Rita: Verás, mi bebito, todo pasó cuando yo era una perra callejera, yo buscaba comida en los basureros, a veces yo no encontraba nada para comer, pero una que otra vez lograba encontrar algo de comer, aunque sea muy poco, cuando eso pasó fue una noche cualquiera, yo buscaba comida en los basureros de los callejones, y en uno de esos callejones, fue donde un perro me violó, me tomó de la cadera y me metió al callejón y en ese callejón fue donde me empezó a violar de la manera más desagradable del mundo, yo le suplicaba que me deje ir pero él jamás me hizo caso y siguió violandome durante unas horas. Luego de haberme violado, se fue y me dejó a mi suerte, lastimada sin moverme y me quedé en ese callejón durante un par de horas hasta que tomé fuerzas para levantarme y empecé a caminar por las calles, llegué al lugar en donde dormía, esa noche no pude dormir nada por el temor que tenía de que ese perro pueda encontrarme y me vuelva a violar, así estuvo durante un par de semanas, con temor, ya no salía de noche y no podía dormir, hasta que un día, sentía que mi cuerpo estaba cambiando y ahí yo me enteré de que estaba embarazada de tí, mi hermoso bebito, al principio yo me sentía muy mal, sabiendo que estaba embarazada de mi violador, estaba tan enojada que intenté hacerte daño para que no naciera, pero después algo me hizo reaccionar y aunque algo terrible me ha pasado, lo que iba a llegar era algo muy hermoso, era el regalo que Dios me dió y ya no quise lastimarte ni hacerte daño, al contrario, yo te cuidé en todo momento desde que estuviste en mi pancita, le hice una promesa a Dios de que jamás volvería a hacer algo que te hiciera daño y que siempre te iba a proteger de aquellos que quisieran lastimarte, fue horrible lo que me pasó, mi bebito hermoso, pero eso no aparta el hecho de que yo te quiero mucho, mi bebito hermoso, no te culpo por nada, eres un hermoso regalo que Dios me dió y recibí ese hermoso regalo con todo mi corazón, mi bebito