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Capítulo LIX

Corrí hasta mi cuarto tratando de no hacer ruido ya que los demás dormían, estos días en los que estuve bastante depresiva no había tenido ganas de ejercitarme por lo que mi cuerpo pedía a gritos moverse.

Abrí el armario y busqué qué tenía limpio, ya era tiempo de que me pusiera a ordenar este lugar, era un asco total. Un short corto negro con una franja blanca a los costados junto con una sudadera blanca con un estampado de letras grandes en negro fue lo que encontré para ponerme, después de atarme el pelo en un moño alto y de colocarme las zapatillas salí.

Siwon me estaba esperando fuera con las botellas de agua para nuestro recorrido.

—¿Por dónde? —pregunté al llegar a su lado al tiempo que comenzaba a calentar un poco mis articulaciones.

—Por lo pronto vayamos rodeando el lago y después veremos. —contestó con esa sonrisa amplia en su rostro que dejaba ver los hoyuelos adorables que Dios le había regalado.

Empezamos a trotar despacio, ninguno hablaba porque sabíamos que afectaría nuestra respiración y nuestro ritmo. El silencio a su lado era cómplice de las miradas que me regalaba de vez en cuando.

El paisaje era simplemente asombroso, el sol subiendo lentamente hasta ver su reflejo en las aguas cristalinas del lago, los árboles siendo mecidos por una suave brisa que acompañaba la dirección de nuestro recorrido y la hierba verde debajo nuestro completaban el cuadro.

Luego de que pasaron cerca de veinte minutos terminé por acelerar el paso, mi cuerpo ya había entrado en calor y mis pies rogaban aumentar la velocidad por lo que simplemente les hice caso.

—¿Con qué así vas a ser? —preguntó sorprendido unos metros detrás de mi y aumentó la velocidad para ajustarse a mi ritmo.

—Pensé que dijiste que saldríamos a correr no a trotar ¿o yo escuché mal? —Inocentemente sonreí y apuré el paso.

Cada vez que subía la velocidad Siwon lograba alcanzarme en cuestión de segundos generando que mi competitividad estuviera a flor de piel, esta vez no perdería.

—El que llegue primero hasta aquél sauce llorón gana. —En ese momento había bajado mi velocidad y señalaba un árbol que se hallaba alrededor de 500 metros de nosotros.

—Ya sabes lo que pasa si pierdes. —contestó divertido, pero esta vez llevaba las de ganar.

—¿Alguien dijo que iba a perder? —Sonreí y comencé a correr lo más rápido que pude, como si la vida se me fuera en ello.

Al principio estuvimos cabeza a cabeza, pero faltando cien metros empezó a perder velocidad y yo aguantando lo más que podía la aumenté. Finalmente llegué y caí rendida en el césped, segundos más tarde Siwon se desplomaba a mi lado con los brazos extendidos.

—¿Has estado encerrada o en secreto te has estado entrenando para la revancha? —hablaba entrecortado debido a que le faltaba el aliento.

—No, es solo que mientras estuviste gastando tu energía en ejercicios excesivos yo la conservé. —Giré mi cara para buscar su rostro y regalarle una sonrisa burlesca.

—Soy todo tuyo. —dijo divertido pero acercando su cuerpo cubierto de sudor hasta el mío que se encontraba en las mismas condiciones.

—Solo tengo un deseo. —dije valientemente esperando que pudiera cumplirlo.

—¿Cuál? —preguntó tras robarme un beso.

—Espero que después de lo que te diga no cambies tu forma de ser tan alegre. —Solté algo temerosa.

—¡Oye! ¿qué pasa? ¿por qué haría eso? —preguntó preocupado, no solo su voz sino que también en sus ojos se había dibujado la preocupación.

—Pués verás... Esto no es algo que pensaba hablar todavía pero Shindong oppa me alentó a hablarlo... —No estaba segura de si decirlo o no.

—Puedes hablar tranquila. —Sostuvo mi mano mientras que con la otra acariciaba mi rostro de una manera muy tierna y lo único que provocaba era tristeza.

—La verdad es algo que he empezado a sentir... —Sus ojos al oír de sentimientos comenzaron a brillar—. He comenzado a desarrollar sentimientos románticos por Donghae y Leeteuk. —¡Listo! Terminé de hablar lo más rápido que pude antes de arrepentirme y desvié mi mirada hacia al césped, no tenía el valor de verlo a los ojos.

—¿Y eso es lo que te preocupaba tanto decirme? —Sus palabras simplemente me desconcertaron.

—¿Qué? —rápidamente levanté la vista para preguntar y me encontré con unos ojos repletos de tristeza pero una sonrisa brillante adornaba su cara.

—Era algo que empecé a notar uno o dos días antes de que pasara lo del incidente —explicaba sin dejar de acariciarme—, pero por alguna razón me negaba a aceptar y en cambio todas las noches le pedía a Dios que si no eras para mi te apartara de mi lado sin que ninguno de los dos saliera lastimado. —Este hombre era amor puro, en verdad se merecía que el Señor le abriera las puertas del cielo.

—Yo... Yo... No esperaba que algo como esto sucediera. —La vergüenza volvía a invadir mi cuerpo y buscaba esquivar su mirada—. No es que tenga definidos mis sentimientos pero tampoco quería crear falsas esperanzas en ti, y no es que no me gustes, muy por el contrario. —Creo que me estaba enroscando en mis propias palabras.

—Pero el corazón no se manda ¿no es así? Uno no elige por quién tener sentimientos. —¡Dios! Dolía que fuera tan comprensivo.

—No se qué más decir que lo siento. Estoy muy apenada contigo. —Siwon me miró con cariño y sin previo aviso me envolvió con sus brazos haciendo que me relajara al instante, sus abrazos eran muy cálidos.

—Que te guste otro no significa que me vas a dejar de gustar ni que voy a cambiar mi forma de ser, por el contrario, seré aún mejor como amigo. —dijo en un tono muy suave—. Sin embargo, eso no significa que se los haga fácil, si de verdad es serio lo que sienten por ti lo tendrán que demostrar. —Eso solo significaba una cosa: travesuras.

—No creo que me vaya a gustar. —admití algo temerosa.

—Por cierto, ¿quién más sabe de tus sentimientos? —Se ve que la curiosidad lo estaba carcomiendo hacía rato.

—En realidad el único que lo sabe aparte de las chicas es Shindong, aunque a Wook no le he dicho todavía creo que intuye algo. —confesé tímidamente.

Jamás pensé que sería así de tímida frente a alguien, no era ese tipo de mujer, más bien me gustaba ser sincera y directa, pero desde que vivo con ellos me he vuelto muy cautelosa.

Estuvimos un rato más sentados sobre el césped con la espalda recostada sobre el tronco del sauce hasta que nuestras panzas comenzaron a hacer ruido y esa fue la señal de que teníamos que volver.

Siwon se puso de pie y me propuso correr hasta la casa, iba a negarme pero pensándolo bien me ayudaría mucho a dejar la incomodidad que se había creado desde mi declaración, por lo que terminé aceptando.

Comenzamos a correr lento, pero como éramos competitivos terminamos corriendo a toda velocidad hasta llegar a la puerta de casa, solo que no alcanzamos a entrar porque nos derrumbamos del cansancio. En ese momento lo único que queríamos era recuperar el aliento cuando los chicos salieron apurados de casa.

—¿Qué hacen ahí? —Hyuk preguntó confundido por la situación.

—No te vimos durmiendo y la puerta de tu habitación estaba abierta, pensamos que te habías ido. —Hee estaba preocupado haciendo un drama de la nada.

—Solo... —Buscaba recuperar el aliento para hablar— salimos a correr un poco. —Terminé por hablar intentando incorporarme pero mis piernas no reaccionaron así que permanecí sentada.

—Debes tener hambre. —Hae me observaba a un lado preocupado—. Deja que te lleve hasta la cocina, el desayuno ya está listo. —Hizo el intento de acercarse hasta mi pero se detuvo en cuanto Siwon rodó hasta mi abrazándome por detrás delante de todos.

—¿Recuerdas lo que te dije? —susurró en mi oído mientras no quitaba los ojos de Teuk y Hae en cuanto les regalaba una amplia sonrisa—. Que comience el show. —Me miró divertido, esa no era una buena señal.

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