Capitulo 2
Después de la muerte de Natesha (así se llamaba el hombre), la salud de , como aprendí que se llamaba la mujer, empezó a menguar, en esos momentos fue también que conocí a mi hermano solo mayor de mi por un año se llamaba Kiki y había nacido el 1 de Abril bajo el signo de Aries. En mi primera vida había sido al revés, yo tenía un hermano menor y yo era la mayor, realmente no me molestaba mucho, solamente era extraño. Conforme pasaban los días la salud de Aditi empeoraba, realmente no estaba muy segura de que tenía pero al verla toser sangre varias ideas vinieron a mi mente y ninguna muy alentadora. En un punto de vista positivo mi relación, si es que se podía llamar así, con mi hermano era cada vez mejor, el era algo un bebe muy enérgico y feliz, parecía nunca acabársele la energía, caminando y tropezando por toda la casa. En contraste yo era una niña calmada y algo tímida, me gustaba explorar de vez en cuando pero no mucho y siempre a la vista de Aditi para no preocuparla, también no me quejaba o hacia berrinches, también intentaba como podía de ayudar a Aditi, creo que mi actitud tranquilizo a Aditi quien no creo que allá podido cargar con otro hijo como mi hermano, que aunque no era malo era muy enérgico y curioso, incluso una vez casi salió de casa y por cómo se encontraba su salud en este momento no habría podido hacerse caargo del todo.
Cuando Kiki cumplió los 3 años Aditi preparo todo y salimos de nuestra casa al parecer nos dirigíamos a casa de unos parientes de ella ya que no podía seguir manteniéndose sola ya que su salud le imposibilitaba trabajar tanto y lo que había ganado Natesha ya se estaba acabando por lo cual nos dirigíamos a Lhasa, el viaje fue difícil y agotador ya que tuvimos que ir a caballo, en un principio Aditi quería hacerlo a pie pero se dio cuenta que no aguantaría, a pesar de todo no fue de todo mal, de vez en cuando acampábamos y otros nos quedamos en templos o en las casas de buenas personas que nos permitían pasar la noche, yo estaba muy preocupada por la salud de Aditi.
Los días pasaron normalmente con esa rutina, pero un día que nos quedamos en la casa de una persona pasó algo extraño, en medio de la noche escuche gritos y golpes, eran los gritos de Aditi, preocupado por la mujer que me había dado a luz en esta vida, me levante y como pude camine hasta el lugar de donde venían los gritos era en la habitación del dueño de la casa, realmente no podía abrir la puerta por lo que busque un método alternativo pero no lo había la única forma de entrar era la puerta cerrada con llave, me decidí a quedarme en el pasillo hasta que alguien saliera oculta tras unos canastos, sé que no fue muy inteligente pues si había alguien allí haciendo algo a los dos adultos allí me podría pasar a mi también, pero en esos momentos no pude pensar muy racionalmente. Me quede allí hasta dormirme, y me desperté la mañana siguiente cuando la puerta se abrió aun oculta pude ver al deño de la casa salir de la habitación, tras eso entre rápidamente a la habitación donde vi a Aditi tirada en la cama con una mirada vacía, esa misma tarde salimos rápidamente de la casa y Aditi cambio el rumbo, esta vez nos dirigiríamos a los Himalaya en busca de la familia de nuestro padre, ya que al parecer la de ella no nos podía acoger, cosa que informaron por medio de una carta.
Ya había pasado un año Kiki había cumplido los cuatro años y yo los tres. Una noche pasó algo terrible, nos habíamos quedado en una pequeña casita deshabitada en un lugar desolado ya que el clima estaba empeorando, nadie vivía allí y eso Aditi lo sabía porque al parecer había pertenecido a una conocida suya que ya había muerto. Mientras estábamos todos durmiendo, se escucho un fuerte golpe el cual me despertó y alerto a Aditi quien estaba dándole de comer a Kiki, preocupada salió de la habitación dejándome allí y se dispuso a ver por la ventana del pasillito que es lo que lo había causado. Yo la espere tranquila entre mis mantas, entonces escuche sus pasos apresurados, entro rápidamente a la habitación me agarro en brazos y nos llevo a la parte trasera de la casa, para salir por la puerta de atrás, ahí fue cuando alcance a escuchar las voces y pasos que se acercaban a donde nos encontrábamos, eran varios hombres extranjeros y al parecer borrachos por cómo se escuchaban sus voces.
Una vez afuera Aditi corrió rápidamente con los dos en sus brazos, Kiki se estaba empezando a preocupar y parecía a punto de llorar, cosa que hizo, en cuando empezó a llorar Aditi trato de calmarlo, las voces de los hombres se escuchaban mas cerca y los pasos más rápidos. Nuestra progenitora siguió corriendo hasta que en un momento paro en lugar algo desolado pero con árboles, también desde aquí se alcanzaba a ver una ciudad, pero ella ya no podía aguantar más con las fuerzas se dedico a palpar el suelo hasta que lo encontré una trampilla la cual abrió rápidamente y casi sin pensarlo nos puso a dentro a mí y a Kiki, se iba a meter ella también pero las voces se escuchaban muy cerca por lo cual tomo otra decisión.
-Mis pequeños-nos dijo viéndonos tiernamente con sus ojos color caramelo- todo estará bien, tan solo deben guardar silencio háganlo por su maan (मां) – despues de decir eso y besarnos las frente a ambos cerros la trmpilla y se fue corriendo, y asi nos quedamos ambos en silencio escuchando los pasos apresurados de nuestra madre y la de los hombres tras ella.
Nos quedamos alli toda la noche hasta que empezo a salir el sol a la mañana, hay fue cuando ambos salimos, apenas lo hicimos Kiki muy preocupado se largo a correr en busca de Aditi y yo fui tras el seguimos asi hasta que nos encontramos con ella, yo me acerque primero y apenas la vi le grite a Kiki que fuera a buscar ayuda al pueblo, cosa que hizo al verme tan preocupada y angustida. Mirando a Aditi, o mas bien su cadaver, senti tanta angustia porque a pesar de intentar no apegarme de todo a ella la verdad es que la llegue a considerar mi madre. Estaba muerta, todo su cuerpo golpeado y cubierto de sangre, habia muerto cubriendo su estomago tratando de proteger al niño que no habia nacido y que lo mas probable no lo haria. Concentrandome en eso me acerque a su estomago y poniendo la mano sobre el lo senti, el golpe, estaba vivo.
En esos momentos llego Kiki acompañado de dos hombres del pueblo que rapidamente se hacercaron a nosotras.
-¡Kiki quedate ahi!- Haciéndolo parar, por mi sorpresivo grito- ¡no te acerques!- le dije tratando de evitar de que viera el estado en el que se encontraba nuestra madre, por suerte una mujer que venía con ellos algo más atrás me entendió y evito que se acercara mas.
-Bebe, bebe- les dije a ambos hombres cuando se hubieran acercando lo suficiente señalando al estomago de mi madre, a lo cual uno se adelanto
-Estaba embarazada- dijo mientras veía el vientre de mi madre, entonces noto el moviente y la sangre que aun salía, por lo cual le abrió las piernas y ahí lo noto el niño estaba vivo, rápidamente agarro un cuchillo y lo paso por el estomago de mi madre, en eso el otro hombre me tapo los ojos. No sé cuánto tiempo paso, pero cuando quitaron las manos de mis ojos, en los brazos del otro hombre pude ver a un bebe, era muy pequeño y de piel oscura muy diferente a la de mi hermano, mi madre y yo... pero parecida al del dueño de aquella casa. Después de eso nos dirigimos todos al pueblo, el bebe en brazos de ese hombre, Kiki enm los brazos de esa mujer y yo en de otra, y por ultimo mi madre en los brazos de quien me había tapado los ojos.
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