CAPITULO 1

¿El fin de mi vida normal? ¿Qué es lo normal?

Yo era una persona común, estudiaba poco, sabia mucho, no era ni linda ni fea, tenia el cabello oscuro, con algunas ondas y muy largo, era un poco alta como un metro setenta, ojos azules, común con todas las letras. A la que le gustaban los animes, la cual sentía interés en las mitologías griega, romana y egipcia, pero también me encantaba el arte, escribir, actuar y bailar.. Pero todo iba a cambiar ese día.

Un día cuando iba caminando por la calle, unos monstruos me atacaron, unos seres horripilantes, imposibles de describir. Imagina la cosa mas fea y multiplícala por 10 y tenemos el resultado, en ese instante creía que me iba a morir, vi pasar ante mi, mi corta vida y antes de ver pasar el final, justo apareció un hombre alto de pelo rubio, ojos verdes, vestido con un traje blanco y una sonrisa llena de confianza. En ese entonces me salvo vida, a decir verdad no estoy muy segura de lo que paso en ese momento. Cuando desperté estaba en brazos del ese hombre y no podía decir una palabra, cuando hable solo dije "¿Quién sos?", pero el no contesto solo dijo que volviera a casa, luego se fue.

Cuando llegue a casa me sentía cansada, pesada y sin ánimos de nada; así que solo me bañe y me acosté, no podía parar pensar en otra cosa que no fuera aquel hombre o esos criaturas, sabia que los conocía, pero no sabia de donde ni porque.

Los días siguientes empecé a creer que había sido un sueño o una alucinación, ya que nada había pasado luego de aquel ataque, Pero eso no duro mucho. Pues esa tarde cuando estaba con mis amigas en la plaza otros monstruos nos atacaron. Estos fueron directo hacia ellas, con la firme intención, creo yo, de alimentarse, en ese momento entre en shock, no sabia que hacer estaba desorienta, desesperada, y cuando estaba a punto de perder la cordura el hombre del traje blanco apareció, pero esta ves el me entrego un sable, al mismo se sentía ligero en mis manos, como si fuera una parte de mi, además de que se veía familiar, luego de examinarlo supe que hacer, como si toda mi vida lo hubiese tenido, entonces lo desvaine, con toda la agilidad de una experta, me corte con el para que mi sangre recorriera el mismo y luego ataque, con una habilidad solo vista en ficciones e incluso mayor, y en eso me puse en blanco, deje de pensar, deje que el cuerpo actuara por inercia propia. Hasta que mi cuerpo dejo que mi cabeza tome el control pude ver el resultado, junto a mis amigas estaban los cadáveres de los monstruos, ellas estaban paralizadas, junto a mi estaba aquel hombre que había salvado mi vida en dos ocasiones, en mi mano aquel sable cubierto de sangre y por fin pude reconoces como quien no quiere la cosa, todo lo que estaba pasando los monstruos, el hombre, todo incluso el sable habían salido de un anime, llamado Blood+, uno que había mirado de pequeña donde las protagonistas eran dos hermanas llamadas Saya y Diva divididas al nacer, ambas tratadas de manera muy distintas, Saya tratada como una persona normal y a Diva como si fuera un conejillo de indias. No recuerdo bien porque luchaban entre ellas, solo se que eran acompañadas por sus caballeros los cuales las cuidaban; este hombre del traje blanco era Salomón Goldsmith, él había sido uno de los caballero de Diva que se enamoro de Saya y supuestamente también muere por ella; lo que me dio la idea de que esto estaba ocurriendo sin importar la historia original; aquellos monstruos eran Quirópteros, criaturas creadas de la sangre de Diva.

Por alguna razón no me molestaba, no me inquietaba, no me preocupaba, ni me daba miedo, estaba tranquila, en calma como las costas de una isla después de un tsunami, aun así lo que me procuraba era la presencia de mis amiga allí; no solo me preocupaba, me enloquecía. No sabia que hacer estaba perdida, mire a Salomón en buscas de respuestas, que nunca hallaría y menos allí; pero él solo me miro sin decir nada, me quede perdida en sus ojos verdes, como en un transe, luego reaccione, gracias al sonido de las sirenas y preocupada por lo ocurrido, amague para irme con ellas pero en eso Salomón me tomo y negó con la cabeza, supe que debíamos irnos, trate de negarme pero en el fondo sabia que era lo mejor. Los Quirópteros ya eran cenizas, las chicas fácilmente podrían decir que estaban paralizadas por un intento de robo o algo así y no porque unos monstruos salidos solo de las peores pesadillas las había atacado, ah y sin olvidar el hecho de que su "amiga" los había matado con un sables, eso también era parte de ello, creía que el estar allí las pondría tensas, sabia que se las arreglarían de alguna forma, sabia que les iría bien solas.

Mientras la gente se juntaba en la calle Salomón me llevo hasta el techo de uno de los edificios mas cercanos. Teniendo en cuenta que es una ciudad era pequeña no había mucho que elegir, pero como estábamos en la plaza principal, teníamos uno lo suficientemente alto.

Allí me arme de valor y le pregunte que estaba pasando, no estaba segura de saber si quería la verdad pero la necesitaba. Él se acerco al borde del techo para ver lo que sucedía, me miro y dijo:

_Causan muchos problemas, ¿No lo crees?- y me dedico aquella sonrisa, que podía calmar hasta al animal mas salvaje.

_ Mas no son los únicos, creo- contraataque.

_ Hablando de tus amigas, creo que se las ingeniaron bien...

_ Los humanos lo hacemos... es parte de nuestro ser, mentir, engañar, traicionar... somos criaturas despreciables cuando queremos....

_ No te incluyas tan a la ligera-dijo enojado.

_ Importa... pero creo que te estas yendo de tema... debes contarme que esta pasando.

_ ¿Y ellas?

_ Estarán bien...

_ Como quieras...- comento todo lo ocurrido, dijo que él y los Quirópteros, si habían salido de ese anime, que yo debía salvar a mi mundo.

_¿Qué?- Esta vez la que quedo paralizada fui yo, no podía terminar de entender nada.

_Si como te dije- pero para esto él no me miro solo estaba fascinado mirando hacia abajo como todos se dispersaba y todos comenzaban a actuar en calma como si nada hubiera pasado-Que rápido se les van las cosas a los humanos.

_No les importa están cada uno metido en sus vidas, aunque si les gusta aparentar y entrometerse, pero nunca sacan sus rostros a la luz, viven tras una mascara constante.

_ Lo ves, no eres del todo igual...- contraataco.

_ Tal vez, tu crees eso pero además de las mascaras que te di a conocer cada persona tiene su propia mascara la que muestra al resto para no ser igual, para destacar o para simplemente para pasar desapercibido... ¿No lo crees?

_ Tal vez... ¿Cual es la tuya en ese aspecto?

_La mía...- lo pensé unos instantes y respondí- yo, no lo se... diría que soy una sabelotodo con mal carácter. Mi mascara se rompió y ahora... simplemente sigo caminado, por el solo hecho del temor a parar.

_ No lo creo tan así... ellas... ¿Qué hay de ellas...?

_ ¿Qué hay con que?

_ ¿Qué son... para ti y que sos para ellas?

_ No lo se, están ahora pero mañana no se...- largue un suspiro.

_ Los humanos son así cambiantes, e inconstante...

_Lo se...- dije en un suspiro- les importan hoy, mañana no...

_¿Como logras adaptarte a esto?... se nota que eso no te agrada.

_Cambio como lo hacen, ellos me usan, se burlan de mi y les sigo el juego; ellos no entienden como pienso... admito que no soy precisa, y que soy muy retorcida; que mi humor cambia, que me molestan varias cosas... pero también se lo que duran las relaciones humanas. Y que nada es constante, que nada es seguro todo es relativo. Y que a todos nos llega y todos acabaremos iguales, así que no me importa solo quiero avanzar, no sirve de nada llorar por lo que no se puede cambiar.

_ Lo entiendo, veo que eres toda una poeta...

_ Me gusta...- dirigió su mirada hacia abajo y vio que no había nadie.

_ Muy bien vamos... debes descansar, toma- dijo dándome el sable- sera lo mejor.

_¿Cuando lo tomaste?

_Cuando lo dejaste caer allí abajo, ahora vamos.

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Les dejo el primer cap de mi pequeña historia no se olviden de comentar y votar....