....venía a visitarme todas las tardes, "Vaya amigo que tengo; cuando todo era felicidad él no estaba cada día conmigo y ahora que la oscuridad cubrió mi vida recién está tratando de estar conmigo"  pensaba, estaba creando una burbuja a mi alrededor, una burbuja de odio y rencor.

Creía odiarlo. Pero sólo era un sentimiento negativo imaginado por mí, para distraer a mi mente de la culpa que sentía por la muerte de mi madre.

En esa semana sólo salí para ir a su velorio y entierro; porque  luego volví a encerrarme.

Mi abuela se vino a vivir conmigo, dejando todo en Buenos Aires. Me sentí culpable por eso.

Ya no volví a estudiar y no quería ir a la universidad, claro que salía de mi casa pero la soledad cubría mi ser, se había  convertido en mi compañera; trataba de esquivar a todo aquel que se cruzaba, como mi mejor amigo, quien nunca se cansó de animarme a continuar con mi vida.

Recuerdo que una vez, me cansé de sus réplicas y sermones, que le contesté de mala manera:

"¿Por qué no me dejas en paz? Tú tienes todo y no estás solo, tienes familia, amigos hasta una linda chica como novia. Deja de meterte en mi vida"

Eso pareció ponerle un punto final a sus réplicas, pero no fue así al contestarme:...