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Capítulo LXIV

Después de pasear un rato más con Heechul cuando se hizo de noche decidimos volver a casa. Había sido una tarde liberadora y divertida, y es que a su lado era completamente imposible aburrirse, siempre salía con una idea nueva sin contar lo gestual que era con sus expresiones.

—Espero que no le digas a nadie lo que hablamos esta tarde. —dije mirándolo serio luego de estacionar el auto frente al garage.

—No tienes ni que decirlo. Seré una tumba. —dijo sonriendo haciendo que desconfiara de él.

—Te conviene si no quieres pasar de tumba a muerto. —amanacé mientras guardaba el auto ya en el garage.

—Debo admitir que me tiene intrigado saber quién es el susodicho. Espero que sea mucho más guapo e inteligente que yo. —Su modestia me dejaba ciega, tanta luz no era buena para los ojos.

—Lo sabrás cuando sea el tiempo. —dije saliendo del garage con las bolsas de compras y entrando a la casa seguido de Hee.

—¡Por fin volvieron! —Eunhyuk nos recibió en la entrada de la cocina.

—¿Por qué se tardaron tanto? —Siwon preguntó divertido mirando las expresiones de Donghae y Leeteuk.

—Estábamos en una cita. —Heechul declaró y sin decir ni una palabra más entró a su cuarto para tirarse sobre la cama ya que me había repetido incansablemente que estaba devastado de tanto caminar: "exagerado".

—¿Estuvieron en una cita? —Yesung preguntó algo desilusionado, la tristeza había invadido sus ojos.

—¿Ya encargaron la cena? —pregunté para cambiar el tema de conversación, ya que Hee se marchó luego de haber tirado una bomba que al parecer todos habían creído.

—No, no nos decidíamos qué comer. —Teuk contestó con una sonrisa.

—¡Perfecto! Esta noche yo cocinaré. —dije a lo que todos se quedaron mirándome.

—¿Tu vas a cocinar? —Shindong preguntó divertido desde el sofá del comedor.

—¿Qué tiene de malo que quiera cocinarles? —Me crucé de brazos esperando una respuesta aceptable a su preocupación sin fundamentos.

—¿Tendremos que pedir comida a parte por si el experimento falla? —Hee apareció del cuarto y yo tomé un almohadón que estaba justo en la silla que estaba a mi lado y se lo tiré dando justo en el blanco: su cabeza.

—¡Qué buena puntería! —Hae aplaudía divertido ante la escena.

—Gracias, he practicado varios deportes en la escuela. —admití orgullosa—. Además no me gusta cocinar, en ningún momento dije que no sabía. —Los miré fingiendo una cara de molestia.

—¿Y si no te gusta cocinar, por qué quieres hacerlo ahora? —Creo que Yesung estaba muy preocupado por su estómago.

—En realidad siempre pensé en cocinarles porque estaba feliz de tenerlos en mi vida, pero por distintas circunstancias lo fui postergando. —Comencé a poner cara de perrito mojado—. Pero esta bien que no quieran probar mi agradecimiento y mi muestra de afecto, entiendo si quieren pedir comida. —Agaché la cabeza y tomando las bolsas con la ropa comencé a caminar lentamente hasta mi cuarto trantando de que no se me escapara la risa.

—¡Espera! —Donghae fue el primero en hablar haciendo que volteara mientras continuaba con mi actuación—. Yo realmente estoy bien con lo que decidas cocinar. —dijo mirando a mis ojos.

—¡Oh! Nuestro Nemo que tiene un paladar exigente se arriesgará a probar la comida de Aysel solo por amor. —Siwon comenzó con su juego.

—Yo también estoy bien con lo que quieras cocinar. —Ahora Teuk daba un paso al frente, yo por mi parte trataba de aguantar mi carcajada.

—Ya van dos pájaros enamorados. —Shindong se unió a los juegos de Masi—. ¿Quién más se anima? —preguntó divertido.

—Yo haría lo que fuera por Aysel. —Siwon se apresuró a llegar hasta donde yo estaba y me envolvió en sus brazos, estaba disfrutando mucho molestar a los demás.

—Yo también comería cualquier cosa que mi pequeña me preparara. —Ahora Shindong se unía a nuestro abrazo.

—¡Ya dejen de molestarla! —Teuk los reprendió a lo que Shindong me soltó y caminó hasta la heladera para buscar algo que comer, pero Siwon seguía sosteniendo mi cuerpo.

—Te dijeron que dejaras de molestarla. —Hyuk tomó la oreja de Siwon y la tiró haciendo que éste retrocediera instintivamente.

—¡Perfecto! Iré a cambiarme para preparar la cena. —Por fin pude sonreír estar seria tanto tiempo con ellos en frente no era bueno para mi salud.

Me encerré en mi cuarto y tras tomar mi ropa de mendigo me dirigí al cuarto para cambiarme. Había puesto el parlante con música a todo volumen, estaba feliz así que lo demostraba cantando "Okey Dokey" de Mino y Zico, ese tema me levantaba el ánimo a mil por hora.

Me hallaba solo en ropa interior cuando volteé para buscar el pantalón para ponérmelo y me sorprendí al ver a Teuk parado en la puerta como una estatua.

—¿Qué haces aquí? —No me molestaba que me viera así ya que era  similar a cuando nadamos en el lago, sin contar que tenía confianza en mi cuerpo por lo que nunca me molestó mostrarlo.

—Yo... Yo... —Leeteuk había comenzado a tartamudear y mirar hacia otro lado lo que me causó gracia.

—¿Tu qué? —pregunté divertida en mi lugar, verlo así tan tímido me generaba mucha ternura.

—Yo... Yo... Venía a decirte... —Ahora sus ojos se quedaron fijos en mi cuerpo—. En otro momento te lo diré. —Y sin más acortó nuestras distancias para unirlas en un beso.

Por primera vez Leeteuk mostraba un beso que iba más allá de lo romántico, un beso que denotaba lo apasionado que era. Su mano derecha se aferró a mi espalda baja que al estar desnuda y sentir el roce de su piel no hizo más que excitarme, mientras que su mano izquierda afianzaba el beso sosteniendo mi nuca en un agarre posesivo. Mis manos se envolvieron en su cuello para evitar que nos separáramos.

—No pensaba hacer esto. —declaró cuando nos separamos para buscar aire.

—¿Hacer qué? —pregunté aún con los ojos cerrados mientras jugaba con mi nariz y la suya.

Sin decir nada, Teuk volvió a arremeter su boca contra la mía y sin pudor alguno me levantó del trasero haciendo que enroscara mis piernas en sus caderas. No se sintió nada tímido cuando me apretó las nalgas con sus manos y mi intimidad rozó el vulto de entre sus piernas haciendo que soltara un gemido.

Dejó de jugar con mis labios para comenzar a jugar con mi cuello haciendo que aferrara mis piernas con fuerzas a él, mis manos habían comenzado a perder el control con su cabello y los gemidos iban saliendo uno detrás de otro cuando sus manos jugaban con mis muslos desnudos.

Estaba por perder el control total de mis sentidos cuando de repente, con la respiración agitada, Teuk se detuvo.

—¿Qué sucede? —pregunté a lo que él solo apoyó su frente sobre mi hombro.

—Esto no esta bien... Bueno en realidad... Si lo está... —Había comenzado a enroscarse en sus propias palabras—. No es como quiero que suceda. —Me observó ahora sosteniendo con delicadeza mi rostro—. Te mereces algo más que una simple calentura en el baño. Cuando te decidas por mi será la mejor noche de tu vida, pero ahora solo diré que los chicos ya lavaron las verduras—. Después de su declaración me besó con esa ternura que tanto lo caracterizaba y se marchó.

Teuk me dejó sentada sobre el lavado, terriblemente excitada, sorprendida por su reacción salvaje y pensando en sus palabras "cuando te decidas por mi", eso me había descolocado completamente.

Respiré profundo y traté de no pensar en nada. Tomé mi ropa, me la puse y luego de lavarme la cara con agua helada salí para ir a cocinarles. En este momento me arrepentía de haberles dicho que iba a cocinar, pero ya no podía dar marcha atrás.

—Ya están las verduras lavadas. —Shindong volteó para verme y se quedó por unos segundos pensando—. Debe hacer mucho calor en tu cuarto porque hyung también salió acalorado de allí. —El solo hecho de escuchar sus palabras hicieron que me ruborizara.

—¿De qué hablan? —Yesung apareció detrás de mi asustándome ya que habló en un tono bajo y sobre mi oído haciendo que se me erizaran los bellos del cuerpo.

—¡Me has asustado! —Me di vuelta y lo golpeé ligeramente en su brazo.

—Lo siento no fue mi intención ¿o si? —dijo riendo al paso que bloqueaba mis golpes.

Iba a contestarle pero el timbre sonó por lo que opté por ir a atander. A penas abrí la puerta mi mandíbula cayó al suelo de la sorpresa.

—¡Sorpresa! —dijo con un tono alegre y una sonrisa en su rostro y en sus ojos.

Verlo ahí parado me había dejado totalmente sorprendida, no esperaba verlo aquí.

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