El sonido de la alarma trajo de vuelta a Izzy desde el mundo de los sueños, previniéndole de que sus padres llegarían en breve y debía tener sus cosas preparadas para irse al viaje a la montaña que tanto habían estado esperando los tres. Izzy levantó la cabeza de la mesa y miró su portátil, otra vez se había dormido mientras investigaba, ojalá se hiciera ya adulto para que le pudiera gustar el café igual que a su padre y que estas cosas no le pasaran, ahora debería dejar la investigación a medias porque en la montaña no había conexión posible a la red.

Se levantó para revisar por última vez que no le faltaba nada en la maleta antes de cerrarla y vestirse mientras se frotaba los ojos intentando pensar con claridad a través de la neblina de quien acaba de despertar y sigue un poco dormido.

Estaba cerrando ya la maleta cuando el conocido sonido de un mail entrante llenó la habitación, así que terminó de cerrarla y la colocó en la puerta de la habitación antes de dirigirse al escritorio para revisar el correo. Cuando leyó quién le enviaba el mail volvió a frotarse con fuerza los ojos, llevaba dos años sin tener noticias de esa persona. Acercó su silla y se sentó en ella para leer mejor el mensaje:

Para: Koushiro Izumi

De: Gennai

Izzy, hace mucho tiempo que no me pongo en contacto con vosotros. Amenaza en el Mundo Digital. Reúne a los demás niños. Contactaré con vosotros a las 5:00pm hora de Tokio. Todos bien. Necesitamos que volváis.

Gennai.

No podía ser verdad, después de tanto tiempo volvían a ser llamados:

Necesitamos que volváis.

Miró la hora que marcaba el reloj de su ordenador: 4:02 pm, tenían una hora. Sin perder ni un segundo fue al salón y agarró el teléfono fijo; uno a uno fue llamando a las casas de los otros seis niños elegidos que vivían en Japón y cuando terminó volvió al escritorio para enviar un mensaje a la elegida que se había mudado a los Estados Unidos.

Sora, Matt y Tai estaban entrando en la casa de la chica entre risas dispuestos a pasar una tarde tranquila con una película y un buen bol de palomitas cerca cuando escucharon un nombre conocido en la boca de la señora Takenouchi.

-Claro Izzy, en cuanto vuelva a casa le digo que vaya, no te preocupes. Un beso.

Su madre colgó el teléfono justo cuando los tres jóvenes entraban en el salón de la casa mirándola con una pregunta dibujada en la cara.

-Oh, hola niños, no os he oído entrar. Sora ha llamado vuestro amigo Izzy dice que necesita que vayáis a su casa urgentemente, algo de un tal Gennai. No se a que se podría referir pero parecía preocupado y dijo que vosotros lo entenderíais.

La señora Takenouchi se quedó mirando a su hija y a sus amigos esperando alguna explicación o algún atisbo de que lo hubieran entendido. Por su parte los tres jóvenes se miraron a los ojos entendiendo sin palabras todo lo que implicaba el nombre de Gennai, tenían que correr lo más rápido que pudieran a casa de Izzy. Apenas un par de palabras de disculpa y el nombre de Izzy quedaron suspendidas en el aire que rodeaba a la madre de Sora mientras la puerta de su casa se cerraba tras los elegidos.

Joe estaba sentado en su escritorio enfrascado en intentar aprender decenas de fórmulas químicas que necesitaría en un exámen próximo, cuando unos suaves golpecitos en la puerta le hicieron levantar la vista de sus apuntes. Ante la voz de su hijo, la madre de Joe abrió la puerta mientras sujetaba el teléfono fijo en la mano.

-Tu amigo Izzy, dice que necesita hablar contigo.- Ante la cara de confusión de su hijo añadió mientras miraba sucesivamente a Joe y al teléfono- Parece urgente.

Tras esta última frase Joe consiguió reaccionar y dejar de lado la fórmula química del ácido sulfúrico para centrarse en coger el teléfono y responder. Al otro lado Izzy parecía acelerado y le pedía que corriera a su casa. Joe no estaba especialmente convencido en salir y dejar su tarde de estudios a medias, pero en cuanto oyó el nombre de Gennai su corazón se aceleró, dijo a Izzy que correría y colgó el teléfono.

-Gomamon, espero que estés bien.

Se puso su americana azul y salió corriendo de la habitación.

Tai y Sora iban corriendo mano a mano por la calle seguidos por Matt a toda la velocidad que sus piernas les permitían cuando, de pronto Tai se paró casi en seco y los otros dos elegidos, al verle, se pararon un par de metros delante de él.

-Tai, ¿que ocurre?- Con la voz entrecortada e intentando no hiperventilar Sora tenía las manos en las rodillas y miraba a Tai completamente confusa.

-No me creo que el futbolista estrella se canse tan pronto de correr- se burló Matt intentando recuperar la respiración y tocándose el pecho para asegurarse de que su corazón no salía de ahí.

-No es eso listillo, Kari había quedado esta tarde con Tk en Tokio para hacer unas compras, si Izzy está llamándonos a casa...

-No podrán venir porque no sabrán nada hasta que vuelvan de comprar.- dijo Sora mientras se erguía y miraba a los chicos dándose cuenta del tiempo que perderían si iban a Tokio a buscar a Tk y Kari.

-Y siendo ellos puede que sea tarde...- Completó Matt mientras metía su mano en el bolsillo derecho del pantalón y sacaba un móvil de él.

-¿A quién estás llamando?

- A Tk, espero que no se haya dejado el móvil en casa o se le haya apagado, no se acostumbra a tener uno.

-¿Tiene ya un teléfono móvil? ¿En serio?- Tai no salía de su asombro, él había conseguido el suyo ese mismo año en su cumpleaños y Tk era tres años menor que él.

- Vive solo con mi madre y ella trabaja todo el día, piénsalo Tai, no es tan complicado. ¿Tk? ¿Esta Kari contigo?

-Si, estamos dando una vuelta por el centro, ¿por qué? Vale hermano, cogemos el primer tren que pase. Sí, ahora nos vemos.- Tk colgó el teléfono y se giró hacia Kari con una clara aceleración en su tono.- Izzy ha estado hablando con Gennai y quiere vernos ya en su casa.

La alegría y la excitación iluminaron la cara de la niña- ¿Crees que podremos volver al Mundo Digimon?

-No lo se, pero espero que si Izzy ha podido hablar con Gennai nosotros podamos ver a Patamon y a Gatomon. Vamos.- Y con toda la energía extra que le daba esa idea agarró la mano de su amiga y los dos salieron corriendo entre la gente que abarrotaba la calle en dirección a la estación.

Izzy levantó la mirada del ordenador y empezó a calcular, en Estados Unidos eran las 3:35 am, por lo que Mimi vería su correo en aproximadamente seis horas, tiempo suficiente para ir todos al Mundo Digital y abrirle de nuevo la puerta desde allí para ayudar a Gennai con lo que quiera que se hubiera descolocado entre los mundos. Seguía pensando en esto cuando el timbre de su casa sonó.

Cuando abrió la puerta se encontró con cuatro de sus amigos apoyados en varios sitios entre la pared, el quicio de la puerta y la barandilla que había delante de la misma, intentando recuperar la respiración y las caras tan rojas que podría suponer que sus compañeros elegidos se estaban transformando en tomates. Después de dejarles pasar les explicó lo que ponía el mail de Gennai mientras terminaban de relajarse en el sofá y con un vaso de agua fría en la mano que a Tai tuvo que rellenarle un par de veces.

Cuando ya parecía que los cuatro elegidos mayores podían volver a andar y volvían a tener su tono normal de piel, pasaron a la habitación de Izzy para estar preparados cuando Gennai llamara.

-¿No deberíamos esperar a Tk y a Kari? Deberían estar presentes.- Dijo Sora mientras se levantaba con los demás para ir a la habitación.

-Si... Deberíamos esperar a que lleguen por si tenemos que ir al Mundo Digimon, no pueden quedarse atrás.

-Tranquilos chicos, seguro que están a punto de llegar, si hablamos con Gennai algo importante se lo contamos mientras esperamos a Mimi y listo, ¿verdad Izzy?

Cuando este no respondió Tai lo buscó con la mirada y se dio cuenta que solo él, Joe y Sora quedaban en el salón de la casa, así que estos últimos dos se resignaron y los tres juntos se metieron en la habitación.

-¿Y esta maleta Izzy? -Dijo Joe dejando la maleta cerrada en una esquina. Al mismo tiempo que Sora y Tai se sentaban rápidamente en el hueco que había dejado la susodicha, dejando a Joe un pequeño espacio a los pies de la cama, justo detrás de la silla en la que estaba sentado Izzy, dándoles la espalda a sus cuatro amigos.

Sin despegar los ojos de la pantalla les explicó que se iba de viaje con sus padres esa tarde, pero que tras el mail de Gennai les dijo que se fueran sin él al viaje, volverían para el lunes siguiente.

Joe y Sora se miraron el uno al otro y luego miraron a Izzy, era preocupante la facilidad con la que había renunciado a un viaje que sabían que habría estado esperando desde que lo planeara con sus padres, ¿sabía algo que no les había contado?

Quince minutos después los siete elegidos habían vuelto al Mundo Digital y abrazaban a sus amigos digimon, pero el reencuentro estaba teñido por la preocupación de los niños y Gennai. A la espera de que la octava elegida se despertara y se uniera a ellos para hacer un grandísimo sacrificio que los cambiaría a todos para siempre.