
Capítulo 44: ¿Dónde en el mundo está Logan Patterson? (Parte 1)
Pov Omnisciente
¿Quién diría que el presentimiento de Burrell no era en vano?
Su conexión con Logan era tan grande, que podía presentir que algo no estaba bien. Prefería mil veces que fuera algo sobre la fiesta, pero terminó siendo todo lo contrario.
¿Dónde está Logan? Esa es la mayor interrogante.
¿Estará bien? ¿Lo habrán herido?
O peor aún, ¿estará...muerto?
La pelinegra no podía con tantas preguntas taladrando en su mente. Sentía que cada segundo parada en esa fiesta, era un momento valioso que se perdía. Logan corría en peligro y esta vez su vida estaba en prenda.
―Algo malo tuvo que haberle pasado, es que no se me ocurre otra cosa―dijo toda nerviosa caminando de un lado a otro casi en el mismo lugar.
―Debemos tranquilizarnos, mantener la cabeza fría. Así alterados no podremos poner las ideas en orden―tomó a Larisha por los hombros―. Piensa en tu bebé, recuerda que las emociones de la madre se transmiten al feto y él puede estar sufriendo esta angustia al igual que tú―su amiga asintió y respiró hondo para calmarse. Luego se volteó y caminó hacia donde Bren.
―¿Cómo llegaste hasta acá?―preguntó intrigada.
―Tomé un bus de casi 9 horas, dormí lo que pude durante el viaje―suspiró―. De verdad he estado preocupada por él, no tenía a quién recurrir y su celular está bloqueado. Me era imposible poder contactar con ustedes y para acabar, no me acordaba de tu dirección. La noche que fui a tu casa, Logan era quien manejó y para serte sincera, en lo menos que me fijé, fue en el camino―agachó su cabeza apenada porque no pudo hacer nada por Patterson a tiempo.
―Gracias por tomarte toda esa molestia de venir hasta acá, no muchas personas harían algo así―agradeció Fernsby con una breve sonrisa que fue respondida igualmente.
―Siento que debí actuar antes, llamar a la policía o algo...―echó su cabello hacia atrás toda nerviosa.
―Vamos a resolver esto, hay que tener fe en que lo vamos a encontrar. Capaz está por ahí ahogando sus penas, mientras nosotros nos morimos de la preocupación―comentó el psicólogo.
―Logan no es así, Mathew―negó Larisha con la cabeza―. Podrá haberse ido de la casa todo enojado y haber terminado en la cama de Bren, pero no es alguien que se desaparece por tantos días. Menos sin avisar, porque yo sé perfectamente que, aunque estuviera enojado contigo por ser mi cómplice, te hubiera contactado―el rubio asintió
―En eso tienes toda la razón.
―Che, ¿por qué no le preguntan a Stefano?―todos la miraron confundidos.
―¿A quién? ―le preguntó su novio Ryan.
―Ella habla de Stephen, pasa que le puso ese apodo―rodó sus ojos―. No sé por qué...―aclaró Claudia.
―Algunos tienen nombres raros que se me hacen difícil de recordar, nada más.
―No es el momento apropiado para este tipo de conversaciones―refuñó el mayor de todos.
―Habló el abuelo―se quejó Carol, haciendo que Mathew la callara con una mirada de pocos amigos.
―Volviendo al tema, Carol tiene razón. Deberíamos localizar a Stephen, a lo mejor lo ha visto o ha estado con él. Ya saben ustedes que nosotros somos técnicamente amigos, porque me visitaban a la cafetería para almorzar juntos.
―Stephen ya no vive en Los Ángeles, se mudó a Santa Mónica con Scott Evanson―frunció sus labios pensativa―. Pero no descartemos la posibilidad de preguntarle.
―También podemos preguntarle a su ex novia...―interrumpió Contreras, llamando la atención de todos.
―¿Qué tiene que ver Regina en este asunto? ―cruzó los brazos sin quitar su vista fija en ella.
―Bueno, ella estaba ese último día que vi a Logan en la empresa. Quizás se fue con ella... ¿por despecho?―tragó fondo en nada más pensar en Logan con su ex, luego que pasaron la noche juntos.
―Si no tenía su celular, ¿cómo iba a llegar hasta donde él así porque sí? Algo no me cuadra―Bren cayó en cuenta que no le había contado todo lo que pasó.
―Casi lo olvidaba, esa mujer estuvo reunida con el señor Dickens―Larisha y Jaymes se paralizaron por un instante―. Cuando mi jefe estaba preparado para una junta, ella entró a la oficina diciéndole que tenía que decirle algo muy importante. Entonces mi jefe me sacó de la oficina para hablar con ella, tuvimos hasta un pequeño roce cuando salió―ladeó su cabeza―. Mi jefe se notaba muy agitado y molesto en cuanto Regina salió de su oficina, hasta me hizo llamar de inmediato a William Harvis para verlo. Supongo que lo conoces, porque lo vi saliendo de aquí junto a su esposa―la embarazada toda aturdida, tomó asiento de inmediato.
―¿Puedes explicarme eso de que Regina estaba reunida con Khan? ¿Cómo es que se conocen? Si es que lo sabes...―pasó la mano por su rostro para poder analizar todo con calma.
―Regina trabaja para Khan, es la fotógrafa de la empresa―intercambiaron unas miradas de incredulidad, excepto Jaymes, que sabía toda la verdad.
―Es... ¿estás segura de ello? ―dijo casi sin habla, sentía que en cualquier momento iba a colapsar. Regina pudo haberle dicho toda la verdad a Khan y éste arremetió su ira en contra de Logan.
―Claro, ellos trabajan juntos. ¿Eso es grave? ―preguntó al notar la palidez de la mujer.
―Busquen a René, ¡ya! ―exclamó y Carol fue por el fotógrafo enseguida.
La argentina trajo al hombre casi arrastrándolo por el hombro. Alabina se fue detrás de ellos toda alertada porque no comprendía lo que estaba pasando.
―¡¿Qué les pasa?! ¿Por qué traen mi novio de esa manera hasta acá? ―chilló mientras manoteaba en el aire.
―¿Sabías que Regina trabajaba para Khan? ―preguntó Larisha, ignorando por completo a la peruana.
―Sí, ¿algún problema?―la mujer frunció su ceño.
―¡¿Cómo demonios esa mujer es fotógrafa?!―se preguntó a sí misma toda alterada. Aún le costaba creer que ahora Regina se dedicaba a la fotografía. De tantas personas en el mundo, tenía que trabajar para Dickens.
―Era algo que le interesó ya que no le gustó lo que había estudiado. Nos conocimos en Alemania y llegó a trabajar para mí, pero ahora compartimos el negocio―sacudió la cabeza confundido.
―Lo que no comprendo es, ¿cómo terminó trabajando para Khan Dickens?
―Nosotros recibimos ofertas para trabajar en ambas empresas. Elegí tu empresa y ella terminó eligiendo la de Khan. Nada fuera de otro mundo, es lo que muchos socios harían―respiró hondo y optó por ir al grano, ya no le interesaba seguir indagando innecesariamente.
―¿Dónde vive esa mujer?―preguntó sin más, mientras se paraba frente al ojos verde.
―Te puedo mostrar dónde vive personalmente, no soy muy bueno dando direcciones. ―sin responder, ella se volteó a donde Alabina.
―Llama al gobernador, necesito hablar con él urgentemente.
Hiddleston le asintió y fue enseguida a buscar al gobernador Tolbert.
―¿Qué piensas hacer, kitten? ―finalmente le habla su hombre misterioso que se había quedado al margen de todo lo que estaba pasando.
―Si ese hombre quiere mi ayuda financiera o lo que sea, me va a tener que ayudar por lo menos en algo. Para algo es el gobernador, ¿no? ―le arqueó una ceja y éste le asintió.
―Sabes que cuentas con mi ayuda, pídeme lo que quieras―ella acarició su rostro algo preocupada.
―Quiero que estés a mi lado y no te muevas por ningún instante, no soportaría saber que te pase algo también por mi culpa―su hombre misterioso la abrazó para consolarla.
―Khan Dickens no es capaz de ponerme una mano encima así porque sí, aunque quisiera―la mujer lo soltó y lo miró algo aturdida. Cayó en cuenta de su error y trató de aclarar su comentario―. Me refería que, aunque ese hombre me conociera y quisiera hacerme daño, no sería capaz de hacerlo, me tendría miedo en cuanto supiera quien soy en el bajo mundo.
―No sabemos si Khan tiene a Logan en sus manos y no pienso meterte en todo esto también. Punto. No discutiré más el asunto contigo, esto se tendrá que resolver de otra manera para que no le hagan daño a Logan―el hombre misterioso asintió y se voltearon todos a mirar al gobernador llegar junto a su esposa y Alabina.
―¿Pasó algo, Valindra? Alabina me trajo casi arrastrado hasta acá―la peruana soltó una risita nerviosa y se echó hacia atrás.
―Creo que necesitaré tu ayuda desde ahora, quiero que hables con tus contactos en la policía y comiencen a buscar a alguien desaparecido―Marshall la miró asombrado.
―¿Qué sucedió? ¿Quién está desaparecido?
―Mi amigo Logan Patterson, no aparece hace días. Aquí su compañera de trabajo nos vino a traer su celular y nos acabamos de enterar que está desaparecido.
―¿Hay algo más que deba saber? ―frunció sus labios pensativa, pero decidió soltarlo todo.
―Mi amigo es el infiltrado que tengo en la empresa de Dickens. Lleva meses trabajando con Khan, ganando terreno para poder sacar toda la información posible―él acarició su barba analizando todo.
―Supongo que piensas que Khan tiene que ver con su desaparición.
―Absolutamente―éste asintió mientras rascaba su cabeza.
―Bien, hablaré con mis contactos. Les diré que verifiquen hasta su estado de cuenta bancaria por si las moscas ¿Sabes la matrícula de su auto?
―Te la enviaré por mensaje con toda la información concreta del vehículo. Porque supongo que Alabina tiene tu número, obviamente.
―Sí, te lo enviaré para que lo agregues―sacó el celular del bolsillo de su traje y le envió el número a Larisha.
―Estaré enviando todo en cuanto llegue a mi casa.
―Perfecto, mañana hablo con ellos y te aviso cualquier cosa―lo miró algo curiosa.
―¿Me pedirá algo a cambio por esto?―sacudió su cabeza confundido.
―No para nada, esto es algo serio. Si ya tenemos una alianza concreta, ¿para qué le quiero pedir algo más a cambio?
―Quiero evitarme sorpresas después, pero confiaré en su palabra. Muchas gracias por colaborar en esto, es de suma importancia para mí encontrar a mi amigo en cuanto antes―Alabina se acercó a donde ellos.
―Perdón que les interrumpa, pero necesito saber si ya culminamos la fiesta de una vez―ladeó su cabeza en espera de respuesta por parte de Larisha.
―Es lo más razonable, no podemos estar aquí socializando mientras no sabemos sobre Logan―pasó la mano por su rostro―. Quédate aquí y ve "cerrando" la noche como puedas, les dices que tuve que irme urgentemente. No sé, invéntate cualquier cosa.
―Yo puedo ayudar en eso, si así lo desean―se ofreció el gobernador Tolbert.
―Sería magnífico, Marshall. Nosotros nos tendremos que ir desde ya a tomar el jet.
―Vayan con mucho cuidado, cualquier cosa me mantienes al tanto―la mujer suspiró asintiendo y se dirigió hacia donde los demás.
―Es hora de irnos, no podemos seguir perdiendo más el tiempo acá.
Se marcharon del City Hall sin que ningún invitado los viera para evitar atrasarse y se dirigieron al hotel. Tomaron sus pertenencias e hicieron el "check out" ya que no iban a pasar la noche en éste. Durante el camino al aeropuerto, Jaymes contactó a un piloto que estuviera libre y dispuesto a ganarse un buen dinero. El jet estaba disponible en la pista, pero los demás pilotos tenían vuelvo o ya se habían ido a descansar. Consiguió a uno que estaba a 2 horas de camino, así que tuvieron que esperar por él dentro del jet.
En cuanto llegó, se puso en marcha a preparar todo para despegar. Casi todos estaban dormidos en sus asientos de tanto esperar. Larisha no había podido pegar ni un ojo, el pensar nada más en cómo estaría Logan, la tenía mal. Montanari apretó su mano con firmeza y ésta le brindó una sonrisa forzada.
―Tienes que descansar, kitten. Mañana será un día largo.
―No dejo de pensar en Logan, sólo espero que esté bien―sintió un nudo en la garganta en tan sólo pensar lo que iba a decir―. Solo quiero que esté vivo...
―Shh, pensar en ese tipo de cosas no te hacen bien―colocó la cabeza de su kitten en su pecho.
―Hasta que no lo tenga frente a mí, no podré estar tranquila―Jaymes acarició su cabello.
―Lo encontraremos, eso te lo prometo―besó su frente y ésta cerró sus ojos para tratar de conciliar el sueño.
Todos llegaron a la mansión y Yeraldine se sorprendió al verlos, ya que se suponía que regresarían al otro día. La pelinegra entró de inmediato a la mansión ignorándola por completo. Tenía la esperanza de encontrar a Logan en su habitación.
―¡Logan! ―comenzó a llamarlo mientras subía las escaleras―. ¿Estás aquí? ―preguntó en cuanto abrió la puerta de la habitación del rubio.
Vio que la cama aún estaba tendida y todas las esperanzas que tenía de encontrarlo en ésta, se desvanecieron por completo. Se acostó en la cama de su amigo y se acurrucó entre sus sábanas. Comenzó a llorar en silencio mientras acariciaba su almohada.
―Resiste, Loki. Solo resiste...
Colocó su cabeza en la almohada y cerró los ojos rendida por el cansancio. Jaymes la buscó por todas las habitaciones hasta que la encontró en la de Logan. Notó que ya se encontraba dormida, así que postró un delicado beso en su frente. Tomó la sábana para arroparla y apagó la luz de la habitación antes de marcharse.
Bajó hasta la sala donde todos tomaban café ya que no podían dormir pensando en Logan. Yeraldine le dio una taza de té a Jaymes y éste se sentó junto a Mathew en el sillón.
―¿Cómo está Larisha?
―Se quedó dormida en la habitación de Logan, parece que pensó que lo encontraría ahí―tomó un poco de té.
―Hay que estar al pendiente de ella mientras se hace la búsqueda, no se puede descuidar en su estado―Montanari le asintió.
―De eso me encargaré junto a Xavier―el rubio puso la taza en la mesita de noche.
―Bren, creo que será mejor que pases la noche aquí en la mansión. Ya es muy tarde y así toda nerviosa no te conviene irte sola―lo miró apenada.
―¿Estás seguro? No quiero molestar―Jaymes se levantó del sillón.
―Hay habitaciones de sobra, no habrá problema. Yeraldine te guiará hasta la habitación, cuando quieras irte a descansar.
―Muchas gracias, señor Montanari―agachó su cabeza un poco. El contacto visual con Jaymes solía ser intimidante cuando no se le conocía a fondo.
―Llámame, Jaymes―le sonrió brevemente, cosa que le sorprendió. Lucía tan diferente cuando no actuaba cortante con los demás―. Me iré a descansar, mañana será un día largo.
―¿Se quedará aquí, señor?―preguntó Xavier.
―Sí, te puedes ir a descansar. Luego vienes temprano por mí, hay mucho por hacer.
―Claro, señor. Buenas noches―se despidió de todos y salió de la mansión.
Uno a uno se fue despidiendo para irse a dormir. El día siguiente iba a ser uno bastante agotador y lleno de emociones para todos. Nadie se imaginaba lo que iba a pasar...
***
En la mañana desayunaron juntos en el comedor. La preocupación por Logan era muy evidente, por el silencio que permaneció hasta que terminaron de comer. Jaymes se despidió de su kitten con la excusa de que hablaría con sus hombres para comenzar a buscarlo. Al principio se resistió, pero luego entendió que necesitaba de su ayuda para encontrarlo lo más pronto posible. Mathew se acercó a donde la mujer, para saber qué es lo que haría.
―¿Qué harás ahora? ¿Esperarás por la llamada del gobernador? ―la mujer revisaba su celular.
―Justo leía su mensaje, me dijo que ya sus contactos estaban averiguando sobre Logan―guardó su celular en el bolsillo del pantalón y Bren se acercó a donde ellos.
―¿Creen que ya deba comunicarme con Stephen? ―Burrell miró el reloj en la pared.
―Ya debe estar despierto, al menos que esté con resaca gracias a Scott―Fernsby la miró curioso.
―¿Por qué lo dices?
―Es la especialidad de su amigo, persuadirlo en sus cosas y beber sin control, es una de ellas―negó con la cabeza en desaprobación y Contreras sacó su celular.
―Pásame su número, este es mi celular personal y obviamente no lo tengo―Larisha tomó el celular y apuntó el número de memoria. Bren se sorprendió, ya que hoy día es raro que alguien se sepa el número de otra persona. Aunque era obvio que lo supiera porque antes lo stalkeaba―. Ahí tienes―le devolvió el celular.
Bren marcó y luego de varios tonos, Henderson tomó la llamada.
―¿Aló? ―preguntó adormilado.
―Buenos días, Stephen. Habla Bren Contreras, la secretaria de Khan―el azabache miró su celular aturdido.
―Hoy no se trabaja, Bren. ¿Qué es lo que sucede?
―Discúlpame que te moleste a estas horas y en un fin de semana, pero es que el jefe me ordenó en llamarte―resopló el hombre hastiado de Dickens.
―Cuándo es pascua en diciembre...―comentó sarcásticamente―. ¿Qué quiere ahora el señor Khan?
―Lo que pasa es que llevamos par de días intentando conseguir a Logan, entonces como sabe que son amigos, quería saber si sabes sobre él―Larisha le asintió en aprobación.
―No... no sé nada sobre Patterson―respondió mientras se peinaba el cabello con las manos.
―¿Te acuerdas la última vez que lo viste?―arqueó una ceja sin comprender.
―¿Pasó algo con Logan?―ella se sobresaltó ante la pregunta.
―Todo está bien por ahora, pasa que el jefe necesita hablar con él urgentemente y no lo conseguimos―suspiró hondo para no sonar nerviosa.
―Si tú lo dices...―chasqueó la lengua―. La última vez que lo vi, estábamos almorzando. El jefe lo llamó al celular todo molesto y prácticamente dejó la comida tirada y salió del edificio―miró sorprendida al par y tragó fondo.
―Muchas gracias, Stephen. Perdón por la molestia, es que necesitamos contactarlo lo antes posible―cortó la conversación enseguida al escuchar lo que le dijo Henderson.
―Tranquila, Bren. Cualquier cosa si él me llega a contactar, le digo que el jefe lo está buscando.
―Le dices que se comunique conmigo, estaré al pendiente.
―Está bien, que tengas buen día―colgó y la mujer miró al par que estaba impaciente por saber lo que le dijo.
―¿Y? ―preguntó Larisha.
―Nada. Solamente me dijo que la última vez que lo vio, estaban almorzando y Khan lo llamó molesto, haciéndolo dejar tirada la comida e irse del edificio rápidamente―Mathew intercambió una mirada momentánea con su amiga y ésta comenzó a caminar hacia la puerta.
―¡¿A dónde vas, Larisha?!―preguntó el psicólogo casi corriendo detrás de ella.
―Voy por Regina, esa perra tiene que haber abierto el hocico―llegó hasta el auto y el rubio abrió la puerta.
―Pues iré contigo―la embarazada rodó sus ojos.
―Quiero ir con ustedes―Bren se metió y se abrochó el cinturón. Cuando Larisha iba a encender el auto, René justamente llegó a la mansión y se acercó a donde ellos casi corriendo.
―¿A dónde irán?―preguntó agitado.
―Iba a ir a tu casa para que me guiaras hasta donde vive Regina.
―Entonces sígueme, te guiaré hasta allá―la mujer le asintió y Vaughan se dirigió hacia su coche.
En cuanto arrancó, Larisha le siguió a toda prisa casi pegándose por completo al auto del hombre. Mathew le dijo que se tranquilizara porque iba a causar un accidente. Le dio la razón y bajó un poco la velocidad para evitar una desgracia innecesaria. Estuvieron manejando más de una hora y media, hasta que finalmente llegaron al apartamento de Regina. Se bajaron a toda prisa en el estacionamiento y René se acercó a donde ellos.
―Ella vive en el cuarto piso, el apartamento es el 53B.
―¿No vienes con nosotros? ―le preguntó el rubio.
―Tengo que trabajar en una actividad privada, así que no podré ir con ustedes. El portero los deja pasar, con él no hay problemas.
―Nada que un par de dólares no pueda resolver―soltó la pelinegra―. Muchas gracias René, hasta luego―el fotógrafo se despidió alzando su mano y se fue hacia su auto―. Bien, andando.
Se acercaron hasta donde el portero y le explicaron que tenían que ver de inmediato a Collins. Al principio se resistió, pero lograron convencerlo sin necesidad de sobornarlo. Una vez llegaron al cuarto piso, tocaron la puerta de la mujer con brutalidad. Ignorando por completo el timbre que tenía a un lado.
*TOC, TOC, TOC*
―¡Ya va! ¡¿No ven que hay un estúpido timbre en la puerta?!―exclamó toda apurada mientras cerraba su bata de dormir que se colocó encima del pijama.
Cuando abrió la puerta se topó con la mirada amenazante de ellos.
―¿Lari―
―¡¿Dónde está Logan?! ―le interrumpió la pelinegra tomándola por el cuello de la bata.
―¡¿De qué me estás hablando?! ―chilló asustada.
―Bren, revisa el apartamento―ésta le asintió y se fue a revisar el lugar.
―¡¿Qué hace esta mujer aquí?! ―sacudió su cabeza―. ¡¿Qué hacen ustedes en mi apartamento?! ―siguió exclamando tratando de soltarse de las manos de Larisha.
―Logan no está aquí―regresó Contreras hacia donde ellos.
―¿Ahora qué le hiciste a Logan que no aparece? ―preguntó cínicamente.
―La culpable aquí eres tú―Regina se soltó abruptamente.
―¿Perdón? Tú eres la única que hace sufrir a Logan con los desplantes que le haces―le señaló con el dedo.
―Mira Regina, no estoy para escuchar tu voz, me da náuseas. Sólo quiero saber si sabes dónde está Logan.
―¿Acaso no vive contigo?―bufó.
―La última vez que lo vimos se fue a pasar la noche con Bren―comentó Mathew omitiendo los detalles y Collins miró a Bren furiosa.
―¿Por qué se supone que debo saber dónde está? ¿No que estaba con Bren? ―señaló con la mirada a la secretaria.
―¡Ya deja de hacerte la estúpida! ―la empujó contra la pared y colocó las manos en su cuello. Los dos que la acompañaban, casi brincaron del susto con el acto―. ¿Qué carajos hacías reunida con Khan Dickens? ―empezó a ejercer presión en el cuello y Mathew intentó separarla―. Ni te atrevas, Mathew―lo miró fijamente a los ojos y éste dio un paso hacia atrás tragando fondo. Pensaba que se trataba de Valindra.
―¿Ésta... imbécil... te vino a... contar? ―dijo casi sin habla―. Suél...tame no puedo...respirar.
―Solo te soltaré si me dices la verdad―apretó un poco más para que entendiera que iba en serio con su amenaza.
―Está...bien...―Burrell la soltó y la peli marrón respiró hondo al instante.
―Dime, ¿qué le dijiste a Khan?―cruzó sus brazos esperando una respuesta inmediata.
―Le dije que ibas a tener una fiesta en San Francisco. Eso era todo―se encogió de hombros y en parte Larisha sintió un alivio profundo, cosa que Regina notó―. Sí, respira tranquila, no le dije sobre tu verdadero nombre.
―¿Qué ganabas con decirle sobre la fiesta? ―frunció su ceño.
―Me quería divertir un rato, sé que algo traes entre manos en contra de Khan―sonrió ladeado―. Si no le dije que te llamabas Larisha, fue porque quería que lo descubriera por su cuenta.
―Eres una idiota...―negó con la cabeza―. Algo más tuviste que decirle, Logan no aparece y de seguro Khan tiene que ver en esto―Collins tragó fondo al recordar la metida de pata que hizo. Dudó por un instante en decirle, pero se trataba de Patterson y por él haría lo que fuera.
―De hecho...―se quedó pensativa sin saber cómo continuar.
―¿Qué? ―arqueó su ceja inquietante.
―Te lo juro, yo no quería meter a Logan en esto. Fue cosa del momento, porque sé que Dickens es un hombre peligroso―
―¿Qué hiciste?―le cortó Mathew impaciente.
―Por accidente le dije a Khan que Logan es amigo de "Valindra Dupont"―cerró sus ojos por par de segundos tratando de controlar su ira, pero fue imposible.
―¡Eres una estúpida! ―la sacudió bruscamente―. ¡¿Por qué tenías que meter a Logan en todo esto?!
―Lari, ¡cálmate! ¡Piensa en el bebé!―entre ellos dos que la acompañaban, la separaron de Collins.
―¿Estás embarazada? ―preguntó incrédula―. ¿Quién es el padre? ¿Stephen o Jaymes? ―volvió a preguntar a modo de burla.
―Cállate, imbécil. Se nota que no te importa Logan en lo más mínimo―respondió Contreras hastiada de la mujer.
―Aún me pregunto, ¿qué compones en todo esto? ―sonrió cínicamente―. Te acostaste con Logan una sola vez y ya te sientes su mujer. Yo fui su prometida, querida―Bren intentó abofetearla, pero Fernsby detuvo su mano.
―Con violencia no vamos a resolver nada. Ustedes tienen que entender que mientras discuten aquí, Logan corre en peligro―miró a las tres evidentemente enojado.
―¿Estás satisfecha con lo que hiciste? Te enfocaste tanto en querer joderme, que terminaste arrastrando a Logan al infierno―dijo entre dientes la pelinegra.
―¡Tú lo arrastraste contigo al separarlo de mí! ―exclamó histérica―. Deberías orar para que esté bien, porque dudo que puedas vivir tranquila si algo malo le sucede―señaló nuevamente su rostro y Burrell agarró con firmeza su dedo.
―Eso te toca a ti, porque si a Logan le pasa algo...créeme que de ésta no pasas, Regina. No con vida...―dijo en un tono bajo que no dejaba de ser chocante.
―¿Me estás amenazando?―bufó burlona, tratando de no verse intimidada.
―Te estoy sentenciando―rechinó los dientes y se volteó a donde Mathew―. Nos vamos, hay que dejar de perder el tiempo con esta basura―miró con desprecio a la mujer y caminó hacia la puerta. Los otros dos le dieron una última mirada de disgusto a Collins y siguieron a su amiga hacia la salida.
―Voy a tener que mudarme de aquí...―suspiró hondo cerrando la puerta de un cantazo―. Apuesto que fue René quien le dijo que vivía en este lugar―refuñó y se fue a dar una ducha.
Larisha, Bren y Mathew ya se encontraban en el estacionamiento.
―Yo manejo, estás muy alterada―Burrell se subió al lado de pasajero y echó su cabeza hacia atrás en el asiento―. ¿Qué piensas hacer ahora?
―No tengo la menor idea, siento que he llegado hacia el final de un callejón sin salida―pasó las manos por su rostro para poder canalizar sus pensamientos.
En ese instante recibió una llamada del gobernador Tolbert.
LLAMADA TELEFÓNICA
―¿Bueno?―contestó agitada.
―Valindra, hablé con mis contactos y me informaron que revisaron los movimientos bancarios del joven Patterson.
―¿Y? ¿Encontraron algo?―Mathew miró de reojo sin quitar la atención debida a la carretera.
―Logan no ha hecho ningún tipo de transacción, está intacta su cuenta―la mujer resopló en desaminada.
―¿Han investigado su auto para ver si lo consiguen?
―Apenas les brindé la información porque estaban ocupados, pero ya comenzaron la búsqueda.
―Por favor, diles que se enfoquen en buscar a Logan. Les juro que les pago lo que quieran, solo quiero que lo encuentren―dijo con un nudo en la garganta casi a punto de llorar. Bren se echó hacia al frente y colocó su mano en el hombro de ésta para consolarla.
―Tranquila, Valindra. Encontraremos a tu amigo, eso te lo prometo―miró el reloj en la pared de su oficina―. Ahora si me disculpas, tengo una reunión en cinco minutos con los empleados del gobierno.
―Marshall, te agradezco todo lo que estás haciendo.
―Para eso son los aliados, ¿no? ―sonrió para sí mismo―. Hablamos en cuanto tenga información, hasta luego.
―Muchas gracias...
FIN DE LA LLAMADA
―¿Y? ―preguntaron a coro el par.
―No hay movimientos bancarios por parte de Loki―respondió enfocando su vista en la calle.
―Vamos para la casa, por ahora no podemos hacer más nada―dijo Mathew mientras manejaba hacia la mansión―. Tienes a los contactos del gobernador y a Jaymes buscando a Logan, creo que eso es suficiente.
―¿Por qué no le avisamos a la policía? ―interrumpió Contreras.
―¡¿Estás loca?!―Larisha la miró por el retrovisor con el ceño fruncido―. Khan también tiene contactos en la policía, está apoyando a un candidato a las elecciones. Es muy peligroso hacer una burrada así, tenemos que conformarnos con los contactos que tenemos hasta ahora―Bren se sentía bastante confundida.
―¿En realidad mi jefe tiene que ver en todo esto?―negó con la cabeza―. Sinceramente no comprendo, yo sé que es un hombre intimidante y siempre de mal genio, pero dudo que sea un asesino―Burrell bufó casi soltando una carcajada sarcástica.
―No conoces nada de ese hombre―chasqueó su lengua―. Créeme, puedes estar toda tu vida trabajando como su secretaria y nunca te darías cuenta de todo lo que hace Khan frente a tu nariz.
―¿Qué se supone que haré? ¿Renunciar? ―encontró la mirada de la embarazada a través del retrovisor.
―Lo que has hecho durante todos estos años, "ignorar lo que sucede"―hizo gesto de las comillas con sus dedos―. Pero esta vez estarás al pendiente de todo lo que puedas, sin que él se dé cuenta.
―Yo...no sé ni qué pensar...―agachó su cabeza aturdida al darse cuenta que su jefe era una mala persona.
―Pobre, te pareces tanto a mí cuando tenía casi tu edad―suspiró―. Cuando me di cuenta de quién realmente era Khan Dickens, yo tampoco sabía qué hacer―arqueó su ceja―. Aunque en ese caso no tuve tiempo para asimilar nada, solo para huir.
Contreras tragó fondo.
―¿Huir? ―Burrell se giró un poco para poder mirarla directamente.
―Khan me mandó a matar en cuanto supe acerca de sus negocios sucios. Nunca tuve tiempo para analizar mi entorno, estaba en las manos de ese hombre por entrometerme en lo que no debía―la mexicana tenía sus ojos abiertos enormemente, con tal información que sonaba bizarra para ella.
―Dios mío...―casi las palabras no podían salir de su boca―. ¿Cómo no me di cuenta antes? ¡¿Cómo?! ―esta vez chilló frustrada por lo tonta que había sido durante todo este tiempo.
―No te culpes, Bren. Ese hombre tiene sus mañas y sabe esconder bien su información. Nadie en la empresa sabe nada, ni siquiera sus socios legítimos―Contreras se quedó pensativa y ahora todo tenía sentido para ella. Montanari era uno de esos socios corruptos que tenía Khan, por eso nadie sabía sobre él en ningún lado. Solamente era un nombre en boca de todos y un hombre sin trasfondo alguno.
Mathew miró por el retrovisor y notó la desesperación en el rostro de la secretaria.
―Creo que es mejor que no sigas diciéndole más cosas, no la veo muy bien―señaló con su boca para que observara bien el estado de la mujer.
―Discúlpame, Bren. Debí contarte todo esto de otra manera, pero era ahora o nunca―se enderezó nuevamente en el asiento.
―Tú lo dijiste, era ahora o nunca―el psicólogo miró a Larisha de reojo y no contuvo las ganas de preguntarle algo que le daba vueltas en su cabeza, desde que ella discutió con Regina.
―¿Valindra fue la que estaba tratando de ahorcar a Regina? ―susurró demasiado bajo para que Bren no escuchara.
―¿Qué dices, Math?―lo miró sin comprender.
―No sé, tu semblante cambió al instante... Quería saber si fui parte de un switch natural y no forzado por mí, como la otra vez―su amiga rodó los ojos.
―A ver...―respiró hondo―. Sé que en el pasado fui muy cobarde y utilicé mis personalidades para no enfrentar muchas situaciones, pero he madurado con el tiempo y estoy aprendiendo a ser responsable con mis asuntos―cambió la vista hacia afuera―. Superé mi pasado por más doloroso que fue, ya ni siquiera tengo pesadillas y no sé si es gracias a Jaymes o porque realmente dejé todo lo malo atrás―miró a Mathew nuevamente―. Si no hubiera superado esas violaciones, no pudiera ser capaz de estar íntimamente con Jaymes ni muchos menos lo hubiera hecho con Stephen.
―¿De qué rayos están hablando?―interrumpió Bren de la nada. Ya que ambos fueron subiendo el tono de voz, hasta que la mujer pudo escuchar toda la conversación―. ¿Hablas de Stephen Henderson? ―miró incrédula hacia el retrovisor y Mathew alzó ambas cejas mientras soltaba un largo suspiro.
―Alguien aquí necesita saber toda la verdad.
―Eso parece...―resopló Burrell, tratando de prepararse para contar todo desde un principio.
***
En otro lugar no tan lejano, se encontraban Jaymes y Xavier a punto de llegar a un almacén. Montanari sabía que Khan era tan básico, que utilizaría el mismo almacén de siempre para sus fechorías. Cosa que nunca pasó por la cabeza de Burrell, al no conocerlo tan bien como él.
El almacén era apartado de la ciudad y para cualquiera que pasara por allí, era un lugar abandonado sin vender. Nadie se acercaba, ni siquiera las gangas y la gente sin refugio, no se atrevían. Sabían que algo ocultaba esas grandes paredes despintadas y sin empañetar hace varios años. Durante un tiempo surgieron relatos de fantasmas en ese lugar, pero lo que no se imaginaba las personas, es que realmente por mucho tiempo se guardaron armas ilegales y cocaína en ese almacén. Los "fantasmas" eran simples empleados, que iban en la noche a guardar y sacar la mercancía. Algunas veces eran reuniones clandestinas de Khan con sus socios y otras, simplemente el lugar era parte de un asesinato.
Hoy ese almacén era testigo del secuestro de Logan. Montanari sabía que con esto iba a quedar al descubierto probablemente, pero no podía ser egoísta y dejar morir a Patterson en manos de Dickens. Mucho menos iba a permitir que su kitten sufriera la mayor de las pérdidas que pudiera tener.
Era todo o nada.
Xavier estacionó el auto a pasos del almacén y los hombres de Montanari llegaron en una van atrás de ellos dos. Donde estaban estacionados, era el lugar perfecto para no ser vistos aún por los hombres de Khan. Jaymes bajó del auto y se colocó sus gafas negras; algo característico de él. Cerró su saco y arregló sus muñecas, extendió su mano y Moffat colocó en ésta su arma. Los hombres se acercaron ya listos para la acción y éste se voltea a donde ellos para hablarles.
―¿Están todos presentes como les ordené?
―Sí señor, somos diez en total―respondió uno de ellos con acento ruso.
―Será suficiente. Tampoco es que Dickens tenga tantos hombres cuidando un almacén, que ya de por sí luce abandonado para cualquiera―lamió sus labios―. Está muy confiado en que nadie sospechará de este lugar por nada del mundo.
―Ni se imagina lo listo que usted puede ser, señor―dijo sonriente Xavier mientras terminaba de cargar su rifle de francotirador.
―Al final sabremos si realmente descubre que fui yo quien pisó este lugar―contestó mientras miraba a sus hombres que terminaban de ajustar sus chalecos antibalas.
―Señor, creo que necesitará de un chaleco―uno de los hombres les extendió el chaleco y Montanari lo miró molesto.
―Vamos Jaymes, no te hagas el inmortal―su mano derecha se burló atrevidamente de éste.
―¿Qué te dije de la excesiva confianza delante de los trabajadores?―dijo entre dientes al oído de éste.
―Solo bromeaba, perdóneme―soltó una risita maliciosa.
―¿Ya sabes en dónde te vas a colocar?―preguntó su jefe yendo al grano.
―Vigilaré todo desde aquél árbol y me iré por ese camino para que nadie me pueda ver―señaló el árbol más frondoso que había frente al almacén y el sendero que lo conectaba a éste―. Cuando tenga todo perfectamente vigilado, les daré la señal.
En cuanto comenzaron a verificar sus auriculares, Montanari se dirigió a ellos mientras los escaneaba con la mirada.
―Escuchen con atención las instrucciones y cumplan rigurosamente cada una. Cada bala es sagrada, así que antes de disparar... fijen bien el objetivo. No sabemos dónde y cómo se encuentra Logan exactamente―chasqueó su lengua―. Esto es un rescate y no una emboscada suicida. Les juro que, si cometen el mínimo error, lo pagaran con intereses―sentenció con su acento irlandés, que solía hacer presencia cuando agudizaba su voz.
Ladeó su cabeza al recordar algo muy importante que por poco pasaba por alto.
―Si Khan se encuentra aquí, seguramente tirará a matar a quien se cruce en su mira. No se atrevan a repeler el fuego, porque mis proyectiles son los únicos que pueden detonar en contra de ese vejestorio cuerpo. Hagan caso omiso y serán ustedes los que recibirán el castigo de mi pequeña―mostró el arma que sujetaba en su cintura y todos le asintieron evitando el contacto visual a modo de respeto.
―Ya escucharon al jefe, vamos a ponernos en marcha. Iré a mi puesto para comenzar todo esto de una vez.
El escocés con arma en mano se fue con cautela por el camino antes señalado. Al mismo tiempo, los demás hombres tomaban posiciones a la espera de las indicaciones de Moffat. Jaymes se colocó el chaleco antibalas y miró su reloj impaciente por comenzar. Deseaba que su instinto no le fallara y que de verdad Logan se encontrara en ese lugar.
Xavier se trepó al árbol sin ninguna dificultad. Cuando de vigilar un objetivo se trataba, no había nadie tan eficaz y ágil como él. Amaba camuflarse al grado de que ni su propia sombra sería capaz de encontrarlo. Notó que al frente había dos hombres cubriendo con fusil de asalto AK-47, al igual que a la derecha e izquierda. Así que decidió esperar dos minutos antes de comunicarse con sus compañeros; necesitaba estar seguro de que no se encontrarían con una sorpresa al atacar.
Apretó el botón del micrófono mientras seguía observando el lugar a través de la mirilla.
―Hasta ahora veo un par rodeando al frente y dos más en ambos lados. Todos tienen rifle de asalto, por ahora no veo ningún francotirador en el techo.
―¿Y bien?―respondió Montanari notablemente inquieto.
―Bueno, atentos a lo que les diré. Los voy a dividir según los nombres que les di la última vez, ¿estamos claro?
―Sí, señor―respondieron al unísono como soldados de guerra.
―Uno, Dos y Tres, irán al frente. Cuatro y Cinco, irán a la izquierda. Seis y Siete van a la derecha. Ocho, Nueve y Diez, irán por la parte de atrás. Vayan con cuidado, ya que no sé si hay hombres en esa parte y no los podré cubrir―lamió sus labios que se estaban resecando gracias a la tensión del asunto―. Estaré cubriendo la parte de enfrente, para que el jefe pase luego de que ustedes limpien el área de afuera.
―A tu señal―dijo el hombre misterioso quien se ajustaba el saco una vez más.
―En marcha...―ordenó de inmediato.
Los hombres salieron sigilosamente hacia sus posiciones. Estaban armados con rifles de asalto igualmente, pero al contrario del otro bando, ellos traían unas Carabinas M4 con silenciador. Eso les permitía matar al enemigo sin hacer ruido y así poder ingresar de manera incógnita al almacén. Tenían que acercarse con sutileza, ya que los empleados hacían rondas en el lugar que les correspondía. Había que aprovechar cuando estuvieran de espaldas para atacar de manera letal sin que ellos respondieran a tiempo. Un disparo del enemigo, resultaría una alerta para los posibles hombres que se encontraban dentro custodiando a Logan.
Ocho, Nueve y Diez, finalmente rodearon la parte de atrás, allí se encontraban tres hombres custodiando el área.
―Solo hay tres hombres, Moffat―informó "Diez".
―Objetivo en la mira, ¿listos?―preguntó mientras veía como los guardias de ambos lados se alejaban.
―Afirmativo―respondieron al unísono.
―¡Abran fuego!
La señal finalmente llegó y los hombres de Montanari abrieron fuego sin piedad en contra de los vigilantes de Khan. Tal y como fue planeado, ninguno tuvo oportunidad para reaccionar a tiempo. Caían como piezas de dominó, pero encima de un colchón sin provocar el más mínimo ruido. Resultó más fácil de lo que se imaginaban, aunque no era de dudarse porque Xavier era el experto en ello. Cinco de ellos recibieron un disparo mortal en la cabeza. Los demás resistieron par de balazos más, aunque no fue suficiente para poder contra atracarlos. Uno de ellos estuvo a punto de presionar su radio comunicador, pero "Cuatro" fue más rápido que él y disparó su mano sin pensarlo dos veces. Al terminar de corroborar que ninguno siguiera con signos vitales, se comunicaron con el escocés.
―Están muertos, Moffat―informó "Seis".
―Señor, ya puede venir.
Jaymes se acercó en la van estacionándola frente al almacén. Ocho, Nueve y Diez escondieron los cuerpos en los zafacones de atrás, para no crear sospecha si llegaban más hombres. Los demás metieron los cuerpos en la van y la escondieron en el pastizal que estaba cerca del árbol donde Xavier se encontraba. "Tres" agarró las llaves de la entrada que estaban en uno de los cuerpos y fue inmediatamente a abrir la puerta. Sus compañeros le cubrieron por si los guardias de adentro los atacaban.
Notaron que el camino estaba despejado y fueron entrando poco a poco con mucha cautela. Verificaron en el pasadizo de arriba que era de vigas y metal, pero no había ningún guardia cubriendo el área. Asumieron que los hombres estarían custodiando a Logan en esos momentos.
Montanari iba a entrar al almacén, pero la voz de Xavier lo detuvo al instante.
―Mejor espere a que el área esté totalmente limpia.
―Vamos a proceder, señor―avisó uno de los hombres.
―Recuerden... no quiero errores.
Le asintieron a su jefe y siguieron poco a poco adentrándose al almacén. Estaba lleno de cajas de madera de gran altitud y otras eran más pequeñas, pero de cartón. También había barriles sin etiquetas y diferentes colores por doquier. Todo el ambiente estaba sereno, era como si realmente no hubiera nadie allí. Hasta que de repente escucharon unas voces, parecía que había dos hombres discutiendo en voz alta.
―Aquí reportándose "Nueve", la puerta de atrás no abre con ninguna llave. Entraremos por el conducto de aire.
―¿Hay suficiente espacio?―preguntó "Cuatro".
―Podemos pasar sin problema―afirmó mientras lo revisaba con sus otros compañeros.
―Háganlo, pero ya saben lo que dijo el jefe. Si quieren vivir, no cometan ningún error―susurró al notar que las voces subían más de tono.
―Entendido.
"Cuatro" les señaló el camino por donde estaba escuchando las voces. Tomaron con mucha firmeza su rifle mientras avanzaban cuidadosamente. Querían prevenir cualquier ataque sorpresa que pudieran lamentar. Se encontraron con una puerta color gris, parecía como un cuarto aislado dentro del almacén. El ruso se acercó para escuchar con atención y comprobar que las voces provenían de ahí.
―¡Eres un imbécil! Khan nos va a matar... ¡NOS VA A MATAR!―chilló uno de ellos que se notaba bastante nervioso por la forma en la que gritaba.
―¡Cálmate! Apuesto que solamente está haciendo un teatro para que no lo sigamos golpeando.
―Casi ni respira, ¡animal! ―escuchó un forcejeo y de inmediato se separó de la puerta.
―Escucho a dos hombres discutiendo, parece que nuestro objetivo está herido―informó a través de su auricular para que Xavier estuviera al tanto.
―Aprovechen la distracción sin descuidarse, pueden ser capaces de usar a Logan como escudo―ordenó Moffat, sin quitar su mirada de la mirilla para proteger a su jefe que seguía afuera esperando impaciente.
―Parecen niñas peleando por una estupidez, ya no se puede tomar ni siquiera una siesta.
―Por eso mismo el señor Dickens nos dejó acá dentro con ustedes, siempre se la pasan peleando por todo. Deberían casarse, hacen bonita pareja de tóxicos―soltaron una carcajada y el ruso se regresó dónde sus compañeros.
―Hay una gran probabilidad de que solamente sean cuatro hombres custodiando a nuestro objetivo.
―¿Tiramos la puerta? ―preguntó "Dos".
El líder se quedó pensativo, echó su cabeza hacia atrás y su vista se enfocó en los conductos de aire en el techo. Se dio cuenta al instante que uno de ellos quedaba en dirección hacia el cuarto donde estaban los hombres. De inmediato sin pensarlo dos veces, se comunicó con el grupo que estaba adentrándose a éstos.
―Aquí "Cuatro" comunicándose, queremos saber sus posiciones.
―Ocho y Nueve están en los conductos, yo me encuentro afuera vigilando el área―respondió "Diez"
―Acá reportándonos―informó "Nueve" con su voz algo agitada por el esfuerzo que estaban ejerciendo.
―Escúchenme con atención, hay un cuarto en el almacén. Probablemente dentro de éste se encuentre cuatro hombres custodiando al objetivo, que por lo que escuché, está herido. Necesito que se dirijan hacia el oeste, vamos a derribar la puerta dentro de 2 minutos―tomó su cronómetro e inició el conteo.
―Entendido, señor.
Los hombres cambiaron su rumbo hacia el cuarto donde se encontraban los secuestradores. Arrastraron su cuerpo cautelosamente por todo el conducto, para evitar cualquier tipo de ruido que pudiera poner en alerta al enemigo. Al llegar hasta la rejilla, uno de ellos observó a dos de los hombres parados justo debajo del conducto de aire. El otro par se encontraba cerca de la puerta, aunque no se podía ver a Logan desde arriba ya que el cuarto era más grande de lo que se pensaba.
―Tenemos dos debajo de la rejilla y los otros están cerca de la puerta―susurró en un tono más bajo de lo normal para que no los descubrieran.
―A la cuenta de tres, procedemos―se volteó a mirar a sus compañeros que le asintieron ya preparados―. Uno... dos...
Inhaló profundo y exhaló largo. Sabía que, si algo salía mal, todos acabarían muertos. Sus labios temblaban como si fuese la primera misión que hacía en toda su vida. Al percatarse, sacudió un poco la cabeza y procedió a terminar con el conteo que había dejado en suspenso.
―Tres...
"Ocho" rompió la rejilla con su arma y se dejó caer encima de los dos hombres. Simultáneamente a sus actos, los demás compañeros tiraron la puerta abajo y rodearon a los hombres enseguida. Los secuestradores se quedaron helados sin saber cómo responder en contra de la emboscada. "Nueve" bajó de inmediato para ayudar a su compañero a levantarse y le devolvió su arma que yacía en el suelo. El ruso se percató que Logan estaba tirado en una camilla y en completo mal estado. Tomó rápidamente su auricular para comunicarse con Montanari.
―Señor, encontramos al objetivo―le avisó de inmediato a su jefe.
―Voy para allá―respondió un poco aliviado al saber que Logan se encontraba ahí como lo supuso.
"Cuatro" se acercó a los hombres que estaban parados y los apuntó con su rifle de manera amenazante.
―¿Qué le hicieron? ―preguntó con la voz ronca.
―Ellos... ehh―intentó responder señalando a los que estaban en el suelo, pero el otro hombre lo tomó por el brazo para callarlo―. ¿Qué? No me pienso echar la culpa―refuñó entre dientes mientras lo miraba retante.
―Mejor no digas nada, empeorarás las cosas―susurró, pero "Cuatro" los estaba escuchando perfectamente.
―¡Déjense de secretitos!―manoteó―. ¡¿QUÉ LE HICIERON?! ―preguntó nuevamente a todo pulmón.
―¡Ellos fueron!―señaló a los hombres que seguían en el suelo―. ¡Se les pasó la mano con la interrogación!
―¿Por qué lo interrogaban?―entró Montanari al cuarto pasando entre medio de sus hombres hasta llegar a donde ellos.
―S..eñor... Montanari―tragó fondo uno de los hombres al reconocer el jefe de los rescatistas.
―Tú...―lo miró con resentimiento y desprecio―. No me sorprende para nada que estés trabajando para Khan.
―No es lo que piensa―
―¡Basta!―interrumpió haciendo que su voz resonara en todo el cuarto.
―Señor Montanari, creo que debe venir―le llamó "Cuatro" que estaba a un lado de Logan.
Jaymes se acercó hasta donde Patterson, que se encontraba inconsciente y tenía múltiples golpes por todo su cuerpo. La ropa que traía estaba desgarrada por el posible forcejeo que tuvo con los hombres. Su piel ahora era de un color rojizo con morado, que se estaba tornando en un tono más oscuro con el pasar del tiempo allí tirado en el suelo.
"Cuatro" tomó enseguida la muñeca de Logan para tomar su pulso, pero se le hacía casi imposible detectarlo. Buscó la arteria en el cuello que queda justo al lado de la tráquea y presionó suavemente durante 15 segundos. El ruso notó como el pulso no se restablece lo suficientemente rápido, así que miró a su jefe bastante alertado.
―Hay que llevar a este hombre inmediatamente al hospital, ¡se nos puede morir aquí!
Montanari tragó fondo y con sus ojos llenos de angustia, miró a Logan en los brazos de su sicario. Realmente estaba mal y tenían que salir de allí en cuanto antes, o si no... podría ser muy tarde para salvarlo.
Continuará...
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¡Holaaaaaaaaaaa!
Chicas hice parte 1 y pues pronto parte 2, porque como vi que no podía avanzar lo suficientemente rápido el capítulo, pensé que era lo mejor dividirlo para que al menos llegaran a leer algo adelante y pues maten un poco su intriga y luego la tengan al doble :v JAJAJAJAJA
Este año está de locos, así que no sé ni cómo avanzar lo suficiente el capítulo con tantas cosas pasando :( No es la primera vez que hago capítulos divididos y pues no quería spamear mucho con eso así que me había aguantado. Hasta que le pregunté al grupo de lectoras de whatsapp y pues algunas me dijeron que sí y me aventé. Tampoco no es un cap corto hay más de 7.5k palabras que si lo dejaba corrido, iba a ser otro mega capítulo y pudiera que rompiera de nuevo récord jajajaja
Ojalá que les haya gustado, espero ansiosa poder leerlas. No olviden dejar su voto si les gustó y nos vemos en la próxima parte.
¿Sobrevivirá Logan? 👀
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