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Traicionado

Los ojos zafiros de Leonardo se encontraron casi de manera inmediata con los carmesí de Fred; por alguna extraña razón el odio se apoderó de él, los celos se hicieron presentes en la tortuga y el pudor de querer golpearlo en el rostro lo cegó por unos segundos. Pero, las intenciones del peliblanco eran otras, quería que lo atacara para demostrar que el dueño de mirada zafiro seguía siendo el mismo, seguía siendo un "monstruo" como lo llamaba su familia.

-¿No creen que ya es muy tarde como para que los niños estén jugando aquí afuera? –Comentó inesperadamente Fred- Digo, en cualquier momento obscurecerá del todo y es posible que algo salga de dentro de los arbustos –agregó mirando de reojo hacia donde estaba Leo, quería que lo sorprendieran, pero, por lo visto, nadie noto hacia donde miraba el peliblanco, a lo mejor no lograron verle el rostro ya que la sombra del porche le tapaba la mitad de su cara, que a simple vista pareciera ser de alguien común y corriendo, pero, al mirar con detenimiento, se notaba en su siniestra mirada todo el odio acumulado por años. Para ser un experimento inconcluso ningún defecto se presentaba en su anatomía.

-¡Irilia! –Alzó la voz al aire Raphael llamando la atención de su hija quien llevaba una de las flores con las que jugaban a la boca; la pequeña hibrida lo miro confundida, pero aun así siguió con su idea de llevarse la flor a la boca- ¡Irilia! –Volvió a exclamar su padre mientras se acercaba a ella a paso rápido para evitar a toda costa que la pequeña se llevara la sutil margarita de poco pétalos a su boca.

-Papá malo –refunfuñó ella cruzando los brazos una vez que su padre le arrebató la flor de las manos, mala idea a decir verdad, el dueño de mirada esmeralda de igual manera se cruzó de brazos mirándola con seriedad, puesto que no quería que su única hija fuera igual a él, una niña mal educada- ¿Papá bueno? –Preguntó Irilia al ver la cara que su padre había puesto, si bien ya estaba acostumbrada a verlo así casi todos los días aún conservaba en el fondo cierto temor hacia él y de igual manera a los insectos, un miedo irracional que había heredado, igual que las esmeraldas de sus ojos, de su fuerte y admirable padre.

-Ya es hora de comer ... -habló finalmente Raphael después de soltar un largo suspiro, su hija y sobrinos hicieron, todos a la vez, un tierno y frustrante pucherito dando a entender que querían seguir con su juego. Para tener todos, una excepción de James, dos años y medio, su comportamiento dejaba mucho que decir.

Irilia y el pequeño James, iguales a sus madres en todos los aspectos, eran muy curiosos y determinados. Para la hibrida eso era una ventaja, ya que con ella sus primos eran muy rudos a la hora de jugar, lo cual hasta la obligación de ser de esa manera, ruda, determinada y decidida en todo lo que se propusiera hacer. Por otro lado James, por más determinado que fuera, la timidez no lo ayudaba en mucho, pero cuanto más pasaba el tiempo iba a dejando de lado ese comportamiento; sorprendiendo a sus padres cuando, sin inconveniente alguno, se dejó cargar por Rubí, quien parecía hasta emocionada por cargar al pequeño de un año.

La cabeza de familia momentáneamente, Karai, suplicaba que sus dos hijos de dos años y siete meses no fueran iguales a su padre, rogaba, imploraba y hasta lloraba para que Shen y Ryan no la abandonaran igual que Leonardo; eso les destrozaba el corazón a sus hermanos, cuñadas y amigos, pues noche tras noche la escuchaban sollozar en su habitación a oscuras una vez que creía que todos ya habían cerrado los ojos y caído en los brazos de Morfeo.

-¡Oigan! ¡Anda un mapache en los arbustos! –Grito Fred alertando a todos, pues el ambiente era tranquilo y silencioso y el escuchar tal estruendoso ruido los alarmó. No había animal tal entre la flora del bosque, pero tenía la mirada fija de Leonardo en él lo que lo estaba irritando de cierta manera.

Los niños se levantaron de manera inmediata del suelo, nunca habían visto un mapache antes, pero asumían que era algo peligroso. Raphael no lo pensó ni un solo segundo y, tomando la mano de su hija y su sobrino mayor, Ryan, fue con los demás, quienes, a paso lento y pesado, se adentraban a la casa.

-¡Maldita sea! –Grito en susurros Leo al ver que sus hijos y novia, futura esposa, se alejaban, nuevamente de él. Las ganas de romper en llanto, golpear el suelo y maldecir a gritos el nombre del peliblanco se apoderaron de él, quería matarlo, alejarlo de su familia...Pero, por alguna extraña razón el pudor de no querer manchar sus manos y honor se lo impedían.

[...]

Una vez caído el crepúsculo, sigilosa y cuidadosamente salió de entre los frondosos arbustos y se acercó a la casa en busca de una ventana un poco abierta para ver o escuchar a su familia, contactaba con encontrarse con su hermano de mal temperamento besándose con su novia , Mona Lisa, pero jamás imagino ver a su novia, futura esposa, madre de sus hijos, su hermana adoptiva besando a quien ahora consideraría su nuevo enemigo a muerte, a quien ahora sin importar las suplicas acabaría de una u otra forma; no le había agradado nada cuando lo "conoció" en aquel rescate, su nuevo blanco había sobre el pasado todos los límites al tratar de imponer orden sobre su clan, y ahora, Fred, acababa de firmar un acta de muerte con el diablo.

Estuve dispuesto a romper el cristal que separaba ambos lados solo para terminar con la vida de aquel experimento, sentir la gran necesidad de gritar, entrar a la casa, a esa habitación donde, frente a sus ojos, ocurría la traición mas grande que atormentar su vida de apenas 19 años.

Se quedó allí, estático, con la mirada perdida, el corazón en la garganta, las lágrimas amenazabas con salir de sus orbes zafiro como manantial sin retorno. Se sentía traicionado, sentía que le faltaba el aire, deseaba no haber salido de New York, se estaba arrepintiendo con alma y vida volver a ver a su, ahora, seguro, ex novia.

-¿Leonardo? -Reconocía esa voz donde fuera, esa tosca voz ronca que demostraba mas intimidación que amor, esa voz que lo había hecho volver en sí, no era la de nadie mas que la de su hermano de preocupante temperamento, en aquel momento lo hubiera mal decido por haberlo sorprendido de tal manera, pero solo logró callar y huir; se veía como un completo cobarde, pero, la cobardía no llegaría mucho mas allá- ¡Leonardo! -Exclamó.

No le quedaba de otra, ya no podía seguir huyendo como alma que se lleva el diablo, se detuvo en seco y allí se paró estático, esperando un golpe sorpresivo por la espalda o algún insulto, pero jamás llegaron. La puerta principal se abrió, la luz de la casa alumbró parte del bosque, voces claras y algunos cuchicheos se alcanzaron a escuchar sin problema alguno.

-¡Papi! -El claro grito lleno de felicidad y emoción de dos niños lo estremeció, ese grito que dejan escapar los pequeños cuando la alegría es incomparable, no se comparaba con nada, ni siquiera la sonrisa de felicidad plena en sus rostro al recibir un regalo; era eso lo que necesitaba, pues...Simplemente se doblegó cayendo de rodillas al suelo, rendido, dandole la espalda a su familia, estaba quebrado emocionalmente.

No necesitaba ver las caras de las personas a quienes les había causado tanto dolor para saber que no bastaba con suplicas para ser perdonado. Escuchó mal decir su nombre, escuchó injusticias, escuchó todo lo que tenían para decirle, en silencio.

-Perdón -Susurro sin ser escuchado, levantó la mirada hacia el bosque y luego a las estrellas dejando escapar una gota salada de cristal que marcó camino por su mejilla hasta llegar al suelo. Las palabras dejaron de resonar, habían callado, estaban dolidos de cierto modo- ¡Perdón! -Repitió a los gritos, sus palabras bastaron para quebrarlos también.

Nada, absolutamente nada, el silencio de ultratumba alcanzó para que solo el ulular de un viejo búho se escuchara a lo lejos entre los fuertes árboles. ¿Que pasaría ahora? ¿Sería todo como antes o acaso esto solo era el comienzo de un nuevo camino lleno de tragedias y lágrimas?

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Hola que hubo como esta el mundo?!

Espero que bien y que les haya gustado este capitulo, tardé mi tiempo pero al fin lo cumplí, estén atentos porque se viene lo mas fuerte de esta historia.

Atte.:Hamato Ludmila

Psd.:Todo mi dolor está en este capitulo, falleció mi perrito :"·3

Q.D.P.: Ponky 

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