Hola🙋🏻 cómo estoy de buen humor porque por fin llegó el frío después de llevar semanas con 40°C de calor, voy a subir un especial de dos capítulos. Espero les guste.

ESPECIAL 1/2

—¿Y no piensas hablar...? —Lena volvía a presionar y yo esperaba que algún cliente apareciera.

—No aparecerá ningún cliente a salvarte a si que habla. —Mila se estaba divirtiendo en su papel de detective, sus ojos no podían mentir.

—El pie me lo lastimé porque salí sin prender las luces de afuera cuando iba a sacar la basura. —Era obvio que no iban a creerme y menos después de que hubieran visto el beso con Siwon.

—Vamos a suponer que es cierto. —Lena era aterradora cuando se interesaba por algo—. Pero aún no has explicado quién es el chicos de la moto.

—Es solo un amigo. —¡Pero qué idiota! Nadie me creería eso, era más que obvio.

—Claro, un amigo con derechos. —Mila me guiñó el ojo en forma traviesa por lo que casi me hace reír, tuve que contenerme.

—Empieza... —Lena fue interrumpida por la campana de la puerta—. Esto no se queda así señorita. —Tras decir eso se fue hasta el mostrador y yo caí sobre mis piernas soltando un gran suspiro de alivio recordando que mataría a Siwon.

—A mi no me importa quién sea —Había olvidado por completo que Mila aún seguía a mi lado—, es bueno verte con alguien y se que Lena piensa lo mismo solo que es más difícil para ella expresar sus sentimientos de alegría. —Me ofreció su mano para ayudarme a levantar.

—Gracias. —Sonreí verdaderamente agradecida por sus palabras, pero en verdad estaban confundiendo las cosas, yo no estaba saliendo con Siwon.

El día continuó con su curso normal, los clientes a medida que pasaban las horas llegaban cada vez más, pero Lena cada que tenía oportunidad de molestarme o interrogarme lo hacía.

Cerca del medio día me había vuelto demasiado paranoica debido a que sabía que vendría por mi, y siendo tan intrépido como lo era vendría por mi hasta la puerta del local, por lo que no podía relajarme.

—¿Qué tanto miras el reloj? ¿Tiene que pasar algo o esperas a alguien? —La astuta de Lena preguntó apareciendo detrás mío sin hacer ningún ruido haciendo que casi me diera un infarto.

—Nada, solo estoy comprobando que ya es hora de vaya por sus almuerzos. —dije caminando hasta mi locker para dejar el delantal y buscar mi bolso.

—Pero es demasiado temprano aún. —dijo ella con una mirada penetrante y desconfiada.

—Por si no lo recuerdas tengo lastimado el pie —Señalé el punto obvio—, por lo que me va a tomar más tiempo ir y volver.

Ella no dijo nada al darse cuenta de que esta vez tenía razón. Me colgué mi bolso y me dirigí hasta la puerta. Cuando salí una suave brisa me dio la bienvenida mientras que yo abría mis brazos estirando todo mi cuerpo, aunque no solo la brisa me dio la bienvenida.

—Hola preciosa. —Me han perseguido todo el día con él que podía sentir su voz como si me estuviera hablando—. ¿Ese es un abrazo para mi? —Al escuchar eso y sentir que alguien rodeaba mi cuerpo con unos brazos fuertes abrí de inmediato los ojos y su sonrisa me decía hola, realmente no le importaba nada.

—¿Qué haces aquí? —pregunté separándome de una manera muy brusca—. Todavía falta para la hora del almuerzo. —No me di cuenta de que mis acciones lo habían lastimado porque él seguía manteniendo una sonrisa sincera en su rostro.

—Supuse que irías por sus almuerzos aún en tu estado por lo que los traje. —dijo dirigiéndose hasta la moto para  tomar unas bolsas que había atado en la parte de atrás.

—¡Oh! Gracias. —dije sin saber cómo reaccionar exactamente.

—Yo que tu voy y se los llevo o ellas vendrán por él. —dijo señalando el vidrio de la puerta de la entrada. Cuando me di vuelta en su dirección, ambas estaban pegadas a la puerta y cuando me vieron corrieron hasta el mostrador.

—Ya vuelvo. —dije sosteniendo las bolsas que minutos antes me había dado.

Caminé decidida a no decir nada después de ver sus comportamientos infantiles. Llegué al mostrador, dejé los almuerzos mientras que ambas estaban paradas como un par de estatuas, si Lena era aterradora la mayor parte del tiempo yo lo era aún más cuando me provocaban, y ambas sabían que no habían hecho bien las cosas. Sin decir nada me dirigí nuevamente a la salida.

—¿Pasó algo? —Siwon preguntó al verme llegar a su lado mientras él me ofrecía el casco.

—Nada, vamos antes de que me arrepienta. —dije colocando el casco en mi cabeza y asegurando el precinto.

—Sus deseos son órdenes. —Tras bromear con una frase tan cliché encendió la moto dirigiéndose hacia nuestro destino.

El camino no me era en lo absoluto conocido pero me dejé llevar por el paisaje. El verde de la primavera se extendía a lo largo de la ruta, las aves piaban sobre el manto celeste que se desplegaba sobre nuestras cabezas y la brisa, mezcla entre la primavera y el verano cercano, golpeaba con fuerza la única parte de nuestros rostros descubiertos.

Me llamó la atención ver que el camino comenzaba a empinarse y al mirar alrededor noté que el llano quedaba atrás dejando al descubierto unas montañas muy coloridas.

—¿Puedes bajar? —Siwon preguntó tan pronto apagó el motor y se quitó el casco.

—Si. —contesté una vez que dejé mi cara al descubierto—. Pero ¿dónde estamos? —pregunté sin dejar de mirar a todos lados, era obvio que estábamos en la cima de una montaña, lo había notado al ver a un lado del camino el precipicio mientras  andábamos sobre la motocicleta.

—Busqué algún sitio interesante por internet para venir contigo, uno que estuviera lleno de aventura, que fuera seguro por tu pie y que no fuera muy concurrido por turistas, y éste se ganó el premio mayor. —Se acercó lentamente hasta mi y tomó mi mano con delicadeza—. Vamos, debes estar muerta de hambre. —Sonrió de una forma tan tierna que hizo que mi corazón saltara de alegría.

Caminamos con cuidado por un pequeño sendero hasta llegar a una tienda de comida, jamás pensé que existiera un lugar así en la montaña, en realidad nunca imaginé que existieran lugares así de bellos.

El local estaba hecho de madera lo que aumentaba la visual del lugar, la madera estaba algo desteñida quizás por el sol o porque era demasiado viejo el lugar, a su alrededor estaba cubierto de enredaderas y flores silvestres. La entrada era un camino guiado por pequeñas pencas a su lado, era un lugar mágico.

—¿Qué quieres comer? —preguntó Siwon una vez que entramos.

—Dime lo que tu quieras comer y lo pediré. —dije confiada en el menú, cualquier cosa que pidiera era lo mismo para mi, estaba más preocupada por el gusto de su paladar que por el mío.

—Comeré lo que tu quieras. —Si no decidía estaríamos todo el día así.

Luego de que lo pensé bastante le expliqué lo que quería y cuando estaba por hacer el pedido me sorprendió ver que él mismo a través de su teléfono hacía el pedido traduciendo lo que queríamos.

—¿Tenías todo pensado verdad? —dije muy sorprendida.

—Ya te lo había dicho. —dijo sonriendo y recibiendo el pedido—. Ahora vamos. —Caminó hasta la salida.

—¿Qué? ¿Por qué? ¿No vamos a comer aquí? —Estaba totalmente desorientada—. El lugar es muy agradable.

—Lo se —Tomó mi mano—, pero tengo preparada la sorpresa en otro lado. —Y suavemente me encaminó hasta la salida.

A paso lento nos encaminamos fuera del sendero que nos llevó hasta ese lugar, tenía miedo pero confiaba en él por lo que me decidí a no pensar en nada y dejarme llevar.

No tuvimos que caminar mucho, eso fue un gran alivio ya que estaba algo agotada y el pie todavía me dolía pero no quería arruinar los planes de Siwon, se notaba que lo había preparado bastante.

—Llegamos. —dijo sacándome de mis pensamientos, el lugar era aun más bello, nos encontrábamos en lo que yo supongo era lo más alto de la montaña porque se podía ver todo desde allí arriba—. ¿Y... Qué te parece? —Sus ojos brillaban buscando una respuesta positiva como cuando un niño espera que lo feliciten por hacer bien la tarea.

—¡Me encanta, es hermoso!. —Realmente estaba asombrada.

—¡Perfecto, ahora a comer! —Él realmente se veía feliz en ese instante.

Siwon parecía disfrutar de todo esto, además de que parece que pensó en todos los detalles, por lo que yo solo me dedicaría a disfrutar lo más que pudiera de su cita.