Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

31 de DICIEMBRE

Casa de los Jelingold

Morela y Jereth se habían bajado del auto para entrar a la casa en donde una encantadora suegra recibió con una sonrisa a la chica, ambas se abrazaron y se dieron un beso en la mejilla y luego la invitada saludó a los demás.

—¿Puedo poner el postre en la heladera? —preguntó More.

—Qué pregunta es esa, obvio que sí —le expresó con firmeza—, como si fuese la primera vez que entrás y abrís la heladera.

Morela se rio y metió el postre.

—¿Hiciste esas galletitas que me gustan?

—¿A vos qué te parece? Al hijo del dueño le gustan también.

—Que sí me parece que las hiciste y ya sé que a Jereth le gustan también. ¿Me vas a dar la receta algún día?

—Cuando sepas cocinar —le respondió entre risas.

—Sé cocinar, a veces mamá quiere que cocine y lo hago.

—¿Y cómo te salen las comidas?

—Bueno, a veces se me queman —emitió con risitas y algo avergonzada—. Vos podrías enseñarme mejor porque mamá no es muy buena cocinando tampoco —rio más.

—Descarada —le emitió golpeándole con el repasador el brazo.

—Es la verdad —se carcajeó y la abrazó para darle un beso en la mejilla.

—Anda con los demás que Raquel y yo serviremos el almuerzo —le palmeó la cadera.

—Bueno.

La mesa estaba decorada con mantel y algo sencillo en el centro de la mesa para festejar la pronta nochevieja, puesto que luego se cambiaría por algo más elegante y nocturno.

Mientras esperaban por la comida, Cameron miró a Kimberly y ella le asintió con la cabeza y la regaló una sonrisa en complicidad, y su hijo los miró con atención porque sabía que algo estaban tramando, pero antes de que él abriera la boca, fue su padre quien habló interrumpiéndolo.

—Con tu madre estuvimos conversando sobre un tema que desde hace tiempo lo vinimos realizando. Nosotros ya tenemos una edad en la que queremos algo más chico, así que, nuestra idea es mudarnos a un departamento con todo lo necesario para que tu madre esté cómoda.

Raquel y Camila dejaron la bandeja cerca de ellos, pero les sirvieron la primera vez, ya después si alguno quería repetir, lo haría por su cuenta. Las dos se fueron a la cocina a almorzar también.

—No creí que quisieran mudarse. ¿Ya tienen algo en vista?

—Sí, incluso ya hemos señado el piso.

—¿Lo van a comprar?

—Así es, nos dijeron que para mediados de enero ya podíamos mudarnos, por lo pronto estamos trasladando las cosas al piso.

—Mi idea era instalarme con ustedes aquí una vez que regrese de Estados Unidos.

—Bien puedes hacerlo igual, esta casa es nuestra y no pensábamos rentarla o venderla.

—¿Qué estás queriendo decirme? —Frunció el ceño al mirarlo.

—Que nos gustaría que se mudaran aquí, los dos —observó a Morela y a Jereth.

La argentina tosió cuando tragó mal la limonada en el momento en que escuchó las palabras de su jefe y suegro. El ardor que tenía en la garganta producto del ácido del cítrico hizo que tuviera que toser varias veces más y tragar saliva constantemente para que se le fuera la horrible sensación.

—Les agradezco el gesto, pero es mucha casa para nosotros también y no hablamos nada todavía de vivir juntos —clavó la vista en su novia y luego en sus padres.

—Son jóvenes, pueden invitar a quienes quieran, organizar reuniones, la casa se presta para ese tipo de cosas —les dijo Kimberly—. ¿Tú qué opinas, More?

—¿Yo? —Levantó las cejas y la miró directo a los ojos—, bueno, no sé —sostuvo entre sus manos el vaso de limonada—, como dijo Jereth, no hablamos nunca de vivir juntos y creo que es algo rápido, sin contar con que, él se va el 2 de enero y no sé cuándo vuelve.

—Te dije que antes del 6 regresaría —le recalcó el americano.

—Lo sé, me lo dijiste, pero los vuelos cambian y capaz que no consigas un tique para volar justo el día que querés.

—Ya lo compré, hace como una semana que lo tengo impreso, así que sí, vuelvo antes del 6.

—¿Cuándo entonces?

—El 5 de enero.

—¿Solo casi tres días te vas a quedar para después volver? —Casi se rio ante el viaje relámpago que iba a hacer.

—Sí, en esos días pienso pedirte la visa laboral y tramitar los papeles para dejar asentado que serás parte de la empresa central —le respondió para que se quedara tranquila—. ¿Tú enviaste el formulario que te pedí?

—Sí.

—Bien, luego revisaré la laptop.

—Entonces, ¿qué dices, More? —Fue el turno de Cameron preguntarle.

—La verdad es que no me esperaba algo así, yo no puedo opinar algo que no me corresponde, sin contar con que nunca hablamos de convivencia, como dijo Jereth.

—Podrían conversarlo, ¿o no? —sugirió Kim.

—Sí, supongo que podríamos hablarlo —expresó su hijo y miró a su novia—. ¿No, More?

—Sí, podemos charlarlo, no tengo problema.

—Perfecto —comentó la señora de la casa—. More, sabemos que esto es demasiado apresurado para ti, pero creemos que nuestro hijo encontró su otra mitad en una época especial y en un país donde ni él lo hubiera esperado, por eso les quisimos ofrecer a ambos la posibilidad de vivir en esta casa. Supongo que Jereth más adelante iba a buscar departamento si tenían planeado vivir juntos.

—Sí, esa era mi idea, para no molestarlos —acotó él.

—Bueno, tal parece que las cosas cambiaron, o se adelantaron, mejor dicho —rio contenta y bebió un poco de la limonada.

—Será cuestión de hablarlo bien —expresó Morela y luego continuó comiendo.

—Nos parece muy bueno que decidan hablarlo con tranquilidad —admitió Cameron.

Los cuatros siguieron almorzando y posteriormente, el matrimonio se hizo una siesta mientras que la joven pareja se puso la ropa para la pileta y se sentaron en las reposeras para tomar sol. 

🎄

Durante la cena de nochevieja el ambiente era divertido y distendido, no habían tocado el tema del mediodía y tanto Jereth como Morela lo agradecían, porque ese asunto se debía hablar con tranquilidad, pero lo que sí les dijeron a los padres de la chica era que pronto se iban a mudar.

—Si es para mejor y por el bienestar, bienvenido sea —confesó Francisca.

—La verdad es que sí, la casa ya es muy grande para nosotros dos y preferimos algo más chico y con las comodidades también —dijo Kimberly.

—Me parece bien, lo principal es la comodidad y que vos puedas estar bien —le expresó la mujer a la señora de la casa.

—Sí, necesitamos estar en un lugar sin tantos ambientes, aparte de que los jóvenes deben tener un lugar propio también —admitió la madre de Jereth.

El americano carraspeó y negó con la cabeza de manera sutil para que no ahondara en el tema.

—¿De qué nos perdimos? —preguntó Miguel.

Jereth revoleó los ojos y agachó la cabeza.

—Le preguntamos a los chicos si se quieren mudar aquí, la casa es nuestra y no tenemos intenciones de venderla, así que se la ofrecimos para que vivan —declaró Cameron.

—Creo que es un tema para hablarlo Jereth y yo, solos y tranquilos —manifestó Morela para los demás—. Esta noche hay que hablar de otras cosas y no de esto.

—Opino lo mismo —la apoyó su novio.

—No tenemos inconveniente, pero sería bueno que no esperen tanto, aunque mientras lo deciden, Jereth puede quedarse aquí —habló Kimberly. 

—Sí, mamá, no te preocupes por eso, cuando regrese hablaremos con Morela del tema, hay tiempo todavía.

Después de cenar, pusieron los dulces sobre la mesa, junto con el postre y las galletas que había hecho la argentina. Los cinco integrantes de la familia incluida ella, probaron el postre y tuvo buena aceptación. Cameron buscó las copas y dos champañas, la cual una de ellas la destapó Jereth en donde el corcho rebotó en la cabeza de Morela cuando subió y quedó suspendido por segundos en el aire para bajar hacia la joven.

—Tenemos casamiento en puerta —dijo entre risas su propia madre.

La chica se ahogó con el postre cuando tragó el pedacito que se había metido a la boca y tuvo que palmearle la espalda su novio.

—Hoy te estás ahogando seguido eh —le respondió con risas.

—Hoy fue el día de las novedades.

—Ya lo creo.

Jereth le sirvió media copa y luego se sirvió él.

Mientras charlaban, esperaban por el nuevo año que comenzaría dentro de pocos minutos. Con una carcajada que se echó Morela por algo que le había contado Jereth, los fuegos artificiales se escucharon cerca de donde estaban y Miguel miró el reloj de pulsera para luego ponerse de pie, levantar la copa y desearles feliz año nuevo. Los demás hicieron lo mismo y se saludaron con felicidad.

La pareja fue al jardín y se quedó de pie mirando el cielo nocturno. El hombre abrazó por los hombros a la chica y ella lo abrazó por la cintura.

—¿Cómo te ves viviendo aquí conmigo?

—¿En serio querés que viva con vos acá? ¿No es un poco apurado?

—Eso depende de cómo lo veas, nuestro amor fue inesperado, ¿no te parece que eso es una señal mágica de esta época del año?

—Bueno, en ese sentido, tenés razón. Eras un Grinch cuando te conocí, pero después me dejaste ver que eras como las galletas de jengibre que hace Camila, picoso, pero bueno.

—¿Soy como el sabor de una galleta de jengibre? Creí que era un dulce de leche para ti.

—También lo sos, tenés varios matices, la acidez de la limonada en verano, el picor de una galleta de jengibre en Navidad, la sensación agradable de un chocolate caliente en invierno y la dulzura de un dulce de leche.

—Qué poética que estás esta noche, no quiero quedarme corto de empalagamiento entonces —ambos rieron—, lo mío es más básico, solo puedo decirte que eres como el algodón de azúcar, pero también tienes la acidez de un pickle —declaró y Morela estalló de la risa—. Tienes esa chispa de las bengalas estrellitas navideñas que me encanta y necesito tener en mi vida —le confesó estrechándola más contra su cuerpo.

—Bueno, la declaración de amor me gustó eh, no fue tan básica como dijiste. Te amo, Jereth.

—Yo te amo también, Morela y sabiendo eso, no sería nada malo que vivamos juntos porque prácticamente durante todo este mes estuvimos juntos casi las 24 horas, todos los días.

—Es verdad —le dijo dándose cuenta de eso y abriendo más los ojos estando sorprendida.

—Entonces, ¿intentamos vivir juntos?

—Intentemos vivir juntos —lo miró a los ojos y le regaló una sonrisa.

Jereth se inclinó a su rostro para besarle los labios, Morela pasó los brazos alrededor del cuello masculino y continuaron besándose bajo un cielo estrellado que era iluminado por el brillo de los fuegos artificiales y mientras sentían la cálida brisa nocturna. 


✨🎄✨🎄✨🎄✨🎄✨🎄✨🎄✨🎄

¡Hola, pronto subiré dos extras de la historia! Espero que les siga gustando 💜🦋🍁✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro