Mark: y bien, te lo has pensado o ya lo tenías claro.

Sara: ciertamente le dije que me diera un par de semanas.

Mark: si la quieres ve a por ella! Ella te ama, y si tú sientes algo aunque no sea mucho, lánzate, no tienes nada que perder. Si no sale bien la cosa por lo menos lo intentaste.

Sara: sí, creo que la llamare –marca el número- Dafne?

Dafne: hombre, pero si es la chica indecisa! Vienes a decirme que no o que necesitas más tiempo?

Sara: no, de hecho te llamo para lo contrario. Me lo he pensado y creo que me gustaría tener algo contigo.

Dafne: anda! Entonces eso significa que quieres ser mi novia?

Sara: sí, pero durante los próximos cuatro días no nos vamos a poder ver.

Dafne: y eso?

Sara: estoy de campamento con unos amigos por unos cinco días, volvemos el domingo.

Dafne: bueno... cuídate vale? Te quiero.

Sara: -sonrojada- yo también.

Mark: ves? Te has quedado calva o te vas a morir por ello? A vivir la vida chica! Que solo son dos días.

Sara: jeje, está bien, no desaprovecharé la oportunidad, ahora que lo pienso, que se siente follar sin vagina?

Mark: a que viene la pregunta?

Sara: curiosidad, sin más.

Mark: bueno –se mira el trasero- tengo un precioso culo que se puede asimilar a una vagina puesto que tengo ahí el punto G.

Miriam: -sorprendida- anda!

Los chicos regresaron para encontrarse a todos en el lugar, riendo y cantando, como si estuvieran borrachos. Al cabo de unas horas todos se fueron a dormir, Fran se despertó al rato tras ver que Mark no estaba a su lado, asique decidió ir en su búsqueda.

Bastaron cinco minutos para encontrarlo sentado en la rama de un árbol, mirando al despejado cielo que se estaba abriendo después de un día nublado.

Fran: deberías estar durmiendo.

Mark: no tengo mucho sueño ahora.

Fran: me recuerdas a mí de pequeño, cuando iba con mis padres de acampada, supongo que conoces el sitio debido a que ellos te traían a este lugar.

Mark: Fran, mis padres nunca me trajeron a este lugar.

Fran: a no?

Mark: no, en verdad, yo no tengo padres.

Fran: lo siento, de qué murieron? si quieres contarlo, claro.

Mark: no murieron, lo cierto es que yo fui abandonado cuando apenas tenía un año en la puerta un orfanato.

Fran: -se apoya en el árbol- pero fuiste adoptado y eso, tendrás unos padres adoptivos aunque no sepas de los de verdad.

Mark: nunca fui adoptado.

Esa simple frase dejo de piedra a Fran, y podría hacer lo mismo a cualquiera que estuviera escuchando la conversación.

Mark: no recuerdo sus caras tampoco cómo eran o su aspecto, solo sé que cuando tuve un año de vida mis padres, cuando me dormí, me pusieron en una cesta con todas mis cosas y pusieron una nota –saca la nota de su cartera- "Hola, me llamo Mark González, soy un lobo de un año, nací el 8 de abril de 2360 y quiero que se hagan cargo de mí, me cuiden y me adopte una familia"

Fran: pero... llevas tiempo estando en esa casa, debieron de adoptarte o algo para eso, no?

Mark: no, entre en el lugar y según me dijeron cuando me desperté y no vi a mis padres empecé a llorar, me dormí y vuelta a empezar cuando desperté. Crecí con muchos chicos aunque todos ellos eran adoptados mientras yo seguía en ese lugar. Nunca supe que realmente mis padres me dejaron ahí hasta los 14años, cuando la cuidadora que estaba encargada de unos niños que yo también estaba entre ellos, tuvo que marcharse porque la despidieron. Fue en eso cuando me dijeron todo y me dieron la nota, yo simplemente... lloré.

Fran: -se sienta en el suelo devastado por la historia- y después, qué paso?

Mark: seguí en el lugar haciendo amigos y perdiéndolos, esperando que fuera adoptado pero nunca lo fui. El orfanato daba cada navidad un boleto de lotería cada uno con un número diferente, eso a los mayores de 15 años, para darles una oportunidad de que pudieran vivir sin ser adoptados dado que cuanto más mayor eres menos posibilidades tienes de ser adoptado. A los 17 años me tocó a mí, un golpe de suerte después de 16 años, y con el dinero que me dieron me salí del lugar, me compre una casa y empecé a ir al instituto fuera del orfanato para terminar mis estudios; fue ese último año que desarrolle el síndrome de episcoples, debido a que todos mis compañeros se burlaron de mí y me hicieron bullyng.

Fran: entonces, después de que te tocara la lotería te fuiste y trataste de empezar una vida normal, también tu coche te lo compraste después de ser independiente?

Mark: no, de todos ellos unos pocos no me incordiaban, ellos eran Zeus, Aitor, Oliver y otras dos chicas que no conoces que se llaman Leela y Makoto. Me hice muy amigos de los cinco, y por mis 18 Zeus me regaló el Lamborghini rojo, casi lloré de la emoción, hasta ese momento en mi cumpleaños solo había dado una fiesta y ya, nunca me habían dado regalos.

Fran: tuviste que tener una infancia muy dura y mala, yo a pesar de venir de dónde vengo, tuve una infancia bastante normal, mis padres me quieren, veraneábamos en la playa, disfrutaba de las salidas que hacíamos. Lo único malo era el ambiente y el lugar, el planeta quiero decir no el sitio a dónde íbamos.

Mark: supongo que cada uno ha tenido diferentes experiencias, no debería decir que tu vida fuera la mejor, aunque tampoco es peor que la mía.

Fran: yo quería tener tu vida, parecías tener todo en orden.

Mark: irónico pues ahora casi prefiero haber tenido tu vida.

El joven lobo bajó del árbol y se puso frente a su novio, el cual se levantó del suelo.

Fran: da igual el pasado, lo importante es que estamos juntos, que tenemos una buena vida y que todo será mejor que antes, se acabaron esos problemas de los que te hacen estar triste.

Mark: pero siguen marcando porque están en tu memoria.

Fran: repite conmigo, pasado pisado.

Mark: pasado pisado?

Fran: sí, significa que el pasado ya no tiene nada de valor más allá de traerte a esta situación.

Mark: -feliz- entonces, pasado pisado!

Ambos lobos regresaron a su tienda al ver que eran la una de la mañana, en ese lugar el sol salía cerca de 40 minutos antes que en la ciudad y si duermen en tiendas es posible que las horas de sueño fueran menores.