Mientras Rita y Michael estaban en la habitación conversando, algo pasaba en la habitación del pequeño bulldog.

El pequeño bulldog se encuentra en su cama profundamente dormido hasta que algo lo empieza a inquietar.

El pequeño bulldog se levanta al sentir un fuerte dolor en su pancita que no lo deja dormir profundamente.

Rubble: ¡Mami! ¡Michael! ¡Me duele mucho! ¡Vengan, por favor! *llorando al sentir el fuerte dolor en su pancita*

En ese momento, Rita y Michael oyen los gritos del pequeño bulldog y se van corriendo rápidamente a su habitación.

Al llegar a su habitación, ambos ven al pequeño bulldog retorciéndose de dolor mientras está acostado sobre su cama.

Rita: *Carga al pequeño bulldog y trata de consolarlo* Michael, tenemos que llevar a Rubble al hospital, rápido

Michael: Vámonos *coge las llaves del auto y empieza a caminar rápidamente hacia la puerta del departamento*

Rita: mm... *Empieza a caminar junto a Michael mientras acaricia suavemente al pequeño bulldog y lo consuela*

Rubble: Mami, me duele mucho mi pancita, no soporto el dolor, haz que el dolor pare, por favor, mami *llorando*

Rita: No te preocupes, bebito, todo va a estar bien, verás que el dolor de tu pancita muy pronto desaparecerá

Después, Rita, con el pequeño bulldog en brazos y Michael suben al auto y se dirigen rápidamente al veterinario.

En el camino al veterinario, Michael se encarga de llamar a una vieja amiga que espera que atienda a Rubble.

Minutos después, Rita y Michael llegan al veterinario y bajan del auto con el pequeño bulldog para que lo atiendan.

La amiga de Michael atiende a Rubble y lo lleva a un consultorio para poder examinar al pequeño bulldog.

Michael y Rita se quedan en la sala de espera esperando noticias del pequeño bulldog y sobre su estado de salud.