Pequeños juegos
Al despertar sintió algo familiar, una extraña sensación de calidez le recorrió todos su cuerpo, la alegría regresó logrando que una sonrisa nostálgica se formara sutilmente en sus labios.
-¡Regresaron! -Alzó al aire la voz, en vano, seguía solo. La locura lo estaba alcanzando, la soledad le estaba afectando sin que el quisiera- Chicos...-Habló con voz quebradiza, mirando a un punto inexistente con los ojos llorosos y el alma destruida- Lo siento...-Agregó entes de soltar un golpe directo al suelo, su puño enrojeció casi de manera inmediata. Como si fueran cristal las lágrimas que caían de sus orbes zafiro estallaban contra el concreto...Su último deseo, ver a su familia reunida nuevamente, disfrutando de una hermosa cena juntos, llenos de alegría, si tan solo eso fuera a pasar, dejaría de estar hundido en las tinieblas.
[···]
-¡Quedate quieta Hanna! -Alzó la voz Donatello, asustando a la pequeña niña de apenas un año y medio, sus ojos celestes se llenaron prontamente de diminutas y traslucidas lágrimas. Su padre, a quien siempre seguía a todas partes, le había gritado, por primera vez le alzó la palabra. Sus palabras fueron mucho, se percacto casi de manera inmediata que le había gritado a su tan preciada hija- Hanna yo...-Su frase se vio interrumpida con la repentina carrera de la pelirroja; la niña salió corriendo lo mas rápido que pudo, alejandosé lo mas posible de su tan preciado científico.
Su rostro reflejó la culpa que experimentó al haberle hecho daño a su única hija, estaba esperanzado que se olvidara lo mas pronto posible de lo sucedido, pero por mas que ella lo olvidara, en su mente siempre quedaría la imagen de Hanna alejandosé de él, como si fuera a hacerle daño. Si bien el nunca le levantó la mano a ninguno de sus hermanos y mucho menos a su novia, próximamente esposa, comprendió la culpa y dolor por el que pasa Leonardo; no era lo mismo, pero se sentía fatal, destrozado, herido.
[···]
-¡Ya! Esto fue suficiente -Habló decidido, ya harto de estar sometido a una culpa incurable- No soportaré mas tiempo así, tengo que hablar con ellos, e-esto no es normal -Agrego con los nervios a flor de piel.
Miró su teléfono, en el cual figuraba una simple fotografía de su amada novia y sus dos tan preciados y perfectos hijos, "4:21 p.m. me voy a arriesgar al salir, pero es lo de menos" pensó con dejar de ver la imagen. Guardó el celular, mientras le echaba una rápida mirada llena de nostalgia a toda la alcantarilla, el fugaz recuerdo de él expulsando a su familia de la alcantarilla lo atormentó por unos segundos.
-Este lugar recuperará la vida, lo sé -Comento al silencio con una neutral expresión seria en su rostro.
POV Leo
Ya no soporto mas esto, no pensé que me harían tanta falta. Iré a buscarlos, y si me rechazan lo entenderé, me comporte como un monstruo con ellos; aunque no se si sea lo correcto, dejar la ciudad desprotegida por tanto tiempo es una estúpida idea, pensandoló bien, los Mutanimales no tendrán problema en sustituirme. No les diré nada, será lo mejor, no quiero que se entrometan en lo mas mínimo en lo que no les incumbe.
-Son problemas familiares, sería el colmo que se metieran en esto cuando fueron ellos los que comenzaron todo...¡Ya deja de echarles la culpa a todos Leonardo!...Realmente estoy mal. No puedo llegar a pie...¡El Tortu-Movil!
No pensé antes en el Tortu-Movil, creo que estaba mas concentrado en encontrar una forma para acabar con los Kraangs que no le tomé mucha importancia. Nunca fui tan rápido para ir a buscar mis Katanas y empacar algo de comida para el viaje. Me aseguré de tener combustible suficiente para dos viajes, y un poco extra por las dudas, nunca se sabe. Registre la alcantarilla por una ultima vez, pero me detuve al darme cuenta que posiblemente los niños estén pasando frío.
-¡¿Donde diablos están las mantas!?
Ya me desesperaba no encontrar nada de lo que buscaba, recordé que sensei las guardaba en su habitación. Me digné a entrar, evitando a toda costa no ver nada de todo lo que había en la habitación.
Fin Pov
Leonardo, con un nudo en la garganta, conteniendo las lágrimas y con las mantas en mano salió de la habitación de su ya fallecido padre. No se dejó derribar por las emociones, a paso rápido guardó las mantas en el vehículo junto con muchas de las herramientas que su hermano de gran inteligencia poseía en su laboratorio. Sin pensarlo dos veces subió al vehículo y rápidamente lo puso en marcha.
Su andar era apresurado, esquivando los demás vehículos que ingresaban a la ciudad, conduciendo durante horas al fin cuando el ocaso se aproximaba, se adentro al camino de tierra de un frondoso bosque, redució la velocidad casi de manera inmediata; la sensación de estar cerca del abrazo de su familia lo mantenía feliz.
-No es buena idea que me vean -Se dijo a si mismo, estacionando el vehículo a una importante distancia de la gran casa que se alzaba en un claro del bosque. Las dudas invadieron su mente de una manera fugaz, salió del exuberante automóvil, se quedó parado allí durante un tiempo mirando como si fuese un niño la flora y fauna que lo rodeaba- Y es hora -Agregó en un sutil suspiro.
Temerario comenzó a caminar línea recta, poco a poco se acercaba mas a la gran casona del lugar. Ya lograba apreciar las voces de su familia, su corazón volvió a latir con felicidad. Escuchar la vos de su novia le devolvió el alma al cuerpo.
-¡Shen, Ryan, James, a comer! -Los llamó Karai, entre los arbustos una sonrisa se dibujó al verla tan bella como siempre, era la de su único amor Leonardo.
Los niños no obedecían, seguían concentrados en su juego; estaban completamente ajenos a la voz de la pelinegra, quien no podía evitar sonreír al ver como los niños se entretenían con unas simples hojas secas y algunas sencillas flores que habían recolectado horas antes. Estaban completamente maravillados con los tesoros que les brindaba la naturaleza. Poco se asombraron los adultos cuando, las dos niñas que se habían quedado dentro de la casa, salieron al encuentro de sus primos.
-Parece que no van a comer -Habló divertida Abril, mientras salía de la casa para ver como su hija se sentaba en la arena- ¡No, Hanna! -La regaño en vano-...Ya que -Suspiró con pesadez.
Rápidamente todos salieron a ver como los cinco pequeños se divertían a su manera con las pequeñas cosas que encontraban por ahí. Nadie sospechaba que estaban siendo espiados, bueno, todos menos Fred, quien había sentido su presencia desde su llegada, y todo sin haberlo visto.
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Hola
Que hubo como esta el mundo?!
Espero que bien y que les haya gustado, es el primer cap de esta historia que es sumamente largo, a mi criterio, bueno sin mas me despido.
Atte.:Kiri
Bey! :·3
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