CAPITULO 8

Mis amigas, todo por ellas.

Cuando desperté en mi habitación, está estaba reparada, se acuerdan que les conté de esa vez donde unos Quiróptero la destruyeron bueno, en fin. Solo habían pasado unas horas y nunca me levantaba antes de las veinticuatro horas, así que creí que estaba haciéndome más fuerte pero para luchar contra mi padre debía de evitar quedar inconsciente. Decidí ponerme de pie y me di cuenta que esta bien como aquel día en lo de Saya.

Antes de salir busque una caja que tenia guardada en mi repisa, en ella tenia guardado todo lo que en algún momento de mi vida había escrito; era mi tesoro más preciado; y quería que saliera de esa casa, que se alejara de mi, tome la caja y salí de mi habitación.

Cuando fui a la cocina descubrí, por una gran ventana que esta en lo alto, que era de noche, al mirar en la mesa estaban mis amigas y mis padres, estaban allí sentados con caras procuradas, al verme las cambiaron y se dirigieron hacía mi para darnos un gran abrazo, luego nos fuimos a sentar; no quise hablar mucho pero ellos tampoco tenían muchas ganas así que nos quedamos en silencio un tiempo. Luego de un rato comencé a sentir hambre, y como si nada mi madre se para diciendo:

_Vamos, me pondré a cocinar, chicas se quedan a comer...

_Claro porque no...-dijeron al unisono.

_Bien... Serena porque no te das un baño mientras termino.

_Ok... tengan cuidado volveré en seguida, ah...- dije poniendo la caja en la mesa, todos la miraron con curiosidad, nadie había preguntado por ella incluso en ese momento- esto quiero que lo tengan y que lo cuiden por mi- dije hacía las chica- se que yo no puedo, dentro hay canciones y obras que he hecho en teatro o en comedia y lo mas importante cosas que he escrito estos últimos años hay un par que están incompletas pero no las puedo cuidar- ellas asintieron y me fui a bañar dejándolos a todos en la cocina, antes de irme observe como ella empezaban a revisar la caja y su contenido.

 Luego del baño me sentía tan bien, renovada y hasta feliz, pero parecía que el universo quería todo el tiempo arruinarme, y quitarme la poca felicidad que podía sentir. Pues cuando estaba por acabar de cambiarme y ponerme las zapatillas escucho unos gritos y salí corriendo, al llegar a la cocina vi a una criatura, está tenia forma humana pero media como tres metros de alto, con un tez negra como el carbón y cinco pares de tentáculos salían de su espalda; en ocho de ellos tenían a mis padres y a mis amigas, aun le quedaba un par de tentáculo para mi. Sin pensarlo dos veces y sin temer a las consecuencias saque las espadas de sus vainas y me lance al ataque, pero aun con sus tres metros de alto era más rápido que yo incluso con mis padre y amigas sobre él. Trate de todo ir directo a su cuerpo, a lo tentáculos, pero nada ellos parecían tener vida propia. Y entonces dijo:

_Ríndete las fichas están a mi favor- dijo confiado.

_No si están ellos de por medio- dije seria.

_Entonces- vi sus ojos brillar y sonrío con malicia- si los dejo vendrás conmigo.

_Tan desesperado estas- dije altanera.

_Tal vez... Si... algo...-dijo rápido.

_Bueno pero no seas tan obvio, por favor- dije burlona.

_¿Vendrás o no? Sabes no quiero ir con tu padre con las manos vacías-dijo molesto.

_Si, pero a mi padre lo tienes allí- vi la cara de todos, creo que mis padres ya sabían que yo sabia la verdad, pero ellas no tenían ni idea y yo solo quería avanzar con cautela.

 _Sabes a que me refiero- asentí- ¿Entonces tenemos un trato?

_Si- Estrechamos las manos y los soltó uno por uno, mientras yo bajaba la espada, me quitaba el arco y el carcaj y por ultimo el sable; entonces me dirigí hacía el muy lento, ellos estaban molestos, pero yo aun más, odiaba que todos quisieran algo de mi y que ellos quedaran en el medio. Cuando estuve frente a él, pare y dije:

 _¿Ahora que hacemos...?

_Ahora nos vámonos- él giro para abrir un portal y yo saque una daga y se la clave, mientras se la sacaba para que todo se tiñera del rojo de su sangre, y con ambas dagas en mis manos, le corte sus tentáculos; luego cuando estaba débil como una muñeca de porcelana le dije:

_Primero nunca me des la espalda, y siempre que hagas un juramento, has lo por él río Estigia-río de la mitología griega que desemboca en el inframundo; el juramento que se haga por este sera inquebrantable.

 Luego que se marcho, como rata que se escapa de un barco que se esta hundiendo, tome mis armas guardándolas en su lugar y fui a mi cuarto me arme una mochila con un par de mudas de ropa y mi computadora, deje mi teléfono sobre la cama con una carta que decía “No creo volver, aunque logre acabar con esto no soy la misma y me duele ver que no han cambiado, los adoro, acaben este año con mucha alegría, gracias por cuidarme y protegerme, tengan cuidado, siempre serán la razón de mi lucha, los amo, HASTA SIEMPRE, Serena” y salí. Pero no me permitieron irme sin explicación, sin una buena excusa.

_Debo irme-dije.

_¿Por?- dijo mi madre.

_Porque los estoy poniendo en peligro… y...

_No nos molesta- dijo Patry interrumpiéndome.

_A mí si no puedo protegerlos, al mundo, si ni siquiera me puedo cuidar a mi misma.

_¿Pero…?- Elian parecía confundida.

_Sh... basta, me voy...-entonces me gire para irme y Patry me detuvo.

_Espera, Elian...- ella asintió y se acerco con unas hojas en la mano- termínalas-dijo Patry.

_Sabemos que tienes mucho que hacer pero, tu siempre encontrabas donde escribir y la inspiración justa, y...- dijo Elian, entonces sacaron un cuadernillo cada una y me lo entregaron, los tome- recuérdanos cuando escribas...

 _Cuídate....- dijo Patry- y vive, queremos leerlas-volví a asentir y las abrace, sabia que debía vivir y eso era por ellas nada más existía para mi. Aun así no quería volver, seguiría creciendo y cambiando en lo que quedaba de mi camino, dudaba poder volver o querer volver, pero no dije nada y salí corriendo de la casa, de la ciudad. cuando estuve fuera apareció un portal, y sin pensar entre.

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