Capítulo 10: Un viaje inesperado
POV Larisha
Tenía mi cabeza envuelta en el primer día de trabajo de Logan, más lo que había pasado con Stephen ayer. No paraba de darle vueltas a todo este asunto. Luego me vino a la cabeza algo que no me había sentado a pensar.
Samantha...
¿Cómo era posible que esa mujer terminara siendo amiga de Sophie? Si estaba en la casa de Stephen, significa que tuvo la suerte ella de seguir trabajando con Khan. Pero por la forma de actuar de Stephen, ellos no son para nada amigos. Entonces... parece que ellas dos se conocen de antes.
Estaba en el punto de placer máximo, a punto de probar los labios de él, hasta que escuché el nombre de esa mujer. Podía haber sido cualquier persona, pero mi memoria decidió dar a relucir que era ella. Tuve que preguntarle a Stephen; pensé que mi audición me estaba fallando con él tan cerca, cuando me dijo que su apellido era Gorman, no sabía en qué pensar. Fingí para que no sospechara. En cuanto bajé las escaleras, la vi allí parada con Sophie. Por mi mente pasó un comentario "La víbora y la reptiliana". Me reí internamente, aunque estaba desconcertada. Sentía que estaba en Discovery Channel con tanto reptil alrededor mío últimamente. A la verdad que el mundo es pequeño. No me imaginaba algo así, obviamente ella no me iba a reconocer del todo. Si nos vimos dos veces, fue mucho y casi no hubo mucho contacto. Además, fueron años atrás y yo era algo distinta, bueno, ella también se ve un poco diferente. Éramos jóvenes aún, no es que seamos viejas, pero antes no estábamos tan desarrolladas y no tenemos el porte que poseemos ahora. Yo antes vestía y lucía como una "X" sin gracia alguna y de la noche a la mañana ahora soy toda "finura y caché" nótese mi sarcasmo. Cuando ella me dijo que pensaba que me había visto antes y que le sonaba mi nombre, me dieron ganas de tirarme encima de ella y picarle la cabeza para que se callara la boca. Algo radical, pero en este tipo de situaciones no he sabido controlarme, estoy adaptándome. Con el pasar del tiempo me he estado transformando, bueno no es que había estado bien antes, claro que no. Pero digamos que hay cosas de mí que no están del todo cuerdas. Decidí irme enseguida, no podía quedarme allí más tiempo para que esa mujer me descifrara. Tengo que saber si ella sigue trabajando en K.D, y sé perfectamente quien me lo puede averiguar.
Sumergida como siempre en mis pensamientos, una llamada telefónica me saca de ellos.
LLAMADA ENTRANTE
— ¿Bueno?
— Señorita Larisha, habla el coronel John Smith. Queremos informarle acerca de su caso. ¿Puede hablar en estos momentos?
— Por supuesto coronel, dígame... ¿Ha sabido algo de Melek?
— Ayer, localizamos la casa de la mujer e hicimos el allanamiento tiempo después de su llamada, no fue difícil encontrar la información. Nos adentramos a la casa de la señorita Melek, pero no encontramos ninguna pista de su paradero. ―fruncí mis labios y mi ceño. No me gustó para nada escuchar que no la encontraron en su casa —Lo que sí nos llamó la atención es que su celular se encontraba en la casa. No tenía ningún contacto, absolutamente nada. Sólo su chip y memoria con"selfies" pero nada más. ―no entendía nada, quizás ella estaba en su casa cuando le hablé y escapó, pero algo por dentro de mí decía que ella no estaba ahí. Ella estaba con ese hombre, lo presentía. Pero como sería posible que en tampoco tiempo ese celular estuviera ahí, necesitaba encontrarle una lógica. — ¿Señorita Larisha sigue ahí?
— Ehh, sí... Aquí sigo, perdón. ¿Ella no tiene algún vecino o alguien cerca?
— De hecho, estuvimos hoy investigando por el vecindario. Hablamos con su vecina llamada Brie, nos informó que no la ha visto desde exactamente el día del robo de su auto, señorita. Ella salió por la mañana, dijo que iba a ir al salón de belleza a dejar su catálogo de los productos que vende y nunca más volvió. Estamos esperando que los agentes a cargo del caso se desocupen con otro caso que tienen, para que vayan a investigar en el salón de belleza. Ya que la dueña se vincularía como posible conocida de la joven. ―me levanté del sillón al escuchar esto —Aproximadamente de 2 a 3 horas estaremos enviando a los agentes al salón para continuar la investigación. ―mi semblante cambió de inmediato
— ¿En 2 horas estarán allá?
— Si señorita, le estaremos informando en cuanto tengamos información de la mujer.
— Está bien, muchas gracias coronel Smith.
— A la orden.
LLAMADA FINALIZADA
No puede ser, van a investigar en el salón de belleza. Tengo que ser más rápida y adelantarme a ellos para evitar a toda costa que Scarlett abra la boca.
***
No sé cómo le hice, pero llegué como un rayo al salón de belleza; creo que, si se hubiera metido gente en mi camino, las atropellaba. Mi nivel de ansiedad había aumentado, iba directo a cazar una presa.
Parece que las pastillas ya no están siendo tan efectivas como antes.
Entré al salón y busqué con la mirada a Scarlett, la localicé peinándole el cabello a una mujer. Me paré detrás de ella, mientras secaba el cabello de su clienta. Cuando ella levanta la mirada, se encuentra con la mía en el espejo y dio un brinco del susto.
— Tú...―dijo entre dientes
— ¡Hiii! ―le dije sonriente y en tono cántico, mi mirada se veía algo psicópata tras el espejo
— ¿Qué es lo que quieres? ―se volteó a donde mí y me señaló con el cepillo
— ¡Uyyy! ―alcé mis manos con falsa sorpresa —Pero cuanta agresividad... No me vayas a matar con ese cepillo. ―dije sarcásticamente — ¿Así tratas a una cliente? ―hice una mueca de desaprobación
— Tú, no eres mi clienta. ―dijo molesta
— Ah que pena...―mostré falsa decepción —Me había gustado como me dejaste el cabello, pensaba venir el próximo mes para un retoque. ―bromeé y le guiñé un ojo
— Si vienes a saber de Melek, ya te dije lo que sé. ―rodé mis ojos
— ¡Salgan todas de aquí! ―le exclamé a sus clientas y ellas me miraron confusas al igual que las empleadas de Scarlett y la misma Scarlett — ¡AHORA! ¡¿O A CASO SON SORDAS?!―todas se levantaron de sus sillas y salieron casi corriendo del local —Que obedientes. ―me reí un poco
— ¡¿QUÉ TE PASA?! ¡ESTÁS LOCA! YA TE DI EL NÚMERO DE MELEK. ¡NO SÉ DONDE VIVE! ¡¿QUÉ MAS QUIERES DE MÍ?!―me gritó la muy atrevida y yo sólo la observaba con media sonrisa
— ¡QUE TE CALLES! ―le grité —Y me bajas ese tonito, cuidado en alzarme la voz. ―me acerqué a ella apuntándola con mi dedo
— ¿Quién eres? Te estaban siguiendo para matarte... ¿verdad? ―yo me reí en su cara
— Eso a ti no te importa. ―dije sin expresión alguna
— Tu ex, no era quien te estaba siguiendo, no, no... Si no, ¿por qué Melek no aparece? ―preguntó confusa
— ¿Sabes por qué no aparece tu amiguita? ―la miré fijo arqueando mi ceja y ella negó con su cabeza —Tu amiga se creyó cantante y empezó a tararear lo que no debía. ―me encogí de hombros —Y como no quiere aparecer, le llamé a la policía. ¡Mira que buena ciudadana soy! ―aplaudí sonriente
— Entonces la andan buscando...―dijo pensativa —Me imagino que piensas que está muerta por tu culpa.
— ¡Shhh! ―puse el dedo en mis labios —Calla y deja el cuento. La están buscando por ladrona. ―sonreí
— ¡¿QUÉ?! ¡Es imposible! ¡Ella no te ha robado nada! ―exclamó incrédula
— Bueno, sólo quiero que aparezca. No encontré otra forma. ―junté mis manos al estilo Sr. Burns. Suena ridículo, pero bueno, así lo hice.
— Y... ¿qué tengo que ver yo en todo esto? ―dijo confundida
— Que la policía investigó su casa, como no la encontraron claramente. Preguntaron por ella en la vecindad y una mujer dijo que la última vez que la vio, fue cuando venía para acá a traer su catálogo. Entonces ellos me dijeron que venían para acá, en par de horas.
— ¿Por qué estás aquí entonces?
— ¿No es obvio? ¡Por favor! Eres igual de estúpida que ella. ―rodé mis ojos —Eso se pega... ¡Ew! ―la miré con desprecio —Quiero que no te hagas la cantante... No te atrevas abrir la boca. Aquí en este papel, está lo que vas a decir. ―le extendí mi mano y le puse el papel en la suya, cuando lo tomó yo la agarré firme por la muñeca y la halé a donde mí e inyecté mi mirada penetrante en sus ojos claros temerosos —Espero que no te pongas de graciosa y abras la boca tú también. ― dije pausadamente y me despegué de ella — ¡Lo mismo va para ustedes! Dirán lo que dice ese papel. Melek me robó el auto. ¡¿ENTENDIERON?!―le exclamé a sus empleadas
— ¡SÍ! ―me cantaron a coro todas excepto Scarlett
— ¿Me entendiste? Scarlett...―si yo matara con la mirada, hace rato esa mujer estuviera 7 metros bajo tierra
— S... Sí―tartamudeó
— ¡Perfecto! ―sonreí y caminé hacia la puerta, la abro y antes de salir me volteo —Gracias chicas, si se portan bien, tendrán su recompensa. ¡Bye! ―salí y pude ver por el cristal las miradas de ellas en shock, algunas clientas se habían quedado afuera y me miraban asustadas y entraron rápidamente, yo no pude evitar reírme.
Un mensaje entró a mi celular, era J.M.
Vamos a ver que quiere mi hombre misterioso hoy.
Sin darme cuenta ya lo llamaba de esa forma. Inconscientemente me estaba acostumbrando a su juego. Debo admitir que era entretenido. Con el tiempo estaba dejando a un lado el miedo, ese sentimiento que destruye a las personas y las hace débiles.
Mensaje de J.M
Estaba jugando ajedrez y no pude evitar pensar en ti, my dear. Tú, eres mi reina y yo soy tu rey...
J.M xxx
No pude evitar reírme un poco, este hombre tenía un sentido del humor único. ¿Por qué de la nada estoy sintiéndome curiosa de conocerlo en vez de seguir huyendo?
No Larisha, tienes que concentrarte. Puede ser Khan y estás bajando la guardia.
Sino es Khan, ¿Entonces quién? ¿Quién es J.M? No conozco esas iniciales...
Me entró otro mensaje, pero esta vez era Logan.
Mensaje de Logan
Te tengo una buena noticia. Es más "buena" se queda corta. ¡Es magnífica! ¡Llegó tu momento Lari!
L.P x
Fruncí mi ceño, no entendía de qué me hablaba Logan. Pensé que era de Stephen, pero no tenía lógica, últimamente ha estado celoso de él sin duda alguna.
A ver Logan, explícame... ¿de qué estás hablando?
L.
No te diré ahora, hablamos en la casa con más calma. Quiero ver tu reacción.
L.P x
Como quieras entonces. Nos vemos luego.
L.x
¿Y ahora que habrá pasado? ¿Habrá descubierto información de Khan en su primer día de trabajo? Si fuera así, entonces era demasiado competente y funcional. Que bien ahora me tiene con un mar de ideas que no es nada bueno cuando voy a ponerme a manejar, capaz y mato a alguien por la calle.
***
Llegué a la casa y me percaté que los del correo me habían dejado una carta en el buzón.
¿Y esta carta?
¿Por qué mi banco me manda una carta?
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J.P. Morgan International Bank Limited
25 Bank Street, Canary Wharf, CP E14 5JP, London
Estimado (a) cliente:
Nos complace que usted sea parte de nuestro prestigioso Banco J.P. Morgan, estamos agradecidos en que usted confía en nosotros para dejar a nuestro cuidado su dinero y sus bienes. Por ello, porque nos preocupamos, queremos informarle que el pasado jueves a mediados de la noche, se realizó la compra de dos autos y varias prendas de vestir de marca reconocida. Le adjuntaremos al final los recibos de compra junto a la hora y la dirección de donde se realizó la compra. Por lo tanto, lo (a) hemos citado para este martes para que asista a una reunión con el gerente del banco. Así usted puede confirmar si ha hecho dicha compra o si posiblemente alguien ha hecho una compra NO autorizada. Le agradecemos nuevamente por elegirnos, nos preocupamos por ti siempre.
Atentamente,
Kendrick Rousell,
J.P. Morgan International Bank Limited, Manager
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Me tienen que estar bromeando. Estaba incrédula con lo que acabo de leer, era algo tan estúpido. ¡Obviamente fui yo la que hizo la transacción! No podía quedarme con manos cruzadas, tengo que llamarlos.
LLAMADA TELEFÓNICA
— J.P Morgan International Bank Limited, ¿En qué podemos ayudarle?
— Si buenas, es que recibí una carta que hicieron este pasado viernes informándome sobre una transacción de una gran suma de dinero.
— ¿Puede darme el número de su cuenta, su pin y los últimos cuatro dígitos de su Seguro Social, por favor?
— El número de cuenta es 3110711, el pin sería 9077 y los cuatro dígitos del Seguro Social son 0066.
— Un momento por favor, accederemos a su cuenta.
— Ok, aquí espero. ―pasó aproximadamente un minuto
— Usted es la señorita Valindra Dupont, ¿cierto?
— Afirmativo.
— Bien, señorita Dupont. Estoy revisando su cuenta y efectivamente el pasado viernes le enviamos una carta debido a que el jueves a mediados de la noche se hizo varias transacciones dando un monto aproximado de un millón de dólares. Nos preocupamos ya que no se había hecho anteriormente una transacción de esa cantidad y además que la dirección no era de Londres.
— Claramente porque no estoy viviendo en Londres. Ustedes mismos me enviaron la carta acá a Los Ángeles.
— Perdón, pero las cartas son automatizadas y nuestros asistentes sólo se encargan de enviarla. Nosotros acá en el servicio al cliente, no estamos al tanto de cambios de dirección al menos que el dueño de la cuenta avise.
— Pero le digo que yo avisé, cambié mi dirección. Sino ¿Cómo cree que me iba a llegar acá la carta? ―hubo unos segundos de silencio
— Según estoy observando, se cambió la dirección postal pero no la residencial. Parece que ahí está la falla y es por eso que ha ocurrido esta situación.
— Pues entonces cambie la dirección y listo ya le acabo de decir que fui yo la que lo hice.
— Puedo cambiar la dirección, pero me temo que no puedo ayudarla en lo otro que usted me pide.
— ¿Qué? ¿A qué se refiere?
— Usted tendrá que venir mañana a su cita con el gerente. Tiene que firmar un documento confirmando su transacción.
— ¡Tienes que estar bromeando! ¿No?
— Negativo señorita Dupont. Usted tiene que venir mañana a su cita.
— ¡Pero le acabo de decir que vivo en los Estados Unidos! No llegaré a tiempo ni en sueños, además es absurdo que yo vaya, soy yo la de la transacción. Soy la única dueña de la cuenta, si hubiera problemas yo hubiera avisado. ¿No cree?
— Le creo, pero le repito. No está en mis manos esta situación. Esto ya se trabaja con el gerente.
— ¡Páseme al gerente entonces!
— Ese es el otro problema, el señor Rousell sólo está los martes.
— ¿Usted sabe cuántas horas se toma de Estados Unidos a Londres? No llegaré a tiempo, le repito.
— Si usted se apura, hoy mismo toma el primer vuelo a Londres y llega a tiempo. Nosotros abrimos de 7:00 am a 5:00 pm.
— ¡No voy a ir a Londres! ¿NO ENTIENDE? ―ya estaba perdiendo mi diplomacia
— Lamento decirle y claro de añadir... Que, si usted no acude a la cita, su cuenta será congelada. Y tendrá que esperar hasta el próximo martes.
— ¡¿QUÉ?! Yo no puedo tener mi cuenta congelada. ¡Tendré una compra importante en estos días!
— Entonces ya sabe lo que tiene que hacer señorita Dupont, la esperaremos mañana. ¡Buen viaje!
— ¡UGH!
FIN DE LLAMADA
Esto era el colmo, ahora tendré que ir a Londres para evitar a toda costa que me congelen la cuenta, tengo planeada una gran compra y si me congelan el dinero sería fatal. NO puedo darme el lujo que eso pase, no sé si Khan sea el de los mensajes y contra ataque pronto. No puedo bajar la guardia, tendré que ir corriendo para hacer mi maleta y comprar el primer vuelo que vea a Londres.
¡Tendré que poner en mi lista de compras un jet privado!
No tenía de otra, me fui a mi habitación y rápido hice una maleta improvisada. No pensé en ponerle mucha ropa, me hacía ya de regreso el miércoles. La preparo y antes de irme me doy cuenta de algo. Solamente hay una llave de la casa, ya que por estúpida le di por accidente la mía a Melek y ahora ese hombre la tiene en sus manos. Fui a la habitación de Logan rezando que la haya dejado en su mesita de noche, cuando entro, observo que ahí estaba.
¡Bingo!
La tomé y rápidamente bajé las escaleras. No podía dejar la casa abierta, no conozco aún los alrededores y no sé si personas merodean por el lugar. La cerré y luego se me ocurrió una idea.
Le sacaré copia a la llave.
Me monto rápido al auto y me dirijo a las millas hacia un cerrajero, tengo que sacar la copia de la llave en cuanto antes. Ya me encargaré de hacerle recibir la llave a Logan. De hecho, estaba planeando irme y ni siquiera le he avisado. Pero aún no tengo boleto en mano, no sé si llegue a tenerlo. Mejor cuando tenga el boleto y esté segura que me voy, le aviso.
Afortunadamente el cerrajero queda en la ciudad, cerca de los lugares a los que suelo ir y de la cafetería y eso.
En cuanto tenga la copia, le llamo a Mathew.
Llegué al local del cerrajero, un lugar pequeño al estilo un poco oriental. Entro y éste me recibe con una cálida sonrisa. Le pongo como unos 65 años con ese poco cabello blanco que trae, aunque es oriental y esos son de los que engañan.
— Buenas tardes señorita. ¿En qué le puedo servir? ―dijo sonriente
— Buenas tardes. Vengo para ver si me puede sacar una copia a esta llave. ―le extendí la llave
— Claro déjeme ver. ―tomó la llave y empezó a observarla, juraría que su semblante cambió en cuanto miró el logo de ésta
— ¿Se siente bien señor? ―pregunté preocupada, se puso algo nervioso
— S... Sí...―tartamudeó —Es que no desayuné hoy y me está pasando factura. ―suspiró
— Si quiere le puedo conseguir un café o algo. ―respondí tratando de buscar su mirada, pero me la esquivaba.
— No, no. Tranquila, no es necesario. ―sonrió
— Bueno, como usted diga señor. Dígame, ¿puede sacarle la copia? Tengo el reloj en mi contra sinceramente. ―dije algo desesperada
— Sí, puedo sacarle la copia. Iré a preparar el equipo.
— ¿Cuánto usted cree que puede tomar?
— Quizás una hora señorita. ―mierda
— Ni modo, no tengo de otra. Esperaré entonces aquí si no le molesta.
— No, al contrario, quédese. Mucho mejor. ―sonrió, pero no sé por qué al decir eso no me cuadró bien para nada. Sentí ese comentario con doble significado. No perverso, claro.
***
POV Omnisciente
El anciano, rápidamente fue a su oficina donde realiza su trabajo. Éste buscó su celular enseguida y escribió un mensaje lo más rápido que pudo.
Creo que la dueña de la llave que usted trajo hace poco, está aquí. Justo una mujer me ha traído una llave y me pide una copia con cierta urgencia. La llave es exactamente la misma.
D.
Buen trabajo Daniel, gracias por informarme. Le diré enseguida al jefe. ¿La mujer se encuentra aún ahí?
X.
Sí, ella sigue aquí, le dije que estaría en una hora la llave. Espera, creo que la escucho hablar por celular.
D.
Manténgame al tanto si dice algo importante. Estoy de camino para allá, no estoy lejos.
X.
Daniel, abrió un poco la puerta de su oficina. Afortunadamente Larisha se encontraba de espaldas a la puerta y no notó que la espiaba. Se enfocó para escuchar lo que ésta hablaba.
LLAMADA TELEFÓNICA
— Repito lo mismo que le dije a la otra operadora. Quiero un boleto para Londres. El primero que esté disponible. Es una urgencia, podría ayudarme por favor. ―dijo desesperada
— Estoy revisando las tandas señorita, no cuelgue por favor. ―pasó un minuto —Encontramos un vuelo para las 4:00 p.m. ¿Le parece bien?
— Si a las 4:00 p.m. me parece bien.
— Dígame su nombre por favor.
— Valindra Dupont
— Bien Valindra, ¿usted pagará con su tarjeta de débito o prefiere con paypal?
— Paypal, por favor.
— Ok, le estaremos enviando un enlace mediante mensaje de texto, para que pueda continuar con la transacción y realice su pago.
— Muchas gracias.
— ¿Algo más en que yo pueda ayudarle?
— Eso sería todo.
— Que tenga una linda tarde y por supuesto, un buen viaje.
— Gracias, buenas tardes.
FIN DE LLAMADA
Luego que terminó la llamada, Daniel cerró con cuidado la puerta y le mandó un mensaje de texto a Xavier.
La mujer se llama Valindra Dupont. Piensa irse de viaje a Londres hoy a las 4:00 p.m. Acaba de comprar el boleto.
D.
Xavier al recibir el mensaje de texto se quedó pensativo con lo que acababa de leer. "¿Valindra Dupont? ¿Piensa irse de viaje?" se preguntó, ya que no entendía nada sobre el nombre y ese viaje repentino. Rápidamente le contestó al anciano.
¿Ella sigue contigo verdad?
X.
Sí, yo le dije 1 hora, pero en realidad ya tengo la copia, es algo sencillo. Le dije más tiempo para que pudieras alcanzarla y corroborar que es ella.
D.
Bien hecho Daniel, el jefe te recompensará grandemente. Yo estoy a punto de llegar.
X.
***
Por otro lado, Larisha seguía esperando la copia. Ella decidió mandarle un mensaje de texto a Mathew, ya que él quedaba cerca y podría hacerse cargo de su carro y la llave de Logan.
Hey Watson, ¿ya saliste de trabajar cierto?
L.
Sí, de hecho, estoy en la heladería de Alicia comiendo helado con Charlotte. ¿Pasó algo?
M.F
Ah mira, no pierdes el tiempo. ¡Bueno es broma! ¿Podrías venir al cerrajero que queda cerca? Necesito un mega favor tuyo.
L.
Claro, estaré allí enseguida.
M.F
Mientras Larisha terminaba de textear con Mathew, Daniel recibió un mensaje de Xavier. Avisándole que éste se encontraba afuera. Que podía darle la copia a la mujer. El hombre rápidamente tomó la llave y salió de su oficina.
— Listo, logré hacerla un poco antes. La máquina a veces tiene sus días. ―bromeó el hombre
— ¡Uff! Mucho mejor, no sabe la prisa que traigo. ―exhaló aliviada — ¿Cuánto sería?
— Serían cinco dólares, señorita.
— Aquí tiene, quédese con el cambio. ―ella le extendió el dinero y el hombre le dio la llave
— Que tenga buen viaje, señorita...―dijo el hombre en un tono algo oscuro. Larisha frunció su ceño extrañada —Perdón por ser chismoso, escuché cuando compraba su boleto. ―Larisha asintió con su cabeza
— Ehh... Gracias. ―dijo sin más y la mujer se marchó del lugar
Afuera ya estaba estacionado Xavier, trató de comunicarse con su jefe, pero el hombre tenía una reunión importante. No le gusta que lo interrumpan. Aunque si hubiera imaginado que esa llamada se trataría acerca de su kitten, él hubiera dejado a un lado lo que sea que estuviera haciendo.
Pasó un rato y Larisha esperaba en el auto, Xavier estaba inquieto, él no entendía por qué ella no arrancaba y para culminar su jefe no daba ni una señal. Un taxi se estaciona al frente del auto de Larisha, era Mathew. Éste se baja y se monta en el auto de ella.
— ¡Al fin llegas! ―dijo ella un poco desesperada
— Perdón, mi auto no quería encender y por obligación tuve que pedir un taxi. ¿Por qué andas así con prisa? ―dijo extrañado
— Seré breve, me llamaron del banco informándome de una transacción que pensaban que no era autorizada y como vieron que fue hecha en Estados Unidos, piensan con más razón que no fui yo ya que no actualizaron debidamente mi dirección residencial, pero si la postal. Entonces me citaron para mañana martes con el gerente, para que firme unos papeles y ese banco queda en Londres. Así que ya mismo tengo que tomar un avión a las 4:00 p.m., e irme y necesito que me lleves hasta el aeropuerto, te quedes con mi auto y con la llave de Logan de la casa. ―dijo todo esto sin parar a tomar aire y el rubio sólo la miró sin pestañear tratando de analizar la información
— ¿Cómo puedes decir todo eso sin tomar aire? ―dijo asombrado y ella se rió —Bien, comprendo todo. ¿Logan sabe algo? ―preguntó curioso
— No, pero si me haces el favor de decirle mejor. Es que sé perfectamente que, si le digo yo, me hará un drama y querrá que no me vaya o capaz se va conmigo y no puedo permitir que deje el trabajo tirado que con tanto esfuerzo planeamos para obtenerlo. ―dijo la castaña encogiéndose de hombros
— Yo me encargo de él, no te preocupes. Vamos al aeropuerto para que no pierdas el vuelo. ¿Tienes tus maletas verdad? ―Larisha asintió con su cabeza y se bajó del auto cediéndole el volante a él y éste hizo lo propio bajándose del asiento de pasajero y yendo al volante.
***
Después de un largo trayecto hacia el aeropuerto, al fin llegaron. Nunca se percataron que eran seguidos por Xavier. Éste los seguía con cautela a una distancia respetable, la cual ellos nunca sospecharían. Mathew ayudó con las maletas a Larisha. Ambos se despidieron con un abrazo y ésta le dice que espera volverlo a ver el miércoles a más no tardar. Larisha le entrega al rubio la llave de Logan y se despide agitando su mano mientras él salía del aeropuerto. Xavier en cambio se dirigió a donde venden los boletos. Pidió el boleto que salía para ese momento hacia Londres, la agente de sala le informó que ya no tenían boletos disponibles. Éste bufó y sacó una gran suma de dinero de su billetera, su jefe siempre lo prepara para este tipo de situaciones. La mujer al ver tal cantidad, se sorprendió y por arte de magia le consiguió un boleto al hombre. Xavier rodó sus ojos al ver que tan básicas eran algunas personas, su jefe tenía razón en despreciarlas. Apresuró su paso, cuando pasó por el detector de metales los empleados se sorprendieron al ver que él no traía maleta, éste les explicó que se trataba de un viaje de emergencia y lo dejaron pasar tranquilo. Rápidamente se montó en el avión y ahí estaba ella, sentada en el medio del avión con su mirada en la ventanilla. Él pasó discreto y se sentó un poco más atrás de ella, para no perderla de vista y poder seguirla con astucia en cuanto el avión aterrizara.
Ya iban cuatro horas de vuelo de once horas y media que serían aproximadamente. Xavier encendió su celular y lo primero que salió en pantalla fue un mensaje de su jefe, éste exhaló de alivio, pero sabía lo que le esperaba, un sermón.
Mensaje de J.M
¿Dónde diablos estás Xavier? Llego a la casa, no te encuentro y tampoco contestas las llamadas. ¡Espero que estés buscando donde vive mi kitten!
J.M
Si le digo que ahora mismo estoy en un avión hacia Londres, ¿qué pensaría?
X.
Definitivamente a él le encantaba a veces hacer perder la paciencia a su jefe, sin importar que éste un día le diera un balazo y cayera muerto por retar a la suerte.
Pensaría si a tu madre le gustaría un arreglo de rosas rojas para tu funeral o preferiría los claveles por aquello del cliché funerario.
J.M
Xavier no pudo evitar reírse, disfrutaba del humor particular de su jefe.
Señor, estoy ahora mismo en un avión hacia Londres, pero no por placer. Digamos más bien, por su placer.
X.
Explícame, no entiendo nada. ¡¿QUÉ HACES ALLÁ?!
J.M
La mano derecha del hombre misterioso, sentía como esas letras en mayúsculas se transformaban en gritos reales. Claramente él sentía como si su jefe le hubiera gritado y ni siquiera estaba junto a él.
Bien le diré... Estoy siguiendo a su kitten, está de camino a Londres y no tengo la idea del porqué está viajando para allá.
X.
El hombre misterioso arqueó su ceja al ver el mensaje, al principio sintió una alegría de al fin encontrarla. Quería verla, aunque fuera de lejos. Pero luego sintió una punzada al saber que estaba al otro lado del continente, pero esa punzada desapareció porque de inmediato abrió su laptop y compró el primer vuelo que encontró hacia Londres. "Voy por ti my queen" pensó el hombre dibujando una sonrisa amplia en sus labios, era una sincera y no la que solía fingir ante la gente. Tenía muchas dudas en mente de cómo su hombre consiguió a su kitten. Empezó a interrogarlo hasta que lo puso al tanto. Se sorprendió al ver que su darling era muy lista, tan lista que hasta tenía una identidad falsa. Tenía que dejar de subestimarla, ella tenía la capacidad y el porte para ser su digna reina.
Ya él estaba listo, estaba abordando el avión. Iba por su kitten, no estaba seguro si era el momento de presentarse ante ella, pero al menos quería verla más de cerca.
***
Varias horas después...
Larisha ya había llegado a Londres, un mar de recuerdos desbordó su mente. La poca niñez que pasó ahí antes de que sus padres se mudaran a Estados Unidos y esa primera vez que conoció a Stephen. Larisha había estudiado en una universidad prestigiosa de Londres, luego tuvo su internado (práctica laboral) en los Estados Unidos. En cuanto sintió que ya estaba recordando mucho su pasado, se detuvo. Quería concentrarse en el asunto del banco e irse cuanto antes posible. Ella había reservado por internet su estadía en el hotel Royal Garden, pero se iba a dirigir a éste en cuanto resolviera su asunto. Fue a un lugar donde se alquilan autos y se marchó directo al banco. Hizo su trayectoria sin percatarse obviamente que Xavier la seguía.
Llegó al banco y Xavier se sorprendió al verla allí. No entendía nada, pero decidió bajarse del auto y entrar para averiguar de qué se trataba esta visita a Londres y específicamente a este banco. Su jefe llegaría luego ya que su vuelo claramente era más atrasado.
Mientras Larisha hablaba con la recepcionista.
— Buenos días. ¿Cómo podemos ayudarla? ―dijo sonriente
— Tengo una cita con... ¿Kendrick Rousell? ―preguntó algo dudosa
— Sí, así se llama. ¿Cuál es su nombre?
— Valindra Dupont. ―la recepcionista miraba su computadora verificando la lista de citados
— Bien señorita Dupont, el señor Rousell está desocupado. Puede pasar, su oficina queda en el segundo piso, cuando abra el ascensor doble a mano derecha y la primera puerta, es su oficina. No necesita presentarse a su secretaria ya que le avisaré de su llegada. ―sonrió la mujer
— Muchas gracias. ―dijo Larisha y se marchó al ascensor, iba lo más rápido posible. De verdad tenía ganas de irse y apenas había llegado. Odiaba que le hicieran perder el tiempo
Entró a la oficina y ahí estaba el gerente del banco, ella lo miró algo molesta y se sentó sin que él le dijera que tomara asiento.
— Mire, seré directa. Usted me acaba de hacer venir desde el otro continente hasta acá por un empleado incompetente que no fue capaz de anotar mi dirección residencial actual. Le digo a los operadores que entonces lo arreglen, pero me dicen que tengo que venir a firmar un bendito papel. Yo confirmé que hice la transacción, si soy la única dueña de esta cuenta. Si hubiera algún movimiento extraño, yo lo notificaría. ¡Pero no! ¡Me hacen venir hasta acá porque usted así lo quiere! ―el gerente miraba con atención a Larisha, con sus manos cruzadas
— Mis más sinceras disculpas, señorita Dupont. Sólo queríamos proteger su dinero de un robo. Enseguida hablaré con los empleados para que arreglen su dirección. Por favor firme este papel confirmando que la transacción era suya. ―le extendió el papel ya previamente firmado por él
— Lo firmaré, pero me temo que no será necesario que les diga a sus empleados que hagan eso. ―Rousell arqueó su ceja —Yo traspasaré mi dinero a un banco que pertenezca a los Estados Unidos. Nada en contra de ustedes, pero como verá... Ahora vivo allá. ―Kendrick asintió con su cabeza, Larisha firmó el papel y él empezó a escribir en su computadora
— Estoy escribiendo entonces la carta oficial como que usted está traspasando su dinero a otra cuenta. ―dijo mientras escribía; luego de un rato, imprimió el papel, puso su firma y sello. Le pasó la carta a Larisha y ella la firmó —Bien, ahora cuando vaya al banco de su estado, sólo tiene que llamarnos y haremos el traspaso sin que tenga que volver hasta acá.
— Perfecto. Eso es todo, ¿no?
— Sí, eso es todo. ―Larisha rodó sus ojos
— No puedo creer que me hicieron venir hasta acá para esto. ¿A caso no usan fax?
— Eso no se permite, no sabemos quién está al otro lado de la línea. ―ella bufó
— Da igual, ya me hicieron venir en vano. Hasta nunca entonces. ―el gerente se echó a reír
— Que tenga un lindo viaje a los Estados Unidos, señorita Dupont. ―éste le sonrió y ella salió de su oficina sin pensarlo dos veces
La mujer salió del banco, justo le pasó por el lado a Xavier, pero claramente no lo vio. Él, mientras ella estaba reunida con el gerente, le había sacado información a la secretaria. Ya sabía que todo era una prevención del banco, que protegía los bienes de Larisha. Y hasta ya sabía que ella había hecho un traspaso de banco. El dinero, era un arma favorita para sacar información necesaria.
Larisha llegó al hotel, sin imaginarse que el hombre misterioso se encontraba allí. Xavier le informó a su jefe que ella estaba a punto de entrar. El hombre ya se encontraba de espaldas casi al frente de la puerta, pero Larisha estaba entretenida en su celular leyendo los sermones de Logan del porqué se fue sin él. De repente, ella choca contra él, el hombre no se esperaba esto. Ella en su papel como "Valindra" le pide disculpas en inglés.
— I'm so sorry...―dijo apenada, pero él seguía de espaldas a ella, no estaba seguro si voltearse o no. Por dentro tenía unas ganas enormes de voltearse y... ¿besarla? Así es, su obsesión por ella era incontrolable. El hombre sentía que cuando la conociera, su corazón iba a estallar y eso era algo que jamás había sido pensado que era posible. Ella pasó por su lado ya que él no se volteó ni se movió tan siquiera de su camino.
— Don't worry...—susurró, pero fue más para él porque ella nunca lo escuchó. Por un momento, él se había quedado parado mirando como ella entraba al ascensor, pero apuró su paso y entró. Ella seguía entretenida en su charla. El hombre sonrió para sí al ver lo rápido que ella escribía. Le daba gracia esas pequeñas cosas tan simples para cualquiera, pero él disfrutaba ya que era lo único que tenía de ella por ahora.
Vio como el ascensor se abrió y ella se dirigió a su habitación. Él quería seguirla hasta adentro. Quería acorralarla contra la pared y besarla con pasión. Ese hombre deseaba que ella supiera su nombre ese día y no lo olvidara nunca. Pero esos pensamientos eran muy carnales para él. A pesar de todo, ella era su reina, la única mujer que lo había hecho sentir y eso era algo que él valoraba y respetaba. Ella no pasó la noche ahí, rápidamente se fue al aeropuerto y tomó el primer vuelo hacia Los Ángeles. El hombre hizo lo mismo junto a Xavier. No iba a perderle la pista, no otra vez.
***
Ya era miércoles al medio día. Larisha se sentía con energías, durmió bastante en el vuelo. Nunca se dio cuenta que el hombre la observó dormir, obligó a un hombre que estaba sentado al lado de ella, a moverse temporalmente para poder sentarse junto a Larisha. Inconscientemente ella recostó su cabeza del hombro de él. No evitó en sonreír, se sentía feliz al sentirla. Le arregló un mechón que tenía en su cara y lo puso atrás de su oreja. Hizo una leve caricia en el rostro de la mujer, su suave contacto lo estremeció. Vio que ya casi el avión aterrizaba, así que se levantó de su asiento y le ordenó al hombre volver a su lugar.
Larisha indicó a un taxista a llevarla a la cafetería donde trabaja Mathew. Pero en el camino observa un edificio que le llamó la atención. Ella ordena al taxista que se detuviera. Se bajó del taxi y caminó hacia al frente del edificio y lo observó con cautela. El hombre misterioso sacó un Az bajo su manga, ordenó a Xavier a hablar con ella. Éste se sorprendió, pero siguió el mandato de su jefe.
— Está muy espacioso este edificio, me encanta. —dijo para sí misma
— Muy grande el edificio, ¿no? —preguntó Xavier acercándose a ella, su jefe miraba atento desde el auto. Ella se sorprendió un poco, no se había dado cuenta de su presencia
— Se ve bastante acogedor, me interesa mucho a la verdad...—dijo pensativa — ¿Sabe de casualidad si está en venta? ¿O conoces al dueño? —preguntó curiosa
— Sí, sí está en venta. —él le sonrió, en realidad no tenía la menor idea
— Entonces... ¿conoces al dueño?
— Claro que lo conozco, soy yo. —le mintió otra vez, pero nada que su jefe pueda resolver
— ¡Excelente! Creo que hoy es mi día.
— Me presento, soy Malcom West.
— ¿escocés? —dijo tratando de descifrarlo
— ¿Se me nota mucho? —rió
— Algo... —ella sonrió y el hombre misterioso observaba, sentía celos de su mano derecha. No tan sólo porque hablaba con ella, sino porque la hacía reír y éste estaba igual de risueño.
— ¿Cuál es tu nombre?
— Valindra Dupont. —el hombre se rió internamente, ella seguía con su juego de identidad falsa —Bien Valindra y... ¿para qué quieres el edificio? Así tengo una idea exacta y puedo decirte si te sirve o no.
— Formaré una empresa, buscaba un lugar como éste. —Xavier arqueó su ceja
— Interesante. Me encantaría mostrarte el lugar, pero no traigo mis llaves. No contaba con que alguien mirara el edificio, casi nadie se interesa.
— Pues yo sí estoy interesada. —dijo ella sonriendo ladeado —Hagamos una cosa... Tengo este cheque en blanco, ponle la cantidad que quieras. Claro, que este dentro del rango, no exageres. Acordamos una cita, para que traigas la llave. Si me convences, te lo firmo. ¿Qué te parece? —ella dibujó una sonrisa como si estuviera orgullosa de su propuesta
— Me parece una oferta irresistible y no pienso negarme. —le sonrió el hombre con satisfacción. Ya comprendía porqué su jefe perdió la cabeza más de lo que estaba, esa mujer era un diamante en bruto.
Intercambiaron números y Xavier le hizo saber a Larisha cuando sería su cita para cerrar el trato. Ella se montó en el taxi con una sonrisa satisfactoria. Xavier se dirigió al auto para contarle a su jefe.
— Entonces Xavier... Cuéntame. —dijo el hombre sonriente
— Quiere comprar el edificio, planea formar una empresa. No indagué más para que no sospechara.
— ¿Una empresa? —arqueó su ceja —Mi kitten no deja de sorprenderme —sonrió ampliamente
— Me dio este cheque en blanco, dijo que pusiera la cantidad razonable que yo quisiera. Pero claro, cuando consiga la llave y vea el lugar por dentro. Me dirá si firmará o no el cheque. —el hombre misterioso no borraba su sonrisa
— Me encargaré de obtener este edificio, eso es lo de menos. Si mi kitten lo quiere, lo obtendrá. Se lo daría hasta gratis, pero luego le devolveré su dinero de alguna forma. —sonrió
—Debo admitir que entiendo por qué le interesa tanto esa mujer, señor. Es muy inteligente, sabe cómo usar el dinero a su favor y claro, no se puede negar su belleza. —su jefe oscureció su mirada, no le agradó para nada lo que dijo su mano derecha
— Si no fueras mi mano derecha... En estos momentos estarías en la morgue, sin poder ser identificado ya que no tendrías ningún rastro de piel...—lo miró fijamente a través del espejo, no hacía falta matarlo literalmente, cuando ya se sentía muerto con esas palabras.
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Gracias a -onbeat21 y a EditorialQK por las correcciones de los primeros 10 capítulos, sin ustedes me volvería loca poniendo tanta rayita larga.
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