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Capítulo 13

— Yo, soy el Señor de los Dragones… — Persona normal hablando.    [Yo, soy el Señor de los Dragones…]    Seres Sellados hablando.

—ʺSiento que Lilith-tan extraña a su Onii-chanʺ — Persona normal pensando.

El universo Highschool DXD y sus personajes pertenecen a Ichiei Ishibumi quien es su respectivo autor.

Omake: Otro camino a casa

Cierto quinteto flotaba a la deriva en la [Brecha Dimensional], mientras un aura rojiza los rodeaba de forma protectora, siendo esto obra del Líder del grupo.

Este era un chico de cabello rubio, ojos bermellón, con una gabardina roja sobre sus hombros y pantalones negros, así como botas negras con espuelas plateadas.

Su nombre era Spectra Phantom.

Aunque esta no era su verdadera apariencia ni verdadero nombre, sino un Alter-ego creado para no exponerse a ciertas circunstancias.

Ahora mismo la mirada de este se mantenía alerta, como si buscara algo.

— Entonces… ¿Qué es lo que buscamos, Spectra? — Preguntó un miembro del grupo que lo acompañaba.

Este era un hombre de cabello negro, barba de unos días con una cicatriz en su cara del lado izquierdo.

Llevaba puesta una armadura de cuero protegiendo su pecho, camisa blanca manga larga y pantalones color arena.

Botas de piel y un manto blanco sobre sus hombros rodeando su cuello.

Era Silver Fullbuster.

— Podría decirse que una "corriente" — Respondió el nombrado.

— ¿Estás seguro de que está aquí? — Preguntó otro miembro del grupo.

Esta era una Elfa de cabello rubio platinado, con vestimenta verde que consistía en botas largas y un top, así como guantes.

Tenía un pareo de tela blanca, un cinturón café, una capa roja junto a un sombrero a juego.

Ella era Alleyne.

— Lo estoy, esta corriente me llevó cerca de donde encontré a Elsha — Volvió a hablar Spectra.

La nombrada Elsha era una chica de largo cabello rubio, así como ojos azules.

Llevaba puestos unos pantalones de cuero color azul, así como una blusa parecida a un corsé del mismo color que mostraba su escote y botas de un color más oscuro.

Tenía un cinturón rojo con una correa que lo unía hacia un cinturón de municiones atado en su pierna derecha.

Un arma de fuego enfundada en su cintura de su lado izquierdo, además de una chaqueta azul oscuro con hombreras metálicas sobre sus hombros.

— Ya veo— Murmuró la Elfo satisfecha con la respuesta.

— Supongo que solo queda esperar — Añadió un frustrado Silver.

Realmente estar en este lugar le ponía de los nervios.

— Deberías de ser un poco más paciente, Silver, recuerda que Spectra ha estado lejos de su hogar por un largo tiempo y aun así no deja que eso lo afecte — Dijo el último miembro del grupo.

Este era una chica de cabello blanco como la nieve, con dos orejas felinas sobre su cabeza.

Vestía una blusa blanca que dejaba al descubierto su escote y estómago, junto a un short de mezclilla bastante corto, llevaba una capa cubriendo sus hombros además de un faldón en su cintura.

También llevaba botas y guantes de metal negro, así como placas que cubrían sus caderas.

— Supongo que tienes razón, lo siento por eso Spectra — Dijo después de parpadear al procesar lo dicho por su compañera.

— No te preocupes, además puedes llamarme Ise como lo hacen mis amigos — Respondió el rubio.

— No te ofendas, pero en esa apariencia es más cómodo llamarte Spectra — Dijo Silver cruzado de brazos.

El rubio se mostró un poco sorprendido, pero después se encogió de hombros, pues la finalidad de crear esa apariencia era para ocultar su verdadera identidad.

— Está bien, después de todo por eso creé esta personalidad — Dijo restándole importancia.

Las mujeres presentes simplemente miraron al dúo con cierta diversión.

Sin más el grupo siguió flotando en dirección incierta en un cómodo silencio.

Varias horas después.

Issei sudaba de forma evidente, pues ya habían sido varias horas desde que entraron en la brecha dimensional y aún no llegaban a esa corriente temporal que podría llevarlo a casa.

[¿Te encuentras bien socio?]

Preguntó Draig con tono preocupado.

El rubio solo sonrió con cansancio.

— "Tranquilo Draig, es solo la fatiga de usar el poder de Great Red durante un tiempo prolongado, aún no tengo el suficiente control para usarlo por periodos largos de tiempo, aunque solo lo uso para crear esta zona de seguridad" — Respondió en su mente.

Debido a estar usando el poder de Great Red en su cuerpo, se encontraba visiblemente agotado y respiraba con cierta dificultad.

El grupo notó esto y se preocupó por su Líder.

Leo iba a hablar al respecto, pero fue entonces que pasó.

Un tirón sacudió al grupo, al tiempo que eran arrastrados hacia una dirección en concreto.

Spectra apretó los dientes mientras se esforzaba por mantener el aura protectora sobre todos ellos.

— ¡Spectra! ¡¿Qué sucede?! — Exclamó la Yokai peli-blanca.

— Entramos en la corriente temporal… en lo más profundo de la [Brecha Dimensional] — Respondió el aludido con los dientes apretados.

Esto hizo que el grupo parpadeara en confusión, pero no tuvieron tiempo para procesar lo dicho por el rubio, pues en ese momento un hilo de sangre cayó por la esquina de su boca.

— ¡Spectra! — Gritaron alarmados.

Ahora lucía pálido y con ojeras pronunciadas debajo de sus ojos.

— Sigh, parece que este es mi límite, no se puede evitar… ¡Será mejor que se sujeten, abriré una rasgadura para salir de aquí! — Dijo mientras tomaba a Enkidu de su cintura.

Sin darles tiempo a protestar, el rubio maniobró el fragmento de la cadena y aseguró al grupo, para luego fijar el extremo en su posesión a su cintura.

Con esta acción, su mano izquierda quedó libre para su próximo movimiento.

— ¿¡Qué…?! — Exclamaron al ser tomados por sorpresa, pero aferrándose a la cadena por mero reflejo.

El rubio invocó a Ascalón, para después afilar la mirada.

— "Solo espero estar avanzando y no retrocediendo en el tiempo" — Pensó con cierta ansiedad.

Aún no estaba seguro de cómo había retrocedido en esa corriente temporal, pero esperaba que el poder de Great Red sobre los sueños lo llevara en la dirección correcta y regresar por donde vino.

Despejando su mente, concentró poder en la hoja de Ascalón y en un solo movimiento la realidad fue cortada, logrando crear una rasgadura frente a él, la misma por donde el grupo desapareció.

Como consecuencia un destello los dejó momentáneamente ciegos.

Cuando el resplandor se disipó, se encontraron en medio de lo que parecía ser un parque si la fuente y los bancos indicaban algo, además de que estaba casi anocheciendo.

El grupo miró a sus alrededores con cautela.

Sin embargo, el más afectado fue Issei, pues reconocía perfectamente este parque, lo que quería decir que había vuelto a Kuoh.

Con esa realización en mente fue que se permitió relajarse.

— Parece que todo resultó bien, estoy de vuelta en casa — Pronunció soltando un suspiro de alivio.

Esto llamó la atención de los demás, notando como su [Rey] relajaba su postura.

Pero entonces su cuerpo se tambaleó.

El primero en reaccionar fue Silver, quien rápidamente pasó su brazo izquierdo sobre su hombro.

— Ah, gracias Silver — Agradeció con una sonrisa cansada.

— Ni siquiera lo menciones — Respondió el nombrado.

Estando tan cerca, pudo ver el cansancio en los ojos del chico, además del sudor que cubría su rostro.

— Ahora disminuyan su aura lo más que puedan, no queremos llamar la atención de los seres sobrenaturales cercanos — Ordenó con voz calma.

Silver y las chicas asintieron, borrando su presencia con facilidad, pues sus auras estaban reducidas por si aparecían en algún sitio hostil ya que no querían llamar la atención innecesariamente.

Incluso si este era el hogar de su Líder.

Sin embargo, el momento de relajación fue breve pues sintieron dos presencias cerca.

La primera era débil, misma que fue catalogada como humana.

La segunda era más fuerte, misma que fue identificada como la de un Ángel Caído por Elsha e Issei.

Rápidamente se dirigieron hacia donde los árboles podrían esconderlos perfectamente.

Desde esta posición podían observar perfectamente el centro del parque, el punto donde estaba la fuente.

Entonces pudieron verlo.

Un joven de cabello castaño y una chica de cabello negro.

Issei sintió como sus entrañas se congelaban al procesar lo que ocurría.

— Spectra, dime si mis ojos me engañan pero ¿Acaso ese chico no se parece demasiado a ti? — Preguntó Silver con suma seriedad.

Las chicas miraron a su Líder, sorprendiéndose al ver como una expresión sombría era mostrada por el rubio.

— ¿Sucede algo Issei? — Preguntó Leo con tacto, usando el nombre del chico.

Ellos vieron como este ni siquiera pestañeó ante la pregunta, para después relajar un poco su expresión, mientras una expresión de aceptación se veía en su rostro.

— Pase lo que pase y vean lo que vean no interfieran, es una orden — Pronunció mientras cerraba sus ojos y hablaba en tono solemne.

— ¿Qué sucede, Issei? — Preguntó Elsha con cierta incertidumbre.

Ante la pregunta, el rubio abrió los ojos, mirando a la pareja con cierta nostalgia agridulce en su voz.

— Este es el comienzo de mi historia — Respondió con tono suave.

Las chicas y Silver se miraron con confusión, antes de volver su mirada a la pareja que estaba cerca de la fuente.

— ¿Morirías por mí? — Fue la pregunta que escucharon decir a la chica.

Al instante todos se tensaron mientras una parte de sus mentes les incitaba a intervenir, pero recordando lo dicho por su [Rey] se limitaron a observar apretando los puños en impotencia.

Pudieron ver la confusión en el rostro del chico mientras balbuceaba algo sin entender del todo lo dicho por la chica.

Esa confusión se volvió estupefacción cuando esta cambió su apariencia a una más adulta, sin mencionar que ahora usaba prendas más atrevidas, además de poseer un par de alas negras.

El chico castaño estaba entre sorprendido y eufórico al ver por un breve momento los pechos desnudos de la chica cuando se transformó.

Pero eso llevó a que no pudiera reaccionar cuando esta manifestó una lanza de luz color rosa.

Los espectadores miraron impotentes como el chico fue apuñalado sin piedad y caía de rodillas con una expresión estupefacta.

— Culpa a Dios por haberte dado un [Sacred Gear], aun así me llevaré un buen recuerdo de nuestra cita… arigatto — Pronunció al momento de emprender vuelo.

El chico no pudo más y cayó al suelo de espaldas.

Un profundo silencio llenó el lugar, mientras el chico se desangraba lentamente y su vida se escapaba sin que pudiera hacer nada.

— Spectra — Pronunció Silver en tono acerado, esperando la orden de su [Rey].

Sin embargo, este permaneció estoico viendo la escena frente a él.

Las chicas se mordían los labios, queriendo ir y salvar a ese chico inocente, pero sabían que su [Rey] tenía sus razones aunque no las entendieran del todo.

Aun así, eso no evitaba que sintieran el enorme impulso de ir aún en contra de sus órdenes.

Fue en ese momento que el rubio comenzó a hablar.

— En estos momentos nos encontramos en territorio Diablo, por lo tanto esto no está siendo pasado por alto, así que no se preocupen por él — Dijo de forma relajada.

Esto confundió a sus siervos.

Pero antes de preguntar a qué se refería, un destello carmesí los hizo regresar su mirada hacia donde estaba el chico moribundo.

Allí pudieron ver que desde un círculo mágico surgió una chica de cabello carmesí.

— Parece que tu vida está en peligro, pero no te preocupes, yo te ayudaré… desde ahora tu vida me pertenece — Declaró mientras se inclinaba sobre él.

La escucharon decir un par de cosas más, además de sorprenderse visiblemente y mencionar que el chico necesitaba de todos sus [Peones] para reencarnar.

Cuando dichas piezas entraron en su cuerpo, pudieron ver como su herida se cerraba lentamente, sin mencionar que su fuerza de vida se iba recuperando.

Entonces la chica lo hizo sentarse, antes de desaparecer con él en un círculo mágico.

Lo único que quedó fue un charco de líquido rojizo en el suelo del parque.

— Les explicaré lo que acaba de ocurrir además de cualquier pregunta que tengan, pero primero debemos buscar un lugar donde quedarnos mientras me recupero — Dijo al momento que sus acompañantes lo miraron de forma seria.

Ellos querían las respuestas en ese momento, pero al ver el estado sumamente agotado de su [Rey] optaron por asentir en silencio.

Sin más todos abandonaron el lugar.

30 minutos después

No les tomó mucho tiempo encontrar un pequeño hotel, por lo que con magia Silver hipnotizó a la recepcionista para ignorar sus ropas y la apariencia de Leo y Alleyne, obteniendo dos habitaciones para el grupo.

Obviamente Issei pagó por la estancia.

Ellos se dividirían en dos grupos, los chicos y las chicas.

Ahora nos encontramos en la habitación perteneciente a Silver e Issei.

Un pesado silencio reinaba en el lugar después de que Issei soltara la bomba.

— ¿Me estás diciendo que hemos viajado 700 años al futuro? — Preguntó un incrédulo Silver.

Las chicas tenían los ojos bien abiertos después de escuchar lo dicho por su [Rey].

— Así es, yo retrocedí en el tiempo cuando caí en la [Brecha Dimensional] — Confirmó el castaño.

Este se había despojado de su gabardina y había deshecho su cambio de apariencia para poder descansar y recuperar fuerzas.

Según Draig, el chico tardaría un par de semanas en recuperarse de la carga de usar el poder del Dios Dragón y por ello ya descansaba en su cama.

— Aun así no hemos regresado del todo — Añadió en tono serio mientras miraba el techo de la habitación.

— ¿A qué te refieres?, ¿Tiene algo que ver con ese chico parecido a ti? — Preguntó Leo después de superar su impresión inicial.

El castaño guardó silencio por un momento, aumentando la tensión en el ambiente.

— Ese chico era yo cuando fui convertido en Demonio por Rias Gremory y me involucré en el mundo sobrenatural — Dijo finalmente con voz resuelta.

Esto causó un gran impacto en Leo, Elsha, Alleyne y Silver.

¿Acaso habían oído bien?

¿Su [Rey] había sido un Demonio?

— Los Demonios manejan el sistema [Evil Piece], con el cual pueden reencarnar seres en Demonios… aunque conservan parte de su naturaleza anterior antes de ser reencarnados, en mi caso era mitad Demonio-mitad Humano — Explicó brevemente.

Aun así, esta era una información que los dejó completamente sin habla.

El silencio se prolongó durante varios minutos, mientras Elsha y el resto procesaban toda la información dicha por el castaño.

Entonces fue Alleyne quien rompió el silencio.

— Dinos todo, Issei — Pidió de forma seria llamándolo por su nombre.

El chico giró su cuello sin despegar la cabeza de su almohada, mientras suspiraba con ligera nostalgia y los miraba.

—Supongo que es justo… ahora, por donde comenzar… — Dijo mientras cerraba sus ojos.

Esto hizo que todos le prestaran atención.

— Umu, comenzaré con la invitación que me hizo una chica para ir a una cita… — Empezó a relatar el castaño.

1 Hora después

El silencio reinaba en la habitación después de que Issei terminara de relatar sus vivencias cómo Demonio bajo servidumbre de Rias.

A diferencia de la vez anterior, este silencio no era tenso ni pesado, pero podía sentirse en cierto ambiente sepulcral.

Les había contado lo sucedido en la cita, sus encuentros con los Ángeles Caídos, el incidente de Asia, Riser Phoenix, Kokabiel, el Tratado de paz entre las Tres Facciones, su primera visita al Inframundo.

Así también lo ocurrido con el Dios Nórdico Loki, Kioto, la Facción de los Héroes, la Facción de los Maou Ancestrales, la pérdida de su cuerpo y la ayuda de los dos Dioses Dragones.

Rizevim, los Dragones Malignos y finalmente Trihexa.

También hizo mención acerca de su relación con las chicas del grupo Gremory, Ravel e Irina, así como su distanciamiento al encontrar otros chicos, cuidando de no mencionar detalles precisos sobre eso.

Específicamente las consecuencias de ello.

Por ultimo su ascensión a Demonio de Clase Alta, al menos en el Título además de su posterior incidente al momento de caer en la rasgadura espacio-tiempo.

Eso era demasiado para asimilar y más considerando que todo había ocurrido en el lapso de un año.

Por eso mismo la habitación estaba en silencio, pues los siervos de Issei asimilaban poco a poco el largo recorrido que el castaño vivió.

— Vaya, sin duda has pasado por mucho en muy poco tiempo Nii-chan — Dijo Elsha al salir de su aturdimiento.

Ella habló en un tono algo torpe sin saber a ciencia cierta que debería decir.

Como respuesta el castaño sonrió con cierta nostalgia.

— Tal vez, pero debo admitir que me siento afortunado por esta vida, ya que he llegado a conocer personas importantes para mí — Fue lo dicho por el chico.

Esto fue suficiente para aligerar el ambiente algo incómodo que se había formado.

Silver se cruzó de brazos y sonrió en acuerdo.

Leo miraba a Ex machina en el dedo de Issei y sonrió con algo de timidez.

Alleyne cerró sus ojos mientras dibujaba una pequeña sonrisa.

Elsha asintió sonriendo con las manos en la cintura.

Esto hizo que el castaño sintiera un peso menos sobre su espalda, pues los nuevos miembros de su equipo habían reaccionado bien a toda esta información.

— Por ahora permaneceremos en este lugar hasta que me recupere por completo, si bien aún puedo moverme no soy capaz de usar el poder de Great Red, por lo tanto no podemos ingresar a la [Brecha Dimensional] sin el riesgo a morir o perdernos en su infinito espacio — Declaró en tono serio.

El cuarteto asintió en comprensión.

— Aun así pueden salir a explorar, solo procuren ocultar su poder y sus rasgos notorios, sin mencionar la ropa… así no se aburrirán y además podrán aprender acerca del modo de vida actual mientras descanso, pero eso ya será mañana — Les dijo con una pequeña sonrisa.

Esto hizo que se llenaran de expectación, inseguridad y cierta emoción acerca del mundo moderno.

Sin embargo ahora era tiempo de descansar, pues había sido un día bastante largo.

— Entonces te dejamos descansar, buenas noches — Dijo Leo mientras se levantaba de la silla donde estaba.

Alleyne y Elsha también se levantaron, pero ellas ocupaban un pequeño sofá donde cabían dos personas.

— Descansa Nii-chan, Silver — Se despidió Elsha.

— Que tengan buenas noches — Fue lo dicho por Alleyne.

Sin más el trío de chicas salió de la habitación.

Silver, que estaba con la espalda refirmada al lado de la puerta, se reincorporó y se dirigió a la cama desocupada, donde se sentó para luego despojarse de sus botas.

Se había quitado el peto de cuero y la capa, quedando en camisa y pantalones, además de las botas que acababa de quitarse.

Sin más procedió a acostarse.

La habitación quedó en silencio, mientras el peli-negro miraba el techo sin poder dormir.

Así pasaron 15 minutos sin que pudiera conciliar el sueño.

Hasta que una voz lo sacó de sus pensamientos.

— ¿No puedes dormir? — Preguntó Issei sin abrir los ojos.

El peli-negro permaneció en silencio durante unos segundos, antes de responder la pregunta.

— Todavía no me creo que hayamos viajado al futuro — Dijo Silver.

— Lo entiendo, créeme que fue una sorpresa cuando supe que viaje al pasado, solo para casi tener un ataque al corazón cuando vi a Yasaka-san como una niña pequeña — Expuso el castaño con un tono divertido en la parte donde mencionaba a la Líder de la Facción Yokai.

Silver se perdió por un momento tratando de imaginar cómo se vería Yasaka actualmente, solo para sacudir su cabeza furiosamente.

— "¡No soy un Loli-con!" — Gritó en su mente.

Maldita sea la hora cuando le siguió el juego a la pequeña Yasaka acerca de casarse cuando creciera y aún más que todos lo supieran.

— "Aunque ahora que lo pienso, ella ya es mayor…" — Pensó mientras se llevaba una mano a la barbilla.

Al darse cuenta de sus pensamientos volvió a sacudir su cabeza con fuerza.

— Si, quien pensaría que esa pequeña y adorable pequeña se convertiría en una hermosa mujer, el hombre que gane su corazón sin duda será muy feliz, pues ella es muy amable y amorosa — Divagó el castaño con diversión.

Sin que Silver lo supiera, Issei ya sabía que el peli-negro se estaba imaginando como sería la adulta Yasaka, por lo que hizo ese comentario como una pequeña travesura.

Claramente podía darse cuenta de cómo Silver se retorcía en su cama tratando de sacarse esas ideas de su mente.

Sin embargo, pronto su sonrisa burlona se desvaneció mientras regresaba a los eventos que sucedieron frente a él.

El ver su muerte a manos de Raynare le removió viejas recuerdos.

[No dejes que te afecte socio, recuerda que eso quedó en el pasado]

Oyó decir a su compañero.

El castaño sonrió lánguidamente ante las palabras de Draig.

— "Lo sé, aun así no es el mejor recuerdo, sin mencionar los efectos a largo plazo que me causó" — Respondió suspirando con cansancio.

De todos los momentos en su vida, tenía que ser durante sus problemas con Raynare donde fue a caer.

Aunque eso le hizo pensar acerca de algo y eso era que no se encontró con Great Red al ingresar en la [Brecha Dimensional].

Por otro lado, él no sabía cómo podría reaccionar el Dios Dragón de los Sueños ante alguien que posee su poder.

Eso era algo que no querría ni imaginar.

Sacudió su cabeza, no tenía caso seguir pensando en eso.

— "Como sea, será mejor que descanse, hoy gaste mucha de mi energía y no podemos permanecer más tiempo en este lugar" — Añadió mientras cerraba los ojos.

[Es cierto, supongo que dormiré un poco también]

Fue lo dicho por Draig antes de que todo quedara en silencio.

Por su parte, Silver seguía retorciéndose ante sus pensamientos acerca de la hija de Tamamo, pero un rato después cedió ante el sueño.

Habitación de las chicas

El trío de chicas estaba acostado en su cama, repasando todo lo que había sucedido este día.

Sin duda había sido algo revelador e impactante al mismo tiempo, sin mencionar que la visión de ver a la versión joven de su [Rey] ser asesinado por esa Ángel Caído les dejó una amarga impresión.

El ver la expresión lívida del chico al ver su propia muerte aún estaba grabado en lo profundo sus mentes.

Eso sin contar la historia acerca de sus vivencias, a lo que ellas suponían no les había dicho todo.

— Esto me molesta — Fue lo dicho por Leo.

Las otras dos sabían a lo que la Yokai se refería.

La situación acerca del joven Issei y su introducción al mundo sobrenatural.

Para ellas, Rias Gremory manipuló todo a su antojo con tal de adquirir al castaño bajo su servicio, escogiendo la ruta fácil.

Dejarlo morir y luego reclamarlo mostrándose como su salvadora.

Si bien estaba desesperada por romper su compromiso con el Demonio Phoenix, no justificaba esa decisión que no dejaba al chico decidir por sí mismo, incluso si al final se terminó enamorando de él.

Esto demostraba que Gremory era alguien acostumbrada a obtener todo en bandeja de plata, siendo reforzada la idea al haber buscado a otro joven con quien experimentar el romance.

Cuando su [Rey] les habló acerca de eso, no pudieron evitar sentir exasperación ante la idiotez de la chica.

Pero el castaño solo se encogió de hombros mientras argumentaba algo acerca de la inmadurez e ingenuidad propia de un niño.

Esto solo las molestó más, pero no lo demostraron.

— Te entiendo, pero no podemos hacer nada, todo esto ya pasó — Dijo Elsha que usaba sus brazos como almohada.

Alleyne se mantuvo en silencio, pues no había más que decir al respecto.

— Lo sé y eso es lo que más me molesta — Respondió la Yokai con un suspiro pesado.

— Es mejor descansar, mañana podemos despejar nuestra mente recorriendo la ciudad y ver cuánto ha avanzado la humanidad en estos 700 años — Habló por fin la Elfo.

Sin más todas cerraron los ojos, quedando dormidas al poco tiempo, aunque con un ceño fruncido debido a la conversación anterior.

Al día siguiente

Los nuevos miembros del grupo Downfall Dragon desayunaron junto a su [Rey] para después salir a recorrer el pueblo, con la advertencia del castaño acerca de no interferir de ninguna forma ante cualquier incidente que presenciaran.

Esto puso un ambiente tenso en la habitación, sin embargo el cuarteto asintió a las órdenes de su [Rey].

— Yo me quedaré en mi habitación, incluso como Spectra Phantom no me arriesgaré a llamar la atención de los Demonios y cambiar la historia, hasta ahora no me arrepiento de mis intervenciones pero espero mantenerme al margen de cualquier problema — Les dijo cuando salían de la habitación.

Ninguno de ellos pudo evitar sonreír al escucharle decir que no se arrepentía de salvarlos aun cuando su intervención pudo ser peligrosa.

Ellos agradecían lo que él había hecho por ellos y por eso lo habían seguido.

Ahora mismo Silver y las chicas recorrían las calles de Kuoh.

Ellos no podían dejar de admirarse ante la infraestructura de los edificios, además del avance de la tecnología como lo demostraban algunas pantallas que trasmitían programación o algún video.

Silver vestía camisa blanca con un suéter de lana sin mangas color café encima, además de pantalones negros y zapatos cafés.

Elsha llevaba un vestido blanco de tirantes, mostrando algo de escote, con una bufanda roja y sandalias sencillas, además de llevar el cabello en una coleta baja.

Alleyne optó por un traje de oficinista color negro, con medias y zapatillas altas, además de lentes.

Leo llevaba jeans a la cadera con dobladillo alto, tenis y una camiseta blanca con estampado de un león, misma que debido a lo corta que era mostraba su abdomen plano.

Estas últimas dos habían usado magia para esconder sus rasgos sobrenaturales, como las orejas largas y las partes animales respectivamente.

Issei había pedido algo de ropa a la recepción del hotel, misma que pagó debidamente, para que estos pudieran mezclarse mejor entre las personas normales.

Cabe decir que las chicas atraían la atención de la población masculina, mientras Silver se robaba miradas de algunas amas de casa jóvenes, pues lucía como un hombre hogareño, pero a la vez algo misterioso y temerario por su cicatriz.

Sin más siguieron su camino, esta vez hacia el centro comercial.

Hotel de Kuoh – Habitación de Issei y Silver

El castaño se había despojado de sus ropas y ahora mismo tomaba un baño, pues el día anterior no había podido hacerlo debido a lo exhausto que estaba.

Él se había asegurado que las habitaciones tuvieran baño personal, pues le resultaba más cómodo así.

Con un poco de dificultad lavó su cuerpo con su única extremidad útil, para luego entrar en la tina, empezando a relajarse por la temperatura perfecta del agua.

El agua llegaba hasta su pecho, el cual lucía una cicatriz desde el hombro izquierdo a la cadera, en su costado derecho.

Esa herida fue hecha por la espada de Adel, la cual tenía una poderosa maldición.

Misma que era la razón por la que a pesar del poderoso hechizo de sanación usando Senjutsu por parte de Tamamo, solo había podido cerrarse y cicatrizar, no sanar por completo.

Su mirada se dirigió hacia donde debía estar su brazo derecho, no pudiendo evitar sonreír con cierta ironía, pues no era la primera vez que sacrificaba una parte de su cuerpo por salvar a alguien.

Claro que no había ni una pizca de arrepentimiento ante ambas decisiones.

De hecho, pudo haber recuperado su brazo, pero el fragmento de Enkidu lo absorbió para permanecer en este mundo.

— "Ahora que lo pienso, deberé de investigar sobre esa cadena" — Pensó con seriedad.

El efecto de restricción que poseía era muy poderoso, pero algo le decía que había algo más en esa cadena de lo que se veía a simple vista.

Sintiéndose mejor, el castaño salió de la bañera y tomando una toalla secó su cuerpo.

Luego se puso un yukata y se sentó en el sofá mientras encendía la tv.

Los siguientes días serían un tanto agobiantes por su auto-encierro, así que esperaba pasaran lo bastante rápido para no morir de aburrimiento o convertirse en un Hikkikomori.

— "Espero recuperar mi poder pronto" — Pensó mientras levantaba el control remoto.

Anochecer

Silver, Leo, Alleyne y Elsha entraban a la habitación de los chicos, encontrándose con el castaño dormido sentado en el sofá frente al tv.

Este se despertó en ese momento con un pequeño sobresalto al momento de cerrarse la puerta.

— Oh, chicos, volvieron — Dijo con voz somnolienta para después bostezar.

El cuarteto asintió con una expresión seria y hasta cierto punto molesta.

Esto hizo al chico alzar una ceja en confusión.

— ¿Sucedió algo? — Preguntó el castaño.

Ante la pregunta, Elsha resopló.

Lógicamente esta acción causó más curiosidad en el chico.

— Acabamos de ver como tu joven versión fue atacada por un Caído — Respondió con clara irritación.

— ¿Y?, ustedes ya sabían que eso ocurriría — Dijo con simpleza, sin saber dónde estaba el problema.

Esto fue notado por el cuarteto, por lo que Alleyne decidió iluminar a su [Rey] sobre el motivo de su molestia.

— Issei, ese chico prácticamente no sabía nada de su situación y por ello casi fue asesinado, todo porque el Demonio Gremory no le hizo saber que ya no era humano ni tampoco mandó a alguien a protegerlo en caso de otro ataque — Dijo la Elfo con suma seriedad.

— Como responsable de esta ciudad, debía de saber que los Caídos intentarían terminar el trabajo que Raynare no pudo completar — Fue el turno de Leo entrecerrando los ojos.

— Prácticamente te dejaron a tu suerte, si se hubiera retrasado un poco más, hubieras muerto — Terminó de decir Silver.

El castaño permaneció en silencio, procesando lo dicho sabiendo que tenían razón.

— Por eso llegamos a una conclusión, Gremory es una idiota — Declaró Elsha cruzando los brazos mientras su mirada se afilaba.

El resto asintió ante el insulto de la rubia.

Ante esto, el castaño esbozó una sonrisa levemente tensa pero a la vez comprensiva.

— Entiendo a lo que se refieren, sin duda su ingenuidad es uno de sus puntos débiles al grado de ser preocupante, pero eso es algo que la hace ser Rias… aunque eso ya no es algo que me concierna — Dijo encogiéndose de hombros.

Esto de verdad que sorprendió al cuarteto, pues no esperaban que el chico dijera algo profundo para que luego lo desestimara así de fácil.

El castaño procedió a buscar programación en la tv cambiando de canal con el control remoto.

— Le debo mucho al Clan Gremory y por ello cuidaré de ella mientras pueda, pero ya no tengo ningún tipo de apego emocional por Rias o cualquier miembro de su Título Nobiliario, con excepción de Kiba y Gasper, así que no tiene caso darle más vueltas al asunto — Añadió distraídamente.

Silver y Leo lo entendieron, pues como Caballeros al servicio de Tamamo experimentaron tener una deuda de honor hacia alguien que te brindaba ayuda en momentos difíciles.

Elsha y Alleyne entendían hasta cierto punto, pues tenían una deuda con el castaño por haberlas salvado.

— Pagué mi deuda con Rias al salvarla y protegerla infinidad de veces, sin mencionar los servicios hacia la sociedad Demoniaca… por lo que al regresar a casa intenten no antagonizarla mucho, después de todo aún no está enterada que ya no le pertenezco en ningún sentido — Dijo esta vez con seriedad y un tono lapidario.

Esto hizo abrir los ojos al cuarteto, pues analizando la descripción de la relación del castaño con las chicas del Clan Gremory, sabían que al enterarse de ese hecho podría sacudir el mundo perfecto que pensaban tener.

Esto hizo que calmaran su enojo en cierto grado.

— Supongo que tienes un punto — Concedió Elsha soltando un suspiro.

— Rias, Asia y Akeno serán las más afectadas, pues son las que están más apegadas a mi sentimentalmente, aunque Akeno es la más vulnerable si lo pienso bien — Murmuró para sí mismo.

Las chicas se miraron con una ceja alzada ante las divagaciones de su [Rey].

— En fin, pedí pizza para la cena hace 15 minutos, pónganse cómodos en lo que llega el pedido — Dijo en tono relajado.

Silver y las chicas simplemente se encogieron de hombros y tomaron asiento en la cama de Issei en el caso de las chicas, mientras Silver tomaba la silla pues el castaño ocupaba el sofá.

Ya que era una habitación sencilla para dos personas no tenía muchos muebles.

Esto era porque el castaño no traía mucho efectivo y no quería abusar del hipnotismo y conseguir un descuento.

— Mejor vayamos a nuestra habitación, ahí hay una mesa y varios sofás — Sugirió Elsha después de pasear su vista por el limitado espacio.

Hombres y sus gustos simples.

Ellas pidieron su habitación con ciertas especificaciones.

El castaño y el peli-negro las miraron por un segundo, antes de encogerse de hombros y levantarse de sus lugares.

Luego las chicas lideraron el camino.

Varios días después

Issei se mantuvo todo este tiempo en la habitación del hotel, descansando y recuperándose satisfactoriamente.

Habían pasado 9 días desde que habían llegado a esta línea de tiempo.

Según Draig, tomaría otros 3 días recuperarse por completo.

Durante este periodo de tiempo, sus nuevos siervos presenciaron su encuentro con el Ángel Caído Kalawarner donde activó su [Twice Critical] y su posterior encuentro con Asia.

Cabe decir que les impresionó la inocencia de la monja rubia.

Saber que en el futuro cambiaría al castaño por otro chico era algo que no creerían en estos momentos, pero sabían que su [Rey] jamás les mentiría con algo así.

También percibieron una barrera que no pudieron evitar investigar, logrando ver como su joven [Rey] enfrentaba a un Exorcista callejero, siendo defendido por Asia.

Cabe decir que les afectó la impotencia que la cara del chico reflejó cuando su ama lo obligó a retirarse dejando a la monja en manos de los Caídos.

Era notoria la diferencia a su yo actual, que podría barrer el suelo con ese grupo de Caídos sin esforzarse mucho.

Eso les hacía recordar cuanto había pasado en tan solo un año.

Ahora mismo veían como el castaño se encontraba de nueva cuenta con la monja rubia, llevándola a comer a un restaurant.

Así mismo acababan de escuchar su historia, entendiendo por qué el castaño declaró que solía ser bastante protector con ella.

Su inocencia alentaba a querer protegerla de cualquier peligro.

El grupo los siguió discretamente, hasta que se encontraron con Raynare de nueva cuenta.

Ante la escena frente a ella, Alleyne empezó a maquinar cierta idea.

Lo pensó por varios minutos, ajena a lo que sucedía enfrente y pronto tomó su decisión, curiosamente cuando todo había terminado y un castaño abatido abandonaba el lugar.

— Pobre Issei, no imagino como se ha de sentir en estos momentos — Habló Leo ligeramente afectada por la expresión del chico.

— Es verdad, esta Caído Raynare me está comenzando a molestar — Agregó Elsha con seriedad.

— Bueno, ella y su grupo pasarán a mejor vida esta noche, así que no es algo que nos concierna a nosotros — Fue lo dicho por Silver.

Después de esos comentarios se formó un silencio algo incómodo, pues esperaban el comentario de cierta Elfo, misma que parecía sumida en sus pensamientos.

Su postura con la mirada baja y brazos cruzados les llamó la atención.

— Etto, Kyoukan, ¿Sucede algo? — Preguntó Elsha con duda.

La Elfo permaneció en silencio durante varios segundos, antes de alzar la cara y mirarlos finalmente.

— Es insuficiente — Fue lo dicho por la rubia platinada.

Este comentario confundió a Silver, Elsha y Leo.

— ¿A qué te refieres, Alleyne-san? — Preguntó Leo alzando una ceja.

— A su castigo, siento que la muerte no compensa todo lo que ha hecho — Explicó la Elfo.

Esto hizo que parpadearan, procesando lo dicho por su compañera.

— Esta Caído, Raynare, demuestra tener un orgullo demasiado grande, mismo que esconde un sentimiento de inferioridad — Explicaba la Elfo con calma.

— Es verdad, esa forma de dirigirse a Ise… menospreciándolo y burlándose — Mencionó Leo entrecerrando los ojos en disgusto.

Silver estaba cruzado de brazos, escuchando en silencio la conversación mientras trataba de descubrir a donde quería llegar Alleyne con todo esto.

— Es probable que todo esto pueda provocar daños en su psique a largo plazo — Añadió la Elfo mientras endurecía su mirada.

Esto hizo que Leo y Elsha abrieran levemente los ojos, pues esa era una gran posibilidad.

Los comentarios y las palabras hirientes habían sacudido al chico, lo cual aunado al no poder proteger a la monja seguramente le dejaría con un poderoso mal recuerdo.

— Entiendo que no te guste lo que ocurrirá… por eso te pregunto, ¿Qué es lo que sugieres? — Preguntó Silver finalmente.

Ante la pregunta, Alleyne lo miró mientras una pequeña sonrisa se abría paso en sus labios.

— Nada del otro mundo, simplemente aprovechar ese orgullo para aplicar su castigo — Fue lo dicho por la Elfo.

Esto dejó en silencio al cuarteto, con tres personas del grupo parpadeando en confusión.

Silver había alzado una ceja con duda.

— ¿Y cómo planeas hacer eso? — Preguntó el peli-negro cuidadosamente.

De alguna manera, la sonrisa en la cara de la Elfo le provocó un escalofrío, sintiendo un poco de compasión por Raynare, pues esa sonrisa no auguraba nada bueno.

Media hora después

— ¿Servidumbre? — Preguntó Issei con escepticismo.

Se había aburrido de la programación en la tv, por lo que se disponía a tomar otra siesta, como venía haciéndolo durante los últimos días.

Fue entonces que fue abordado por sus recientes siervos, siendo Alleyne quien le trasmitió su deseo de castigar adecuadamente a esos Caídos que le causaron problemas en el pasado.

Cabe decir que la proposición lo sorprendió, pues estaba seguro que para Raynare, el ser una simple sirvienta seguramente era un castigo más que adecuado para todo el mal que había causado.

Sin embargo.

— Alleyne, estoy seguro que sabes que no podemos interferir en la línea temporal, salvar a Raynare y su grupo es darnos a conocer, lo que podría cambiar la historia — Debatió el castaño con una seria expresión.

Por su parte, la Elfo asintió a lo dicho por su [Rey], para después alzar un dedo.

— Por eso usaremos nuestras habilidades para pasar desapercibidos — Fue lo dicho por Alleyne.

— ¿Eh? — Farfulló el chico confundido.

— De hecho es más sencillo de lo que parece… Silver puede usar magia de ilusión, Leo podrá borrar nuestro rastro con Senjutsu y tú destruirás el hechizo que integra el [Sacred Gear] en Raynare, solo debemos sincronizarnos y tendremos a nuestras victimas a salvo — Expuso la Elfo su plan sin cambiar su seria expresión.

— Estoy seguro que “tendremos a nuestra víctima a salvo” no suena ético, Alleyne — Pronunció el castaño con una gota en la nuca.

— Yo sé lo que dije, recuerda que conservar sus vidas será su castigo — Señaló mientras se cruzaba de brazos.

Issei se quedó en silencio, sopesando la descabellada idea de su [Peón], sin saber qué decisión tomar.

Miró brevemente al grupo restante interesado en lo que pudieran pensar al respecto.

Leo se mostraba entusiasmada, si el movimiento de sus orejas y cola decía algo en cuanto a su estado de ánimo.

Elsha destilaba cierta emoción al respecto, probablemente interesada en como terminaría todo.

Silver era el único que no se mostraba muy interesado, pero podía ver cierto brillo de curiosidad en sus ojos.

Al parecer le gustaba cualquier forma de entretenimiento, un rasgo que compartía con la antigua [Sekiryuutei].

Volviendo su mirada hacia la Elfo, la miró fijamente por unos segundos.

— No vas a cambiar de opinión, eso puedo verlo — Expuso en tono neutro.

— Así es — Dijo esta con un asentimiento.

Ante esto, solo pudo suspirar en derrota.

— Ahhh~, supongo que podemos hacerlo — Concedió el castaño.

Esto hizo que los ojos del trío de mujeres brillaran brevemente con cierta maldad, provocando un escalofrío en Silver e Issei.

— Bueno, ya que lo hemos decidido, debemos movernos rápido, aún hay preparaciones que hacer — Dijo mientras se volteaba hacia sus compañeros.

Estos asintieron con decisión,

El castaño solo se limitó a sonreír no muy convencido.

Así que decidió ponerse sus ropas, esta noche iba a ser bastante ajetreada.

Veinte minutos después

Issei veía a su otro yo entrar en la iglesia junto a Koneko y Kiba.

Él junto a Silver, Leo, Alleyne y Elsha estaban protegidos por el Senjutsu de la Yokai.

— A pesar de no ser mi fuerte, puedo usar el Senjutsu para borrar nuestra presencia e infiltrarnos en terreno enemigo — Informó la peli-blanca.

Como muestra de ello, un aura color azul los rodeaba a todos.

— Puedo sentir tres presencias en la parte de atrás — Fue el turno de Silver.

El castaño asintió.

— Elsha, Alleyne, vayan y recuperen a esos tres, tengan cuidado, Akeno y Rias son las que aparecerán ahí — Ordenó el chico.

— Bien — Asintió la Elfo.

— Como órdenes, Nii-chan — Respondió la ex [Sekiryuutei].

Entonces se giró al peli-negro.

— Silver, tu arrojarás una ilusión sobre ellos cuando Rias intente matar a Raynare, Leo, necesito que mantengas tu habilidad sobre nosotros… yo sacaré a Raynare de la línea de fuego mientras deshago su vínculo con el [Twilight Healing] — Volvió a dar órdenes.

Los mencionados asintieron.

— Entonces, andando — Dijo para luego separarse en dos grupos.

Con Alleyne y Elsha

El dúo se movió en las sombras, logrando ubicar a uno de sus objetivos.

Este era una Loli rubia con vestido gótico sentada en la rama de un árbol.

— Ahí está, ahora solo falta que lleguen los Demonios — Dijo Alleyne.

— Hablando del Diablo — Habló con diversión la rubia.

Un círculo mágico brilló y desde él aparecieron Rias y Akeno.

La Caído rápidamente las encaró, mientras hablaba con confianza.

— Simplemente no queremos que interfieran con el ritual — Decía la Loli rubia.

Ambas integrantes del grupo Spectra alcanzaron a escuchar esa parte de la conversación cuando lograron acercarse lo suficiente, aunque mostraron poco interés acerca de lo que hablaban.

Ellas solo buscando el momento preciso de actuar.

— Ara~ Ara~ Gomenasai~, pero uno de nuestros chicos ha entrado por el frente — Fue lo dicho por Akeno mientras se tomaba la mejilla.

— ¿Eh? ¿En serio? ¡Maldición! Pensé que podían entrar a escondidas por atrás — Se quejó pisoteando el suelo infantilmente.

El dúo de Demonios se mantuvo estoico ante esa rabieta.

— Bueno está bien, no importa cuántos de ustedes sean, no habrá diferencia… de hecho, deberían de preocuparse del peligro que enfrentan ustedes dos — Dijo recuperándose de su episodio, mientras las miraba como si no fueran nada.

Rias y Akeno mantuvieron la calma, incluso cuando en un destello aparecían los otros dos Caídos.

— Elsha, mantén los ojos abiertos — Ordenó Alleyne.

— Hai, Kyoukan — Respondió esta.

Al parecer el encuentro ya iba a empezar.

En ese momento los Caídos extendieron sus alas y tomaron vuelo.

— Akeno — Pronunció la peli-roja en tono serio.

— Hai Buchou — Respondió esta.

Un destello de luz la cubrió, para que después se mostrara con un atuendo de sacerdotisa sintoísta.

— ¡Hahh! — Exclamó alzando sus manos e invocando su magia.

Ambas rubias se movieron con velocidad cuando sintieron que una barrera se levantaba encerrando a los cinco seres sobrenaturales.

Estos estaban tan concentrados en sus oponentes que no notaron al dúo entrar con ellos, sin mencionar que los efectos del Senjutsu de Leo continuaban funcionando.

— ¿Una barrera? — Comentó Kalawarner.

Ella y Donashiku movieron la mirada en sus alrededores.

— ¿Esto no es bastante malo? — Comentó una alarmada Mittlet.

— No escaparan de esta jaula — Dijo Akeno.

Ella tenía rayos recorriendo su mano mientras estaba sonrojada, para luego lamer su dedo.

Después de eso siguió una charla cliché por parte de los Ángeles Caídos, acerca de los esfuerzos inútiles y que no saldrían de ahí vivos, sin mencionar que se burlaron de Issei y su intento de salvar a la monja.

Entonces los tres atacaron con sus lanzas de luz.

Solo para que Rias las desviara cuando encendió su aura.

— ¿Te has reído, de mi siervo? — Peguntó con mirada sombría.

Esto hizo alzar una ceja a Elsha y Alleyne, pero permanecieron en silencio.

— Ara~ Ara~, veo que se equivocaron al hacerla enojar — Murmuró Akeno con una pequeña sonrisa.

Por su parte, los Ángeles Caídos se paralizaron en el aire debido a la enorme presión del poder de Rias.

Fue en ese momento que energía oscura surgió de sus manos, para luego desatarla sobre el trío de Caídos.

— "¡Ahora!" — Exclamaron mentalmente Elsha y Alleyne.

Moviéndose a una enorme velocidad, justamente cuando el Poder de la Destrucción estaba a una distancia de menos de un metro, las dos rubias tomaron a uno de los Caídos, respectivamente al más cercano a ellas para después salir de la línea de fuego.

El movimiento súbito, además de ver la muerte tan de cerca los puso fuera de combate al instante.

Ahora Elsha y Alleyne estaban a una buena distancia del claro, paradas sobre la rama de un árbol con su respectiva carga a salvo.

Pero entonces se dieron cuenta de una cosa.

Solo había dos Caídos.

— Elsha, ¿Dónde está el tipo del sombrero? — Preguntó la Elfo, la cual sostenía a Kalawarner sobre su hombro.

— Pensé que tú lo tomarías contigo, Kyoukan — Respondió la nombrada con duda cargando a Mittlet bajo el brazo.

Ambas se miraron y parpadearon procesando lo dicho por la otra, para luego darse una palmada en la frente.

— La próxima vez debemos ponernos de acuerdo y discutir todos los detalles acerca de cualquier plan — Fue lo dicho por Alleyne.

— Recibido y anotado — Respondió Elsha.

Bueno, eran dos de tres así que no era una pérdida total.

Además que el tipo del sombrero le desagradaba.

Desde ese lugar, vieron como Rias desaparecía dejando a Akeno en el lugar.

Sin más se retiraron, pues ya habían cumplido su misión.

Con Issei, Silver y Leo

Ellos habían entrado por el frente, pasando desapercibidos ante los Exorcistas y los Demonios gracias a las ilusiones de Silver y el Senjutsu de Leo.

Miraron la pelea con Fred, para luego seguir al grupo escaleras abajo.

Ahí Raynare terminaba el ritual, extrayendo el [Sacred Gear] de Asia.

— Ise, ¿Estás bien? — Preguntó Silver al ver la expresión del chico.

Este miraba levemente afectado la escena frente a él.

Como respuesta, el castaño sonrió de forma tensa.

— Si, no te preocupes, aunque ya no tenga sentimientos de tipo romántico por Asia, aún pienso que no debió de pasar por todo esto — Respondió Issei recomponiéndose.

Leo lo miró por unos segundos, para luego mirar a la versión joven de su [Rey].

Ella no quería ver esa clase de expresión en su rostro, se aseguraría de eso.

Por su parte, el castaño observó cómo Raynare introducía el [Sacred Gear] robado en su pecho.

Afiló la mirada, mientras pensaba acerca de eso.

— "Draig, ¿Crees que [Gram Demolition] será suficiente?" — Preguntó a su compañero.

[El hechizo montado por la maga y la Valquiria es el más indicado en este caso, ninguna de tus otras habilidades podrá desligarla del [Sacred Gear] de la monja, no a menos que quieras darte a conocer o que termine con la muerte de ese Ángel Caído]

Fue lo dicho por Draig.

El castaño se tranquilizó un poco ante ese pedazo de información, confirmando que su corazonada acerca de cómo proceder era acertada.

— "Gracia por tu apoyo Draig" — Agradeció mentalmente.

Entonces vio a su versión joven e inexperta tomar a Asia y salir de ese sótano, siendo cubierto por Kiba y Koneko.

— Vamos — Dijo a sus acompañantes, que lo siguieron en el acto.

Subieron la escalera, para encontrar al castaño escuchando las últimas palabras de la monja.

— Hemos terminado — Dijo Alleyne cuando se unió a ellos, seguida de Elsha.

El castaño asintió sin voltearlas a ver, pues estaba absorto en la escena frente a él.

La Elfo y la ex [Sekiryuutei] notaron la leve melancolía en su mirada, para luego posar sus ojos en la escena.

— ¡Oye, Kami-sama! ¿Estás ahí, no? ¡No te lleves a esta chica! — Exclamaba con el cuerpo de Asia entre sus brazos.

Se podía escuchar la desesperación en su voz, al grado de afectar a Elsha, Leo y Alleyne.

Incluso Silver mostraba una expresión sombría.

— ¡Te lo ruego, te lo estoy rogando! ¡Esta chica no hizo nada malo! ¡Solo quería unos amigos! — Exclamó una vez más.

El chico se siguió lamentando con lágrimas en los ojos, aferrándose a Asia.

Entonces Raynare apareció.

— Mira esto, cuando venía hacia aquí ese Caballero me hizo esto — Dijo mostrando un leve corte en su brazo.

— ¿Qué pasó con Kiba y Koneko-chan? — Preguntó Issei con inquietud.

Pero Raynare no le hizo caso y curó su herida con un destello verde.

— ¿No es lindo? Me puedo curar de cualquier herida — Dijo con tono presuntuoso.

Por su parte, Issei y su grupo miraban la escena con expresiones estoicas, pero conforme avanzaba la conversación, Elsha y Leo apretaban los puños sintiendo su ira crecer.

Alleyne y Silver eran mejores en suprimir su molestia, pero era evidente en su mirada afilada que no estaban muy contentos con lo que veían y escuchaban.

En cambio, Issei se limitó a cerrar sus ojos solemnemente, dejando que su leve malestar fuera erradicado de su interior.

Ya no era el debilucho de antes, ahora mismo tenía el poder para que esta escena no se repitiera de nuevo en su vida.

No tenía caso dejar que la escena frente a él se clavara en su corazón nuevamente.

Cuando sintió su corazón más ligero, abrió sus ojos mirando de nueva cuenta la escena frente a él, pero esta vez, una pequeña sonrisa se abrió paso en sus labios.

Vio cómo su otro yo intentó golpear a Raynare, solo para que esta lo esquivara para después arrojarle dos lanzas de luz que se clavaron en sus piernas.

En ese momento fue que Elsha parpadeó, dándose cuenta de algo.

— Oye, Nii-chan — Habló con duda en su voz.

Su aura furiosa empezando a disminuir.

Incluso los otros miembros del grupo miraron a la chica.

— ¿Qué pasa Elsha? — Preguntó el castaño mirándola con una ceja alzada.

— Ese chico tiene un [Twice Critical], pero tú mostraste tener otro [Sacred Gear] — Señaló la rubia ese detalle.

Alleyne abrió los ojos al pensar en eso, incluso Silver y Leo se mostraron algo aturdidos al recordar el guantelete negro.

Como respuesta, el chico sonrió.

— Sigan observando y tendrán su respuesta — Dijo crípticamente, aumentando la curiosidad de su siervos.

Entonces vieron como este se sacó las lanzas de luz, para luego caer sentado en el suelo, con la espalda refirmada en un banco de la Iglesia.

Dijo algo en voz baja, antes de proceder a levantarse lentamente.

— Te lo pido y luego no necesito nada más — Dijo antes de ponerse de pie con dificultad.

Incluso se tambaleaba como si fuera a derrumbarse en cualquier momento, sin embargo, esta acción sorprendió enormemente al Ángel Caído.

— No puede ser ¡Es imposible! — Balbuceó Raynare con conmoción.

— ¡Déjame golpear a esta tipa! — Exclamó el castaño extendiendo sus alas.

Raynare retrocedió un paso en ligero pánico.

— No debería ser capaz de ponerse de pie, fue quemado por las lanzas de luz ¡No hay ningún Demonio con el poder de soportar la luz! — Dijo con incredulidad y cierto miedo filtrándose en su voz.

— Si, me duele, me duele mucho… Siento como si fuera a colapsar en cualquier momento — Respondió el castaño mientras caminaba lentamente hacia Raynare.

Esta retrocedió levemente al ver esto.

— ¡Pero me sacas de quicio y por eso no me importa! — Exclamó furiosamente.

Entonces un destello surgió desde la joya de su [Twice Critical], al tiempo que se alargaba cubriendo hasta el codo, mientras su joya se hacía más grande y sus dedos desnudos eran cubiertos por garras.

[Explosion]

El castaño se veía sorprendido por el cambio.

— ¿Un aumento de poder? — Dijo Raynare sin poder creerlo.

Por otra parte, las expresiones del grupo de observadores no tenían precio.

Elsha estaba pálida.

Alleyne tenía los ojos abiertos a más no poder.

Leo estaba petrificada con una expresión en shock.

Silver tenía la mandíbula hasta el suelo.

Issei ahogó una risita ante la expresión de esos cuatro.

[Jajajaja, realmente no se lo esperaban]

Rio Draig divertido.

— "Es verdad, esas caras no tienen precio, creo que recordaré este momento durante mucho tiempo" — Respondió en su mente.

Entonces el sonido de cristales rotos lo regresó a la realidad.

Miró la escena nuevamente, solo para ver cómo Raynare se perdía después de atravesar una de las ventanas del lugar después de ser golpeada por su versión joven.

—  Ah Ah Ah — Respiraba este con dificultad.

Entonces perdió la fuerza en las piernas y casi cae, pero este fue atrapado por el Caballero rubio.

— Llegas tarde, príncipe encantador — Comentó con cierta diversión en su voz.

— Buchou me pidió no intervenir — Respondió este en disculpa.

— ¿Buchou? — Pronunció con duda el castaño.

Entonces esta apareció desde un lado.

— Sabía que podías encargarte del Ángel Caído — Dijo la peli-roja con una pequeña sonrisa.

En ese momento las puertas principales se abrieron, revelando a Koneko con sus ropas rotas, mientras arrastraba de una de sus alas a una inconsciente Raynare

Cabe decir que el sonido fue suficiente para sacar de su trance a Silver y las chicas.

— ¿Sorprendidos? — Preguntó el castaño mirándolos con una sonrisa divertida.

Estos se limitaron a asentir, aún sin poder creerlo, para después mirar nuevamente lo que ocurría.

— Buchou, la he traído — Pronunció la peli-blanca con su tono neutro.

Rias convocó un pequeño círculo mágico en su palma, desde el cual surgió un chorro de agua directo a la cara de Raynare.

— ¡Buahh! ¡¿Qué…!? — Exclamó despertándose de golpe.

Fue en ese momento que entendió su situación al verse rodeada de Demonios.

— Buenas noches, Ángel Caído Raynare, mi nombre es Rias Gremory, Líder del Clan Gremory — Se presentó la peli-roja.

— La hija de la familia Gremory — Pronunció cautelosamente Raynare.

— Ha sido un placer conocerte, aunque sea brevemente, por cierto, tus compañeros no vendrán, me ocupe personalmente de ello — Reveló dejando caer tres plumas negras frente a ella.

Esto obviamente conmocionó a Raynare.

Por otro lado, el joven castaño se mostró confundido acerca de eso.

— Buchou es conocida como Benigami Ruin Princess (Princesa de la Ruina del Cabello Carmesí), también se le conoce como Mesatsu-hime (Princesa de la Destrucción) — Aclaró Kiba a su compañero.

— ¿Destrucción? No sabía que era familiar de una persona así — Dijo Issei con admiración.

Por otra parte, el castaño mayor miró a Elsha y Alleyne con una ceja alzada, pues apenas había notado que cada una traía a un Caído.

— Sí, creo que no nos pusimos de acuerdo y perdimos al tipo del sombrero — Pronunció una avergonzada Elsha.

Ella miraba de reojo el guantelete rojo en la mano izquierda del niño con evidente insistencia, como si en cualquier momento este desapareciera.

Entonces su mirada se posó en la Elfo, la cual se encogió de hombros.

— Hicimos lo que pudimos — Dijo en tono resuelto.

Issei solo negó con una pequeña sonrisa, para después volver a mirar lo que ocurría frente a él.

— Sabía que ustedes los Ángeles Caídos estaban tramando algo contra Issei desde mi primer encuentro con Donashiku, si no lo hubieran atacado los hubiera ignorado, pero… — Declaró la peli-roja con una mano en su cintura.

Este comentario hizo que el quinteto frunciera el ceño, pues claramente este grupo de Caídos mataba a portadores de [Sacred Gear] y Rias declaraba que iba a hacer caso omiso a tal situación.

— Buchou, ¿Entonces por mí…? — Habló Issei sorprendido.

El castaño mayor simplemente suspiró ante la reacción de su versión que desconocía en lo que se estaba metiendo.

Sin embargo, el comentario se ganó la atención de Rias, la cual tomó nota de su brazo izquierdo.

— Issei, ¿Y ese [Sacred Gear]? — Preguntó sorprendida.

— Ah, cambio de forma sin darme cuenta — Respondió el chico mientras miraba su nuevo brazo.

— Un Dragón rojo, ya veo, se trataba de eso ¿No? — Murmuró por lo bajo.

Entonces se giró hacia Raynare.

— Ángel Caído Raynare, el [Sacred Gear] de Hyodou Issei-kun no es un simple [Twice Critical] — Comenzó a decir Rias con seriedad.

— ¿Qué? — Pronunció Raynare abriendo los ojos levemente.

— Se dice que duplica el poder de su usuario cada diez segundos y luego sobrepasa los límites llegando a igualar incluso a los Dioses — Expuso Rias con una mirada afilada.

Los ojos de Raynare estaban abiertos a más no poder, mientras una gota de sudor recorría su mejilla y sentía su pulso acelerarse en cada palabra de la descripción del [Sacred Gear].

— Una de las Trece Longinus, conteniendo al Dragó Emperador Rojo, el [Boosted Gear] — Reveló finalmente Rias.

— "El Sacred Gear que puede matar hasta a los Dioses, ¿En manos de este niño?" — Pensó frustrada apretando fuertemente los puños.

Al ver el estado del Ángel Caído, Rias sonrió levemente.

— No importa que sea una Longinus, no es invencible, él solo te ganó porque bajaste la guardia — Señaló la peli-roja.

Elsha, Silver, Leo y Alleyne asintieron de acuerdo, pues el castaño la había derrotado cuando ella perdió la compostura, sin mencionar que verlo levantarse después de ser apuñalado por lanzas de luz la aterró en ese momento.

Entonces su sonrisa se borró lentamente.

— Desaparece ahora, Ángel Caído — Declaró con una mirada seria.

— Ise-kun — Se escuchó una voz tierna.

Los ojos de Leo y Alleyne se afilaron, mientras Elsha alzaba una ceja y Silver solo podía abrir los ojos en completa estupefacción, pues no esperó un intento tan bizarro por salvar su vida por parte de Raynare.

De vuelta a la escena, Raynare se había convertido en Yuma, suplicándole a Issei que la ayudara a vencer a los Demonios.

Sin embargo, no funcionó y solo lastimó más al chico.

— Buchou, por favor… — Dijo este dándose la vuelta con una expresión de dolor.

— "Ahora" — Pensó el castaño mayor.

Sus siervos notaron como su cabello se tornó rubio, además de encogerse hasta por debajo de los hombros, mientras sus ojos se volvían color escarlata.

Así Spectra Phantom caminó tranquilamente hasta quedar detrás de Raynare.

Rias y los demás no lo vieron pasar frente a ellos gracias al poder de Silver y Leo.

Entonces su mirada bajó hasta la espalda de Raynare, quien estaba sentada en el suelo con una expresión de pánico en su rostro.

Issei puso su palma en su espalda, al tiempo que un destello de luz rojiza iluminaba el oscuro lugar, cortesía de la masa de Poder de la Destrucción en manos de Rias, quien apuntaba a la Caído.

¡CRASH!

El rubio notó como un enlace era destruido, viendo con admiración un orbe salir del pecho de Raynare.

En ese momento Rias desató su poder sobre la Caído y por supuesto sobre Issei, quien se preocupó levemente de que Rias destruyera el [Twilight Healing] ahora que estaba fuera del cuerpo de Raynare.

Esta por su parte, tenía los ojos detrás de su cabeza por consecuencia de que fuera despojada del [Sacred Gear], quedando inconsciente.

Issei vio como la masa de poder se acercaba a él, por lo que decidió apoyar a Raynare en su pierna mientras él alzaba su única mano al frente de forma defensiva.

El ataque de Rias fue contenido fácilmente por Issei.

Entonces el dorso de su mano brilló en color azul, mientras el Poder de la Destrucción se reducía en volumen.

Este proceso se repitió tres veces más, hasta que solo quedó una pequeña porción del ataque original, el cual Issei aplastó con su mano fácilmente.

Fue entonces que vio como Rias se acercaba, por lo que sujetó a Raynare por su cintura, alzándola y apartándose para que la peli-roja pudiera tomar el [Twilight Healing], el cual flotaba frente a él.

Todo indicaba que a ojos de Rias y su grupo, Raynare había sido borrada de la existencia y por tanto, había logrado su objetivo sin ser notado en absoluto.

Al ver esto, Issei se alejó en dirección de su grupo, el cual lo veía con los ojos bien abiertos.

— Nii-chan, ese poder… — Balbuceó una estupefacta Elsha.

— La respuesta tendrá que esperar, es hora de irnos — Fue lo dicho por Issei.

Esto sacó de su aturdimiento a los demás, quienes asintieron junto a Elsha, procediendo a retirarse del lugar.

Cuando el rubio cruzó las puertas, pudo ver como Koneko miraba hacia su dirección con ligera confusión.

Sin duda los había percibido levemente gracias a su parte Nekoshou.

Al ver que la loli se encogió de hombros, el chico se retiró de la iglesia cargando a una inconsciente pero viva Raynare.

Lejos de la Iglesia

El grupo caminaba en silencio.

Para los siervos de Issei, era difícil digerir que habían viajado en el tiempo, pero así era.

Lograron ver el principio del camino de su [Rey] en el mundo sobrenatural, sin mencionar sus primeras batallas bajo el liderazgo de un [Rey] que no podía mantener seguro a su sirviente.

También estaba el hecho de que este era el portador de la [Boosted Gear].

Esto era algo que había dejado una gran impresión en Elsha y Alleyne, pues la primera fue una portadora del Dragón Galés y la segunda fue quien la entrenó en el uso de su poder.

Sin embargo, fue la última habilidad la que dejó sin palabras a Elsha.

La de dividir el poder.

Ella notó como el ataque de Rias se reducía exactamente a la mitad, aunque no sabía si este había sido tomado por Issei como el efecto que ella conocía.

Tal vez podría equivocarse, pero el destello azul era inconfundible.

Esa fue la habilidad de dividir del [Hakuryuuko].

Había demasiado misterio rodeando a su [Rey], así que esperaba con ansias las respuestas.

El grupo siguió su camino en dirección a los muelles, donde buscarían un almacén abandonado para encarar a las Caído que rescataron.

Fue en ese momento que Silver se detuvo de golpe.

Esto fue notado por los demás.

— ¿Sucede algo Silver? — Preguntó Leo preparándose para la batalla.

Aunque era poco probable que hayan sido detectados, pues no había nadie lo suficiente fuerte para ver a través de su cobertura.

— No es nada grave, solo sentí la presencia de un Demonio — Fue la respuesta del peli-negro.

El rubio lo pensó por un momento, antes de darse cuenta de lo que ocurría.

— Ya veo, supongo que debí preverlo — Murmuró para sí mismo.

Sin embargo, este murmullo fue escuchado por sus acompañantes perfectamente.

— ¿Sabes algo Ise? — Preguntó Alleyne con tono serio.

El rubio la miró y asintió.

— Les diré más tarde, Silver, toma a Raynare, no tardo — Dijo mientras le entregaba a la chica inconsciente.

Silver la tomó, para que después el rubio extendiera sus alas negras de Dragón y volara hacia donde se sentía la presencia Demoniaca.

El resto se quedó sin saber qué hacer, pues no esperaron esta reacción de su [Rey] ante un simple Demonio.

Lo que quería decir que había algo más que los conectaba.

— Supongo que tendremos que esperar — Dijo Silver con resignación mientras alzaba a la chica sobre su hombro.

El resto simplemente asintió.

Con Spectra

Spectra pensaba en como encararía a este sujeto.

Su primer impulso era asesinarlo de la manera más brutal, pero eso causaría demasiados cambios en la historia y no quería arriesgarse.

— "Solo lo golpearé un poco y le haré sentir la verdadera desesperación" — Pensó oscuramente.

[Normalmente te diría que no hicieras nada tonto, pero en esta ocasión tienes mi apoyo compañero]

Dijo Draig en tono serio.

Incluso él tuvo una pequeña debilidad por la monja rubia, sin mencionar que los hábitos de ese sujeto le desagradaban.

— "Gracias Draig" — Respondió el chico.

Siguió volando por un par de minutos, antes de visualizar a su objetivo en medio de un claro.

Diodora Astaroth maldecía su suerte en este momento.

Había invertido mucho en lograr que la Doncella Santa fuera excomulgada y enviada lejos, solo para caer en manos de esos Ángeles Caídos.

Claro que pudo haberse encargado de ellos fácilmente, pero no esperó a que Rias se involucrara y la reclamara para sí misma delante de sus narices.

No pudo darse a conocer porque eso despertaría sospechas innecesarias que podrían ponerlo en la mira y limitar sus movimientos.

Y eso es lo que más lo frustraba.

— ¡Maldita sea! ¡Maldita sea! — Maldecía mientras golpeaba un árbol furiosamente.

Cuando se hubo desahogado un poco, recompuso sus ropas y su cabello.

Había logrado calmarse y pensar mejor las cosas.

Ahora solo le quedaba esperar y en un futuro negociaría con Rias un intercambio, después de todo que era una pieza ya usada con tal de tener a Asia Argento en sus manos.

Tan metido estaba en sus pensamientos que no notó la barrera que se levantaba y una figura se acercaba a él de forma tranquila.

— ¿Qué tenemos aquí? — Oyó decir a una voz.

Diodora se dio la vuelta, notando a hombre de cabello rubio que caminaba hacia él desde la penumbra de los árboles.

Este llevaba un abrigo tipo gabardina color rojo sobre sus hombros, pantalones negros y unas botas negras con correas que aseguraban una espuela plateada.

Cabe decir que él lo miraba con una serena sonrisa.

— ¿Quién eres? — Preguntó el heredero Astaroth entrecerrando los ojos.

El rubio cerró los ojos, para después poner su mano en su pecho y hacer una pequeña reverencia.

— Mi nombre es Spectra, pequeño Demonio — Se presentó con elegancia.

— Ho~ ¿Te atreves a hablarme de ese modo, a mí que soy un ser superior, basura? — Preguntó mientras su mirada se afilaba.

Podía sentir su poder y aunque estaba por encima de Raynare y sus compañeros, no era nada comparado con él, un Demonio de Clase Alta.

Ante las palabras de Diodora, el rubio alzó una ceja divertido, para exasperación del heredero Astaroth.

— ¿Tú, un ser superior? — Preguntó sin reprimir la burla en su voz.

Diodora sintió su furia anterior por los sucesos recientes crecer más ante el comentario de este hombre, por lo que levantó su mano mientras un círculo mágico aparecía en su palma, la cual apuntaba a Spectra.

— Desaparece, gusano — Sentenció desatando su poder sobre su oponente.

Un rayo de energía verde surgió del círculo mágico, avanzando rápidamente hacia Spectra, quien solo dio un manotazo al aire cuando el ataque estuvo a su alcance.

El poder fue desviado con facilidad, perdiéndose entre los árboles y explotando en la distancia.

Un silencio pesado cayó en el lugar después de esa acción.

Diodora permaneció en silencio, digiriendo lo que acababa de pasar.

Entonces su ceño de frunció mientras repetía la acción, solo que ahora varios círculos mágicos aparecieron frente a él.

— Parece que te subestimé, pero solo has logrado extender tu vida un poco más… ahora muere y alivia un poco de mi molestia con tu muerte — Declaró de forma sádica mientras desataba su ataque.

Esta vez múltiples rayos de energía con mucho más poder que el anterior fue desatado sobre Spectra, quien poniendo su mano en el bolsillo se encogió de hombros ligeramente mientras sus ojos destellaban en color azul un par de veces.

Diodora vio incrédulo como sus ataques se detenían en el aire, antes de encogerse y luego desaparecer completamente.

— ¿Q-Qué…? — Balbuceó cuando por fin registró lo que había pasado.

— Diodora Astaroth, esperaba un poco más de resistencia de tu parte, pero creo que esto hará mi trabajo más fácil… vivo o muerto, tú vendrás conmigo por tus diversos crímenes hacia las Doncellas de la Iglesia — Declaró Spectra mientras su sonrisa burlona se iba y se ponía serio.

Esto hizo ponerse alerta al Demonio.

— ¿Cómo demonios sabes mi nombre? ¿Acaso eres un enviado de la Iglesia? — Preguntó Diodora ocultando su nerviosismo tras una máscara intimidante.

Como respuesta, el rubio negó.

— Soy un simple caza-recompensas que escuchó sobre un Demonio con el fetiche de monjas… no fue difícil encontrar el patrón y la identidad de dicho Demonio por lo que henos aquí — Respondió Spectra extendiendo su mano señalando la actual situación.

Ante esto, el Demonio se relajó, pues hubiera sido problemático lidiar con un Exorcista y sus elementos santos.

Sin embargo, eso dejaba otra pregunta y esa era si este sujeto sería una molestia en su camino.

Si quería derrotarlo tendría que dejar de reprimir su poder.

Pero eso podría alertar a Gremory o Sitri y no quería llamar la atención.

Fue entonces que notó la barrera.

— Eso es para que no seamos interrumpidos, una medida conveniente si estás en el territorio de los Demonios — Dijo Spectra de repente.

Diodora se maldijo por ser demasiado obvio, pero al mismo tiempo se le hizo conveniente.

— Bueno, te agradezco que tomaras precauciones de esas dos, aunque parece ser que contribuirán a tu muerte en vez de beneficiarte — Dijo un confiado Diodora.

Tras ese comentario su poder se disparó a altos niveles, casi comparables a los de Sona hace algún tiempo.

Spectra sonrió, sin duda a pesar de ser un Demonio de Clase Alta como Rias, Riser o Sairaorg, el poder de Diodora no era comparable al de ellos.

Tampoco podía compararlo a la ligera con Sona, porque ella combinaba sus habilidades con su intelecto y eso era lo peligroso de la heredera Sitri.

Viendo su despliegue de poder como si no fuera nada, el rubio alzó su mano y le apuntó con su dedo índice.

Ante esto Diodora invocó un círculo defensivo frente a él.

Spectra se rodeó de un aura rojiza, misma que se dirigió hacia su índice, desde donde surgió un rayo de luz que chocó contra la barrera.

¡CRASH!

El ataque de Spectra lo atravesó fácilmente, rozando su mejilla y derribando un árbol a espaldas de Diodora.

— ¿Eh…? — Balbuceó confundido cuando su círculo defensivo se rompió en pedazos.

El Demonio no podía entender que era lo que había ocurrido.

Pero la sensación cálida que recorría su mejilla lo hizo salir de su shock, llevándose la mano a dicha mejilla.

Sintió como la yema de sus dedos se humedecían.

Contra la alarma en sus instintos, Diodora despegó la vista de su oponente, para poder mirar sus dedos.

Estos estaban cubiertos de sangre…

Su sangre.

Diodora sintió como sus entrañas se helaban, en un presagio de que la muerte lo acechaba esta noche.

Sus dilatados ojos regresaron hacia el rubio, quien aún lo señalaba con su dedo, el cual volvió a brillar en rojo.

— ¡Hiii! — Chillo mientras daba un paso atrás.

Los ojos de Spectra lo miraron como si fuera suciedad, cosa que lo hizo enfurecer.

— ¡Tú! ¡Me miras con desprecio! ¡Maldita escoria! — Exclamó envalentonado por su furia ciega recuperando el paso que cedió ante el miedo momentáneo.

Entonces su aura explotó una vez más, mientras varios círculos mágicos aparecían frente a él.

Estaba seguro que con este poder de fuego no quedaría nada del plebeyo que se atrevía a desafiarlo y tocarlo.

— ¡Muere! — Gritó con locura cuando el bombardeo comenzó.

Varios rayos de energía surgieron de los círculos mágicos, dirigiéndose hacia Spectra, el cual bajó su mano lentamente.

En ese momento dos alas negras de Dragón surgieron de su espalda.

— Anihilation Flap (Aletazo de Aniquilación) — Dijo el rubio reuniendo un poco de poder.

Así al dar un poderoso aleteo, creó una poderosa corriente de aire que colisionó con los rayos de energía.

Diodora miró con incredulidad como su ataque era desviado de su objetivo con relativa facilidad.
¬¬
¡BOOOMMM!

El sonido de los ataques explotando a espaldas de Spectra lo hizo temblar, pues por un momento sus ojos brillaron antinaturalmente en medio del caos.

Diodora se quedó estupefacto por unos momentos, mientras trataba de descifrar que estaba ocurriendo.

Entonces la voz del rubio lo sacó de su trance.

— Supongo que es mi turno, ya que dudo que tengas algo mejor que eso bajo la manga — Dijo dando un paso hacia su objetivo.

Esta acción sacó de su aturdimiento a Diodora, el cual adquirió una expresión de furia absoluta.
¬¬¬¬¬¬
— Maldito plebeyo, como te atreves — Siseó con veneno mientras apretaba los dientes.

Este sujeto lo estaba humillando.

¡A él!

Un Demonio emparentado con el actual Maou.

Sin embargo, se obligó a guardar la calma, pues la situación no era muy favorable y cometer algún error podría costarle caro.

Lamentablemente fue demasiado lento en darse cuenta de este hecho, pues un dolor agudo recorrió su cuerpo en ese momento.

Spectra había recorrido la distancia entre ambos en menos de un parpadeó y atacó.

— ¡Gah! ~ — Gimió llevándose las manos a su estómago.

Issei miró de forma calmada como Diodora se encogía de dolor, después de golpearlo en el estómago con algo de fuerza moderada.

— Maldito… tú, lo pagarás… — Dijo el heredero Astaroth con dolor.

Con dificultad, este saltó hacia atrás y levantó su mano para apuntarle, creando varios ataques como la vez pasada.

El rubio solo pudo suspirar ante esto.

Su nivel de poder estaba muy encima comparado con el de Diodora y a pesar de sentir cierta satisfacción al verlo acorralado, decidió terminar esto y volver con Silver y las chicas rápidamente.

Sin más inhaló aire en sus pulmones, mientras reunía algo de poder.

Diodora lo sintió, puesto que de repente la temperatura subió varios grados de repente, además del pico de energía frente a él.

— Recibe esto… Mega Flare (Mega Fulgor) — Pronunció cuando sus mejillas se inflaron.

Fue en ese momento que un infierno de fuego azul cubrió su vista por completo.

Los ojos de Diodora se ensancharon y se paralizó en el acto, pero por suerte el ataque pasó a un lado de él e impactó contra la barrera a su espalda.

¡BOOOMMM!

Diodora se quedó paralizado cuando las corrientes de aire lo golpearon, meciendo su cabello y llenando de polvo sus ropas.

El Demonio de Clase Alta sudaba ante la ola de calor que lo golpeó, sin mencionar que a su lado había un enorme surco que estaba al rojo vivo signo de la elevada temperatura de aquella llama.

— Fiuu, estuvo cerca, casi te incinero por error — Dijo Spectra con un silbido al ver donde impactó su ataque.

Diodora tembló ante lo casual que había sonado ese comentario y se dio cuenta que este sujeto iba a matarlo si no se largaba ahora mismo.

Apretó los dientes ante el pensamiento de huir, pero se debía de asegurar su supervivencia.

Quedaría una marca en su orgullo, pero de que servía el orgullo si moría.

Sin más invocó un círculo de tele-transporte.

¡CRASH!

Pero al segundo siguiente este fue destruido.

— ¡Qué! — Exclamó un asustado Diodora.

— Es inútil, esta barrera niega cualquier círculo de transporte, así que hazme compañía un poco más — Dijo Spectra mientras sus alas se ocultaban nuevamente.

Diodora empezó a sudar copiosamente, mientras sentía sus extremidades entumeciéndose ante el terror.

Spectra solo pudo suspirar al ver la expresión en su oponente.

— Supongo que era obvio, pero no puedo sentir plena satisfacción en esta situación, sin embargo, aun así tomaré una pequeña retribución antes de volver a casa — Dijo mientras sus ojos se volvían gélidos.

Diodora anticipó el peligro cuando un escalofrió recorrió su espalda al escuchar su comentario, por lo que rápidamente invocó un gran muro defensivo hecho de múltiples círculos mágicos, sin mencionar que varias capas se superponían unas a otras.

Issei logró contar al menos siete capas antes de que se agregaran otras tres.

— ¡Jajaja! ¡Sólo inténtalo! ¡No dejaré que un sucio mestizo me hable de esa forma, a mí, un miembro de la casa del Maou! — Declaró con una sonrisa enloquecida.

Diodora sudaba ante el gasto de poder que tal barrera costaba, pero algo le decía que si resistía el próximo ataque tendría la oportunidad de salir de aquí ileso.

Pobre iluso.

El rubio sonrió fríamente mientras un aura rojiza lo envolvía.

— Buen intento, Scarlett Neddle (Aguja Escarlata) — Dijo en tono lapidario mientras le apuntaba con su índice.

Toda el aura se reunió en su dedo, que brillaba de forma amenazadora.

[Penetrate]

Se escuchó una voz ajena.

Una sensación de inquietud se apoderó del pecho de Diodora, pero fue demasiado tarde.

Siete líneas de luz surgieron desde el dedo de Spectra, impactando la barrera de Diodora, pero en vez de crear una colisión, estas pasaron sin  ninguna resistencia encontrando el cuerpo indefenso de su víctima.

— ¡Gahh! — Diodora exclamó con voz llena de dolor.

Los rayos de luz lo impactaron de lleno.

Uno en su pecho del lado derecho.

Uno en el centro de su abdomen.

Uno en su cintura del lado izquierdo, cerca de su entrepierna.

Dos en su muslo izquierdo.

Uno en su rodilla derecha.

El último en su espinilla derecha.

Spectra había reducido el poder detrás del ataque, pero aplicando la habilidad [Penetrate], para causar cierto daño en su oponente.

— ¡Duele! ¡Duele! ¡¿Qué es esto?! ¡No lo quiero! — Se quejaba Diodora cuando cayó de espaldas al suelo.

Su defensa de derrumbó ahora que sus sentidos fueron abrumados por el dolor y perdió la concentración.

— Sé agradecido, pude haber usado su poder original, pero eso te hubiera atravesado al igual que tu defensa — Dijo Spectra con tranquilidad.

Eso era cierto.

Dos o tres impactos romperían su defensa y los demás lo atravesarían cuál láser.

Pero de esta forma, no desperdiciaría ninguno de sus ataques además de causar un enorme dolor, como lo estaba viendo en estos momentos.

Por un  momento quiso golpear su puño al aire, ya que esto se acercaba al ataque original que había copiado de ese manga, pero lo reprimió al instante.

Soltando un suspiro, el rubio se dio la vuelta con más satisfacción de la que esperaba.

La barrera cayó en ese momento.

Entonces miró a Diodora sobre su hombro.

— Disfruta mientras puedas, tus pecados te alcanzarán algún día y encontrarás tu fin irremediablemente… ja ne~ — Se despidió con esas últimas palabras.

Diodora se reincorporó sosteniendo su pecho y abdomen, con lágrimas en los ojos y mocos en su nariz, dando una imagen patética a cualquiera que lo viera.

Este miró la espalda descubierta del tipo que osó humillarlo, por lo que levantó su mano en un último intento de cobrar venganza.

— ¡Muere maldito! — Exclamó disparando una ráfaga de energía.

Esto hizo a Spectra detenerse, tal lo cual se giró levemente mientras un aura dorada lo envolvía y rayos crepitaban alrededor de él.

Levantó su puño a la altura del hombro, donde un destello surgió.

— Lightning Plasma (Plasma Relámpago) — Susurró con voz neutra.

— ¡Arghh! — Exclamó Diodora cuando su mundo explotó en dolor.

Spectra bajo su mano, con su aura apagándose y dándose la vuelta siguió su camino.

¡PAM!

Diodora cayó al suelo después de ser elevado por la fuerza del ataque entrante.

Sangre surgía de su cuerpo, pero a pesar de eso todavía respiraba.

El Demonio de la casa Astaroth escupió sangre un par de veces, mientras su visión borrosa lo abrumaba y el dolor en su cuerpo casi lo hacía gritar.

Sin más invocó el poco poder que le quedaba y se tele-transportó de ese lugar, con una gran humillación en su corazón.

Después de todo, ese sujeto lo había dejado vivo cuando pudo haberlo matado con ese último movimiento.

Era como si su vida no valiera la pena para gastar más de su poder.

Si, él se había dado cuenta.

Spectra Phantom interrumpió su propio ataque con tal de no matarlo.

Eso fue la más grande de las humillaciones.

Incluso pudo verlo por un momento, la mirada en sus ojos fue apática y condescendiente.

— “Algún día me vengaré, te arrepentirás de dejarme con vida ¡Lo juro!” — Declaró en su mente antes de desaparecer del lugar.

Sin embargo, él no sabía que las últimas palabras de Spectra eran una realidad en el futuro cercano.

Cinco minutos después de que Diodora desapareciera, Sona Sitri y su Título Nobiliario apareció en el lugar.

Todos se pusieron en guardia al instante, mientras sus miradas escaneaban el lugar con cuidado mientras mantenían la guardia en alto.

Sin embargo, todo lo que vieron fue la destrucción del lugar y el ambiente pesado de una presencia poderosa que estuvo presente.

— Parece que llegamos tarde — Comentó la heredera Sitri mientras se ajustaba las gafas.

— Tal parece, pero me pregunto ¿Qué pasó aquí? — Dijo Tsubaki mientras miraba el surco todavía al rojo vivo en el lugar.

Los demás miraban el final de esto, donde un cráter aun humeante se podía ver, aunque la forma indicaba que había impactado contra una defensa del algún tipo si la forma del cráter decía algo.

— Puedo sentir leves rastros de poder Demoniaco — Fue el turno de Momo.

— Fuego, Relámpago, Luz y magia Demoniaca — Agregó Reya identificando los rastros de magia.

Sona asintió con seriedad, pero internamente sintió orgullo por las deducciones de sus sirvientes.

— No parece que fuera un Demonio Callejero, el poder es más puro y de un nivel diferente — Fue el turno de Tsubaki.

— Así es, además de que quien quiera que fuera su oponente, era virtualmente más poderoso que él — Agregó Sona afilando su mirada en un charco de sangre.

El Demonio que estuvo aquí tenía un nivel de poder muy alto, quizás al nivel de un Demonio de Clase Alta.

Los rastros de batalla señalaban que no tuvo oportunidad, si la destrucción de un solo lado indicaba algo.

Además de la ausencia de sangre del otro lado.

Cerrando los ojos, enfocó sus sentidos intentando encontrar algún rastro de sus misteriosos visitantes.

Pero no encontró nada.

— Sea como sea, se han ido de este sitio — Declaró finalmente el [Rey] del grupo Sitri.

Esto hizo que todos se relajaran un poco, pero no bajaron la guardia.

— ¿Qué haremos ahora Kaichou? — Preguntó Yura con cierta preocupación.

Las demás siervas la miraron esperando órdenes.

Sona guardó silencio por unos minutos, antes de soltar un suspiro.

— Por el momento deberíamos de averiguar el nivel de amenaza que representa la persona que estuvo aquí, antes de tomar una decisión — Declaró Sona con suma seriedad.

Si esto estaba fuera de sus manos tendría que informar a los Maou, cosa que intentaba evitar a toda costa.

El resto asintió.

— Bien, Tsubaki, Momo, Reya, préstenme algo de su poder para usar ese hechizo, Yura, Tomoe, Ruruko, estén atentos a cualquier cosa mientras completamos el hechizo — Ordenó en tono serio y calmado.

Las chicas rápidamente asintieron mientras tomaban posición.

Tsubaki, Momo, Reya y Sona tomaron una formación cuadrada, siendo rodeadas por Tomoe, Yura y Ruruko de manera defensiva ante cualquier ataque entrante.

— Bien, ahora reuniré los rastros de energía para averiguar que sucedió en este lugar — Dijo Sona mientras las demás empezaban con la transferencia de poder.

El hechizo que iba a utilizar era de alto rango, por lo que requería cierta cantidad de energía que lamentablemente no poseía, sin embargo podía usarlo si se apoyaba en sus [Obispos] y su [Reina].

Cuando los preparativos estuvieron completos, invocó el hechizo.

—  ¡Sharra Rakesa! (Escenario de la Verdad de Muñecos de Agua) — Exclamó cuando el poder mágico explotó.

En medio de su formación, se formaron dos esferas de agua con las firmas de energía que ella recogió del lugar.

Más agua fue invocada, tomando la forma del claro donde estaban, ajustando las tonalidades y creando un escenario.

Las dos esferas de agua se agitaron un poco antes de tomar la forma de dos muñecos en el escenario.

Sona suspiró al verlo, mientras las vigilantes miraban de reojo lo que sucedía también.

Este era uno de los grandes hechizos en la Biblioteca del Clan Sitri y se remontaba hacia casi quinientos años desde que fue adquirido en medio oriente por su abuela.

Ella lo aprendió cuando cumplió los quince años, pero se necesitaba cierto nivel de poder que aún no poseía.

A diferencia de sus padres y hermana mayor que podían hacerlo sin apoyo alguno.

Sin embargo ella no se fijaba en ello, si no en los resultados, como la expresión satisfecha en su rostro lo sugería.

Entonces vieron como uno de los muñecos hacia movimientos de golpear un árbol, como haciendo una rabieta ante algo que había salido mal.

Luego se recompuso arreglando su imagen, entonces el otro muñeco entró en escena.

Se vieron por unos momentos, posiblemente intercambiando palabras, hasta que el muñeco que estaba ahí primero atacó.

Vieron la forma líquida representando el ataque dirigirse al segundo muñeco, para que este diera un manotazo y lo desviara con facilidad.

Pasó un momento que indicaba un momento de shock, antes de que diversos ataques fueran hacia el segundo muñeco nuevamente.

Sin embargo estos se detuvieron y desaparecieron antes de alcanzarlo.

El grupo Sitri vio esto con una ceja alzada.

Entonces el segundo muñeco alzo su mano izquierda, mientras el primer muñeco levantó un círculo defensivo… no funcionó.

Un rayo surgió de su mano y atravesó el círculo, rozando al primer muñeco.

— Kaichou, ese sujeto está dominando la pelea fácilmente — Dijo Momo con leve asombro en su voz.

Esta asintió.

— Los rastros indicaban esto después de todo — Respondió la heredera Sitri.

— Ese Demonio no tenía oportunidad — Dijo esta vez Tsubaki mirando con seriedad la pelea.

Luego vieron como el Demonio invocaba un gran número de ataques, para que en respuesta el otro muñeco invocara alas, dando un aleteo y desviando todos los ataques de forma fácil.

Esto sembró cierta incertidumbre en el grupo Sitri.

Seguidamente el muñeco del sujeto desconocido acortó distancia y lo golpeó en el estómago a su oponente.

— “Rápido” — Pensaron al ver la escena.

Los sucesos se representaban en tiempo real y ese movimiento decía que el sujeto desconocido era muy veloz.

El Demonio se retorció de dolor por unos momentos, para después saltar hacia atrás y levantar su mano formando múltiples ataques.

Miraron al otro muñeco inflar levemente su pecho, desatando un gran ataque que pasó al lado del Demonio.

Ubicando su mirada todos vieron el surco al rojo vivo que apenas empezaba a enfriarse y solidificarse en roca sólida.

Eso demostró que era un ataque de fuego a una elevada temperatura.

Lo que significaba que no era un ataque mágico común.

— Kaichou, si no me equivoco eso fue un ataque de aliento de fuego… — Dijo una seria Tomoe desde su posición defensiva.

La mencionada asintió.

— Eso significa que es un Dragon de alto rango si la forma humana dice algo — Dedujo esta vez Tsubaki.

— De hecho — Confirmó Sona entrecerrando sus ojos.

Su mirada clavada en el muñeco con una gabardina sobre sus hombros y alas en la espalda.

Vieron como el Demonio entró en pánico debido a su lenguaje corporal, entonces se formó un círculo de agua debajo de él, antes de dispersarse inesperadamente.

— Eso fue… — Articuló Tsubasa sorprendida.

— No le permitió tele-transportarse, supongo que estaban bajo una barrera que no solo los aislaba del mundo exterior, si no que prevenía cualquier fuga — Determinó Sona con una mano en el mentón.

Entonces lo vieron guardar sus alas.

El muñeco del Demonio invocó varios círculos frente a él.

El grupo Sitri miró con cierta sorpresa como diez capas de agua representaban los círculos mágicos defensivos invocados por el Demonio intentando protegerse.

El segundo muñeco apuntó con su mano, de la cual surgieron al menos siete rayos de energía.

Los ojos de Sona y sus sirvas se abrieron al ver como estos atravesaban tal defensa como si nada, impactando al Demonio, el cual cayó de espaldas retorciéndose de dolor.

Eso explicaba la sangre hallada en el lugar, aunque no encajara con la cantidad que había.

Pasó un breve momento, para que luego el presunto Dragón se diera la vuelta y comenzara a alejarse, no sin antes darle una última mirada por sobre su espalda.

Entonces vieron como el Demonio se levantó con dificultad, mientras le apuntaba a la espalda descubierta.

Una ráfaga de energía surgió de su palma.

Su oponente detuvo su caminar, para después voltearse y levantar su puño hacia su oponente.

Con incredulidad vieron como este fue golpeado por algo, levantándolo en el aire para luego caer de forma descompuesta.

Sin más el sujeto siguió su camino.

— Kaichou… — Pronunció Tsubaki con seriedad.

— Eso fue extraño... — Fue lo dicho por Momo.

— ¿Algún hechizo de viento quizás? — Fue el aporte de Ruruko.

El resto se mantuvo en silencio.

No tenía sentido pues no importa que fuera, el agua representaría la forma del ataque incluso si fuera viento que era incorpóreo.

Después de todo tomaba la forma en base a la energía usada.

Con eso en mente, Sona cerró los ojos por un momento, mientras tenía un presentimiento de algo que podría ser peligroso si lo dejaba pasar.

Entonces sus ojos se abrieron.

— Esperen, déjenme intentar algo — Dijo mientras se concentraba.

La escena retrocedió hasta el punto donde el otro sujeto empezaba a levantar su puño.

Sona ajustó el poder, mientras el movimiento empezaba a ralentizarse.

Cuando hubo levantado su puño el muñeco se quedó completamente quieto, o así era como les parecía a las chicas.

Ellas hubieran preguntado acerca de eso, pero la expresión de suma concentración de su [Rey] las detuvo de hacer eso, por lo que ellas también miraron fijamente la escena.

Entonces vieron algo moverse a una velocidad segadora antes de impactar al Demonio y mandarlo a volar un par de metros en el aire.

La escena se congelo cuando este caía, mientras empezaba a retroceder nuevamente.

En este punto Sona sudaba copiosamente.

— Kaichou — Pronunciaron con preocupación.

Sin embargo esta no perdió su atención en la escena creada por su hechizo.

Entonces la escena volvió al punto donde el sujeto levantó su puño por completo.

Nuevamente parecía que no ocurría nada, pero entonces pudieron ver como diversas líneas de agua surgían a una velocidad por demás ridícula e impactaban al Demonio.

Sin más la escena reanudó su velocidad normal, mostrando al sujeto retomar su camino fuera del claro.

Luego el Demonio quedó tendido algunos minutos más, antes de que surgiera un círculo debajo de su forma y desapareciera en él.

Momentos más tarde aparecía un círculo más grande, para que después apareciera el grupo Sitri.

Con todo visto, Sona dejó caer el hechizo cortando el flujo de poder y provocando que el escenario y las marionetas de agua se convirtieran en un charco en el suelo.

— Vaya pensar que podría golpearlo a una gran velocidad — Dijo una admirada Tomoe.

El resto asintió al comentario, menos Sona, quien miraba fijamente hacia la dirección donde se había ido Spectra.

— Kaichou — Pronuncio Tsubaki con preocupación al comportamiento de su rey.

Esto llamó la atención de las demás.

— Luz y Relámpagos… — Dijo en aire ausente la mencionada.

Esto confundió a sus siervas.

— Tuve que ralentizar la escena al menos diez mil veces más lento para poder ver lo que vimos — Dijo en tono lapidario que envió escalofríos a los presentes.

Eso tenía que ser una broma.

Entonces Sona se volteó hacia su Título Nobiliario y ahí fue que pudieron verlo.

Sona temblaba con sudor frío y una tez pálida.

— Eso fue un ataque a la velocidad de la luz, por eso el Demonio no pudo siquiera intentar defenderse — Declaró en tono solemne.

Esto dejó una conmoción total en el grupo, mientras un ambiente de incertidumbre se dejaba caer.

Ahora entendían a lo que se refería con Luz y Relámpago, pues se habían usado esos dos elementos en un ataque imposible de eludir.

— Entonces, ¿Qué haremos Kaichou? — Preguntó una preocupada Tsubaki.

La mencionada se retiró las gafas, mientras buscaba en la bolsa de su falda, antes de extraer algo color blanco de su interior.

Este lapso le permitió recuperar algo de su compostura.

— Por el momento nada, aún no sabemos si solo estaba de paso o aún se encuentra cerca, pero mantendremos cierta alerta… — Respondió la heredera Sitri mientras limpiaba sus gafas con un pañuelo.

Su Título Nobiliario asintió a las órdenes de su [Rey].

— “Mi instinto me dice que no es una amenaza para nosotros, pero no puedo permitirme relajarme frente a alguien así” — Pensó Sona mirando la destrucción del lugar nuevamente después de colocarse sus gafas.

Ella entrecerró sus ojos, sopesando la opción de informar a su hermana, algo a lo que se encontraba reacia.

Sacudiendo su cabeza en negación, Sona soltó un suspiro.

— Retirémonos por hoy, Rias ya debió de encargarse de los Ángeles Caídos que hacían de las suyas aquí en nuestro territorio — Dijo dando la orden.

Sin más, el grupo Sitri se retiró del lugar con cierta duda de inseguridad flotando en sus mentes.

Después de todo aquí se había librado una lucha que pasó desapercibida por todos y eso era algo notable.

Con el grupo Hyodou

Spectra descendió frente a sus siervos, que lo esperaban en el borde del bosque, con el puerto y los muelles al alcance de la vista.

— Siento la tardanza, pero tuve cierta dificultad allá atrás — Se disculpó mientras se rascaba la nuca nerviosamente.

— Ah, no te preocupes, sabíamos que esto podría ser importante para ti por lo que esperábamos que te tomaras tu tiempo — Dijo Silver acercándose a él.

Las chicas hicieron lo mismo, aunque él pudo ver la curiosidad brillando en sus ojos.

— Diodora Astaroth — Dijo crípticamente el rubio.

Con ese simple nombre lo entendieron.

— Ya veo, supongo que trataste de no matarlo… — Teorizó rápidamente Leo mientras sus orejas se crispaban un par de veces cuando adquirió una expresión pensativa.

— “Kawaii” — Issei tuvo el impulso de acariciarlas, pero se controló.

No sin antes jurar acariciarlas de vuelta en casa.

— Si, demasiado débil que tuve que disminuir el poder de mis ataques… aunque al final quizás me precipité al usar el Lightning Voltage contra él — Explicó rascando su mejilla.

Silver y las chicas simplemente negaron ante el comportamiento de su [Rey].

— Como sea, vayamos a terminar con esto — Dijo con un suspiro mientras empezaba a liderar el camino.

El resto simplemente lo siguió mientras cargaban al trio de Ángeles inconscientes.

Una hora después

Raynare soltó un gemido mientras empezaba a abrir los ojos.

— Ughh ¿Qué pasó…? — Se preguntó en voz baja mientras presionaba su palma en la frente.

Ella sentía una breve jaqueca en estos momentos y sus ideas no se encontraban en orden.

También su cuerpo estaba entumecido y se sentía desorientada.

Cuando logró enfocar su vista, notó que se encontraba en alguna clase de enorme bodega, si las cajas y contenedores eran alguna indicación.

Las luces iluminaban el gran espacio vacío donde se encontraba recostada.

Entonces fue que notó dos figuras junto a ella.

— Mittlet, Kalawarner — Susurró al reconocer a sus compañeras.

Logrando reincorporarse, ella caminó hacia las figuras caídas de las mencionadas.

Para alivió de Raynare, ambas solo se encontraban inconscientes, así que las sacudió un poco con el fin de despertarlas.

— Nghh/ Ahhh~ — Fueron los gemidos que ambas emitieron mientras recuperaban la consciencia.

El par logró sentarse, para luego mirar con evidente confusión a Raynare, quien soltó un suspiro que estaba conteniendo.

— ¿Raynare? ¿Qué sucedió? — Preguntó Kalawarner mientras trataba de recordar.

— No lo sé, solo recuerdo un destello negro-rojizo — Respondió la nombrada con un ligero escalofrío.

— ¿Dónde estamos? — Preguntó esta vez Mittlet.

— Alguna clase de bodega… puedo escuchar el mar, así que posiblemente sea en algún lugar del puerto — Dijo con seriedad y cierta preocupación mientras miraba hacia una pequeña ventana en lo alto de uno de los muros.

Entonces miró a sus compañeras.

— Ustedes, creí que Gremory las había asesinado — Dijo evitando que el temor se filtrara en su voz.

Ella recordó cuando la peli-roja dejó caer las plumas frente a ella, destruyendo sus esperanzas de ser rescatada.

— Se supone que así fue, lo último que recuerdo fue el Poder de la Destrucción superando fácilmente nuestros ataques… — Respondió Kalawarner reprimiendo un escalofrío.

Por su parte, Mittlet ahogó un gemido de miedo al recordar que prácticamente vieron la muerte a los ojos.

Sin mencionar que al no ver a Donashiku, supusieron que él no lo había logrado.

Ante la respuesta de la peli-azul, Raynare entrecerró los ojos al fin recordando su fallido intento de manipular al chico castaño.

Apretó los dientes ante la humillación de rebajarse a tales actos, solo para que el mocoso le diera la espalda.

— Si no fuera por ese mocoso — Dijo con veneno en su voz.

Después de todo, si él no se hubiera involucrado, ahora mismo estaría siendo recibida como un héroe en Grigori al hacerse con un raro [Sacred Gear].

Mittlet y Kalawarner la miraron con cierta preocupación.

Fue entonces que el trío abrió sus ojos.

Rápidamente se pusieron de pie, mientras generaban lanzas de luz y se ponían en guardia.

Ellos habían escuchado un ligero resoplido, por lo que sin perder el tiempo habían tomado posición de defensa mientras se maldecían por no estar atentos.

Entonces pudieron verlo.

Sentado en una caja de madera, con su barbilla apoyada en la rodilla derecha mientras su brazo izquierdo rodeaba dicha pierna, estaba un joven.

Los ojos de Raynare y Kalawarner se abrieron al reconocer a la persona frente a ellas.

Pudieron notar su cabello más largo, su rostro más perfilado y sus ojos dorados mirándolas con un brillo curioso.

Pero aun así, era el mismo chico que intentaron matar en alguna ocasión.

Hyodou Issei.

— Tú — Dijo Raynare con evidente ira en su mirada y veneno en su voz.

El chico de cabello castaño se enderezó, apoyando su espalda en la caja detrás de él, mientras ponía su mano a descansar sobre su rodilla y dibujaba una ligera sonrisa.

— Tiempo sin vernos, Raynare — Ofreció un pequeño saludo.

En respuesta, la peli-negra arrojó su lanza contra él.

Este simplemente inclinó su cabeza hacia un lado para esquivar el ataque, mientras la caja en su espalda era perforada, explotando unos metros a su espalda cuando la lanza impactó algo más sólido que las frágiles cajas.

Posiblemente alguna carga valiosa.

— ¡Silencio! ¡Un sucio Demonio no tiene derecho a siquiera a pronunciar mi nombre! — Exclamó con furia.

Ante este comentario, el chico sonrió divertido y no se mostró herido como la peli-negra esperaba.

— ¿Entonces ya no significo nada para ti, Ray-chan? Qué cruel~ — Dijo tomándose el pecho de forma herida.

La Caído vio rojo ante la evidente burla en voz del chico.

Kalawarner y Mittlet se encontraban detrás de ella, mientras la loli observaba la conversación con sorpresa, la peli-azul analizaba la situación con más calma gracias a su experiencia.

— “Esto es malo, a pesar de verse superado en número no logro detectar algún signo de pánico o miedo, como si no fuéramos una amenaza para él… sin mencionar el aura digna y poderosa que lo rodea” — Pensó con inquietud.

Fue entonces que Raynare se precipitó hacia él lanza en mano.

— ¡Espera Raynare! ¡No seas imprudente! — Exclamó la peli-azul.

Sin embargo no fue escuchada.

— Rayos, Mittlet, debemos ayudarla — Maldijo por lo bajo para después dirigirse a su compañera.

— No tienes que decírmelo dos veces — Respondió la loli sujetando su lanza con ambas manos.

Por su parte, el castaño abandonó su asiento improvisado, empezando a caminar tranquilamente hacia su agresor.

Cuando ambos estuvieron al alcance del otro, la Caído atacó buscando apuñalar al chico en su rostro, sin embargo este dio un paso lateral y esquivó el ataque entrante con facilidad.

Luego arqueó ligeramente su espalda, viendo una lanza color amarillo pasar donde estaba su cuello, para después inclinar su cabeza sintiendo una pequeña corriente de aire en su oreja izquierda.

Un ataque por la espalda.

Mittlet amplió ligeramente sus ojos al ver su ataque esquivado sin que el chico siquiera la mirara en ningún momento.

Dando un pequeño salto lateral, el castaño tomó algo de distancia de sus agresoras.

— Eso estuvo cerca — Fue lo único que dijo con una pequeña sonrisa serena.

Este se había alejado de las cajas amontonadas para no causar más destrucción de propiedad ajena y ahora encaraba a sus oponentes con una postura casual.

El trío de Caídos se giró hacia él, mientras Kalawarner y Mittlet trataban de evaluar la amenaza que el chico podría significar después de ese pequeño intercambio y Raynare apretaba el agarre sobre su lanza de luz.

— Raynare, tranquilízate, si pierdes la calma esto podría llevarnos más tiempo — Dijo la peli-azul mientras miraba al chico con cautela.

La nombrada no la miró, pero aun así inhaló profundamente, tratando de recuperar el control.

Ante esto, el castaño alzó una ceja.

— Ho~ parece que aún hay esperanzas para ti — Comentó el chico.

La Caído apretó los dientes, pero permaneció tranquila.

Kalawarner dejó salir un suspiro al ver como su compañera no reaccionaba ante el comentario, para luego mirar al chico con suspicacia.

Ella se había dado cuenta que no era el mismo chico que ella había atacado hace unos días, pues a simple vista se notaban los cambios.

— ¿Algo que debamos saber antes de atacar? — Preguntó Kalawarner en tono serio.

La peli-negra permaneció en silencio unos segundos, antes de tensar sus músculos.

— Es el actual [Sekiryuutei] — Dijo Raynare con voz ligeramente tensa.

Esto tomó por sorpresa a sus compañeras, quienes miraron al chico bajo una nueva luz y cierto temor creciente.

Que la luz de las lámparas sobre ellos provocara una ligera sombra en su rostro no ayudaba a tranquilizarlas.

— No deben preocuparse, apenas despertó su [Sacred Gear] y no tiene experiencia usándolo, si nos sincronizamos entonces podremos derrotarlo antes de que acumule el poder suficiente para hacernos frente — Expuso mientras la tranquilidad empezaba a filtrase en su voz y postura.

Esto se lo había dicho Rias Gremory y para humillación de Raynare, era verdad.

Entró en pánico y por eso fue derrotada.

Pero eso cambiaría ahora.

Por su parte, Mittlet y Kalawarner abrieron sus ojos al escuchar el plan de ataque de su Líder, por lo que también se tranquilizaron en el acto.

Incluso ahora se mostraban ansiosas.

— Mittlet, Kalawarner… acabemos con él — Ordenó fríamente la Caído.

— ¡Ajá! ¡De eso estoy hablando! — Exclamó la loli con una sonrisa sedienta de sangre.

— Esto terminará pronto — Fue el turno de la peli-azul en tono serio.

El castaño solo sonrió y relajó sus hombros.

Entonces el trío desplegó sus alas y se precipitó sobre su presa.

Issei notó que algo era diferente en su patrón de ataque, pues Raynare y Mittlet lo rodearon, dejando a Kalawarner entrar en su guardia con su lanza apuntando a su estómago.

Sus ojos se abrieron levemente, antes de retroceder en diagonal, esquivando una lanza de luz que amenazaba atravesar su corazón desde atrás y además del ataque entrante de la peli-azul.

Solo para ver una lanza rosada clavarse frente a él.

¡BOOOMMM!

Y que esta explotara creando una pequeña nube de humo.

Kalawarner, que había retrocedido, logró vislumbrar una silueta entre la nube de humo por lo que invocando una segunda lanza se precipitó hacia dicha silueta.

Del humo surgió el castaño sin daño visible, solo para ver a Kalawarner atacar su parte baja del cuerpo así como su pecho con sus armas de luz.

Sus ojos se entrecerraron cuando sintió un ataque por la espalda, además de ver la lanza que venía por su derecha.

Esta táctica solo le dejaba dos opciones.

Saltar hacia arriba o moverse a su izquierda para salir del rango de ataque.

Como alcanzó a notar que Raynare entraba en su campo de visión y formaba una segunda lanza, optó por moverse a su izquierda, pues sospechaba una nueva lanza explosiva y el humo podría darle algo de cobertura para tomar un respiro.

¡FLUSH!

¡FLUSH!

¡FLUSH!

¡BOOOMMM!

Solo el sonido de lanzas fallando su objetivo pudo escucharse, antes de que la última lanza explotara, aunque con un poder mayor al anterior.

Issei levantó una ceja ante esto, pero dejó sus sospechas de lado cuando la nube de humo lo cubrió.

Desde esta podía notar a sus oponentes frente a él, sin embargo parecían no intentar otro ataque.

Issei esperaba que lo atacaran, así que decidió jugar un poco con ellos como un pequeño acto de venganza.

Eventualmente se darían cuenta de la diferencia de poder conforme avanzara la pelea, así que no tenía prisa por ponerse serio en estos momentos.

Aunque se sorprendió un poco por tal forma de atacar del trío de Caídos.

Kalawarner demostraba iniciativa en combate cuerpo a cuerpo.

Mittlet usó habilidades de francotirador, apuntando a puntos vitales con gran precisión desde la distancia.

Raynare usaba el entorno para atacar su punto ciego y buscar desorientar al oponente.

Sin duda formidable.

Salió de su reflexión cuando la nube de humo se fue disipando, mostrando al trío con sonrisas de suficiencia dirigidas a él.

— Parece que funcionó — Dijo Raynare con una expresión complacida.

— Aunque haga falta Donashiku, aún podemos usar nuestra combinación — Fue el turno de Mittlet en tono divertido.

— Mejor de lo que esperaba — Asintió Kalawarner para sí misma.

El castaño se mostró confundido, antes de notar como debajo de sus pies había un círculo mágico brillando.

Además de que le costaba moverse.

— Minas aéreas y sellos de parálisis en tierra, una buena combinación, lo admito — Comentó el castaño al ver algunos círculos mágicos brillar en el aire y otros en el piso alrededor de él.

Como la bodega era tan amplia cómo un hangar, tuvieron el espacio para agregar estas medidas para combatirlo.

— Así es, esto demuestra que somos superiores a ustedes los Demonios — Dijo Raynare mientras sonreía perversamente.

Sin más empezó a caminar hacia el chico con una lanza de luz en su mano, seguida de sus compañeras.

— Ahora, dame la satisfacción de sentir como mi lanza atraviesa tu corazón — Dijo en tono sádico.

— Perforar, matar, atravesar, apuñalar, asesinar, destripar… — Cantaba Mittlet infantilmente.

—…— Kalawarner se mantenía seria, mientras enfocaba su intención de matar.

Cuando tuvieron al chico al alcance de sus lanzas, Raynare lo miró con superioridad, saboreando el momento de cobrarse la humillación que pasó gracias a él.

— ¿Últimas palabras? — Preguntó con una sonrisa casi demencial.

Ante esto, el castaño sonrió pero no dijo nada.

— ¡Muere! — Exclamó Raynare balanceando su lanza al pecho del chico.

La otras dos Caído apuntaron al mismo lugar.

Entonces sucedió.

¡CLANG!

¡CLANG!

¡CLANG!

Raynare, Kalawarner y Mittlet fueron rechazadas al instante, mientras se deslizaban hacia atrás y estas anteponían sus lanzas de forma defensiva.

— ¡¿Qué demonios?! — Exclamaron sorprendidas dirigiendo sus miradas al chico.

Ellas solo vieron un destello rojo antes de poder matar al castaño.

Entonces los ojos de las tres se ampliaron en conmoción, mientras sus bocas se abrían y las palabras se atoraban en sus gargantas.

Esto se debía a que Issei sostenía lo que ellas identificaron como una lanza de luz color rojo sangre.

Sin embargo, lo más impactante era que podían sentir energía sacra en esa lanza.

— Imposible… — Murmuró Raynare sin poder creerlo.

— ¿Co-Como…? — Balbuceó Mittlet incrédula.

— Q-Qu… — Kalawarner ni siquiera podía pensar con coherencia.

Pero esto le aclaraba porqué el chico había estado tan calmado a pesar de ser superado en número.

Entonces lo oyeron resoplar.

— No pensé que mostrar un poco de mi habilidad las dejara en ese estado tan lamentable — Dijo el castaño mientras giraba la lanza en su mano distraídamente.

En respuesta al comentario, sintió tres picos de poder, antes de que viera tres lanzas ser arrojadas en su dirección.

El castaño sonrió antes de apretar la lanza en su mano, mientras esta brillaba de forma intensa y cierta presión se dejaba sentir.

Entonces cambió su forma a una espada de energía roja, para luego balancearla en un swing y destrozar las lanzas de luz fácilmente.

El trío de Caídos dio un paso hacia atrás cuando vieron eso, sin mencionar que habían usado gran parte de su energía para crear esas lanzas.

Que el castaño las haya destruido de esa forma indicaba que era mucho más poderoso que ellas.

— Parece que el tiempo de jugar terminó, es hora de proceder y aplicar su castigo — Dijo mientras la espada de luz se desvanecía de su mano.

En ese instante, Raynare, Kalawarner y Mittlet sintieron como una enorme presión las rodeaba, impidiendo que pudieran moverse o siquiera respirar.

Las piernas les temblaban y estaban sudando frío.

En un destello, el [Boosted Gear] había aparecido cubriendo su mano izquierda.

La mirada del chico era afilada y trasmitía extrema frialdad.

Al ver la Longinus, Raynare intentó moverse, después de todo tenían que pasar diez segundos para que el chico obtuviera un aumento, así que debía de terminarlo antes de que superara su poder.

Las otras dos pensaron en lo mismo, pero también sabían que sus posibilidades de éxito eran casi nulas, pues en estado base el chico demostró solo jugar con ellas.

De recibir algún aumento estaban condenadas.

Sin embargo ninguna pudo moverse tan solo un milímetro.

[Boost] [Boost] [Boost] [Boost] [Boost]

[Boost] [Boost] [Boost] [Boost] [Boost]

Pues diez aumentos salidos de la nada, hizo que el trío de Caídos dejara de luchar y simplemente se resignara a su destino.

— “Ahh~, así que este es el final” — Pensó la peli-azul con una sonrisa melancólica.

Raynare y Mittlet cerraron sus ojos, con la mente hecha un caos pero sin ningún pensamiento coherente en ese momento.

— ¿Están preparadas? — Preguntó Issei con tono neutro.

Ellas sintieron un escalofrío recorrer su espalda.

Raynare temblaba en su sitio.

Kalawarner bajó la mirada de forma sombría.

Mittlet tenía lágrimas en los ojos.

Ellas intentaron decir algo, pero sus bocas no obedecían.

— Entonces es todo — Dijo antes de desaparecer.

En un segundo, estaba detrás de Raynare, a quien rodeó con su brazo sobre sus pechos y sujetó su hombro derecho con su mano blindada en un abrazo casi íntimo.

Los Caídos abrieron sus ojos ante la aterradora velocidad del chico, pues no lo vieron moverse.

— Tu castigo, serán cien azotes — Le susurró al oído con voz profunda.

Raynare abrió sus ojos e intentó decir algo, pero todo sucedió tan rápido que cuando pudo abrir su boca ella ya se encontraba boca abajo en el regazo del chico.

El castaño estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas, mientras su atención estaba en la parte posterior de la peli-negra.

Raynare pudo sentir la anticipación en su cuerpo cuando inconscientemente sus glúteos se apretaron.

Entonces Issei alzó su mano y la dejó caer.

¡PLAF!

— Uno — Pronunció el castaño después de impactar su trasero con la mano extendida.

— ¡Ngh! — Aspiró Raynare con un gemido sorprendido.

Ella sintió como su trasero ardía, después de sentir el contacto piel con piel.

¡PLAF!

— Dos — Dijo el castaño al repetir el movimiento.

— ¡! — Raynare aún trataba de procesar lo que estaba ocurriendo mientras apretaba los dientes.

Por su parte, Kalawarner y Mittlet miraban todo sin poder creer lo que sus ojos veían, además de retroceder y dirigir sus manos a su trasero de forma protectora cuando el chico las miró con una mirada fría.

— Cuando termine con Raynare será su turno — Declaró alzando su mano otra vez.

GLUP

Ellas no pudieron evitar tragar.

¡PLAF!

— Tres — Dijo al aterrizar la tercer nalgada.

— Iyan~ — Se quejó la Caído ante el golpe.

— Agradece que descarté la [Boosted Gear] — Dijo alzando su mano otra vez.

¡PLAF!

¡PLAF!

¡PLAF!

¡PLAF!

¡PLAF!

El sonido llenó la bodega, al tiempo que Raynare apretaba los puños mientras un hilo de saliva escurría por la comisura de sus labios hacia su barbilla al tiempo que apretaba los dientes.

Sus mejillas estaban sonrojadas y sus pupilas dilatadas, además de que su piel brillaba en sudor.

Entonces el sonido de bofetadas inundó el lugar.

Una hora después

El castaño se levantó del suelo, mientras sacudía sus ropas.

En el suelo estaban derribados los Ángeles Caídos que acababa de castigar.

Raynare estaba tirada boca abajo, sosteniendo su parte superior con sus antebrazos, con leves espasmos y respirando de forma agitada con un enorme rubor en su rostro y mirándolo con lágrimas en sus ojos.

Kalawarner estaba en cuatro patas mientras sobaba su maltratado trasero al tiempo que hacia muecas al contacto.

Mittlet tenía la cara pegada al suelo, con remolinos en los ojos y el trasero al aire, el cual humeaba después de recibir cien azotes.

El castaño se masajeó el cuello mientras tenía una expresión agotada.

— Bien, levántense, es hora de irnos — Ordenó el chico.

Raynare entrecerró los ojos, pero optó por obedecer.

Kalawarner se reincorporó en silencio, mirándolo con odio.

Mittlet reaccionó y se puso de pie, mientras tenía una expresión lamentable.

— Les diré que su castigo todavía no termina… — Les dijo con tono duro.

Esto hizo que el trío abriera sus ojos.

— ¡¿Qué demonios?! ¿Acaso no te basta con humillarnos? — Inquirió una furiosa Raynare.

El castaño afiló la mirada, provocando que la Caído retrocediera y llevara sus manos a su trasero instintivamente con una expresión de miedo en su rostro.

— No, lo más seguro es que también quiera nuestros cuerpos — Dijo Kalawarner con desagrado.

Ante esto, Mittlet lo miró con terror.

El castaño detectó el miedo en Raynare y Kalawarner, pero ellas lo ocultaban mejor que la loli rubia.

Ante esto el chico soltó un suspiro.

— Si fuera el yo de antes lo hubiera pensado, pero aun así no lo haría — Dijo el castaño con una sonrisa irónica.

Esto hizo alzar una ceja al trío, pero aun lo miraban con sospecha.

— Sin embargo, desde ahora en adelante serán mis familiares, además de sirvientes en mi hogar hasta que crea que han tenido suficiente castigo — Declaró recuperando la seriedad en su rostro.

Cabe decir que al terminar de decir esas líneas, un círculo mágico brilló debajo del trío, para que después un collar de luz apareciera en sus cuellos, en colores que coincidían con el color de sus lanzas de luz.

Rosa para Raynare.

Amarillo para Kalawarner.

Rosa claro para Mittlet.

— ¿Qué, es esto? — Preguntó una estupefacta Raynare.

— Ese es el símbolo de nuestro pacto, aunque en este caso, no necesité de tu aprobación para sellarlo… — Respondió el castaño al momento de que el círculo mágico desaparecía.

Esta era una aplicación del poder de la Dominación que recibió de Draig, aunque era la primera vez que lo usaba.

Por su parte, el trío se quedó en silencio, aun procesando lo que el chico había dicho.

Cuando su actual situación por fin se hundió en sus mentes, una rabia ciega se apoderó de sus corazones, pues ahora no podían oponerse a él.

Entonces Issei se dio la vuelta.

— A pesar de todo, estoy siendo indulgente, después de todo reciben un impulso de poder de mí, además de no haber repercusiones si tratan de matarme — Comentó de espaldas a ellas.

Eso fue todo lo que necesitó escuchar, por lo que invocando una lanza de luz se abalanzó sobre el chico aprovechando que les daba la espalda.

El castaño tuvo que ocultar su sorpresa cuando sintió el ataque entrante, sobre todo el Caído que lo efectuaba con toda la intención de matar.

— ¡Mittlet, espera! — Exclamó Kalawarner con los ojos abiertos.

Raynare olvidó su furia brevemente, para ver con horror a su compañera cometer tal error de juicio.

Mittlet no apartaba la mirada de la espalda descubierta del chico, mientras su visión se deformaba en forma de túnel.

Cuando estuvo a una corta distancia, ella vio como el chico se daba la vuelta lentamente.

Su lanza de luz acercándose peligrosamente a su pecho desprotegido.

Por un momento sintió como el tiempo se congelaba, justo cuando su lanza de luz estaba a un cm de atravesar el corazón del chico.

Sus ojos se desviaron hacia su rostro, encontrándose con una mirada impasible y hasta desinteresada.

Fue entonces que la realización la golpeó.

— “Él dejó esa apertura a propósito” — Pensó al tiempo que su sangre se enfriaba.

Entonces su mente se aclaró, recordando la velocidad que el castaño usó anteriormente cuando empezó a castigar a Raynare.

— “Qué tonta he sido, pero supongo que la muerte es mejor que la servidumbre” — Pensó con resignación.

Por el rabillo del ojo distinguió las formas de Kalawarner y Raynare.

Ella pudo ver la desesperación en sus rostros.

Entonces cerró sus ojos un momento, preparándose para recibir la muerte de frente y sin lamentaciones.

Al abrir los ojos, su mirada se endureció, mientras el tiempo empezaba a correr nuevamente.

Todo ese proceso mental había ocurrido en una fracción de segundo.

Ella esperaba que el chico esquivara la lanza, la bloqueara, la destruyera, incluso que se la arrebatara de sus manos y la usara para empalar su corazón de una forma muy irónica.

Sin embargo sucedió algo no esperado.

¡BOOOMMM!

La lanza impactó el pecho del chico y explotó.

Mittlet fue tomada por sorpresa, para después ser arrojada hacia atrás por la fuerza de la explosión.

— ¡Nghh! — Se quejó al ser tomada con la guardia baja.

Afortunadamente fue atrapada en el aire por Raynare.

— Pequeña tonta, no vuelvas a hacer una locura así — Regañó la peli-negra sosteniéndola entre sus brazos.

— Tuviste suerte, no pensé que realmente lo alcanzaras — Fue el turno de Kalawarner.

Ella miraba la nube de humo causada por la explosión.

Kalawarner pudo ver la breve sorpresa en la cara del chico antes de que su mitad superior fuera engullida por la explosión después de recibir la lanza en su pecho.

Un buen augurio, sin duda alguna.

— Jejeje~ realmente pensé que era mi fin, pero pude tocarlo gracias a que mi poder creció de un momento a otro — Dijo una avergonzada rubia mientras se frotaba el brazo y desviaba la mirada.

Las dos Caídos mayores se miraron un momento para después soltar un suspiro.

— Da igual, dudo que lo hayas matado, pero aun así lo golpeaste así que asumo que lo heriste de gravedad y eso es algo bueno para nosotras — Dijo la peli-azul con una pequeña sonrisa.

Esto animó a las otras dos, para después enfocarse en la nube de humo.

Ellas pudieron ver algo volar por la parte superior, dándose cuenta de que era la gabardina del chico, la cual cayó lentamente al suelo con leves quemaduras en ella.

Dirigiendo la mirada de vuelta la nube de humo, pudieron ver una silueta en ella mientras se iba disipando poco a poco.

Entonces ellas pudieron ver los pies, luego la cintura, el pecho y por último el rostro.

Raynare, Mittlet y Kalawarner sintieron sus esperanzas desmoronarse ante la visión frente a ellas.

El castaño estaba totalmente ileso después de ese ataque.

Ni una sola herida en su cuerpo.

Lo único que había perdido era su gabardina.

Por un momento llegaron a pensar que todo estaba perdido y se dejaron caer al suelo mientras ocultaban sus alas.

Pelear no tenía caso alguno.

Fue entonces que notaron algo peculiar en el chico.

— ¿Él, perdió un brazo? — Se preguntó Kalawarner en voz baja.

Raynare y Mittlet asintieron mientras recuperaban un poco de voluntad y se ponían de pie nuevamente.

— Si trabajamos juntas seremos capaces de llevarlo abajo — Dijo Raynare con decisión.

Al parecer el ataque de Mittlet si lo había alcanzado.

Sin embargo, Kalawarner no era tan optimista.

Ella analizó con cuidado cada momento de su breve enfrentamiento con el castaño, donde los pocos ataques que realizó los hizo con su mano izquierda, así llegando a una perturbadora conclusión

— “Él estaba mutilado desde el principio” — Pensó mientras adquiría una expresión de alarma en su rostro.

Los vendajes que eran visibles le indicaron que había sido herido antes de que se reuniera con ellas.

Eso quería decir que el chico frente a ellas peleó con tal desventaja y aun así las abrumó por completo.

Cuando levantó la vista para advertirle a Raynare, vio que la mencionada y Mittlet ya habían invocado sus lanzas de luz y ahora se impulsaban para entrar en combate de corta distancia.

Ante esto el castaño levantó su mano con el índice extendido, mientras las señalaba.

Un brillo rojizo lo cubrió.

— ¡Raynare! ¡Mittlet! ¡Noooooo! — Exclamó extendiendo su mano, como si quisiera agarrarlas desde su sitio y retirarlas del peligro.

— Scarlet Needle (Aguja Escarlata) — Susurró Issei.

Desde el dedo del chico surgió un rayo rojizo que pasó entre Mittlet y Raynare a una velocidad que sus ojos no pudieron seguir.

¡CRASH!

El sonido de sus lanzas de luz haciéndose añicos resonó en el lugar.

Esto detuvo la carrera de ambas Caído.

Kalawarner, con una expresión de estupefacción giró su cabeza, mientras miraba donde el láser rojizo impactó.

Un punto al rojo vivo adornaba el muro de concreto a su espalda.

Ella había sentido una corriente de aire después de ver el ligero resplandor rojizo en el dedo del castaño.

Su corazón se sintió pesado y el sudor frío cubrió su piel.

Raynare y Mittlet estaban congeladas en su sitio, mirando al chico con temor en su rostro.

— Eso fue tener un buen control, mira que destruir las dos lanzas con un solo tiro — Dijo una voz femenina con admiración.

— Era de esperarse, ellas no tienen la velocidad para que Ise tenga que preocuparse — Respondió otra voz femenina.

El trío se tensó ante las voces desconocidas.

— Vamos, no tienes que ser tan dura, estoy segura que podrás ponerlas en forma cuando regresemos… bueno, si es que sobreviven — Dijo otra voz femenina con un ligero tinte sádico.

— Yare~ Yare~ — Dijo una voz, esta vez masculina.

Raynare y compañía miraron hacia su derecha y los vieron.

Un hombre y tres mujeres.

Una Yokai de cabello blanco de pie con sus manos apoyadas en el mango de una espada.

Su aura gritaba noble por todos lados.

Una mujer rubia, con ropa bastante llamativa y ajustada, refirmada en la pared mientras tenía las manos en los bolsillos de su chaqueta.

Una mujer de cabello rubio platinado y orejas largas denotando ser una Elfa, quien estaba de pie con los brazos cruzados mirándolas con dureza.

El hombre estaba refirmado en la pared, con los brazos cruzados negando con una sonrisa divertida y exasperada en cierto sentido.

— “¡¿Cómo?! ¡Nunca los sentí!” — Pensó Raynare con los ojos abiertos.

— “¡¿Qué demonios?!” — Pensó una alarmada Kalawarner.

— “Nooo” — Gimió Mittlet interiormente.

Si la pelea con el castaño era difícil, con ellos cuatro en la ecuación sus probabilidades de escapar se redujeron a casi cero.

Por su parte, el castaño cerró sus ojos y sonrió levemente.

— Tranquilas, ellos no intervendrán en esta pelea — Dijo el castaño bajando su mano.

Esto se ganó la atención del trío.

— ¿Cómo sabemos que no es un truco? — Preguntó Kalawarner en tono desconfiado.

— Porque han estado aquí desde que ustedes se despertaron y no intervinieron en nuestra pela, además de que no se moverán a menos que yo se los ordene — Confirmó el chico.

Esto las hizo sudar frío, pues si lo que dijo era cierto entonces pudieron haber muerto en cualquier momento.

Aunque su último comentario las tranquilizó un poco, esto no quitó las sospechas de Kalawarner, pero al ver que ninguno de ellos mostraba intenciones hostiles se permitió relajarse un poco.

Entonces la tensión entre Raynare y su grupo e Issei volvió a hacerse presente.

— Puedes hacerte el duro, pero gracias al aumento de poder que nos diste Mittlet logró herirte — Provocó Raynare mirando su extremidad faltante con una sonrisa de suficiencia.

La nombrada sonrió con un indicio de arrogancia, mientras la peli-azul se tensaba.

El castaño parpadeó, antes de resoplar con diversión.

Esto hizo que la sonrisa de Raynare se desvaneciera, reemplazada por un ceño fruncido.

— ¿Qué es tan gracioso, mocoso? — Preguntó con molestia.

— Nada, es solo que es gracioso que pienses que fueron ustedes los que me hirieron — Dijo con tono divertido.

— Hooo~ entonces ¿Qué te causó esa herida? — Preguntó la peli-negra entrecerrando los ojos.

— Estoy segura que fue algún triste callejero sin poder real — Agregó Mittlet con tono burlón.

Ese comentario causó que Raynare soltara un resoplido al ahogar su inminente risa.

Por su parte, Kalawarner se tensó cuando notó la sonrisa divertida en los cuatro desconocidos, además que el castaño negó con una expresión resignada.

— En realidad fue un Kyubi… y pagó el precio con su vida — Comentó el castaño casualmente, para que su tono se oscureciera en la última parte.

Esto cesó las burlas de Raynare y Mittlet, mientras las alarmas de Kalawarner se disparaban en su cabeza.

Si bien notó por momentos que no tenían muchas posibilidades contra el castaño, nunca se sintió tan abrumada como cuando el chico hablo en estos momentos.

El castaño las había conmocionado con pura habilidad y poder, pero ahora ella podía sentir la intención de matar que comenzaba a emanar de su cuerpo.

Raynare y Mittlet también lo sintieron, porque en ese instante las dos retrocedieron un paso ante la sensación a muerte que las rodeó.

— “¡Tiene que estar bromeando!” — Exclamaron en sus mentes mientras sentían como sus entrañas se congelaban.

La mirada del castaño era gélida, mientras un aura oscura empezaba a emanar de su cuerpo, lo que las hizo sudar frío.

Entonces este se relajó, causando que la atmosfera de opresión que sintieron se evaporara como si nada.

Raynare y Mittlet cayeron sobre sus traseros, respirando con dificultad.

Kalawarner estaba de rodillas apoyada sobre sus manos, pues fue la única que no se hizo esperanzas cuando se mostró la imagen del brazo amputado del chico.

Ella lo miraba con una expresión muerta y resignada.

— Tranquilícense, no tomaré sus vidas, de quererlas muertas ni siquiera las hubiera rescatado — Dijo mientras caminaba hacia su gabardina caída.

Esto llamó la atención del trío, quienes vieron como el chico levantó la prenda, la cual estaba en buenas condiciones sin daño visible más que leves quemaduras y se la colocó sobre los hombros.

Entonces se dio la vuelta y empezó a caminar hacia ellas.

Raynare, Mittlet y Kalawarner se tensaron al ver que se acercaba a ellas.

Cuando estuvo frente a ellas se detuvo, mirándolas con una expresión indescifrable.

El trío sintió la tensión aumentar a cada segundo, esperando que el chico hiciera algo.

Pasados unos segundos este exhaló, para después inclinarse y tomar la muñeca de Raynare, tirando de ella y poniéndola de pie.

Sin embargo, sus piernas no le respondían y debido a esto no lograron sostenerla.

— ¡Ah! — Exclamó sorprendida por la acción del chico, además de sentir como se desplomaba.

Pero el castaño la atrapó rodeando su cintura con su brazo.

— Silver, Leo, ayuden a Mittlet y Kalawarner, hemos perdido mucho tiempo y quiero dormir — Dijo en tono cansado.

Los mencionados obedecieron, siendo Leo quien apoyó a Kalawarner mientras Silver levantaba a Mittlet sobre su hombro.

— No pienso agradecer — Comentó la peli-azul en tono amargo.

— Ya lo esperaba, solo estoy obedeciendo las órdenes de mi [Rey] — Respondió la Yokai.

— ¡Oye, bájame! — Exclamó la loli desde el hombro de Silver.

— Es más fácil llevarte así — Se defendió el peli-negro con indiferencia.

El castaño miró esto, para luego mirar a la peli-negra, la cual lo miró con una mirada fría.

— Ni se te ocurra — Dijo con los dientes apretados.

Acto seguido pasó su brazo por el cuello del chico para sostenerse, a lo que este asintió y empezó a caminar de forma lenta.

El resto le siguió.

Salieron de la bodega, al tiempo que el trío de Caídos notaba como una barrera caía.

Esto les dijo que siempre estuvieron a merced del enemigo, lo que las hizo temblar levemente pues nunca la sintieron.

— “Eso explica por qué ninguna de las hermanas del Maou vinieron a pesar de la pelea” — Pensaron con inquietud.

El camino de regreso fue silencioso.

Raynare reunió algo de magia y cambió su apariencia a la de Yuma, para no llamar la atención cuando entraron en las calles de la cuidad.

Aunque pudo ver cómo la poca gente que transitaba en el lugar parecía no notarlos.

— Es la habilidad de Leo y Silver, además de que ayuda que sea muy tarde — Respondió el castaño a la pregunta no formulada.

Esto les aclaró un poco.

— ¿Cómo estoy viva? Claramente me diste la espalda cuando Gremory intentó matarme — Preguntó Raynare de repente.

Esta pregunta estuvo en el fondo de su mente, pero debido al silencio prolongado e incomodidad de este regresó a la superficie de su mente.

Los ojos del chico cayeron sobre ella en ese momento.

Eso fue suficiente para que Raynare pudiera notar los enormes cambios en su apariencia, sin mencionar sus ojos.

— “Cuanta experiencia” — Pensó al verlo.

Entonces el castaño regresó la mirada hacia el frente.

— La respuesta es fácil, pero difícil de creer al mismo tiempo — Respondió el chico con tranquilidad.

Mittlet y Kalawarner también prestaban atención a la conversación, pues ellas también tenían la misma duda en sus mentes.

— Cuando Rias desató su ataque sobre ti, me moví rápidamente y destruí el lazo que ataba el Sacred Gear a tu alma, luego detuve su ataque y te saqué de ahí antes de que se diera cuenta — Elaboró un resumen el chico.

Esto hizo que la Caído lo mirara con incredulidad.

— Alleyne y Elsha hicieron lo mismo si no me equivoco, después de todo el ataque de Rias es sumamente lento — Declaró como si nada.

Esto hizo que el trío lo mirara con conmoción.

— ¡¿C-Como es posible?! ¡No llevas ni un mes con los Demonios! — Exclamó la chica estupefacta.

— Esa es la parte difícil de creer… mi yo actual lleva poco más de un año en el mundo sobrenatural… no espera, ahora que lo pienso en realidad son dos años después de estar un año en ese entonces — Dijo sin despegar la mirada del frente, para después murmurar la última parte con la mirada hacia el cielo.

Si tuviera su otro brazo, no les sorprendería que tuviera la mano en su barbilla.

El trío de Caídos lo miraba como si le hubiera salido una segunda cabeza.

— Debido a un accidente viaje al pasado, estuve perdido durante un año antes de llegar a esta época… originalmente ustedes deberían estar muertas, pero las chicas me convencieron de que la muerte era una salida fácil para ustedes — Dijo con tono serio mientras la miraba de reojo.

El trío de estremeció ante el tono, sin mencionar que estaban procesando lo dicho por el chico.

Para Raynare y Mittlet no eran más que disparates, pero Kalawarner se dio cuenta de que no había ningún rastro de mentira en su tono, sin mencionar que las habilidades que demostró estaban en otro nivel.

Además de lo dicho por Leo cuando la ayudó, acerca del castaño siendo su [Rey].

— Ya veo, eso lo explica todo — Pronunció cerrando sus ojos.

Esto se ganó dos miradas incrédulas por parte de Raynare y de Mittlet, aunque esta última no se viera ya que su parte superior estaba en la espalda de Silver.

— ¡¿Vas a creer esa tontería?! — Exclamó Raynare fuera de sí.

La peli-azul guardó silencio por unos momentos, antes de mirar a la peli-negra con suma seriedad.

— Raynare, solo míralo y dime si piensas que es el mismo chico que asesinaste hace unas semanas — Dijo sin perder el tono serio.

La mencionada se quedó en silencio, pues ella vio que su compañera tenía razón, el castaño no podía cambiar en unas horas, que era lo que calculaba estuvieron inconscientes.

— Como dije, gracias a las habilidades de Silver y Leo pudimos colarnos en la iglesia pasando desapercibidos por todos, incluyendo a la Nobleza Gremory y a mi otro yo — Dijo el castaño en tono relajado.

Esto hizo abrir los ojos al trío nuevamente.

— ¿Acaso no lo dije? Por un pequeño accidente fui arrastrado al pasado, mi época original es un año a partir de ahora — Aclaró el chico en tono divertido.

La realización en la cara de Raynare y Kalawarner no tenía precio.

— A-Así que es por eso que ella te llamó su [Rey], eres un Demonio de Clase Alta — Fue lo dicho por la peli-azul en un tono lleno de asombro.

Ser el poseedor de una Longinus debió de ser el factor para volverse así de poderoso en poco tiempo, además de ayudarlo a escalar el la sociedad Demoniaca tan rápido como un año.

El chico asintió.

— Se me promovió por logros de Guerra, no por números de contrato — Aclaró el chico con seriedad.

Guerra.

Esto hizo que el trío se sumergiera en sus pensamientos, pues ahora se preguntaba qué tan grande era la brecha entre sus habilidades, para rabia interna de Raynare.

— “Solo, ¿Qué tan fuerte es?” — Se preguntaron en ese momento.

— Si te preguntas que tan fuerte soy… en mi estado actual podría ir contra Kokabiel y ganar solo usando la habilidad base de mi Sacred Gear, incluso podría darle algunos problemas a Azazel si me esfuerzo — Explicó lo mejor que pudo.

— “¡Mierda!” — Exclamaron al verse descubiertas fácilmente.

— He luchado contra Dioses, los Maou y Dragones Malignos, con mi vida al límite era obvio que me volviera más fuerte para poder sobrevivir — Dijo en tono serio y casi lapidario.

Esto hizo que el trío sintiera un escalofrío recorrer sus columnas.

Habiendo procesando todo eso, el trío de Caídos se mantuvo en silencio el resto del camino.

Veinte minutos después

Una vez llegaron a su hotel, el grupo se dirigió a sus habitaciones, donde tuvieron que organizarse para repartirse en las dos habitaciones.

Las chicas tomarían a Mittlet con ellas, mientras Kalawarner y Raynare se quedaban con Silver e Issei debido a que solo eran ellos dos en su habitación.

Para evitar problemas con las camas habían conseguido tres futones en la recepción para el uso de los Caídos.

Así se dispusieron a descansar.

Nada más al apagar la luz todos buscaron sus lugares en la habitación, con Silver e Issei en las camas, mientras Raynare y Kalawarner tomaban un futon cada una y se quedaban en medio de la habitación.

Silver permaneció en alerta con un sueño ligero, mientras el castaño se había quedado dormido con facilidad.

Por su parte, Raynare y Kalawarner se mantenían despiertas, pensando en las últimas horas y cuanto les afectaría de ahora en adelante.

La peli-negra se levantó, viendo en la oscuridad con facilidad.

Kalawarner la notó, pero no hizo ningún movimiento y guardó silencio.

Raynare se dirigió a la cama del castaño, notando como este dormía profundamente, como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo, a pesar de que el enemigo estaba en la misma habitación.

Ella observó su respiración acompasada, su expresión tranquila y lo vulnerable que lucía.

Si ella invocara una lanza de luz, dudaba que él pudiera reaccionar a tiempo.

Sin embargo, su preocupación era el otro ocupante en la habitación.

Ese hombre era un total misterio para ella, pues no podía notar ningún rastro de energía demoniaca en él.

De hecho, ningún miembro del grupo del castaño trasmitía la sensación de ser un Demonio.

Ella se mordió el labio cuando miró de nuevamente al chico dormido.

Dando su suspiro, dejó caer sus hombros.

No valía el riesgo el intentar un atentado pues podría fallar, poniendo en peligro a sus compañeras.

Normalmente no se preocuparía por ello, pero con todo lo ocurrido se sentía más suave que de costumbre.

Así que se limitó a inclinarse sobre el chico, despejándole la frente de algunos mechones con un suave movimiento de su mano en un raro gesto de amabilidad.

— Debería atravesar tu corazón en estos momentos, pero no lo haré, así que considera esto el agradecimiento por salvar nuestras vidas… — Dijo con una mirada neutra.

Kalawarner escuchó lo dicho desde su futon, soltando un suspiro que contenía.

[Sabía decisión, Ángel Caído]

Se oyó decir a una voz que trasmitía poder.

Raynare se sobresaltó, alejándose del chico e irguiéndose nuevamente.

Kalawarner saltó de su futon mientras se ponía en alerta.

[De haberlo intentado, la misma lanza que invocaras estaría atravesando tu corazón antes de que te dieras cuenta]

Volvió a hablar la voz.

Los dos Ángeles buscaron con la mirada, hasta que esta cayó en el dorso de la mano izquierda del chico, donde había una luz color verde esmeralda.

Eso solo significaba una cosa.

— Welsh Dragon… Draig — Susurraron con el corazón latiendo presuroso en su pecho.

[Cuando mi compañero te dio una estimación de su poder, no exageraba… en estos momentos si utilizara su poder a plena potencia, estaría entre los cuatro primeros puestos del Top Diez de los seres más fuertes del mundo]

Dijo con seriedad y cierto orgullo.

El par de Caídos abrió los ojos ante las palabras del Dragón, pues ellas sabían que Draig jamás mentiría con algo así.

Sin más que decir, la luz se apagó indicando que el Dragón se había ido a dormir.

El dúo se quedó en silencio, procesando lo dicho por Draig y estremeciéndose al pensar en el poder del castaño como para superar a varios seres que estaban muy por encima de sus Líderes.

En completo silencio, Raynare regresó a su futon al igual que Kalawarner.

Se acostaron y permanecieron en silencio digiriendo la información que acababan de recibir.

Si eso era cierto, al menos estarían protegidas de Azazel al actuar a sus espaldas, pero solo si Issei se molestara en defenderlas de su castigo a manos del Gobernador de Grigori.

Ambas se miraron, la preocupación en sus ojos era evidente, pero se vieron obligadas a resignarse y rezar por que las cosas salieran bien.

Así que asintiéndose la una a la otra se acomodaron de lado y se propusieron a descansar lo mejor que pudieran.

Habitación de las chicas

Mittlet permanecía con los ojos abiertos, no pudiendo dormir y mirando a las chicas dormir de forma tranquila.

Ella se reincorporó sintiéndose sedienta por lo que buscaría un vaso de agua, entonces notó como las orejas de Leo se crispaban, lo que la hizo estremecerse al saber que a pesar de dormir sus sentidos estaban alerta.

Sacudiendo su inquietud, busco la jarra con el líquido que necesitaba, el cual estaba en el escritorio.

Una vez sació su sed, se volvió a acostar.

La preocupación llegó a ella, pues no sabía que sería de ellos a partir de ahora.

Todo lo ocurrido llegando a su mente, plagando su alma de inseguridad.

Solo esperaba que las cosas no fueran peor, pues actualmente eran traidoras que desobedecieron las órdenes de su Gobernador, pero con el Sekiryuutei protegiéndolas dudaba que fueran cazadas.

Claro, a menos que el chico las dejara a los lobos.

Sin embargo él no hubiera pasado por tantas molestias para asegurar su supervivencia como para dejarlas morir así.

Él mismo lo había dicho ¿No?

Cerró los ojos y se dispuso a dormir, esperando que las cosas fueran mejores a partir de ahora.

No le quedaba más remedio que confiar su seguridad al castaño.

Sin más el cansancio llegó a ella y no tardó en quedarse dormida.

Al día siguiente

Raynare abrió sus ojos lentamente.

Se reincorporó y estiró sus brazos, deshaciéndose de la rigidez de sus músculos después de una noche de sueño.

Un poco adormecida miró a sus alrededores.

El lugar era desconocido.

Parpadeó un par de veces con torpeza, antes de que todo viniera su mente.

Sus ojos se abrieron y su mirada se dirigió hacia la cama donde cierto chico aún dormía.

— Si, todo fue real — Le llegó un susurro desde su costado.

Ella reprimió un chillido para después voltearse con pánico, solo para encontrarse con los ojos dorados de Kalawarner, quien aún estaba metida en su futon.

Se llevó una mano al pecho, donde pudo sentir su acelerado corazón.

Entonces miró a su compañera con reproche por asustarla de esa forma.

Ésta solo alzó las manos en son de disculpa.

Más tranquila, Raynare miró su regazo con una mirada pensativa en su rostro.

Su mente amenazando con perderse en sus pensamientos acerca de todo lo ocurrido y lo que pudo haber hecho para cambiar las cosas.

Pero negó, pues ya nada podía hacer y anoche había llegado a una resolución de aceptar sus circunstancias actuales.

— Buenos días, espero hayan descansado bien — Dijo una voz varonil.

Ellas se voltearon, viendo a Silver sentado en su cama, mientras empezaba a ponerse sus botas.

— ¿Silver… san? ¿Me equivoco? — Preguntó Kalawarner en tono cordial.

— Silver Fullbuster, es un placer — Asintió antes de ponerse de pie.

— Un placer, supongo — Respondió la Caído con un poco de reticencia.

Raynare solo asintió como saludo.

— Las chicas ya deben estar despiertas, en cualquier momento nos llamarán para desayunar, será mejor que se aseen — Dijo para después dirigirse al baño.

El dúo de Caídos se quedó en silencio, tratando de comprender por qué el peli-negro no se mostró cauteloso con ellas.

— La respuesta es fácil, es tan fuerte como Kokabiel, con su dominio del hielo podría congelar esta ciudad en segundos — Fue lo dicho por un recién despierto Issei.

Las dos Caído se sobresaltaron por un momento, notando que estaba sentado en su cama.

La noche anterior se quitó su gabardina y sus botas solamente, así que estaba con los pantalones, la camisa negra sin mangas con algunas correas de cuero que abrazaba su cuerpo superior, su brazo izquierdo desnudo mostrando buena musculatura.

Lo que quedaba de su brazo derecho estaba vendado, así como se notaba vendas en su cuello.

TOC

TOC

Se oyeron golpes en la puerta.

— El desayuno está servido, no tarden mucho — Se oyó la voz de Elsha detrás de la puerta.

— Gracias por avisarnos, en un momento vamos — Respondió el castaño.

En ese momento salió Silver del baño, viéndose más refrescado.

El siguiente fue Issei.

El dúo de Caídos permaneció en silencio durante el breve intercambio, mirando con cautela al hombre de la cicatriz en la cara, el cual las saludó con un breve cabeceo antes de salir de la habitación.

Al momento siguiente ambas dejaron un suspiro de alivio.

Después de lo dicho por Issei fue que pudieron notar su aura gélida, la cual les causó escalofríos, además de que la temperatura bajó un par de grados cuando el salió del baño.

Se miraron por un momento, viendo la preocupación en el rostro de la otra.

Si ellas se sentían agobiadas de esta forma, entonces ¿Cómo estaría Mittlet? Se preguntaron.

El castaño salió en ese momento.

— Vayan a asearse, aquí las esperaré — Dijo mientras se sentaba en su cama, refirmando su espalda en el cabezal poniéndose cómodo.

Ellas acataron la orden sin chistar.

Diez minutos después

Los ocho se encontraban en medio del desayuno en estos momentos.

Las chicas habían pedido más sillas para los ocupantes extras, así que ahora estaban acomodados de forma que estuvieran tres sentados a cada lado, mientras los dos últimos ocupaban los cabezales de la mesa.

Ise ocupaba uno, mientras Silver ocupaba el otro.

De un lado estaba el trío de Caídos, mientras del otro estaban las chicas.

Ahora mismo el castaño había dado las órdenes para el día, mismas que dejaron con un poco de inquietud a sus siervos.

— ¿Estás seguro de esto Ise? — Preguntó Leo con seriedad.

— No tienen por qué preocuparse, ellas son inofensivas en estos momentos — Dijo sacudiendo su mano para enfatizar el comentario.

Los miembros de su Nobleza miraron al trío, a lo que Raynare y Kalawarner asintieron con rostros serios.

Mittlet tenía la mirada baja, sintiéndose intimidada.

Silver y las chicas se miraron por un momento, para después suspirar.

— Supongo que está bien, tú solo fuiste capaz de luchar con Adel quien era un Kyubi así que no debería de preocuparme por tu seguridad — Aceptó Leo de mala gana.

— Solo no te confíes demasiado — Dijo Alleyne con rostro serio.

— Me alegra que se preocupen, pero saben que no pasara nada malo — Dijo con tranquilidad.

— Si tú lo dices, entonces nos dedicaremos a buscar la Línea Ley de esta ciudad para poder abrir el portal — Dijo Elsha mirándolo con seriedad.

El castaño asintió.

— Mi poder regresará a plena capacidad mañana, así que debemos hacer los preparativos — Confirmó el chico.

— Entonces no perdamos más el tiempo, démonos prisa en completar la tarea — Dijo Alleyne poniéndose de pie, siendo imitada por os otros tres.

— no se presionen, háganlo con calma — Les aconsejó el castaño.

El cuarteto asintió, para después dirigirse a la puerta de la habitación.

— Espero que no hagan nada gracioso mientras no estamos, ma~, de todos modos dudo que puedan ser un peligro real — Dijo Leo, antes murmurar la última parte.

Sin más el grupo se fue.

Issei soltó un suspiro.

Eran demasiado sobreprotectores.

No quería pensar en cómo sería si supieran del ritual que tuvo que pasar, sin mencionar del terrible dolor que experimentó.

Tuvo que suprimir el escalofrío que amenazó con sacudirlo.

— Pueden buscar algo en la tv para distraerse, recuerden que oficialmente están muertas, si salen del hotel podrían encontrarse con los grupos Gremory o Sitri y no queremos llamar la atención — Ordenó en tono firme para después levantarse de la mesa.

Kalawarner empezó a levantar los platos sucios y acomodarlos en el carrito en el que el servicio a la habitación había traído la comida.

— ¿Tú que harás? — Pregunto Raynare mirándolo con seriedad.

— Tomaré un baño, posiblemente tarde un rato — Respondió mientras se alejaba rumbo a la puerta.

Una vez que el chico salió, el grupo de Caídos quedó en un profundo silencio.

— No fue tan malo como lo pensé en un principio — Comentó una resuelta Kalawarner.

— Solo si ignoras que por un momento nos consideraron una amenaza, para después menospreciarnos de forma humillante — Respondió Raynare con tono amargo.

— Lamentablemente tienen razones de sobra — Dijo la peli-azul en tono agreste.

— Tú lo has dicho — Dijo la peli-negra con una sonrisa de auto desprecio.

Mittlet podía sentir la frustración e impotencia filtrarse en la voz de Raynare, pero no dijo nada, púes entendía que para alguien tan orgulloso como lo era su líder la servidumbre era el peor castigo a pagar por sus pecados.

Sacudió su cabeza cuando vio a su compañera dirigirse a la puerta de la habitación, mientras dibujaba una sonrisa maligna que no auguraba nada bueno.

— ¿A dónde vas Raynare? — Preguntó la loli rubia.

— Tomaré un baño, por favor no me molesten — Respondió mientras su sonrisa crecía un poco más antes de salir de la habitación.

Ambas Caído restantes se quedaron en silencio por unos minutos, antes de registrar lo dicho por la peli-negra.

— Espera, ¿Por qué no usó el baño de esta habitación? — Le preguntó Mittlet a su compañera.

Al siguiente segundo abrieron los ojos al entender lo que la chica iba a hacer y solo pudieron decir una sola cosa.

— ¡Mierda! — Exclamaron antes de correr fuera de la habitación buscando detener a su compañera de hacer una locura.

Baño de la habitación de los chicos

Issei estaba sentado en un banco de madera, mientras lavaba su cabello con su única mano.

Era una tarea un tanto difícil de hacer con una sola mano, pero podía arreglárselas por unos días más en lo que Azazel le ayudaba a solucionar el problema.

Fue entonces que sintió una presencia detrás de él, pero no se sobresaltó ya que no sintió malas intenciones provenir del intruso.

Entonces unas manos surgieron por debajo de sus brazos, para rodear su abdomen y abrazarlo, mientras llegaba una sensación de suavidad muy familiar a su espalda.

Inclinó su cabeza con los ojos cerrados por la espuma del shampoo hacia su intruso, reconociendo la firma de energía de dicha persona.

— ¿Qué haces aquí, Raynare? — Preguntó con una ceja alzada.

— Fufufu~ solo quería ayudar a lavarte — Respondió la mencionada en tono juguetón.

El castaño se mantuvo en esa posición, para después encogerse de hombros.

— Supongo que puedo contar con tu ayuda — Dijo en tono relajado que sorprendió por un momento a la Caído.

— Pareces muy acostumbrado a que una mujer se cuele en el baño cuando lo estás usando — Dijo mientras se separaba de él.

Ella alcanzó una esponja, misma que usó para empezar a limpiar su espalda.

El chico sonrió con nerviosismo.

— Si, tuve algo de experiencia en el tema al vivir con Rias — Respondió de forma vaga.

La ceja de Raynare tembló al escuchar el nombre de la peli-roja.

En ese momento la puerta del baño se abrió, para dar paso a un par de agitadas chicas, que se quedaron sorprendidas ante la vista.

Un castaño con una toalla en su cintura estando sentado en banco, con una desnuda Raynare lavando su espalda.

— Podrían cerrar la puerta, estoy sintiendo algo de frío aquí — Pidió Raynare con educación.

Esto dejó sin palabras al dúo, quienes solo atinaron a hacer lo pedido de forma ausente.

— Además si van a estar aquí, será mejor que se quiten sus ropas a menos que quieran que se humedezcan con el vapor — Dijo la Caído como si nada.

Las aturdidas chicas solo pudieron asentir y salir del baño, dejando sus prendas en canastas y entrando con una toalla rodeando sus cuerpos.

El castaño no dijo nada, después de todo no sintió ningún peligro, sin mencionar que su cuerpo estaba cubierto por una fina capa de Touki que resistiría una lanza de luz sin problemas si decidían atacar a traición.

Aunque dudaba mucho de un ataque.

Raynare terminó de lavar su espalda, por lo que usando un cubo enjuagó la espuma de su cuerpo, además de lavar su cabello.

Así el castaño pudo abrir los ojos, pero permaneció en la misma posición.

Fue que las manos de Raynare recorrieron su pecho, sintiendo cada músculo tonificado además de la cicatriz que abarcaba su torso.

Ella se mordió los labios al sentir sus abdominales definidos, sintiendo su temperatura corporal subir.

Esta era su naturaleza como Ángel Caído.

Jamás había tenido experiencia alguna en la intimidad, más que nada porqué los hombres que conoció eran inferiores además de estar obsesionada con Azazel o ascender en las líneas de Grigori.

Pero ahora mismo recordaba como el castaño la había tratado después de abrumarla y por eso mismo se empezaba a excitar.

Cuando sus manos empezaron a ir al sur, su muñeca fue rápidamente sujetada por el chico.

— Te sugiero que te detengas — Dijo en tono serio.

Kalawarner y Mittlet salieron de su aturdimiento al escucharlo hablar, además de analizar la posición de Raynare.

Ellas podían verla pegada a la espalda del chico, adivinando que abrazaba su cuerpo contra el suyo y sus manos recorrían su torso.

Fue que notaron como sus hombros caían, por lo que dedujeron que sus manos habían llegado hasta ahí.

Mittlet se sonrojó y Kalawarner se masajeó el puente de la nariz con exasperación.

— ¿Es una amenaza? — Preguntó Raynare en tono sensual.

Ella lamió sus labios en anticipación, pues el castaño no podría detenerla al solo tener un brazo.

— Es una advertencia, si no te detienes, ambos sufriremos el castigo — Dijo con el rostro azul y temblando levemente.

Este comentario causó que las tres chicas tuvieran una gota en la nuca.

— No le temo a la princesa carmesí — Dijo de forma airada para usar su mano libre y colarse bajo su toalla sujetando al pequeño Issei.

Ella se sonrojó enormemente al sentir su longitud, su grosor y el calor que generaba en su mano.

El castaño ahogó un gemido, mientras sentía el estímulo que le otorgaba la suave mano de Raynare al aferrarse a su hombría.

Cuando logró formar un pensamiento coherente, el chico giró su cabeza, encontrándose con los ojos violetas de la peli-negra.

— Créeme, de quien habló es mucho, mucho peor — Dijo en tono solemne y teniendo un escalofrío.

El solo imaginarse a Sona, Roseweisse, Tsukiumi o peor aún, Ophis enterarse de que algo sucedió entre él y Raynare le ponía la piel de gallina.

Prefería evitar toda acción culpable porque dudaba poder mentirles si él se ponía incómodo alrededor de la Caído cuando volviera a casa.

Por su parte la peli-negra tragó en seco al ver su expresión de temor, para después soltar al pequeño Issei.

El castaño suspiró, para después ponerse de pie y meterse en la bañera llena de agua caliente.

Raynare solo exhaló, para después empezar a lavar su cuerpo.

Por otro lado, Kalawarner y Mittlet no sabían que hacer en estos momentos.

Podrían irse y tomar un baño en la otra habitación, pero no estaban seguros de dejar a su compañera expuesta ante el chico.

Salieron de su reflexión cuando la peli-negra se puso de pie y se dirigió a la tina donde estaba sumergido el chico con los ojos cerrados.

Entonces ella se metió con la espalda hacia Issei, lo que provocó que este abriera los ojos al perturbarse su relajación.

Sus ojos se abrieron en incredulidad y shock al ver el bien formado trasero de la Caído frente a su rostro, quien se sujetó de los bordes de la bañera y se inclinó tratando de sentarse.

Ella no fue consciente de que este movimiento hizo que sus nalgas se separaran regalándole una vista exclusiva de su intimidad y su ano al chico, el cual en reflejó cerró sus ojos para evitar cualquier problema.

Entonces sintió el peso de la chica en su regazo.

Después la sintió recostar su espalda en su pecho y acomodar su cabeza en el hueco de su cuello.

Las dos Caído restantes al no saber que más hacer procedieron a lavarse, observando de reojo cualquier indicio de que el castaño intentara propasarse con su compañera.

El dúo dentro de la bañera se mantuvo en silencio por unos minutos, entonces fue la Caído quien empezó a hablar.

— ¿Puedo preguntarte algo? — Preguntó la chica con los ojos cerrados.

— Adelante — Concedió el chico en tono suave.

— ¿Qué pasará cuando se enteren que seguimos con vida? Si regresamos contigo a tu tiempo también seremos traidores a ojos de Grigori y seremos cazadas — Preguntó en tono serio.

Las otras dos prestaron atención a lo que el chico respondería.

El castaño guardó silencio por unos segundos, aumentando la tensión en el sitio.

Debido a la posición tan cercana entre ambos, Issei podía sentir como el corazón de Raynare corría presuroso en anticipación a su respuesta.

— Azazel no dirá nada, yo fui uno de los afectados así que tengo el derecho de reclamar sus vidas como compensación — Respondió en tono firme.

Esta respuesta calmó un poco la inquietud en el trío de Caídos, pero también les recordó que estaban a su merced y podía disponer de ellas.

— No se preocupen, el castigo lo decidí en base a tu orgullo, por eso una vida de servidumbre era lo más adecuado para castigarte… pese a que fuiste uno de mis recuerdos menos gratos ahora puedo decir que no te odio, pero tampoco pienso ser suave con ustedes por lo que les espera mucho trabajo antes de concederles su libertad — Declaró con una pequeña sonrisa.

Era cierto, después de todo lo que pasó se permitió cerrar ese capítulo de su historia y seguir adelante.

Si bien verlo todo desde otra perspectiva como un espectador le trajo un mal sabor de boca, el ver la expresión derrotada de Raynare fue más que suficiente para superar el breve lapso de recuerdos amargos.

Debido a que mantenía los ojos cerrados, él no pudo ver como Raynare bajaba la mirada con una expresión de shock.

Ella no esperaba una respuesta así.

Las expresiones de Kalawarner y Mittlet también eran de conmoción.

Ninguna esperó que él solo desestimara todo lo que había sucedido de esa forma, pero aun así lo hizo sin la más mínima vacilación.

Así fue que ellas sintieron una pequeña esperanza de poder ser libres en algún momento.

Raynare también sintió como una carga era despojada de sus hombros, lo que la hizo dibujar una mueca.

Esto era algo que no iba con ella, el sentirse aliviada que Kalawarner y Mittlet no sufrirían por sus decisiones.

Maldijo en sus adentros que se estuviera suavizando y culpó al chico detrás de ella por este pequeño cambio.

Además sintió sus mejillas arder al sentir el leve atisbo de cuidado por parte de él al considerarla parte de su servidumbre y concederle protección de una Facción entera si tomaba en serio sus palabras.

Esto hizo que sintiera una calidez surgir en su pecho que no podía explicar.

Tampoco ayudaba en nada sentir la dureza del chico en su espalda.

Eso la hizo tener un tic en el ojo.

Había jugado un poco con él, pero no esperó que fuera contraproducente pues su propio cuerpo había respondido al estímulo previo.

Así que en un acto de audacia vengativa se levantó del regazo del chico para alcanzar su toalla y despojarlo de ella antes de sentarse de nuevo.

El castaño abrió sus ojos ante la acción de la peli-negra, pero una mirada de ella sobre el hombro calló cualquier reclamo que pudiera hacer.

Ahora podía sentir claramente su suave trasero en su regazo, provocando que su miembro se endureciera aún más y se alojara entre las nalgas de Raynare.

Debido a que Kalawarner y Mittlet aún procesaban lo dicho por el chico segundos antes no notaron la acción de su compañera.

Cuando reaccionaron, miraron al chico el cual tenía su mirada hacia el techo notándose bastante relajado, con Raynare aún en su regazo con los ojos cerrados.

Al no ver nada raro optaron por dejarlos solos.

— Ya que el lugar es muy pequeño usaremos el baño de la otra habitación — Dijo Kalawarner poniéndose de pie mientras se ajustaba la toalla.

— No se queden mucho tiempo o el calor les afectará… aunque dudo que a alguien parte Dragón le afecte esta temperatura — Dijo Mittlet copiando la acción de su compañera peli-azul.

— Hai~ Hai~ — Fue la simple respuesta de la Caído sin abrir los ojos.

Convencidas de que todo estaría bien el dúo salió del baño.

Cuando la puerta se cerró el castaño dejó salir un suspiro que contenía.

Lemon

— Ufufufu~ ¿A pesar de tu poder temes a la reacción de Mittlet y Kalawarner? — Se burló Raynare mientras menaba el trasero para masajear el miembro del castaño

Este hizo una mueca ante el placer de la acción, pero pudo responder de forma coherente.

— ¿Qué hombre no teme a la furia femenina? — Preguntó con escepticismo.

Ante tal respuesta Raynare sonrió divertida.

— Si, algo me decía que dirías eso — Dijo mientras lo miraba de forma sensual.

Ahora Issei sabía por qué Akeno disfrutaba tanto ponerlo en aprietos al ser parte Caído, pero siendo sincero, Raynare lo estaba llevando a otro nivel que lo estaba asustando.

Entonces la peli-negra empezó a moverse de atrás hacia delante.

— Espera, Raynare… — Rogó el chico con una expresión de alarma.

Pero esta no cedió, si no que se inclinó hacia adelante presionando su trasero contra su ingle, tomando con su mano la longitud del chico y llevándolo hacia el lugar que deseaba.

Fue que el castaño sintió como un calor reconfortante envolvió la cabeza de su pene.

Su mirada se encontró con la de Raynare, quien lo miraba sobre su hombro con lujuria en sus ojos.

— No tomaré completamente tu virginidad, algo me dice que ese tipo de unión la reservas para alguien más, pero eso no quiere decir que no podemos divertirnos un poco — Dijo en tono sensual.

Los ojos de Issei se abrieron, mientras su mirada viajaba desde el cuello de Raynare, su espalda, su cintura, su derriere y finalmente sus nalgas.

El agua llegaba hasta el abdomen de ambos pero como solo era agua clara, podía ver a través de ella perfectamente.

Pudo ver como la punta de su pene estaba apoyada entre sus nalgas, colocada sobre su ano, el cual se abría levemente besando su cabeza con suavidad provocando ese calor que le daba placer.

Sus ojos estaban abiertos al entender finalmente lo que la Caído tramaba.

Ante esto tragó saliva y alzó la mirada nuevamente, encontrando la mirada de Raynare.

— Es mi primera vez haciendo esto, así que espero hacer de este un recuerdo memorable — Dijo antes de retroceder un poco.

Con esa acción, la cabeza de su pene fue tragada por su ano, haciendo que el castaño alzara la cabeza por el placer y que Raynare se mordiera los labios al sentir el intruso forzar su entrada posterior de esa forma.

Respirando de forma entrecortada, se permitió tomar un respiro, mientras se acostumbraba a esta sensación.

Raynare nunca pensó estar en esta posición con alguien en el corto plazo, sobre todo con el chico que ella había asesinado hace poco.

Pero negó con una sonrisa irónica y dejó esos pensamientos fuera de su mente.

En este momento estaba con quien había salvado su patético trasero de los Demonios y aún si esto era debido a su vulnerabilidad por todo lo ocurrido hace unas horas, no quiso pensar en nada más y arruinar el momento.

Así que por ello decidió entregarle literalmente su rescatado trasero, del cual ahora él era su legítimo dueño.

Sintiendo como el miembro del chico latía en su interior, dio otro pequeño retroceso mientras su ano recibía una pulgada más de carne en su interior.

Al ver que no había problema se permitió retroceder más, mientras su ano engullía poco a poco el pene de Issei.

Por su parte, el castaño no podía creer lo que estaba ocurriendo.

Dejó de mirar el techo y en cambio miró hacia abajo.

Su mente estaba en shock por la imagen de su pene desapareciendo lentamente entre las nalgas de Raynare, sin mencionar que ella misma estaba haciendo todo el trabajo de empalarse a sí misma.

La imagen era irreal.

[Definitivamente esto no lo vi venir]

Dijo Draig sorprendido en cierta medida.

El castaño no respondió, pues estaba lidiando con el placer de sentir su miembro estrujado por el interior de la chica frente a él.

[Bueno, creo que era de esperar, demostraste un poder abrumador además de aquel castigo… supongo que eso te puso en su zona de strike, sin mencionar que le dijiste que la protegerías de todo Grigori, sin duda no has perdido tu toque compañero]

Dijo con clara diversión.

— “¡Draig, no me estás ayudando!” — Reclamó en su mente.

Hacerle notar esos puntos fue como echar sal en la herida.

Estaba consciente de que antiguamente era muy denso, por eso se propuso entender a las mujeres y cuidar lo que decía para no crear este tipo de situaciones.

Pero parecía que Chichigami no renunciaría a quien fue un devoto seguidor de sus enseñanzas.

Parecía que su lívido quería resurgir de sus cenizas.

— “¿Me llamabas?” — Dijo su lujuria asomándose desde lo profundo de su alma atormentada.

— “¡No!” — Respondió el chico en su mente.

Fue devuelto a la realidad cuando sintió las nalgas de Raynare en su ingle, por lo que bajó la mirada para ver que su pene había desaparecido por competo dentro del ano de la Caído.

Por su parte, esta respiraba agitada después de su logro.

— Uff, lo logré… recuerdo que algunas compañeras se quejaban que cuando intentaban el anal por primera vez los tipos no tenían cuidado arruinando la experiencia, pero puedo decir que esto no está mal — Dijo meneando su trasero un poco.

Esto causó que ambos gimieran ante la sensación.

Fue entonces que el castaño registró lo dicho por la Caído.

— Espera, ¿Me estás diciendo que esta es tu primera vez? — Preguntó completamente sorprendido.

— Por supuesto, ¿Por quién me tomabas? — Preguntó la peli-negra de forma hosca.

El castaño la miró de forma indescifrable por unos minutos, poniendo nerviosa a Raynare, aunque pudo ocultarlo bien.

— ¿P-Por qué m-me miras así? — Al menos hasta que preguntó con cierta timidez que no iba con su personalidad.

¿Dónde diablos estaba la ambiciosa Raynare que hizo todo lo posible para aumentar su poder al robar un Sacred Gear?

Parecía que había algo más que se estaba perdiendo con respecto a la chica frente a él.

Ante este pensamiento el castaño sonrió, para después tomarla de la cintura y acercarla más a él.

Esto tomó por sorpresa a Raynare, quien tenía las mejillas rojas debido a la acción inesperada por parte del chico.

Esto hizo que su ano se apretara, estrujando el pene del chico con su carne blanda y haciendo que ella notara toda su longitud y forma a la perfección.

— Porque si es así, debo de hacer esta ocasión memorable — Respondió en tono ronco causando un escalofrío en la peli-negra.

Ver esa fragilidad en alguien tan orgullosa como lo era Raynare le hizo comprender que no podía equivocarse en sus decisiones a partir de ahora.

Por eso decidió hacerse responsable de la Caído y aceptar lo que le ofrecía.

Su mano subió hasta su cuello, palpando la suavidad de su piel en una caricia que la hizo ronronear de gusto.

Ella podía sentir sus dedos callosos recorrer su cuerpo con un toque delicado pero firme.

Su mano bajó hacia su pecho, sintiendo su firmeza y elasticidad, así como tomar entre su índice y pulgar el pezón erecto logrando un gemido de la peli-negra.

Recorrió su abdomen plano, para ir bajando y perderse entre las piernas de la Caído, llegando a su abertura suave y cálida.

Raynare se sintió derretirse ante las caricias del chico.

Su cuerpo duro y bien formado se apegaba a su espalda, sin mencionar que él empezaba a morder su oreja causándole escalofríos de placer.

— Debes saber que para mí esto es más que solo sexo, es tener una conexión con alguien especial — Empezó a decir el chico mientras le acariciaba la parte interna del muslo con suavidad.

Aún con ojos brumosos, las palabras del castaño se hundían en su mente aumentando la calidez en su pecho.

Él pudo sentir como ella se tensó ligeramente, como si ese comentario minara sus barreras, dándole cierta idea de lo que tenía que decir en este momento.

— Raynare, después de esto me pertenecerás en cuerpo y alma, no importa tu pasado, ni el mal que hayas hecho, ni tus pecados… te acepto en mi vida — Declaró el chico mientras su mano subía nuevamente.

Esta se posó en su pecho izquierdo, justo sobre su corazón.

Raynare había abierto los ojos, mientras su rostro dibujaba una expresión de estupefacción.

Ella se volteó lentamente para hacer contacto visual con el chico, el cual la miraba con una expresión suave, sonriendo levemente.

Obviamente no había amor en sus ojos, pero si aceptación y algo de afecto.

— “Ah, así que eso era… ella solo necesitaba aceptación” — Dedujo al ver la esperanza tácita brillar en sus ojos.

Recordando todo lo dicho por ella en el incidente de la iglesia supo que ella buscaba aceptación con sus Líderes, pero había fallado.

Por eso ahora buscaba la aceptación de quien salvó su vida, aun si ella no lo sabía y lo hacía de forma inconsciente.

Ese deseo estaba oculto en el fondo de su corazón.

Su oscuridad retorció esa necesidad de ser útil y lo llevó al extremo de desobedecer órdenes en el pasado.

— ¿L-Lo dices en serio? — Preguntó con mirada cristalizada.

— “Ugg, es lo mismo que con Akeno” — Pensó sudando con nerviosismo.

¿Por qué ambas tenían que tener un lado vulnerable que solo te hace querer protegerlas de todo y de todos?

Jamás lo sabrá.

Así que se limitó a acariciar su mejilla y asentir.

— Por supuesto — Respondió con tono serio.

La Caído se volteó hacia el frente con la cara sumamente roja y el corazón latiendo a mil.

— “¡¿Qué demonios me sucede?!” — Gritó en su mente cuando recuperó un poco de su cordura.

No podía creer que lució tan frágil hace unos momentos.

— “¡Todo es su culpa! ¡Tenía que decir lo que siempre quise escuchar! — Su interior estaba en un dilema.

Entonces sacudió su cabeza en un intento de tranquilizarse y miró de nueva cuenta sobre su hombro, notando la mirada interrogante del chico.

— “¡A la mierda! Luego pensaré en esto” — Pensó mientras recuperaba su sonrisa arrogante.

— Prepárate, esto lo vas a gozar — Dijo lamiendo sus labios al momento de levantarse.

Esto hizo que el miembro del chico saliera casi totalmente de su ano, para después volver a bajar volviendo a introducirlo en su interior hasta la base.

La fricción causó que ambos gimieran de placer.

Entonces Raynare repitió la acción nuevamente, empezando a aumentar gradualmente la velocidad.

Issei estaba en una bruma de placer, mientras dirigía su mano a la cintura de Raynare para sostenerla.

— Vamos, no me dejes hacer todo el trabajo — Dijo mientras lo miraba sobre su hombro con las mejillas rojas.

Ella se sujetó de los bordes de la bañera, dejando su trasero suspendido sobre el regazo del chico con la cabeza de su pene aun dentro de su ano.

Issei captó la indirecta para empezar a moverse, así que levantó sus caderas enfundando su miembro con facilidad.

El agua caliente lo había aflojado y ahora lo recibía como su único dueño.

— Dime Issei, ahh~ ¿Te gusta cómo ahh~ se siente mi ano? — Preguntó en tono febril entre gemidos.

Ella sentía como su pene la abría en cada empuje, llenando su interior con su longitud, generándole un placer que no sabía que existía.

— Ahh~ Si, es acogedor y cálido… siento como me succiona cuando entro en ti — Respondió el chico mientras la penetraba una y otra vez.

Esa respuesta hizo que la Caído bajara sus caderas cuando el chico empujó, causando que la penetración fuera fuerte y repentina sobresaltando al dúo por el gran placer que generó en ambos.

El castaño la rodeó con su brazo, apegándola a su cuerpo mientras ella balanceaba sus caderas al tiempo que el miembro del chico se removía dentro de ella masajeando sus paredes.

Raynare no podía creer lo bien que se sentía su pene dentro de ella.

Si así se sentía su ano, no podía imaginar cómo se sentiría tenerlo dentro de su vagina.

La simple idea causó que su interior se estremeciera de anticipación.

Volteó a ver al chico sobre su hombro, notando que este la miraba de vuelta.

Entonces lo jaló del cuello y presionó sus labios con él.

El castaño abrió los ojos en shock ante la acción de Raynare, para después empezar a corresponder y enfrascarse en una lucha de lenguas con la Caído.

La peli-negra gimió cuando el chico respondió su beso.

La sensación de calor dentro de su pecho volvió a aumentar con ese gesto, pero ella lo ignoró por el momento.

Cuando se separaron, un hilo de saliva conectaba ambas bocas.

— Raynare — Pronunció el chico con voz suave.

La nombrada se sintió feliz al escucharlo decir su nombre, pero no lo demostró, aún tenía algo de orgullo y prefería mantenerlo.

En cambio su mirada se entrecerró antes de volver a besarlo.

— “Definitivamente voy a morir, tendré que empezar a escribir mi testamento antes de regresar” — Pensó el castaño al imaginar a sus novias enterarse de este momento.

[Descuida compañero, sé que sobrevivirás, siempre lo has hecho]

Animó Draig en tono divertido.

— “¡No me estás ayudando! — Respondió el chico en su mente.

Cuando se separaron, Raynare se levantó del regazo del chico permitiéndole salir de su interior.

Ambos gimieron por esto, aunque la Caído extrañó la sensación de estar llena en ese instante.

Saliendo de la bañera, la peli-negra puso sus manos en una de las paredes debajo de la regadera, mientras meneaba el trasero de forma sensual.

— Vuélveme a llenar Ise~ — Pidió mientras usaba una de su manos y separaba sus nalgas.

El chico tragó ante la visión de su rosado ano, que lucía cerrado y acogedor, por lo que decidió atender el pedido y no hacerla esperar.

Saliendo de la bañera, el castaño se colocó detrás de la chica mientras acomodaba la punta de su pene sobre su ano, el cual se abrió para recibirlo cuando empujó para volver a enfundar su longitud dentro de ella.

— Ahhh~ otra vez me llenas~ amo esta sensación~ — Dijo en un gemido largo al sentirlo entrar en ella.

Ella tenía una expresión de éxtasis con mejillas rojas y mirada brumosa, además de que un hilo de saliva escurría de su boca.

En esa posición el castaño empezó a mover su cadera, en un movimiento de penetración que provocaba un sonido fuerte de carne chocando con carne.

Issei se maravilló con la vista de las nalgas de Raynare temblar en cada acometida.

Podía notar también como sus jugos brotaban de su intimidad, deslizándose lentamente por sus muslos hacia el suelo.

Raynare lo sintió inclinarse sobre ella, para después tomar su pecho y masajearlo mientras la penetraba.

Para aumentar su placer, la Caído llevó una de sus manos y empezó a jugar con su clítoris, llevando el placer a otro nivel que nunca imaginó.

— Ahh~ ahh~ Ya viene, ya viene — Dijo entre gemidos mientras sentía su interior estremecerse.

El castaño también sintió su clímax aproximarse, por lo que aumentó el ritmo de sus embestidas.

— Vamos, córrete para mí, Ray-chan~ — Dijo a su oído sin dejar de penetrarla.

La Caído se estremeció al ser llamada así.

Ella sintió como su miembro comenzaba a hincharse, provocando más fricción y por ende más placer.

Entonces el chico dejó su pecho y dirigió su mano a su entrepierna, para introducir dos dedos en su intimidad, lo que la hizo llegar a su clímax.

— ¡Me vengo! — Exclamó Raynare a pleno pulmón.

— Ray, yo también… — Dijo Issei con los dientes apretados.

Un caudal de jugos surgió de la intimidad de la chica, para que después sintiera como su interior se llenaba de fuego líquido que prolongó su orgasmo por más tiempo.

— ¡Ahhh! — El placer fue tan intenso que gritaron al unísono.

El castaño sentía como el ano de la chica se contraía buscando exprimir hasta la última gota de esperma provocándole placer, mientras Raynare sentía el miembro del chico tensarse en cada chorro de su esencia que depositaba en su interior.

Cuando el momento cumbre pasó, ambos se dejaron caer lentamente, girando con el chico refirmando su espalda en la pared y la peli-negra sentada en su regazo con él dentro de ella.

Ambos respiraban agitados y estaban cubiertos de sudor.

— Eso… fue intenso — Fue lo dicho por Raynare cuando logró recuperarse un poco.

— Si, nunca experimenté… algo así — Dijo Issei mientras recuperaba el aliento.

Raynare sonrió ante las palabras del chico, sintiendo su ego crecer.

Lemon End

Se quedaron por unos momentos más en esa posición, disfrutando de la cercanía entre ambos.

Luego Raynare lo sintió salir de ella, generando que hiciera un puchero pues quería mantenerlo en su interior un rato más.

— Parece que hemos hecho un lío aquí — Dijo el castaño en tono bromista.

— Uggh~ tendremos que lavarnos de nuevo — Fue el turno de la peli-negra al verse cubierta de sudor.

Ella podía sentir como la semilla del chico empezaba a escaparse de su interior, por lo que llevó su mano hacia su ano para detener la fuga, queriendo sentir un poco más de tiempo la calidez del castaño llenándola.

Sintiéndose un poco más recuperado el castaño se puso de pie.

Su miembro recuperó su dureza, pero con Kalawarner y Mittlet tan cerca no quiso arriesgarse a una segunda ronda y abrió la llave del agua mientras dejaba su mente en blanco.

Raynare sintió el agua tibia caer sobre ella, por lo que con algo de dificultad se puso de pie.

Sus piernas aún temblaban por el increíble orgasmo que tuvo.

Entonces sintió como el castaño empezaba a lavar su cuello con una esponja, lo que la hizo ronronear ligeramente mientras se refirmaba en su pecho.

El castaño bajó la esponja entre sus senos hacia su abdomen en un movimiento suave.

De alguna manera le gustaba el gesto.

Tal vez estar bajo su servicio no sería tan malo, incluso llegó a involucrarse de forma sexual y no se arrepentía, sin mencionar las cosas que le dijo durante el acto.

En acto reflejo se llevó una mano al cuello donde sabía estaba la marca del contrato.

Ella sonrió.

Veinte minutos después

La habitación tenía cuatro ocupantes actualmente.

Issei se encontraba acostado en su cama mientras descansaba.

Kalawarner y Mittlet veían la televisión.

Raynare estaba ocupada leyendo una revista.

Sin embargo, las dos Caído notaron algo diferente en la atmosfera que los rodeaba.

No tuvieron que pensar mucho en lo que era, pues las palabras del chico aún resonaban en sus mentes, lo que les quitó muchas preocupaciones acerca de su destino.

Sintiendo un poco más de confianza, la peli-azul bajó el volumen del televisor y se decidió por empezar una conversación con su nuevo amo.

— Entonces, ¿De verdad peleaste y ganaste contra un Kyubi? — Preguntó Kalawarner con interés.

Esto hizo que las otras dos dirigieran su mirada hacia el chico, esperando su respuesta y juzgar si mentía o no.

Este solo giró su cabeza en la almohada para mirar a la Caído que preguntó.

— Si, era bastante fuerte, además de portar un arma con una fuerte maldición, la cual evitaba que las heridas fueran sanadas — Respondió en tono serio mientras recordaba a Adel.

El trío supo que era verdad basándose en su expresión.

— Si puedo preguntar, ¿Cómo perdiste el brazo? — Preguntó Raynare con seriedad.

Kalawarner y Mittlet se sorprendieron ante el tono con el que le habló, pues notaron que ella no mostró ningún signo de aversión o desprecio por el chico, incluso pudieron percibir respeto y aceptación, al grado de sentir un leve indicio de gusto por él.

— Ese sujeto buscaba asesinar a dos personas que estaban bajo mi protección, por eso mi grupo y yo, además de sus propios guardaespaldas las protegimos lo mejor que pudimos — Empezó a relatar el castaño.

El trío se inclinó un poco en sus lugares mientras se sumergían en el relato, imaginándose al chico y sus siervos proteger a un par de princesas.

Algo que no estaba tan lejos de la realidad.

Entonces este continuó contando los hechos.

— Al verse frustrado, sacrificó a sus propios subordinados para una técnica de sellado que inmovilizó a todo el mundo… yo pude escapar por un margen muy corto, a excepción de mi brazo derecho, así que tuve que sacrificarlo con tal de evitar que cumpliera su meta — Terminó de decir con un leve indicio de sonrisa en su rostro.

El silencio reinó por un par de minutos, mientras las Caído esperaban que dijera más, pero el chico se mantuvo en silencio.

— Entonces… — Insistió Mittlet para que continuara.

— Corte mi propio brazo para poder protegerlas — Respondió finalmente a la duda.

Esto causó que el trío se congelara en sus lugares, pues no imaginaban que él hubiera llegado tan lejos para proteger a alguien, así que dedujeron que era alguien cercano a él, o al menos alguien importante para él.

Aun así, lo que más les impactó fue que no detectaron arrepentimiento en su voz al admitir su sacrificio.

— Y-Ya v-veo… — Tartamudeó Raynare aún en shock.

— Entonces, esa herida en tu pecho fue por hecha por la espada de ese tipo, ¿Verdad? — Dijo una más compuesta Kalawarner.

El chico asintió fácilmente.

Ella recordaba ver su cicatriz antes de entrar en la bañera.

El silencio volvió a reinar en la habitación, hasta que Mittlet fue la siguiente en hablar.

— Antes dijiste que habías luchado contra seres poderosos, mencionaste Dioses, los Maou y Dragones Malignos — Dijo la loli rubia.

Ante la pregunta el castaño asintió.

— Ah, Loki fue un oponente difícil, aún no era tan poderoso por lo que fui parte del grupo que lo enfrentó y solo pude derrotarlo usando una copia de Mjiolnir enviada por Odín — Explicó el chico calmadamente.

El trío de Caídos permanecía en silencio, pues la mención del Dios Nórdico les causó escalofríos al imaginarse estar frente a él.

Después de todo era un Dios de renombre en su mitología.

— En cuanto a los Maou, solo enfrenté a dos, Shalba Beelzebu y Rizevin Livan Lucifer — Continuó respondiendo el chico.

La mención de los descendientes de los Maou las sorprendió, sobre todo el nombre de Rizevim, pues sabían que era uno de los pocos Súper-Demonios capaz de derrotar a sus Líderes en una pelea.

— Por parte de los Dragones Malignos, Azi Dakaha, Apophis y Grendel fueron terribles oponentes, ellos fueron revividos por el Sephiroth Grial lo que fue un gran problema, Grendel fue asesinado dos veces pero fue revivido nuevamente ambas veces — Dijo el castaño con suma seriedad y molestia en su voz.

El trío se ahogó en su propia saliva al oír el nombre de esos Dragones de la clase Maou ser dichos tan a la ligera.

Que el castaño sobreviviera a un encuentro con ellos decía mucho de su fuerza.

— Al menos Cruach-san permanece tranquilo en el territorio Dragón — Murmuró el castaño con una leve sonrisa.

— ¿Cruach-san? — Preguntó Raynare con duda ante el nombre.

— Si, Crom Cruach — Confirmo el castaño.

Ante la mención del Dragón Maligno al nivel de los Dragones Celestiales el trío palideció completamente.

Por esto los Ángeles Caídos lo miraban como si su sola existencia fuera alguna broma del destino.

Definitivamente esa era una larga lista de peligrosos adversarios en su camino, pero él había sobrevivido para ver otro día.

Eso explicaba por qué era tan fuerte.

Entonces las tres chicas sintieron como sus reservas de energía aumentaban de repente en al menos un 20%.

— ¡¿Q-Qué es esto?! — Exclamaron cuando fueron rodeadas por una capa de energía.

Ellas se pusieron de pie con alarma en sus rostros ante la espontánea reacción que sufrían en estos momentos.

El castaño también se vio sorprendido por este evento al grado de levantarse de su cama y acercarse a las chicas.

[Ah, parece que el contrato amo-sirviente se completó con éxito]

Dijo Draig de repente.

— “¿Qué quieres decir Draig? ¿Acaso no había sido completado cuando apareció el sello?” — Preguntó con duda deteniéndose abruptamente.

[Era un contrato temporal si quieres ponerlo así, tu poder tuvo que adaptarse a ellas para poder hacer el contrato permanente, lo que acaba de suceder en estos momentos]

Explicó el Dragón con calma.

— “Ya veo, supongo que mi poder no es fácil de manejar para otros seres” — Dijo el chico entendiendo el punto de Draig.

[Exactamente, llevas el poder de Ophis y Great Red así que cuando forzaste el contrato este tuvo un periodo de espera antes de establecer el vínculo completo]

Confirmó el Dragón complacido de que el castaño supiera el porqué del suceso.

El castaño pudo ver los sellos de contrato en el cuello de los Caídos, pero se dio cuenta de algo.

El de Raynare era diferente al de las otras dos.

— Oye, ¿Por qué tu sello es diferente Ray? — Preguntó Mittlet al darse cuenta de este hecho.

Cuando su energía se estabilizó, las tres supieron que no era nada malo y que solo era algo relacionado con el pacto de servidumbre con su amo, pues reconocieron el poder que las recorrió por un momento antes de que todo terminara.

Este pensamiento fue confirmado al ver los sellos en sus cuellos brillar.

Por eso se notó la diferencia al instante.

Los sellos eran unas gargantillas brillantes del color de sus lanzas de luz.

El diseño era una simple línea con una garra en un costado de su cuello.

Pero el de Raynare era un poco más estilizado con dos extremos retorcidos al frente con un corazón rojo actuando como candado.

La mencionada se puso un poco nerviosa por ello, pues tenía una idea de porqué lucía diferente al de Kalawarner y Mittlet.

— “¡Draig!” — Exclamó en su mente con ligero pánico.

[Interesante… ese es un sello de Vasallaje-concubinato, ella está por encima de un familiar o un sirviente, pero por debajo de cualquiera de tus parejas]

Explicó con diversión el Dragón.

El castaño se quedó en silencio.

Ya había sospechado el porqué de la obvia diferencia, pero la respuesta de Draig lo dejó sin habla.

Por eso estaba empezando a sudar, no ayudando en nada las miradas acusatorias de las compañeras de la peli-negra.

— Bueno, sus actos me afectaron más que un simple ataque o alguien que nunca me atacó, por eso ella está bajo mis órdenes directas, en cambio ustedes estarán a cargo de una de mis siervas que las ayudará a dominar su poder, de ahí que su sello sea diferente pues nos conecta de forma más directa — Elaboró una respuesta que pudiera ser bastante convincente.

El chico se mostraba seguro y tranquilo a simple vista, pero por dentro sudaba copiosamente cuando las sospechas brillaban en los ojos de Kalawarner y Mittlet.

Pasados unos segundos, ellas soltaron un suspiro.

— Ya veo, supongo que puedo entender tu lógica — Dijo Kalawarner con calma.

Raynare soltó el aire que contenía, mirando al castaño con algo parecido al agradecimiento y respeto creciente.

El castaño no lo dejó ver, pero también estaba aliviado.

— “A salvo” — Pensó el chico.

— Solo espero que no te aproveches de ella, creo que las circunstancias que hemos pasado han sido bastante castigo en nuestro camino a expiar nuestros actos deshonestos — Dijo la peli-azul con seriedad en su tono, pero trasmitiendo su preocupación.

— Si, si, Raynare no es tan mala cuando llegas a conocerla bien, además ella aún conserva la pulsera que le regalaste en su cita — Agregó Mittlet un poco más confiada.

Raynare las miraba sorprendida, pues no pensó que ellas la defenderían de esa forma, haciendo que una sensación de calidez empezara a formarse en su pecho.

Sin embargo esta murió y fue sustituida por vergüenza y furia cuando escuchó lo dicho por la loli rubia.

— ¡M-Mittlet! ¡No tenías por qué decirle eso! — Exclamó con la cara roja mientras la miraba de forma asesina.

Mittlet solo sacó la lengua de forma juguetona.

Cuando la peli-negra se volteó hacia el castaño, lo encontró cubriendo su rostro con su mano, mientras sus hombros temblaban, cosa que la preocupó.

Las otras dos notaron esto y no sabían cómo actuar.

Entonces sucedió.

— ¡Jajajajaja! — El chico empezó a reír.

Esto descolocó al trío de Caídos, quienes se miraron con duda.

El castaño se rio por un par de minutos, hasta que logró calmarse.

Cuando las miró, pudieron ver la diversión en sus ojos.

— No tienen por qué preocuparse, Mittlet, Kalawarner, si bien busco retribución jamás abusaría de Raynare o la trataría de forma cruel, mientras esté conmigo cuidaré de ella y la protegeré — Respondió con una leve sonrisa amable.

La peli-azul asintió conforme, mientras la rubia alzaba una ceja repasando las palabras del chico.

Por su parte, la peli-negra lo miraba con los ojos abiertos y un profundo rubor, para después cruzarse de brazos y darse la vuelta con una expresión de enojo.

— “¡Qué demonios! ¡¿Por qué tuviste que decirlo así?! ¡Ahora esas dos se harán ideas que no son! ¡¿Y que es esta sensación en mi pecho?! ¡Es desagradable e incómodo!” — Exclamó en su mente mientras molía los dientes con irritación.

Su corazón latía presuroso y eso le incomodaba, pues jamás había sentido algo así.

Tampoco ayudaba el recordar lo que hicieron en el baño.

Aún podía sentir su mano recorriendo su piel, el cuidado reflejado en cada caricia y cuando dijo que la aceptaba a pesar de todo lo que le hizo.

— “Maldición” — Maldijo Raynare mientras sentía su rostro arder.

Por otra parte, cuando Mittlet registró las palabras del castaño, se ruborizó ligeramente ya que eso es lo que diría un chico a la chica que amaba.

Por curiosidad buscó a su compañera Caído, solo para verla de espaldas hacia ellos con los brazos cruzados, sin embargo ella pudo sentir su conflicto interno sin mencionar que la parte visible de su cuello que su cabello no cubría lucía de color rojo.

Mittlet parpadeó un par de veces, antes de sonreír de forma sádica al encontrar una gran grieta en la coraza que la Caído siempre portaba.

— “Hoho~ Así que no eras tan experimentada como presumías serlo eh~, ahora sé cómo desquitarme de todas esas burlas acerca de mi pecho pequeño o ser una loli legal” — Pensó oscuramente.

Ella recuerda que ese último comentario la puso en un aprieto con Donashiku, pues este no paró de atormentarla con chistes y bromas de esa índole.

Raynare se abrazó cuando sintió un escalofrío.

— “¿Qué fue eso?” — Pensó mientras miraba a su alrededor con ligero pánico.

Kalawarner ignoró a la loli cubierta de un aura oscura y a la peli-negra abrazándose con expresión de pánico en afán de mirar al chico con seriedad.

— Quiero preguntar algo — Dijo ella en tono serio.

El chico la miró recuperando su seriedad y asintió.

— ¿Puedes ir a la época que desees? — Preguntó la peli-azul.

Esta pregunta trajo a las otras dos a sus cinco sentidos, por lo que lo miraron con seriedad escondiendo su sorpresa, pues ellas no habían pensado en ese tema.

Viajar en el tiempo era una habilidad peligrosa, pues prácticamente podía interferir en la historia y cambiar sucesos a su conveniencia.

Esto las tenía bastante preocupadas.

Sin embargo esta se volvió confusión cuando el chico negó.

— Tuvimos un problema en una misión con cierto artefacto mágico, debido a este caí en una brecha espacio-tiempo que me arrojó 700 años al pasado, por suerte mi poder me protegió de morir cuando entré en esa rasgadura pero nada más… usando este poder pude abrir una nueva brecha para regresar, pero el control me fue insuficiente y tuve que escapar de la brecha llegando un año antes de mi época original — Explicó el chico con expresión sumamente seria.

Esto sorprendió al trío de Caídos, pues no sabían todos los detalles de cómo el chico había retrocedido en el tiempo, además de sentirse más tranquilas cuando el castaño negó tener ese poder.

— Recrear el incidente no es tan difícil, pero solo he podido viajar nuevamente en el tiempo por qué la línea temporal me considera una pieza fuera de lugar, así que me permitió moverme de regreso a mi sitio… o esa es la conclusión a la que he llegado, por eso dudo mucho lograr hacerlo de nuevo — Terminó de decir el castaño.

El silencio los envolvió por unos minutos, mientras el trío procesaba la información recién adquirida.

Por su parte, el castaño soltó un suspiro de alivio cuando vio como los Caídos se sumían en sus pensamientos.

No sabía cómo, pero se había sacado una explicación razonable de debajo de la manga para saciar la curiosidad de Kalawarner, sin mencionar que él tampoco estaba muy seguro de si podría volver a moverse en el tiempo, claro que no es que fuera a intentarlo alguna vez.

Una sola experiencia era más que suficiente.

[Excelente explicación socio, por cierto, gracias a tu “tiempo de calidad” con el Ángel Caído has recuperado el resto de tu poder, parece que en ese momento hicieron un pequeño intercambio de energía que los benefició a ambos, en su caso su poder aumentó un poco más que los demás, en tu caso ahora puedes abrir la brecha y mantener protegidos a todos el resto del viaje]

Informó el Dragón a su anfitrión.

— “¡¿Es eso cierto Draig?!” — Preguntó sorprendido por la noticia.

Incluso había pasado por alto el comentario de Draig acerca de su “tiempo de calidad”.

[Si]

Confirmó el Dragón rojo.

El castaño cerró los ojos y sonrió con entusiasmo.

Llevaba un año lejos de casa y ansiaba reencontrarse con Kiba, Gasper, Sirzechs y los Líderes más cercanos a él, pero más importante, con las chicas.

Extrañaba a sus novias y a sus siervas.

Raynare y las demás salieron de sus pensamientos al notar la sonrisa cálida en el rostro del chico, el cual permanecía con los ojos cerrados.

— ¿Sucede algo…? — Preguntó Kalawarner.

El castaño salió de su estupor y miró a los Caídos, que lo miraban de forma interrogante.

Tampoco se perdió la forma de preguntar de Kalawarner.

— Llámame Issei, deja el sama para cuando volvamos a casa… en cuanto a tu pregunta, esta noche nos vamos, solo falta informar a Silver y las chicas — Respondió el castaño mientras regresaba a su cama y se sentaba.

Puso una de sus piernas sobre la otra, mientras apoyaba su codo en esta y su mejilla en su mano.

Ellas notaron un brillo en su mirada, uno que reconocieron sin dificultad.

Anhelo.

Sin duda extrañaba su hogar.

Encogiéndose de hombros, Kalawarner y Mittlet regresaron al sofá y volvieron su atención al televisor.

Raynare volvió a su asiento, pero al encontrarse con la mirada del chico le sonrió ligeramente para después regresar a su lectura.

El chico se dejó caer de espaldas con su mano sobre el estómago y la mirada en el techo.

Su sonrisa aún presente.

Pronto los volvería a ver.

Anochecer

El grupo de Silver y las chicas acababa de regresar con el reloj marcando las 10 p.m.

El castaño les había informado que podían irse esa misma noche, haciendo que sus siervos sonrían por su [Rey].

Todos estaban preparados para ir al punto donde habían encontrado una Línea Ley.

Habían tardado un poco porque se dedicaron a realizar turismo en las partes de la ciudad que aún no habían recorrido.

Fueron a la biblioteca para averiguar qué había pasado durante los 700 años que se habían saltado.

Las guerras, los avances científicos, las curas de enfermedades que antes eran mortales y la nueva tecnología fue información bastante sorprendente.

En su camino se cruzaron con un joven Demonio de cabello rubio pálido y ojos grises, el cual repartía volantes con un círculo de invocación grabado en él.

El emblema del Clan Sitri.

No es que fuera algo difícil de deducir, sabiendo que dos herederas eran las que vigilaban el territorio.

Llegando la noche decidieron regresar, siendo las chicas quienes apresuraron el paso cuando la preocupación por su [Rey] se hizo presente.

Silver solo tuvo una gota en la nuca ante la reacción, pues debido a que se distrajeron habían olvidado que dejaron al castaño con tres Ángeles Caídos que podían atentar contra su vida.

Por su parte él no se preocupó, pues sabía que ninguno de ellos sería un problema para el chico, sin mencionar que escuchó lo sucedido entre Draig y Raynare la noche anterior.

Daba gracias a que ninguno notó su leve sobresalto al escuchar la voz del Dragón en la Longinus.

Cuando llegaron se encontraron con el grupo cenando tranquilamente.

El peli-negro se dio cuenta de que la leve hostilidad de Raynare para con el castaño había desaparecido por completo, pero no dijo nada al no ser de su incumbencia.

Después del informe por ambas partes, planearon irse de inmediato.

Ahora mismo tenía su armadura de cuero puesta, mientras esperaba junto a su [Rey].

Junto a ellos estaba el trío de Caídos, mientras las chicas devolvían las llaves en la recepción y ellos esperaban afuera.

Raynare llevaba pantalones negros pegados y una blusa estilo top color blanco, además de una chaqueta negra a petición del castaño, mientras sus compañeras llevaban sus ropas habituales.

Una vez las chicas se unieron a ellos salieron del lugar, mientras gracias al poder de Silver se levantaba una ilusión que afectaba a los humanos para que no los notaran.

— Interesante habilidad — Comentó Kalawarner con interés.

— Gracias, me costó un poco dominarlo pero es una habilidad muy útil si debo decirlo — Respondió el peli-negro con una sonrisa cordial.

Una vez juntos el grupo empezó a caminar siendo guiados por Silver.

No tardaron más de 30 minutos en llegar al lugar, siendo este un sitio en construcción en el extremo este de la ciudad.

El lugar lucía un poco tétrico al ser de noche, pero el grupo se mantuvo tranquilo y enfocado.

— Entonces supongo que lo haré ahora — Dijo el castaño mientras una espada enfundada aparecía en su espalda.

El trío de Caídos miró la espada con asombro y un poco de reverencia, pues ellas podían sentir el aura sacra que el arma emanaba en oleadas.

Entonces el castaño llevó su mano al mango de la espada, pero antes de empuñarla para sacarla de su funda su movimiento se detuvo al tiempo que dirigía su mirada hacia el edificio, en construcción y endurecía la mirada.

— ¿Qué pasa Ise? — Preguntó Alleyne mientras alzaba una ceja al notar la molestia en la postura de su [Rey].

En ese momento una de las orejas de Leo se sacudió mientras esta alzaba su guardia.

También Elsha entrecerró los ojos cuando un olor a cobre llegó a su nariz.

Silver se irguió un poco, mientras sus músculos se tensaban ligeramente al percibir la amenaza entrante.

Raynare, Mittlet y Kalawarner sintieron el cambio en la atmosfera, por lo que rápidamente se pusieron en alerta.

— Vaya, vaya, no esperé que nos sintiera tan fácilmente — Se oyó decir a una voz oscura y tétrica.

Al mismo tiempo todos pudieron sentir una barrera alzarse a su alrededor.

Entonces los ojos del castaño se movieron perezosamente hasta enfocar a quien habló.

Lo que se encontró fue una criatura humanoide parecida a un minotauro, pero que tenía patas de gallo y una cola de cocodrilo, además de dos cuernos curvados hacia atrás mientras su brazo derecho lucía más grande y musculoso que su brazo izquierdo.

Este estaba de pie en la entrada al sitio de construcción evitando el escape de sus presas.

A pesar de su apariencia se podía sentir cierta presión que un Demonio Callejero normal no podría emitir.

Fácilmente superaba a un Demonio de Clase Media, casi igualando a uno de Clase Alta.

Seguidamente su mirada se desvió a un depósito de basura, del cual surgió algo parecido a un ciempiés, con el cuerpo superior de una mujer con cuatro ojos compuestos y mandíbulas de insecto.

Su cuerpo estaba cubierto por placas óseas de color Bronce, con la parte del vientre en color negro.

— Comida~ — Dijo con algunos chasquidos de sus mandíbulas.

Entonces miró hacia el otro lado encontrando lo que parecía ser un hombre lobo, pero su pelaje era tan oscuro que volvía un poco borrosa su silueta, como si las sombras fueran absorbidas por su espeso pelaje.

— Grrr — Este gruñó de forma amenazante.

La luna fue cubierta por las nubes, oscureciendo aún más la noche.

Cuando la luna volvió a salir, una inmensa presión se dejó sentir cuando algo aterrizó duramente frente al grupo.

¡BOOOMMM!

Una nube de humo se levantó debido al impacto.

El castaño apartó la mirada por un instante para mirar sobre su hombro.

En la parte más alta de la estructura que sería el edificio, logró ver una silueta con una túnica raída cubriendo su cuerpo, aunque pudo darse cuenta que era bastante imponente en tamaño.

Él pudo darse cuenta que este tipo superaba a un demonio de Clase Alta, por lo que dedujo que era el líder del pequeño grupo.

Sin embargo no se sintió amenazado por él así que lo ignoró por el momento.

Volviendo su mirada al frente, pudo ver como entre la nube de polvo una silueta empezaba a ser visible.

Cuando la nube de polvo se disipó, podía verse una especie de orco con armadura metálica color rojo y negro cubriendo su cuerpo, además de llevar un par de espadas en su espalda además de una capa negra bastante rota.

— Ah~ y pensábamos irnos hoy mismo, no pensé que pudiéramos encontrarnos algunas delicias para el camino, especialmente las mujeres… — Dijo la criatura lamiéndose los labios.

Raynare, Kalawarner y Mittlet temblaban en sus sitios, pues podían sentir que estos Demonios estaban en otra liga.

Nunca habían sentido presencias con tal sed de sangre.

Raynare se aferró al brazo de Issei, quien la sintió temblar de miedo además de apreciar su expresión pálida cuando la miró de reojo.

Kalawarner y Mittlet se acercaron al chico de forma más sutil, pero el castaño no se lo perdió.

— Ya veo, no esperé encontrarme ningún Demonio callejero en este lugar, menos que estos tuvieran un poder casi a la par de un Clase Alta — Comentó Issei en tono casual y relajado.

— Parece que hay buenas presas esta noche — Dijo el minotauro con voz ansiosa ignorando el comentario del chico.

Su saliva caía al suelo en anticipación.

Entonces el castaño cerró los ojos por un momento, para después abrirlos con una mirada endurecida al grado de lucir intimidante, además de que su aura había dado un giro de 180 grados.

— Silver, Leo, Elsha, Alleyne, acaben rápido con esto, usen fuerza letal si es necesario — Declaró el castaño con voz gélida.

— ¡Hai Issei-sama! — Respondieron con seriedad antes de desaparecer.

¡BOOOMMM!

Cuatro explosiones resonaron simultáneamente en el lugar, al tiempo que se formaban cuatro nubes de polvo acompañadas de sus ondas de choque en puntos separados.

Raynare, Kalawarner y Mittlet abrieron los ojos en shock ante la aterradora velocidad del cuarteto.

Ahora se daban cuenta que estuvieron entre monstruos y no lo sabían.

Pero lo que en verdad las impactó es que obedecieran la orden del castaño sin dudar un solo segundo, lo que las hizo preguntarse cómo este logró ganarse su lealtad.

Fue en ese momento que cuatro auras de batalla se dejaron sentir en el sitio, congelando a los Ángeles Caídos por la enorme presión que inundó el lugar.

En ese momento Issei invocó otra espada, misma que le entregó a una aturdida Raynare.

— Mantén esto contigo y no se separen, les prometo que pase lo que pase nada las lastimará — Dijo en el tono más suave que pudo encontrar.

Raynare miró el arma en sus manos, para después mirar al chico a los ojos.

Fue así que su cuerpo dejó de temblar, para que sintiera como la presencia del chico la cubría como una tibia manta en pleno invierno, haciéndola sentir segura y protegida.

A pesar de que maldecía su debilidad, no pudo evitar abrazar la espada contra su pecho mientras se ruborizaba por la acción del chico.

Por su parte, Kalawarner y Mittlet también fueron cubiertas por su aura, lo que las sacó de su estado de shock logrando tranquilizarse pero sin bajar la guardia.

El castaño solo asintió para después darles la espalda y alejarse un poco de ellas mientras se mostraba alerta.

Entonces Raynare y las chicas prestaron atención a las batallas.

Silver

Este desafiaba al tipo que parecía un minotauro.

Su oponente se levantaba después de ser golpeado y empotrado contra un muro de concreto sólido, destrozándolo por la fuerza del impacto.

— De haber sido un [Obispo] normal ya estaría derrotado después de ese golpe, pero mi antiguo amo usó su pieza mutada en mí, por lo que mi defensa física y mágica obtuvieron un impulso enorme al grado de estar al nivel de una [Reina] — Se jactó mientras tronaba su cuello.

Silver solo sonrió ligeramente mientras le hacía una seña con la mano invitándolo a pelear.

Ante esto la bestia se rio de forma oscura.

— Jejejeje, lo siento, pero mi fortaleza es mi basto poder mágico ¡Ice Death! — Exclamó mientras un círculo mágico aparecía debajo de Silver.

Un destello color azul oscuro cubrió el lugar, para que después se viera al peli-negro congelado dentro de una prisión de hielo.

— ¡Je! Eso fue rápido, bueno, ese hielo mata al contacto cuando absorbe la temperatura corporal de la víctima segundos después de encerrarla… como sea, debo evitar que esos sujetos se diviertan sin mí — Dijo mientras se daba la vuelta.

Sin embargo, apenas alcanzo a dar un paso cuando lo oyó.

Una risa.

El Demonio se dio la vuelta con expresión incrédula, solo para ver como el hielo que encerraba al peli-negro se convertía en escarcha, la cual fue absorbida con la boca por el hombre para su estupefacción.

— Tch, que hielo tan asqueroso, bueno, al menos obtuve algo de energía de él — Dijo mientras giraba su hombro despreocupadamente.

El minotauro dio un paso hacia atrás, para después apretar los dientes.

— ¿Qué demonios eres? Ese fue uno de mis mejores hechizos y ni siquiera te viste afectado — Preguntó el Demonio callejero ocultando el temor en su voz.

Silver solo sonrió mientras un aura helada lo rodeaba.

— Soy un Ice Demon Slayer — Declaró alzando su brazo con su palma hacia su oponente.

La respuesta de Silver sacudió la voluntad del Demonio, quien presa de su pánico invocó todo su poder mágico.

— ¡Muere! ¡Purgatory Flame! — Exclamó para que de su boca surgiera un mar de fuego naranja oscuro con toques negros y verdes.

De la mano de Silver surgió una corriente de aire helado que detuvo el ataque del minotauro

— ¡Qué! ¡¿Cómo es que tu ataque es más fuerte que mis flamas del purgatorio?! — Exclamó con miedo y estupefacción.

— Mi magia fue creada para cazar y asesinar Demonios, es por eso que tu poder demoniaco no me afecta… — Respondió Silver con una sonrisa irónica.

Esta respuesta sembró el terror en el corazón del Demonio, el cual al prestar atención pudo ver como su poder Demoniaco estaba siendo congelado al grado de brillar cuando volaba al viento.

— Ya perdí suficiente tiempo, es hora de terminar esto… ¡Recibe esto! ¡Zettai Rei Do! (Cero Absoluto) — Exclamó Silver al tiempo que su poder se encendía generando una ola congelante.

Todo a su alrededor se congeló, incluyendo algunas vigas apiladas a un lado de él.

El minotauro no tuvo tiempo de gritar.

Dentro de una formación glaciar podía verse al Demonio, el cual tenía una expresión de terror absoluto.

Sin más Silver emprendió su camino de regreso con Issei.

Leo

La Yokai peli-blanca miraba con una mirada impasible el cráter donde yacía derrumbado su oponente.

Había tomado al hombre lobo por el cuello para después azotarlo contra el suelo y ahora miraba los resultados de su maniobra.

El Demonio se levantó gruñendo de forma peligrosa.

Leo entrecerró los ojos al no ver daños visibles.

Un segundo después, el hombre lobo estaba frente a Leo con su garra apuntando al cuello, sin embargo, este tenía una expresión de dolor en ese momento.

Leo se miraba seria, mientras retiraba su puño derecho del estómago de su oponente.

— ¡Guh! — Gruño con un hilo de sangre cayendo de su hocico.

Trastabilló, pero logró mantenerse en pie, para después saltar hacia atrás generando algo de distancia con Leo.

Ellos estaban en la parte trasera del lugar.

El Demonio callejero sostenía su lesión mientras daba un pequeño paso hacia atrás.

La Yokai afiló su mirada cuando notó este sutil movimiento, adivinando las intenciones de su oponente.

Detrás de él estaba un alambrado en vez de un muro, mismo que mostraba los comienzos del bosque que rodeaba la pequeña ciudad.

El Demonio deslizó una de sus patas hacia atrás y eso fue todo lo que Leo necesitó.

Rápidamente invocó a Grandverd, al tiempo que cuatro pilares de llamas surgían del suelo y encerraban al hombre lobo en una formación de jaula.

— ¡Enrou! (Prisión de Llamas) ¡Ni creas que te dejaré escapar! ¡Majin Seppudan! (Corte de Viento del Dios Demonio) — Exclamó cuando su poder cubrió el hacha de batalla.

El hombre lobo fue tomado por sorpresa, así que no pudo escapar.

Este vio como Leo balanceó su arma, generando una onda cortante contra él, que nada pudo hacer para defenderse.

El Demonio callejero fue dividido por la mitad junto a gran parte de los árboles circundantes en un radio de trescientos metros.

Viendo el cadáver de su oponente, Leo puso el hacha sobre su hombro para darse la vuelta y regresar con el castaño.

Alleyne

La Elfo movía su lanza con movimientos fluidos a una sola mano desviando los ataques de su oponente.

El ciempiés Demoniaco atacaba con sus patas filosas en forma de arpón, pero ninguno de sus ataques funcionaba.

Este había sido empujado por la Elfo con su lanza, arrojándolo contra una gran pila de escombros y estructuras de metal oxidado.

No había causado daño, pero la había sacudido debido a que no vio a la Elfo moverse, hasta que fue empujada hacia atrás.

Sus mandíbulas chasquearon en irritación ya que Alleyne solo estaba de pie girando su lanza con la muñeca para desviar la mayoría de sus ataques.

Fue entonces que logró pasar su defensa, solo para que su pata fuera detenida entre el codo y la rodilla de la Elfo, quien lo miró con expresión seria.

El ciempiés chasqueó su mandíbula de nuevo, para que después la Elfo se agachara esquivando la cola del ciempiés que intentó empalarla por la espalda.

Esta salía de la tierra a un par de metros de la Elfo.

El ciempiés sintió un golpe de palma en su vientre, sacándole el aire de forma violenta.

— ¡Kuh! — Se quejó cuando retrocedió en su sitio, pues la mitad inferior de su cuerpo aún estaba bajo tierra.

— Si el entorno estuviera a tu favor quizás podrías hacer algo más que esto, pero nunca lo sabremos después de que recibas esto — Dijo cuando finalmente tomó una postura de ataque.

Alleyne flexionó sus rodillas bajando un poco su cuerpo, mientras ponía su palma izquierda hacia el frente y sostenía su lanza con la derecha detrás de ella.

Entonces esta empezó a generar corrientes de aire violentas que le dieron al ciempiés un mal presentimiento, por lo que rápidamente extrajo su mitad inferior desde el suelo.

Sin embargo no lo hizo a tiempo.

Los ojos de Alleyne se abrieron un poco más de lo normal en anticipación para después empezar a girar su lanza con ambas manos a una velocidad endemoniada.

Solo se pudieron ver destellos de las hojas gemelas de la lanza de doble punta, mientras aparecían cortes a su alrededor en la superficie de concreto, así como en su oponente que no pudo retroceder a tiempo ni salir de su rango de ataque.

— ¡Gah! — Se quejó cayendo de espaldas con varios cortes profundos en su cuerpo.

Su poderosa coraza había sido atravesada fácilmente por su oponente.

Entonces Alleyne detuvo si ataque, para mirar a su oponente caído con cierta indiferencia antes de acercarse a paso lento.

El ciempiés intentó arrastrarse lejos de su agresor, solo para que la agarran por el cuello y la levantaran del suelo.

Sus ojos se encontraron con los ojos azules de la Elfo, los cuales trasmitían molestia y desaprobación mientras la sujetaba de la garganta con una sola mano.

— No me… mates… por favor… — Rogó débilmente.

Alleyne endureció su mirada al instante y apretó el agarre en su lanza.

— ¿Cuántas vidas arrebataste sin misericordia? ¿Y ahora ruegas por tu vida? Patético — Dijo sin una pizca de piedad.

Ella pudo sentir como el ciempiés reunía su energía para un intento de escape, así que decidió terminarlo y no perder más el tiempo.

Entonces apretó el agarre en la garganta de su oponente, para que al instante el Demonio vagabundo fuera rodeado por un tornado, que sopló furioso durante unos segundos antes de amainar.

Acto seguido la Elfo arrojó el cuerpo como si fuera algo sin importancia.

En pleno aire este arrojó sangre como un geiser, mostrando varias heridas cortantes de gran profundidad antes de tocar el suelo.

A pesar de que su brazo estaba en el camino de los poderosos vientos, su piel impecable no fue dañada.

Una antigua técnica de manipulación del viento que la Elfo creó en su juventud.

Sin más tomó el camino de regreso a donde se encontraba su [Rey].

Elsha

La rubia estaba cruzada de brazos mientras esperaba a que su oponente se levantara.

Este se encontraba en sus brazos y rodillas después de ser mandado a volar, para después recibir un poderoso impacto en su estómago y mandarlo al suelo.

El cráter donde estaba era prueba de que la chica no se había contenido en absoluto.

— Jejejeje~ No esperaba ese ataque con intención asesina de un simple esclavo — Dijo el orco mientras se levantaba.

La armadura que portaba estaba agrietada en la parte del pecho.

Miró por un momento a su oponente, no encontrando ninguna reacción visible a su comentario.

— Como sea, prepárate porqué esta vez no tendrás tanta suerte — Dijo mientras una esfera de fuego se formaba en la palma de su mano.

Se podía sentir una gran temperatura al grado de que unas plantas solitarias cerca de Elsha se estaban quemando.

El orco sintió un poco de respeto hacia su oponente, pues no mostraba miedo a pesar de hacerle frente a uno de sus mejores hechizos.

— Meh~ solo espero que quede suficiente de ti después de que recibas esto, ¡Flame Hell! (Llama Infernal) — Exclamó al momento de disparar su ataque contra la rubia.

Elsha fue cubierta por una marea de fuego borrando su figura a ojos del orco.

El ataque barrió con todo a su paso, dejando un rastro carbonizado que se extendía por varios metros hasta unos contenedores de desechos que se fundieron con todo y contenido.

A pesar de esto, se podía ver como el orco demoniaco sudaba con una expresión de shock y conmoción total.

Esto se debía a que la rubia permanecía de pie en el mismo lugar sin siquiera un cabello fuera de lugar.

— ¡¿C-Cómo es posible?! ¡Mis llamas infernales debieron reducirte a cenizas! — Exclamó con miedo en su voz retrocediendo un paso.

Era su mejor hechizo, sin mencionar que había usado una gran cantidad de poder para asegurarse de derrotar a su oponente.

Sin embargo esta no tenía ni una sola mancha en su ropa después de recibir su ataque directamente.

— ¿Llamas infernales? Para mí fue solo una brisa veraniega — Respondió con una media sonrisa llena de presunción mientras ponía una mano en su cadera.

Este comentario hizo al orco apretar los dientes, mientras preparaba otro ataque mágico de su arsenal.

La rubia lo sintió, por lo que borró su sonrisa para después soltar un suspiro exasperado.

Entonces ella separó sus pies un poco y bajó su cadera, extendiendo su palma derecha hacia arriba, donde se formó un pequeño sol del tamaño de una pelota de golf.

El orco empezó a sudar, al tiempo que sentía como su armadura comenzaba a derretirse en ciertas partes por la ola de calor que el pequeño sol desprendía.

— ¿Q-Qué…? — Balbuceó intimidado por el poder que esa pequeña esfera de fuego emitía.

— Mi [Rey] ordenó que termináramos rápido, así que no lo haré esperar… ahora recibe esto y desaparece, Cruel Sun (Sol Cruel) — Dijo empujando su palma hacia su enemigo.

El pequeño sol voló de su mano hacia el pecho del Demonio callejero.

El orco se encontraba paralizado de miedo, así que no se pudo mover y la pequeña esfera impactó su pecho.

¡BOOOMMM!

Una nube ígnea envolvió la parte superior del Demonio, misma que se expandió hacia arriba engullendo parte del edificio en construcción.

Elsha solo observó de forma impasible mientras la nube de fuego empezaba a desaparecer.

Cuando esta se disipó, solo quedaba la mitad inferior del Demonio, misma que cayó de rodillas para después desplomarse en el suelo.

La rubia se quedó en silencio un par de segundos, para después mirar la destrucción que causó su ataque con una gota en la nuca.

Un pequeño edificio de tres pisos ahora solo tenía un piso.

Ya que su encuentro había terminado, la rubia procedió a alejarse de ahí y caminar hacia donde estaba el castaño con un silbido sospechoso.

Issei

El castaño y los Caídos vieron los encuentros con deferentes expresiones.

Issei lo hizo con una expresión neutral, mientras Raynare, Kalawarner y Mittlet tenían los ojos abiertos a más no poder después de presenciar una parte del poder del cuarteto.

En cambio, el chico miraba todo con una mirada perezosa en su cara.

Entonces una voz hizo saltar al trío de Caídos.

— No pensé que ellos fueran derrotados de esa forma, ahora me he quedado sin seguidores y eso me molesta, por lo tanto me cobraré la perdida de mis subordinados y asesinaré a esas chicas que pareces proteger — Dijo la voz mientras el instinto asesino empezaba a manifestarse en el lugar.

El trío tembló al verse afectados por tal aura asesina.

Entonces una figura apareció frente a Raynare mientras arrojaba un golpe hacia su cara.

Todo sucedió en cámara lenta, pudiendo ver la reacción de todos en ese breve lapso.

Las expresiones aterradas de Mittlet y Kalawarner, como Silver y las chicas se acercaban a ellos a paso lento, así como la espalda del castaño, quien solo giró levemente su cuello para mirar de reojo lo que ocurría detrás de él.

A pesar de todo, no sintió que estuviera en peligro.

En ese momento la guardia de Arifal se extendió, al tiempo que una poderosa barrera de viento se formó entre Raynare y el puño de la figura desconocida.

¡PAM!

¡FLUSH!

Su golpe fue bloqueado por el muro de viento, al mismo tiempo que su capa era destrozada por las ráfagas de viento.

— ¡Guh! — Se quejó cuando fue empujado hacia atrás.

Raynare había ladeado su rostro protegiéndose de las corrientes de viento mientras sostenía a Arifal.

Cuando el viento amainó, alzó la vista, solo para abrir los ojos sorprendida.

La figura frente a ella era un gigante con rasgos de Dragón.

Tenía escamas en los brazos, cuello y costados, así como un par de cuernos en su cabeza, sin mencionar las enormes alas en su espalda.

Vestía unos pantalones rotos como única prenda.

En las partes donde sus escamas dejaban la piel descubierta podían verse venas abultadas de color rojo.

El aura que exudaba era profana e hizo que Mittlet y Kalawarner se pusieran pálidas ante la sensación.

— ¿Acaso pensabas que las dejaría sin protección alguna? Sabía que al caer tus colaboradores buscarías causar un daño significativo y por ello la opción más obvia era los más débiles del grupo — Declaró Issei dándose la vuelta.

El Demonio también lo hizo, quedando ambos frente a frente.

— No pensé que usarías a tus compañeros como carnada — Dijo con burla el Demonio.

La peli-azul y la loli se acercaron a Raynare para asegurarse de que no estaba herida, mientras miraban al Demonio con cierta inquietud.

— No lo hubiera hecho si no pudiera asegurar su bienestar, pero basta de eso, tengo cosas que hacer y me estás estorbando — Respondió el castaño mientras endurecía su mirada.

— Je~ — Rio el Demonio antes de desaparecer.

¡BOOOMMM!

El castaño había alzado una mano, recibiendo el golpe al tiempo que el suelo debajo de él se agrietaba debido al poder detrás del golpe.

— Vaya, no pensé que fueras del tipo físico, pero ahora que estás en mi rango no podrás escapar del siguiente golpe y créeme, este si lo sentirás — Declaró alzando su otro puño.

[Boost]

Se escuchó en el lugar.

Entonces el Demonio desató su otro golpe, por lo que el castaño aplicó un poco de fuerza para hacer retroceder el puño en su mano y tener espacio para bloquear el otro puño con su único brazo.

¡BOOOMMM!

Una poderosa onda de choque se generó cuando el castaño detuvo el golpe con su mano nuevamente.

El suelo se agrietó y un cráter se empezó a formar.

[Boost]

Se escuchó de nuevo.

Raynare, Mittlet y Kalawarner miraban lo que sucedía con estupefacción e incredulidad, pues ellas sabían que el primer golpe pudo haberlas matado sin problema alguno.

La primera en salir del shock fue Raynare, mientras una leve sensación de preocupación se abrió paso en su pecho.

Pero ella sabía que era innecesario.

El castaño estaba claramente a otro nivel y podía encargarse de enemigos de este nivel sin problema alguno.

La prueba era ver como el Demonio se rodeaba de un aura de poder antes de desatar un poderoso golpe, solo para que este fuera bloqueado nuevamente por el castaño con su único brazo sin mostrar signos de esfuerzo en su rostro.

¡BOOOMMM!

Las grietas en el suelo se expandieron a varios metros en el suelo, mientras ambos oponentes se miraban a los ojos.

El castaño con mirada impasible.

El Demonio con los dientes apretados y una mirada asesina.

— Puedo adivinar que solías ser una [Torre], sin mencionar que posees un [Twice Critical], sin embargo a pesar de tu enorme fuerza física no tienes nada — Comentó cerrando los ojos en gesto solemne.

Esto hizo sentir frustrado al Demonio, el cual retrocedió anulando su poder y regresando a su estado base.

[Reset]

Se escuchó en el sitio.

Silver, Leo, Alleyne y Elsha ya habían llegado con las Caído y ahora miraban el encuentro tranquilamente.

Entonces notaron como una enorme aura empezaba a surgir del cuerpo del Demonio, mientras alzaba su brazo izquierdo donde una luz verde brillaba.

— Ya veo, aumentas tu poder al máximo para luego duplicarlo con tu Sacred Gear — Dijo el castaño con calma.

[Boost]

El aura del Demonio aumentó de golpe duplicando su poder.

Una sonrisa sanguinaria podía verse en su rostro.

[Boost]

Ahora mismo superaba por mucho el poder de un Demonio de Clase Alta y eso ya era algo para un Vagabundo.

— Prepárate porque después de esto no quedará nada de ti — Dijo para después dar un paso hacia adelante antes de desaparecer nuevamente.

Raynare y su grupo abrieron los ojos ante la aterradora velocidad del Demonio Vagabundo, buscándolo con la mirada y temiendo que fuera por ellas.

Silver y las chicas veían los movimientos del Demonio sin problemas, notando como rodeaba a su [Rey] buscando su punto ciego.

En ese momento este apareció justo detrás del castaño al tiempo que lanzaba el golpe mortal.

Sin embargo Issei ya se había anticipado a esto y ahora mismo se daba la vuelta mientras alzaba la palma de su mano con suma tranquilidad.

¡BOOOMMM!

Una poderosa explosión se generó cuando el puño chocó contra la palma.

El suelo tembló, los muros del edificio en construcción se agrietaron, poderosas corrientes de viento se generaron, mismas que sacudieron los árboles circundantes ocasionando que sus hojas volaran en el viento.

Una nube de polvo se había levantado, dejando ver solo una silueta oscura.

El trío de Caídos tragó saliva.

Silver y las chicas permanecían con expresiones tranquilas.

Cuando la nube de polvo se disipó se pudo ver como las escenas anteriores no cambiaron en absoluto.

El castaño no se había movido ni un cm.

Sus pies estaban enterrados en el suelo, pero a pesar de todo el poder ese golpe no pudo moverlo.

El Dragón humanoide se mostró sorprendido y en cierto grado temeroso de que su mejor ataque no hubiera funcionado con el sujeto frente a él.

— Ese fue un buen movimiento, pero dado lo limitado que te encuentras pude prever el desenlace de tu mejor golpe, los ataques anteriores me dijeron todo de ti — Declaró con media sonrisa.

Entonces su expresión se endureció mientras su mirada se afilaba.

— Por el momento déjame mostrarte algo interesante… — Dijo en tono frío.

Entonces todos pudieron notar como en el dorso de su mano aparecía un brillo azul.

[Divide]

El Demonio abrió los ojos con terror absoluto cuando su poder fue dividido a la mitad, por lo que rápidamente saltó hacia atrás poniendo distancia con su oponente.

— Eso no te ayudará — Declaró bajando su mano lentamente.

[Divide]

[Divide]

Resonó dos veces más, mientras el Demonio caía sobre una de sus rodillas.

— ¿Co-Como…? ¡Ese poder es del Hakuryuuko! ¡¿Cómo puedes tenerlo?!  — Logró preguntar cuando por fin se registró en su mente que su poder estaba siendo reducido a la mitad de su poder original.

En respuesta el castaño se llevó la mano al cuello y lo masajeó un poco.

— Digamos que tuve un encuentro con él y logré robar parte de su poder — Respondió de forma sencilla mientras se encogía de hombros.

El Demonio apretó los dientes, pues ahora mismo se sentía acorralado ya que el chico era su antítesis natural al negarle sus aumentos e incluso reducir su poder original, sin mencionar que usar esa habilidad no requería esperar diez segundos por lo visto.

Este sujeto era fuerte, demasiado fuerte.

Además a esto se sumaba el grupo detrás del chico.

Él presenció cómo sus subordinados eran aniquilados de forma aplastante y ahora podían intervenir en cualquier momento.

Respirando hondo obligó a su mente a calmarse.

Si quería salir vivo de aquí tendría que jugar bien sus cartas.

Aún le quedaba una carta bajo la manga, pero no quería desperdiciarlo a pesar de su situación.

Al instante negó, guardar esta carta y no usarla podría darle una ventaja en el futuro, pero de usarla ahora mismo sus posibilidades de vivir aumentaban.

Sin más un pequeño círculo brilló en su palma, dejando ver una especie de jeringa con un líquido verde en su interior.

El castaño abrió los ojos al reconocer el objeto.

— Chaos Drive, no imaginé que ustedes tuvieran nexos con la Khaos Brigade… aunque no debería de extrañarme, lo más seguro es que Cao Cao los aceptara como conejillos de indias para probar sus proyectos — Dijo en tono reflexivo.

Cabe decir que la jeringa en manos del Demonio casi se cae cuando este se sobresaltó al escuchar el nombre de quien le proporcionó este regalo.

— Aunque Rizevim también tiene mucho que ver, ese anciano está desquiciado — Volvió a murmurar.

Ahora el Demonio estaba lívido, pues este sujeto sabía más de lo que esperaba al nombrar a dos Líderes de Facción dentro de su organización.

— Tú… ¿Cómo sabes eso? — Preguntó con un temblor en su voz.

En respuesta al chico lo miró confundido, para después dibujar una pequeña sonrisa.

— Oh ya sabes, mirando por aquí, escuchando por acá, nada sorprendente… — Respondió calmadamente mientras sonreía sereno.

Eso no le dijo mucho, pero decidió acabar con este sujeto pues era muy peligroso si conocía esta información.

Sin perder tiempo se inyectó el contenido de la jeringa en el cuello.

Al instante un aura de poder lo envolvió al tiempo que una armadura ligera color rojo cubría su cuerpo en ciertas áreas.

Su cuerpo creció hasta medir tres metros, sin mencionar que sus escamas se afilaban y engrosaban en las partes donde su armadura no cubría dándole una apariencia acorazada.

— No sé cómo sabes esa información, pero no puedo dejarte ir con vida o podrían venir por mí, así que prepárate a morir — Dijo el Demonio Vagabundo expulsando una gran cantidad de aura.

El castaño solo se limitó a soltar un suspiro, para acto seguido llevar su mano a la empuñadura de su espada.

— Si esa es tu elección no tengo nada que decirte, excepto que tuviste la mala suerte de tenerme como oponente… — Declaró el castaño desenfundando la espada para luego señalarlo con la hoja.

Eso fue suficiente para hacer retroceder al Demonio, el cual hizo una mueca de dolor.

— ¡Kugh! ¿Qué sucede? ¡¿Por qué el aura de esa espada me causa tanto dolor?! — Preguntó mientras apretaba los dientes.

Raynare, Kalawarner, Mittlet, Silver, Leo, Alleyne y Elsha miraban con sorpresa como vapor salía de la piel del Demonio, pues era como si estuviera quemándose con solo estar frente al castaño.

— Era de esperarse, pues esta espada contiene poder Sacro y Dragon Slayer — Respondió el castaño con tranquilidad mientras se inclinaba un poco hacia adelante.

El Demonio intuyó lo que pasaría, por lo que superando el dolor a pura fuerza de voluntad se abalanzó sobre su oponente.

— ¡Maldito! — Exclamó perdiendo la razón.

Entonces el castaño desapareció, reapareciendo metros atrás del Demonio Vagabundo, que estaba congelado en su sitio.

— Que tonto, pensar que subestimaste el poder de Ascalón, una de las cuatro Seiken — Dijo con tono sereno mientras enfundaba la espada nuevamente.

Con eso dicho, un geiser de sangre surgió del cuerpo del Demonio, el cual se dividió en dos de forma diagonal por un corte que iba desde su hombro hasta su cadera.

Silver y las chicas vieron todo con cierta admiración pues ya esperaban que terminara con su oponente sin problemas.

Por otra parte, Raynare y compañía tenían los ojos abiertos a más no poder ante la demostración de poder del castaño y que estuviera en posesión de una de las Seiken.

Cabe decir que la peli-negra se frotaba los muslos mirando la forma imponente del castaño con un sonrojo y respirando de forma irregular, esperando repetir pronto lo del baño.

Ella fue sacada de su estado cuando el chico en cuestión se acercó hacia ellos.

— Esto nos ha retrasado, debemos irnos cuanto antes, no quiero lidiar con Sona y Rias o todo podría volverse problemático… — Dijo con tono serio.

El resto asintió.

El castaño volvió a desenfundar a Ascalón, para que luego un aura color rojizo lo rodeara.

El trío de Caídos se estremeció, pues ellos sentían que esta aura era muy diferente a cualquier cosa que hubieran sentido antes.

Dando un corte al aire, la realidad se rasgó creando un portal frente a ellos.

— Ahora procederé a asegurarlos — Dijo mientras extendía su mano hacia ellos.

Desde su palma se generó un círculo mágico color dorado, desde el cual surgieron siete cadenas que los rodearon de la cintura.

— Vaya, eso es nuevo — Murmuró al ver las múltiples cadenas.

Raynare, Mittlet y Kalawarner se habían sobresaltado al ser tomadas con la guardia baja, pero al ver como Silver y las chicas no reaccionaron se permitieron tranquilizarse un poco.

— Oye Issei, tengo una duda — Dijo Alleyne de repente.

— ¿Qué sucede Alleyne? — Preguntó el chico con una ceja alzada.

— Una vez dentro, ¿Tendremos que buscar la corriente como la primera vez? — Preguntó la Elfo cruzada de brazos con una expresión de duda.

Ante esto el castaño sonrió.

— No te preocupes, ya tomé medidas para no perder tiempo — Respondió mientras desde la parte posterior del círculo mágico salía una cadena y esta se enrollaba en su cintura.

Una vez asegurado, este miró a su grupo, el cual asintió ante la orden muda de su [Rey], con Raynare y su grupo siguiendo el ejemplo.

Acto seguido el grupo entró en el portal, el cual se cerró cuando el último miembro entró en él.

En ese momento la barrera que rodeaba el lugar desapareció.

Cinco minutos después

Dos círculos mágicos aparecieron en el lugar.

De estos surgieron las Noblezas Sitri y Gremory.

Todos se mostraban alerta, recorriendo con la mirada lo que parecía ser un pequeño campo de batalla.

— Parece que llegamos tarde — Dijo una peli-roja cruzándose de brazos.

— Así parece — Respondió una chica peli-negra de cabello corto y gafas.

Ellas habían sentido un aumento de energía en este lugar, por lo que ambas decidieron venir juntas a petición de Sona, pues ella se mostraba paranoica después del desastre de hace unos días.

— Buchou, hay cinco Demonios Callejeros asesinados — Reportó Kiba con expresión seria.

— Todos eran de alta peligrosidad según los reportes, pero al parecer no fueron un problema para quien fuera que estuvo aquí — Dijo Tsubaki analizando al Demonio congelado.

Ella estiró su mano, pero su muñeca fue sujetada por su [Rey].

Tsubaki parpadeó para luego mirar a los ojos de Sona, para después abrir sus ojos levemente al percatarse de lo que estaba haciendo.

— Lo siento Kaichou, no sé qué me sucedió — Dijo la [Reina] del grupo Sitri con un tono avergonzado.

Su [Rey] negó.

— No te culpo, ya que conozco las habilidades de Onee-sama puedo saber que este hielo es peligroso para nosotros los Demonios — Dijo Sona mientras se acomodaba las gafas.

¡CRACK!

Se escuchó el sonido de algo rompiéndose.

Entonces el hielo que contenía al Demonio se hizo añicos, que pronto se volvieron escarcha en el viento.

Del Demonio no quedó rastro alguno.

Incluso las vigas de acero sólido congeladas se deshicieron en el olvido.

Quien fuera que hizo esto tenía un enorme control sobre el hielo.

Entonces su mirada se dirigió a donde Tomoe revisaba el cuerpo del Demonio que parecía un ciempiés, por lo que se acercó a este.

— Fue asesinado por diversos cortes que pasaron a través de su armadura — Dijo el [Caballo] en tono serio.

Después de todo ella no podría atravesar su exoesqueleto con su espada, por lo que el que hizo esto estaba en otro nivel de habilidad.

— Aquí hay rastros de magia de viento — Dijo Reya analizando las heridas de cerca.

Por otra parte, Kiba tenía sus ojos puestos en el Demonio con características Dracónicas, o más bien en los leves rastros de energía Sacra que emanaba del corte que reclamó su vida.

— ¿Qué crees que le sucedió Yuto? — Preguntó Rias mirando seriamente el cadáver.

— Algún Exorcista, tal vez un Ángel que pasaba por aquí — Respondió con tono serio y tenso.

— No lo creo, de haber sido eso hubiera más rastros de poder Sacro en el lugar, pero no lo hay — Comentó cruzándose de brazos la heredera Gremory.

Ella miró hacia donde su [Reina] miraba la parte inferior de un Demonio.

Levantando la vista pudo ver el edificio quemado, revelando como murió el Demonio Callejero.

El castaño del grupo se mostraba nervioso ante los cinco cuerpos, pues eso evidenciaba que algo poderoso había pasado por aquí y aún podría estar cerca.

Entonces sintió a su [Torre] llegar a su lado junto a su reciente [Obispo].

— Un corte, debió de usar un arma poderosa — Dijo la loli en tono neutro.

— Muchos árboles fueron cortados junto al Demonio Buchou — Dijo Asia nerviosamente.

La peli-roja asintió.

En ese momento se acercó Sona.

— Quien sea que haya sido, no estaba solo — Declaró la heredera Sitri mientras limpiaba sus gafas con un pañuelo.

— Separaron al grupo y los enfrentaron en combate uno a uno, entonces hubo al menos cinco personas en este lugar — Dijo Rias dándole la razón.

— Todas con un nivel de poder al menos Clase Ultímate, si lo unilateral del campo de batalla índica algo — Comentó Sona poniéndose nuevamente sus gafas.

La peli-roja asintió.

Era fácil de ver que hubo poca destrucción por lo que no fue una pelea prolongada, a lo sumo un par de ataques por ambas partes, pero un lado fue totalmente abrumado por el otro.

— Tendremos que borrar cualquier indicio de lo que sucedió aquí, mañana informaré a los Maou sobre lo sucedido esta noche — Dijo Rias con una pequeña mueca.

Sona también se estremeció, pero sabía que esta situación estaba fuera de su control y no quería arriesgarse por simple orgullo.

— Es todo, nos vemos Rias — Dijo la peli-negra mientras su Nobleza se ponía a su lado.

— Nos vemos Sona — Respondió Rias viendo como la mencionada desaparecía del lugar.

Entonces su propia Nobleza se acercó a ella.

— Es una lástima, hubiera querido ver como sus vidas se extinguían o como suplicaban por sus vidas ufufufu~ — Dijo Akeno con una mano en su mejilla con un sonrojo notable.

— Como sea, es mejor irnos, el equipo de limpieza vendrá a primera hora a deshacerse de los cuerpos — Dijo la peli-roja ignorando el estado de su [Reina] mientras invocaba un círculo de tele-transporte.

Después de un destello ya no quedaba nada.

Brecha Dimensional

El grupo del castaño había aparecido en la Brecha Dimensional después de atravesar el portal, dejando sin habla al trío de Caídos

— Entonces, ¿Cómo sabemos que llegamos a dónde deberíamos? — Preguntó Leo con curiosidad.

Como respuesta el castaño señaló con su dedo índice hacia arriba de ellos.

En consecuencia todos alzaron la mirada, incluyendo a los Caídos, para encontrarse con una vista que no esperaban.

Encima de ellos flotaba un pequeño dragón color rojo, el cual exudaba un aura bastante conocida por los siervos del castaño.

— ¿Qué es eso? — Preguntó un sorprendido Silver.

— Su firma de energía se siente como la tuya — Indicó esta vez Alleyne.

— Es una habilidad de mi Sacred Gear, yo lo llamó Wyverns, ellos pueden usar las habilidades de la Boosted Gear y son muy útiles en batalla — Respondió el chico con una sonrisa satisfecha.

— Y-Ya veo, entonces lo dejaste en este lugar antes de salir como una clase de ancla, ¿Verdad? — Dijo Elsha superando su lapso de sorpresa.

Ante esto el castaño asintió.

— Así no perderíamos tiempo, por eso hemos caído en la corriente espacio-tiempo al momento de entrar — Confirmó el chico.

En ese momento se dieron cuenta que se movían por el espacio.

Raynare, Mittlet y Kalawarner se aferraron a la cadena por reflejo, pues sentían como aumentaban la velocidad.

El aura de Issei aumentó en una capa densa color rojo que los protegía.

— No tardaremos mucho en llegar, así que no se sorprendan si aparecemos a 10, 000 metros del suelo, eso me sucedió la primera vez — Informó el chico con una sonrisa tensa.

Todos tuvieron una gota en la nuca por el comentario.

Fue entonces que un brillo cegador apareció frente a ellos.

— ¡Aquí está! ¡Todos prepárense! — Ordenó con seriedad y autoridad.

En respuesta todos se tensaron, pues no sabían en qué lugar y circunstancia saldrían de la Brecha.

El brillo aumentó al grado de que los cegó momentáneamente.

Cuando recuperaron la visión, se vieron frente a un enorme Castillo.

El castaño amplió los ojos ante la visión, sobre todo cuando sintió el aura de las personas dentro del Castillo, las cuales se movían rápidamente hacia su dirección.

— Mierda — Maldijo el chico con cierto pánico.

— ¿Dónde estamos Issei? — Preguntó Leo mientras se ponía en guardia al sentir la alteración en el estado de su [Rey].

Ella lo entendía, pues la mayoría de esas auras estaban a su nivel.

El resto le siguió, aunque unos más tensos que otros, sobre todo el trío de Caídos pues esas auras que sentían eran mucho más poderosas que ellas.

— En el peor escenario posible — Respondió el chico con voz tensa.

Entonces los residentes salieron a su encuentro.

— Vaya, esto es… inesperado — Dijo el que parecía ser el Líder del grupo.

Silver, Leo, Alleyne, Elsha, Raynare, Mittlet y Kalawarner dejaron caer sus mandíbulas ante la persona que habló.

— Lo sé — Respondió el castaño con una sonrisa tensa.

Bien, he terminado este capítulo.

Lamento la tardanza, pero he estado bajo de inspiración y por eso no pude actualizar la fecha planeada.

Espero les haya gustado este pequeño Ova.

Esta era mi idea original, pero al momento de escribir me fui por las ramas y el resultado fue el capítulo anterior.

Informo que tengo laptop nueva y por ende podré actualizar más seguido mis fics.

Ahora regresando a la trama, sé que lo he pospuesto demasiado y tengo quejas y alabanzas por ello, así que la tan esperada reunión de Issei con el grupo Gremory será en la próxima actualización.

¡Banzai!

Agradezco su paciencia y espero cumplir con las expectativas en la tan ansiada reunión.

¿Qué les pareció el Lemon?

Sinceramente es la primera vez que escribo uno, tampoco esperé escribirlo y menso con este personaje, pero quise dar un pequeño acercamiento entre amo-sirviente aplicando lo que sucedió con las chicas en el baño, sustituyendo a Sona con Raynare y agregando un poco más de Rikura.

Al momento siguiente ya llevaba medio Lemon así que me dije ¿Porque no?

Creo que también ayudó que me emocioné con el castigo jejeje~

Véanlo cómo una pequeña compensación por la tardanza.

Ahora quiero preguntarles, ¿Quieren que agregue a Raynare a la historia original?

Realmente espero no haber forzado tanto su relación, pero ustedes son los jueces.

Dejen su opinión en sus reviews de este capítulo, si recibo más votos positivos aparecería en el capítulo 15, ¿De qué forma? Unos se habrán dado cuenta, otros tendrán sus teorías, por lo que lo dejaré en suspenso hasta que termine la votación.

Otro dato es que habrá Lemon en el próximo capítulo porque pienso que vendría bien quitarle lo virgen a mi protagonista.

Por cierto, el ataque de Alleyne fue una técnica especial de Goenitz del juego King of fighters.

También hubo una paliza a Dodoria, digo Diodora… meh, nombres parecidos.

Todo esto ocurrió solo porque no se encontraron con Great Red, un solo hecho puede generar enormes cambios ¿No lo creen?

Sin más que decir me despido.

Kami fuera.

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