Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo único.

Intercediendo en el campo de entrenamiento, Milo fue quien tomó la batuta en la situación hablando para terminar presentando a Kanon al resto de los Santos de la orden dorada. Recordando que él y Athena eran los únicos que sabían de su existencia. Explicando la situación y jurando por su palabra que Kanon era un hombre del cual podían confiar.

El resto de la orden dorada se encontraba notoriamente confundida.

Conocían a Saga desde hace años y nunca supieron de un gemelo, un clon de él en todo el sentido de la palabra. Pero en ese momento, mientras el rostro de Saga estaba apagado, seguramente sintiéndose culpable, poco digno, Kanon estaba estoico, serio e incluso en una situación defensiva, mirando fijamente a su hermano. Manteniendo un tenso silencio que tras las presentaciones de Milo se dejó florecer. Había mucho entré ambos hermanos que también alimentada el silencio del resto de sus compañeros. Esperando la reacción de ambos hermanos.

— Con permiso. Gracias por tu amabilidad, Milo. Pero no era necesaria. Se como presentarme.  — Kanon retomo la palabra, dando un paso y pasando de largo directo a la habitación del patriarca.

— Si no intervenía temía que entre tu y tu hermano pasará algo peor.

— Gracias entonces por ser tan considerado. — Espeto con un dejo de sarcasmo, retomando su camino, dejando a los 12 guerreros de oro solos en ese momento. Saga no tomó palabra ante la despedida de su hermano. Solo lo dejo.

Una tarde algo pesada. Pero, que ninguno de los hermanos le prestó importancia, pidiéndole a sus compañeros que hagan lo mismo.

— Estoy seguro que hablaré con él. No tienen que preocuparse.

____

Lejos de ese primer encuentro los Santos de Athena las horas pasaron, porque lo que, habiendo hecho caso a lo solicitado por los hermanos, cada Santo de Oro buscada volver a un tipo de rutina que anteriormente tenían, esperando la llegada de Athena nuevamente en el Santuario, mientras algunos parecían más interesados en recuperar el tiempo perdido, volverse a ver con sus más cercanos, los gemelos nacidos bajo géminis parecían recluirse a su manera y lejos del otro, siendo Saga el más abierto de los 2 a volver a un intento de cotidianidad con cada uno de sus viejos compañeros.

Kanon por su parte se mantuvo cerca del templo de Géminis aprovechando la ausencia de Saga, la armadura posada en el centro del templo perfectamente acomodada. El objeto más preciado de esta a fin de cuentas. Con ambos gemelos vivos, y ya haberlos aceptado a los  2 cómo portadores, ninguno se atrevió a tocarla. Y tampoco les importaba, no era necesaria actualmente.

— Kanon. — La voz de Milo se escuchó tras él. El portador de Scorpió tenía la vista en él a pocos metros, el gemelo menor le recibió con una simple sonrisa. Siendo de los pocos que hasta ahora que veían ese gesto del Géminis.

— ¿Pasa algo Milo?

— Han pasado unas horas desde que nos reunimos. Quería saber si has logrado hablar con Saga, o por lo menos en que tanto piensas.

— Algo así. Hemos tenido nuestros encuentros, pero como entenderás, no puedes enviar a tu gemelo a ahogarse por rebeldía, para luego cometer un golpe de estado y pretender que nada paso. — Su voz era baja y calmada, parecía no importarle realmente lo que decía, acercándose a Milo en pocos pasos. — Tampoco me importa mucho, siempre supe que Saga era un bastardo.

— Muy lindas palabras. — Ironizo. Rompiendo su postura sería y recta. — No puedo culparte realmente.

— Yo ya acepté vivir con mis pecados. Haber que hará él, porque de momento nada me interesa tener esa relación de hermanos que en 28 años no tuvimos.

— Saga antes había logrado llevar en pie el santuario dignamente. Según Saori su maldad fue purgada por Nike.

— ¿Purgada? ¿Qué tipo de maldad tenía ese hombre? — Esa idea era ridícula. Un simple objeto no podía alterar la forma de un individuo por más divino que fuera.

— También hablamos de eso. Un rasgo sólo se puede suprimir por decisión propia, es la persona la que busca cambiar, Saga parece que no tenía un problema normal. — En aquel momento como no encontraron respuestas lo dejaron así. — Cambiando de tema, ¿Te gustaría que te ayude a convivir con el resto?

— ¿Por? — Cruzando de brazos expresó serio.

— Vas a estar aquí a partir de ahora ¿No? Ya sabemos de tu existencia, ¿Porque no muestras que eres digno de lo que sé te negó antes como hiciste conmigo y Athena?

— La verdad no estoy interesado en eso, ósea lo último me interesa y la verdad no pierdo nada, en buscar llevarme bien con todos aquí eso si no me importa mucho.

— No me parece correcto que digas eso, ahora somos compañeros. En aquel momento te vi mi confianza y lealtad, mejor no las desperdicies. ¿O el anciano tiene miedo de simplemente hablar? — Kanon parecía reaccionar interesado por la voz sería de Milo, ronca como si le estuviera amenazando.

— Como digas, si opciones no tengo está bien. Pero si quieres entrenar conmigo, sígueme. — Encogiéndose de hombros Milo sonrió sutil, quitándose la armadura para seguir a Kanon. — Espero no tener que avisar que está vez no te dejare humillar a este "anciano" tan fácil. —

— Eso lo veremos. — Apretando los puños el santo de Scorpió sonrió de medio lado buscando provocar al antiguo Sea Dragón.

___

Apoyado en la pared del templo de Athena, Saga parecía suspirar en frustración. No tenía nada en que le arrepintiera actualmente, sabiendo que era el momento de pagar sus pecados físicamente. Al menos podía hacer algo que no sea lamentarse en locura. Un buen inicio.

El tema de quién tomaría el puesto del patriarca parecía quedar en el olvido de momento, nada del otro mundo. De momento Saga suspiro, tenía cosas que arreglar. Unos pasos a su lado llamaron su atención, volteando lentamente a Shaka. Que aún con los ojos cerrados le saludo.

Géminis y Virgo estuvieron en un corto silencio hasta que el rubio tomó la palabra.

— ¿Acabas de salir no?

— El viejo sigue allí, si es a quién buscás. — Virgo tarareó. Asintiendo para bar un paso al frente en busca del Santo de libra, pero antes de eso, volteo lentamente a Saga.

— ¿No hay rencores entre nosotros verdad?

— ¿Por qué los abría?

— Me alegra. Espero poder conversar alguna vez. — Aunque arqueando la ceja como primera reacción, el Santo de Géminis no tardó en aceptar. Confundido pero curioso por esa propuesta, el Santo de Virgo aún era un niño cuando él tomó el cargo, y bueno, él también seguía siendo un niño cuando eso pasó. Supuso que no sería una reacción extraña.

Cuando llegó la noche, ambos hermanos se encontraron nuevamente en géminis, mirando rectamente hacía el otro, ligeramente uno apretada sus puños mientras el otro quería mantenerse serio.

— Supongo que me toca decir que lo siento. ¿No? — Kanon se cruzó de brazos, abandonando su rostro serio por una muy ligera sonrisa, aunque más sarcástico.

— No sé si sea necesario.

— Debo admitir que me pone orgulloso como has llegado, solo y por tu cuenta. Habiendote revelado.

— Supongo que lo único que salió de estar en cabos unión¿Gracias por eso? — Saga río.

— En aquel lugar hay un cuarto extra por si quieres dormir aún en este templo. Hasta mañana. Hermanito. — Pasando por su lado el sonido de los zapatos de Saga al caminar fue lo que dijo a Kanon que estaba solo, ensanchando una sonrisa más notorio, suspirando y haciendo lo dicho. Yendo a esa recamara a descansar.

___

Cuando la luz del sol volvió a emerger cada Santo de oro estaba ya en funcionamiento. Fue un fastidio para Kanon ver una carta de Milo pidiendo que vaya a su templo. Lo cual eran 4 templos que tenía que pasar, suspirando con fastidió casi obligado a ir.

— "Deberías ir, no tienes por qué ser grosero con tu único amigo aquí" — Era lo que Kanon estaba seguro que Saga le dijera si el estuviera allí parado, pero desde despertar este solo se había mantenido tranquilamente con un café en manos como si no me prestará atención.

Gracias. Pensada el menor.

Sin decir más, Kanon empezó a caminar. El templo de cáncer fue el primero y era una situación muy extraña para él.

— ¿Permiten esto y a mí me encierran? ¿Que loco habita aquí? — Ya de por sí, muchas normas en el santuario eran bastante cuestionables, pero ver un templo llenó de cabezas putrefactas y sin vida rozando un límite muy desagradable era surreal. ¿No que mucho amor a la vida tenía está diosa?

— Supongo que hablas de mi. — Sonriendo como patán cáncer salió por la espalda del Géminis, caminando lentamente para verlo a los ojos. — En serio eres muy parecido a Saga. Me impresiona. Llámame DeathMask de Cáncer.

— Hola. Si mal recuerdo es donde te tengo que pedir permiso para pasar. — DeathMask parecía insatisfecho con la rigidez de Kanon.

— ¿No vas a saludar a tus compañeros? Yo admiro a cualquiera que tenga la fuerza para liberar y burlar la muerte más de una vez. Tu cumples con eso, debes ser hasta más fuerte que Saga a juzgar por esa suerte.

— Tu lo dijiste; suerte, aunque me alegra que alguien aquí tenga buen ojo. Con tu permiso, tengo que ver a Milo.

— ¿Ya tan rápido? Bueno, no soy quien para juzgar, tampoco tiene mal gusto Milo. — Lentamente la ceja de Kanon se arqueó, entendiendo a qué se refería. Chasqueando la lengua.

— ¿Eres el bufón aquí acaso?

— Prefiero ser llamado el verdugo. Entenderás que matar sin remordimiento se me va bien desde pequeño.

— Eso explica la decoración tan "peculiar"

— Nada de lo que me pueda arrepentir. — Se encogió de hombros. — Espero cometas buenas decisiones. — Extendiendo el brazo por su rostro, hizo para despedirse, Kanon parecía suspirar con mucha pesadez. Que sujeto tan peculiar.

El siguiente templo fue leo. Allí la tuvo más fácil, Aioria no era tan invasivo. Pero si mirada sería, casi con lastima parecía que quería hablar con él pero no tenía palabras para eso.

— ¿Pasa algo?

— Nada, solo me quedé pensando. No debiste tener mucho, muy fácil. Sé cómo es eso. Pero como sea, no quiero interrumpirte que se como es Milo, tienes permiso para pasar.

Y así eso. Los últimos 2 templos fueron un respiro para Kanon, Shaka noe dirigió mucho palabra. Parecía solo meditar, mientras Libra estaba vacía. Encontrándose con Milo como este le pidió, apoyado de espaldas a la pared sonriendo casi con una pisca de ego al verlo.

— Ten, te guarde desayuno. ¿Paso algo interesante con los demás? — Cuando iba a hablar cayó en cuenta de algo de lo que esperaba equivocarse. Era una pregunta muy específica.

— Me estás jodiendo, ¿Me invitaste para obligarme a ver al resto?

— ¿Que? No. Si lo hubiera hecho para eso ahora estaría escondido en su templo de Athena obligante a ver al resto.

— Eres un... — Moviendo el rostro se mantuvo serio, solo ignorando sus insinuaciones sentándose a comer. — Gracias por la comida.

— De nada. — Kanon no le prestada suficiente atención para notar que sonría con un deje de arrogancia. Milo si tenía sus dobles intenciones al invitarlo. — Por cierto, ¿Qué harás el resto del día? Según el maestro Dohko Athena no debería de tardar en regresar.

— Destruir el Inframundo es un logró tan grande, Athena seguro tendrá problema.

— Los tendrá lo más seguro. De todas maneras, tenemos todo lista para cuando llegué.

— Espero verla otra vez. Hasta que eso pase, ¿Tu tienes algo planeado?

— Podemos ir al pueblo si lo deseas, porque ya dijiste ayer lo ermitaño que eres.

— Mientras el resto lo sean como DeathMask creo que no tendré problemas.

— ¿Qué tan mala impresión te dejo? Él es así. Pero tan malo no es.

— Cómo digas.

___

Aldebarán apoyaba su cuerpo contra un pilar observando a gusto como Aioria y Aioros se reencontraban, había culpa en el rostro de ambos, y el bien sabía cuál era la de Aioria. Habían acompañado a su compañero en la tensión fuerte que había entre él y su hermano, desapareciendo de forma sumamente rápida. Incluso, dejando que pequeñas lágrimas salieran de los rostros de ambos.

— Alde, ven también. — Aioros le llamo. El Santo de Tauro no dudo mucho para acercarse a ambos hermanos, ayudando a Aioros a sentirse más tranquilo con respecto al tiempo que su hermano estuvo solo. Y él no fue el único, varios lo habían apoyado como un santo digno que fue.

___

Una parte de Saga se sentía incomoda pasando al templo de Virgo, (lo que nunca hizo) Caminando por los pasillos en busca del guardián, como Saga, no como santo de géminis no como patriarca usurpador, simplemente como Saga, en un encuentro de iguales.

Nuevamente allí sentado se sentía lo suficientemente incómodo. Esperando que Shaka hablé, siendo su sorpresa cuando abrió los ojos.

— ¿Me trajiste aquí para matarme o porque los abres? — Se quejo. Sabía bien que el cosmos de Shaka cuando abría los ojos, podía volver todo el ambiente en un peligroso inminente, y ahora los estaba viendo como lo que normalmente eran la acción, algo simple y normal.

— No tengo intenciones de reprender. — Río. — Pero si de conversar.

— Si es sobre como me siento, pues ni yo tengo idea. — Se anticipo a sus preguntas apoyando sus manos tras de él.

— No sé si es para menos. Fuiste venerado cómo un dios, pero luego resulta que simplemente fuiste la marioneta favorita de los dioses, rebajado a sus órdenes de manera patética y ahora estás aquí siendo nadie otra vez.

— Que linda manera de animarme. — Ironizo. Tajante. — Señor, más cercano a dios.

— No lo digo en ese sentido. Siento que en este momento estoy viendo al verdadero Saga.

— Gracias... Supongo. — Pasando su mano por su cabello suspiro. — ¿Para esto querías hablar conmigo?

— Más o menos, si te sirve de consuelo de pequeño te admirada mucho. Eres un gran compañero.

— Para un montón de niños.

— Eso no quita lo otro. Supongo que para tí debe ser difícil ahora. Todo lo acontecido no es sencillo de asimilar. Aúnque tu caso es raro.

— Es cómo si tuviera un montón de voces que misteriosamente se callaron. Cuando Hades me despertó solo tuve la fé que ya no las volvería a escuchar, por eso sin problemas acepté ayudar a engañarlo, lo mismo con Odin hace poco. De resto, hubiera hecho como Aioros y no estaría.

— Siempre que estaba junto a ti, notaba un cosmos divino y poderoso, nunca uno malvado. Por eso pensé que tenías un problema como esquizofrenia, más no es él caso, hablando con Milo, Mu, Alde y Aioria es raro que parezca que tú maldad se fue. De momento, solo puedo asegurarte que eres tu. El verdadero Saga es con quién estoy hablando.

— Eres curioso ¿Sabes?

— Supongo. Si necesitas compañía que no te juzgue aquí estaré, y si necesitas descansar también estaré. — Extendiendo su mano empapada con una capa de cosmos acarició el rostro de Saga lentamente. Envolviéndole en una suma y cálida paz.

— Si no te conociera diría que te gusto en este momento.

— No es muy humilde de tu parte pensar que necesitó de dobles intenciones. Diría que el que gusta de mi eres tu por insinuar eso. Y no culpo su lo haces. — Saga río. Olvidaba lo desgraciado que podía ser Shaka. Haciendo que lama ligeramente su labio, teniendo por primera vez, un pequeño sentimiento similar al deseo. Extendiendo su mano al rostro de virgo.

Luego de eso, ambos retomaron su conversación.

___

Cómo fue lo esperado, la diosa Athena se presentó nuevamente en el santuario con los 5 caballeros de bronce que la esperaban. Solo para avisar que su ausencia en el santuario sería próxima durante un tiempo, y sola. Nadie supo que decir o como objetar, la diosa se mantenía sería y firme en que tenía bastantes cosas que poner en frente como diosa de la tierra.

— Siempre preferí encerrar a los dioses como forma de que reflexionen, hacer que se caigan en cuenta ellos mismos de todo lo que yo defendiendo. Ahora con Hades muerto por mi mano, antes de que regrese tengo que tomar mi papel como diosa del Olimpo. — Fue lo último dicho antes de bar media vuelta e irse. Prometiendo que ellos estarían en paz mientras ella no esté, pero puede que su ayuda la necesite más adelante. Agradeciendo su esfuerzo.

Los 5 santos de bronce no pudieron hacer nada, ningún Santo en la orden dorada pudo hacer nada. Solo paso, aceptaron la decisión de su diosa y el resto del día fue un ambiente pesado para procesar.

Shiryu junto a Dohko volvieron a los 5 picos unas semanas después. Ikki partió por su lado, como era costumbre. Hyoga se quedó junto a Milo y Camus, Shun busco a su vieja amiga manteniéndose en el Santuario, Seiya, casi parecía que fue adoptado como el tercer hermano entre Aioria y Aioros, cuando lo estaba con su hermano lo estaba con ellos.

El tiempo pasó con su curso normal, a su ritmo y constancia propia Kanon se incorporó con el resto de Santos de Oro. Lento pero seguro, aunque se podría decir, algunos Santos señalaban que siempre está volviendo junto a Milo. El Scorpió tampoco ocultaba su felicidad de ver qué estaba en lo correcto con Kanon.

Varios meses habían pasado. Con la incertidumbre del tiempo y él próximo regreso de Athena, por más que, cada habitante del Santuario vivía en su relativa calma.

Ambos gemelos se mantenían neutrales en sus conversaciones. Ninguno estaba en derecho para indagar mucho en la vida del otro, de reunían en el templo y cada uno por su lado. Despues de todo, seguramente, Shaka debería estar esperando a Saga en tu templo en ese preciso momento. 

— Saga... — El nombrado sujetada el rostro del rubio besándolo sin tabúes ni vergüenzas. Desnudo para él, teniendo ya un par de marcas que simbolizaban las manos de Shaka sobre su cuerpo. 

— Dime... — Susurro. El nombrado lo rodeo con sus manos dejando que Saga que le quitara la túnica, acomodándose sobre el.  Era normal la percepción para ellos que no existía una percepción  como él "No"  en la idea de una relación. Eran pocas las excepciones en ese escenario. Solo siendo necesario una pequeña iniciativa de parte de 1, en este caso fue Shaka, volviendo ese respeto que tuvo de pequeño en devoción ahora de adulto. Saga se puso sobre él, el rubio abrió los ojos permitiéndole poner sus piernas sobre sus hombros y dejándose llevar por sus manos a un rumbo más pecaminoso, a manos de Saga. 

Un secreto a voces, donde Saga cada vez pasada más tiempo en virgo. Embelesado como nunca creyó antes del quinto guardián. Un secreto entre los 2 que nadie sabia, ni siquiera Kanon. 

---

Nuevamente, Milo envió un mensaje, una carta con destinatario hacia Kanon, solicitando su presencia de forma informal en el templo de Scorpio.  Apoyado en la pared del templo que quedada frente a las escaleras en su espera. En silencio se quedaron frente al otro por unos segundos hasta tomar palabra, sonriendo  Milo con un cierta de picardía nuevamente. Aunque el normalmente pecada de ser seguro, pocas veces se le veía ese tipo de expresiones,   solo Kanon y Hyoga las han visto. 

— ¿Todo muy calmado no?  — Con eso empezó Milo, rompiendo su postura y acercándose a un paso a Kanon mientras apoyada sus manos en su cintura. 

— Ciertamente, aunque estoy convencido que es pasajero. Por la forma en la que se fue Athena estoy seguro que pronto esa paz se iré.

— Concuerdo. Te llame porque pensada,  mientras eso pasa, ¿Por qué no me acompañas?

— ¿Acompañarte?

— ¿Qué? ¿El anciano nunca ha tenido novio? ¿Un beso, algo más candente? — Enmarcando el rostro en una sonrisa.

— No es algo que pude llamar mi prioridad, estaba en un santuario bajo al agua con puros niños. — Se jacto, sujetando el brazo de Milo con una mano, y su mentón con la otra. — Si es tu deseo, aquí te puedo complacer.  Tienes muchas cosas que me terminaron agradando. — Y sellando sus palabras beso a Milo por primera vez, abrazándolo posesivo, apoyándose contra la pared demando mutuamente los labios del otro.  Notoriamente era fácil darse cuenta que Kanon era más alto  y ancho que Milo, haciendo que en esa pose el escorpión dorado deje mover su imaginación a un momento más candente que seguramente Kanon no tardaría en cumplir.  A juzgar por como lo besada y sostenía. Apasionado y dominante. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro