Cap 19
Fran: -molesto- donde has estado?
Mark: -sorprendido- acaso no te acuerdas?
Fran: sí, ya sé que te has ido a cenar pero lo que me refiero es donde.
Mark: ah! Pues mira, me ha llevado en su coche al mejor restaurante de todo el hemisferio norte. Y cuando digo mejor me refiero al más caro, más delicioso y el más elegante además de lujoso.
El lobo siguió contando muy alegre la cena, cosa que Fran no pudo evitar poner una cara de enfado que se podría ver desde otro planeta, pero Mark seguía contando y apenas se dio cuenta de lo que le pasaba.
Por la mañana Fran se fue con sus amigos a la cafetería para charlar sobre lo primero que se les viniera a la cabeza.
Sara: te veo decaído, te pasa algo?
Fran: anoche Mark se fue con Zeus a cenar al mejor restaurante del mundo, y cuando regresaron a casa les vi... besándose.
Todos prestaron más atención al relato, lo que le dijo Mark y lo que él sintió al verles.
Will: he ganado la apuesta! Pagad perdedores.
Sara: ash! –paga- en serio como has podido?
Victor: -paga- sí Fran, como no has hecho nada o algo?
Fran: arg! No sé.
Sara: te has enamorado de él, vas a dejarle ir así sin más?
Fran: no estoy enamorado de Mark!
Will: si claro, te molestó que se besaran, te ha molestado que no pasaras tiempo con él, te ha molestado que fueran a un restaurante juntos y pretendes decirnos que no estás enamorado?
Fran: vale, lo admito, me tiene loco. Pero siendo sincero, yo no soy él. Zeus tiene dinero, una casa, trabajo, coche, lo que él quiera prácticamente. Y yo... soy un delincuente que no tiene dinero, ni trabajo ni una casa donde vivir ni nada de nada. Es una pelea muy desequilibrada que no puedo ganar. Es alguien de provecho y yo apenas estoy estudiando y pagándome los estudios con su dinero.
Sara: pero trabajas o algo?
Fran: hasta la fecha he estado "trabajando" ayudando a gente a sacar, subir o mover cosas pesadas y en todo lo que llevo apenas me han dado 120 terrestres. Con eso no le invito ni a una cena en el restaurante más barato!
Victor: y la recompensa?
Fran: que recompensa?
Will: sí, la recompensa, los 2500 terrestres que nos repartimos cuando capturamos al ladrón.
Fran: si mal no recuerdo la cena le costó cerca de 40.000 terrestres, queda muy lejos de mi presupuesto y la recompensa.
Entonces cada uno sacó su cartera y le dieron su parte de la recompensa a Fran.
Fran: chicos, esto... no puedo, es vuestro dinero!
Sara: qué más da. Además, para eso están los amigos, para ayudarnos cuando tenemos un problema, no? En este caso es amoroso y económico pero no deja de ser un problema.
Fran: chicos...
Will: bah, será por dinero, he estado mirando trabajos y estoy completamente seguro que encajo con el perfil, asique recuperaré el dinero en cuestión de tiempo.
Victor: bueno, a mí me haría falta de no ser porque he sustituido a Oliver alguna vez en su trabajo, y están encantados de eso. Además, puedo poner mis servicios de haker para crear sistemas de seguridad y a esos les pagan muy bien.
Fran: chicos, de verdad, muchas gracias. Sois los mejores amigos que alguien como yo pueda tener.
Will: nop, tu mejor amigo dejara de serlo para ser tu pareja, jaja!
Victor: espero le lleves a un sitio bonito.
Sara: lo tengo! –llama- hola buenos días, el restaurante Jukmer? Sí, quisiera reservar mesa para dos el viernes que viene; sí, a nombre de Fran Díaz, entiendo; pues muchas gracias, chao. Arreglado.
Fran: a dónde has llamado?
Sara: escuché por parte de cierto zorro muy perro que le gustó ir a ese restaurante que resultó ser el favorito de Mark y que le hubiera gustado ir a él. Asique ahora te puedes anotar el tanto tú, no lo desaproveches.
Sin darse cuenta el viernes llegó, el lobo blanco estaba completamente nervioso, iba a invitar a Mark a cenar a su restaurante favorito y quería que esa noche fuera perfecta.
Fran: me dejas el coche?
Mark: claro, pero a donde vamos tan bien vestidos?
Fran: ya lo veras.
Nada más llegar al restaurante Mark abrió la boca a más no poder. Se sentaron a cenar en la mesa reservada y pidieron lo más apetecible del menú. Al terminar su cena hubo una especie de fiesta a la que no se pudieron negar.
Fran: me permites este baile?
Mark: -sonriendo- faltaría más.
Junto con el resto de fursonas comenzaron a bailar y al rato el DJ puso una canción lenta para bailar, las parejas no tardaron en formarse y Mark disfrutaba del baile agarrado a Fran que este a su vez le sujetaba por la cadera. Para las once de la noche la fiesta terminó y el restaurante empezó a cerrar, los dos se fueron al coche pero no para irse a casa.
Mark: a donde me llevas?
Fran: ya lo verás, espero que el lugar sea tan bonito como dicen.
Mark no entendía, a donde iban exactamente? Su pregunta tendría que esperar un rato. Llegaron a un lugar, Fran le pidió cerrar los ojos para que la sorpresa fuera aun mayor y cuidadosamente le ayudó a bajar del vehículo para llevarlo a donde él quería.
Fran: así, no te preocupes yo estoy aquí y no te va a pasar nada.
Se acomodaron en un banco, sobre él, el lobo blanco sentó al más bajo, a continuación giró 90º su cabeza a la derecha del pequeño y le permitió abrir los ojos.
Fran: ya puedes abrirlos.
Al hacerlo Mark se encontró con la luna llena, la ciudad iluminada por sus luces y unas espectaculares vistas del lugar además de un estrellado cielo que acompañaba a la solitaria luna.
Mark: -sorprendido- Fran, esto es maravilloso!
Fran: jeje, lo vi en la televisión en verano y desde entonces quise venir.
Dejaron de mirar el paisaje para a continuación, mirarse a los ojos.
Fran: pero aún me falta algo.
Mark: y que es?
La distancia entre ambos se redujo al mínimo, podían notar la respiración del otro, lenta y tranquila. Sin pensarlo dos veces Mark terminó por eliminar el espacio que quedaba entre ambos, sumiéndose en un profundo beso a la luz de la luna, como en las películas románticas.
Mark desabrochaba cada botón de la camisa de Fran, hasta que se quedó sin botones que desabrochar. Fran por el contrario puso sus manos en sus glúteos y presionó hacia él para tener a Mark lo más cerca posible.
Separados para tomar una bocanada de aire pudieron ver de reflejo el hilo de saliva que unían sus dos bocas, sonrojados y muy excitados volvieron a presionar sus labios contra los del otro para esta vez empezar una batalla con sus lenguas, ambos sabían quién iba a ganar, pero eso no impidió la lucha.
Nuevamente se separaron por falta de aire, pero esta vez no hubo otro beso, simplemente Mark se acurrucó en el pecho de Fran y se tapó con la camisa aunque no pudo debido a que ya se estaba empezando a dar de sí.
Como el tiempo empezaba a refrescar, decidieron regresar al coche e irse a la cama, pues ambos estaban deseando descansar al lado del otro. Nada más llegar a la casa eso mismo hicieron, tumbarse en la cama, cara a cara, postura que se volveria común, y dormirse abrazados el uno al otro.
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