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Capítulo 8


Aunque estaba pensando justamente eso por lo visto a los 'adultos responsables' no le gusto mi brillante idea, pues en este preciso momento era domingo por la noche y ya había apilado los domino seis veces y los había hecho caer, había comido dos sándwiches de queso y jamón, tomado un vaso de jugo y tres de leche, además de hablar con todos los elfos de la mansión y espiado toda la mansión que pude sin que me perdiera, ese lugar era como un laberinto. 

Pero aún así, el tiempo para recia estancado, los minutos parecían horas, al final ninguno de ellos me dejó ir a ningún lado, todos poniendo excusas, "no puedes usar magia", "no tienes como defenderte", "no sabemos lo que nos espera afuera", mi hijo tiene tu edad y jamás dejaría que te pudieras en riesgo, me recuerdas a Draco", esa era la más estúpida, aún no me caía tan mal Draco últimamente lo último que hacía era parecerme a él. Ya que ninguno me dejó ir con él, terminé encerrado en la mansión, sin poder siquiera sacar un pie al jardín, " Alguien podría verte" Fue lo único que puso el Sr. Malfoy como excusa. 

Ya había pasado algo así como seis o siete horas y ninguno había vuelto, y ¿si estaban muertos?, tal vez el abuelo tenía razón y tuvimos que haber pedido ayuda a más personas como Narcissa o Remus. No lo sabía realmente pero de algo estaba seguro, no están en la mansión. 

Al final habíamos acordado que apenas encuentren el horrocrux lo guardaran en una caja mágica sin fondo que nos proporcionó el Sr. Malfoy, y que bajo ninguna circunstancia intentarán destruirlos y que tampoco los tocarán más de unos cuando segundos para guardarlos en la caja. 

Mientras me sentaba a esperar nuevamente en el sillón de la sala comiendo otro sanguche fue cuando escuche el ruido de una aparición. Apenas escuché el ruido me acerqué lo más que pude a la salida para ver a Severus que venía para mi, apenas nos encontramos, no lo deje hablar si no que comencé a besarlo desesperadamente, pensé que había muerto. 

Mientras nos besabamos y Severus cooperaba bastante en la tarea escuche otro ruido de apareció y solté a Severus para darme vuelta, en el medio de la sala estaba el Sr. Malfoy. 

A diferencia de Severus que se veía extremadamente prolijo, el Sr. Malfoy se veía como si hubiera estado escapando de un incendio en las últimas horas. 

—¡Eso debe doler!— Exclame cuando ví que faltaba un pedazo de tela del pantalón de vestir de Lucius y la piel estaba quemada, era una quemadura bastante importante creo, se veía demasiado asqueroso. 

—Ayuda a Lucius a sentarse, yo iré por algunas pociones a las mazmorras de la mansión, no tardaré mucho— Me dijo Severus cerca de mi oído —¡Los dos, presten atención por si aparece Fleamont!—.

Y con esas palabras salió por uno de los múltiples pasillos con los que contaba la sala, aun algo temeroso me acerque a Lucius y entendiendo mis movimientos y dejando de lado su orgullo se agarró de mi hombro para ayudarse a mantenerse de pie y lo ayude a sentarse. 

—¿Alguna otra herida?— Le pregunté, los tres acordaron sin mi, que solo hablarían de los horrocrux cuando estén todos juntos, solo espero que el abuelo esté bien en donde sea que esté. 

—Si, solo es mi pierna— Me dijo el Sr. Malfoy —No esperaba tener que correr de un fuego Infernal desde mi adolescencia que no veía uno, es solo una quemadura de segundo grado, es doloroso pero no es tan importante—.

En pocos segundos volvió Severus, qué rápido se maneja en la casa, yo casi me pierdo ocho veces mientras la recorría. Apenas llegó puso un ungüento en la pierna de Lucius y apesar del dolor que debería sentir la cara del Sr. Malfoy no cambió ni por un segundo, ni siquiera ceño fruncido. 

—¿Ustedes creen que esté bien?— Pregunte, los tres estábamos sentados en el sillón mirando la pared. 

—Si, seguramente— Dijo el Sr. Malfoy —Es un hombre fuerte—.

Estuvimos sentados por media hora más pero ya se hacía tiempo de que volviéramos a Hogwarts, las mentiras no se sostenían para siempre, mis amigos creían que entrenaba con el profesor y les dije que si el director preguntaba por mi, les dijeran que estaba durmiendo, después de todo el entrenamiento súper secreto era un secreto y si les decía a todos el director se enojaria muchísimo conmigo, y por el momento funcionaba pero no sabía por cuando tiempo lo haría. 

—¿Ya nos tenemos que ir?— Le pregunté a Severus mirándolo a los ojos. 

—Si, se nos hace parte— Fue lo único que nos respondió y me pidió que me levante para irnos al colegio, cuando íbamos saliendo el Sr. Malfoy prometió cuidar a Euphemia mientras el abuelo no estuviera para cuidarla, apenas llegamos por la floo de la mansión a su habitación estaba atardeciendo. 

—Ve con tus amigos y pavoneate por ahí, que los profesores y el director te vean como si hubieras dormido toda la tarde, no te veas tan triste y intenta comer algo en la cena, mañana vemos que podemos hacer— Me dijo Severus y me di un pequeño beso en la mejilla. 

—¿Crees que está bien?— Le pregunté. 

—No lo se, enserio no lo sé— Me respondió y me dio otro beso en la frente después me acompañó a la cuarta y son despedimos. 

Hice todo lo que Severus me aconsejó, camine hasta la Sala Común de Gryffindor por el mío de todo la gente, salí un rato con Ron y Hermione a los campos del colegio, cene algo ligero que fuera más que sanguches y me fui a dormir, todo pensando en el abuelo, y si están muerto y era mi culpa por no insistir que lo acompañara. 

Al día siguiente mientras desayunábamos un niño de segundo vino a traerme una nota del director, mientras la leía miraba cuidadosamente a Severus. 

Espero que después del desayuno nos podamos encontrar en mi despacho, la contraseña es Chupa Chups, espero que pueda asistir, tenemos que hablar del futuro del mundo mágico, y el Profesor Snape también estará presente. 

Director, Albus Dumbledore. 

Mire a Severus que estaba ocupado hablando con el director, ¿se habrá enterado? Seguro que él lo sabe y quiere hacer borrón y cuenta nueva con nuestra memoria, ya que tuviéramos una relación sexual y amorosa era demasiado para ocultar pero intentar hacer un complot contra él era mucho más difícil, tenía miedo pero no duró mucho. Severus estaría ahí para protegerme. 

—El director me escribió, me pidió que vaya a su oficina— Les dijo a mis amigos y participó directamente por los pasillos, apenas me levanté del asiento, el director y Severus salieron por la puerta de los profesores. 

Caminé por los pasillos lo más lento que pude, haciendo tiempo y cada vez que me acercaba más al despacho mi paso se ralentizaba. A pesar de que ralentizaba el paso en muy poco tiempo, a mi parecer llegue al despacho más rápido de lo que pensé, entré por la escalera y toque la puerta en solo unos segundos la voz del director me pidió que pase. 

—Buenos días Sr Potter, espero que haya tenido un buen desayuno, ¿le parece sentarse?— Preguntó el director y sin dudarlo y con la cabeza en alto me senté en la silla frente al director, Severus estaba parado a un costado de la habitación y el director en su silla. 

—¿Un caramelo de limón?— Preguntó el director y negué efusivamente con la cabeza, jamás acepte un solo caramelo, nunca me dieron confianza. 

—Estamos acá para hablar de su futuro, quiero que comience oclumancia y legeremancia con el Profesor Snape, él es una de los mejores de estas ramas que tiene la orden y logré que aceptara enseñarle por una temporada, ¿que le parece la idea Harry?— Explicó el director. Yo sabía lo que era oclumancia y legeremancia, ahora que las barreras de mis recuerdos están rotos cada vez más recuerdos de una hermoso infancia llegaron a mi, Severus me había enseñado los principios de la oclumancia y de la legeremancia cuando era un niño. 

Ahora que lo pienso, Madam Poppy jamás encontró indicios de maltrato infantil por que jamás lo sufri, tuve una hermosa infancia, jamás me faltó nada hasta podría decir que me sobraron muchísimas cosas. 

Yo sabía bastante de oclumancia y legeremancia por lo menos lo básico que un muchacho de mi edad necesitaba saber. Pero era justo lo que necesitábamos, una excusa para poder estar solos sin que el director sospechara de nada. 

—¿Me parece una buena idea pero que es oclumancia y legeremancia? ¿Eso me ayudaría a derrotar a Voldemort?—Le pregunté al director, seguir el juego era la mejor idea que había. 

—Podrias mi muchacho— Dijo el director y el Profesor Snape murmuró algo de 'incompetentes muchachos de hoy en día', tuve que morderme la mejilla interna para no sonreír, el Profesor gruño. 

—Es una rama de la magia que actualmente se considera oscura, consistente en cerrar la mente, la Legeremancia es la habilidad de abrir la mente tuya y de otras personas. Se puede impedir el acceso a los pensamientos y a los sentimientos— Respondió Severus, le quedaba muy bien los gruñidos y la voz sarcástica y agradecí que no usara la palabra 'penetrar la mente', el me lo explicó con esas palabras de niño y me rei por semana me acuerdo. 

—Esta habilidad te servirá muchísimo para cerrar tu mente de Voldemort mi muchacho, oí decir a tus compañeros que las pesadillas te despiertan a medianoche, así vas a poder dormir tranquilo sin tener que ver las horribles cosas que ese hombre hace— Dijo el directo de seguro él esperaba que al poder cerrar mi mente no viera nada por error que revelara sus planes, a la vez intente no sonrojarme. Hace meses que no tengo una visión de Voldemort más o menos desde que me acosté por primera vez con Sev pero era verdad que me despertaba a más medianoche pero más que una pesadilla era un muy dulce sueño que incluía penetrar otra parte de Sev que no fuera su mente. 

—Si, me encantaría poder dormir hace meses que no duermo bien— Susurre con voz de pena —¿Cu.. Cuando empezamos?— Murmurre mirando a Severus a los pies. 

—Cuando Severus lo diga— Dijo con una gran sonrisa el director, tal vez esto tiene algo más que solo no ver los planes de Tom Riddle. 

—Si el Sr. Potter puede aguantarlo hoy mismo— Gruño con maldad Severus y podía sentir sus ojos en mi nuca, los escalofríos eran evidentes pero no eran exactamente por miedo. 

—M.. Me parece bien, Señor— Le dije — ¿A qué  hora?—.

—Dentro de dos horas en mi despacho, ahí hablaremos del horario y días de más clases extras de pociones curativas— Dijo Sev —Excusa que les va a dar a todos, si preguntan dónde estuvo sino, no se le ocurra abrir la boca, ni piense en decirle a sus amiguitos de Gryffindor esto— Gruño Sev. 

—No, no Señor— Respondí. 

—Está bien Harry, puedes retirarte— Me dijo el director y no lo pensé dos veces, me levanté de la silla y salí del lugar directamente a la Biblioteca, iba a estar metido ahí hasta que se haga hora de ir al aula de pociones. Siempre era necesario leer sobre criaturas mágicas, cuando me salieran colmillos y cola podría explicárselo a mis amigos. 

Estuve leyendo el mismo libro de criaturas mágicas los últimos días cada vez que tenía unos minutos libres, apenas faltaban cinco minutos me fui caminando al despacho de Sev. 

Llegue al lado de la puerta y toque, en pocos segundos escuche pasos y se abrió la puerta, entre y salude a Sev con un beso en los labios como todo una romántica pareja. Cuando terminó el beso enfrente el pequeño living con el que contaba el despacho de Severus y delante mío tenía al Sr. Malfoy y al abuelo. 

En ese momento no le preste atención a los vendajes y corrí para abrazarlo, él me devolvió cariñosamente el abrazo, tal vez no lo conocía hace más que unos día pero lo apreciaba igualmente. 

Después de minutos abrazados y palabras de aliento, volvimos a estar serios, más que nada ellos, si los tres estaban vivos y sanos, significaban que tenían los horocruxes con ellos, los mire a los tres detenidamente y de a uno fueron apoyando una metálica caja de color verde claro en la mesa de café. 

—¿Son?— Fue lo único que dije y ellos asistieron con la cabeza, lleve mis manos a la caja más cercana que era la del Sr. Malfoy por raro que parezca. Aunque toque no pude sentir nada. 

—¿Cómo les fue?— Pregunte, miraba las cajas pero no encontraba el coraje para abrirlas, fue demasiado fácil porque ningún miembro de la orden jamás buscó los horrocruxes antes. 

—Creo que a mi y a Fleamont nos pasó lo mismo— Dijo Sev y sacó un papel de su túnica, estaba algo amarillento el papel, cuando el abuelo lo vio savio el papel, él también sacó de su túnica una hoja exactamente igual. 

—Este está escrito por el señor oscuro o por lo menos eso dicen la nota— Dijo el abuelo y me dio a mi, la desdoble y me puse a leer. 

Si llegas a leer esto Albus, llevarte tarde. Lestrange, mi más ferviente seguidora la tiene. 

Lord Voldemort. 

Lo leí en voz alta para todos y me paso en escalofríos por la espalda y esta vez sí fue de miedo, esa perra desgraciada, si quisiera matar a alguien sería a ella. Bellatrix Lestrange tenía la copa.

—Tranquilo, lo conseguí— Dijo el abuelo —Tarde tanto porque me pase todo el día discutiendo y peleando con los duendes, la Copa ya no estaba escondida en el Callejón Diagon como en las notas de Regulus, cuando llegue ahí me encontré con esta nota y estuve averiguando, lo único que Bellatrix Lestrange depósito en sus bodegas fue una copa hace como quince años, discute y hablamos acaloradamente mucho tiempo con los duendes y algunos elfos pero tengo la copa, quédate tranquilo las vendas solo son de una pequeña caída que tuve cuando intente acariciar a la bella dragona que tiene en el banco, por lo visto solo se deja mimar por los elfos, debería ser crueldad tener a un dragón en ese espacio— Explicó el abuelo. 

Enserio, él tenía miedo que lo acompañe porque podría morir en la expedición y el va al banco a hablar con duendes y elfos, que de paso jamás ví en mi vida y acaricia un dragón, que tiene esa de peligroso, ¡la última vez que ví un dragón intentó comerme! Eso fue más peligroso que lo que acababa de explicarme el abuelo. 

—En mi caso está esto— Dijo Sev y me alcanzó otro papel, lo desdobló y comencé a leer en voz alta. 

Espero que te haya gustado mi regalo. Harry esta bien. 

Albus Dumbledore. 

¿Que? ¿Esto estaba dirigido a Tom Riddle? ¿O a quien? ¿Tal vez a Regulus Black? No, no tendría sentido, si fuera para Regulus hablaría de Draco. Tal vez para otro mortífago. 

—¿Será para Tom Riddle? ¿El se acordara de mi?— Pregunto a los demás levantando vista del papel. 

—No debe ser para el Tom Riddle de ahora, te aseguró que si él estuviera cuerdo, te buscaría. Tom te ama, cuando eras un bebé eras su razón de vivir y de aguantar al tonto de James— Dijo el abuelo. 

—El tiene razón, Riddle era de tener cuando se trataba de ti, si es entendiera lo que pasa jamás te haría pasar por todo lo que pasaste, de bebé tenía miedo que te deja jugar con Draco en el jardín porque decía que te ibas a clavar una espina de las plantas o que te iban aplicar las hormigas, era muy sobreprotector— Dijo el Sr. Malfoy. 

—El te amaba y lo va a volver a ser cuando recupere su memoria— Dijo Sev —Jamás nos rendiremos. Ahora no pienses en la nota, bueno. Después de leerlo y guardarlo, pensé que de seguro el director tenía el horrocrux, porque no tengo idea pero bueno, si yo fuera aún persona que quiere escoger derechos algo valioso, lo dejaría cerca mío, en donde lo pueda ver, todos pensamos igual supongo. Aproveche que bajó a los jardines y entre a su despacho, el hombre se cree tan intocable que no logré encontrar ni un solo hechizo o maldición, ni siquiera tecnología muggle de vigilancia, no encontré nada de nada, algunos de los cuadros me ayudaron a encontrar lo que buscaba, estaba ahí, en el estante a simple vista. Lo reemplace por una copia falsa que se veía igual, supongo que tenemos a lo sumo unos días hasta se de cuenta—.

¿Enserio? ¿Reubicaron los horrocruxes? Es extraño y ellos pensaban que era peligroso, el abuelo hablando con criaturas mágicas y acariciando dragones y Sev esperando tras una pared a que el director se valla y cambiar un anillo del estante por otro igual, sonaba súper peligroso, ¿notan la ironía verdad?

—La diadema si estaba donde decían la notas, el almacén abandonado de Hogwarts en donde las cosas que ya no sirven van a para, yo pase horas entre la basura buscando una diadema y cuando al final la encontré, la agarre y un fuego Infernal comenzó a extenderse muy rápidamente por toda la habitación, probablemente a estas alturas ya se haya consumido en su totalidad, al final resultó ser la diadema perdida de Rowena Ravenclaw, es un desperdicio romper algo tan bello y con tanta historia— Dijo Lucius. 

Eso sí sonaba más peligroso pero igual me hubiera encantado ir, ahora que lo piensa, no es peligroso tener una diadema, lo cual como una corona pero menos deslumbrante en un lugar donde alumnos van a tirar las cosas que ya no desean, y si alguien de primero le llamaba la atención y la agarraba, podrían morir calcinado y jamás se encontraría el cuerpo, es súper peligroso. El director era un hombre despiadado, podría matar a los estudiantes guardando objetos así en la escuela. 

—Voy a abrir las cajas y tocar los horrocruxes, si me desmayo asegúrense de atraparme cuando caiga— Les dije —Ahora que el anillo fue reemplazado dudo mucho que el director tarde en darse cuenta. 

Abrí las tapas de las cajas de a una, en la primera estaba la copa de Hufflepuff, en la segunda la diadema de Ravenclaw y en la última un anillo que le perteneció a Slytherin, que si Tom de verdad es su antepasado, ese anillo podría haber sido mío, era horrendo ver signos de los fundadores siendo masacrados de ese modo. 

Junte las tres cajas y deje mi mano izquierda por encima de la capa y la diadema, la mano derecha encima del anillo, y al mismo tiempo toque los tres horrocruxes. Pude sentir que mis ojos ardían muy fuertemente, y como la primera vez, todo se volvía negro. 

Continuará... 

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Espero que les haya gustado!

Nos venos el próximo viernes!

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