personas – le añadió al ver que no le haría cambiar de opinión.

Naruto se quedó absorto, pero justo tras Sasuke, la chica rubia que él buscó durante toda la mañana apareció en el marco de la puerta de la cocina cargando al niño en brazos. Era una chica muy atractiva y cada vez, él estaba más convencido de que ocurría algo entre Sasuke y ella.

- Yo... lo siento, no sabía que... - intentó arreglar Naruto, creyendo haber metido la pata.

- Oh, no, no... no es lo que piensas – se adelantó Ino – él y yo no tenemos nada sentimental o lo que estés imaginando.

- No entiendo nada – dejó caer Naruto.

- Es mi sobrino, Naruto – añadió Sasuke – y si esto se filtra a la prensa, te la cargas.

- ¿Tu sobrino? Pero... ¿Tienes un hermano? ¿Otro hermano? Porque recuerdo que uno va a casarse con... esa mujer de no sé qué empresa.

- Sólo tengo un hermano, Naruto. Itachi estudió dirección de empresas, empezó como becario y luego se independizó, aprendió y ahora tiene su propia empresa. Quiere fusionarse con una gran multinacional, de ahí su matrimonio con Karin.

- Yo fui becaria en la empresa de Itachi – comentó Ino – cuando acabé la carrera trabajé unos meses allí para aprender y eso pero...

Empezaba a entender un poco por dónde iban los tiros y no le gustaba nada. Sus ojos se abrieron como platos y su boca fue más rápida que su cerebro.

- ¿Te dejó preñada? – preguntó casi a gritos.

- ¡Qué bruto eres! – se quejó Sasuke – discúlpale, por favor. No es mal tipo, sólo un poco impulsivo.

- No pasa nada – intentó tranquilizarle Ino.

- Lo siento, es que... todo esto me sorprende mucho – se quejó Naruto.

- Tuve un romance con Itachi, sí – afirmó Ino – y me quedé embarazada, pero él no sabe nada.

- ¿En qué lío estáis metidos vosotros dos? – se preguntó Naruto –. Estamos hablando del padre del crío. ¿No deberíais decírselo? Al menos tú, Sasuke, joder, que es tu hermano.

- No, no – se adelantó Ino asustada.

- Tranquila, Ino, aquí nadie va a contarle nada a Itachi. ¿Queda claro, Naruto? Itachi tomó su decisión, va a casarse con Karin y además, Ino ya no trabaja para él. No le importa el niño ni ella, ni siquiera trató de buscarla cuando dejó el trabajo, sólo fue un rollo pasajero y sobre todo, respetaremos la decisión de la madre. Ella sólo quiere olvidar que ese romance ocurrió. Asunto zanjado – matizó Sasuke.

El pequeño Ikuto empezó a llorar y pese a que su madre intentaba calmarle moviendo al pequeño en brazos, no había forma de hacerlo.

- Sasuke, ¿podrías sostenerlo un momento? Voy a ir a buscarle un pañal, seguro que es eso.

- Claro. Ven aquí con tu tío – sonrió Sasuke, cargando al pequeño en brazos.

En el momento en que Ino fue hacia la habitación para buscar los pañales, Naruto miró la sonrisa de Sasuke. Realmente le gustaban los niños aunque se hiciera el indiferente a veces.

- Sasuke, ¿qué ocurre con su padre? Es decir, con tu hermano.

- Mi hermano ya sabía que Ino estaba embarazada.

- ¿Entonces por qué?

- Porque Karin es así de manipuladora. Itachi ya salía con Karin cuando se acostó con Ino, según él, iba a dejar a Karin por ella, se había enamorado, pero lo que ocurrió es que Karin le hizo creer que ese niño que Ino esperaba era de otra persona.

- ¿En serio? ¿Cómo se puede ser tan rastrero? ¿De quién se supone que era hijo? – preguntó Naruto por curiosidad.

- ¿De quién crees?

- ¡Madre mía! ¿Se cree que tú eres el padre? Pero...tú no te acostarías con ella sabiendo que estaba con tu hermano, ¿no?

- Claro que no. Éramos muy amigos, desde que empezó a trabajar en la empresa de mi hermano, nada más. Y ahora necesita ayuda, no voy a dejarla en la calle con mi sobrino.

- Pero eso sólo acrecienta las sospechas de tu hermano de que tú puedes ser el padre.

- Me da igual lo que él piense. Como te digo, este asunto está zanjado. Ino no quiere saber nada de ellos y por mí puede casarse con esa víbora manipuladora si no cree en la palabra de su propio hermano.

¿Cómo tu propio hermano no podía confiar en ti? Era algo que Naruto no comprendía. Él no había tenido una familia, ni un hermano, pero... sus compañeros en el orfanato eran como hermanos. Si cualquiera de ellos le hubiera dicho algo, él les habría creído. ¿Qué ocurría en la familia de Sasuke? Todo eran desconfianzas y apartaban a Sasuke de ellos como si fuera la oveja negra de la familia cuando era un gran chico.

- Lo siento, Sasuke – dijo sin más, porque sentía que el mundo estaba siendo injusto con él.

- ¿Por qué dices eso? Vamos, Naruto, es navidad. Te ayudaré con el pastel, no quiero que nos envenenes – suavizó el ambiente Sasuke.

Realmente era un gran chico y en un futuro, sería un gran padre. Hasta Ikuto se había calmado en su brazo, reposando su cabeza en el hombro y cerrando sus párpados.

- ¿Quieres sostenerlo? –preguntó Sasuke con una sonrisa al ver que Naruto lo miraba con cierto sonrojo.

- Oh, no, no... se me dan fatal los niños. En el orfanato encontré una vez una llave inglesa en el jardín, estaba tan emocionado que le dije a mi compañero que la mirase, la lancé por encima de mi hombro y le hice una brecha en la cabeza – se quejaba nervioso, pero Sasuke ya le estaba pasando al niño y a medida que sus manos lo sostenían, su boca empezaba a hablar más despacio hasta callarse.

- Ya está, pon la mano aquí y con la otra sostenle la cabeza. Mira qué relajado está – sonrió Sasuke al ver que el pequeño apoyaba la cabeza en el hombro de Naruto y seguía durmiendo.

Era la primera vez que sostenía a un niño tan pequeño en sus brazos. Ni siquiera llegaba al año y era torpe. Caminaba con torpeza, se caía mucho y su madre o Sasuke siempre le sostenían, pero ahora al tenerlo al brazo, le embargaba una sensación de miedo. No quería meter la pata con un niño tan pequeño. ¿Y si se le caía? Apenas quería moverse.

- Pareces aterrado – sonrió Sasuke al ver su cara.

- Lo siento, chicos, por tardar, ya tengo el pañal – sonrió Ino, agarrando a su niño y llevándoselo para cambiarle los pañales.

Ahora sin un niño en brazos, se sentía liberador. Sasuke, en cambio, leía la receta y había esparcido harina por la encimera para hacer la masa. Realmente estaba motivado a cocinar. Naruto le observó leer con calma su mala letra y luego sonrió.

- ¿De qué te ríes?

No obtuvo respuesta, en su lugar, un puñado de harina salió volando de la mano de Sasuke e impregnó toda su cara. Por suerte cerró los ojos, pero escuchaba la risa de Sasuke. ¡Estaba juguetón! O quizá... necesitaba reírse un poco con lo derrumbada que estaba su vida. Eran fechas señaladas, donde la casa debía llenarse de risas y buenos sentimientos, pero él no tenía algo así. Por eso mismo, Naruto sonrió y tomó otro puñado de harina, consiguiendo que Sasuke saliera corriendo de la cocina seguido por él.

- ¡Oh, Dios mío! – gritó Ino al regresar cinco minutos después a la cocina.

Era una guerra de harina, y no sólo la cocina, todo el salón, los cojines y ambos chicos embadurnados hasta arriba. Los dos seguían enzarzados en su guerra particular, Sasuke cubriéndose con un cojín mientras Naruto se acurrucaba tras el sofá como una trinchera, lanzando harina. ¡Como niños! Pero eso le hizo sonreír. Ese último año había sido una locura, siempre preocupada por salir adelante con su pequeño y había visto también la tristeza de Sasuke por culpa de su familia.

Por un instante, Ino se quedó absorta mirando la sonrisa del moreno. Hacía meses que no la veía y todo era gracias a ese chico rubio, a su compañero de rodaje que con una visita sorpresa, había traído su vitalidad a la casa.

Por primera vez, pensó que esas navidades serían especiales para los tres. Un chico huérfano, una chica soltera con un niño de apenas diez meses y un chico odiado por su familia, reunidos a la mesa para jugar a estúpidos juegos navideños.

Ino dejó al pequeño en el parque infantil, riendo al ver cómo los mayores se convertían en auténticos niños. Esta vez, libre del pequeño, fue Ino la que agarró algo de harina de la encimera y se la tiró a Sasuke, al que tenía más cerca y además... mayor confianza con él como para hacer eso.

- Te la has cargado, Ino – escucharon los dos la profunda voz de Sasuke, antes de que éste la agarrase de la cintura y la tirase en el sofá, consiguiendo que Naruto se uniera y trajera el saco de harina, claro... que él atacó a ambos indefensos.

- ¡Yo gano! – levantó las manos a modo triunfante, aunque lo que obtuvo fue que los otros dos se compinchasen contra él, siendo sostenido por Sasuke mientras Ino buscaba en los armarios otro saco para tirarle encima.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro