Los truenos resonaban por toda la habitación, la oscuridad era absoluta, fácilmente se podía escuchar el ruido de las gotas de agua chocar contra el fino cristal que difícilmente podía romperse. En la calle las farolas estaban apagadas dando a la noche aún más oscuridad de la que ya tenía, las negras nubes cubrían el cielo que solamente se iluminaba con los rayos de vez en cuando.

Fran despertaba solo, acalorado, al mirar a su alrededor Mark no se encontraba tumbado por ningún lado, en su lugar había unas manchas de sangre, parecían frescas, como si no llevaran más de cinco minutos sobre la cama.

Fran: Mark?

Pero no hubo respuesta, el lugar estaba completamente a oscuras, la puerta de su habitación estaba abierta pudiendo "ver" el oscuro pasillo y al fondo la ventana de la otra habitación por la cual los rayos de cada trueno la atravesaban cada que se producía uno.

Fran frunció el ceño un poco, que raro? Juraría que él mismo había cerrado ambas puertas, sin embargo la mancha de sangre al lado suyo le indicaba que alguien había entrado y matado a Mark aunque por otro lado esa fursona no había acabado con él.

Se levantó tímidamente y se asustó al escuchar un trueno, se quedó de pie por un rato, en frente de la puerta pero no muy cerca de ella, observando el oscuro pasillo. Escuchando atentamente a través del silencio pudo notar como alguien estaba subiendo las escaleras para acceder al segundo piso, y de repente se dejó de escuchar ese sonido pero nadie estaba en el pasillo.

Nuevamente un rayo iluminó la otra habitación y parte del corredero que, en esta ocasión, una figura de estatura media que parecía estar de lado. Coincidía con que se dejaran de escuchar pasos llegando al segundo piso, al iluminarse la cara el ojo derecho parecía completamente rojo, como si de un demonio se tratara.

Fran: Mark?

Tampoco obtuvo respuesta, en esta ocasión Fran se echó para atrás un par de pasos antes de divisar la silueta completa de ese ser extraño que ahora estaba frente a él pero en el pasillo. Temeroso de lo que pudiera hacer pensó en una salida a ese lugar mas el sujeto se abalanzó sobre él y le dio un zarpazo que lo marcó en el pecho.

Fran: -grito desgarrador- AAAAH!

¿?: Fran

¿?: Fran!

Mark: Fran, despierta!!

El lobo blanco despertó muy alterado, algo que su amigo y compañero de cama notó fácilmente. Al hacerlo miró velozmente a todas partes, a la ventana que pudo ver que estaba con la persiana echada, la puerta que vio como esta se había mantenido cerrada toda la noche, a su lado para ver la mancha de sangre que no estaba. En su lugar un lobo de baja estatura con pelaje blanco y negro estaba tumbado y preocupado por el estado de su amigo.

Mark: Fran, te encuentras bien?

Fran: -alterado- sí, esto.... Creo que he tenido una pesadilla. Solo eso, una pesadilla.

Mark: -aliviado- menos mal, me tenías preocupado, no dejabas de decir mi nombre pero como si estuvieras buscándome y de pronto te has puesto a gritar.

Al instante Fran le abrazó como si su vida dependiera de ello. Intentó explicarle de la mejor manera posible lo sucedido en ese sueño y lo que vio.

Mark: ya paso, ha sido solo eso, un sueño. No hay nada.... Que preocuparse......

Volvieron a tumbarse en la cama, cara a cara, Fran notaba como su compañero caía lentamente en un profundo sueño, pero no sin antes ser abrazado y apegado al cuerpo del más grande y terminar por dormirse juntos.

Al despertar no pudo ver a Mark, lo que hizo que se alterara aunque antes de moverse siquiera sintió un peso sobre su pecho, posando la vista sobre ese peso le pudo ver, con esa linda carita de satisfacción que ponía cuando dormía plácidamente. No hubo necesidad de despertarlo pero Fran se hizo el dormido por un rato, quería ver como reaccionaba Mark al encontrarse de esa manera.

Mark: -despertándose- ya decía yo que la cama era demasiado dura, aunque he dormido como nunca, hehe, ay Fran, que voy a hacer contigo. Me tuviste muy preocupado por lo de anoche, en fin, te voy a dejar boquiabierto.

Lo que hizo a continuación hizo "despertar" al lobo, al mismo instante que se desperezaba, Mark llegó con una bandeja en la cual traía un delicioso desayuno.

Fran: y... y esto?

Mark: nada, un regalito que quiero darte, jeje –decía muy coqueto- he disfrutado mucho de esta noche y quiero que otros empiecen con buen pie.

Fran: si esto es por lo de la cena te has esforzado mucho.

Mark: bah! No ha sido para tanto.

Desayunaron casi sin apartar la mirada del otro, a Mark le hipnotizaban esos ojos azules lapislázuli.

Fran: será mejor ir yendo para la universidad, tenemos que caminar un buen rato y en coche pues como que no tengo.

Mark: oh, yo sí, pero nunca encuentro un lugar para aparcar y tardo menos andando, además es un tanto llamativo el coche.

Fran: que coche tienes?

Mark: un Lamborghini rojo.

El lobo blanco abrió los ojos como platos, esos coches eran muy caros y sin embargo él tiene uno.

Fran: pero son muy caros!

Mark: me lo regalaron, vamos que se nos hace tarde.

Los dos salieron juntos y caminaron mientras observaban como allá por donde fueran cobraba vida, en el sentido de que todos iban a trabajar o a estudiar o a lo que fuera.

Mark: ups, un momento –responde a la llamada- diga?

¿?: Mark! Ya hemos vuelto a abrir, adivina que tienes esta tarde?

Mark: déjame adivinar, una sesión.

¿?: exacto! Y este cliente quiere que le des un final feliz.

Mark: pues espero que no pague por él porque ya sabes que no doy ese servicio.

¿?: vamos Mark, que te cuesta? Además, ahora sé que no estás en una relación y si mal no recuerdo esa era la condición para no hacerlos.

Mark: -nervioso- ya pero esto... lo que no sabes es que estoy en otra y pues la cláusula sigue en pie, jeje.

¿?: no me cuentes milongas –suspira- está bien, te permito no hacer eso.

Mark: gracias Leo, eres el mejor jefe de todos!

Leo: pero ya sabes, hoy tienes, que no se te olvide.

Mark: muchas gracias –cuelga-

Fran: trabajas?

Mark: sí, por supuesto.