Capítulo 65
Hola, amores. ¡¡Ya estoy aquí!! Le dedico este capítulo a AguePinkFloyd, que ha empezado a leer el fic hoy y que tardará mil años en llegar aquí, pero no pasa nada jaja. Espero que te haya encantado la historia cuando leas esto :).
Capítulo 65
Lost and insecure / You found me.
Perdido e inseguro, tú me encontraste.
The Fray – You found me
DRACO
Bebió un último trago de su café y depositó la taza sobre una mesa de esa pequeña cafetería. Se encontraban a apenas un par de minutos a pie del Ministerio y el lugar era agradable y acogedor. Hermione estaba frente a él, sentada con una expresión preocupada en el rostro. Draco evitó su mirada durante varios segundos, hasta que finalmente suspiró y cedió a la presión de mirarla.
—¿Qué pasa? —preguntó.
Los ojos de Hermione se entornaron. Estaba preciosa, como siempre. Ella estiró su brazo por encima de la mesa y logró tocar su mano, la apretó ligeramente.
—¿Estás bien? —le preguntó—. Apenas has hablado en todo el día.
—Son las nueve y media de la mañana —contestó él—, no he tenido tiempo de hablar aún. ¿No?
Quizás pretendía ser gracioso. La preocupación no se borró del rostro de Hermione.
Llevaban casi dos semanas esperando a ese día. ¿Por qué, ahora, él estaba tan inestable? Draco había pasado una gran parte de la noche junto a su tía Alcacia, sentados en la elegante sala en su casa y comentando todo lo que él testificaría esa mañana. Porque el momento había llegado: el día del juicio de John Scholz.
—Draco, si no te encuentras bien... sabes que no tienes por qué testificar en el juicio, ¿verdad? Puedes hacerlo en otro momento, en privado, y el efecto será el mismo.
—No —contestó él con firmeza—. Tiene que ser hoy.
—¿Estás seguro?
Draco trató de sentir el calor que desprendía la piel de Hermione. Su rostro se suavizó y su mandíbula, antes apretada, se relajó por fin.
—Hermione, estoy bien, de verdad —le dijo con voz más calmada—. Quiero verlo, ¿de acuerdo? Quiero mirar a los ojos a Scholz y contarlo todo. Todo.
Sería doloroso para él, pero, al mismo tiempo, era el modo de comenzar a sanar. Scholz iba a ser condenado de todas formas. Varios presos de Azkaban habían sido llamados a testificar ya y contaban con un total de nueve personas más que también habían sido torturadas por John Scholz. Entre ellos Paul Greengrass. Entre ellos Lucius Malfoy. No había estado equivocado el día que lo liberaron de Azkaban; había escuchado los gritos de su padre en numerosas ocasiones.
—De acuerdo.
Hermione sonrió y el corazón de Draco latió más rápido. Joder, así que eso era estar completamente enamorado de alguien, confiar en otra persona. ¿Quién le iba a decir hace años que sería Hermione Granger? Jamás lo habría imaginado. Draco creía haber estado roto por completo, sin esperanzas de poder repararse... pero lo había conseguido. Ahora la vida era una nueva oportunidad.
—¿Vamos? —preguntó él, poniéndose en pie.
—Sí.
Ambos se despidieron del único camarero de la cafetería y salieron juntos del lugar. Draco movió sus dedos de forma instintiva sobre la espalda de Hermione, acariciando su abrigo azul con suavidad, siguió la línea de su brazo hasta rozar la mano de la joven, la estrechó casi sin pensarlo y ella apretó su palma con la de él.
Una mujer de mediana edad que caminaba por la calle y también se dirigía al Ministerio los observó fijamente un segundo, Draco sabía que formaba parte del tribunal que celebraría el juicio de Scholz. Tomando aire, el joven se tensó, creyendo que el rostro de la mujer se tornaría en una mueca de disgusto al verlos juntos. Al contrario de lo que esperaba, ella sonrió al cabo de unos instantes.
—Buenos días —los saludó a ambos.
—Buenos días, Clothilde —respondió Hermione, devolviéndole la sonrisa.
No le soltó la mano ni un instante y la mujer pasó frente a ellos sin volver a mirarlos. Draco soltó el aire que había contenido en sus pulmones, aliviado.
Se encontraban frente al Ministerio de Magia cuando, de pronto, Hermione sí le soltó la mano, pero lo hizo para alzarla en el aire en señal de saludo.
—¡Harry! —gritó.
Draco levantó la mirada y distinguió la figura delgada de Potter a unos metros de ellos. Llevaba un abrigo negro y elegante, aunque su cabello oscuro estaba tan despeinado como siempre. Joder, ¿Potter no puede peinarse ni para ir a un juicio o qué? Draco sonrió ante ese pensamiento ligeramente malévolo. Que el Niño-que-vivió los hubiera salvado a él y a Hermione de morir unos días antes no quería decir que Draco no pudiera reírse de él, mentalmente, de vez en cuando. Al fin y al cabo, él seguía siendo Malfoy, ¿no?
Potter llegó hasta ellos, con sus gafas redondas ocultando una mirada ligeramente preocupada.
—¿Te sucede algo? —preguntó Hermione.
Solo entonces Draco se percató de que Harry Potter llevaba algo en la mano derecha: un periódico. El joven apretó los labios antes de tendérselo a Hermione, que lo alzó frente a sus ojos y los de Draco, permitiéndole leer el encabezado de la portada:
El cielo se tiñe de dorado en cinco ciudades europeas más. Los medios aún se preguntan qué significa este suceso que lleva una semana desarrollándose en más de diez países.
—Scholz —gruñó Draco.
—Scholz está detenido —apuntó Hermione, negando con la cabeza—. Nos lo dijo el otro día: hay más como él.
—Los aurores ya estamos investigándolo —comunicó Harry con gesto serio—. Esos locos no van a conseguir nada de lo que se propongan.
Draco deseó, por primera vez en su vida, que Potter tuviera razón. Los ojos verdes de el elegido se dirigieron a él.
—Gracias por testificar, Malfoy —dijo solemnemente—. Tu colaboración es muy necesaria para mantener a Scholz entre rejas.
Ambos estaban en el mismo bando por fin. Con un gesto serio, Draco asintió con la cabeza y, venciendo todos los miedos que alguna vez había albergado respecto a Harry Potter, alzó su mano ante él. Ese mismo movimiento lo había hecho más de diez años antes, en Hogwarts, y Harry lo había rechazado en ese entonces, lo recordaba como si hubiera sucedido el día anterior.
Una sonrisa se dibujó en los labios finos de Potter, que levantó su brazo y estrechó la mano de Draco sin dudar. Hermione, a su lado, presentaba una expresión que se debatía entre emocionada y sorprendida. Sin duda, ella estaría más que contenta de saber que entre ellos existía cierta camaradería.
—Será mejor que vayamos ya, el juicio empieza en menos de diez minutos —anunció Harry, como si de pronto se hubiera percatado de que era bastante tarde.
Se separó de Draco, caminando junto a ellos hacia el Ministerio. Era hora de testificar; un momento que llevaba años esperando, sin siquiera saberlo. Esa misma mañana quedaría zanjado un asunto que lo había atormentado hasta en sus sueños, una experiencia horrible que estaba a punto de terminar.
Draco se sintió tranquilo al pensar en eso.
Toda esa pesadilla había llegado a su fin.
Bueno, amores. Solo quedan dos capítulos más para terminar este fic. VOY A LLORAAAAAR. Espero que os haya gustado. Quería dedicar estos últimos capítulos a mostrar con mayor detalle el estado de Draco, porque creo que es una de las ideas fundamentales del fic: ver cómo evoluciona su sufrimiento.
Como ya os dije en el anterior capítulo, ¡por favoooor! si os apetece leer algún capítulo en específico desde la perspectiva de otro personaje, dejádmelo saber en un review o comentario. (He apuntado los que ya me habéis dicho, mil gracias por opinar).
Nos vemos el viernes, os quiero. ¡Mil gracias por apoyarme! :)
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