Capítulo 10
Esa mañana comenzó como cualquier mañana, la única diferencia es que hoy dejaría de existir el Señor Oscuro o Harry.
De un modo u otro la profecía se haría realidad, no estaba tan mal en ese punto por lo menos. Pensando en los planes de hoy, podría ir a ver a Sev antes de que llegue el Sr. Malfoy, pasar un tiempo juntos, ir a derrotar a Lord Voldemort definitivamente, declararle su muerte, reencontrarse con su madre, besar a Sev y todo esto antes del desayuno. ¿Será posible?
Mire el reloj de la habitación, que por alguna razón tenía la cara de Ron en él y eran las cinco y cuarenta de la mañana, el desayuno es a las nueve, creo que el tiempo alcanza y podría sobrar para un tiempo a solas son Sev.
¿Tal vez tenía que rever mis prioridades?
Me levante entusiasmado de la cama, saque mi ropa muggle de mi baúl y fui al baño a alistarme, termine enseguida, ni que tuviera muchas cosas para hacer. Ya a las seis estaba parado delante de la puerta del despacho de Sev, abrí la puerta sin llamar, tal vez tengo suerte y está dándose una ducha.
Apenas entré no vi a nadie pero era normal, emprendí viaje a sus habitaciones privadas y cuando abrí la puerta como un niño pequeño que estaba por hacer una travesura me topé de lleno con dos cuerpos adultos.
Cuando levanté la vista me encontré con Severus y Lucius, ya listos para salir.
—Eh, como madrugan— Dijo Harry quejándose —Y yo que quería pasar tiempo a solas con Sev, ¡tendría que haber venido un poco antes!—.
—Por muy poco antes que hubieras venido hubiera sido en vano, me despertó a las cinco de la mañana, creo que tiene insomnio— Dijo Severus mirando fríamente a Lucius, solo un Harry con muy poca ropa podía interrumpir su sueño.
—No es insomnio, no pude dormir directamente ni lo intente, ahora que el Sr. Potter está acá les quería avisar que la Sra. Potter ya se encuentra despierta y muy bien de salud, si salimos vivos de estos la podemos ir a ver después— Dijo Lucius.
—¡Perfecto!— Gritó Harry, esto era aún mejor, daba más energía positiva al momento y alentaba a Harry a estar más entusiasmado por su bien o su desdicha. —Más tarde vamos a ver a la abuela—.
«¡Ya que estamos todos, vamos yendo!—.
—Tanta emoción no es buena, Sr. Potter— Dijo Lucius, ambos estaban con sus túnicas negras y máscaras. Severus también cubrió con una capa negra, larga y pesada a Harry con capucha para esconder su rostro, acomodo un poco su cabello para que patada su cicatriz y ya era momento de aparecerse.
Harry junto a los dos adultos fueron por floo al Caldero Chorreante, el lugar se encontraba totalmente vacío a esas horas del día pero no se quedarán más que unos segundos, pues rápidamente se aparecieron bastante lejos del Caldero Chorreante. A las afueras de Inglaterra se encontraba la que una vez fue propiedad de los Malfoys y ahora dominaba el Señor Oscuro.
Un lugar que en algún momento estuvo lleno de vida, una amplia flora y fauna pero ahora parecía más una casa abandonada a su suerte o una casa del misterio con temática de Halloween, está en pésimo estaba la casa por afuera. La maleta era tan alta que casi no le dejaba ver nada a Harry, y él no era relativamente bajito, la mansión carecía de un mantenimiento, la pintura arruinada, vandalismo por todos lados, casi todos los vidrios rotos, en resumen para nada en lindo lugar.
—No te dejes engañar por la fachada por dentro es espectacular— Dijo Severus al ver la cara de Harry, tipo ¿acá vive el que dice ser el hombre más poderoso del momento? parecía más una casa embrujada.
Harry ya no se fiaba del lugar pero igual entraron dentro de la mansión, este estaba cubierto de pies a cabeza por la túnica pero el miedo y los escalofríos de cruzar la entrada se vieron fácilmente.
—¿Es uno de los nuevos? ¡Está temblando! — Se escuchó una voz delante de Harry, la mujer se reía muy abiertamente, Harry levantó su vista solo un poco de sus pies para ver su cara, se veía muy linda y parecía como una muñeca muy delicada.
—Es mi amante, recién va a ser iniciado Úrsula— Dijo Severus y Harry se escondió aún más detrás de Lucius, era de utilidad que el hombre lo cubriera con facilidad —Si no te importa no quiero hacer esperar al Señor Oscuro—.
Después de eso y unos, para nada, cariñosos empujones del Sr. Malfoy seguimos con el camino. Harry solo veía sus pies, pues no se atrevía a levantar los ojos de sus pies o del piso pero ese lugar estaba lleno de mortifagos, Harry logró contar a trece personas con distintos zapatos.
Caminaron bastante a gusto de Harry pero en poco tiempo llegaron a la habitación donde se encontraba el Señor Oscuro.
—¿Está solo nuestro Señor?— Preguntó Lucius a uno de los hombres que está pareados a los lados de la puerta.
—Si, los espera—.
Las puertas de la habitación se abrieron de par en par, majestuosas y magníficas, las túnicas de ambos hombres se movían con un aire de superioridad en el aire. Las puertas se cerraron apenas pusieron un pie donde de la habitación.
Las dos hombres se abrieron estacio en la habitación en donde solo el Señor Oscuro y su serpiente Nagini se encontraban. Delante de ambos hombres con simple ropa muggle se encontraba Harry Potter, sin esposas, hechizos de atadura ni nada por él estiró, caminaba libro por la habitación delante de Severus y Lucius, él mandaba en esta operación.
Tanto Severus como Lucius se postraron en el piso, arrodillados delante del Señor Oscuro pero Harry no lo hizo, ni en los mejores sueños de Voldemort él se arrodillaba a sus pies, todos en la habitación lo tenían claro.
En el momento que el Señor Oscuro abrió la boca, tal vez para felicitar a sus dos mortífagos, para torturarlos, para matar a Harry, quien sabe y lo mejor es que jamás se va a saber. El cuerpo serpentino del Señor Oscuro se paralizó para si se tratara de pausar un video, de repente dejó de moverse.
No cierra los párpados, no respira, ni se mueve, una total pausa. Y justamente este era el momento de actuar de los tres, Severus salió corriendo a ser guardia a la puerta principal, mientras Lucius le tocó detener a la serpiente peligrosa y mágica. Como se habrán dado cuanta las tarea las agendo Harry a ambos hombres.
Muestras ellos hacen eso, Harry salió corriendo lo más rápido posible de su lugar, subió unos escalones y estuvo cara a cara con Lord Voldemort.
Lo que pensó en ese momento, al verlo a los ojos y ver su horrenda cara solo fue en cruciale el culo hasta que pida perdón de rodillas, y aún que esa era una de las ideas más tentadoras de Harry, él también sabía que ese hombre fue víctima del Director Dumbledore, todos ellos lo eran.
Sin saber que hacer, estaba paredón ahí delante de Lord Voldemort, este lo miraba con una mirada que fácilmente se traducía como 'muérete' pero a la vez su cuerpo no podía moverse, Harry sabía el poco tiempo que tenía, el poco tiempo que le habían logrado dar, miraba sus manos como si buscara la respuesta.
—¡Si no haces nada pronto yo mismo lo voy a matar Sr. Potter!— Gritó Lucius desde donde estaba y Harry desvió su visita un segundo de Voldemort a Lucius y a pesar de la situación se terminó riendo.
Lucius Malfoy tenía una serpiente de dos metros asfixiando su cuerpo, la serpiente parecía congelada en el tiempo como su dueño, estaba con la boca abierta y apuntando al cuello de Lucius cuando este la petrifico.
—Harry rapido, este lugar está apestado de mortifagos— Dijo Severus desde la puerta.
—¿Además de ustedes supongo?— Dijo Harry riendo, si pudiera le sacaría una foto a Voldemort y Lucius, estos eran los momento que uno debería atesorar. Además, si le faltaba el aire unos minutos al Señor Oscuro no pasaría nada, ¿verdad? Y Harry lo vio como un pago personal, poder ver los ojos llorosos de él hombre que se proclamaba el más poderoso. Tal vez él tenía una pequeña mota de malicia de su corazón, heredado de su madre lógicamente.
Harry volvió a ver sus manos y lo entendió, llegó con ambas palmas de sus manos al rostro de Voldemort, el primer pensamiento fue que era como tocar una serpiente, muy escamoso. Harry pensó por un segundo que no había funcionado pues no estaba pasando nada de nada.
Pasaron varios segundos hasta que salió una luz cegadora de Voldemort, era tal el resplandor que Harry soltó el rostro del hombre, se cubrió los ojos y retrocedió varios pasos de donde se encontraba.
—¡Que algún lanza un hechizo contra ruido! ¡Rápido!— Gritó Harry y el primero en reaccionar fue Severus, por suerte llegó a tiempo porque solo unos pocos segundos después unos gritos que podrían provenir del mismo infierno, llenaron la habitación.
El Señor Oscuro gritaba como si su vida dependiera de ello, el ruido penetraba muy profundamente en los oídos de las tres personas presentes, el sufrimiento y la agonía eran grandes.
Lucius y Severus pusieron amuletos para poder sellar la puerta la mayor cantidad de tiempo posible por que a la larga algún mortífago iba a meter sus narices en este lugar, obviamente no antes de que Severus le ayudará a sacarse la serpiente de encima.
Los gritos y el sufrimiento, el mismo hombre se autolesionaba entre gritos y jadeos con la idea de detener el dolor. Ninguno de los tres hacía más que mirar, pues sabían que quien sufría era Lord Voldemort y no Tom Riddle, el proceso era lento y doloroso, perfecto castigo para el Señor Oscuro.
Verlo rogar y suplicar a los pies de Harry que detuviera el dolor era una paga más que suficiente para los tres hombres. Este dolor duró bastante tiempo, más del que Severus y Lucius pensaban.
Veinticinco minutos más tarde fue cuando las tres personas dejaron de escuchar los gritos de Voldemort, se acercaron para ver qué había pasado, para la sorpresa y alivio de Harry ya no se encontró con un Voldemort escamoso, asesino y malhumorado. En su lugar había un hombre que aparentaba unos treinta años, de ojos fuertemente verdes casi antinaturales, pelo largo hasta la cintura y muy negro, contextura media y muy hermoso, resplandeciente como una estrella.
—¿Tom Riddle?— Preguntó Harry —¿Tom Riddle? ¡Mamá!—.
Harry se acercó al hombre que solo tenía los ojos abiertos, tirado en el piso sin nada más que una túnica negó sobre él. Se puso de rodillas al lado del cuerpo del hombre.
—¿Tom Marvolo Riddle? ¡Mamá! ¡Soy yo! ¡Soy Harry! ¡Mamá, soy Harry!— Los gritos de Harry llamando desesperadamente al hombre fue lo único que se escuchó, sacudió su cuerpo y lo tocaba buscando heridas.
—Mamá, soy Harry. Tu Harry, soy tu hijo, ¿estás bien?— Volvió a decir Harry —Reacciona por favor, ya estamos tan cerca de estar juntos, mamá—.
De repente casi sorprendiendo a Harry, el hombre se levantó se sentó en el piso y mirando a Harry, se tiró a abrazarlo.
—Harry, mi bebé— Dijo Tom Riddle después de tanto tiempo, su voz salió ronca pero a Harry no le importó para nada. —Cuando te extrañe, cuando creciste tanto—.
—Me alegra un montón que estés mejor que antes mamá— Dijo Harry —Si nos vamos a sentar en algún lado, aún estás débil—.
El cuerpo de Tom apenas y podía moverse, Lucius y Severus lo tuvieron que llevar a un rincón de la habitaciones, donde se encontraban unos sillones, que Voldemort instaló para hablar de cerca con sus más fieles seguidores.
—Harry, estás tan grande— Susurro Tom —¿Cuánto tiempo? Lo último que recuerdo es la Mansión Malfoy y el director entrando al lugar, no estoy seguro que pasó después—.
—Casi quince años, tengo dieciséis años y medio— Dijo Harry sonrojado —Te extrañe mucho, desapareciste cuando tenía tres años más o menos después de romper las protecciones en la casa de los Dudley, tuve una infancia increíble con un buen padre sustituto—.
—Oh, mi bebé. No estuve ahí para tí, ¿y el tarado de James donde está? El no te cuido, no me digas que ese idiota te dejó con otra persona— Gruño Tom, todo el tiempo miraba a Harry, buscando respuestas y comtemplando a su hijo.
—Papá desapareció ese día en la Mansión Malfoy, no se que fue de él— Dijo Harry —Ni siquiera sé si está vivo, el director se lo llevó a no se donde para ser no se que, pero ahora estamos juntos los dos— Tom junto su mano con las manos de Harry.
—James, amo a ese inútil solo espero que este bien donde sea que esté pero te aseguró que si esta vivo, lo vamos a encontrar para estar todos juntos— Dijo Tom. —Lucius qué fue de los demás o Severus, por qué no me cuentan que pasó, y se ven viejos—.
—Gracias por el pintoresco comentario— Gruño Severus. —En la Mansión pasaron muchas cosas hace como quince años, nuestros recuerdos están muy mezclados a decir verdad, Dumbledore y aurores nos dominaron en seguida, separaron a los niños de nosotros y muchos de los adultos presentes quedaron inconscientes y los autores comenzaron a llevarse sus cuerpos, no estoy seguro que pasó con ellos con ninguno creo, a todos los llevaron a distintos lugares y les cambiaron los recuerdos, por ejemplo al chucho lo dejaron en Azkaban y al lobo lo tiraron en un bosque en algún lado, así con todos nos fueron dejando en diferentes lugares y casi sin recuerdos reales, los únicos que no se volvieron a ver fueron Lily Evans y James Potter—.
«El cambio nuestros recuerdos y los reemplazó, nos hizo creer que Harry era hijo de Lily y James Potter, dividió tu alma a propósito y él mismo difundió que los mataste a ambos, dejando huérfano a Harry, quien fue a parar con los despreciables de los Dudley, usted o la poco conciencia que le quedaba destruyó las protecciones del lugar y la salvó de una familia abusiva, me lo entregó a mí para que lo criara lo mejor posible—.
—Me salvaste y me entregaste a Sev, el me crio como su hijo y me amo mucho, jamás me faltó nada sabes, aun recuerdo ese día, cuando me salvaste matar a Vernon, era un hombre malo, cuando lo hiciste el hechizo rebotó en el y me dio a mí, creo que por mi culpa perdiste la poca humanidad que te quedaba— Dijo Harry y miró tristemente a Tom.
—No fue así, la verdad no me acuerdo de eso pues lo estaba muy bien de la cabeza pero no me importaría para nada pasar de nuevo por todo para asegurarme que tu infancia fue perfecta, te debo mucho Severus, muchísimas gracias por todo lo que hiciste por Harry— Dijo Tom.
—Harry es como mi hijo, lo amo y agradezco que confiara en mí para dejarme a su mayor tesoro— Respondió Severus. Tom le dio un asentimiento de cabeza, después lo hablamos, significa.
—¿Y después qué pasó? ¿En qué casa estás? ¿Tienes amigos? ¿Novio o novia? ¿Aprecias mucho Hogwarts?— Preguntó Tom a su hijo.
—Mi infancia la pase con Sev, fue un niño feliz y jamás me faltó nada, ni una escoba y además logré llegar a jugar Quidditch en la escuela, soy buscador de mi equipo...—.
—Felicidades, de seguro eres aún más perfecto James en el aire— Dijo Tom y Harry se sonrojó.
—Bueno, cuando llego mi onceavo cumpleaños recibí mi carta y nos fuimos para Hogwarts, en es entonces era Draco mi mejor amigo me acuerdo, bueno, mientras estábamos en el tren perdimos la conciencia y cuando nos despertamos ya nos habían cambiado nuevamente los recuerdos, ya no me acordaba de mi niñez con Sev si no que pensaba que había pasado los últimos otros con los Dudley y un que fueron recuerdos falsos no fueron lindos recuerdos— Dijo Harry y Tom comenzó a ponerse rojo.
—¡¿Que?! ¡Voy a declararle ahora mismo la guerra a ese repugnante hombre!— Dijo Tom chillando y se levantó del sillón como pudo y comenzó a caminar para la salida.
Harry lo tuvo que seguir para devolverlo al sillón, si salía ahora de esta habitación con esta apariencia iba a terminar muerto a manos de esos mortífagos de afuera.
—Tranquilo má, hoy tienes que recuperarte pero si quieres mañana le puedes declarar la guerra— Dijo Harry como si del mejor Consejo se tratase y por lo visto a Tom le gusto su respuesta, Lucius y Severus los miraban, ahora sí se notaba a leguas que eran madre e hijo.
—¿Vas a volver a Hogwarts? ¿No te quieres quedar? En cinco minutos vacío la casa y solo vamos a estar los dos— Dijo Tom y aún sonaba tentador Harry se vio en la obligación de negarse por ahora, aún tenía muchos planes en en Hogwarts para el director.
—Tengo cosas importante que hacer en Hogwarts aún má pero después podremos vivir los cuatro juntos, y soy un león pero si te reconforta el sombrero pensó ponerme en Slytherin— Dijo Harry.
Severus y Lucius miraban de lejos a la pareja, eran de tener juntos, estaban en su propio mundo de fantasía y los rodeaba un aura muy brillante que era capaz de alejar a cualquier persona de ellos.
—No pasa nada hijo, igual mis esperanzas eran casi nulas se notaba a leguas que pertenecían a Gryffindor cuando eras un niño pequeño saltaste a la piscina por el sombrero de Draco sin saber nadar por que no podías verlo llorar es de pedirle a un adulto que lo sacara— Dijo Tom riendo.
—Así soy yo— Aclaró riendo también Harry.
—Dan miedo— Susurro Lucius.
—Demasiado— Respondió Severus.
—Ah, también tengo un novio— Dijo Harry feliz.
—Oh, ¿quién es? ¿Uno de tus compañeros de dormitorio? ¿Un prefecto? ¿Un chico de otra casa?— Preguntó Tom con picardía para estas instancias Harry tenía su cabeza en el regazo de Tom y este le acariciaba el cabello.
—Eh, no nada de eso— Dijo Harry y señaló con su dedo —Es Severus, él es mi amante—.
—¿¡Que?! ¡"Harry es como mi hijo, lo amo y agradezco su confianza"! — Dijo Tom imitando la voz de Severus —¡Pedófilo desgraciado! ¡Lo mató! ¡Suéltame Harry! ¡Lo voy a matar! ¡Como pudiste aprovecharte de mi bebé!— Harry ya veía lo que se aproximaba y rodeó con sus brazos el cuerpo de Tom.
Continuará...
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Gracias por leer! Espero que les haya gustado y Lamanto cualquier falta de ortografía o error que encuentre!
Nos vemos el próximo viernes!
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