
Capítulo LX
Los chicos estaban a la expectativa de qué haría Siwon y se mantenían en sus lugares.
—Como perdí la apuesta seré tu esclavo todo el día de hoy por lo que te llevaré hasta tu desayuno. —Rápidamente a pesar de estar cansado se puso de pie y me ofreció su espalda para llevarme. Al principio lo dudé pero decidí seguirle el juego a ver hasta dónde llegaba.
Me dejó en una de las sillas y se sentó a mi lado, detrás de él fueron apareciendo los chicos que se veían bastante molestos.
—¿Así que fueron a correr? —Shindong preguntó al tiempo que me guiñó un ojo como acto de complicidad.
—Claro, estuvimos hablando sobre lo que me dijiste anoche. —contesté a lo que me observó muy sorprendido.
—¡Ohhhh! Eso si no me lo esperaba. Muy bien por ti. —Me felicitó al tiempo que acariciaba mi cabeza como si fuera un cachorrito.
—¿Hablar de qué? —Heechul preguntó, al parecer ya no podía soportar la curiosidad porque estaba al borde de su silla.
—¿Cuándo hablaron ustedes dos? —Yesung me observaba fíjamente—. ¿En qué momento de la noche? —Creo que Yeye estaba realmente molesto.
—Fue un momento en el que me desperté porque tenía hambre y mi pequeña parecía haber tenido una pesadilla. —Le contestó de lo más natural posible.
—¿Y se puede saber qué fue lo que hablaron? —Eunhyuk no quería quedarse afuera.
—Nada importante. —Le resté importancia—. Tengo mucha hambre ¿no era que el desayuno ya estaba listo? —Buscaba cambiar el tema de conversación ya que no estaba preparada aún para contarle a los demás.
—Si si... —Teuk se apresuró a decir mientras me servía el desayuno—. Aquí tienes, espero te guste. —Esta vez el desayuno contaba con arroz, huevos revueltos, algo de tocino y café, o sea una bomba.
—Estoy segura de que está muy rico porque lo hiciste tu —Al momento en que dije eso Teuk se había puesto fucsia—, de lo que no estoy segura es de si me lo podré comer todo. —Miraba con los ojos bien abiertos toda la comida que había en mi plato.
Luego de eso solo nos dedicamos a comer mientras platicábamos de las cosas que ser harían en el recital, sobre el vestuario, el orden de las canciones y de las dichosas entrevistas que teníamos que hacer.
Después de desayunar me retiré a mi cuarto para bañarme, tenía que ir por mi bebé, hablar con el mánager y de ahí iría al Café para hablar con Lena ya que Mila me había escrito que hoy si se había presentado a trabajar.
Me puse una solera blanca y un short blanco con hojas verdes de estampado, era algo corto pero hoy hacía bastante calor por lo que estaba bien. Como tenía una reunión con el mánager no me quedó de otra que usar tacos, y no es que no me gustaran todo lo contrario los amaba, pero como me la pasaba trabajando en el Café no los podía usar seguido por lo que no estaba acostumbrada a ellos.
—¿Quién va a ser el alma caritativa que me acerque hasta el hotel para recuperar a mi bebé? —pregunté al salir del cuarto pero solo me topé con Teuk.
—Creo que soy la única opción. —dijo sonriendo mientras tomaba las llave del auto.
—No voy a quejarme. —Tomé mi bolso y caminé hasta el garaje para abrirlo y que pudiera sacar el coche.
—¿Vas a poder viajar en la moto con esa ropa? —preguntó en un tono amable pero preocupado al ver mi vestimenta.
—¿Y tu vas a poder sacarme los ojos de encima mientras conduces? Si no puedes dame las llaves que yo lo haré. —Sonreí al tiempo de que me acercaba hasta la puerta del conductor dejando a Teuk congelado y rojo en la puerta del garaje.
—Yo... Yo... Yo solo estaba preocupado por ti. —Se apresuró hasta donde me encontraba para subirse, mientras que yo muy divertida subía en el asiento del acompañante.
—¿Nos vamos? —pregunté al ver que no encendía el motor.
—Vamos. —afirmó al paso que giraba la llave para ponernos en marcha.
—¿Y los demás dónde estaban? —pregunté en cuanto estuvimos sobre el asfalto.
—Siwon se estaba bañando, Hae y Hyuk salieron a caminar un rato, Heechul volvió a la cama al igual que Shindong y Yesung creo que se fue a practicar su canto. —explicaba tratando de recordar qué estaba haciendo cada uno.
—¿Y qué hacías tu solo? —Me gustaba conversar y pasar tiempo con él.
—Estaba terminando de limpiar y ordenar un poco, tenía que hacer algo de tiempo para venir a hablar con nuestro mánager cosas del concierto y la empresa. —Me dedicó una breve mirada pero fue la más cálida y dulce de todas.
—Entonces los dos tendremos una reunión con el mánager. —afirmé divertida ante las coincidencias de la vida.
—Así parece. —dijo entrando el auto en el estacionamiento.
El estacionamiento estaba algo vacío a pesar de que no era tan temprano por lo que Teuk pudo encontrar un lugar fácilmente al lado de mi bebé, cómo la había extrañado, podían decirme exagerada pero no estaba tranquila si no estaba en casa conmigo.
—¿Nos vamos? —pregunté antes de bajarme del auto pero Leeteuk me detuvo con cuidado.
—Perdón pero tenías muchas ganas de hacer esto. —Y sin más acercó su boca hasta la mía para unirla en un beso muy lento y suave.
Los besos de Teuk estaban llenos de ternura, era muy delicado al besar, y la lentitud con la que lo hacía me volvía loca.
—Te extrañé mucho. —confesó en cuanto se separó bucando aire pero aún continuaba con los ojos cerrados.
—Yo también te extrañé mucho. —Y ahora fui yo quien acercaba mis labios hasta los suyos, no podía estar muy lejos de él, su aire protector y romántico era algo que necesitaba tener cerca.
—Eres tan bella, tan hermosa. —repetía en el momento en que nos habíamos separado—. Tuve mucho miedo de perderte, y juro que salir de tu casa fue la decisión más difícil que tuve que tomar. —En ningún momento Teuk apartaba la vista de mis ojos y dejaba de acariciarme, el tacto de su piel era adictivo.
—Por un momento creí que estar separados era lo mejor para todos, pero al parecer me equivoqué. —admití dándole un corto beso—. Por ahora salgamos y no hagamos esperar al mánager. —Volví a darle un beso pero esta vez antes de separarnos mordí su labio inferior y sin decir nada bajé del auto.
Teuk tardó unos minutos en bajar y cuando llegó a mi lado me detuvo y tomándome del brazo me volteó para quedar frente a él y tomándome de la cintura me besó, pero esta vez no se parecía en nada a las anteriores, este fue un beso posesivo a pesar de que no era salvaje, en cada movimiento de su boca gritaba "eres mía".
La falta de aire se hizo presente y tras separarse no dijo ni una sola palabra, solo sonrió dejando al descubierto su tan bello hoyuelo y siguió caminando como si no hubiera pasado absolutamente nada.
Me tomó unos segundos recuperar la compostura, esa faceta suya que acababa de conocer me dejó con ganas de más.
La reunión con el mánager no fue extensa, al menos la mía y se lo agradecí con el alma. Me pasó los horarios nuevos y los nombres de los reporteros como así también el contrato que habían firmado en donde se aclaraba que no se podía dejar pasar a ninguna fans adentro ni a dos cuadras del lugar en dónde se filmarían las entrevistas; en el contrato también se especificaba que los reporteros no podían hacer preguntas sobre nuestra relación ni mencionar el accidente ocurrido.
Luego de despedirme me encaminé hasta mi bebé y antes de llegar vi a alguien apoyado en ella, y mientras más me acercaba más segura estaba de quién era y mi buen humor se estaba terminando.
—¿Cómo sabías que iba a estar aquí? —Miré desafiante a Elian que me ofrecía una sonrisa que me daba mala espina.
—Nada en particular, solo quería hablar a solas contigo ya que anoche no pudimos. —Se separó de la moto, y más le valía si apreciaba su vida, este tipo al parecer no tenía dignidad.
—No tengo absolutamente nada que hablar contigo. —Quité la alarma de la moto junto con el candado, me puse el casco y me subí pero se había puesto en frente—. ¿Puedes quitarte? —pregunté amablemente tratando de mantener la poca paciencia que me quedaba.
—No hasta que no hablemos. —Seguía insistiendo en lo mismo. Aceleré para ver si se movía y no hubo caso y en cuanto estuve a punto de bajarme para emparejarle el otro ojo Leeteuk apareció.
—¿Qué sucede? ¿Necesitas hablar algo laboral con ella? —preguntó en inglés.
—No. —El rostro de Elian se había ensombrecido.
—Entonces si no quieres que haya abogados de por medio te aconsejo que dejes de molestarla. —Tras decir eso con una sonrisa que daba miedo, Elian se alejó.
—No se qué le dijiste pero gracias. —Lo miré dulcemente a través del casco.
—Esperemos que no vuelva a molestarte. —Se acercó y le dio un beso a mi casco para luego darme paso para marcharme.
La insistencia de Elian no me estaba dando buena espina y esperaba que solo fuera un mal presentimiento.
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