Con un movimiento de mi dedo frente suyo, su ropa empezó a cambiar, por mi lado, después de acabar con ella hice lo mismo conmigo y rápidamente nuestros atuendos cambiaron.

“Sabia que no debía subestimar tus poderes” – dijo después que salió de su shock momentáneo.

“Te lo dije” – como no iba a ser posible, usar mi velocidad con ella, decidí mejor abrir un portal, desde luego, cuando apareciéramos frente al lugar, haríamos de cuánta que nuestro carruaje ya se había marchado.

“Yo no pienso entrar por ahí”

“Te aseguro, que no será como la última vez”

“Créeme que confío en ti, pero en esos portales no, la última vez termine perdida en el laberinto del palacio por tu culpa”

Recuerdo ese día, Samantha y yo no queríamos llegar tarde al recibimiento de su padre, así que le ofrecí abrir un portal para llegar más rápido, a lo que accedió, pero no llegamos las dos, si no que yo fui la única que llegó y ella quedó atrapa en el laberinto del palacio, solo al pasar unas horas fue que la encontramos, recibí un regalo por parte de mi padre y madre por eso.

“Esta vez no será así, confía en mí, por eso me fui 10 años, para aprender a controlar mis poderes”

“Me prometes que está vez no terminaré en alguna otra parte del reino o encerrada en algún lado” – se veía dudosa, pero está vez no terminaría así.

“Te lo prometo” – le extendí mi mano para que entramos juntas al portal.

***

“Listo ¿Ves que no paso nada?” – al fin habíamos llegado, la invitación era en la casa del Archiduque, pues aunque no perteneciera a la familia real, era un gran amigo y el consejero más leal de mi padre, por lo que le concedío ese título, su hija mayor al parecer se ha sabido desenvolver en la sociedad.

“Eso dices tú porque estás acostumbrada a esto, pero yo no” – por su cara se veía que no estaba muy bien, parece que quería vomitar.

“Tienes razón, pero con el paso del tiempo te acostumbraras”

“Si eso dices”

Con nuestras invitaciones en mano, pasamos a al entrada de la mansión, para después pasar al jardín donde se estaba llevando acabo la reunión.

Al momento de entrar, todas las miradas de los presentes se dirigieron hacia nosotras, pero no nos detuvimos y continuamos nuestro camino hacia una mesa desocupada.

“Hacía mucho tiempo que no la veíamos por aquí Princesa Samantha” – cuando nos sentamos, una chica de cabellera oscura se acercó a nosotras y continuo hablando sin hacer una reverencia.

Ante esto note que ella sería una de las cuantas ratas de las que me tendría que deshacer cuando llegara el momento adecuado.

“La verdad es que si, ha pasado un largo tiempo señorita Eldar”

“Por cierto, hasta donde sabía, usted estaba invitada con la prin…” -no deje que continuará y rápidamente la interrumpí.

“Vaya, pensé que en el reino de Arzemesia la gente era cortes y respetuosa, pero veo que me he equivocado”

“¿Disculpe? Acaso se refiere a mí” – dijo con un tono de molestia, claro que no me iba a detener, si no que le dejaría en claro cuál era su lugar. Si esto llega a oídos de mi padre, lo mínimo que puedo recibir es que de ahora en adelante salga con una escolta.

“Desde luego o es que acaso usted señorita, no noto lo irrespetuosa que acaba de ser con la princesa”
“Yo no recuerdo a ver sido irrespetuosa” – dijo en un tono engreído, como odio a las personas que actúan así y enfrente de mi.
“Entonces debería ir con su doctor, su memoria es pésima, quizá su doctor pueda ayudarla, pero mientras eso pasa yo le ayudaré a recordar. Usted vino, se paro frente a nosotras y siendo lady Samantha una princesa, no la vi inclinarse para hacer una reverencia, sin duda muestra de la mala educación que recibe en su hogar.”
Se veía roja del coraje, pero no me importaba. Por otro lado, me alegraba no haber hablado de más, sin duda que bueno que no deje que las palabras de mi mente salieran.
“Señorita, yo no sé quién sea usted pero…”
“Arina County” 
“¿Disculpé?”
“Mi nombre es Arina County, soy amiga de la princesa, mis padres son duques extranjeros”
“Eso es…”
“Así que usted es la señorita County, un placer conocerla al fin” – se escuchó una voz femenina desde atrás, era la anfitriona de la fiesta.
“Y usted es la señorita Amelia Pheral, el gusto es totalmente mío” – dije haciendo un leve reverencia a lo que ella correspondió haciendo una también hacia a mí.
“Veo que hay personas que no se cansan de molestar a otras son razón alguna, pero aunque traten de llamar la atención, solo terminan humilladas” – dijo mirando de reojo a la chica de hace unos momentos a lo que la chica no se espero más y termino saliendo de ahí con un rostro rojo de la furia que tenía.
La fiesta de té transcurrió con normalidad, pues muy pocas se acercaban a mi o a Samantha para saludar, pero pude darme cuenta de algo, la Amalia Pheral que conocía no era la misma a la que tenía frente a mi, está era más social, con más carácter, la Amelia que conocía era tímida y poco sociable a pesar de que siempre estábamos rodeadas de gente, que claro eso fue después de que mi padre y mi madre me permitieron salir del castillo.
Al finalizar la reunión, nos retiramos primero que las demás, pues teníamos que llegar a tiempo a la otra reunión, sin embargo ya en la salida frente al carruaje, Amelia se nos acercó.
“Para ser sincera, este reencuentro no fue muy de mi agrado, esperaba no se quizá que las 5e estuviéramos juntas al momento del reencuentro y que te presentarás como tú y no como otra persona” – tenía un leve presentimiento sobre lo que decía.
“¿Disculpe? Señorita Amelia parece que se está equivocando de persona”
“No lo creo, a no ser que usted no sea Ana Romina de Valdir, primera princesa de Arzemesia” – al terminar de decir esas palabras dio una sonrisa ladina.
Estaba en completo shock, no podía creer que me haya reconocido, ni siquiera Samantha pudo, aunque claro ella siempre ha tenido una gran don para reconocer a las personas así hayan pasado años.
“Supongo que de las cuatro, era a la que menos debía de subestimar, pero ¿Cómo me reconociste? Ni siquiera mis padres lo hicieron”
“De hecho eso fue muy fácil, nadie se atrevería a confrontar a la hija de uno de los hombre influyentes en este país, excepto de ti”
“Y de ti, pues veo que has dejado de ser una niña tímida y pasaste a ser una señorita bastante sociable y con carácter por lo que veo” – hice una pequeña sonrisa y me incline levemente hacia a ella.
“Lo que me servirá de mucho en el futuro” – susurré a su oído para que solo ella puediera escucharlo.
Ella solo río un poco ante mi comentario.
“Si mi intuición no falla, se les hace tarde para la siguiente reunión señoritas”
“Es verdad, pero ahora que sabes quién soy, no tiene caso ir solo nosotras, después de todo usted también es nuestra amiga, además de que su influencia ayudaría mucho”
Le dirigí una sonrisa pícara, desde luego ella ya sabía que significaba, pues desde pequeñas esa era forma de decirle a la otra que íbamos hacer una travesura, ya fuera robarle los pasteles al chef o simplemente esconderse de sus padres.