
𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝒱𝐼
¡FELIZ NAVIDAD ATRASASA Y AÑO NUEVO ADELANTADO! Perdón chic@s pero habrá un pequeño hiatus de dos lunes, yo también necesito descansar y adelantar capítulos ^^' tanta compu me cansa o marea.
Como dejé lo del tema de la "musa" con Théo muy olvidado, quise hacer un capítulo de Rayis y él, estos dos se llevan muy bien.
Capítulo 6: Un Día en el Museo
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—Así que todo salió bien con Marianne ¿cierto?— Miré con cara de 7u7 al maestro Fu.
Él se atragantó con su té. —E-em sí, sí. Sé que pronto podremos estar juntos— suspiró.
—Yo también pienso lo mismo— comenté mientras acariciaba a Wayzz en su cabeza.
—¡Oye!— Angiee me vio, haciendo un puchero.
—Aww, no te pongas así— le comencé a acariciar con mi otra mano. Ella inmediatamente se relajó, sonriendo tranquilamente.
—Bien, ya que todo se calmó, comencemos oficialmente con tu entrenamiento.
—Espere maestro— alcé una mano en su dirección. —Am, cuando Marianne fue akumatizada, ella llamó a mi miraculous "maldito"— pude notar el cambio de expresiones de los presentes.
—______, ya sabes que-
—¡¿ME VOY A MORIR?!— Exclamé perdiendo la calma.
—¡No!— Aclararon los tres. Luego Angiee apresuró a decir. —Claro que no, ______. Es solo que me han llamado así por las catástrofes que he causado.
—¿Y no tendría más sentido que llamaran así al miraculous del gato?— Alcé una ceja. —Plagg destruyó a los dinosaurios y a saber qué más— me crucé de brazos.
—Sí, pero esa es su función, destruir. En cambio, el miraculous del ángel es el más extraño de todos ya que como es de lo sobrenatural no se sabe de qué es capaz. A parte de ser inestable— respondió el mayor extendiendo un pergamino sobre la mesa.
Suspiré. —Bueno, yo quería un miraculous y ya me encariñé mucho con Angiee como para dar marcha atrás— tomé la taza llena de té que me había ofrecido el maestro antes de tocar el tema.
—Realmente me sorprende que puedas controlarlo, no quiero que vuelva a suceder aquel incidente que me contaron mis maestros— comentó el anciano.
—¿Hablas de cuando por accidente casi mato a la portadora del miraculous de Ladybug de la época en la guerra esa?— Angiee cuestionó, pensativa. Escupí mi bebida y la vi incrédula. —Je,je... je— se escondió debajo de la mesa.
—Violento poder, violenta kwami, violenta portadora— dije y negué. (Mi cuerpo se va a cansar más de lo que se cansa cuando subo escaleras).
—Regresando al tema del entrenamiento. Hoy te contaré la historia del origen de los miraculous y la función de cada uno que está en la caja que resguardarás.
—¡Oh! Conozco el origen— repliqué emocionada dejando mi taza vacía a un lado. —Básicamente, los kwamis y los miraculous no son lo mismo. Cada kwami representa algo en especial, como Wayzz representa la protección y Angiee lo sobrenatural. Los kwamis surgen cada vez que algo nuevo surge, por lo que Tikki fue la primera kwami de toda la historia, y son criaturas que no podemos ver, ya que son abstractas y por lo tanto creemos que no están ahí. Aquí entran los miraculous, que fueron creados por un mago chino para que dichas criaturas pudieran convivir con los humanos y transmitirles parte de su poder o el poder completo para beneficiar a la humanidad— sonreí con los ojos cerrados.
Los 2 kwamis y el maestro se me quedaron viendo sorprendidos.
—Qué buen resumen— comentó Wayzz.
—Muy bien jovencita, veo que estás bastante informada— respondió el anciano oji café.
—¡Yup! Gracias a los comics. ¡Y eso que decían que nunca iba a servir para nada!— Reí, finalmente mi conocimiento fangirl daría sus frutos en algo muy importante como ser guardiana de los miraculous.
—Entonces, procederé a explicarte la función de cada miraculous en la caja. Eso si no lo sabes ya— alzó una ceja, dubitativo.
Rasqué la parte trasera de mi cuello. —Nel, solo sé acerca de los miraculous principales, y algunos del zodíaco chino. Por favor enséñeme ¡QUE QUIERO SABER!— Se me disparó lo fan a full. Mis ojos brillaban y comencé a temblar de la emoción.
—Muy bien— asintió sonriente y se dirigió a sacar la caja.
[Yyyyy permítanme me detengo justo aquí para explicar que no mencionaré el poder de cada miraculous ya que estoy segura que la serie nos mostrará más adelante los poderes de los 6 que faltan por revelarse (Perro, Gallo, Cabra, Tigre, Buey y Cerdo) y no quiero basar esta parte de mi fanfic en especulación].
Pasamos como media hora hablando de los poderes de cada miraculous. Fue fácil porque la mayoría ya me los sabía gracias a la serie, pero al descubrir los restantes me sentí emocionada de ser la primera fan en saberlo.
—¡No se preocupe maestro, seré una de las mejores guardianas que hayan existido!— Exclamé alzando un puño.
—Yo sé que sí— asintió sonriendo.
Iba a dar por concluida la clase de hoy pero de repente mi celular sonó.
—¡Wow, wow, wubbzy! ¿Puedo?— Mostré mi celular. Al recibir aprobación, contesté. —¿Aló?
—¡Hola ______!— Escuché la voz de Théo.
—Théo, hace mucho que no oigo de ti. ¿Has estado ocupado?
—¡Sí! ¿Recuerdas la gran exposición que mencioné?
—Nope— hice un gesto a pesar que él no podía verme.
—¿En serio?
—¡Wey! Tenía hambre la última vez que nos vimos. No pude pensar en nada hasta después de que me invitaras a Mc Donald's— me defendí.
—Lo sé, sé de tu apetito voraz. ¿Recuerdas el dibujo que te hice mientras comías?— Se burló.
—Te odio— refunfuñé con los ojos entrecerrados.
—Sé que eso es mentira. En fin, la exposición será en cuatro días y un crítico de arte muy reconocido vendrá a ver mis pinturas hoy— continuó.
—¡No mames! ¡Eso es genial, Théo!— Sonreí felicitándolo.
—Gracias, pero me estoy muriendo de los nervios y tú eres buena para dar ánimos— se notó su tono tembloroso.
—Am ¿seguro que hablas con la persona correcta?— Alcé una ceja, insegura.
—Bueno, ya que fuiste mi inspiración para varias pinturas también deberías venir. Será más llevadero todo si no estoy solo.
—Okey, solo confírmame algo... ¿Servirán comida?— Pregunté con seriedad.
—... Sí— imaginé que sudó frío.
—¡Pues claro que te ayudo en todo lo que quieras, amigui del alma!— Sonreí nuevamente a más no poder.
—Ay ______, a veces te pasas— suspiró.
—Sorry, a veces soy una cerda c*lera narcisista— me encogí de hombros.
—¿Vienes en camino?
—Llego al tiro— colgué y me volteé al maestro, quien estaba súper calmado, pues ya sabía cómo era mi personalidad. —Como lo oyeron, me necesitan en otro lugar. ¡______ fuera!— Lancé un beso. —¡PAZ!— Y salí del lugar, con Angiee siguiéndome y luego escondiéndose en mi pelo. Caminé a paso rápido en dirección al Louvre. —Angiee ¿puedes ser mi Uber?— Me detuve frente a un callejón para nada sospechoso.
—¡Adelante!— Respondió con su típica actitud alegre.
—¡Pues ilumina a esta criaturita del señor!— Exclamé.
—(T/A), ¿qué dijimos de las frases largas?— Mi kwami salió de mi cabello cruzando sus patitas.
—Ay, que fea sos— hice un puchero.
—Bueno, por hoy dejo pasar la bromita pero sé seria cuando hayan akumatizados ¿va?— Entró en mi diadema.
—¡YEAAAAA!— Alcé mi voz mientras mi secuencia de transformación para nada alucinógena ni epiléptica se llevaba a cabo.
Salté de techo en techo con velocidad. Visualicé a Marinette, quien estaba espiando a Adrien en una de sus sesiones fotográficas. Rodé los ojos y me reí por lo bajo. (A veces me pongo a pensar que no soy lo suficientemente stalker- ¡ay! Quiero decir, paparazzi de Adrien. Meh, detalles) me encogí de hombros. Al notar la mirada del rubio en mí, agité mi mano con energía y seguí mi camino.
Aterricé en otro callejón destransformándome y corrí hacia el Louvre.
—¡Théeeeeeeo!— Llamé la atención del chico quien estaba enfrente del museo, paseándose de lado a lado en un gesto nervioso.
—Uff, (T/A), al fin— me abrazó y me soltó muy rápidamente, no pude regresarle el gesto. —Tardaste siglos, y estoy muy nervioso ¡muy nervioso!— Alzó las manos en un gesto ansioso y procedió a morderse las uñas de una mano.
Tomé su mano para que dejara de hacer esa acción. —Oye, tranquilo viejo. No soy Zoom, no puedo ir de allá pa ca' en segundos— bajé su mano lentamente. —A ver, deja de caminar de un lado a otro que me pegas tu nerviosismo— lo detuve por los hombros. —Ahora inhala y exhala— procuré hacer mis gestos lo más despacio posible. —Inhala y exhala.
Él imitó mis acciones y parecía que funcionó... Por unos segundos, ya que justo 2 minutos después pudimos divisar un auto con apariencia de costar mucha plata. Y eso provocó otro arrebato de ansiedad y soltó un chillido, haciendo que me sobresaltara.
—¡A este paso soy muy afortunada de no quedar sorda!— Sobé ambas orejas con un gesto de dolor.
—¡Olvida eso! ¡Es Joan Mauri!— Me gritó susurrando, agitándome por los hombros.
—¿Quién?— Dije con tono tembloroso por como me agitaba de un lado a otro.
[Es un nombre inventado xD lo saqué de un canal de Youtube llamado Helemlove, me gustó ese nombre].
—¡Joan Mauri! Un crítico de arte muy prestigioso del país. Nunca creí que se interesaría por mi arte— noté que una sonrisa creció en su rostro. (Está nerviosionado).
—¿Dudas? Si tus pinturas y esculturas son grandiosas, pones tu alma en ello— le sonreí dulcemente para inspirar confianza.
Mi comentario pareció reconfortarle. —Gracias— fue lo último que dijo antes de enfocar toda su atención en el hombre que venía hacia nosotros con paso firme y elegante.
—B-Buenos días, señor Mauri— Théo tartamudeó pero logró recuperarse.
—Buenos días. Usted debe ser Théo Barbot, Carl me habló muy bien de su trabajo como artista— estrecharon manos.
—¿Carl?— Susurré, perdida al no recordar a alguien con ese nombre.
—Quien halaga mis pinturas— soltó un murmullo con rapidez que pasó desapercibido por el señor de enfrente.
—Aaaaah— (el wey que a veces llega al estudio) pensé.
—¿Y quién es esta señorita?— El adulto que ya poseía un tono grisáceo en su cabello castaño claro me miró.
—______ (Tu apellido) a su servicio, señor— extendí mi mano con una amplia sonrisa. (No era momento de que la timidez se apoderara de mí, debo ser fuerte por Théo). —Soy la inspiración y amiga de Théo.
Tomó mi mano entre las suyas. —¡Ah! ¡La musa! Eres encantadora, pero tan joven. ¿Cómo se conocen?— Alzó una ceja, curioso.
—E-es una historia complicada que incluye una escenita vergonzosa que quisiera olvidar— desvié la mirada con una sonrisita nerviosa. (Sin mencionar lo de Copigato) tragué en seco.
El castaño notó mi disconformidad y aclaró la garganta. —Resumiendo, nos conocimos en la inauguración de la estatua de Ladybug y Chat Noir— omitió varios detalles.
—Sí, yo me acerqué a halagarle por su trabajo y el resto es historia— recuperé la compostura y chocamos puños.
El crítico esbozó una sonrisa, que a mi parecer, era nostálgica. —Veo que tienen una buena relación. Y me imagino que tú le habrás propuesto una diferente perspectiva ¿no?— Se dirigió a mí. —Hay cuadros sobre temas que un pintor joven no utiliza.
—Que perspicaz. A veces usamos una técnica algo original para tener ideas. Consiste en que lanzo una palabra o tema al azar y él aplica su mágica— moví los dedos para ponerle misterio al asunto.
Théo suprimió una risa tosiendo falsamente. —¿Magia?— El señor Mauri rió intrigado.
—Sip, sus poderes de artista e imaginación— imité el gesto del arcoiris de Bob Esponja.
—Que buen equipo— asintió con aprobación y procedió al interior del museo.
Mi amigo artístico sonrió a más no poder. —¿Oíste eso? ¡Lo impresionamos!— Le brillaron los ojos por el entusiasmo. Levanté mi dedo pulgar, también entusiasmada y trotamos detrás del crítico.
Continuamos hasta llegar a la sala donde se expondrían las pinturas de Théo y algunas de sus esculturas. La iluminación era la indicada para realzar la belleza de cada obra y el recorrido era continuo, con 2 estatuas en el centro del lugar mientras que el resto estaba ordenado de forma meticulosa entre las pinturas alrededor de la sala.
—Me parece que será una exposición impecable— asintió viendo alrededor.
—¿Y la comida?— Solté sin pensar, inclinando mi cabeza hacia un lado.
Théo se facepalmeó pero mi comentario provocó una carcajada por parte del señor Mauri. El oji café y yo lo vimos, sorprendidos.
—¡Eres como yo en mis años de juventud! ¡Tienes pasión!— Se me acercó y me dio una palmada en la espalda.
Sonreí con inocencia mientras que Théo suspiraba aliviado y limpiándose el sudor que el estrés y nerviosismo le provocaba.
—Puedo ver tu influencia en algunos cuadros. ¡Oh! Este de Notre Dame al atardecer es uno de mis favoritos— comentó el mayor.
—¡Fue mi idea!— Alcé la voz con alegría.
—¿Será que compartimos el mismo gusto por la catedral?— Me preguntó sonriente y procedió hacia las esculturas del centro.
Me acerqué a Théo, jalándole de su chaqueta para que se agachara a mi altura. —Este tipo me cae muy bien— le susurré.
—No creí que se llevarían tan bien pero me alegro— concordó conmigo.
Los tres entablamos una conversación. Yo le pregunté al señor Mauri cómo había sido su experiencia a través de Francia y en las distintas galerías y museos.
—Si tuviera que describirlo en una palabra sería "enriquecedora"— frotó su barba con una mano, en pose pensativa. —Siempre amé el arte y viajar de niño, así que soy afortunado de poder hacer ambos— sonrió con los ojos cerrados. —Me encanta este país, y claro que he llegado a viajar a Londres, Italia y Alemania, pero prefiero quedarme en Francia— continuó explicando.
Ambos lo mirábamos con admiración. —¡Toda una experiencia!— Comenté.
De pronto, una nueva voz se unió a nuestra conversación.
—Espero no llegar tarde— comentó el mismo señor rubio que a veces llegaba al estudio de Théo.
—¡Carl, muchacho! Únetenos— invitó el señor Mauri.
(Wey, parezco estar fuera de lugar. Yo tengo nula experiencia en el campo profesional) mi rostro tomó una expresión de "WTF" por unos segundos pero la reemplacé con una sonrisa al saludar a Carl.
Retomamos la conversación previa sobre la gran experiencia de Joan Mauri y cómo sería presentada la exposición en cuatro días.
—Estoy tan feliz por ti Théo, te lo mereces. Algunos artistas no son reconocidos a pesar de merecerlo, y aquí— el adulto rubio se señaló a sí mismo. —Es donde entro yo— sonrió con orgullo. Solté una risita, al igual que los presentes hasta que un tono de celular nos interrumpió. —Oh, discúlpenme— Carl se excusó, contestando la llamada a la vez que se alejaba un poco.
—¿Y qué me dices tú ______? ¿Tienes dotes artísticos como Théo?— El crítico cuestionó.
Negué con mis manos, apenada. —Oh no, solo soy aspirante-
—¿Qué dices? ¡Dibujas muy bien!— Théo intervino.
—¿Dibujas?— Cuestionó el mayor, interesado.
—Bueno, soy principiante-
—¡Así se comienza! Puedes llegar a ser una dibujante famosa ¿quién sabe? Tal vez pidan tu arte en algún museo— animó.
—S-sería un ¡escándalo!— Sonreí entusiasmada al imaginarme ese escenario.
—Si sucede, asegúrate de ponerte en contacto conmigo— me dio su tarjeta de presentación.
Asentí agradecida (no todos los días recibes ánimos de un crítico de arte). Sin embargo, el ambiente relajado se tornó en uno tenso cuando escuchamos a Carl alzar cada vez más el tono de voz.
—¡Pero ya estaba agendado!... ¡Esperamos medio año para esta oportunidad...!
—Debe tener complicaciones— comentó el crítico levemente preocupado.
Se oyó otra queja de Carl. —¡... Me encargo que artistas principiantes y novatos con gran talento puedan ser reconocidos a través de varias oportunidades con distinta índole y ustedes desechan dichas oportunidades así como así!— Colgó bruscamente y se quedó mirando el teléfono. —No puedo creer que los encargados de la exposición retrasen todo como si nada— tenía la sensación de que nos estaba hablando, pero a la vez, decía en voz alta la información para procesarla. —Alteran no solo mi agenda sino que la del señor Mauri. ¡Ellos deberían tener presente que él es un hombre sumamente ocupado!
—Oh oh, esto no me gusta— di un paso hacia atrás. (Conociendo al pesado del Hot Mot va a akumatizarlo. Y sería sospechoso irme ahora, carajo) maldecí por mis adentros.
Théo se le acercó y puso una mano en su hombro. —Calma Carl, habrán otras oportunidades— trató de hacerlo entrar en razón.
—¡No puede ser!— El rubio se restregó el rostro, frustrado.
—No me importaría quedarme unos días más de lo planeado— comentó el de pelo grisáceo.
—No serviría de nada. Atrasaron al exposición para dentro de dos meses— Carl apretó la mandíbula.
—¿Tanto?— Dije preocupada. (Rayos, Carl y Théo son buenos amigos, era obvio que a él le afectaría que su amigo perdiera una gran oportunidad como esta por culpa de unos insensatos).
La típica mariposa negra que todos conocen se hizo presente, alarmándome, sin embargo fue muy tarde para avisar ya que a Carl lo rodeó la bruma oscura y púrpura, transformándolo en un akumatizado.
—¡No, Carl!— Gritó Théo preocupado dando un paso atrás.
—E-esto solo lo había visto por las noticias— comentó el crítico, asustado.
El que antes era Carl, se volvió transparente y poco a poco atravesó el suelo del lugar, desapareciendo. Seguido a eso, cada obra de arte comenzó a temblar y a moverse de su sitio.
—¡No mames!— Dije retrocediendo hasta chocar espaldas contra el crítico y Théo.
Las pinturas rápidamente giraron hacia nosotros y comenzaron a flotar con una velocidad alucinante hacia nuestra dirección.
—¡Sálvese quien pueda!— Tomé al señor Mauri de la manga de su abrigo y eché a correr como Dios manda.
—¡¿Qué está sucediendo?!— Exclamó alterado.
—Es como en la película "Una noche en el museo"— respondí. (Verg*, no puedo transformarme con Théo y Joan junto a mí) miré al crítico que llevaba arrastrando por su muñeca mientras él corría tratando de mantener mi paso. Marqué rápidamente el número de Nath con mi mano libre. —¡Nath, ven al Louvre con mi bate ahora!— Exclamé sin vacilar.
—¡¿Estás en peligro?! ¡Ahora voy!— Colgó. (Ups, creo que mi tono lo alarmó. Oh bueno, solo queda esperar).
Llegamos a la exhibición egipcia. Era demasiado silencioso para mi gusto.
—Un momento. ¡Es mejor irnos!— Mi amigo exclamó preocupado.
—¿Qué? ¿Por-? ¡AAHH!— Una venda blanca muy sucia se enredó en mi torso y me levantó del piso. —¡MOMIA!— Grité completamente en shock, tratando de liberarme.
—¡¡______!!— Los dos presentes corrieron a socorrerme.
—¡No me pagan lo suficiente para luchar con una estúpida momia!— Exclamó el señor Mauri tomando un bastón de una exhibición y atacó al muerto viviente.
—¡______!— Angiee me gritó susurrando preocupada.
—Shh, no puedo transformarme, Angiee— repliqué perdiendo la poca calma que tenía.
De repente, unos pasos ruidosos y apresurados llamaron mi atención.
—¡¡¡______!!!— Oí la voz de Nathaniel, cruzó la entrada de la exhibición egipcia y me lanzó con todas sus fuerzas mi bate.
Con habilidad lo atrapé y le encajé a la momia los clavos de mi arma, logrando que me soltara y Théo me atrapó antes de que yo cayera al suelo.
—¡VAMOS, VAMOS, VAMOS!— Grité poniéndome de pie y empujando a la muchachada fuera de ese lugar.
Me puse al frente del grupo junto al señor Mauri, ambos bateábamos fuera del camino cuadros voladores.
—¡Cúbranme, debo hacer una llamada!— Hablé de repente.
—Ay ¿es necesario?— Théo preguntó incómodo, me imagino que ya sabía a quién llamaría.
Le lancé una expresión de "Really Nigga?" y marqué el número de Adrien. Milagro que contestó, ya que normalmente no lo hacía.
—¿Princesa?— Sonó animado.
—¡Princesa de Disney! ¡¡Ayúdame porfa-!! ¡AH!— Esquivé el cuadro de la Mona Lisa. De pronto, las estatuas de la exhibición griega, etrusca y romana nos encontraron y nos comenzaron a perseguir. —¡Esto empeoraaaaaa!— Théo tomó mi muñeca para ayudarme a aumentar la velocidad.
—¿No puedes transformarte?— Susurró alarmado.
—¡No!
—Voy en seguida— cortó. (Pero si ni siquiera sabe dónde estoy) dejé de pensar en eso y marqué el número de Marinette.
—¡Rayos, Ladybug no contesta!— Dije preocupada.
—¡Llamaré a Mireille, ella debe estar en el estudio de noticias a esta hora! ¿Tal vez podemos llamarla a ella y a Angelight así?— Sugirió Théo.
Tragué en seco. —A-Angelight me dijo que hoy comenzaban sus vacaciones por el Caribe, había estado muy e-estresada. P-pero hazlo— le di el visto bueno.
El castaño sacó su teléfono y nuevamente me puse al frente para patear traseros de estatuas. Nath había traído un sartén y se estaba defendiendo bastante bien.
—Perdón por meterte en esto— le dije apenada.
—¿Qué? ¿Por meterme a un museo poseído con arte viviente que te ataca? Que forma más entretenida de pasar un domingo— sonrió.
Los cuadros voladores nos rodearon. El señor Mauri defendía a Théo mientras este hacía la llamada a la vez que el oji turquesa y yo nos pusimos espalda con espalda, y golpeamos las obras lejos, algunas se destrozaron en el proceso.
—¡Listo!— Exclamó mi amigo artista. En ese momento, Chat Noir llegó al lugar.
—¿Qué demonios...?— Se quedó anonadado.
Las pinturas, estatuas y demás se giraron a verlo, al igual que el grupo con el que estaba.
—¡Yey, Chat!— :D Exclamé emocionada lanzando mi bate por un lado y corriendo al superhéroe. Lo abracé con fuerza. —Ya llamamos a Ladybug por Televisión, no preguntes. ¡Estamos en una noche en el museo!— Le informé brevemente. —¡Ah! Y si preguntan, Angelight está de vacaciones por el Caribe— le susurré lo último.
Me miró extrañado pero asintió. —Es mejor que todos salgan de aquí en este instante— ordenó.
—¡Ya lo oyeron, corran!— El crítico anunció y él no vaciló en salir corriendo.
—¡La momia nos gana terreno, hay que apurar el paso!— Dije mientras miraba a un ejército de cuadros y estatuas venir en nuestra dirección desde el interior del museo.
—Yo les cubro, escapen ahora— Chat sacó su bastón, listo para pelear.
—Y yo te ayudaré— anuncié, recogiendo mi bate y poniéndome a su lado.
—Preciosa, ¿qué dijimos de ponerte en peligro?— Me vio con seriedad.
—Que no lo haga— rodé los ojos. —¡Pero no pienso dejar a mi novio solo contra un ejército de arte viviente! Lo siento pero te ayudaré, quieras o no— le lancé una mirada que mostraba que hablaba en serio.
Él suspiró, asintiendo vagamente.
—¡Entonces yo también me quedo!— Nath replicó caminando hacia nosotros.
—Ni en pedo weon ¡te me vas ya afuera que no quiero que te hagan ketchup!— Chasqueé los dedos, señalando a la salida.
—¡Hum!— Hizo un puchero pero se fue junto con Joan y Théo.
—Siempre obstinada ¿eh, belleza?— El oji verde sonrió de lado, mirándome por un segundo.
—Siempre, gatito— sonreí amenazadoramente de oreja a oreja. —¡Vengadores, unidos!— Grité con fuerza y corrí hacia las distintas pinturas, destruyendo todo a mi paso.
El rubio no se quedó atrás y ambos luchamos contra las estatuas y la momia fea esa.
—¿No necesitarás transformarte?— Angiee habló, saliendo de su escondite.
—No quiero ser indiscreta, además, creo que el villano se fusionó con el edificio o alguna cosa así— bateé justo en la cara a la Venus de Milo. —Además, estas cosas no están vivas. Dudo que mi poder de dejarlos ciegos ayude— miré apenada a mi kwami por unos segundos para luego regresar a lo que hacía.
—Cierto que eres fuerte aún sin miraculous— respondió en tono bajo, distinguí un poco de tristeza en su voz.
—Angiee, yo-
—¡Abajo!— Chat me jaló del brazo para agacharme junto a él justo cuando pasaron unas espadas locas volando.
—Gracias— le agradecí. Y continuamos un rato más hasta que Ladybug llegó rompiendo el vidrio del techo, una entrada sorprendente. Y aterrizó con agilidad a nuestro lado y alejando de paso unas cuantas pinturas.
—Presumida— dije con pocker face.
—¡Oye!— Se quejó.
—Pero aún así te amo— le sonreí finalmente.
—Yo igual— respondió.
—Si no se han dado cuenta, estoy justo aquí— Chat nos llamó la atención.
—Ay, por favor, no te pongas celoso. Por supuesto que todo esto es no homo— aclaré, la chica motas concordó conmigo.
—En fin, terminemos con esto, que realmente se alarga el capítulo-
¡CORTEN! Okno :v ¡Toma 2!
—En fin, terminemos con esto. ¡Gataclismo!— Exclamó alzando su mano y luego tocando el suelo.
Todo se resquebrajó. Carl akumatizado salió del piso, inmóvil, como un muñeco. No se dignó en levantar la mirada hacia nosotros, solo alzó lentamente un brazo y apuntó en nuestra dirección.
Los cuadros y estatuas se giraron a atacarnos. Los tres nos alistamos.
—¡Amuleto encantado!— La azabache recibió un látigo.
—¡Uh! Ponte a girar y (T/A) y yo saltamos por encima cada vez que se acerque— Chat propuso,, con tono infantil.
—Chat, no haré eso para jugar, mas sí para evitar que se acerquen las obras de arte y así acercarnos al akumatizado— sonrió de lado al saber qué hacer.
—¡Yo me le tiro encima!— Propuse emocionada.
—Sí/¡No!— Ladybug y Chat dijeron al unísono respectivamente.
La azabache comenzó a girar el látigo, haciendo que las pinturas no pudiesen acercarse.
—¡______ no!— El oji verde me tomó de la muñeca, inquieto.
—¡______ sí!— Contesté con alegría y jalándolo a él mientras iba corriendo hacia al malo. —¡GERÓNIMO!— Grité lanzándome al akumatizado.
—¡No-!— Chat cayó encima nuestra.
—¡Su sombrero, motitas!— Señalé. Ella lo rompió, liberando y purificando al akuma con éxito.
—No quiero que seas tan temeraria sin ser Angelight, por favor. ¡Y lanzarte al akumatizado no es la mejor forma de mantener tu promesa!— El rubio me regañó cuando me ayudó a ponerme de pie.
—Todo era parte del plan no te enojes. Ya sabes que me apellido "Peligro"— hice una pose reflejando orgullo.
—No por mucho, en unos años tendrás mi apellido— guiñó el ojo.
Me sonrojé. (Es cierto). —¡Uuuuhhhh! ¡Me suena a boda!— Ladybug alzó la voz, emocionada. —Asegúrense de invitarme.
Mi expresión se tornó en una de espanto. —Yo...— Murmuré.
—Pues claro Ladybug, estarás en primera fila— Chat sonrió, lleno de confianza.
Suspiré y no pude evitar sonreír. (Solo esperemos que todo salga bien y no me... Odie).
—¡Por favor!— Me miró sonriente.
Le devolví el gesto y fui a ayudar a Carl. —¿Q-qué me pasó?— Miró a múltiples direcciones.
—¿Tas bien, Carl? Fuiste akumatizado— el mencionado se puso de pie.
—Oh no, l-lo siento— dijo apenado.
—Meh, todo bien. Théo está muy preocupado, está esperando junto al señor Mauri afuera— le dije y nos dirigimos a la salida. —¡Oh Dios, extrañé el sol!— Dije con exageración corriendo en círculos, siendo detenida por Nathaniel, quien me abrazó.
—¿Estás bien Carl?— Théo se acercó a su amigo y se abrazaron.
—Perdón por enojarme. Sé cuanto te esforzaste por todo esto y para que lo atrasaran como si nada, pues...— Rascó la parte trasera de su cabeza.
El castaño negó. —Otra vez será— aseguró con calma y se dirigió hacia mí. —Tenía razón contigo, te enfrentas a la aventura— me dio una palmada en el antebrazo.
—Seh, por eso soy tan buena musa— hablé con tono de diva.
—¿Puedo intervenir?— Chat se unió a la conversación. Théo inmediatamente se tensó.
—Sí eh-
El superhéroe lo interrumpió. —Oye, nunca tuvimos la oportunidad de hablar de... Aquello. Actué sin pensar, te molesté y de paso enojé a mi princesa— me miró arrepentido y se notaba en sus orejitas, las cuales estaban decaídas. —Lo siento— miró fijamente a Théo.
El chico se le quedó viendo sorprendido y se inclinó a mí. —¿Está bien? No creí que se disculparía por algo que ya estaba olvidado— me murmuró.
—Lo estoy educando— sonreí.
—Todo quedó en el pasado— Théo respondió sonriente. —No te preocupes tanto por ______— me empujó hacia el oji verde, quien me atrapó de la cintura. —Nunca falta la mención de tu nombre por parte de ella— me miró pícaro.
—¡Creí que lo que decíamos en el estudio se quedaba en el estudio, traidor!— Le reclamé molesta.
—Mmmm, hay excepciones— nos guiñó el ojo y fue con el señor Mauri y Carl, quienes estaban conversando con Ladybug.
—Yo siempre soy un buen tema de conversación— Chat sonrió coqueto.
—Lo sé, nunca me canso de ello— sonreí de lado. Él besó el dorso de mi mano con su delicadeza característica antes que el pitido de su anillo interrumpiera el momento.
—¿Un beso corto y ya?— Propuso. Le di la espalda, con una sonrisa divertida. —Princesaaaa, hace mucho que no tenemos esta oportunidad— me abrazó por los hombros.
Sin decir nada, lo tomé del cuello de su traje y lo atraje hacia mí, uniendo nuestros labios. Un "uuuuuuuuuyyyyyyy" general se oyó de los espectadores metiches.
Me separé de él, lanzándole una sonrisita victoriosa y regresé con el grupo. Nos despedimos de ambos superhéroes y volvimos a la sala donde estaban las obras de Théo.
Yo suspiré. —Es una pena perder esta gran oportunidad solo por esos dos meses que atrasarán la exposición.
—Sí, pero no quiero afectar la agenda del señor Mauri, así que será lo que toque— respondió el castaño.
—De hecho...— El crítico llamó nuestra atención. —Tengo familia que no he visto desde hace mucho en Montreuil, podría ir a visitarlos y quedarme con ellos por los próximos 2 meses...
Todos abrimos los ojos como platos. —¿E-Es una posibilidad?— Théo lo vio sorprendido.
—¡Claro! Tienes mucho talento, sería una pena desperdiciarlo— sonrió con los ojos cerrados.
Nath y yo nos sonreímos y salté a los brazos de Théo felicitándolo.
—Te harás famoso, ¡de veras!— Lo felicité.
Continuará...
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@AldanaIaraAhumadaIara se tomó el tiempo de hacer el meme del cap. 1 xD. Amé el dibujo, me hizo reír más al ver a los personajes dibujados. (PD: Marinette x'D)
E hizo este de Chat x Rayis. ¡Lo amé! Muchas gracias ^^.
Esto es arte ¡aprécienlo! :3
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