Sentía que me estaba despertando en un lugar acolchado, no era el despacho de Sev, tampoco la mansión de Malfoy padre, ¿Hogwarts? No, era mucho más cómodo que mi cama de todos los días, intente abrir los ojos un par de veces, veía colores muy alegres y había muchos rostros mirándome, intente abrir los ojos muchas más veces, creo que como la décima vez logre abrirlos por completo. 

—¡Ah!— Grité de repente —¡Son muchos yo!—.

Delante mío había seis personas igualitas a mi pero con distintas ropas y la habitación parecía un circo, de colores amarrillo, rojo, violeta hasta blanco y gris, las seis personas que se parecían a mí, me tenían rodeado y cuando me levanté de golpe de lo que parecía ser un muy cómodo sillón todos los Harrys se alejaron muy rápido. 

—¿Será otra conciencia?— Preguntó uno de los Harry, este estaba vestido con mucha ropa de invierno y hablaba bajito. 

—No, la última apareció hace trece años y aún no se va, ¿tal vez es otra personalidad?— Pregunto casi gritando otro de los Harrys. 

—No, se ve pésimo para ser personalidad de algo, ¿tal vez es una nueva emoción o sentimiento?— Este Harry se veía muy intelectual. 

—Para mi solo se equivoco de camino, está muy callado, ¿sabes hablar?— Este Harry se veía muy infantil y estaba vestido como un niño, se acercó mucho a mi rostro para hablarme. 

—Lo que sea, solo espero que no se quede— Dijo otro Harry, este estaba más alejado del grupo y vestía casi en su totalidad de negro —Ya tenemos suficientes con estos cinco que aparecieron de la nada—.

El Harry levante el brazo para señalar al otro lado de la habitación, entonces me percate que en la habitación no sólo estaban estas personas iguales a mi, sino que también había cinco hombres de pelo negro y ojos verdes de tal vez uno veinte años, todos sentados al rededor de una mesa y miraban fijamente para donde me encontraba yo. 

Espera un segundo, y si no estoy delirando por haber absorbido en mi los tres horrocrux al mismo tiempo, estos Tom Riddle's que me miraban eran la conciencia, los recuerdos y los emociones de mi mamá... Entonces, si esos tipos que están sentados ahí son los que estaban en los horrocrux, los Harrys que me rodean.. ¿¡Son yo?... 

—¡¿Ustedes son yo?! ¡¿Son mi alma?! ¡¿Verdad!?— Les grite y comencé a mirar alrededor, todos se veían como yo pero su ropa o forma de actuar eran distintas, mire a los Tom de la mesa y ellos también se ven distintos a pesar de tener el mismo rostro.

—Nosotros somos el alma de Harry James Potter Riddle, quien eres tú, no lo sabemos— Dijo uno de mis yo. 

—¡Ya entendí todo!— Grite —Estoy inconsciente por haber adjuntado el alma de mamá con la mía y al desmayarse termine aquí, mi alma y subconsciente, ¿ustedes son los encargados de este lugar y de que no me vuelva loco?... Gracias por su trabajo, de hecho, están haciendo un magnífico trabajo—.

—¿Estará loco?— Escuche decir a uno de mis yo, al que estaba vestido como un niño de circo. —Que yo sepa, ellos no saben de nuestra existencia... ¿Verdad inteligencia?—.

—Eso correcto— Dijo uno de los Harry y se tocaba mucho los lentes para volverlos a poner en la misma posición. 

—Les digo que soy yo, el Harry Potter que los une a todos ustedes— Les volví a decir —Y la verdad es que si podría estar loco, ¿el alma es una mansión que es manejada por un montón de minis yo que todos son distintos entre sí y tienen personalidades distintas, que se encuentran en otro plano astral y que se encargan de que no me vuelva loco? ¿No me digan que no suena a locura?—.

—En realidad no, es justamente como lo estas diciendo, algunas personas consideran esto la cuarta dimensión— Dijo uno de mis Harrys, este estaba en bóxers y tenía una camisa de ¿Sev?... Yo usaba ese camisa después de que tuviéramos sexo en mi habitación. 

—¿Entonces tú, eres el conjunto de nosotros? ¿El que se encuentra en la primera dimensión?— Preguntó el Harry que llevaba ropa de invierno, por lo visto los demás no eran muy conversadores los demás. 

—Si y termine acá por culpa de esos— Y señale a la mesa donde estaban los pedazos de alma de Tom Riddle —Ahora que tengo a cinco de ellos, tengo que devolverlos a su dueño—.

—Eso tiene sentido, aunque yo nos encariñamos con ellos, son muy buena compañía— Dijo uno de los Harrys, esta era la primera vez que hablaba y llevaba ¿una tiara de flores en la cabeza? 

—Pero los tengo que devolver a su dueño, son los pedazos de alma de mamá, no se si ustedes se acuerden de mamá, la que teníamos antes de vivir con Severus y antes de mis últimos veranos con los Dursley— Les dije, después de esto voy a necesitar que alguien me de un golpe en la cabeza, esto era demasiado raro hasta para mi. 

—Los muggle tienen razón en algo, nosotros no estamos desarrollados a esa edad, recién a los tres años aparecen las memorias pero si le preguntas a felicidad, tal vez recuerde algo en concreto— Dijo el otro con los lentes. —¿Felicidad? ¿Algo antes de papá Sev?—.

—Amm... No mucho creo, yo soy el más antiguo aquí pero antes de Sev, me acuerdo a un hombre de cabello negro y lindos ojos redes, un una serpiente creo, o tal vez lo imaginé, no estoy muy seguro— Por lo visto el Harry con los flores en la cabeza ers felicidad. —En estos últimos años no hubo mucha felicidad, este tiempo aumentó bastante pero antes casi nada, y ahora que apareció pasión viven ocupados—.

—¿Pación?— Pregunté, ¿no será amor? 

—Yo soy pasión, me llaman así.— Dijo una de los Harrys, yo lo sabía de algún lado conocía esa camisa, es la camisa de Sev que sacó de su cajón después de hacer el amor — Además representó, el cariño, el amor, el rompimiento, la desdicha y la pasión, ellos me llenan así por que últimamente hay mucha pasión en la vida del verdadero Harry pero antes representaba el cariño entre amigos o familia—.

—Ah, suena muy interesante— Podría pasar hablando durante horas con ellos pero tengo asuntos que atender antes de despertar del desmayo. 

—¿Saben cuanto tiempo pasó en el mundo de verdad?— Pregunté. 

—No, no tenemos forma de saber cómo cambia el tiempo fuera de la mansión pero supongo que van unas horas desde que apareciste en ese sillón— Dijo un Harry inteligente. 

—Lamento ocuparles el lugar, no tardaré mucho, solo quiero hablar con los Tom Riddle de la mesa y me iré enseguida— Les dije. 

—No tenemos problema en que te quedes, hace algunos años que no recibimos a ningún Harry, además de ellos obviamente— Dijo uno de los Harry, es la primera vez que habla y se veía confiado, además de llevar ropa muy elegante. —Ve a hablar con ellos, supongo que deben querer volver a su hogar después de todos estos años fuera de su mansión—.

—¡Gracias!— Grite de golpe y me levanté del sillón para ir a la mesa donde estaban los Tom Riddle. 

—Ustedes hablan tranquilos, yo traeré un poco de té y café, tal vez haya galletitas en la cocina— Dijo el Harry de la ropa de invierno —Ya vuelvo—.

Me acerque a la mesa y ellos me dejaron un lugar apenas me vieron cerca. Uno de ellos se pegó mucho a mi y me agarraban del brazo. 

—Es alegría, está extremadamente feliz de verte hijo— Dijo uno de los Tom —Todos lo estamos, cuando volvamos a la mansión y este en pleno funcionamiento vas a llevarte muchos regaños y lágrimas de felicidad contigo—.

—Gracias, Tom— Respondí, ver muchos de mi mismo era raro, esto era mucho más raro, cinco personas parecidas a Voldemort en su juventud que tenían ganas de abrazarme. —No sé cuánto tiempo tenga antes de que mi conciencia vuelva en sí, cuando Voldemort vuelva a ser Tom Riddle me pueden abrazar y regañar muchísimo, lo espero con ansias—.

—Nosotros también— Dijo uno de los Tom, estaba en una esquina de la mesa y no se dejaba ver mucho. 

—¿Como puedo hacer para devolverlos a Tom Riddle? No se si estan enterados pero el Tom Riddle de ahora y yo, no nos llevamos extremadamente bien que digamos, ni puedo acercarme a él como si nada, tocarlo y transmitir parte de mi alma a él, les aseguró que moriría mucho antes de poder cruzar la puerta— Les dije. 

—Ya tenemos todo resuelto— Dijo el Tom que estaba al frente mío, los dos que tenía a mi costado me abrazaban y estaban muy pegados a mi. — El último pedazo de alma que queda en Tom Riddle sabe que tiene que hacer cuando te veo, el estuvo guardando fuerzas hace años muchos años, esperando este momento, cuando suceda el sabe que hacer, apenas te veo va a usar la fuerza que estaba guardando para mantener inmóvil a Voldemort hasta que puedas tocarlo, él te dará todo el tiempo que pueda, dudo que sea mucho pues esta algo débil pero debería ser suficiente para tocarlo de piel a piel, transmitirnos a él a través de la magia, cuando lo veas lo vas a entender pero va a tener que ser rápido, no lo olvides, una vez pueda suceder esto ya va a estar todo resuelto, en poco más de unos minutos el volverá a ser el de antes—.

—¿Están seguros que él va a poder? ¿Estuvo congelado mucho miento? Me dijo que le dolía el trasero por estar sentado en ese escritorio por años, ¿seguro que tiene la fuerza para detenerlo?— Pregunté, ¿era normal desconfiar de una presencia así? 

—Esta débil, es cierto pero jamas de dejara solo, es lo contendrá todo el tiempo que puedo, él te dará tiempo y te protegerá Harry, no como nuestro salvador si no como nuestro hijo, cree en nuestra palabra, apenas te vea el actuara, detendrá el cuerpo de Voldemort, confía en tu madre, ¿si, Harry?— Dijo y me tendió su mano, me sentía como en casa. ¿Este era el calor de una familia? 

—Si, si, si— Les dije y le dijo la mano a Tom, cuando algunas lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas. 

—No llores, hijo— Dijo uno de los Tom que estaban a mi lado —Cuando estemos todos juntos vamos a ser muy felices, no te faltará nada, y además quiero que nos presentes a tu novio, el que hace tan feliz a pasión—.

—Lo haré, se los prometo— Les dije y comencé a tener hipo por intentar detener las lágrimas —Y... ¿Dónde lo encuentro? ¿A Voldemort?—.

—Pregúntale a Lucius, él te va a poder contestar mejor que nosotros— Dijo uno de los Tom del medio que habló por primera vez —Te vez feliz, eso nos hace estar contentos—.

—Lo sé, gracias a que me sacaron de los Dursley soy muy feliz, aunque no me acordara antes, me crió un hombre genial— Les dije. 

—Pues les daremos las gracias cuando lo veamos— Dijo el Tom que estaba al otro lado de mi. 

—¿Lo les dijiste los de Sev?— Escuche mi voz y me voltie a ver al Harry que vestía como niño de circo —¡Se van a llevar una sorpresa! ¡Va a ser muy divertido de ver!—.

—Eh... Creo que ya me tengo que ir— Fue lo último que dije antes de desaparecer de la habitación. 

—¡Traje el té!—Dijo un Harry justo cual el verdadero se fue. 

—¡Tarde como siempre tristeza! — Dijo pasión riendo. 

—¡Harry! ¡Harry! ¡Ya casi es hora del toque de queda! ¿Por qué tarda tanto en despertar? ¿Tardó tanto la última vez?— Después de escuchar solo dos voces distintas en tanta gente era lindo escuchar la voz del abuelo, me parecieron días enteros los que hablé con ellos pero solo fueron unas cuantas horas. 

—Creo que está despertando, dejen de gritar— Escuche la voz de Severus. 

—Ya estoy despierto— Dijo, no se escucho muy alto pero si hable. Los tres me miraron y me ayudaron a incorporarme en el sillón, ¿por que nunca era una cama? 

—¿Cómo te fue? ¿O solo estuviste inconsciente?— Preguntó Lucius y creo que me estaba midiendo el pulso con la muñeca. 

—Fui a mi subconsciente y alma y estuve hablando conmigo mismo y con Tom Riddle— Les respondí — El me dijo que solo le tengo que plantar rostro al Señor Oscuro y la poca conciencia que el hombre tiene detendrá su cuerpo hasta que pueda dejarlo inconsciente—.

—¿Y tú crees eso? ¿Puedes confiar en eso?— Pregunto Severus. 

—Si, puedo y lo haré— Le respondí firmemente —Mi mamá me lo dijo, entonces debería de pasar como él me dijo, yo le creo, ahora me iré a dormir por lo que escuche ya casi es el toque de queda y además mañana a primera hora comienza el contraataque, Lucius me voy a entregar a Voldemort, tu avisale que voy a ir con él—.

—¿¡QUE?!— Por primera o era segundo, los tres estaban de acuerdo en algo, eso sonaba increíblemente estúpido. 

—Como escucharon, no veo otro modo de llevar cerca de Voldemort sin que un mortífago me mate en el camino o las protecciones me van desintegrar pero si me entregó en bandeja de plata a él, él mismo va a querer matarme, lo que va a ocasionar que este frente de él, y si un mortífago me va a entregar a el, va a ser el Sr. Malfoy por si algo sale mal, lo van matar a él y no a mi pareja— Explique y me pegue al brazo de Severus. 

—Gracias por su comprensión Sr. Potter— Dijo Lucius —Pero está bien, él me creería más a mi que a Severus, no confía mucho en él que digamos, si te entrego yo él no debería dudar de mi palabra—.

—Todo suena muy bien pero quiero ir con vos, si algo sale mal quiero estar a tu lado para protegerte— Me dijo Sev y no pude habitar darle un beso fugaz. 

—Si me pasa algo y muero, quiero que sigan adelante con otro plan, no quiero que Dumbledore se salga con la suya, tú vas a estar ahí para ver un nuevo mundo para salvar muchas personas inocentes y lo vas a ser con mi presencia o sin ella, ¿entiendes?— Lo miraba con fuego en los ojos. 

—No, no entiendo— Dijo Severus— No quiero un mundo sin ti—.

—Y yo uno sin ti pero la terquedad de un león le gana a las serpientes, te vas a quedar acá con el abuelo y espero que la abuela despierte hoy o mañana, si vuelvo todos juntos derrotaremos a Dumbledore, si no quiero que sigas solo, y fin de la discusión— Le dije, me levanté del sillón y salí de la habitación mucho antes de que pudieran terminar de poner trabas a mi plan. 

—Supongo que iré a ver al Señor Oscuro— Susurro Lucius casi para sí mismo, a pesar de hablar tan libremente de él, le aterraba casi hasta los huesos su presencia. 

—Voy a ir contigo— Dijo firmemente Severus —No me importa que diga Harry, no sería una buena pareja si lo dejara solo, si el pregunta déjame hablar a mi, el plan fue más de mi parte que del tuyo—.

A pesar de que Lucius sabía que tendría que haber dicho que no. No pudo, él no podía solo con la presencia de alguien de la magnitud del Señor Oscuro, era demasiado para un solo hombre. 

—¿Estarán bien?— Pregunto Fleamont mirando a ambos hombres. 

—No tengo idea— Dijo Severus — Puedes guardar los horrocrux en mis habitaciones privadas después va a la mansión a esperar, no te alejes de Euphemia—.

Con esas últimas palabras Severus y Lucius salieron de la habitación por la floo, directo a la mansión Malfoy, ahí cambiaron sus ropas por túnicas lisas negras y las máscaras de mortífagos para después aparecer fuera de los terrenos de Lord Voldemort que en algún momento le pertenecieron a Lucius Malfoy. 

Ambos entraron a la mansión sin problemas, Harry tenía razón, era un lugar infestado de mortífagos con pésimos modales, locos y sedientos de sangre, tal vez algunos bajo hechizos o bloqueos de memoria pero nadie en esa mansión eran buenas personas, ellos incluídos. Entraron a lo que en algún momento fue un hermoso salón de baile y ahora se convirtió en el santuario de Lord Voldemort. 

Las puertas gigantes y de oro se abrieron ante ellos por sí solos para dar paso a un gran pasillo y al final el trono donde se encontraba Voldemort sentado con su serpiente a sus pies. 

—¿Qué razón los trae a mis pies?— La voz de Voldemort era oscura y ronca, tenebrosa es perfecta para describirla. Los dos hombres entendieron rápidamente las palabras y terminando de avanzar por el pasillo se postraron delante de Voldemort para besar el borde de su túnica. Ambos con temor pero sin mostrarlo se levantaron lentamente del suelo y dieron varios pasos para atrás. 

—Le traemos una estupenda noticia, mi señor— Dijo Lucius —La mejor noticia y la única que quiere escuchar. 

—Hablen— Gruño Voldemort y a pesar de que les "prestaba atención" miraba las paredes y el techo del lugar. 

—Es sobre Harry Potter, Mi Lord— Dijo Seveus. 

—Ah— Suspiro Voldemort y los miró fijamente con regocijo — Harry Potter, los escucho—.

En la boca de Voldemort el nombre de Harry fácilmente podría considerarse un grave insulto, su forma de hablar aterraba a ambos hombres delante de él. 

—Junto a Lucius ideamos un plan que dio sus frutos, Mi Lord— Dijo Severus —Engañe al iluso niño para que me creyera su mentón y lo convencí de que usted solo quiere plantearle sus ideales—.

—El niño se creyó todo, el piensa que podrá venir y hablan con usted sin problemas, el piensa que lo hará cambiar de opinión— Dijo Lucius. 

—Mañana mismo lo traeremos a sus pies, mi señor— Dijo Severus —Para que usted pueda cumplir la profecía y lo maté, Mi Lord—.

El lugar se llenó de la risa macabra de Lord Voldemort en pocos segundos y duró lo que pareció horas para los otros dos hombres. 

—¡Magnífico! ¡Magnífico!— Gritaba entre risas Voldemort — ¡Crucio! ¡Crucio! ¡Crucio! ¡Crucio! Por no haberlo hecho antes merecen ser duramente castigados—.

El dolor, la tristeza y la agonía que ambos hombres pasaban eran algo que odiamos pero que por desgracia ya estaban acostumbrados. 

Continuará... 

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Espero que les haya gustado!

El próximo capítulo nos va a presentar un nuevo Voldy, cariñoso y muy maternal. En pocos palabras aterrador!

Nos vemos el próximo viernes!