Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1

El despertador comenzó a sonar a las 7:00 de la mañana. Un brazo salió de entre un montón de sábanas y, tras varios intentos, encontró al molesto aparato y lo apagó. Kneisha se levantó con cara de cansancio, había pasado una noche mala, como solía ser de costumbre. Siempre tenía el mismo sueño, o más bien pesadilla, que la acosaba cada día y que luego era incapaz de recordar. Solo tenía vagas sensaciones de lo que experimentaba dormida y ninguna de ellas era buena. Esas pesadillas habían empezado el día de la desaparición de sus padres. Desde entonces la habían acompañado, implacables e infranqueables. Aunque había días en los que casi vivía sin ellas, había otros que eran más fuertes de lo que ella podía soportar. Normalmente tenía algo que ver con el estado de ánimo de Kneisha, así que tampoco se sorprendió de que hubiese sido una noche especialmente mala: ese día comenzaba las clases en su nuevo colegio y no le hacía demasiada ilusión la idea. Ella había sido realmente feliz en su antigua vida, tenía todo lo que una chica de su edad podía querer: era popular en el colegio, la gente se peleaba por ser su amiga, era una de las mejores estudiantes de su clase y no podía quejarse de su familia.

Pero ahora le tocaba empezar desde cero, y realmente odiaba lo desconocido y los nuevos comienzos. Le aterrorizaba tener que contarle a alguien toda su historia reciente. Quizás por eso no estaba demasiado entusiasmada con lo de conocer nueva gente. La verdad era que no le importaba pasar desapercibida. Tampoco es que tuviese planeado quedarse en el pueblito supersticioso para siempre. Solo por un tiempo, hasta que volviesen sus padres de su exilio. Porque volverían. De eso estaba segura o, al menos, intentaba estarlo. Volverían en un bonito momento de reencuentro, y le explicarían todo lo que había pasado. Normalmente, cuando estaba aburrida, acababa pensando en ese momento, y en cómo sería verlos de nuevo. Se imaginaba cómo le explicaban que se habían visto obligados a actuar así por cualquier motivo descabellado, desde que los perseguía alguien hasta que debían salvar la vida de cualquier persona. Sabía que nada de eso tenía sentido. Pero todo ello era mejor, mejor que el hecho de que se hubiesen ido sin más. Mejor que aceptar que nunca habían mirado hacia atrás, hacia ella. Mejor que pensar que serían felices allá donde se encontrasen, ya libres de su cargo. Y aún así, no podía evitar que tales pensamientos acaparasen su mente de vez en cuando.

Terminó de ducharse y bajó a desayunar a la cocina, donde Damon la esperaba con una sonrisa de oreja a oreja y una bandeja con tortitas en la mano. 

— ¿Nerviosa por tu primer día? ¿Tendrás ganas de conocer a tus nuevos amigos, no? Qué bien, esas eran otras preguntas que no le hacían nada de gracia. 

—Sí, impaciente —intentó que no sonara demasiado falso—. Me muero de ganas —no le estaba quedando nada natural. Intentó recordarse a sí misma que debía aprender a mentir mejor.

Damon puso cara de saber perfectamente lo que Kneisha estaba pensando. La verdad era que la comprendía bastante bien. De hecho, aunque ella no lo sabía, deseaba poder responder a todas sus dudas, pero sabía que el tiempo era quien tenía que encargarse de ello, lo sabía por propia experiencia. Aun así, puso todo su empeño en intentar ayudarla. 

—Kneisha, no tienes por qué estar asustada, de verdad. Sé que ahora mismo no puedes evitarlo. Sé que tienes miedo de no ser aceptada, de que te miren como a un bicho raro —eso no le importaba demasiado, más bien prefería que no la mirasen de ninguna manera—. Pero te contaré un secreto: todos lo tenemos. Sin embargo, estoy seguro de que vas a conocer gente maravillosa, y dentro de unas horas me podrás decir: "Tenías razón"; ¿vale? Además, recuerda que siempre tengo razón —terminó su discurso con una media sonrisa, que triunfase allá donde fuese.

Kneisha observó a Damon, el hermano mellizo de su madre. La verdad es que para ella era un gran apoyo. Realmente no podía evitar verlo como un hermano mayor; con sus escasos treinta y cinco años, Damon era un joven físico en la cumbre de su carrera profesional: empezaba a ser reconocido en los círculos científicos por unas investigaciones de las cuales Kneisha no sabría decir exactamente de qué trataban. No tenía pareja, pero era evidente que el único motivo era que él no quería. Su atractivo físico hacía que tuviese unas cuantas admiradoras: era rubio y con los ojos verdes. Sin embargo, todo podía deberse a la sumisión y devoción a su trabajo. A veces, podía pasarse horas y horas enfrascado en sus pensamientos, en cálculos inimaginables, en cosas que Kneisha no esperaba entender jamás. O, al menos, eso creía ella. Aunque eso sí, tenía fama de triunfar en sus salidas nocturnas con sus amigos, pero estas habían cesado casi totalmente cuando Kneisha se instaló con él. 

—Gracias, Damon, por el apoyo, realmente ayuda —realmente no lo hacía, pero eso no tenía por qué saberlo él.

Kneisha cogió una de las tortitas y, haciendo frente al nudo que cerraba su estómago, intentó comérsela. No tuvo mucho éxito. Al final no pudo evitarlo, dejó los restos de comida y se levantó dispuesta a ir a clase. 

—Espera, Knei. 

Damon se acercó, la miró con sus penetrantes ojos y le dio un abrazo. Kneisha no pudo estar más agradecida en ese momento. A veces sobraban las palabras.


Era un poco irónico que el colegio estuviese al lado del mar. Dos lugares que la hacían sentir tan diferente. El colegio, al que temía por lo que pudiese pasar, y el mar, una cosa fascinante para ella. Lo temía y adoraba a la vez. Era algo extraño, desde que era una niña. Cuando se enfadaba o se sentía perdida, pasar las horas mirando el mar siempre le había resultado muy reconfortante. También le daba valor. La inmensidad y la profundidad del mar le hacía pensar en todo lo que habitaba en su interior, en todos los restos de barcos y civilizaciones que había escondidos en su interior, y así se sentía pequeña comparado con todo aquello, y por ello sus problemas parecían encogerse también. Le hacía recordar que solo era una persona más, en medio de una inmensa marea de gente, todos con sus problemas, que ella no era tan diferente, que no era la única que se había sentido así en algún momento. Por todo ello, se giró para mirar las profundas aguas azules justo antes de cruzar la puerta del colegio.


El día no había sido tan malo después de todo, aunque había tenido que presentarse delante de su nueva clase y lo había hecho torpemente. También había tenido que responder a alguna de esas preguntas que tanto temía. Pero nunca llegó a contar la verdadera historia de su vida. Supuso que era mejor decir que había tenido problemas familiares, y que sus padres la habían mandado allí con su tío. Pero las malas experiencias del día no fueron más allá. 

De hecho, fue bastante sorprendente ver el acontecer de los hechos. Para nada se lo esperaba como había ocurrido. Damon resultó que tenía razón. Había encajado. Había conocido a un grupo de amigos que la habían aceptado rápidamente entre ellos. Sabía que nunca serían sus mejores amigos, que nunca les contaría todos sus secretos, pero estaba bien para empezar. Además, notó que no había perdido su atractivo físico. Unas cuantas miradas de soslayo de la mitad de los chicos de su clase habían servido de confirmación. 

Pero aun así se sentía muy sola. Terriblemente sola entre tanta gente. 

Quizás por eso, al salir de clase, dirigió la mirada hacia la playa, tratando de hallar consuelo en ella. Pero encontró otra cosa. Una chica rubia se dirigía hacia un coche con un chico apoyado en él. La chica le sonaba de haberla visto en su clase, pero no había hablado con ella, y mucho menos sabía su nombre. Pero eso no fue lo que le había llamado la atención. 

No, no fue eso. El chico apoyado en el coche era el mismo que había visto el día anterior. El chico que se adentró en el bosque, y que por lo visto había salido con vida de ello. Pensó con ironía que las leyendas habían fallado. 

Ahora que lo veía con más claridad, pudo confirmar que su pelo, revuelto por el viento, era castaño claro, casi rubio; y sus ojos marrones oscuros. Era muy atractivo. Parecía una especie de ángel, sus facciones eran perfectas. Desprendía serenidad y elegancia apoyado en la puerta del conductor como estaba, no mostraba signos de impaciencia por la espera, parecía indiferente al mundo. Vestía la misma cazadora de cuero del día anterior. Y, al igual que entonces, levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de Kneisha de nuevo.

 No pudo evitarlo, un escalofrío la recorrió de arriba abajo. Era una sensación rarísima. Se sentía atraída hacia él. Como si una extraña fuerza la obligase a caminar hacia dónde estaban ellos. Como si hubiese estado esperando toda la vida para llegar a ese momento. Pensó en acercarse a ellos. Pero antes de que eso pasase él bajó la mirada, se subió al coche con la chica y se marcharon. Una sensación de vacío invadió entonces a Kneisha. 

Esto era una absoluta locura, lo sabía. 

También sintió una punzada de celos, o algo semejante. ¿Quién era esa chica que iba con él? Pero la extraña sensación de familiaridad se extendía también a ella, no solo a él. ¿Quiénes eran? ¿Por qué siquiera le importaba? 

Esto no tiene ningún sentido, esas eran las palabras que resonaban en su cabeza. Pero a pesar de ello, supo que era lo que iba a hacer al día siguiente: averiguar quién era esa chica, hablar con ella y descubrir la identidad del misterioso chico.

Nota de la autora:

¡Hola, Nuevos Mundos!


¡Aquí estoy de nuevo con el primer capítulo de Nuevo Mundo para celebrar el fin de semana! ¿Qué planes tenéis? Yo... ¡pienso estar actualizando este libro el sábado y el domingo! 🤓 Así que habrá novedades de Kneisha muy pronto

Mientras tanto, os cuento que voy a añadir una canción al inicio de cada capítulo 😎 Esto es algo muy "yo" que ya hice en Trirrelatos, ¡y también lo hago con mi vida! (En este momento estoy terminando mi lista de canciones del verano, una por día). La novedad es que los videos que voy a compartir serán versiones en vivo siempre que estén disponibles, como esta canción de Olivia Rodrigo que me encanta. ¿Habéis escuchado su último disco? Es BRUTAL 😉😉😉 Volviendo al libro, recopilaré todas las canciones en las siguientes listas:

- Spotify: https://open.spotify.com/playlist/3GhTB0BcGkyDzuzjsPuQNi?si=a66b236425764bea

- Apple Music: https://music.apple.com/es/playlist/nuevo-mundo/pl.u-MZqGI13krd8

Espero que os guste esta idea y estoy deseando conocer vuestra opinión sobre todo este proyecto. Además cualquier sugerencia de canciones será bienvenida ☺️

¡Que tengáis un genial fin de semana!

Crispy World

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro