Capítulo 4
Escuchad la canción del capítulo, ¡porfa! Puede que la odiéis o puede que, como yo, quedéis obsesionadaaaaaaas. (Gracias a Onyx_and_Elm por la recomendación indirecta).
Capítulo 4
How long does it take? / To fix something I didn't break.
¿Cuánto tiempo se tarda / en arreglar algo que no he roto yo?
Vi - Wait
HERMIONE
No podía concentrarse. Leyó el mismo documento quince veces antes de dejarlo sobre su escritorio, rindiéndose por completo.
Draco Malfoy, ¿de verdad, Destino?
Si lo hubiera sabido, si hubiera tenido la mínima sospecha de que él podría ser su proyecto en el PRASRO, habría pedido vacaciones para todo ese mes. De verdad, no le habría importado rehabilitar a cualquiera, ¡a cualquiera! Pero no a Malfoy. Era la peor opción, la más terrible de sus suertes.
Hermione se levantó de su agradable sillón y caminó hasta la cocina de su apartamento, situado a pocos minutos andando del Ministerio de Magia en Londres. Llevaba viviendo allí solo un par de meses, pero le gustaba ese sitio, era un buen hogar. Comenzó a calentar agua para poder prepararse un té y en su mente no dejó de pensarlo.
¿Ya habían pasado tres años desde el final de la guerra? Era una locura. ¿Dónde había ido ese tiempo? Ni siquiera se había dado cuenta, pero había pasado. Crookshanks se enredó en sus piernas mientras Hermione metía la pequeña bolsita de té negro en el agua y maulló, pidiendo comida.
—Ya has comido, Crooks... —susurró ella con voz suave.
Seguía sin creer su mala fortuna. Pensaba hablar con Harry, pero a la vez no podía culparlo. Por supuesto que él no querría rehabilitar a Draco Malfoy, ¿quién querría? Había sido uno de sus mayores enemigos durante toda su vida, desde hacía diez años ya. No, Hermione entendía a Harry. Se preguntó si ella también debería haber rechazado su caso. Malfoy no parecía haber cambiado, más bien estaba tan indeseable y arrogante como siempre...
Pero a la vez le daba lástima. Lo había visto y casi le había parecido increíble. Estaba tan delgado, tan... ni siquiera había palabras para describir la impresión que le había causado. Uno de los magos más atractivos que ella había visto en su vida parecía haber quedado reducido a un cadáver andante. Como si, en vez de haber acabado la guerra tres años antes, para Draco Malfoy, esta solo hubiera comenzado.
—¿Tú crees que debería darme pena? —le preguntó a Crookshanks mientras volcaba una pequeña jarrita de leche fría sobre su té—. Malfoy fue muy cruel con nosotros durante el colegio.
—Miau —respondió el gato.
—Sí, lo sé... pero no parece arrepentido. Tendrías que haberlo visto, en vez de tres años parece que hubiera pasado... veinte.
Probó un sorbo de su té, estaba demasiado caliente. Agachándose, Hermione vertió el resto de la leche en uno de los boles de comida de Crookshanks y el gato hundió la lengua en su tentempié alegremente.
Desde que acabara la guerra, un total de diez mortífagos habían abandonado Azkaban, pasando por el PRASRO antes de recuperar su libertad. Algunos de ellos solo habían pasado unos meses allí y su estado al abandonar la prisión había sido mucho mejor que el de Malfoy, eso desde luego. Todos ellos se habían rehabilitado, con el tiempo. No podía decir que fueran ciudadanos modélicos en la Comunidad Mágica, pero tampoco estaban mal. La mayoría se había retirado a zonas rurales de Gran Bretaña para vivir más tranquilos, pues aún existía cierta animadversión hacia ellos. Hasta el momento, ningún antiguo mortífago había recaído en las artes oscuras, de eso se aseguraban los aurores.
Hermione se preguntó si ella misma debería haber permanecido en la Oficina de Aurores junto a Ron y Harry. Los aurores eran intrépidos y aventureros, siempre persiguiendo a algún malhechor y velando por el bienestar de la comunidad mágica... pero esa vida también era demasiado violenta. Por eso Hermione se había trasladado a la Brigada de Aplicación de la Ley Mágica. A ella se le daba mejor el papeleo y los casos más tranquilos, no tanto el continuo ajetreo de perseguir magos tenebrosos.
Se sentó con el té entre sus manos y volvió a ojear el caso de Draco Malfoy una vez más. Tres años, tres años condenado a Azkaban y, cuando por fin era puesto en libertad, parecía darle lo mismo.
—¿Qué demonios estarás pensando, Draco Malfoy? —preguntó en un susurro.
El capítulo es super corto, así que he decidido subir el número 4 hoy y mañana (martes) subiré el capítulo 5 <3
¡Estoy tan emocionada que me muero porque vayáis conociendo ya todo lo que va a pasar!
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