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Hola a todos 😊
Pues no pensé en hacer un segundo One-Shot con esta Friendship que me inventé e.e creo que las cosas resultaron bien y pues aquí estamos otra vez.

Aún no se si hacer un romance con estos dos... pero espero les guste esto n.n

Aquí Hyuga tiene 13 y Bell 11 a pasado un año desde el anterior One-Shot.

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Había pasado el tiempo, un año para ser exactos desde que se hizo el Número Uno en el Beyblade... Siendo aún un niño pequeño, la fuerza de Dynamite Belial fue demasiado para las Leyendas... o Bladers de quinta como aquél niño solía mofarse.

Pero también un año desde que hizo amistad con un niño en especial que, con su alegría y ternura... le hicieron sacar una sonrisa.

Bell seguía siendo un niño serio, distante y que demostraba no necesitar de nadie para poder salir adelante. Teniendo ya 11 años se notaba ser un niño confiado de sus habilidades pero también autosuficiente, algo que, muchos seres humanos no logran aún siendo adultos.

Su personalidad seguramente era un factor que había influido en su desarrollo en ese tiempo, pues no era abierto a convivir todavía salvo con uno que otro amigo que tuviese, como Renzo Kiyama o Suiryuu Basara aunque no los "consideraba" al principio  como tal, había algo parecido a una amistad y con el paso del tiempo habían mejorado sus lazos de amistad.

Sea como sea, el preferiría estar solo, que mal acompañado.

— ¡Bell!

O casi...

Al escuchar su nombre, el oji azúl volteo viendo acercarse a un pelirojo de ojos rosas que sonrió llegando hasta él. Ese niño era una excepción a la regla respecto a su mala compañía.

— Hyuga.

Lo veía con seriedad, como siempre. Pero el recién llegado ya estaba acostumbrado a eso, el menor siempre parecía un tanto serio pero a su manera era amable y así estaban bien, por esa razón habían estado bien en su amistad y está con el paso de ese tiempo se habían hecho buenos amigos.

— ¿Vas a hacer algo ahora?.— Hyuga sonrió.

— Descansar, estuve entrenando y quiero descansar.

Hyuga sonrió, de un tiempo a la fecha, Bell se había animado más a practicar en las instalaciones de la WBBA para su agrado, únicamente para el de él pues todavía debido a su altanería y presunción, los otros Bladers no lo tenían en un buen concepto, y el niño de cabello magenta no tenía ninguna intención de hacer cambiar esa mala imágen que tenían de su persona. Francamente esas cosas no le importaban en lo más mínimo, parecía que solamente le importaba lo que dijeran sus amigos más cercanos, y uno de ellos era Hyuga. "Importaba a medias" pues no siempre hacía caso a los consejos o palabras de lo que dijeran sus amigos.

Pero de un tiempo a la fecha se había abierto más con Hyuga. Quién sabe que tenía el pelirojo a su parecer, pero, era agradable estar con él.

— ¿Quieres ir a comer a mi casa?.— Hyuga sonrió animado.— ¡Sería muy divertido!

— No tengo nada mejor que hacer.— Bell había aceptado, pero no le diría que realmente se moría de hambre.

Ante eso Hyuga sonrió y lo jalo del brazo... En ese tiempo que había pasado desde que se conocieron, Bell ya había crecido un poco pero Hyuga todavía era más alto que él... Aunque a comparación de algunos otros más, todavía tenían una estatura pequeña.

— ¡Pero no me jales, idiota!.— El menor se quejo, como siempre ante esa acción de su compañero.

Pero Hyuga no le hizo caso, el lo siguió jalando encantado de pasar más tiempo con el niño.

Algo que claro no a muchos les gustaba todavía, el carácter altanero y solitario del infante seguía sin ser de la aprobación de algunos, más por la forma arrogante con la que Bell barrio el piso con cada una de las leyendas, desde el más débil hasta el más fuerte.

Pero a alguien en especial no le gustaba la manera en la que Hyuga había hecho amistad con Bell.

— No deberías estar con ese niño.

— ¿Y porque no? Además es bueno tener amigos y también...

— ¡Que no Hyuga no se puede!

El pelirojo se había sorprendido por la manera en la que Silas le había levantado la voz. Al parecer el peliverde seguía sin aceptar las amistades del niño y no le gustaba que pasará tiempo extra con el ojiazúl.

— Yo creo que podemos hacer amistades con todos, Silas.— Hyuga se había molestado un poco.— Y si tú no quieres... ¡no es mi problema!

— ¡Hyuga espera!

Pero el menor había salido corriendo sin dejarle a Silas explicar más, eso fastidió evidentemente al ojiazúl quién no lo siguió y salió caminando rumbo al sentido contrario evidentemente molesto.

Detrás de una columna Bell había escuchado todo lo que había sucedido.

No iba a quedarse así nada más.

A la mañana siguiente después de los entrenamientos habituales que había ese día. Silas se encontraba entrenando con unas pesas cuando noto a alguien acercarse.

— ¿Que demonios quieres aquí?.— El peliverde se había ederezado para ver al menor frente a él.

— Quería decirte algo.— La mirada seria de Bell y su lenguaje corporal delataba que no se iba a dejar intimidar.

— Pues yo no tengo interés de escucharte.

El menor sonrió burlón, Silas para el no significaba nada ya que fue una de las tantas leyendas con las que barrió el piso, pero de eso no iba a hablar... Lo que el quería era del índole personal.

— ¿Cuál es su maldito problema, eh?.— Bell continúo viéndolo detenidamente.— ¿porque les molesta tanto que yo sea amigo de Hyuga?

Silas seguía viéndolo con molestia, no quería tocar el tema de esa amistad, a decir verdad pensaba que Bell venía a humillarlo por el Beyblade pero no sé imagino que llegaría para hablar sobre la relación de amistad que se tenían esos dos.

— Responde.— Bell continúo con su forma altanera y cortante de encararlo.— ¿O es porque hay algo más?

— ¿De que estás hablando maldito enano?

Bell sonrió con burla, pues a él no se le olvida todavía que, tiempo atrás... Hyuga había estado deprimido porque al parecer no le correspondieron sus sentimientos; en aquella ocasión el peli magenta había sido quién lo animó a no desalentarse por una, a a su parecer, tontería de ese tipo... Hyuga había vuelto a sonreír y a animarse por su acto de apoyo. Bell había entendido en ese momento que tener amigos no es mala idea y se había encariñado con Hyuga. Por eso, tras enterarse de que, Silas fue quién rechazo a su amigo, se ensañó un poco con él.

Pues piensa que hay maneras de rechazar a una persona sin decirle que "la edad es el impedimento" y que a sus ojos no fue muy amable hacerlo sentir mal con su presencia los días siguientes después de la confesión de Hyuga... de todas maneras lo hecho hecho estaba y ya no tenía caso pensar en ese detalle. Hyuga ya había superado su enamoramiento.

— ¿O estás celoso?.— Bell se cruzó de brazos dándole una mirada de burla.

— ¡Por supuesto que no!.— Eso había alterado aún más a Silas.— ¡Aléjate de Hyuga! ¡El es demasiado bueno y lindo como para estar con un niño arrogante y engreído como tú!

— Si aja, lo que digas.— Se había burlado aún más pues, Silas cayó en su juego.— Creo que no te gusta que sea mi amigo, y no tengo porque hacerle caso a un perdedor.

— Pues este perdedor te romperá todo lo que tienes de cara.— El mayor se trono los nudillos, a Silas no le importaba siquiera que fuera un niño pequeño, el era capaz de golpearlo.

— Tu no puedes decirle a Hyuga quién o no puede ser su amigo... No eres su novio para empezar.— Había puesto en jaque al peliverde ya que Silas con la mirada delató algo más.— Al parecer si estás celoso de que el este conmigo. ¿Te gusta?

— Eso no te incumbe.

— Me incumbe.— Bell no había cambiado su expresión, al contrario la mirada hizo enfurecer aún más a Silas.— porque Hyuga me gusta.

Bell lo había dicho con un tono tan natural que Silas le creyó... Realmente el ojiazúl no tenía sentimientos románticos por su amigo, pero Silas lo estaba molestándo, no solo por la conversación del momento sino porque varias veces de los que se quejaban de su amistad con Hyuga, el era el que más lo hacía.

Así que ¿y porque no darle un motivo para que lo odiará más? no solo por ser el Rey de los Demonios y dejar en claro que es el Blader más fuerte, sino que, para darle un motivo personal para que lo deteste con razón aparente. Y también para molestarlo pues en su momento había hecho sentir mal a Hyuga.

— Mira maldito enano, ya me cansaste.

Aunque reaccionó violentamente como creyó haría, no imagino que Silas lo sujetaria del cuello de la capa que usaba y jalo a Bell hacia el, por el tamaño pequeño del niño a Silas no le fue problema jalarlo con fuerza, estuvo a punto de soltarle el puñetazo pero alguien más interrumpió.

— ¡Silas no!

Hyuga se había acercado asustado y con fuerza lo sujeto del brazo evitando según el, una tragedia. Bell sonrió burlón provocando todavía más el enojo de Silas.  Hyuga había logrado que Silas lo soltara del cuello de la ropa.

— ¡No le hagas nada!.— Está vez el pelirojo estaba enmedio de ambos para evitar algo más.

— Hyuga yo...— Silas intento calmarse.

— No te preocupes Hyuga... el idiota de Silas no iba a hacerme nada.— Para molestia del mayor, Bell le tomo la mano a su amigo pelirojo.— Ya vámonos...

— Pero... Silas.— Hyuga vio al peliverde, parece que quería decirle algo.

— Ya no importa.— volvió a insistir.— vámonos...

Bell había logrado terminar su cometido pues se llevó de su mano a Hyuga, Silas solamente se arto de esa situación y golpeó con fuerza la pared.

— ¡Maldición!.— Seguia fuera de si una vez que ambos niños se perdieron de su vista.

— Parece que el niño te alteró bastante.— Un pelirubio con un mechón rojo en su cabello de ojos oscuros sonrió levemente.

— Cállate Free...— Silas se trono el cuello todavía fastidiado.

— Hyuga...— Free prosiguió hablando una vez que se acercó a su amigo.— ¿De verdad no te gusta?

— Ya es tarde para eso...

Debido a la cercanía de Bell con Hyuga, Silas había generado, tarde, sentimientos más allá de una amistad por él pelirojo de linda mirada, pero la edad de diferencia era un detalle muy importante que le iba a impedir acercarse a él... Además de que anteriormente lo había rechazado y por la manera deprimente que veía a Hyuga durante ese tiempo, sería difícil estar con él.

Y teniendo la amenaza de Bell y su confesión de amor... Con lo bien que se llevaban ese par de enanos, era obvio que Silas ya no tenía oportunidad de estar con él.

Al haber salido de las instalaciones, Bell desde hace rato había soltado a Hyuga de su mano e iban caminando con tranquilidad rumbo al restaurante de los padres del pelirojo, estando en ese lugar lo trataban muy bien y se sentía a gusto.

— ¿Que se te antoja comer?.— Hyuga sonrió.

— Lo que gustes estará bien.— Bell iba caminando con seriedad a su lado.

— Lamento que Silas te haya querido golpear, el a veces reacciona muy mal...— Aunque, el pelirojo se sorprendió un poco, por más molesto que estaba con el, nunca le levanto la mano como hizo con Bell.

— No te preocupes, fue culpa mía por molestarlo.— Siguió hablando el ojiazúl.— Parece que el idiota es de mecha corta, pero no te preocupes, yo empecé.

— Aún así perdón.

— No te disculpes, no por el.— El niño lo vio de reojo.— ¿Silas todavía te gusta?

Hyuga se le quedó viendo mientras caminaban, ya era de su dominio saber ese detalle pero sonrió y negó con la cabeza.

— Ya no, pero aún así es mi amigo...— Seguía explicando con su amabilidad y ternura característica.— por eso me disculpo por el... Silas es bueno aunque a veces no lo parezca.

Daikokuten sonrió ante eso... Realmente Hyuga era un niño sin igual, amable, alegre, empático y que delataba ternura y brillaba como ningún otro... cómo el mismo sol... Su sol...

Pues Bell estando con el, había comprendido que había sentimientos importantes que el podía sentir... y eso no quería decir que fuera débil, no, al contrario. Demostraba que era humano como cualquier otro y que también merecía ser feliz.

¿Que mejor que estando con alguien tan radiante como Hyuga?

Su nuevo sentimiento... Era para él, su amigo especial.

Y así iba a seguir permaneciendo siempre.

FIN
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Al final Bell si había generado sentimientos, pero es un niño y todavía no sabe de esas cosas e.e  lo que si es un hecho es que Silas noto sus sentimientos ya tarde por Hyuga owo
Espero les haya gustado este desastre n.n
Gracias por leer 😊❤️ y nos leemos pronto ❤️😊

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