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Capítulo XLIII

No tenía muchas ganas de despertarme y menos de levantarme de la comodidad de mi cama. Estaba teniendo un sueño muy confortable por lo que quería seguir soñando.

Me giré hacia la izquierda y me abracé a la almohada pasando mi pierna derecha por encima de ella, era una posición cómoda en la que me encantaba estar.

Aspiré profundamente un aroma que me parecía familiar y al parecer provenía de la almohada, era el perfume de Donghae, eso me llamó la atención porque mi almohada no tenía ese aroma, así que ahora me estaba debatiendo en si abrir o no mis ojos y revisar el estado de mi almohada.

Me preocupé cuando sentí que algo se movía entre las sábanas y posaba su peso sobre mi cintura. Desesperada por el terror que estaba sintiendo como pude encendí el velador que estaba al alcance de mi mano.

La luz se hizo brillante haciendo que cerrara con fuerza mis ojos hasta que me acostumbrara y al abrirlos, cuando ya pude ver con claridad, no podía creer lo que estaba viendo: Donghae estaba profundamente dormido aferrado a mi cintura mientras apretaba los ojos debido a que evidentemente le molestaba la luz. Miré la hora y eran las tres y media de la mañana, en qué momento se había metido en mi cama, y qué tan dormida tengo que haber estado para no darme cuenta.

—Aysel apaga la luz que molesta. —Se quejó mientras escondía su cara entre la almohada y el colchón.

—¿No te parece que me tienes que dar una explicación de qué haces durmiendo aquí? —Pregunté cruzándome de brazos aún sentada mientras lo miraba fijamente.

—¿Qué es lo qué quieres que te explique? —Donghyeo se levantó dejando ver su cabello completamente revuelto para luego aprisionarme debajo de sus brazos—. Creo que no hace falta que te diga que quería dormir a tu lado, bueno en realidad quiero hacer más que eso, pero por ahora me conformo con dormir así que... —Se inclinó hasta quedar a escasos centímetros de mi boca—, sigamos durmiendo que aún quedan algunas horas para despertarse. —Estiró su brazo para apagar el velador y me besó ligeramente para volver a abrazarme por la cintura atrayendo mi cuerpo hacia el suyo.

—¿Cómo puedes pensar en dormir en una situación como esta? —pregunté sin luchar para separarme, de nada serviría ya que el me sostendría con más fuerza.

—Lo se, pero en verdad estoy haciendo mi mejor esfuerzo así que solo cierra los ojos y durmamos un rato más. —A decir verdad no era a lo que me estaba refiriendo pero evidentemente de nada me iba a servir discutir con él si ya se había determinado a dormir a mi lado.

Traté de relajarme para dormir, pero era imposible cuando él respiraba en mi nuca haciendo que cada vello de mi cuerpo se erizara. Traté de pensar en otra cosa, pero el solo hecho de que me estuviera abrazando lo hacía prácticamente imposible. Solo me quedaba cerrar los ojos y esperar a que amaneciera y que nadie nos descubriera.

—¡Aysel ya está el desayuno listo! —Heechul entró a los gritos a mi habitación haciendo que me sobresaltara y en una milésima de segundo recordé que Donghae dormía a mi lado por lo que traté de cubrirlo con las sábanas, pero él ya no estaba.

—Voy. —dije esperando que no notara mi nerviosismo.

—¿Por qué te ves tan nerviosa? ¿Será acaso que has tenido algún sueño pervertido conmigo? —dijo acercándose lentamente para sentarse sobre la esquina de mi cama.

—¿De qué estas hablando? ¿Por qué tendría esa clases de sueños contigo? —pregunté lanzando una de mis almohadas hasta donde estaba él siendo estampillada en su rostro.

—Porque soy irresistible. —contestó tomando la almohada y tras guiñarme un ojo coquetamente la lanzó hacia mi, gracias a Dios que tengo buenos reflejos.

Y así fue como empezó nuestro primer acercamiento: una guerra de almohadas, bueno que digo guerra si fue una batalla campal. De repente Heechul se subió a mi cama y comenzó a tomar todas las almohadas que habían en ella para lanzármelas, mientras que yo buscaba defenderme esquivándolas.

—¿Qué está sucediendo aquí? —Los chicos irrumpieron en mi cuarto al escuchar las risas a todo pulmón de los dos.

—¡Buenos días! —saludé en una posición algo incómoda ya que me encontraba bajo el cuerpo de Hee que sostenía una almohada a un lado de mi cara.

—¡Hyung! Quítate de ahí que la vas a aplastar. —Detrás de las palabras con gracia que Hyuk decía en realidad podía notar los celos y la rabia que se hallaban ocultas.

—Pero si estábamos jugando muy tranquilos hasta que llegaron ¿o no Aysel? —preguntó traviesamente mientras me mostraba una amplia sonrisa, a lo que yo solo afirmé asintiendo con la cabeza.

—Me descuido un minuto y te pasas. ¿No te había mandado a que le avisaras que ya estaba el desayuno? —Teuk lo miró de una manera en la que no logré comprender del todo sus emociones.

—Pero ella empezó. —Trató de safarse pero para ese entonces Siwon ya lo jalaba de una de sus orejas para sacarlo de mi cama.

—Yo no hice nada. —Me burlé de él al paso que le sacaba la lengua sin que nadie lo viera.

—Ves, estoy seguro de que tú empezaste todo hyung. —Siwon lo regañaba muy divertido.

—¡Ya verás pequeña! —repetía mientras lo sacaban de la habitación.

—Ya está el desayuno servido. —Teuk me sonrió dulcemente dejándome ver ese hoyuelo que me volvía loca.

—Voy, me lavo los dientes y salgo. —Tras decir eso se fue cerrando la puerta.

Una vez que me quedé sola por un segundo me tiré en la cama con los brazos extendidos pensando si había soñado a Donghae durmiendo conmigo.

—Me encantó dormir unas horas abrazado a ti. —Hae me sorprendió mientras me besaba rápidamente para salir de mi habitación antes de que alguien lo descubriera.

Confirmado: no había sido un sueño, realmente había dormido a su lado. En un solo segundo el calor subió por mi cuerpo al pensar que había estado abrazada a su pecho por lo que corrí rápidamente hasta el baño para despejarme con un poco de agua fría sobre mi rostro.

Luego de lavarme bien los dientes y haberme, medianamente, arreglado el cabello en un moño alto salí de mi cuarto para desayunar con los chicos que ya me estaban esperando.

—Ahora si, buenos días. —saludé con mejor ánimo a todos.

—Buenos días. —respondieron con una sonrisa adornando sus rostros, eran tan perfectos y yo aquí toda fea con ellos a mi lado.

—Espero que les digas que estas toda loca por mi. —Hee habló con toda su diva a flor de piel, porque si había una diva en el grupo sin duda era él.

—Ya deja de molestar a mi pequeña. —Shindong me defendió mientras metía un pedazo de tostada en la boca de Heechul para que dejara de hablar.

—¡Oppa! —dije como si fuera una niña en apuros y me abracé a su brazo debido a que hoy le tocaba sentarse a mi lado.

—¡Bueno, bueno! ¿Vamos a desayunar o a hablar todo el rato? Hay mucho por hacer hoy. —Yesex nos estaba regalando sus primeras palabras en el día.

—No hay necesidad de ser celoso, también hay amor para ti mi adorado Yesex. —Y sin darle tiempo a responder le di un suave beso en la mejilla, hoy también le tocaba sentarse a mi lado, ya parecíamos jardín de infantes turnándose para sentarse a mi lado.

Al ver el gesto que había tenido con Yesung todo se descontroló, tenía a todos reclamando un beso para ellos por lo que me tocó pararme y moverme al lado de cada uno para darles un beso. Hoy estaba de muy buen humor.

—¿Ya? ¿Todos contentos? —pregunté irónicamente volviendo a mi lugar.

—¿Ya sabes qué te vas a poner para la entrevista? —Shindong me preguntó mientras seguía con su desayuno.

—Lo que te pongas te va a quedar bien. —Ahora Eunhyuk hablaba frente a mi sorbiendo un poco de su café humeante.

—La verdad es que no tengo ni la menor idea. —No había analizado que vestir todavía, ya vería después qué encontraba en mi armario.

—Tienes prohibido usar faldas o pantalones corto, cualquier prenda que muestre demasiada piel será descartada. —Heechul dejó ver nuevamente sus celos y su sentido posesivo como si fuera de su pertenencia.

—Ok, lo tengo anotado. ¿Algo más que deba tener en cuenta para elegir mi ropa? —pregunté divertida.

—Por mi está bien. —Yesung acarició mi mano por debajo de la mesa lo que hizo que me sobresaltara pero tenía que disimular. ¿En qué momento se había vuelto tan varonil y decidido?

—Creo que todos pensamos lo mismo que Heechul. —Donghae habló en nombre de todos pero no me animé a mirarlo a los ojos.

—Muy bien, pues me voy a bañar y ver qué encuentro que cumpla con sus requisitos y deje ver mi brillante personalidad. —hablé poniéndome de pie con mi plato y mi vaso, que anteriormente había contenido jugo de naranja, para llevarlos hasta el fregadero.

Hoy definitivamente tendríamos una nueva aventura todos juntos.

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