—¡Sorpresa! —dijo alegre extendiendo sus manos para recibir un abrazo con los bolsos a un lado de sus pies—. ¿No te gustó la sorpresa? —preguntó bajando sus brazos algo desanimado, yo por el contrario no salía de mi asombro.

—¿Soy yo o me pareció escuchar la voz de...? —Teuk fue el primero en aparecer pero no alcanzó a terminar su pregunta cuando yo me encontraba colgada del cuello de Ryeowook.

—¿Qué haces aquí? —pregunté aún abrazada a su cuello, era genial tenerlo a mi lado.

—¿Puedo pasar primero? La verdad es que el viaje es demasiado agotador hasta esta parte del mundo. —Mientras hablaba me separé de él y tomé sus bolsos para ayudarlo a entrar a casa.

—Claro... ¡Bienvenido a casa! —Le di la bienvenida muy alegre, en verdad estaba muy emocionada.

—Me alegro que hayas llegado a salvo. —Teuk se acercó para saludarlo con un caluroso abrazo.

—Espera un momento... —Lo miré confundida—. ¿Tú sabías? —Iba a matarlo en cuanto tuviera la oportunidad por no haberme contado.

—Me enteré esta mañana en mi reunión con nuestro mánager. —Wook miraba la escena muy divertido.

—Pero si fui contigo ¿cómo es que no escuché nada? —Y en verdad no recordaba que lo hubieran mencionado.

—Me lo dijo después de que te fuiste. Ryeowook quería darte una sorpresa. —argumentó mirando con complicidad a su compañero que estaba parado justo enfrente de él.

—Creo que escuché la voz de... —Donghae apareció quedando igual de sorprendido que yo—. ¡Wook! —gritó y se lanzó a sus brazos haciendo que todos aparecieran y terminaran abrazados y en el suelo.

—Yo también los extrañé... Pero pueden salir de arriba mío porque pesan mucho. —dijo con algo de dificultad debido a que todos estaban encima suyo.

—¿Cómo fue que llegaste hasta aquí? —Eunhyuk preguntó acomodándose en el piso.

—Nuestro mánager fue a buscarme al aeropuerto y me trajo hasta aquí. —habló tímidamente.

—Bueno... Yo se que dije que iba a cocinar pero tengo mucho que contarle a Wookie así que se encargan ustedes. —Lo tomé de la mano y su contacto se sintió raro, se sintió real—. Que alguno lleve sus maletas al cuarto donde duerme Shindong. —Y después de eso lo arrastré hasta mi cuarto.

—¿Qué haces? —dijo tímidamente.

—Abriendo la puerta de mi cuarto para que entremos a conversar. —Lo miré divertida y me di cuenta de que estaba todo sonrojado.

—No es adecuado que entre a tu cuarto. —El tono de su voz había bajado.

—Ya estuviste aquí. —afirmé y lo arrastré hasta el interior.

—¿Yo? ¿Cuándo? —preguntó todo ruborizado, era muy tierno.

—¿No te acuerdas que te mostré mi cuarto por video llamada? —Caminé hasta sentarme en mi cama dejando a Ryeowook parado junto a la puerta.

—No es lo mismo. —Avanzaba poco a poco.

—Puedes sentarte donde gustes o si quieres podemos estar afuera. —Señalé en dirección del ventanal roto.

—Creo que estaré más cómodo por ahora afuera. —Terminó por admitir.

—¡Vamos! —Me levanté de la cama y caminamos hasta uno de mis lugares preferidos y nos sentamos cada uno frente al otro en las reposeras.

—Se siente raro el verte tan de cerca. —Wook admitió bajando de nuevo el tono de voz.

—Lo se, me pasa exactamente lo mismo. Aún así estoy feliz de poder verte en persona. —admití con una gran sonrisa en mi cara.

—Yo también. —dijo ofreciéndome una sonrisa muy tímida. Definitivamente él y Shindong además de ser grandes amigos eran como osos de peluches tamaño real que quieres abrazar por siempre.

—¿Y bien, me dirás por qué viniste? No estoy segura de que estés en el concierto. —Pobre de él si pensó que no se me había pasado por alto ese pequeño gran detalle.

—Es cierto. —reía ampliamente—. No voy a estar en la alineación de este concierto pero en verdad me estaba aburriendo en casa, sin contar que me tenías algo olvidado. —susurró entre dientes—. Por lo que hablé con el mánager y estuvo de acuerdo en que viniera por unos días y así fue como llegué. —Ahora se veía más relajado que al principio.

—Con que fue eso... —Movía mi cabeza lentamente de arriba hacia abajo con mi mano en la barbilla—. Entonces serás mi guardaespaldas oficial durante las entrevistas. —Al parecer le gustó la idea porque sonrió de manera inconsciente.

—Espero que ahora no te escapes y me digas qué está pasando entre tu y los hyungs. —Sus palabras me tomaron por sorpresa, no pensé que fuera tan directo.

—Verdad, ya no me puedo escapar. —admití—. ¿Por dónde empezar? —pregunté mirándolo a los ojos.

—¿Qué te parece por empezar por decirme quién está en tu corazón? —Sus palabras eran acertadas y agudas.

—Es algo difícil de decir y más de explicar. —Ahora me encontraba mirando el cielo nocturno repleto de estrellas—. A los días que los chicos llegaron uno a uno fueron haciéndome saber que estaban interesados en mi lo cual me sorprendió mucho. Primero pensé que era una especie de juego o de broma por parte de ellos, pero a medida que los días pasaban sus demostraciones eran cada vez más intensas. —Seguía sin mirarlo, no sabía cómo hacerlo.

—Es algo normal en ellos, al principio pueden parecer tímidos pero como te dije si ellos dicen que les gustas hablan muy en serio. —Él parecía mirarme fijamente pero yo no podía hacerlo.

—Es obvio que como cualquier persona normal de carne y hueso me emocioné y me confundí porque no sabía quién hablaba en serio y quién no. —Me armé de valor y lo miré a los ojos. Wook me regalaba una mirada serena y dulce—. Pero a pesar de todo Donghae y Leeteuk no dejaban mi cabeza, y para hacerlo aún peor Yesung también me lo está haciendo muy complicado. —Escondí mi rostro en mis manos, me sentía avergonzada al no poder definir mis sentimientos por alguno de los tres.

—No tienes nada de que avergonzarte, aunque me sorprende que esos tres sean los conflictivos, por lo general la mayoría cae ante los encantos de Siwon, Eunhyuk también tiene algo de éxito debido a su personalidad. —admitió muy divertido.

—Shindong oppa ha sido un gran pilar para mi, me alentó a tratar de decidirme escuchando mi corazón. De hecho gracias a él pude decirle cómo me sentía a Siwon y a Heechul, aunque a Hee no le di nombres, temo que se le escape antes de que hable con los demás. —hablé colocando mi cabeza en el respaldo de la reposera y suspirando profundamente.

—Eso va a ser muy divertido, estoy 100% seguro de que Siwon hyung va a hacer muchas travesuras. —Se rió ante la idea.

—Ni que lo digas... ya empezó, de hecho resulta que... —Iba a contarle cuando la puerta de mi cuarto fue golpeada.

—Permiso... La comida ya esta lista. —Teuk pasó con cuidado y nos informó que la cena ya estaba lista.

—¡Ya vamos! —grité desde el lado de afuera.

Nos pusimos de pie con Ryeowook y aparecimos en la cocina en un santiamén.

Los chicos había pedido comida, obviamente y habían agregado un lugar más a la mesa, lo cual me hizo inmensente feliz.

—Wook puedes sentarte a mi lado. —Donghae le señaló un lugar vacío junto a él.

—Ni lo sueñen, se va a sentar a mi lado. —decreté tomando asiento y agarrándolo de la mano lo senté a mi lado.

—¡Eso no es justo! —Hyuk se quejaba como un niño pequeño.

—Todavía queda un lugar vacío a mi lado. —Le hice ver que la silla a mi izquierda todavía estaba desocupada.

—¡Permiso! —Siwon se movió rápidamente sentándose antes de que Hyuk lo hiciera provocando la risa de todos—. Un esclavo tiene que sentarse al lado de su ama. —dijo colocando el plato sobre la mesa y guiñándome un ojo.

—¿Esclavo? —Ryeowook preguntó confundido ante el término y la situación.

—Es que perdí una apuesta. —Siwon explicó mientras comía un poco de carne.

Después de haber aclarado la situación comenzamos a comer. La cena fue realmente ruidosa y divertida. Ninguno dejaba de contar anécdotas vergonzosas del otro por lo que en un momento se volvió una competencia feroz entre los ocho.

Cuando terminamos de comer y lavar todo nos fuimos a acostar ya que mañana retomaríamos el tema de las entrevistas, por lo que había que descansar, era impensable que se presentaran en la televisión con las ojeras por el piso.

Esta noche dormiría en mi cuarto, ya había experimentado que con ellos en casa no podría dormir en el comedor. Tuve que desempolvar un ventilador de pie que había en el garage hasta que arreglara el ventanal, que mañana sin falta llamaría a alguien, el verano estaba a la vuelta de la esquina.

Como siempre puse mi música conectada desde mi celular mientras se cargaba. La noche estaba algo fresca y con el aire del ventilador caí rendida.

Había sido un día demasiado agitado, lleno de sorpresas por lo que al parecer olvidé cerrar las cortinas para que no entrara el sol. Estuve a punto de pararme cuando el sonido de las cortinas moviéndose y la oscuridad envolviendo cada rincón de mi cuarto me lo impidieron.

—Gracias. —dije aún dormida.

—De nada. —Me respondió una voz que no logré reconocer y en ese preciso instante me senté sobre la cama y grité asustada como el infierno.

—No grites osita. —El apodo se me hacía familiar y el hombre que hablaba tapaba mi boca para que dejara de gritar.

—¡Qué pasa! —Los chicos entraron a mi cuarto asustados y al encender la luz se encontraron con que Zoran cubría mi boca.

—Puedo explicarlo. —dijo ofreciendo una sonrisa tímida, y más le valía que su excusa fuera creíble porque iba a perder su pene, me había asustado muchísimo.

Evidentemente no había un día que empezara con una mañana tranquila.