Capítulo XIII
Ni en un millón de años me habría imaginado vivir este tipo de situaciones, ni en mis momentos más locos, por lo que no sabía responder con naturalidad a sus juegos.
—He dicho que es una regla más para mi que para ustedes. —Inconscientemente volteé quedando frente a sus labios y su mirada atenta.
—Por favor no te muevas o no podré contenerme por más tiempo. —habló en un tono tan seductor que hizo que tragara fuerte y pestañeara de asombro—. Te lo advertí. —Una sonrisa enorme y llena de satisfacción se formó en su rostro a medida que acortaba la distancia de nuestras bocas, por instinto cerré los ojos.
—¿Siwon, dónde estás? Teuk te está buscando. —Eunhyuk apareció haciendo que volteara rápidamente e hiciera como si estuviera lavando los platos.
—Voy. —Siwon contestó tranquilo.
—¿Qué estaban haciendo ustedes? —Nada lo normal, acá a punto de ser besada por el más chico de ustedes, pensé irónicamente.
—Solo la estaba socorriendo, demasiado para lavar para una sola persona. —Luego de decir eso se marchó dejándome aturdida por lo que acababa de suceder.
—Aysel ¿Estas bien? ¿Quieres que te ayude? —Se ofreció amablemente.
—Estoy bien, ya terminé no te preocupes. —Lo vi desanimarse como un niño pequeño por lo que me llenó de ternura—. Pero podrías ayudarme a llevar estos bols para servir el helado. —Al oír eso su semblante cambió por uno más enérgico.
—Dime cuáles y los llevaré para ti. —Le señalé el estante superior que se encontraba arriba de la mesada.
Después de que los tomó junto con las cucharas que yo llevaba, sacó el helado del refrigerador y nos dirigimos en silencio hasta donde estaban los demás. No era un silencio incómodo, sino uno agradable en donde nos permitía apreciar la belleza que nos rodeaba, pero no duró mucho.
—¿Por qué no te gusto? —Lanzó su pregunta como una bomba dejándome totalmente aturdida.
—¿Perdón? —Fue lo único que pude decir tras haberme detenido por la sorpresa.
—Tu dijiste durante la primera noche quiénes eran los tres que más te gustaban, pero mi nombre no apareció. —Eunhyuk que antes había estado a mi lado ahora se encontraba justo frente a mi acercándose de a poco.
—No es que no me gustes —Comencé a decir lo primero que se me ocurría—, cada uno tiene lo suyo. —No era un argumento sólido, lo sabía perfectamente pero esperaba que eso lo tranquilizara.
—Yo... —Acercó su rostro lo suficiente que pensé que me besaría, pero siguió de largo deteniéndose en mi oído— haré que te guste. —Terminó por susurrar de una forma muy sexy logrando que una corriente eléctrica se esparciera por todo mi cuerpo. Después de eso siguió caminando como si nada hubiera sucedido.
Lo vi avanzar pero yo no podía continuar, el suave aliento seguía en mi oído haciendo que mi cuerpo se quedara estático. Pasaron alrededor de diez minutos para que pudiera recomponerme y noté que el helado se estaba derritiendo así que corrí hasta los chicos.
—Rápido, sirvan el helado antes de que derrita aún más. —dije colocándolo bruscamente sobre la mesa.
—Por un momento pensé que habías huido con él. —Shindong bromeó mientras que Donghae y Yesung comenzaron a repartirlo.
—No lo había pensado, tendría que haberlo hecho. —respondí a su broma.
Todos comían con expresiones de felicidad, ver las sonrisas sinceras y despreocupadas en cada uno de sus rostros hizo que me preguntara cuántas veces podrían sentirse así, y que protegería esas sonrisas a como diera lugar durante su estadía en casa.
—Chicos, hagan silencio Ryeowook está llamando, voy a ponerlo en alta voz. —Shindong se emocionó al ver su imagen en la pantalla, eso me recordó que nunca pregunté porqué no había venido con ellos, nota mental: "no olvidar preguntar"
—Esto va a ser divertido. —Heechul se acercó hasta él, esos dos son tal para cuál cuando se trata de bromas y videojuegos.
—¡Hyung! —Su voz sonó bastante clara a pesar de que estábamos bastante lejos de las señales principales por lo que me asombró el alcance de la recepción—. ¿Por qué ninguno me ha llamado desde que se fueron? —Podía oírse tan triste.
—Lo siento, mala nuestra, es que estábamos bastante ocupados. —Se podía ver las ganas de reírse que tenía.
—¿Puedo saber qué están haciendo hyung? —Era muy inocente.
—Estamos en el estudio grabando. —Cuando los demás oyeron semejante mentira taparon sus bocas para evitar que la risa saliera y arruinara todo.
—¿Y por qué se ve como si hubiera un bosque en el fondo y estas usando traje de baño? —Al escuchar la atenta observación Shindong no supo que responder por lo que le pasó el celular a Heechul.
—Ryeowook ¿Cómo está tu familia? —preguntó para cambiar la conversación esperando que se olvidara de lo anterior.
—Bien, están agradecidos porque dejaron que me quedara con ellos en vez de ir con ustedes, pero como siempre a mi nadie me preguntó que quería hacer. —Creo que todos sintieron pena al escuchar su repentina confesión.
—Aquí están los chicos que quieren saludarte. —Noté la intención de girarse en dirección de los demás por lo que lentamente me corrí a un costado para no ser capturada por la cámara.
—¡Hola! —gritaron todos mientras sacudían sus manos y mostraban una enorme sonrisa.
—¿Por qué están todos con trajes de baño? —Su curiosidad aumentaba.
—Tenemos una sorpresa para ti. —Leeteuk le dijo al paso que se acercaba a mi—. Alguien quiere saludarte. —Yo no paraba de mover mis manos de forma negativa, miré a los chicos en busca de ayuda pero todos estaban demasiados divertidos con la situación por lo que no me quedó otra que tomar la llamada.
—Ho... Hola. —dije tímidamente saludando la pantalla.
—¡Oh Aysel está siendo tímida! —gritaron todos, haciendo que mi sonrojo aumentara.
—Ho...Hola —Ryeowook estaba tartamudeando igual que yo y al parecer mucho más sonrojado que yo—. ¿Cómo te llamas? Espero no te estén molestando los hyungs.
—Mi nombre es Aysel. —Ahora tenía algo más de confianza—. No te preocupes los estoy cuidando bien ¿creo? —Por un segundo dudé mi afirmación a lo que todos rieron.
—¿Cuidando? ¿Por qué? Por cierto hablas muy bien coreano. —Eso me halagó bastante.
—Se están quedando en mi casa. —traté de explicar.
—¡¿Qué?! —Se sobresaltó al escucharme.
—Bueno mi querido amigo, es hora de dejarte. —Heechul tomó de nuevo el celular—. ¿Ves eso? —Puso frente a la pantalla el lago que estaba detrás de nosotros—. Nos está esperando. ¡Digan adiós chicos! —Y se movió en dirección en donde estaban todos agitando sus manos, luego cortó la llamada.
Una vez que cortó respiré profundo y me senté sobre mis piernas para tratar de calmar un poco los nervios.
—Si estas tan nerviosa él debe gustarte. —Shindong habló en tono juguetón.
—Solo lo respeto, amo la melodía de su voz, después de Yesung tiene para mi la segunda voz más hermosa del grupo. —Al oír mis palabras Yesung no pudo evitar sonreír.
—Si él te escuchara estaría muy feliz. —Leeteuk habló tomando asiento en una de las reposeras.
—Y nervioso. —Donghae agregó y ofreció su mano para ayudarme a incorporarme—. Quizás porque es el más chico y recientemente salió del ejército es quien más dudas tiene sobre su talento.
—No se preocupen acabo de mandarle todo a él a través de un video que grabé. — Heechul se dejó escuchar desde la orilla del lago, iba a matarlo.
—¿Qué tu hiciste qué? —Eunhyuk preguntó asombrado y eso me dio el tiempo suficiente para caminar hasta su lado y empujarlo al agua.
—La venganza es dulce. —Sonreí y todos miraban asombrados entre risas.
Iba a decir algo pero uno a uno comenzaron a entrar al agua. Me asombró ver que los únicos que se quitaban sus remeras fueron Siwon, claro estaba, y Donghae. Por un breve segundo me perdí en los perfectos abdominales de ambos, en las líneas trazadas a la perfección sobre sus abdómenes y lo ancho de sus espaldas.
—¿No piensas entrar? —Yesung me preguntó con esa voz tan sexy que tenía.
—Claro. —Me apresuré en contestar.
Me moví a un lado, cerca de una de las reposeras, dejé mis zapatillas juntas y me saqué el short dejando al descubierto la parte inferior de mi traje de baño. Tomé distancia y corriendo me zambullí en el lago como una nadadora profesional, algo que debía agradecer a mis clases de natación durante la secundaria. Dejé que el frío del agua tomara contacto completo con mi cuerpo, disfrutando a pleno la sensación de estar bajo el agua, y cuando me estaba faltando el oxígeno salí.
—¿Y ahora qué? —pregunté al descubrir que todos me miraban absortos en los movimientos de mi mano acomodando mi cabello.
—Nada, —La expresión de Eunhyuk era un poema—, pero como que de repente me dieron celos del agua. —Eso último lo murmuró.
—¿Por qué no se quitan las playeras? —Me acerqué hasta ellos nadando debido a que había bastante distancia entre nosotros.
—No todos tenemos el cuerpo de esos dos. —Heechul señaló con su cabeza a Siwon y Donghae.
—¿Y eso que tiene que ver? Si no se las quitan se broncearán de manera despareja y tendrán que cubrirse de maquillaje para su show. Yo los ayudo. —Me acerqué hasta Shindong—. Levanta los brazos. —Ordené seria.
—Estoy a gusto así con el agua. —Cubrió su torso con sus manos.
—Dije que la levantaras o no tendrás cena. —amenacé y automáticamente los levantó dejando que la sacara sin dificultad—. ¿Quién sigue? —Pero no alcancé a terminar que tenía a todos excepto Leeteuk detrás empujándose para ver quién iba a ser el siguiente.
Si no le prestaba atención a Heechul no dejaría de molestar a los demás por lo que no me quedó otra opción que seguir con él, luego continuaron Eunhyuk y Yesung.
Todos se agruparon a conversar y jugar mientras dejaban sus camisetas en la orilla, por lo que me dio algo de tiempo para respirar y moverme hasta donde se encontraba Leeteuk.
—Yo no quiero hacerlo. —Podía notar que estaba siendo bastante tímido.
—Eres el líder tienes que dar el ejemplo. —No iba a dejarlo pasar, sabía qué punto tenía que presionar.
—Puedo hacerlo solo. —Se escudaba en sus palabras moviéndose lentamente hacia tras ganando algo de distancia entre ambos, distancia que yo acortaba.
—Lo hice con ellos, lo haré contigo. —Sonreí—. Ahora arriba los brazos.
Como no se movía me acerqué lo suficiente para tomar sus brazos y levantarlos, en ese momento en lo único que podía pensar era en sus ojos sinceros mirándome con vergüenza. Bajé mis manos buscando el borde de su playera y rocé el borde de su maya a lo que él se alteró un poco moviéndose instintivamente pero terminó por arrastrame con él.
—Lo siento. —Ahora la avergonzada era yo, pero ya lo había comenzado y lo iba a terminar.
Tomé la tela y la fui jalando hacia arriba teniendo un roce constante con su piel desnuda y mi manos, la escena era tan excitante que no vi venir el movimiento que hizo. No sé cómo lo logró, pero atrajo mi cuerpo hacia el suyo de una forma muy varonil y unió nuestros labios en un corto beso.
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