Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15: Preguntas y más preguntas

POV Omnisciente

Luego que secara las lágrimas de la castaña, ambos se quedaron mirando fijamente por un instante. Al hombre se le formaba una sonrisa natural en sus labios, por más que quería ocultarla, no podía, no con ella. No le gustaba parecer indefenso ante la gente, no quería parecer inocente. Le gustaba sembrar el terror, le costó ganarse el respeto y admiración de la gente. Pero ahora mírenlo, tan tierno y derretido por una mujer que se ha vuelto su mayor obsesión. Aguantando sus ganas de besarla en medio de la calle, aunque la mujer lo golpeara y se alejara para siempre. ¿Por qué se sentía así? ¿Cómo una desconocida puede despertarle hasta sus más oscuros deseos? Tantas mujeres que existen, tenía que ser ella, alguien que fue su objetivo.

- ¿Vas a quedarte todo el día ahí parado mirándome como un tonto? ―burló la mujer y le sonrió ladeado. Jaymes pestañeó dos veces con lo que ella le dijo y se rió

- Si lo hago de lejos y no me canso, lo haría ahora de cerca...―susurró y miró los labios de la mujer, ella abrió y cerró su boca.

Pestañeó varias veces, se había sonrojado -Gracias por sacarme de ahí, sino fuera por ti...―él la interrumpió

- Nada de eso, kitten...ella sintió una corriente por su cuerpo al escuchar ese apodo, por alguna razón, le gustaba -Tenía que enmendar mi error de alguna forma. Todo fue mi culpa, te metí en esto.―por primera vez ese hombre, se mostraba arrepentido ante alguien

- Shhh...―le puso un dedo en sus labios para que él no dijera nada más. Él se quedó mirando el dedo y la miraba a ella, tenía un mini juego de miradas -¡Ja!―se rió y removió el dedo -¡Mírate! Que tierno te ves así...―ella le sonrió y sorpresivamente él estaba sonrojado, se echó a reír y cambió la mirada hacia la calle -Tengo muchas preguntas Jaymes...―le susurró y él volvió a mirarla

- Puedo contestártelas, con una condición.―le sonrió ladeado y ella arqueó su ceja

- ¿Ah sí? ¿Cuál?―sonrió ladeado de vuelta

- Que aceptes mi invitación a cenar.―le dijo pícaramente

- Creo que es lo menos que mereces. Aceptaré tu invitación con mucho gusto, Jay.―dijo en tono seductora y él sonrió -¿Puedo llamarte Jay?―preguntó curiosa

Él se acercó a ella y se pegó a su oído -Puedes llamarme como quieras, my queen. Para ti, soy todo lo que desees.―susurró y rozó levemente su nariz en la oreja de ella, se enderezó para luego mirarla a los ojos -Ya me tengo que ir, no quiero que tu amigo se encuentre con una sorpresa.

- Yo le conté sobre ti, digo, lo que está pasando entre los dos.―él arqueó su ceja

- ¿Qué pasa entre nosotros dos?―preguntó con cierta picardía

- Pues, esto. ¡Qué se yo!―respondió nerviosa

- Apenas no pasa nada, kitten. Pero, no sabes cuanto deseo que sí.le susurró; miró una vez más los labios de la mujer, se volteó y comenzó a caminar

- ¿Ya te vas?―él paró en seco, sonrió ladeado y se volteó -¿No te enseñaron los modales?―bufó -Las personas se despiden antes de irse―dijo burlona, él se rió y caminó hacia donde ella, movió un mechón de su cabello y plantó un beso en la mejilla de la castaña, ésta en cambio no se esperaba esa clase de despedida, pero no evitó sonrojarse -No hemos decidido sobre cuando será la cena, hoy no por favor... Estoy muerta del cansancio, extraño mi cama.―él sonrió

- ¿Te parece bien mañana? No aguanto un día más sinceramente...dijo con una voz profunda y ella tragó fondo

- Me parece perfecto.―sonrió tímidamente -¿A qué hora?

- Pasaré por ti a las 7:30, será un largo viaje.―ella le asintió y él chasqueó sus dedos. De la nada apareció un auto negro y él se montó no sin antes despedirse -Hasta luego, my queen...sonrió ladeado y cerró la puerta. El auto arrancó y ella se quedó observando como su hombre misterioso se marchaba del lugar

Ella observaba como el auto se alejaba de su vista, él hacía lo mismo, pero viceversa, observaba cómo se alejaba de ella. Lo que le dolía era sentir ese vacío en su corazón, cada vez que se alejaba. Eso lo mataba por dentro, él no entendía qué le estaba pasando. Pero pronto aclararía sus dudas, al igual que ella.

El rubio al fin salió de la cocina junto al otro camarero, luego vio como ella estaba parada como una estatua mirando hacia la calle, él frunció su ceño y miró hacia la misma dirección. Pero no entendía claramente que es lo que ella observaba con tanto detenimiento.

- ¿Qué es lo que tanto miras?―preguntó curioso, la mujer dio un brinco del susto

- ¡Cielos! ¿Por qué me asustas así?―se puso la mano en el pecho y él se rió

- Discúlpame, pero me entró curiosidad. Estabas muy embelesada mirando hacia la calle.―ambos se sentaron en la mesa

- ¿Qué desean ordenar?―preguntó el camarero

- Me iré por algo criollo hoy.―burló -Un emparedado cubano y un té.

- ¿Cómo desea el té?―preguntó mientras anotaba

- Quiero el especial de la casa.―guiñó

- El especial te queda mejor a ti, Mathew.―chisteó el camarero

- Impresióname, Yusuf.―dijo en tono burlón

- Trataré.―bufó -¿Y usted señorita?―Larisha no estaba prestando atención a los hombres. Ella sólo se quedó pensando y no en cualquier persona, pensaba en Jaymes. Tenía muchas preguntas por hacerle y quería recordar todas. -¿Señorita?―volvió a llamarla el camarero, pero no respondía. Mathew frunció su ceño y la sacudió un poco por el hombro

- ¿Lari estás bien?―preguntó preocupado, ella poco a poco volteó la cabeza donde él

- ¿Ah?―respondió confusa

- ¿Que si estás bien?―la miró fijo

- S...Sí. Es que... estaba pensando. Eso.―miró a todas partes evitando la mirada fija de Mathew

- Le preguntaba, que quería ordenar.

- Un sandwich boricua y un café claro con dos de azúcar.―el joven anotó todo

- Bien, ya mismo les traigo su orden.―ambos le asintieron y se marchó. Mathew seguía mirándola y ella cruzó mirada con él. Ella entendía perfectamente que él esperaba una respuesta

- Deja de mirarme así...―dijo entre dientes -Pareces como si fueras mi padre.―él bufó

- Si me dijeras la verdad, créeme... que no estaría mirándote así.―arqueó su ceja -¿Estás así porque estuviste encarcelada? ¿Necesitas desahogarte? ―ella rodó sus ojos

- Odio a los psicólogos, Mathew.―lo miró seria -No te odio a ti porque eres mi amigo, pero no trates de ser uno conmigo.―frunció sus labios y él asintió

- Al menos puedes decirme... ¿qué te pasa? Quiero saber como amigo, no como psicólogo.―puso su mano sobre la mano de la castaña

- Lo vi, Math. Estuvo aquí, mientras estabas adentro de la cafetería.―él la miró extrañado, no entendía que le decía ella

- ¿Quién estuvo aquí? ¿Stephen?―preguntó dudoso

- No. Jaymes...―susurró ella mientras miraba hacia la nada

- ¿Jaymes?―ya el rubio no entendía nada

- El hombre de los mensajes...―él alzó ambas cejas y abrió su boca, ya comprendía todo

- ¿Te amenazó o algo?―preguntó preocupado

- ¡No! Nada que ver... Al contrario, me confunde tanto su amabilidad conmigo, su comportamiento. Pero ya descubriré las razones, mañana iremos a cenar.―Mathew abrió sus ojos como platos

- ¡¿QUÉ?!―exclamó llamando la atención de los clientes y al darse cuenta, se calmó -¡Estás loca! ¿Cómo pretendes salir con ese hombre?―le preguntó entre dientes

- ¡Tengo que saber que es lo que quiere de mí, Mathew!―reprochó

- ¡Por un demonio! Te puede hacer daño... ―refuñó

- Si me quisiera hacer daño, lo hubiera hecho cuando estaba en mi habitación. Yo estaba sola y ninguno de ustedes estaba en la casa.―el hombre quedó en shock

- ¡Estuvo en tu habitación!―exclamó incrédulo -¿Por qué no llamaste a la policía?

- ¿Para qué?―le preguntó confusa -¡Hasta me preparó té!―burló

- ¡Estás loca!―gritó desesperado

- ¿Y hasta ahora te das cuenta de eso?―le preguntó irónica y añadió una sonrisa burlona. El camarero llegó con los pedidos

- Aquí tienen. Buen provecho.―Larisha asintió, pero Mathew no quitaba su mirada de enojo con ella. No comprendía el porqué ella actuaba así, no era una actitud normal. Ella lo miró, le sonrió como si nada hubiera pasado y comenzó a comer. El rubio respiró hondo y comenzó a comer. 

Ambos no se hablaron más durante la comida, al terminar, pagaron y se marcharon de la cafetería.

***

Larisha llegó a su casa junto a Mathew, suspiró profundo en cuanto vio que ya Logan había llegado de trabajar. Sin duda alguna le esperaba un segundo sermón, ya el primero fue con Mathew. Ella rodó sus ojos y entró, el ojos claros estaba viendo televisión y ni se dio cuenta de la presencia de ambos. La mujer sonrió al verlo, lo extrañaba demasiado, ese tiempo encerrada le recalcó cuanto lo quería a pesar de las estupideces que él hiciera a veces. Corrió a donde él y lo abrazó por el cuello y le dio muchos besos en las mejillas. Él al principio no entendía que estaba pasando, pero en cuanto vio que se trataba de su pequeña, rápido se levantó y la abrazó fuertemente. Mathew los observaba conmovido, dentro de él, deseaba que Larisha lo correspondiera. Pero luego se acordó de Stephen, que se nota que también sufre y quiere rehacer su vida. Sin duda alguna, agradeció en no ser mujer y no estar en los zapatos de ella, tiene un dilema bastante serio. Lo que el rubio no contaba en que ese dilema se iba ampliar o ya se está ampliando con la llegada de Jaymes. La castaña tiene tres caminos para escoger y aún sigue dando vueltas en círculos. Pero, ¿por cuánto tiempo?

- No sabes lo mucho que te extrañé.―le decía ella apretándolo fuerte, él en cambio se sentía algo confuso, pero la apretó fuerte al igual

- Con recibimientos así, mejor desaparécete una o dos veces a la semana.―burló, ella se apartó de él y le golpeó el estómago -¡Ouch! Tranquila, es broma.―le sonrió -Hola, Mathew.―ambos se dieron un pequeño abrazo y todos se fueron a sentar en el sofá

- ¿Dónde está Ryan?―preguntó curiosa

- Preparando pizza, ya mismo viene.―sonrió, a Larisha se le abrieron los ojos grandemente. Sin duda alguna, estar en una celda le despertó la enorme hambre que tenía

- ¡Amo a Ryan!―exclamó contenta

- ¡¿A él si lo amas?!―preguntó incrédulo -Recuerdo que hace unas semanas atrás dijiste que no te vendías por comida.―arqueó su ceja

- Hoy, me dio por venderme.―burló

- En ese caso, preparé tu postre favorito.―se levantó del sofá -Quiero ver si eres capaz de venderte...―dijo en tono coqueto y ella sonrió ladeado

- Inténtalo...―lo retó y él asintió y se fue a la cocina. Mathew los miraba sorprendido, pero más a Larisha

- ¿Qué es lo que estás haciendo? ―preguntó incrédulo y ella volteó su cabeza para mirarlo

- ¿Nada?―respondió confusa

- ¿Por qué le haces eso a Logan?―preguntó con molestia

Suspiró -No entiendo nada, Math.

- ¡Lo estás ilusionando, Larisha!―le exclamó en tono bajo y ella bufó

- Siempre hemos sido así, ¿todavía no te haz dado cuenta?―rodó sus ojos

- Para ti es un juego, pero este juego significa mucho para él. Aunque estuvieras utilizándolo sin querer realmente hacerlo, a él no le importa. Con tal que lo utilices se deja llevar por ti, eso no está bien. Le estás haciendo daño sin ninguna intención.―dijo entre dientes y ella sólo se limitó a bajar su mirada

- ¡Larisha!―entró Ryan a la sala con una pizza enorme en mano, la puso en la mesita y rápido la abrazó -Logan me dijo con clara felicidad que estabas aquí, dijo que haría tu postre favorito.―ambos sonrieron, pero cuando Larisha miró a Mathew, éste la miró con su ceño fruncido

- ¡Te extrañé mucho Ry! Más a tu comida, pero bueno...―burló y él hizo un falso puchero

- ¿Dónde andabas?―preguntó curioso, ella miró a Mathew de reojo

- Lo mismo me pregunto, ¿dónde andabas?―entró Logan a la sala y se sentó junto a ella -Ya puse a hornear el pastel.―sonrió

- Estaba en un viaje de negocios, chicos.―los miró a ambos 

- ¿Qué clase de negocios?―la miró fijo Logan

- Es parte del plan, Logan. En cuanto tenga todo listo, créeme que te explicaré todo. Por ahora, lo mantendré para mí sola.―él frunció sus labios y los otros hombres sólo observaban

- No sé ustedes, pero tengo hambre.―dijo Ryan

- ¡A comer entonces! ―respondió Mathew sonriente

Ryan empezó a picar la pizza y Mathew fue por los refrescos. Todos comían plácidamente mientras miraban la televisión un programa de comedia. Reían y hablaban de vez en cuando, la castaña se encontraba feliz. Los extrañaba sin duda alguna, estar encerrada es algo que no quiere volver a experimentar nunca más. Logan tenía su brazo alrededor de Larisha y ella tenía su cabeza recostada en el pecho de él. De vez en cuando, con su mano acariciaba su cabello, la mujer movía la cabeza como si fuera un gatito. Mathew los miraba con atención, tenía un nudo en la garganta. Se sentía tan confundido y no se quería imaginar como se sentiría ella. Pero luego dejó de pensar en eso, ellos han sido amigos de tantos años y quizás están acostumbrados a ese tipo de actitudes.

Pasaron las horas y los chicos se marcharon, Larisha y Logan se quedaron recogiendo los trastes. Picaron el pastel y comieron un poco de él.

- Ahora hace falta contratar alguien para limpieza. ¡Esta casa es enorme!―exhaló

- Sí, había olvidado conseguir a alguien. Ya la casa está patas arriba, necesito una sirvienta. Aunque no me gusta esa palabra, suena tan despectiva.―se encogió de hombros

- Hablaremos sobre eso otro día, mejor vete a bañar y a dormir. Te ves tan cansada, tienes hasta ojeras. ―le acarició el cabello

- ¡Sí por Dios! ¡No sabes cuanto extraño una cama!―él la miró confundido  -Digo, mi cama, la extraño.―le sonrió y él asintió

La mujer fue rápidamente a su habitación, Logan hizo lo propio. Se metió a la tina y estuvo por media hora en ella. Se sentía tan relajada y a gusto, extrañaba las comodidades de su nueva vida como millonaria. Por dentro agradecía que el infeliz de su padre estuviera muerto y a pesar de todo, se alegra de estar sin su madre. Porque ella aún estando, nunca fue el soporte de la joven, nunca veló por ella. Su madre nunca la cuidó como cualquier madre lo haría, nunca le demostró el afecto que quería a causa de su padre. La falta de afecto, quizás o es, un factor grande en la vida de la castaña. Por eso mismo ella no sabe cuando es que siente amor o como expresarlo, pero pronto descubriría que es y como se siente. Terminó de ducharse y tomó su celular, pensó en Stephen, no sabía si hablarle o no. Ella quería escuchar su voz aunque fuera por unos segundos. Buscó su contacto y en vez de enviarle un mensaje, lo llamó.

LLAMADA TELEFÓNICA

- ¡Larisha! ―exclamó casi susurrando, ella sintió una corriente por su cuerpo

- No sabes cuanto extrañé tu voz, Steph.―suspiró

- Yo también extrañé la tuya, cariño.―le dijo dulcemente -Estos días no he sabido sobre ti... ¿Dónde haz estado?―preguntó curioso

- He estado buscando trabajo, he tenido varias entrevistas. No tenía tiempo ni para respirar... Discúlpame.―dijo apenada, pero se sentía mal al no decirle la verdad

- Tranquila, ¿cómo te fue en la entrevista? 

- Me dijeron que me iban a llamar, así que veré si tengo suerte.―exhaló

- Ya verás que te llamaran, ten fe. Pero dime, ¿los análisis están bien?

- Sí, sí todo está bien, amor.―ella paró en seco con lo que acababa de decir y a él se le escapó una risa tímida, pero no evitó tragar fondo

- ¿Amor?―preguntó con voz profunda, pero algo juguetón

- Discúlpame, en verdad. Yo... me iré a dormir, estoy muy cansada.―dijo nerviosa

- ¡Espera!―exclamó con desespero, pero al darse cuenta que lo hizo muy alto, bajó el tono de voz -No cuelgues, por favor.―suplicó -Quiero que nos veamos, hay muchas cosas de que hablar.

- Me parece bien. ¿Cuándo?―preguntó con una sonrisa en su rostro, sin duda alguna lo extrañaba

- Te diría mañana, pero tengo algo muy importante que hacer. Qué te parece, en cuanto salga de esto, te aviso... ¿Vale?

- Vale, Steph. Nos estaremos comunicando pronto, entonces. Buenas noches...―susurró

- Buenas noches, cariño...―susurró él. Estuvieron unos segundos dudando si colgar o no, escuchaban sus respiraciones y eso los consolaba. Simultáneamente ambos acariciaban sus labios, recordando ese beso. De momento, se escuchó la voz de Sophie llamando a Stephen y éste rápidamente colgó

FIN DE LA LLAMADA

Esa mujer se ha convertido en un obstáculo grande para la castaña. Uno que quisiera eliminar de una vez y por todas. Le hervía la sangre saber que él estaba con ella, sentía que merecía esa oportunidad. Ella merecía estar con él y con el niño, no esa reptiliana. Se metió en su cama, pero no conciliaba el sueño. Empezó a dar vueltas de lado a lado, cambió de posiciones, pero nada. Cuando cerraba sus ojos, venían esas viejas imágenes en mente, esas que la atormentaban. Luego le vino a la mente, la frase que tanto odiaba, pero nunca salía de su cabeza y no podía evitar decirla.

NUNCA ES MUCHO

NUNCA ES MUCHO

NUNCA ES MUCHO

NUNCA ES MUCHO

Abrió sus ojos desesperada, estaba sudando frío y sentía como temblaba por dentro. Se sentó en la cama y puso su mano en la cabeza. Su respiración se encontraba agitada, ya ella sabía lo que estaba pasando. Eran los efectos que comenzaban al no tomar la pastilla, ésta controlaba las pesadillas y su ansiedad. Se levantó rápidamente de su cama, pensó en ir a la cocina, pero decidió ir a la habitación de Logan. Tocó levemente la puerta, pero él no respondía, así que la abrió poco a poco. Ahí se encontraba él, durmiendo plácidamente, pausadamente caminó hasta el otro extremo de la cama y se metió. Se acercó a él y colocó su cabeza en el pecho desnudo del hombre. Cerró sus ojos y finalmente pudo conciliar el sueño, se sentía protegida y eso la calmó.

***

RING RING RING

Sonó la alarma del ojos claros, abrió sus ojos con molestia, se le había hecho la noche corta. En cuanto los abrió completamente, pestañeó varias veces para asimilar lo que estaba viendo. Su pequeña estaba en sus brazos y nunca se dio cuenta. Sonrió cálidamente al verla y besó su frente. Comenzó a jugar con su cabello y a tocar la mejilla con delicadeza, no quería despertarla, pero su esfuerzo en no hacerlo, fue en vano. Ella comenzó a moverse en los brazos de él y a pestañear poco a poco, cuando finalmente abrió sus ojos, volteó un poco su cabeza hacia arriba para encontrarse con la tierna mirada del hombre.

- Buenos días...―le dijo sonriente

- Buenos días, Loki...―dijo estirándose

- Que yo sepa, no te traje hasta acá.―arqueó su ceja -¿Cuándo viniste?

- Entré tarde en la noche, toqué tu puerta y como no respondiste me metí.―él alzó sus cejas

- Oh, tendré que tener más cuidado entonces.

- ¿Por?―ella lo miró extrañada

- Pudiste haberme violado o algo.―burló y ella bufó

- ¡Ja! Si hubiera querido, lo hubiera hecho. ―se levantó de la cama -Si me permites, me iré a bañar. Y tú apúrate, que llegarás tarde al trabajo

- Como usted diga, jefa.―puso la mano en su frente como soldado y ella rodó sus ojos

- No te quiero presionar, pero... asegura ese puesto, Logan. Necesitamos acceso a la información de Khan en cuanto antes. No quiero seguir extendiendo esto.―miró al suelo

- Estoy haciendo lo posible, Lari. Te lo juro.―ella le asintió y le regaló una media sonrisa para macharse de la habitación

***

El hombre abrió sus ojos, su alarma había sonado. Pero se propuso en no ir a trabajar, tenía que resolver el asunto con Scott en cuanto antes. Se duchó y preparó como siempre como si fuera ir a su trabajo. Tomó su celular y entró al enlace que le había mandado Glenn, ahí cayó en cuenta que Evanson quedaba casi afuera del estado. Le iba a tomar varias horas en llegar, así que quizás no iba a volver ese mismo día. Empezó hacer sus maletas y su esposa se despertó. Cuando pudo enfocar su vista claramente, se exaltó a mirarlo hacer sus maletas.

- ¡¿Qué rayos estás haciendo?!―preguntó asustada

- ¿Una maleta?―le contestó sarcástico

- No seas sarcástico conmigo.―respondió molesta

- Me voy a un viaje de trabajo. ¿Contenta?―se volteó a donde ella y arqueó su ceja

- Samantha no me ha mencionado nada acerca de un viaje.―frunció sus labios

- ¡SAMANTHA! ¡SAMANTHA! ¡SIEMPRE ESA MUJER! Nunca, ¡pero nunca! Hemos podido vivir normalmente por tan sólo un momento. Siempre haz querido controlarme hasta dentro del trabajo. Para tu información, es un trabajo que me encargó Khan, ella no es la jefa para estar sabiéndolo todo, es una simple mercader como cualquiera de ahí.―el azabache estaba claramente enojado, cada reclamo de ella a partir de ahora, iban a derramar el vaso de agua de una

- Amor yo―

- Mejor cállate, ¿sí?―la interrumpió con molestia, ella tragó fondo toda su furia y se marchó de la habitación. Él no quería ser así, pero, ¿cómo podría mantener la paciencia en un ambiente tóxico como ese?

Terminó su maleta, se despidió del niño y sin más se fue. La reptiliana se quedaba mirándolo con evidente furia. Tomó su celular y marcó un número rápidamente.

- Buenas, quiero saber si ya mis resultados están listos...―sonrió ladeado

***

Pasaron horas, hasta que al fin Stephen había llegado a la ciudad donde vive uno de sus viejos amigos. Llegó hasta una gran casa color blanco y azul, tenía una perfecta vista a la playa. Sin duda alguna a su amigo le iba bien como deportista. El hombre se paró frente a la puerta, tragó fondo, sentía su pulso a mil. Estar tan cerca de resolver un enigma en tu vida, puede ser hasta mortal para cualquiera. Tocó la puerta y se escuchó como alguien gritaba que ya le atendía. La puerta se abrió y ahí estaba su viejo amigo, Scott Evanson.

El ojos azules frunció su ceño, intentaba captar a quien tenía frente a él.

- ¿Smaug?preguntó incrédulo, no creía que lo estaba viendo después de tantos años

- Johnny Stormburló el azabache, ambos rieron al escuchar sus apodos y se abrazaron

- ¡Amigo! ¡Años sin verte por Dios! ¿Cómo llegaste hasta aquí de la nada?―dijo emocionado

- Una larga historia.―exhaló

- Bueno, si es así, entonces pasa.―se movió a un lado sonriente y con la mano le señaló para que entrara. Stephen se quedó asombrado con la casa de Scott, era sin duda alguna magnífica

- Cielos, Scott...―susurró -Si hubiera sabido que el football americano dejaba mucho dinero, me hubiera propuesto jugarlo.―Evanson bufó

- Steph, ustedes los británicos no están hechos para esto.―burló -A ver, ¡aguanta este pase!―le lanzó una pelota de la nada, que aún el hombre no entiende de donde su amigo la sacó y ésta le golpeó su cara -¡PERDÓN! ¡OH POR DIOS!―exclamó asustado

- ¡AH! ¡Casi me partes el labio!―estaba tirado en el suelo sobando su boca y estremeciéndose del dolor

- Que te dije...―arqueó su ceja burlón -No están hecho para esto.―se rió y se dobló para levantar a su amigo del suelo -Hombre, deja el drama. No tienes nada en la boca.

- Sólo vine hasta acá para que me aclares una duda, pero claramente el destino quiere joderme la vida.―dijo al principio enojado, pero comenzó a reírse y su amigo le siguió

- No cambias, Smaug... sigues siendo el mismo―negó con su cabeza

- Ni hablar de ti, a ti nadie te cambia. ¡No tienes remedio!―rodó sus ojos

-Jamás lo tendré.―le guiñó -Ven, vamos a la terraza y nos damos un par de cervezas. Quiero que me cuentes sobre tu vida y como llegaste hasta aquí. Porque dudo que sea casualidad.―arqueó su ceja

Ambos llegaron a la terraza y Evanson le brindó una cerveza a Stephen. Dudó en tomársela, pero le hacía falta un poco de alcohol en sus venas para calmar su estrés. El hombre le comentó sobre su vida, hasta que llegaron a la parte más importante, el motivo de su visita.

- Entonces, sí es tu hijo... Wow...―dijo asombrado

- Sí, pero es un secreto entre nosotros tres.―lo miró fijo

- ¿Quién más sabe?―preguntó curioso

- Nuestro amigo Glenn.―alzó sus cejas

- ¡Glenn! ¿En serio?―preguntó incrédulo -Tan recto que se veía, es el mayor entre nosotros.―burló -No puedo creer que arriesgó su trabajo por ti.

- Ni yo... aún no sé porqué llegué a pedir una cosa como tal en el pasado. Pero ni modo, ya lo hecho, hecho está. No se puede cambiar nada...―exhaló

- Así es, y ¿qué te trae por aquí?―se recostó de la silla y tomó de su cerveza

- Pues como sabrás, hace poco hablé con él. Me lo encontré en el hospital.

- ¿No que estaba por Londres?―preguntó confuso

- Sí, pero sabes como es él, nunca está quieto en un sólo lugar.―rodó sus ojos y negó con su cabeza

- Por eso no tiene suerte con las mujeres.―burló el rubio y ambos se rieron

- Si te llega a escuchar...―respiró profundo -Como decía, hablamos sobre la fiesta de la fraternidad.

- La famosa "Inolvidable"―dijo entre comillas y el azabache se rió y pasó sus manos por su cara

- Espero que no haya sido inolvidable para ti, porque no me acuerdo ni mierda de lo que pasó.―bufó y tomó de su cerveza

- Me acuerdo como si fuera ayer, lo mejor de mí, es que yo por más que tome o lo que sea. Esto...  ―señaló su cabeza -Nunca me falla.―le guiñó y al igual tomó de su cerveza

- Entonces, si te pregunto que fue de mí esa noche, ¿puedes iluminarme?

- ¿Iluminarte?―burló

- Así me dijo Glenn, que podrías iluminarme.

- Glenn metiendo a la gente en asuntos serios desde tiempos memorables.―refuñó y tomó lo que quedaba de su cerveza -¿Otra?

- Por favor.―Stephen terminó lo que le quedaba, Scott se paró de la silla hacia la neverita y buscó dos cervezas más -Créeme que sino fuera algo vital, no vendría. Agradecería cualquier cosa que supieras. Por más estúpido que fuera, todo para mí vale y mucho, Scott.el ojos azules suspiró y le entregó la cerveza a su amigo y se sentó

- Lo que recuerdo de esa noche fue que bebimos todos como borrachos de cantina.―bufó -Ah, también fumamos un poco.―Stephen abrió sus ojos grandemente

- ¡¿FUMAMOS?!―exclamó -¡Con razón no recuerdo ni mierda!―manoteó -¿Qué diablos fumamos?―preguntó extrañado

- Marihuana y fue de la buena.―se echó a reír, pero a Stephen no le hizo gracia

- ¡Eres un maldito! ¡¿Cómo se te ocurrió darme de esa mierda?!―exclamó furioso

- ¡No me reclames! Además, ya eso pasó.―burló -La consumimos toda y nos tragamos la cantina de la fiesta.―sonrió al recordar esa noche

- ¿No recuerdas algo más? A parte que nos bebimos y fumamos toda la marihuana?―preguntó expectativo

- Sí, Glenn bailó con un travesti... pero, ¡no le digas! Si se entera, me mata. Yo no sabía que era un travesti hasta que se le notó eso.―se señaló ahí abajo y Stephen se atragantó con la cerveza de la risa que tenía

- ¡No me acordaba de eso!―dijo casi llorando de la risa

- Estabas en un viaje tremendo, Steph.―se secó las lágrimas el rubio

- ¿Algo más?―arqueó su ceja -Respecto a mí, claro...―Scott tomó de su cerveza y se recostó de la silla para pensar, cuando se acordó de algo, se enderezó

- Estuviste con una chica...―el azabache levantó la mirada y lo observó con atención -Diablos, era linda... Se veía algo tímida entre la gente, estaba evitando que siguieras tomando. Pero, tú no le parabas a la cerveza.―burló

- ¿Estuve toda la noche con ella?―preguntó desesperado

- Tooodaaa la noche.―dijo ya casi en un tono cántico -Bailaron juntos, la estabas tratando de sobetear, pero ella movía tus manos para controlarte. Hasta que te caíste como un imbécil al piso y vomitaste.―Stephen puso una cara de disgusto

- ¡¿Vomité?!―preguntó incrédulo

- ¡No!―se echó a reír en su cara y Stephen lo miró molesto -Pero, sí te caíste...―volvió a reírse

- ¿Qué más pasó? Después de hacer todo ese ridículo.―rodó sus ojos y puso su mano en la cara con cierta vergüenza 

- Al caerte como un idiota, ella te levantó lo mejor que pudo y te llevó de allí casi arrastrándote.―Stephen se destapó la cara y lo miró atento, eso sí era una información importante -Yo la seguí y la ayudé a montarte en el auto, te sacó las llaves del bolsillo del pantalón y ella se montó en el asiento de conductor, me asintió en modo de agradecimiento y arrancó.―el hombre abrió y cerró la boca tratando de procesar todo -Pero, no sé que más pasó...

- Al día siguiente, amanecí en mi apartamento. Estaba desnudo y toda mi ropa regada por toda la habitación.―tragó fondo

- Entonces, esa noche coronaste.―sonrió picarón, pero a Stephen no le hizo gracia alguna

- Cállate...―dijo con su ceño fruncido -Ahora todo tiene lógica, me acosté con esa chica.―exhaló -¿No sabes si era de la universidad? ¿Estudió con nosotros? ¿Algo?―preguntó con desespero

- Lo que te puedo decir es que, de la universidad.... quizás no era.―dijo pensativo -No la había visto antes, pero, ¡vamos Steph! ¡La universidad es enorme! ¿Sabes los cientos de estudiantes que hay en ella?

- ¡Lo sé! Pero, no sabes el desespero que tengo encima. Quiero saber quien es la madre del niño y el porqué lo abandonó así. Más bien, porqué no me dijo...―respondió lleno de dudas

- ¿Quizás no se acuerda?―arqueó su ceja -También pudo haber estado borracha...―añadió pensativo

- Lo dudo, acabas de decir que evitó que me propasara en la fiesta, y me llevó hasta el auto y condujo. Alguien tan borracho como yo, no haría algo así, creo...―se tapó su rostro con sus manos y las pasó por su cabello

- La esperanza no está toda perdida.―sonrió ladeado y el hombre volvió a mirarlo

- ¿A qué te refieres?―preguntó curioso

- Si la vuelvo a ver... La puedo reconocer, una cara como la de esa chica, es difícil de olvidar.―sonrió ladeado -Sólo que tú, mi querido Smaug, eres un idiota.burló y Stephen se quedó impactado

***

La castaña miró la hora, ya era hora de prepararse. Rápido subió a tomarse un baño, mientras los chicos miraban la TV. Logan había llegado del trabajo algo molesto, Erick le dijo que tenía que seguir evaluándolo, a Larisha no le gustó esa noticia para nada, pero prefirió no pelear con él. Ella no quería que su día se amargara, iba a salir a una cita importante esa noche y quería estar impecable. No podía estar con sus instintos oscuros a flote, podían darle una mala pasada en esa cena. Tomó el vestido y se lo puso, era realmente hermoso, ese hombre tenía un gusto exquisito.

Terminó de prepararse, se peinó con el cabello ondulado. Recordó que al hombre le gustaba así suelto, aunque ella no entendía en sí el porqué debería complacerlo. Se maquilló y se echó su perfume favorito, ya estaba lista. Se miraba al espejo y se sentía nuevamente con vida, no como estaba hace unos días atrás encerrada. Le llegó un mensaje, era su hombre misterioso.

Mensaje de Jaymes

My queen, en 5 minutos llego a tu palacio.

J.M xxx

Ella sonrió y rápidamente bajó las escaleras, suerte que manejaba algo bien los tacones porque sin duda alguna terminaría rodando escalones abajo. Al bajar, los tres hombres se voltearon al escuchar el sonido de tacones. Mathew y Logan fruncieron su ceño y Ryan la sonrió a la mujer.

- ¡Te ves hermosa Larisha!―exclamó algo avergonzado Ryan

- Dios... ¿íbamos a salir? Porque, no recuerdo nada.―le preguntó confuso

- No, sólo yo voy a salir.―sonrió ladeado

- ¿Con quién?―preguntó molesto y Mathew bufó

- Logan, déjala respirar.―regañó el rubio al ojos claros y la mujer se rió

- Vaya... al fin me defiendes. ¡Bravo!―dijo sarcástica

- No te defiendo, solo que ya eres una mujer adulta. Tus acciones, son tuyas claramente y las consecuencias también, bueno, siempre y cuando no incluyas a terceros.dijo entre dientes

- ¿Ya empezamos con las indirectas?―arqueó su ceja

- Basta...―dijo en tono bajo Logan -¿Por qué pelean? No entiendo nada.―dijo confuso

- ¡No peleamos!―dijeron a coro, por un momento se rieron por su simultánea reacción

- ¿Vas a salir con Stephen?―preguntó serio Logan

- No.―él suspiró con alivio, pero luego frunció su ceño. Si no iba a salir con Stephen, ni con ellos, entonces... ¿con quién?

- ¿Con quién vas a salir? ¿Con las chicas?―preguntó curioso, Mathew los observaba. Él sabía perfectamente con quien ella saldría

- Logan...―dijo Mathew entre dientes. Quería recalcarle la conversación que tuvieron ellos una vez, le aconsejó que tenía que dejarle espacio a la castaña

Bufó -¡Qué la pases de maravilla!―exclamó sarcástico y ella rodó sus ojos

*DING DONG*

Logan se levantó rápido como una bala del sofá para ir abrir la puerta, apenas Larisha pudo dar unos pasos rápidos con esos tacones. La abrió y se encontró con el hombre con quien su "pequeña Valindra", iba a cenar. El ojos claros lo miró de pies a cabeza y tragó fondo, sentía que tenía un posible rival al frente suyo. Jaymes lo observaba con una sonrisa ladeada y algo cínica, pudo darse cuenta que este hombre tenía sentimientos hacia su kitten, sin duda alguna era bueno deduciendo. La castaña se paró atrás de Logan y casi se quedó sin aliento al ver a Montanari ahí parado en la puerta, luciendo tan elegante y apuesto.

- ¿Y éste, quién es?―preguntó Logan despectivamente

- Jaymes Montanari.―le estrechó su mano, lo hizo sólo para verse cortés ante Larisha, pero ya deseaba atravesarle una bala por la cabeza a Logan por hablar de esa forma tan despectiva hacia él

- Logan Patterson.―estrecharon sus manos y rápidamente se soltaron

- Es un amigo.―soltó ella -Si me permites, necesito pasar, Logan.―le dijo entre dientes, él estaba en medio de la puerta

Mostró una sonrisa falsa -Que la pasen bien.―musitó, Jaymes le devolvió la sonrisa claramente fingida y Logan se marchó de nuevo adentro de la casa. Larisha salió y cerró la puerta

Al hombre se le llenaron sus ojos de lujuria y deseo, casi babeaba ahí mismo por la mujer. Escaneó todo su cuerpo, inconscientemente mordió su labio inferior y ésta se dio cuenta, al ver la reacción de él, se sonrojó de una manera inevitable.

- No entiendo que hace Inglaterra con esa reina que parece un holograma cuando tienen a una verdadera reina así como tú.―dijo pícaramente y ella se rió

- No mientas, me veo normal.―negó con su cabeza

- Si esto es normal para ti, quiero ver que es formal.―le dijo coqueto pegándose a ella

- Tengo una hambre tremenda.―respondió ella evadiendo su comentario y él sonrió ladeado

- Es hora de comer...nosella frunció su ceño, pero no molesta sino algo confusa -Digo, nos espera la limusina.―sonrió ampliamente disimulando su comentario de doble sentido. Le ofreció su hombro y ella entrelazó el suyo con el de él, caminaron hasta la limusina y se subieron. El chófer era nada más y nada menos que Xavier, pero una ventana los separaba, así que ella no tenía ni idea de quien conducía. Tenían toda la privacidad del mundo.

***

Durante el camino, ella estaba nerviosa, se arrepentía de no haber traído su auto. ¿Y si todo era una trampa? ¿Y si ese hombre era enviado por Khan? Su pulso comenzó a acelerar, el ojo derecho empezaba a parpadear rápidamente. El hombre la miró de reojo y puso su mano en la mano de ella, sintió como estaba tensa y como el pulso aceleraba.

- ¿Te encuentras bien, kitten?―le preguntó claramente preocupado, ella le asintió levemente -Tienes el pulso descontrolado, no sabía que te ponía tan nerviosa.―bromeó y le sonrió pícaro, ella comenzó a reírse y se le fue la tensión

- ¿Siempre eres así?―le preguntó sonriente

- ¿Así como?―arqueó su ceja

- Tan... encantador. Siempre tienes algún comentario que decir y la mayoría de las veces me saca una sonrisa cuando lo necesito.―ella le sonrió cálidamente y él se estremeció

- Quizás es un don que tengo, no sé.―contestó haciéndose el importante

- Se te subió el ego, claramente.―bufó y se echó a reír

- A cualquiera se le sube contigo.susurró

- Se te sube ¿qué?ella arqueó su ceja, él captó el doble sentido y se echó a reír

- El ego y todo lo que tenga que subirse... ―le dijo en un tono casi mortal, acercándose a ella, su acento irlandés se intensificó en esa oración

Ella tragó fondo -¿Cuánto falta para llegar?―preguntó cambiando su mirada hacia la ventana, aunque casi no veía nada

- Falta poco, estamos cerca.―sonrió aunque ella no lo estaba viendo, se quedó mirando el cuello de la mujer. Quería controlar sus deseos de lanzarse a ella y morderlo como si fuera un vampiro

Larisha se mantuvo mirando hacia afuera, por alguna razón se sentía extraña al estar tan cerca de él. A Stephen lo había perseguido durante tanto tiempo, ya sentía que lo conocía. Pero que el juego sea al revés la ponía nerviosa. Se preguntó si Stephen siente lo mismo cuando ella está cerca, pero luego pensó que quizás no, porque ella es mujer y las mujeres se toman todo más a pecho. Aunque, él no tiene ni idea que ella lo seguía, pero eso era otro asunto.

La limusina se detuvo, ella movió la vista de la ventana y lo miró como se bajaba de ésta. Él cerró la puerta y abrió la de la mujer, le ofreció su mano y ella le asintió sonriente y salió. Estaban parados frente a un lujoso restaurante, ella estaba deslumbrada con la simple vista que tenía desde afuera, si así lucía por fuera, no se imaginaba como sería por dentro. Entraron tomados de la mano, como si fueran una pareja. El hombre se encontraba sonriente y hasta un poco nervioso al sentir la delicada mano de la mujer con sus dedos entrelazados a los suyos. Llegaron hasta donde la ujier y Jaymes anunció sobre su llegada. La joven le asintió sonriente y le dijo que podían pasar, una camarera los guió hasta la terraza del lujoso restaurante, ahí se encontraba su mesa especial con una vista hermosa del estado. La camarera les trajo el aperitivo para los dos en lo que ordenaban sus platos, también la botella de vino y esperó atenta en lo que ellos decidían sus órdenes.

- Buenas noches hermosa pareja, mi nombre es Mildred y yo estaré sirviéndoles esta noche.―a Larisha se le escapó una pequeña risa, se reía de su suerte con los camareros que siempre se la pasaban "shipeándola". Jaymes la miró algo confuso, pero no evitó sonreír. Al menos ella estaba pasándola bien junto a él -¿Ya saben que van a ordenar?

- Pide lo que quieras, my kitten. La cuenta va por la casa.―bromeó y ella le asintió sonriente

- Entonces debería aprovecharme del momento, me debes mucho... Demasiado, Montanari.dijo mirándolo fijamente y él sonrió ladeado. Amaba poder presenciar esa actitud de ella en persona -Quiero una langosta acompañada de una ensalada de mariscos. Quizás no combina, pero lo haré combinar, tengo muchísima hambre.le recalcó al hombre, él comprendió que ella lo decía por estar encerrada.

- Y el caballero, ¿qué desea ordenar?―preguntó Mildred

- Quiero lo mismo que esta bella dama.―sonrió y Larisha le devolvió la sonrisa

- Perfecto, en un rato les traigo sus órdenes.―ambos le asintieron y ella se marchó

- Déjame decirte que la vista es exquisita, Jaymes.―susurró ella encantada mirando los edificios alumbrados

- Lo mismo opino, es exquisita.―susurró de vuelta mirándola de arriba hacia abajo, ella cayó en cuenta a qué se refería él

Aclaró su garganta -Si acepté venir hasta acá, fue porque te mencioné que tenía varias preguntas. Ya estoy aquí y quiero que ahora sí, me las contestes sin evadirme.―frunció su ceño y ya su actitud era seria, en cambio él no borraba su rostro complaciente

- Soy todo a oídos, quiero escuchar que tienes para preguntar.―sonrió ladeado -Pero primero, ¿vino? ―ella le asintió y él le sirvió en su copa

Tomó un poco -La primera, ¿cómo convenciste a Scarlett para que declara a mi favor?―lo miró fijamente otra vez, pero sabía que su mirada no le daría ni una pizca de miedo a ese hombre que tiene al frente

- Kitten, kitten, kitten.profundizó -, tienes tus opciones y yo tengo las mías.―sonrió malvadamente y le dio un guiño

- Bueno, esa pregunta admito que fue estúpida, pero quería escucharlo de tus labios.―él arqueó su ceja

- ¿Por qué? ¿Te gusta mi voz? ¿Mi acento?―alzó sus dos cejas -O, ¿simplemente te complace escucharme?―sonrió ladeado y ella rodó sus ojos

- Ignoraré esas preguntas, es mi turno primero. Si quieres preguntar, luego te tocará.―se encogió de hombros y él asintió sonriente -Segunda, ¿cómo convenciste a Melek? Ya la tenías en tus manos, con el tiempo que llevaba contigo creo que ya estaba muerta en vida en ese encierro y creo también que le valdría mierda morir o no. Bueno, si yo hubiera sido ella... me hubiera sentido así.

El hombre al escuchar esta pregunta, tuvo un flashback repentino.

*Flashback*

- Vas a ir al juicio y vas a testificar a favor de Larisha.―le dijo el hombre sin expresión en su rostro, pero con su voz fría

- ¿Y si no me da la gana?―le retó la mujer sonriente

- Ya sabes lo que te pasará...―la miró penetrante

- Si me matas, la terminarás jodiendo en la cárcel. Porque nunca me encontrarán y la culparán de asesinato.―hizo un falso puchero

- ¿Qué es lo que quieres?―la tomó del brazo y se lo apretó con fuerza

- Comodidades, Jaymes. Y que me asegures que no te atreverás a matarme en cuanto diga la verdad, si lo haces, créeme que tu "kitten"hizo comillas con sus dedos -Pagará las consecuencias.―sonrió ladeado y él la empujó contra el suelo

- Vas a tener lo que quieres, perra. Pero escúchame bien, te metes con ella y créeme que se me olvidará todo lo que acordaremos. Porque sinceramente aún no me conoces, sé manejar a zorras como tú.la miró con desprecio -Claramente lo que quieres es acostarte conmigo, pero sabes que primero te mato antes de hacerlo. Ni con pastillas se me levantaría.se encogió de hombros -Me das... asco.miró todo su cuerpo con repugnancia. Ella se había quedado en shock, no entendía cómo supo que ella quería acostarse con él, evitó en proponerlo, porque sabía que se iba a morir -Ahora levántate del suelo y prepárate para ir a la corte. Cuidado en tratar de hacer lo que no te conviene. Te arrepentirás... Ya luego Xavier se encargará de ti, depende de todo lo que pase.

- ¿Qué tengo que decir?―preguntó mientras se levantaba del suelo 

- Todo está en ese papel.―le señaló la cama

- Si me me encarcelan―le apuntó, pero él la interrumpió

- Si te encarcelan, Albertson se encargará de eso. No pienso encargarme de algo que no me importa.―dijo cortante y se volteó -Tienes media hora para prepararte, nos vamos ya mismo.―salió de la habitación y la cerró con llave

Él caminó hasta la sala de su mansión y se encontró con Xavier y Albertson.

- En cuanto mi kitten salga de este asunto, no le pierdan la pista a esta mujer. No permitan que hable con nadie.―ellos asintieron -Albertson, no dejes que hable sin tu presencia cuando la interroguen después que acabe el juicio. Tenemos que asegurarnos que ella no diga nada, ni que tampoco contacte a un cómplice. Cuando tengan la vía libre, se deshacen de ella.―sonrió ladeado y sus hombres le sonrieron

*Fin del Flashback*

- ¿Jaymes? ¿Te encuentras bien?―la castaña chasqueó sus dedos al notar la mirada perdida de su hombre misterioso

- Claro, estoy perfectamente bien.―le sonrió

- Entonces, ¿por qué no me contestas?―frunció su ceño

- Porque ya sabrás mi respuesta.―arqueó su ceja

- ¿Así de fácil se te hace?―preguntó incrédula

- ¿Perdón?―respondió extrañado

Bufó -Amenazas a la gente como si nada y ellos aceptan lo que le propones.

- Pues sí...―se encogió de hombros -Kitten, así es como me muevo en este mundo, cuando tienes el poder puedes hacer lo que quieras. No me puedes negar que te haz aprovechado de eso, mira lo que lograste con Melek.―lamió sus labios

- A ella le ofrecí un auto, fue algo sencillo. No la amenacé con matarla ni nada por el estilo.―negó con su cabeza

- Tuviste una actitud ruda hacia ella, por lo que escuché.―hizo mueca con su boca

- No, ¡si ya sabía que ella se creía cantante!―exclamó sarcástica y él se rió

- Puedo deshacerme de ella si lo deseas...―le sonrió ladeado y ella lo miró fijamente

- Me harías un favor, enorme...le sonrió ladeado igual y la mirada de él se tornó oscura, despertó la malicia de ese hombre y sus oscuros deseos hacia ella -Tercera pregunta...―añadió ella y él se acomodó en su silla cambiando el semblante oscuro que tenía -El celular, ¿ella estaba contigo en tu casa o estaba en su casa?―el tono de ella parecía algo molesto, sonaba un poco celosa

- No es que sea tan bueno con las mujeres, pero... te escuchas celosa.―burló y ella rodó sus ojos -Ella estaba en mi casa...―el semblante de ella cambió por completo y eso lo hizo sonreír -Encerrada en una habitación, sin escapatoria, claro.ella sonrió y él correspondió su sonrisa -El celular fácilmente dupliqué su número, es la moda de ahora, robar los números de teléfono a las personas. Por eso, por más que lo rastrearan, siempre iba a reflejar que ella estaba en su casa. Porque en sí estaba ahí, pero yo copié toda la información de la tarjeta SIM al otro celular con el número duplicado.―dijo con cierto orgullo de su gran hazaña, la castaña lo aplaudió pausadamente

- Me sorprendes Montanari, eres demasiado bueno en lo que haces.dijo coqueta y él lamió sus labios mientras miraba los de la mujer

Antes que él pudiera responder, llegó la camarera con sus órdenes. Les sirvió y se llevó el aperitivo que ni siquiera habían probado ellos, gracias a su interesante conversación.

- Aquí tienen, buen provecho a ambos.―les sonrió y se marchó

- No probamos el aperitivo que nos dejaron.―se rió ella

- Tenía un mejor aperitivo ante mí.―sonrió maliciosamente y ella se sonrojó

- Cuarta pregunta...―él rodó sus ojos mientras se reía

- ¿Más preguntas?―bufó juguetón

- Sí, ¿cómo sé que no planeaste todo esto para ganarte mi confianza?―preguntó seria sin pestañear

- ¿Crees que hice esto a propósito para ganarme tu confianza?―respondió con otra pregunta, pero incrédulo

- Claro, para desviarme con mi plan contra Khan o para sacarme información.―él suspiró profundo, en verdad le dolía lo que ella le decía

- Si quisiera desviarte, arruinar tus planes o sacarte información. No te hubiera ayudado con la compra del edificio.―ella se enderezó en la silla y lo miró asombrada

- ¿Cómo―

- ¿Cómo sé sobre la compra?―interrumpió y alzó su dedo para que le diera un momento. Sacó su celular y envió un mensaje. En pocos segundos, entró a la terraza su mano derecha

- ¿Malcom? ―preguntó sin aliento y lo miró confundida -¿Lo amenazaste también?

- No, my darling. Te equivocas...―sonrió ladeado -Este hombre que ves aquí, es mi mano derecha. Y no se llama "Malcom",  ―hizo las entre comillas con una mueca -Se llama Xavier Moffat...―ella estaba claramente en shock, trataba de analizar lo que estaba pasando

- El señor Montanari compró el edificio en cuanto supo de mí que usted lo quería, él se encargó de amueblarlo para usted. Le puedo jurar, que él es alguien en que usted puede confiar. Jamás ha tenido este tipo de tratos con nadie. De hecho, le estoy hablando a usted sin el permiso de él ahora mismo, sin importarme que me vuele la cabeza en este instante.―Jaymes asintió atento, de hecho no le gusta cuando Xavier habla demás, pero en este caso le agradecía internamente

- Está bien, ya puedes irte.―dijo ella algo molesta, Xavier miró a su jefe de reojo

- Ya la escuchaste, Xavier. ¿Qué esperas?―arqueó su ceja y su mano derecha le asintió a ambos y se marchó -¿Aún dudas de mí?―le sonrió

- Quinta pregunta.―él se tapó la cara con sus manos y ella se rió

- ¿No piensas comer? ―bromeó

- Está bastante caliente aún.―burló -Podemos seguir la charla...

- Adelante, entonces. ―tomó de su vino

- ¿Qué es lo que quieres exactamente de mí?―él se rió un poco y puso la copa en la mesa

- Ya te lo había dicho, kitten... Te quiero a ti.lamió sus labios

- ¿Para?―ella empezó a picar su langosta

- Para que seas mía.ella soltó los cubiertos y lo miró a los ojos, él reflejaba en los suyos un cierto brillo atrayente

- Sexta y última pregunta, por ahora.él sonrió ladeado -¿De dónde me conoces? ¿Cómo sabes de mí?―Montanari tragó fondo

- Sonará loco, pero un día, nuestros caminos se cruzaron por la calle y me robaste el corazón.―en parte él mentía, pero lo que dijo al final era totalmente cierto, ella le había robado su oscuro corazón -Y te convertiste en mi eterna obsesión.Larisha tragó fondo, pero por dentro se sentía comprendida, había alguien exactamente igual que ella. Alguien que había hecho lo mismo que ella hizo con Stephen.

- Para mí no suena loco...―él la miró con atención -Creo que hasta me siento comprendida en parte...―susurró y él frunció su ceño

- ¿Qué quieres decir?―preguntó extrañado

- Que la comida ahora sí se está enfriando.―burló, empezó a comer y él rodó sus ojos -La langosta, está deliciosa.―añadió ella y él comenzó a comer sonriente

Saboreaban de su cena, de vez en cuando intercambian palabras acerca de lo delicioso que estaba. Pero no decían algo más importante, prácticamente él ya sabía las cosas que le gustaban a ella, lo leyó de su pequeño diario, el cual pensó que tendría algo más importante. Pero no le quitaba méritos a la valiosa información de su kitten, compartían varios gustos y eso hacía que ella le gustara mucho más. Mildred volvió por los platos, les trajo más vino y Jaymes le dejó la propina por adelantado. Ambos se encontraban admirando la hermosa vista, él no quitaba su vista de la mujer. Admiraba cada escote que tenía el vestido, lo hizo intencionalmente para poder apreciarla, lo que le dolía era el no poder quitárselo ahí mismo en la intemperie.

- Me hiciste varias preguntas, pero en cambio yo... No te he podido hacer alguna...―la miró pícaro y le asintió juguetona

- Tienes razón, Jaymes.―puso su mano en el lazo que él tiene en el cuello y se lo acomodó. Sin duda alguna, este gesto lo hizo estremecerse ante ella

- ¿Ahora sí confías en mí?―le susurró mientras la observaba con detenimiento

- Mmm...―puso su mano en su barbilla y él bufó algo burlón -Digamos, que ahora sí...

- Segunda pregunta.―dijo juguetón y ella se rió -¿Qué piensas de mí?―arqueó su ceja -Quiero que seas sincera. Dímelo todo...―profundizó

- Eres un hombre que me llena de una intriga total, eres alguien interesante, tienes clase, porte, elegancia, eres muy inteligente y astuto, claro está. Y...―pensó si continuar o no

- ¿Y?―alzó sus dos cejas, mirándola coquetamente

- ¡Lo admito! ¡Eres atractivo!―exclamó desesperada, como si se rindiera ante una acusación

- Entonces, ¿sólo atractivo?―sonrió ladeado

- Tienes un aroma que...―exhaló -Que por tu culpa me llevó a la prisión.―burló y él se echó a reír

- ¿No te importa si me acerco?―se pegó a ella -Así lo percibes mejor...―susurró y estaban pegados cara a cara

- No sé qué tiene tu voz y ese acento que traes, pero embriaga mi mente. Ya no sé lo que digo, este vino es el que me está embriagando en realidad.―bufó

- Dudo que sea el vino, te sientes atraída hacia mí. Sólo que eres orgullosa en aceptarlo.―la tomó por la cintura y la pegó hacia él

- Esto no es lo correcto, Jaymes.―dijo casi sin habla

- Desde hace mucho, me dejó de importar lo que es lo correcto.―sonrió ladeado, la pegó contra la valla de la terraza y la besó

Comenzó a besarla como sino hubiera un mañana, había sido tanto tiempo que él deseaba este momento. Sentía la gloria y el poder en sus manos, su dinero y su nombre quedaron en segundo plano. Tenerla a ella en estos momentos era lo más gratificante que tenía en la vida. Su cuerpo se acaloró al tener contacto con la piel de ella, comenzó a acariciar la espalda de la mujer. Agradeció los escotes del vestido, eran perfectos para poder acariciar cada rincón del cuerpo de su kitten. La tomó por el cabello y la besaba con más fuerza y pasión, ella hacía lo propio con él al tomarlo por el cabello y acariciar su espalda. Ella sentía una mezcla de emociones, por un momento se olvidó del mundo entero y sólo se enfocó en la lengua de ese hombre que se movía magníficamente dentro de su boca. El hombre comenzó a besar el rostro de ella, la tenía bien apretada hacia a él, beso su cuello ofreciendo unos leves mordiscos y subió hasta la oreja, luego besó de nuevo la mejilla de ésta y volvió a encontrarse con sus labios. Estaban ambos acalorados, la pasión y la lujuria desbordaba entre ellos, era algo que jamás habían sentido y esa noche por fin, lo experimentaban. Cuando él comenzó a acariciar las piernas de la mujer, una llamada los sacó de órbita, era el celular de la castaña. Ella abrió sus ojos y cayó en cuenta en la situación que se encontraba, lo empujó levemente y se acomodó el vestido lo más rápido que pudo. Trató de tomar aire, sentía que no podía respirar sin importar que se encontraba en lo más alto de una terraza. Tomó el celular y en cuanto vio quien era que la llamaba, sintió una punzada en su corazón.

- ¿Te importa si contesto?―preguntó apenada

- Adelante, kitten.―sonrió algo triste y a la vez molesto. No sabía como sentirse en ese momento, lo que más anhelaba fue interrumpido por una llamada. Ella le asintió en modo de agradecimiento y se separó un poco de él

LLAMADA ENTRANTE

- ¿Hola?

- ¡Mi amor! Me alegro que hayas contestado...

- ¿Mi amor? Stephen, ¿te sientes bien?―preguntó extrañada, Jaymes frunció su ceño al escuchar el nombre de él

- ¡Estoy bien mi vida! ¡Hip!

- ¡¿Estás tomando?!―le exclamó -¿Dónde estás?

- Sólo un poco...―dijo casi sin habla, el hombre estaba totalmente borracho -¿Dónde estás tú? ¿Por qué no estás conmigo ahora?

- Mira, no puedo hablar ahora mismo. Dime, ¿en dónde te encuentras?

- Lejos, casi saliendo de Los Ángeles. En una casa de playa, con un viejo amigo.―se rió -Estoy en un supuesto viaje de negocios...―se echó a reír de la mentira que le dijo a Sophie

- ¡¿Qué rayos haces allá?!―le reclamó incrédula

- No me pelees tú también... ¡Hip! Yo...sólo quiero que estés aquí conmigo.―ella no evitó sonreír al escuchar esto, aunque fuera porque estaba borracho -Si estuvieras acá, no estuviera borracho. La pasaríamos juntos, bien rico.―Larisha se sonrojó ante el comentario de él

- Es evidente que te tomaste toda una cantina. ¡Por Dios!―se rió -Mira, te tengo que dejar. Sólo prométeme que te quedarás quieto allá y no tomarás más...―le ordenó autoritaria

- Como usted me ordene, mi amor.―casi no se le entendía nada de lo que decía -Yo sólo obedezco tus órdenes, ¡no las de Sophie! ¡HIP!

- Hablamos mañana, Stephen... ¡No tomes más!―exclamó

- ¡Está bien! ¡Como quieras! Pero primero, mándame un besito.―ella abrió sus ojos en par en par, ¿cómo él pretendía que ella hiciera eso teniendo a Jaymes atrás de ella?

- ¡Ciao! Besos, Steph... ¡Buenas noches!―le dijo rápidamente y antes que él continuara, le colgó

LLAMADA FINALIZADA

Era evidente que la molestia se había apoderado de Jaymes, tenía ese instinto de matar a ese hombre que se atrevió a interrumpirlos.

- Discúlpame...―dijo ella apenada -Él es―

- No tienes que decirme.―interrumpió algo seco -Ya es algo tarde, debemos irnos.―Larisha asintió avergonzada. No sabía si sentirse apenada porque la llamada de Stephen los interrumpió o porque se dejó llevar por él

Ambos se marcharon del restaurante y se montaron en la limusina. Jaymes trataba de controlar su enojo, pero era evidente que sentía celos por ese hombre. Sabía perfectamente que era el descarado que la besó en la fiesta. Tenía que hacer algo, sea como sea, no podía permitir que ese hombre siguiera detrás de su queen. La castaña miraba a la ventana, pero de vez en cuando lo miraba de reojo cuando él miraba hacia afuera también. Sentía ese sentimiento de culpa encima, pero era por ambas partes. Ella sentía que había traicionado a Stephen, sin ser algo ellos dos, pero a la vez sentía culpa de arruinar el momento con Montanari. Eso, no lo entendía completamente, ese beso le había gustado y demasiado. Sintió algo totalmente diferente a lo que sintió con Stephen, ahora más que nunca estaba confundida. Luego de un largo rato de silencio, llegaron a la casa de la mujer. Él le abrió la puerta de la limusina y la acompañó hasta la puerta de la casa de ella. El hombre se encontraba más calmado y algo arrepentido por cortar la noche de esa forma, sintió que pudo haber continuado sin importar la llamada, pero ya era tarde, sus celos no lo dejaron canalizar bien la situación.

- Tengo una última pregunta, my queen.ella lo miró extrañada -¿Me dejarías ayudarte en contra de Khan?―preguntó con un nudo en la garganta

- Sí, Jaymes. Claro que puedes hacerlo.―escuchar esto hizo que a él se le dibujara una gran sonrisa, al menos tenía otro motivo para estar cerca de ella, así no podía ser evitado o alejado

- No te arrepentirás, te lo juro.―acarició el rostro de la mujer y cuando se iba a acercar para besarla nuevamente, ésta lo detuvo 

-Todo a su tiempo, Jaymes. Necesito eso, tiempo. Créeme que tengo muchas cosas en la cabeza en estos momentos y esto qué quieres hacer, no me ayuda mucho.―él asintió sonriente, pero en su corazón cantaba victoria

- Que tengas buenas noches, my queen.se acercó nuevamente, pero plantó un beso en la mejilla de la mujer

- Igualmente para ti, Jay. La cena estuvo exquisita y lo otro también.―burló malvadamente la mujer y él no pudo evitar reírse. Se marchó y antes de montarse a la limusina le lanzó un beso a ésta. Ella no puedo evitar reír y se metió a la casa

Llegó a su habitación, se dio un buen baño y rápidamente se metió en la cama. Se quedó mirando hacia el techo, estaba incrédula con todo lo que había pasado. Tenía un mar de emociones encontradas encima. Ahora no sabía cómo aclarar sus pensamientos, ese hombre logró su cometido. Se propuso ponerla de cabeza y lo estaba logrando, él no lo quería hacer de mala manera, pero habrá que ver, como ella lo asimilará.

- ¿Será que me gusta Jaymes Montanari?―se preguntó ella antes de cerrar sus ojos y conciliar el sueño

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Sólo preguntaré... ¿Qué tal ese beso? ¿Ah? Jajajajaja

¿Quién es esa mujer de la fiesta?

¿Estará Sophie embarazada?

Apenas está destapándose la caja de pandora. Poco a poco llegará el revés de todo esto.

Gracias por el apoyo incondicional, nos veremos en el próximo capítulo.

Besisss, xoxo

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro