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Nuevos Inicios


Dazai observaba la marca en el antebrazo de su acompañante.

Cada semicírculo presentaba el enrojecimiento y la hinchazón característicos de las hendiduras creadas por una dentadura.

Podía ver como pequeños hilos de sangre aun brotaban de la mordida que el mismo le había propiciado al menor y estaba completamente seguro de que si se quedaba observando detenidamente la herida también podría ver como milímetro a milímetro la blanca piel se regeneraría hasta quedar sin marca alguna.

Otra vez se preguntaba si el proceso de recuperación del tigre era tan incómodo como lo era para él, esperaba que al ser la habilidad nata de Atsushi este no tuviera que pasar por dolor o incomodidad al usarla.

De lo que si estaba seguro es que lo agotaba bastante por lo que el sentimiento de culpa volvía a invadirlo.

Odiaba tener que usar la habilidad de su pequeño tigre, pero era eso o desangrarse. Y su pequeño tigre era capaz de causarse heridas más severas hasta obligarlo a ingerir su sangre.

Con cuidado limpio las manchas de tono carmesí y lo ayudo a colocarse la oscura camisa correctamente. Debían cubrir la zona de la herida y cualquier rastro de ella para que nadie la notara.

Aunque era difícil que descubrieran lo que esa herida significaba, sin presenciar el momento en la que se la realizo, era necesario tomar todas las precauciones posibles.

Si alguien más se enteraba de que la habilidad curativa del tigre lunar podía ser compartida a través de una infusión de sangre, Atsushi sería el objetivo de nuevos pedidos de captura.

 No podía permitir eso ya que si alguno de esos "cazadores" lograra capturarlo lo haría pasar por un infierno peor que el que ya había vivido.

Una vez que los dos estuvieron arreglados y que las heridas de ambos habían mejorado considerablemente emprendieron el regreso a su hogar sin prestar atención a los cuerpos que estaban desparramados en la parte más oscura del callejón, después de todo en la mañana dejarían de ser su problema y si se demoraban mucho más la pequeña kyouka (como gustaba de llamarla solo por molestar) empezaría a preocuparse.

Seguramente la pelinegra los estaría esperando con el baño listo y algún bocadillo para que degustasen antes de irse a dormir.

 Esa niña era tan testaruda como su peligris por lo que estaba seguro que a fuerza de voluntad se debe estar esforzando para no caer dormida y así poder recibirlos a ambos.

Era extraño, desde que tiene memoria había buscado acabar con su vida, pero desde hace un par de años esa intención se había visto reducida. 

No podía negar que ese impulso de autodestrucción seguía latente en su interior, pero cada vez se hacía un poquito menos intenso.

Mentiría al afirmar que seguramente en un futuro sus ideas suicidas desaparecerían por completo, es muy consciente de que las tiene terriblemente arraigadas en su personalidad, pero ahora había otras cosas que las apaciguaban un poco.

En varias oportunidades se encontró posponiendo algunos de sus intentos de viajar al otro mundo, y cada una de esas veces el peligris que iba a su lado había sido parte fundamental de esa dilatación.

Un mensaje de buenos días, un pedido de ayuda, la promesa de una comida casera, o el regaño por dejar trabajo sin terminar, así fue como empezaron las disuasiones.

 Luego fueron los encargos en conjunto y las misiones. 

Poco a poco empezaron los paseos, las conversaciones sin sentido, le siguieron las bromas, los abrazos, los besos hasta que finalmente llegaron a compartir las noches y recibir los amaneceres en los brazos del otro.

Poco a poco empezó a disfrutar de la sensación de calidez cada vez que le sonríe.

 La diversión al ver la vergüenza pintándole la cara por alguno de sus comentarios no tan inocentes. El alivio al recibir un "bienvenido a casa", a veces solo del peligris, otras de la pelinegra y otras, las más especiales en su opinión, de un sincronizado dueto de voces proporcionado por ambos.

Ahora podía decir que no estaba solo, que tenía una familia y se aseguraría de que eso siguiera así a cualquier precio.

Por eso no lo pensó dos veces cuando escucho que el tigre dejaría la agencia, que se iría incluso del país si con eso lograba reducir los conflictos.

A sus colegas no les había sorprendido que la ex asesina armara su equipaje de inmediato para seguirle, pero si quedaron en shock cuando él mismo les dijo que también recorrería caminos con Atsushi.

Solo dos de sus colegas conocían los fuertes sentimientos tras su decisión, uno era Rampo (quien fue el que le comunico los planes de Atsushi pues no quería que los dos jóvenes, a los que veía como sus hermanos menores, se aventuraran por el mundo solos) y Yosano (quien prácticamente se había convertido en la confidente, organizadora y encubridora de citas de la pareja).

El día en que finalmente se despidieron de la agencia ese par se mostraba más que satisfecho de ver al trió emprender un nuevo camino juntos.

Desde entonces han estado viajando, cruzando ciudades y países. Cambiando sus nombres y apariencia. Pero desafortunadamente los seguían encontrando.

Esta noche tendrían que volver a hacer las maletas, dormir un par de horas y antes de que el sol saliera partir nuevamente, quizás ya era hora de cambiar de continente.

El que Atsushi se convirtiera en el único guardián de la ubicación del libro era una carga pesada. Más aun cuando de alguna manera la información se filtró (hasta el día de hoy no pudieron averiguar quien fue la persona que lo averiguo y distribuyo el dato) por lo que no les quedo más opción que salir de Yokohama.

Ya sería un año desde que dejaron su ciudad y perdió la cuenta de cuantos mercenarios habían enfrentado o cuantas veces se habían mudado y aun así las confrontaciones los seguían encontrando.

Tal y como pensó el pequeño departamento que los albergaba estaba con las luces encendidas.

Apenas cruzaron la puerta la pelinegra se les abalanzo aprisionándolos en un abrazo mientras el tan relajante bienvenidos a casa escapaba de los labios de la menor.

 Disimuladamente el castaño miro alrededor encontrando ya algunas maletas acomodadas en un rincón. Un par de platos con bolas de arroz y un trió de tazas junto a un termo bien acomodados en la mesa del centro. Sin poder ni querer evitarlo una sonrisa le curvo los labios.

Al separarse la jovencita le tomo las manos a ambos para acomodarlos junto a la mesa.

-la pequeña Kyouka chan como siempre es tan atenta- y su sonrisa creció un poco más al ver como inflaba los cachetes ante la molestia por el adjetivo.

- que ya no soy una niña- contesto enojada y solo desvió la mirada del suicida cuando escucho al peligris intentar disimular su risa.

-ya tuvimos esta discusión Kyouka chan de los tres eres la menor así que es imposible que no te veamos como la pequeña de la familia- la menor odiaba cuando era el tigre quien justificaba y defendía ese tonto calificativo ya que a él no podía discutirle casi nada, resignada a su derrota momentánea prefirió cambiar de tema

-dejando de lado que van a seguir tratándome como a una bebita, ya hice mi maleta y comencé a guardar sus cosas. Solo deje algunos cambios de ropa, ademas el baño ya está listo- todo lo dijo mientras repartía las bolas de arroz y servía el té caliente.

Los dos mayores se sonrieron ante la actitud de la menor y prefirieron seguirle la corriente.

-muchas gracias Kyouka chan. Atsushi kun mejor entra primero al baño yo voy a preparar todo lo del viaje.

El tigre solo asintió con la cabeza mientras terminaba de comer. Solo les tomo un par de horas asearse arreglarse y terminar de empacar.

No necesitaban hablar mucho para entender lo que debían hacer.

A diferencia de las veces anteriores no esperaron a la salida del sol, sino que el astro los encontró a los tres muy cómodos en los asientos de un avión. Los dos más jóvenes ya sumergidos en el mundo de los sueños mientras el suicida está haciendo los arreglos para su nueva vivienda además de buscar un buen curso acelerado de italiano. Después de todo alguno de los tres debía poder comunicarse cuando llegaran a su destino. 



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sigo viva aunque algo triste porque el finde tuve que decir adios a mi compañera perruna(casi 17 años juntas) y por eso no pude hacer nada para el dazatsu day(fue ayer😥)pero al menos logre limpiar este pequeño one shot que lleva un par de años juntando polvo y la discusiones sobre los últimos capítulos del manga me hizo recordar.

espero que sea de su agrado tratare de retomar mis borradores y crear nuevas historias.

muchas gracias a todos los que me tienen paciencia y siguen mis publicaciones.🥰

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